Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Diego Galperin2
2. La Astronomía y la gente
La Astronomía es y ha sido un área de especial interés para gran parte de la población. Los
planetas, estrellas y demás cuerpos celestes despiertan enorme curiosidad, cuestionamientos,
formulación de preguntas y, sobre todo, la revisión de nosotros mismos, de nuestro lugar en el
universo. Es así como las series, películas, artículos y demás materiales referidos a este tema
son de habitual lectura y admiración por gran parte de la población. Sin embargo, la mayoría
de la gente posee muy pocos conocimientos acerca del tema y, a su vez, no se encuentra
acostumbrada a levantar la vista para observar el cielo y los fenómenos que allí ocurren. Esto
se debe a que la información que habitualmente se nos brinda está relacionada con lo que se
podría visualizar desde el espacio exterior; o sea, desde afuera de la Tierra. Nos hablan del
Sistema Solar, pero nunca nos dicen cómo pueden verse los planetas en el cielo. Nos cuentan
1
Esta publicación es el resultado de distintos proyectos relacionados con la Astronomía llevados a cabo en la
localidad de El Bolsón, Río Negro. Agradecemos la colaboración de los directivos y docentes de las escuelas,
de los alumnos y padres que participan de las actividades y de las siguientes instituciones: Instituto de
Formación Docente Continua de El Bolsón, Ministerio de Educación de la Nación y Fundación YPF.
2
Se agradece la inestimable colaboración en la redacción y revisión de este material por parte de la Lic. María
Cecilia Bordoli, quien participa activamente en estos proyectos desde hace varios años.
acerca de la Luna, pero no se nos explica acerca de cómo son sus movimientos vistos desde
nuestra posición de observación. Hasta nos hablan mucho del Sol, de su temperatura, sus
explosiones, etc, pero no conocemos cómo éste astro se mueve en el cielo a lo largo de los
meses, hecho sumamente notorio que provoca una consecuencia tan importante como las
estaciones del año. A su vez, y no es un dato menor, la mayoría de esta información nos llega
a través de los medios de comunicación en un formato periodístico muy compactado y sin
desarrollo suficiente, lo que hace que cueste decodificarla y comprenderla.
Por otro lado, es habitual encontrar una creencia bastante común que el paso por los años de
escolaridad y las modernas teorías científicas no han logrado transformar: que en el cielo
ocurren cosas muy diferentes a las que suceden en la Tierra y que le dan a éste un carácter
“sobrenatural”. O sea, pese a que la información científica que se nos transmite día a día
evidencia la universalidad de los fenómenos físicos, la gente sigue pensando que los
fenómenos terrestres, y las leyes que los rigen, no tienen conexión con lo que sucede fuera de
la Tierra, manteniéndose una dicotomía cielo - tierra.
Para generar cambios en esta forma de relacionar los fenómenos celestes con explicaciones
“sobrenaturales” y con la idea de la necesidad de objetos tecnológicos para estudiarlos, es
necesario que la escuela comience a incorporar dichos fenómenos dentro de su currículum de
ciencias con el fin de mostrar que pueden ser descriptos a partir de observaciones sencillas del
cielo para las cuales podemos brindar explicaciones adecuadas a cada nivel de escolaridad. De
esta manera, se comenzará a relacionar a los fenómenos celestes con los sucesos que nos
rodean y no quedarán desconectados de nuestras percepciones cotidianas como si fuese sólo
una temática para los más “sabios” de la comunidad. A su vez, esto favorecerá la necesidad
de investigar sus explicaciones y de comprender sus causas físicas, mostrando lo natural de
estos fenómenos, tal como ocurre con otros sucesos naturales que observamos todos los días.
Por otro lado, es importante destacar la fascinación que provoca el cielo debido a que nos
genera cuestionamientos respecto al lugar que ocupamos en el universo y acerca de su origen
y evolución. Mirando el cielo nos encontramos observando el pasado, nuestro presente y
nuestro posible futuro y, por lo tanto, nos despierta sentimientos e ideas apasionantes.
3. La Astronomía y la escuela
Esta forma comunicacional mencionada anteriormente, en la cual se brinda información
parcial sin sustento físico, sin relación con el entorno celeste que nos rodea, sin pasar de una
mera descripción cualitativa de los fenómenos y sin ahondar científicamente en cómo éstos
sucesos nos influyen o no, ha sido reproducida por nuestro sistema educativo.
