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Definición del rubro (según RT 9): son aquellos bienes destinados a la venta en el curso ordinario de
la actividad del ente o que se encuentran en proceso de producción para dicha venta o que resultan
generalmente consumidos en la producción de bienes o servicios que se destinan a la venta, así como
los anticipos a proveedores por la compra de estos bienes.
6.2- Tratamiento contable según las diferentes corrientes doctrinarias. Diferentes momentos en
la vida de una empresa.
Para fijar el precio de plaza de los mismos, no se presentan dificultades si son corrientes y el precio
es de público conocimiento. Se complica, cuando se trata de artículos especiales, para los que se
debe recurrir al auxilio de expertos valuadores de los bienes, para determinar su valor razonable.
Otra situación a considerar en un inventario inicial es constatar que la propiedad de los bienes fue
transferida a la empresa y que los importes que se acreditan al socio como aporte no superan los
valores de plaza.
En el inventario final (de liquidación de la empresa), el valor a asignar a los bienes estará dado por
el VNR de los mismos, en el estado en que se encuentren.
En inventarios de ejercicio según las distintas corrientes:
Corriente Ortodoxa Pura: La valuación de los bienes de cambio debe hacerse teniendo en cuenta el
que resulte inferior, de la comparación entre valor de costo con valor de plaza o mercado. Si el valor
de plaza fuere inferior, deben hacerse las correspondientes correcciones a los valores registrados,
salvo que fueran variaciones de precios accidentales o de poco monto.
Para la determinación del costo debe aplicarse uniformemente (de ejercicio a ejercicio) el mismo
método y si se variara debería cuantificarse el efecto del cambio en una nota a los Estados Contables.
Cuando hablábamos de una empresa industrial, la regla general de valuación para los inventarios
comprende el valor de la materia prima más la mano de obra, más los gastos indirectos de fábrica
para obtener el costo de producción de los bienes elaborados, es decir, de la producción terminada.
Previamente debe determinarse el costo de cada uno de sus componentes.
Por otro lado, las partidas que forman parte del rubro pueden ser clasificadas, en función de los
componentes de los costos de producción, de la siguiente manera:
Costo de producción por absorción completa: es el tradicional. Mediante este procedimiento, los
bienes en existencia al cierre del ejercicio económico se valuarán por la materia prima, mas la mano
de obra directa, mas los gastos generales de fabricación;
Costo de producción directo o variable: sugiere que se fije el valor de los bienes teniendo en cuenta
la materia prima insumida, mas la mano de obra directa, mas los gastos generales de fabricación
variables, en tanto que los gastos generales de fabricación fijos deben imputarse en su totalidad al
costo de los productos vendidos.
Este sistema en el primer año de aplicación posterga la distribución de los resultados, ya que, si
cargamos al costo de lo vendido los gastos generales de fabricación fijos en su totalidad, estaremos
castigando la utilidad del ejercicio.
En nuestro país, las normas no aceptan la utilización del costeo directo y los bienes de cambio, a los
efectos de presentación de los Estados Contables deben incluir los costos de producción variables o
fijos.
No obstante, este sistema es utilizado por las empresas, en sus informes internos, para saber la
marcha de sus ventas y su contribución marginal (diferencia entre las ventas del período y el costo
variable de lo vendido).
La norma general de valuación es costo o plaza el menor. Dentro del valor de costo deben incluirse
todos los gastos necesarios hasta poner la mercadería en los depósitos del comprador.
Corriente Ortodoxa Evolucionada: Esta corriente homogeneíza las partidas, al cierre de los
Estados Contables, a una misma fecha.
Dentro de los inventarios, habrá bienes que entraron, se procesaron y vendieron en distintos
momentos, valuados en cada uno de esos diferentes momentos. Habrá que expresarlos a una misma
fecha, de cierre, para poder obtener un resultado coherente en cuanto a la moneda utilizada.
Los bienes de cambio forman un típico rubro no expuesto a la inflación. Sus elementos están
cubiertos de la desvalorización monetaria, pero no su representación en unidades monetarias, por lo
cual se hace imprescindible el ajuste integral del rubro a la fecha de cierre de los Estados Contables.
