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INDICE
PRESENTAZIONE
Antonio PORRAS 5
458
CONTEMPLAZIONE DELLE LUCI DELLA VERITÀ
Metafísica y sabiduría !
Enrique MOROS 227!
Il dibattito tra creazione & evoluzione nel dialogo fra fede e ragione !
Valeria ASCHERI 295!
459
L’etica come «filosofia prima» tra la fede e i «limiti» della ragione !
Andrea GENTILE 363!
460
La creación, misterio de fe y verdad de razón
según Santo Tomás de Aquino: algunas
consideraciones epistemológicas
Santiago SANZ
1
BENEDICTO XVI, Discurso preparado para el encuentro con la Universidad de Roma
“La Sapienza”, 16-I-2008.
SANTIAGO SANZ
2
Super Sent., lib. 2 d. 1 q. 1 a. 2 co.
3
De potentia, q. 3, a. 5 co.
4
Esta afirmación está en continuidad con la tradición patrística, sobre todo San Agustín,
que en su comentario al Génesis realiza una afirmación similar: «et catholica fides praescribit,
et certissima ratio docet, nullarum naturarum materiam esse potuisse, nisi ab omnium rerum
non solum formatarum, sed etiam formabilium inchoatore Deo atque creatore» (San Agustín,
De genesi ad litteram, I,14,28).
5
Aquí un obligado punto de referencia son los estudios ya clásicos de M. D. CHENU, La
teologia nel dodicesimo secolo, Jaca Book, Milano, 1992; La teologia come scienza nel XIII
secolo, Jaca Book, Milano, 19953.
6
Iª, q. 32, a. 1, co.
66
La creación, misterio de fe y verdad de razón según Santo Tomás de Aquino
7
Aludiendo a la importancia de la definición del Concilio Vaticano I sobre la posibilidad
del hombre, incluso en su condición actual de naturaleza caída, de conocer con certeza al
Dios vivo y verdadero, con las solas fuerzas de su razón a través de lo que conoce del mundo
creado, se ha escrito que «esta posibilidad es de fundamental importancia —indepen-
dientemente de que los hombres la actualicen o no—, porque si el hombre no fuera capaz por
su propia naturaleza de conocer a Dios, entonces tampoco estaría capacitado para reconocer
una revelación sobrenatural del mismo Dios. Si el hombre no tuviera la capacidad de conocer
naturalmente a Dios, la revelación sobrenatural le resultaría ininteligible» (F. OCÁRIZ, A.
BLANCO, Revelación, Fe y Credibilidad. Curso de Teología fundamental, Palabra, Madrid
1998, 62).
8
Recogiendo una distinción clásica, Barzaghi afirma que «nella rivelazione divina sono
presenti alcune verità che possono essere provate anche dalla ragione umana, giacché sono
soprannaturali solo quanto al modo e non quanto alla sostanza» (G. BARZAGHI, La nozione di
creazione in S. Tommaso, «Divus Thomas» 3 (1992) 62-81; aquí 73, nota 41).
9
«The argument for creation and the proof of God’s existence are in a sense two sides of
the same “circular” argument, since God is only known by us from creatures as their cause.
Affirming that there must be a first cause of all things and that this cause is called “God” is
the same as saying that the things are effects, i.e. creatures» (R. TE VELDE, Participation and
Substantiality in Thomas Aquinas, E.J. Brill, Leiden 1995, 118).
67
SANTIAGO SANZ
debet nobis constare quod omnia quae sunt in mundo, a Deo sunt»10. Por
tanto, para Santo Tomás lo primario es la dimensión teológica del
misterio de la creación, cuyo sentido último está íntimamente conectado
con el misterio trinitario y con la economía de la salvación.
En efecto, de una parte, en diversas obras importantes el Doctor
Angélico desarrolla teológicamente la verdad de la creación subrayando
lo que se ha dado en llamar el principio trinitario del acto creador, que
lleva a ver las procesiones eternas de las Personas divinas en la base de la
procesión de las criaturas11. En un significativo texto de la Summa
Theologiae, afirma claramente que el conocimiento de las personas
divinas nos era necesario por dos motivos. Interesa aquí el primero de
ellos, consistente en que tuviésemos una justa idea de la creación:
porque, diciendo que Dios lo ha hecho todo por su Verbo, huimos del
error de los que opinan que Dios ha producido el mundo por necesidad
de su naturaleza; y, cuando decimos que en Dios hay una procedencia de
amor, manifestamos por esto mismo que Dios no tenía necesidad de crear
el mundo, ni a ello le ha obligado alguna causa extrínseca; sino que lo ha
hecho por el amor de su bondad12.
