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1 - INTRODUCCIÓN
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profesional. Se trata de recuperar, para la memoria, momentos de la
historia de la psicología argentina del siglo XX en los que se han producido
importantes cambios en torno a la legislación, la formación, la práctica, el
reconocimiento de la autonomía de la Psicología y de los Psicólogos.
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algunos obstáculos provenientes tanto del exterior del campo de la
psicología como del interior mismo. Desde el exterior el aún vigente
Decreto Ley Nº 17.132 del año 1967, sancionado durante el gobierno del
Gral. Onganía, sobre las incumbencias del médico, en la que se considera
al psicólogo como auxiliar de la medicina; la permanencia del debate, ya
iniciado en los años 60`, sobre el ejercicio de la psicoterapia por parte de
psicólogos -práctica a la que se oponían médicos y psiquiatras-; la
negativa de las obras sociales a generar un nomenclador nacional de
prácticas psicológicas diferenciadas de las médicas; la falta de
reconocimiento de la igual jerarquía de los psicólogos para ocupar cargos
directivos en hospitales, obras sociales, áreas gubernamentales
vinculadas a la salud, el bienestar social, educación o justicia. En suma, la
imposibilidad de acceder a la participación de políticas sanitarias y/o de
otro orden, temática que será recurrente a lo largo de toda la década que
estamos analizando.
4 - ANTECEDENTES
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Luego de esta floreciente primera etapa, llegó la segunda en la que
la falta de reconocimiento de los aportes provenientes de estas
disciplinas, el escaso valor dado a ellas, la intolerancia ideológica, la falta
de libertad académica y el cierre de carreras, fueron algunos de los
problemas que debieron afrontar los profesionales de estas ramas del
conocimiento. En la tercera etapa, en los 80`, tras la recuperación de la
vida democrática, las entidades que nucleaban a estos profesionales,
Colegios y Asociaciones, resaltan la importancia de las ciencias sociales y
hacen un llamado a sus asociados proponiéndoles tomar consciencia de la
necesidad de revertir el deterioro de la trama profesional que ha dejado el
proceso anterior, y ello es posible con el concurso y participación de todos.
5 - LUCHAS Y REIVINDICACIONES
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nacional INOS (Instituto Nacional de Obras Sociales); y la no menos
importante colegiación.
6 - LA DIVERSIDAD
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comunicación con la comunidad donde se destaque el rol del psicólogo
haciendo conocer su lucha gremial; y al mismo tiempo, orientar con
fundamentos científicos y disciplinares sobre el tipo de prácticas del
psicólogo en los diferentes campos de su desempeño. Para logar la mayor
efectividad de estas acciones se las formuló en términos de un Plan
Nacional de Reclamos, con la Fe.P.R.A. a la cabeza.
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anteriores, donde la participación fue abolida, prohibida, e incluso
reprimida violentamente, dejaron su huella. Pero, poco a poco, el pueblo
argentino fue demostrando su madurez y progresivamente fue
acercándose a las organizaciones para participar.
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rechazo de inmensos sectores de la sociedad y la economía asfixiaba; las
internas partidarias se encaminan al tramo final con la esperanza de
vislumbrar un cambio para el país. Testigos y partícipes de la vida
institucional renovada que acompaña los nuevos aires del país, tratando
de dejar atrás las horas oscuras del “proceso” y atesorando el valor
representativo de las urnas, la comunidad de psicólogos siguió bregando
por sus luchas reivindicativas. Aunque no del todo convencidos de que la
nueva vida democrática asegure el éxito de la empresa. Muchos
antecedentes históricos seguían presentes en la memoria y manteniendo
su vigencia (por ejemplo: el decreto Ley 17.132 de 1967 y la Resolución
ministerial de Llerena Amadeo de 1980,).