El procedimiento de ajuste es sencillo, pero sin duda, dentro del rubro analizado, la complicación
surge por la multiplicidad de bienes y artículos, y por esto se recurre a métodos estimativos de
anticuación. Los procedimientos de ajuste para cada elemento del rubro son
Materias primas, productos de reventa, materiales: depende del sistema de costeo utilizado por la
empresa en su contabilidad histórica, ya que el ajuste integral sólo re expresa los valores utilizados
por la Corriente Ortodoxa Pura.
Si la empresa utiliza promedios, la existencia final está influida por compras correspondientes a
distintos momentos y, por ende, valuadas a monedas de distinto poder adquisitivo. Rearmarlo es
difícil, sobre todo para asignar fechas de entradas de los distintos montos. En este caso lo más
razonable es recalcularlo en función del sistema PEPS y ajustarlo posteriormente por inflación.
Si el sistema fuese UEPS, la existencia final estará formada por las compras más antiguas.
La existencia en unidades se valorizará, por lo tanto, a precios de las primeras compras. Presenta el
problema de que tomando valores antiguos, a los cuales se aplicará el coeficiente inflacionario hasta
el cierre del período, podrían obtenerse cifras totalmente distorsionadas con la realidad; por lo que es
recomendable revalorizar a PEPS, y a esa cifras aplicarles el procedimiento general de ajuste.
Si el sistema utilizado es PEPS la existencia final estará formada por las últimas compras; luego, se
hará la anticuación de las partidas, a las que se aplicarán los respectivos coeficientes correctores para
la obtención de los valores ajustados.
Productos terminados: (Materias Primas + Mano de Obra + Gastos de fabricación)
El procedimiento general de ajuste sería anticuar cada componente, aplicar coeficientes de ajuste al
cierre y obtener los valores de la producción terminada ajustada al cierre.
Aunque lo más práctico es hacer una relación porcentual de los elementos del costo, sobre el total del
producto terminado y aplicarle el coeficiente promedio correspondiente.
Productos en proceso: se aplica el mismo procedimiento que para la producción terminada. Es decir,
se establece la composición porcentual de los elementos del costo. Luego, se determina la antigüedad
de los mismos hasta llegar a la producción en proceso. Esa antigüedad dará los coeficientes
correctores que se aplicarán sobre la composición porcentual de sus elementos componentes.
En todos los casos, los valores ajustados se compararán con los de mercado. Si éstos fueran
inferiores deberá constituirse una previsión que jugará directamente contra el resultado del ejercicio,
por la diferencia entre el valor ajustado (mayor) y el valor de mercado del tipo de bien de que se
trate. Mediante ese procedimiento, se evita la distorsión del RECPAM (diferencia entre los valores
históricos y los ajustados) que se producirá si en los Estados Contables se tomara directamente el
valor de mercado, computando solamente como RECPAM la diferencia entre ese tope (mercado) y el
histórico.
Corriente Renovadora Prudente: Para esta corriente, los valores asignados al rubro son los que
surgen de la aplicación a sus elementos alguna modalidad de los llamados “valores corrientes”. Esto
lleva a un acercamiento a la realidad económica de la empresa en su conjunto. Las modalidades de
valores corrientes aplicables al rubro son:
Basados en el costo: Costo de reposición por compra o producción.
Basados en el precio de venta: VNR, o sea, precio de venta menos gastos de disposición.
La aplicación de los “valores corrientes” a los elementos del rubro es la siguiente:
Materias primas: la forma más apropiada de valores corrientes es el costo de reposición con el límite
del VNR.
Productos en proceso: además de las alternativas mencionadas tenemos el “Valor de Utilización
Económica” que son los ingresos que la empresa obtendrá de ese bien menos los costos adicionales a
incorporar hasta que el bien este en condiciones de ser comercializado, descontado a la fecha de
cierra.
Entendemos que la alternativa mas adecuada de valuación para este elemento es costo de
reproducción y usar la alternativa del Valor de utilización económica o VNR como límite a la
valuación del activo.
Productos terminados: es aplicable el costo de reposición con el límite dado por el VNR.
Productos de reventa: el más adecuado es el costo de reposición al cierre, con el límite dado por el
VNR.
Materiales: lo más adecuado para este elemento es el costo de reposición al cierre, con el límite dado
por el VNR.
Explotaciones agrícolas: se multiplicará la existencia física por los valores netos de realización de las
mismas (única alternativa práctica aplicable).