Por ejemplo, es una práctica común en las aulas la realización de maquetas que representan el
Sistema Solar en las cuales se visualiza, en forma esquemática, el orden de los planetas y
alguna característica propia de cada uno, la cual queda casi siempre representada por el color
con el que se pinta a cada astro. En este sentido, una idea más aproximada acerca de nuestro
sistema planetario que ponga el énfasis en las distancias y los tamaños a escala de los cuerpos
que lo forman o que ayude a la comprensión de las causas físicas que rigen su
comportamiento ha sido desde siempre muy poco trabajada pese a que se encuentra como
propuesta didáctica en muchos textos.
A su vez, es muy raro que las actividades que se proponen relacionen a la Astronomía con lo
que los estudiantes pueden observar en su entorno cercano: los fenómenos celestes que
ocurren cotidianamente a su alrededor. En conclusión, pareciera ser que estudiar Astronomía
no tiene que ver con conocer el cielo que podemos observar a diario y, entonces, se brinda
implícitamente una idea errónea respecto a que estos fenómenos no tienen trascendencia en
nuestra vida corriente. De esta forma, los alumnos pierden una importante oportunidad: la de
comprender la cantidad de cambios culturales, filosóficos y científicos que ha habido en la
historia de la humanidad en relación a la necesidad de explicar y predecir el movimiento de
los astros en el cielo (Kuhn, 1957).
5. La propuesta
Para planificar unidades didácticas en relación a la Astronomía es importante, tal como ya
hemos explicitado, tener en cuenta que los niños poseen experiencias astronómicas concretas
e ideas y teorías ligadas a ellas desde muy temprana edad (Nussbaum, 1989), por lo cual las
experiencias didácticas que se propongan deben comenzar por describir estos fenómenos
desde la posición del observador; o sea, desde su posición topocéntrica (Camino, 1999).
En consecuencia, tiene gran importancia la realización de actividades de observación a simple
vista del cielo ya que son indispensables para cumplir con el propósito de volver a reconciliar
la Astronomía con la observación y para poder recuperar la costumbre ancestral que ligaba al
hombre con su entorno, del cual el cielo era una parte más que trascendente.
Estas actividades deben estar dirigidas a reconocer los astros más importantes que podemos
ver en el cielo, a conocer sus nombres y a tratar de determinar cómo éstos modifican sus
posiciones a lo largo del tiempo, siempre desde una posición centrada en nuestro propio punto
de referencia. De esta forma, a partir de propuestas de observación y registro del cielo, tanto
diurno como nocturno, los docentes podrán desarrollar contenidos sumamente importantes y
totalmente alejados actualmente del ámbito escolar:
- La observación del cielo diurno. El movimiento aparente del Sol. El movimiento diario y
su relación con el día y la noche. El mediodía solar y la determinación de la línea norte -
sur. La diferencia entre la hora solar y civil. La variación anual de la trayectoria del Sol y
su relación con las estaciones del año. Sus consecuencias históricas para la determinación
del perímetro terrestre. Los solsticios y equinoccios. Los trópicos y círculos polares.
- La observación del cielo nocturno. Las estrellas y constelaciones más importantes. El
movimiento aparente de la esfera celeste. Los polos celestes. Las constelaciones
circumpolares. Las similitudes y diferencias en el desplazamiento de estrellas y planetas.
Las constelaciones del zodíaco. El movimiento aparente de los planetas: los planetas de la
antigüedad. La relación con los días de la semana. Reconocimiento de planetas a simple
vista en el cielo.
- La observación de la Luna. La Luna y el Sol como planetas de la antigüedad. Calendarios
lunares y solares. Fundamentos filosóficos del universo antiguo. Surgimiento de la
Astrología. Diferencia entre Astrología y Astronomía. Fenómenos basados en la relación
entre las posiciones relativas del Sol y la Luna: fases de la Luna y eclipses.