10 - ESPERANZA Y PARTICIPACIÓN
11 - ESTRATEGIAS Y ALIADOS
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(Co.P.R.A.) ligada a Psicología constituía un ataque a los principios del
proceso militar. Ante el temor de los psicólogos y dirigentes de estar
asociados a ese nombre -incluso constituía un delito portar documentos de
la Co.P.R.A.- nace la Fe.P.R.A. el 3 de diciembre de 1977 2. La Lic. Beatriz
Perosio fue su primera presidenta, y será recordada no solo por esa
importante tarea de iniciar una organización representativa de los
psicólogos para recuperar los principios de la Co.P.R.A., sino porque fue
secuestrada y desaparecida un 8 de agosto de 1978 por la injustificada
intolerancia a la libertad de ideas de un terrorismo de estado. Junto a ella,
Osvaldo Avelluto y otros, pensaron una estrategia que se basaba en tener
en cuenta a los aliados. Uno de ellos fue la C.G.P. (Confederación General
de Profesionales).
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profesional ante los presidentes de los bloques parlamentarios del Poder
Legislativo y ante la Comisión de Salud de la Honorable Cámara de
Diputados de la Nación. Se buscaba principalmente hacer conocer a los
legisladores el hecho de que la formación de Psicólogos, en el plano
universitario, se daba en el marco de una carrera mayor universitaria (se
denominaba así a toda carrera universitaria con una duración de al menos
5 años de duración) y que con el doctorado alcanzaba el más alto grado
académico. Los argumentos en defensa del reconocimiento del nivel de los
psicólogos eran fundamentados en razones éticas y científicas y en
antecedentes jurídicos en el terreno de la asistencia psicológica.
Acompañando ese hecho se realizó también una movilización donde los
psicólogos y estudiantes de psicología ganaron nuevamente la calle bajo
dos lemas: “hacer legal lo que es legítimo” y “Ley justa para los
psicólogos”. Pero el reclamo iba más allá de la ansiada ley, se bregaba
también por el aumento del presupuesto para el área de salud, la defensa
de la salud mental de la población, la inclusión de las prestaciones
psicológicas en las obras sociales y la inclusión de los psicólogos en la
carrera sanitaria. En síntesis, el pleno reconocimiento orgánico del
quehacer del psicólogo en los ámbitos de la salud, la educación, el campo
laboral y forence. La crónica de ese día indica que ni la lluvia ni el frío,
como en la movilización del 83`, detuvieron la marcha. Los psicólogo no
estuvieron solos en esa oportunidad; centros de salud, escuelas de
estudio, colegas del interior, se hicieron presentes acompañando la lucha.
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12 - SOSTENER LA ORGANIZACIÓN DEL SECTOR
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imponía. Nada más triste que recordar cómo los ciudadanos de Buenos
Aires se levantaron un día y encontraron el obelisco rodeado por un gran
aro en el que se leía “el silencio es salud”, juego de palabras perverso de
la dictadura que, con la excusa de disminuir los ruidos urbanos, escondían
el imperativo de que había cosas de las que convenía no hablar.
13 - BALANCE
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Mientras, en un nivel comenzaba a legitimarse la tarea de los
psicólogos, en otro, se presentaban limitaciones y discriminaciones. Por
ello la insistencia permanente de las instituciones que nucleaban a los
psicólogos para consolidar la unidad en la lucha. Y esta unidad estaba en
consonancia con la fuerte convicción de que era necesaria la consolidación
de la democracia y que 30.000 psicólogos (datos de 1985) veían aún
cercenada la posibilidad de ejercer plenamente la profesión, costeada con
esfuerzo personal y de la comunidad.
15 - NUEVOS DESAFÍOS
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psicólogos, al menos en este punto, era unánime: se trataba de un Plan
Nacional de Lucha. Presentación de anteproyectos de Ley, algunas
sancionadas antes que la ley nacional, debates en medios de
comunicación, esclarecimiento del rol del psicólogo ante la comunidad, los
legisladores y representantes gubernamentales, constituyeron un
cotidiano en la vida de los psicólogos, tanto en Capital Federal como en
todas las jurisdicciones provinciales de esos años. Principalmente de los
psicólogos que actuaban en representación del conjunto a quienes se
debe agradecer la dedicación a la tarea gremial, en muchos casos
postergando compromisos familiares o destinando horas laborales de la
actividad privada a esta tarea.