De otra parte, el de Aquino alude a la dimensión histórico-salvífica
de la creación cuando afirma inequívocamente que la fe cristiana en la
10
In Symbolum Apostolorum, a. 1. Citando estas palabras Te Velde afirma claramente:
«that all things in the world have been created by God is for Thomas in the first place a truth
of faith» (TE VELDE, Participation and Substantiality in Thomas Aquinas, 117). Como es
evidente, son numerosos los textos de Santo Tomás en los que se alude, tratando directa o
indirectamente del tema, a la creación como artículo de fe. Para no alargar las referencias,
pueden verse, a título de ejemplo, dos textos en los que ofrece una visión de conjunto de los
artículos del Credo: Super Sent., lib. 3, d. 25, q. 1, a. 2, co.; Iª-IIae, q. 1, a. 8, co.
11
Este importante aspecto ha sido puesto de manifiesto en diversos estudios de las últimas
décadas, entre los que sobresalen los de G. MARENGO, Trinità e Creazione, Città Nuova,
Roma 1990, y G. EMERY, La Trinité Créatrice, Vrin, Paris 1995; me he ocupado de mostrar
la cooperación entre fe y razón en este punto en S. SANZ, Fe y razón ante el misterio de la
Trinidad creadora según Santo Tomás, «Scripta Theologica» 36 (2004/3), 911-929.
12
Iª, q. 32, a. 1, ad 3: «cognitio divinarum personarum fuit necessaria nobis dupliciter. Uno
modo, ad recte sentiendum de creatione rerum. Per hoc enim quod dicimus Deum omnia
fecisse verbo suo, excluditur error ponentium Deum produxisse res ex necessitate naturae. Per
hoc autem quod ponimus in eo processionem amoris, ostenditur quod Deus non propter
aliquam indigentiam creaturas produxit, neque propter aliquam aliam causam extrinsecam;
sed propter amorem suae bonitatis». El texto prosigue señalando el segundo motivo, que es en
realidad el más importante: «Alio modo, et principalius, ad recte sentiendum de salute generis
humani, quae perficitur per Filium incarnatum, et per donum Spiritus Sancti» (ibidem).
68
La creación, misterio de fe y verdad de razón según Santo Tomás de Aquino
13
De potentia, q. 3, a. 14, ad s. c. 8.
14
A este respecto, es enormemente clarificador el estudio de G. EMERY, La teología
trinitaria de santo Tomás de Aquino, Secretariado Trinitario, Salamanca 2008, especialmente
el segundo capítulo del libro (pp. 33-57); cfr. también M. LICCIONE, Mystery and Explanation
in Aquinas's Account of Creation, «The Thomist» 59 (1995), 223-245.
15
Cfr. J.M. ARTOLA, Consideraciones sobre la doctrina de Santo Tomás acerca de la
creación, «Ciencia Tomista» (1990), 213-229, donde se despejan brillantemente estas
objeciones analizando en profundidad el sentido de algunos textos de Santo Tomás. Como se
sabe, la mejor teología luterana reciente procura plantear la relación entre fe y razón de un
modo más equilibrado, como ocurre en el pensamiento de Wolfhart Pannenberg. A este
propósito, puede verse S. SANZ, El futuro creador del Dios trinitario. Un estudio en la
Teología Sistemática de W. Pannenberg, Edicep, Valencia 2007, especialmente 22-44, 163
ss., 205-209.
69
SANTIAGO SANZ
16
Cfr. S. SANZ, Fe y razón ante el misterio de la Trinidad creadora según Santo Tomás,
926-927.
17
Véase, entre otros, este texto de Iª, q. 32, a. 1, ad 2: «Ad secundum dicendum quod ad
aliquam rem dupliciter inducitur ratio. Uno modo, ad probandum sufficienter aliquam
radicem, sicut in scientia naturali inducitur ratio sufficiens ad probandum quod motus caeli
semper sit uniformis velocitatis. Alio modo inducitur ratio, non quae sufficienter probet
radicem, sed quae radici iam positae ostendat congruere consequentes effectus, sicut in
astrologia ponitur ratio excentricorum et epicyclorum ex hoc quod, hac positione facta,
possunt salvari apparentia sensibilia circa motus caelestes, non tamen ratio haec est
sufficienter probans, quia etiam forte alia positione facta salvari possent. Primo ergo modo
potest induci ratio ad probandum Deum esse unum, et similia. Sed secundo modo se habet
ratio quae inducitur ad manifestationem Trinitatis, quia scilicet, Trinitate posita, congruunt
huiusmodi rationes; non tamen ita quod per has rationes sufficienter probetur Trinitas
personarum. Et hoc patet per singula. Bonitas enim infinita Dei manifestatur etiam in
productione creaturarum, quia infinitae virtutis est ex nihilo producere. Non enim oportet, si
infinita bonitate se communicat, quod aliquid infinitum a Deo procedat, sed secundum
modum suum recipiat divinam bonitatem. Similiter etiam quod dicitur, quod sine consortio
non potest esse iucunda possessio alicuius boni, locum habet quando in una persona non
invenitur perfecta bonitas; unde indiget, ad plenam iucunditatis bonitatem, bono alicuius
70
La creación, misterio de fe y verdad de razón según Santo Tomás de Aquino
alterius consociati sibi. Similitudo autem intellectus nostri non sufficienter probat aliquid de
Deo, propter hoc quod intellectus non univoce invenitur in Deo et in nobis. Et inde est quod
Augustinus, super Ioan., dicit quod per fidem venitur ad cognitionem, et non e converso»; cfr.