A su vez, sostenemos que esta propuesta didáctica “geocéntrica", centrada en la observación,
descripción y explicación de los fenómenos celestes tal como se los puede distinguir a simple
vista, debe dar lugar, posteriormente, a la introducción de una visión más abstracta y
descentrada de nuestra posición de observadores terrestres. En este sentido, creemos que la
explicación de los fenómenos astronómicos utilizando el modelo heliocéntrico, en el cual la
Tierra se encuentra en movimiento, debe generarse luego de haber observado y comprendido
cuáles son los fenómenos celestes que deseamos explicar. De esta manera estaremos
reconociendo el valor que ha tenido el modelo geocéntrico a lo largo de la historia, de su gran
simplicidad para modelar lo que se observa en el cielo y de su gran utilidad práctica para
explicar y predecir la mayoría de los fenómenos celestes más cotidianos (Gellon, 2005).
Propósitos
Revalorizar la importancia de la inserción de actividades de observación a simple vista del
cielo para el desarrollo y la comprensión de los contenidos de Astronomía.
Utilizar el modelo de universo antiguo (el “Universo de las dos esferas”) como forma de
explicación sencilla de los fenómenos que se observan a diario en el cielo.
Reconocer los conceptos sociales y filosóficos que influyen sobre las distintas
percepciones que tienen los hombres respecto al universo del que forman parte.
Vivenciar una metodología de enseñanza de la Astronomía basada en el desarrollo y
complejización de las teorías explicativas a medida que se avanza en la observación de los
fenómenos celestes.
Comprender las causas y consecuencias de la repetición de algunos ciclos astronómicos.
Reconocer la estructura del sistema solar, su escala, las relaciones existentes entre los
distintos cuerpos que lo forman y las causas físicas que rigen su funcionamiento.
Contenidos
Actividad Nro. 1: La observación del cielo diurno
Variación diaria de la sombra del Sol. El mediodía solar y la línea norte - sur. El fenómeno
del día y la noche. Variación anual de la sombra del Sol. El fenómeno de las estaciones
del año. Solsticios y equinoccios. Eratóstenes y la forma de la Tierra.
Actividad Nro. 2: La observación del cielo nocturno
Constelaciones, estrellas y planetas. El modelo de universo antiguo: las dos esferas.
Movimiento de la esfera celeste. Movimiento propio de los planetas. Los planetas de la
antigüedad y su relación con los días de la semana. El zodíaco. Diferencia entre
Astronomía y Astrología. La Luna como planeta de la antigüedad: su posibilidad de
observación tanto de día como de noche. Fases.
Actividad Nro. 3: El Sistema Solar
El modelo heliocéntrico. Las contribuciones de Copérnico y Kepler. Fuerza de gravedad.
Relación entre distancia y velocidad. Planetas y satélites. Escalas relativas de tamaños y
distancias al Sol de los planetas.
Actividad Nro. 4: Los movimientos de la Tierra y la Luna y sus consecuencias
El planeta Tierra y sus movimientos. Inclinación del eje. Trópicos y círculos polares.
Husos horarios. Diferencia entre hora solar y civil. El sistema Tierra - Sol - Luna.
Movimientos de la Luna. Fases y cara oculta. Eclipses.
4
Pueden consultarse los trabajos realizados por alumnos a partir de las actividades de observación del cielo
planteadas en esta propuesta en la página web www.astronomiabolson.com.ar/registros.html.
Pónganle número a cada sombra y completen una tabla en la que indiquen el número de
sombra, la longitud y la hora correspondiente. Una vez que noten que las sombras
comienzan a alargarse, presten atención y traten de registrar tres o cuatro sombras cuyas
longitudes sean iguales a las de otras sombras medidas anteriormente mientras las mismas
se iban acortando.
Determinen la dirección de la línea norte - sur: al finalizar, sin mover la cartulina, unan
los extremos de las sombras de igual longitud con unas líneas auxiliares finas. Marquen
los puntos medios de ellas y tracen una línea que pase por dichos puntos. Esa línea indica
la dirección norte – sur o meridiana del lugar (ver Figura 1).
Determinen el horario del mediodía solar: busquen en la hoja o cartulina cuál fue la
longitud y el horario de la sombra más cercana a la línea norte – sur trazada anteriormente.
¿Es la más corta de todas? Debería serlo ya que el Sol en ese momento se encuentra en su
posición más alta del día. Ese instante se llama mediodía solar. Completen la tabla:
Mediodía Horario del Lugar hacia donde Diferencia entre el
solar en mediodía solar apunta la sombra mediodía solar y el
(¿Norte o sur?) mediodía civil
…………………
.