Explotaciones ganaderas: se multiplicará la existencia física por los valores netos de realización de
las mismas (única alternativa práctica aplicable).
Explotaciones forestales: en este caso la alternativa de valor corriente más adecuada es la basada en
la tasación. Se entiende por ello, el valor asignado o revalúo de los bienes, realizado por un experto o
persona idónea en la materia a medir, conocido comúnmente con el nombre de Revalúo Técnico. El
límite a la valuación estará dado por el Valor de Utilización Económico, que determinará los futuros
ingresos que la empresa obtendrá de la madera que “produzca” el bosque, menos el tiempo y gastos
que demande la espera hasta que la madera esté en condiciones de talarse.
Explotaciones mineras: se multiplicará la existencia física por los valores netos de realización de las
mismas (única alternativa práctica aplicable). En caso de que se tratara de minerales con cotización
conocida, directamente se puede valuar la existencia a dicha cotización del mercado; el límite estará
dado por el VNR.
Bienes de cambio sobre los que se hayan recibido anticipos que fijan precio y las condiciones
contractuales de la operación aseguren la efectiva concreción de la venta y de la ganancia. Se los
medirá al VNR.
6.5- Revalúo técnico y cambio en la vida útil de los bienes según RT 10. Desafectación.
Al admitir el revalúo de bienes de uso e inversiones de naturaleza similar, las normas contables
aceptan cambios en el valor de tales activos.
El mayor valor proveniente de las variaciones de valores específicos de bienes de uso e inversiones
de naturaleza similar con respecto a la evolución del IPIM se incluirá en una reserva especial que
forme parte del patrimonio neto, manteniéndose la imputación a resultados del ejercicio o ejercicios
anteriores según corresponda; de los efectos derivados del cambio de vidas útiles y del método de
amortización aplicado.
La reserva no podrá tener saldo deudor y se desafectara en proporción al consumo de los bienes
revaluados que le dieron origen, ya sea por baja, venta o amortización de esos bienes, o por su
desvalorización por haber crecido sus valores en menor porcentaje que el índice de precios al por
mayor nivel general.
Además la resolución técnica Nº 10 establece que los revalúos deben ser preparados por
profesionales independientes o equipos interdisciplinarios de ellos, idóneos en el tipo de revalúo que
se requiere y con la correspondiente habitación profesional. Incluyendo la participación de un
contador.
Las valuaciones técnicas se basaran como punto de partida, en el valor de reemplazo de la capacidad
de servicio de los bienes, entendiendo por tal el monto necesario para adquirir o producir bienes que,
a los fines de la actividad del ente, tengan una significación económica equivalente y resulten
reemplazos lógicos de los existentes. Si el procedimiento de la tasación incluye una reexpresión por
índices, los utilizados deberán ser índices específicos.
La diferencia de valuación contable surgida de la valuación técnica se imputara así:
La porción originada en correcciones en el cómputo de amortizaciones acumuladas al inicio del
ejercicio: como ajuste de resultados acumulados.
La porción originada en las variaciones de valores con respecto a la evolución del índice de
precios al por mayor, nivel general hasta el inicio del ejercicio: como ajuste de resultados
acumulados.
Las variaciones de valores con respecto a la evolución del índice de precios al por mayor
nivel general, durante el periodo corriente: a resultados del ejercicio.
Intangibles vendibles por separado: En esta categoría de bienes entran, entre otros, las marcas, las
patentes, los procesos secretos y las franquicias.
Son muy pocos los bienes de este tipo para los cuales hay transacciones frecuentes que permitan
conocer su valor corriente, que estaría dado por el precio de transferencia, al que deberían sumarse
los costos necesarios para comenzar a emplear el bien, si es que se lo adquiere para su uso en la
explotación.
Por ello, suele ser difícil la obtención de mediciones objetivas de los valores corrientes de estos
bienes, por lo que las normas contables suelen requerir que su medición contable se haga al costo
(menos la pertinente depreciación acumulada), aunque este criterio no produzca mediciones
representativas del valor de los bienes.
Intangibles no vendibles por separados: Estos intangibles se caracterizan por el hecho de que sólo
pueden ser transferidos con el ente. Incluyen lo que genéricamente se denomina valor llave o
plusvalía, así como costos pres operativos, de organización y similares.