también Contra Gentiles, lib. 4, cap. 1, n. 14.
18
Super Rom., cap. 1, l. 6.
19
Es bien sabido que Juan Pablo II utiliza esta tradicional metáfora en Fides et ratio, n. 19,
cuyo texto recogemos más abajo; sobre el tema puede verse G. TANZELLA-NITTI, The Two
Books prior to the Scientific Revolution, «Annales Theologici» 18 (2004), 51-83.
20
Super Rom., cap. 1, l. 6.
71
SANTIAGO SANZ
21
Tanzella-Nitti ha puesto de manifiesto que la encíclica Fides et ratio ha utilizado, por
primera vez en la historia del magisterio, el término Revelación aplicado a la manifestación
de Dios en su creación, llegando a hipotizar que se trata de un verdadero desarrollo
dogmático (cfr. G. TANZELLA-NITTI, L'enciclica Fides et ratio: alcune riflessioni di teologia
fondamentale, «Acta Philosophica» 9 (2000), 87-109, especialmente 93-97). En efecto, al
comentar el texto de Sb 13,5 («de la grandeza y hermosura de las criaturas, se llega, por
analogía, a contemplar a su Autor»), Juan Pablo II afirma que la misma Sagrada Escritura
«reconoce así un primer paso de la Revelación divina, constituido por el maravilloso “libro
de la naturaleza”, con cuya lectura, mediante los instrumentos propios de la razón humana, se
puede llegar al conocimiento del Creador. Si el hombre con su inteligencia no llega a
reconocer a Dios como creador de todo, no se debe tanto a la falta de un medio adecuado,
cuanto sobre todo al impedimento puesto por su voluntad libre y su pecado» (JUAN PABLO II,
Fides et ratio, n. 19; el subrayado es nuestro).
22
Super Rom., cap. 1, l. 6: «Non quod philosophi, ductu rationis, potuerint pervenire, per
ea quae facta sunt, in cognitionem personarum quantum ad propria, quae non significant
habitudinem causae ad creaturas, sed secundum appropriata. Dicuntur tamen defecisse in
tertio signo, id est in spiritu sancto quia non posuerunt aliquid respondere spiritui sancto, sicut
posuerunt aliquid respondere patri, scilicet ipsum primum principium, et aliquid respondere
filio, scilicet primam mentem creatam, quam vocabant paternum intellectum ut Macrobius
dicit in libro super somnium Scipionis».
23
Cfr. S. SANZ, Metafísica de la creación y teología. La racionalidad de la idea cristiana
de creación a la luz de Santo Tomás de Aquino, Tesis de Doctorado, Universidad de Navarra,
Pamplona 2006, 70-82, con la bibliografía allí citada; es sintomático que, tanto en De
potentia, q. 3, a. 14, ad s. c. 8, como, por ejemplo, en Iª, q. 44, a.1, s. c., al demostrar
racionalmente la creación, Santo Tomás ofrece en el sed contra dos textos de la Escritura (Gn
1,1 y Rm 11,36).
72
La creación, misterio de fe y verdad de razón según Santo Tomás de Aquino
24
JUAN PABLO II, Fides et ratio, n. 73.
25
Es paradigmático en este sentido el discurso de San Pablo en el Areópago; para un
estudio en clave teológico-fundamental del mismo y de sus resonancias en la patrística, cfr. J.
SÁNCHEZ CAÑIZARES, La revelación de Dios en la creación: las referencias patrísticas a Hch
17,16-34, EDUSC, Roma 2006; sobre la creación como punto de partida para el diálogo con
las religiones, cfr. J. MORALES, El valor distinto de las religiones, Rialp, Madrid 2003,
especialmente 199-202; muestra de ello son las diversas referencias a la verdad de la creación
en la declaración final del primer seminario organizado por el Fórum Católico-Musulmán,
instituido por el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso y algunos exponentes del
mundo musulmán (servicio del 6.11.2008 del Boletín de Prensa del Vaticano, en
www.vatican.va).