(colocar
localidad)
NORTE
Actividad 2a: Observación del movimiento de las estrellas durante una noche
Realicen una observación nocturna del cielo y registren la posición de las estrellas más
brillantes. Para ello, dibujen tres horizontes distintos: uno mirando hacia el este, otro
mirando hacia el oeste y otra hacia el sur. En cada uno de ellos es importante que registren
la posición geográfica hacia la que miran, la hora de observación y que den una idea de
la altura a la que se encuentra cada estrella visualizada tomando como convención que la
parte inferior de la hoja es el horizonte.
Una media hora más tarde realicen una nueva observación del cielo teniendo en la mano las
hojas anteriores. ¿Se desplazaron las estrellas? ¿Hacia dónde? Registren con otro color la
nueva ubicación de las estrellas visualizadas previamente y la nueva hora de observación.
Actividad 2b: Observación del movimiento realizado por la Luna de un día al otro
Realicen 3 observaciones del cielo durante las noches que permitan poner en evidencia
cómo cambia la posición de la Luna respecto al horizonte de un día al otro. Para ello,
dibujen los horizontes este y oeste del lugar en que viven para tenerlos como referencia.
Comiencen una noche en que la Luna se observe hacia el oeste (uno o dos días después de
la Luna nueva): dibujen la forma que tiene nuestro satélite ese día y la posición en la que se
encuentra respecto al horizonte indicando, a su vez, la fecha y la hora. Repitan el
procedimiento dibujando la posición de la Luna a la misma hora aproximadamente cada 1
ó 2 días (utilizando el mapa hacia el este si es necesario). Si pueden, continúen hasta que la
Luna ya no se observe en el cielo a esa hora.
Realicen 3 observaciones del cielo durante las mañanas que permitan poner en evidencia
cómo cambia la posición de la Luna respecto al Sol y al horizonte de un día al otro. Para
ello, dibujen los horizontes este y oeste del lugar en que viven para tenerlos como
referencia. Comiencen un día en que la Luna se observe hacia el oeste por la mañana:
dibujen la forma que tiene nuestro satélite ese día y la posición en la que se encuentra
respecto al horizonte indicando, a su vez, la fecha y la hora. Repitan el procedimiento
dibujando la posición de la Luna a la misma hora aproximadamente cada 1 ó 2 días
(utilizando el mapa hacia el este cuando sea necesario). Si pueden, continúen hasta que la
Luna ya no se observe en el cielo a esa hora.
1 2 3 4
7 8
5 6
2
3 1
Figura 2: Trayectorias del Sol en distintas épocas del año: más alta al comenzar el verano
(1) y más baja al comienzo del invierno (3). La trayectoria 2 corresponde a los equinoccios.
Solsticio de invierno
Trayectoria del Sol más al norte (Sol más bajo y sombra más larga):
de todo el año: salida al norte NORTE = latitud + 23º
del este y puesta al norte del
oeste. Por ese motivo, comienza
el invierno en el hemisferio sur Solsticio de verano
y el verano en el norte. Todas
las localidades situadas al norte (Sol más alto y sombra más corta):
del Trópico de Cáncer tienen = latitud - 23º
sombra en todo momento del año.
gnomon
Equinoccio -del
Esquema explicativo 20/3 22/9aparente
movimiento - Equinoccio Ecuador
del Sol en un año
SOL ESTE
OESTE
sur
sur del Trópico de Capricornio
SOL del
OESTE ESTE
Solsticio de diciembre - 21/12
En la antigüedad, las estrellas formaban parte integrante del entorno cotidiano del hombre y
los cuerpos celestes tenían como función medir el tiempo y marcar el calendario para
determinar, sobre todo, etapas agrícolas (como la siembra o la cosecha) o fechas religiosas,
muchas veces relacionadas con la agricultura.
En tales circunstancias no resulta extraño que ya desde épocas remotas los hombres hayan
agrupado las estrellas del cielo en constelaciones: grupos de estrellas vecinas que podían ser
reconocidas debido a que no varían sus posiciones relativas. Sin embargo, observando en una
noche despejada durante un lapso de unas pocas horas es muy simple detectar que las
constelaciones se encuentran en movimiento, aunque siempre lo hacen conservando sus
formas. Este movimiento no es azaroso ya que se debe al movimiento de rotación terrestre y,
por lo tanto, cada constelación describe un círculo cuyo centro es un punto imaginario del
cielo al que se denomina polo celeste. Este punto constituye la proyección del eje de rotación
terrestre en el cielo y su posición tiene relación con la latitud del lugar en el que nos
encontramos (ver Figura 4).