Dada tal característica, el valor corriente de estos intangibles solamente podría determinarse en
conjunto y a partir de una valuación total de la empresa, que difícilmente podría realizarse de modo
de satisfacer el requisito de objetividad que debe satisfacer la información contable.
6.7 Los resultados por tenencia. Concepto. Tratamiento contable. Casos prácticos.
Los resultados de tenencia son las diferencias entre las sucesivas mediciones contables de un mismo
activo o pasivo, atribuibles a causas distintas a algún cambio de condición.
Las causas habituales de los resultados de tenencia son los cambios de precios de activos y pasivos,
incluyendo a las monedas extranjeras.
No se producen resultados de tenencia por la mera reexpresión monetaria de una medición contable
anterior, ya que ella cambia la unidad de medida.
Algunas normas contables argentinas hablan de resultados financieros y de tenencia, dando a
entender que se trata de categorías independientes. El punto es discutible.
Un interés sobre un instrumento de deuda con vencimiento no sería un resultado de tenencia porque
su devengamiento responde a un cambio de condición del instrumento (la fecha de vencimiento es
ahora más cercana).
En cambio, podrían considerarse resultados de tenencia (y también financieros) los ocasionados por
modificaciones en las tasas de interés (cuando se reconocen sus efectos) o en los tipos de cambio.
Ahora bien, en un contexto inflacionario con devaluaciones continuas, una empresa podría optar por
endeudarse a una tasa fija que considere la inflación futura o por obtener un préstamo en moneda
extranjera (a tasa más baja) y soportar los efectos de las devaluaciones que sobrevengan. En este
caso, caracterizar a las diferencias de cambio como resultados de tenencia y excluir de esa categoría
a los intereses no conduce a ningún fin práctico.
Por lo indicado, nos parece que para la preparación de Estados Contables sería preferible utilizar
voces como éstas:
resultados financieros para los producidos por activos y pasivos financieros, sin discriminar
los resultados de tenencia de los que no lo son;
resultados de tenencia no financieros, para los producidos por otros activos y pasivos.
Tratamiento contable.
El tratamiento contable de los resultados de tenencia depende del criterio de mantenimiento de
capital que se haya adoptado.
Si se aplica el criterio que prevalece de que el capital a mantener debe ser el financiero, los
resultados de tenencia integran el resultado del período, pues son variaciones patrimoniales no
originadas en aportes ni retiros de los propietarios.
Si, en cambio, se aplicara el concepto de capital físico, debería procederse así: los resultados de
tenencia de los bienes necesarios para mantener la capacidad productiva a la que se refiere el capital
físico deberían considerarse ajustes al patrimonio invertido (en los Estados Contables aparecería
como una reserva para mantenimiento del capital); los restantes integran el resultado del período.
Caso Práctico.
Al 31/12/00, Totín SA tiene una partida de vino con dos años de añejamiento; cuyo valor corriente es
de $4.000.
Al 31/12/01 el valor corriente de la partida con dos años de añejamiento sería $4.500. Durante el
ejercicio, hubo una inflación del 5%.
Si se practica ajuste por inflación, la medición inicial se re expresa así:
$4.000 x (1 + 0,05) = $4.200
Los $4.200 del 31/12/01 equivalen a los $4.000 del 31/12/00. Como se trata del mismo monto
medido en dos unidades de medición distintas, no sería sensato restar el segundo del primero y tratar
de encontrarle un significado al resultado de la cuenta:
$4.200 - $4.000 = $200
Porque $200 es un importe al cual no puede asignársele unidad de medida alguna (no son pesos del
31/12/01 ni del 31/12/00 ni de ningún otro momento).
En cambio, la diferencia entre los valores corrientes final e inicial de un vino de dos años constituiría
un resultado de tenencia, pues se origina en una diferencia de precios. Su importe (medido en
moneda de cierre) es:
$4.500 - $4.200 = $300
Si se hubiese omitido el ajuste por inflación, el resultado de tenencia se habría determinado mediante
la cuenta:
$4.500 - $4.000 = $500
Esto es inadecuado porque $4.500 y $4.000 no son cifras comparables. La primera representa pesos
del 31/12/01 y la segunda pesos del 31/12/00.