26
En este punto se ha hecho ya “clásica” la referencia a BENEDICTO XVI, Fe, razón y
universidad. Recuerdos y reflexiones, Discurso en Ratisbona, 12-IX-2006. Por lo que respecta
al tema de la creación, cfr. SANZ, Metafísica de la creación y teología. La racionalidad de la
idea cristiana de creación a la luz de Santo Tomás de Aquino, especialmente 171-214; y, para
73
SANTIAGO SANZ
74
La creación, misterio de fe y verdad de razón según Santo Tomás de Aquino
la nada al ser. Dicho de otra forma, debe haber sido creado por el primer Ser, que es tal por
esencia» (BENEDICTO XVI, Discurso a los participantes en la Plenaria de la Pontificia
Academia de las Ciencias, 31-X-2008).
31
Cfr. E. GILSON, El espíritu de la filosofía medieval, Emecé, Buenos Aires 1952, 79.
32
Cfr. ibidem, 75. Sobre el pensamiento de Gilson y la metafísica del Éxodo, cfr. M.A.
BLOOMER, Judeo-Christian Revelation as a Source of Philosophical Reflection According to
Étienne Gilson, Apollinare Studi, Roma 2001.
33
Cfr. Contra Gentiles, lib. 2, cap. 38.
34
En este punto, el pensamiento de Tomás constituye, respecto a las enseñanzas de San
Agustín, una diversidad de planteamiento, que no lesiona la análoga defensa de la verdad que
ambos se proponen: cfr. I.M. AZCOAGA BENGOECHEA, La razón y la fe ante la creación
75
SANTIAGO SANZ
temporal del mundo, «Revista Española de Filosofía Medieval» 0 (1993), 31-38. Sobre la
cuestión de la eternidad del mundo, cfr. J.B.M. WISSINK (ed.), The Eternity of the World in
the Thought of Thomas Aquinas and His Contemporaries, Brill, Leiden 1990; R.C. DALES,
Medieval Discussions of the Eternity of the World, Brill, Leiden 1990.
35
W.E. CARROLL, San Tommaso, Aristotele, e la creazione, «Annales theologici» 8 (1994),
365-376, aquí 366.
36
Cfr. A. GHISALBERTI, La creazione nella filosofia di S. Tommaso d’Aquino, «Rivista di
Filosofia Neoscolastica» 51 (1969), 202-220, aquí 205-206; en este sentido, más
recientemente, cfr. L. ROMERA, El hombre ante el misterio de Dios. Curso de teología
natural, Palabra, Madrid 2008, en particular 188-206.
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La creación, misterio de fe y verdad de razón según Santo Tomás de Aquino
37
Sobre la creación como relación, me remito a las consideraciones que realizo en S. SANZ,
Metafísica de la creación y teología. La racionalidad de la idea cristiana de creación a la luz
de Santo Tomás de Aquino, «Excerpta e dissertationibus in Philosophia», vol. XVII, Servicio
de Publicaciones de la Universidad de Navarra, Pamplona 2007, 67 ss., con la bibliografía allí
citada.
38
GHISALBERTI, La creazione nella filosofia di S. Tommaso d’Aquino, 206.
39
Escribe Romera a este propósito: «la conciencia de un Dios personal y creador aparece
con fuerza, nitidez y según toda la riqueza de su alcance en el marco de la revelación hebraica
y cristiana. No obstante, la razón, estimulada por lo revelado que asume por fe, elabora
reflexiones filosóficas, según el estatuto epistemológico propio de la misma, gracias a las
cuales muestra que el hombre, con las luces de su inteligencia, es capaz de atisbar la índole
personal de Dios y su acción creadora» (ROMERA, El hombre ante el misterio de Dios, 272).
40
Cfr. L.J. ELDERS, La metafisica dell'essere di San Tommaso d'Aquino in una prospettiva
storica II. La teologia filosofica, Libreria Editrice Vaticana, Città del Vaticano 1995, 354;
372 ss.
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41
Cfr. GILSON, El espíritu de la filosofía medieval, 71.
42
Cfr. SANZ, Metafísica de la creación y teología, 40-45; decisiva en este punto la obra de
C. FABRO, Participación y causalidad según Tomás de Aquino (orig. 1960), Eunsa, Pamplona
2009.
43
Es interesante subrayar que Tomás dice que esto es independiente de si el ente ha
existido siempre o no, pues en la definición de hombre, cielo y tierra no entra esta
componente, podría ser que sí o que no: cfr. Iª, q. 46, a. 2, co.
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