Cruz del
Sur
POLO SUR
CELESTE
SUR SUR
Figura 4: Ubicación del Polo Sur Celeste en dos localidades del hemisferio sur. A la
izquierda, en Bariloche, a 41º de altura mirando hacia el sur. A la derecha, a 22º de
altura, en la ciudad de Río de Janeiro. Se indica el sentido de giro “horario” de las
estrellas mostrando cómo se mueve la Cruz del Sur.
12. Bibliografía
Aisenberg, Beatriz y Alderoqui, Silvia (comps.) (1994): Didáctica de las Ciencias Sociales.
Aportes y reflexiones. Cap. 6. Buenos Aires, Paidós.
Ausubel, David (1976): Psicología Educativa: un punto de vista cognitivo. México, Trillas.
Bastero Monserrat, Juan (2000): Astronomía sin dejar la Tierra. Barcelona, Octaedro.
Carretero, Mario. (1996): Construir y enseñar las ciencias experimentales. Madrid, Alianza.
Camino, Néstor (1998): Construcción de las nociones de espacio y tiempo en segundo y
tercer ciclo de E.G.B. Esquel, Complejo Plaza del Cielo, Universidad Nac. de la Patagonia.
Camino, Néstor (1999): Sobre la didáctica de la astronomía y su inserción en EGB, en
Kaufman, Miriam y Fumagalli, Laura (comp.), Enseñar ciencias naturales. Buenos Aires,
Paidós.
Castorina, José Antonio y Lenzi, Alicia (comps.) (2000): La formación de los conocimientos
sociales en los niños. Investigaciones psicológicas y perspectivas educativas. Barcelona,
Gedisa.
Chalmers, Alan (1984): ¿Qué es esa cosa llamada ciencia? Madrid, Siglo XXI.
Galagovsky, Lydia (1993): Hacia un nuevo rol docente. Buenos Aires, Troquel.
Galagovsky, Lydia, Galperin, Diego, Muñoz, Juan Carlos (1997): Enseñanza del Universo
en 3er. ciclo de EGB. Mar del Plata, Memorias de la REF X. Mar del Plata.
Galperin, Diego (2003): Aprender a contemplar el cielo. 1- El movimiento de las estrellas.
Buenos Aires, Dunken.
Galperin, Diego (2004): Aprender a contemplar el cielo. 2- Constelaciones para ver todo el
año. Buenos Aires, Dunken.
Galperin, Diego (2005): La escuela y la Astronomía observacional. Bariloche, Memorias de
la REF XIV.
Gellon, Gabriel, Rosenvasser Feher, Elsa, Furman, Melina y Golombek, Diego (2005): La
ciencia en el aula. Buenos Aires, Paidós.
Harlen, Wynne (1989): Enseñanza y aprendizaje de las ciencias. Madrid, Morata.
Kuhn, Thomas (1957): La revolución copernicana. Barcelona, Planeta.
Kuhn, Thomas (1962): La estructura de las revoluciones científicas. México, Fondo de
Cultura Económica.
Levy, David (1995): Observar el cielo. Barcelona, Planeta.
Núñez, Carmen (1997): Notas celestes. Un viaje por la Vía Láctea. Buenos Aires, Fondo de
Cultura Económica de Argentina.
Nussbaum, Joseph (1989): La tierra como cuerpo cósmico, en Driver, Rosalind, Guesne,
Edith, Tiberghien, Andreé, “Ideas científicas en la infancia y la adolescencia”. Madrid,
Morata.
Porcellino, Michael (1992): En busca de las estrellas. Una introducción a la astronomía.
Madrid, Mc Graw Hill.
Pozo, Juan Ignacio y Gómez Crespo, Miguel Angel (1998): Aprender y enseñar ciencia.
Madrid, Morata.
Rosenvasser Feher, Elsa (2004): Cielito lindo. Buenos Aires, Siglo Veintiuno editores
Argentina.
Saizar, Pedro (2007): Por los senderos de la noche. Buenos Aires, Eudeba.
Tignanelli, Horacio (1997): Astronomía en Liliput. Buenos Aires, Ediciones Colihue.