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La situación en el Chaco era similar a la de otras provincias. No se
contaba con legislación y aun así la labor de los psicólogos había generado
ya un campo diverso de prácticas en dos grandes áreas de competencia:
clínica, y educacional, y en menor medida laboral y jurídica. La Asociación
de Psicólogos se sumó a las estrategias del plan nacional ocupando todos
los espacios posibles para dar a conocer la realidad de la profesión y
esclarecer ante la comunidad el atraso legislativo de regulación de la
profesión de psicólogo. Si bien, a fines de 1983, se pudo cristalizar un
anteproyecto de Ley que ponía énfasis en la autonomía profesional, en
consonancia con otras leyes de ejercicio ya sancionadas y que fuera
consensuado por todos los asociados, recién a principios del 84´ se
pudieron iniciar los contactos con los diputados y comisiones de
legislación de la Cámara de Diputados de la Provincia. Durante los dos
años siguientes la tarea fue incesante. Además de las acciones de
esclarecimiento de la función y rol de Psicólogo dirigidas a la conducción
legislativa, los representantes del gobierno provincial, y en general a la
población toda, se concretaron actividades científicas como parte de la
estrategia con el propósito de poner de manifiesto que la formación
continua jerarquiza la profesión.
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partida”. La obtención de uno de lo objetivos principales del proyecto
conjunto de los psicólogos de todo el país, la sanción de leyes de ejercicio
profesional, debe considerarse una condición necesaria (“punto de
llegada”) pero no suficiente (“punto de partida”) para dar continuidad al
plan de reclamos y de mejora de las condiciones profesionales de los
psicólogos.
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19 Mendoza 5045 20-09-85
20 Ciudad de Buenos Aires 23.277 27-09-85
21 Chubut 2585 09-10-85
22 Neuquén 1674 17-11-86
23 Chaco 3203 10-12-86
24 Tierra del Fuego 318 27-09-96
(Fuente: Fe.P.R.A.)
18 - COMENTARIO FINAL
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reconocibles (nos referimos a espacios académicos y asociaciones o
colegios profesionales) que permitieran la apropiación del desarrollo de la
psicología como ciencia y como profesión. La responsabilidad de su
desarrollo era difusa y se distribuía entre estos nuevos agentes y los que
no pertenecían a la disciplina. A esta etapa corresponden, por ejemplo,
Nuria Cortada (primera psicóloga argentina) Pichon Riviere, Bleger, Ulloa
(estos últimos no pertenecían a la disciplina pero contribuyeron
enormemente a su desarrollo).
Por otra parte, quizás no sea demasiado aventurado decir que los
80` constituyen una década en la que se produjo la mayor unidad y
movilización en la lucha llevada adelante por los psicólogos de todo el
país. En particular el periodo que abarca desde 1982 hasta 1986 donde el
movimiento de reivindicación adoptó sus niveles más altos. Sin embargo
la unidad no estuvo exenta de disensos internos que más que debilitarla,
la fortalecían en la medida en que generaba los debates necesarios para
confrontar ideas y opiniones para nutrir los aportes y las propuestas del
plan de lucha. No olvidemos que se trataba de un plan nacional y en ello
se veían implicados todos los psicólogos a través de sus instituciones
representativas: asociaciones y colegios. Pero no sólo era un plan gremial,
era un plan general, es decir, incluía en su formulación estrategias de
defensa y lucha que miraban a la población y las instituciones como
destinatarias y beneficiarias de la labor del Psicólogo. En lo gremial: sí, era
claro que se trataba de defender las fuentes genuinas de trabajo,
reconocimiento del rol profesional, sanción de leyes de ejercicio
profesional, incumbencias: estos grandes temas giraron durante esos años
en las mesas de trabajo y discusión, tanto en el campo interno como en el
externo, sobre todo con representantes gubernamentales del más alto
nivel. El movimiento fue incesante durante este periodo, de la capital a las
provincias, de las provincias a la capital. Todo ello a favor de la lucha por
los derechos de los trabajadores psicólogos y, en el plano general, en
defensa del derecho de la población a recibir una prestación psicológica
garantizada por la historia y por las instituciones formadoras de
psicólogos.
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compañeros del momento que supieron interpretar el espíritu del gremio
y, a pesar del complicado momento político e ideológico del país, tomaron
la iniciativa de hacer un llamado a los psicólogos para lograr un
entendimiento en torno a coincidencias básicas.
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BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
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