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Con los nuevos criterios de los Trastornos del Espectro Autista (TEA), el DSM 5 se inclina por
incluirlos entre los trastornos del desarrollo del lenguaje, decisión que presenta algunas
ventajas e inconvenientes. La ventaja fundamental consiste en el reconocimiento de una
amplia variedad de investigaciones que han puesto en evidencia que el TCSP no es
exclusivo de los TEA, sino que lo podemos encontrar de forma aislada, o como
manifestación clínica, en otras trastornos neuropsiquiátricos, (TDAH, Trastornos Obsesivos
etc…). El mayor inconveniente, se deriva de la gran cantidad de recursos logopédicos,
psicopedagógicos e institucionales dedicados al autismo de los que, si no tenemos cuidado y
lo reivindicamos, los niños diagnosticados de TCSP podrían no beneficiarse. Esto que cabo de
reseñar no es algo especulativo, sino que ya hoy nos vemos obligados en las consultas de
psiquiatría infantil a “forzar” algunos diagnósticos para que el niño pueda recibir las
ayudas necesarias.
Antecedentes históricos
Habitualmente, cuando se describen los trastornos del desarrollo del lenguaje, a las
entidades clínicas que presentaban un compromiso con la expresión y/o comprensión del
mismo o con anomalías morfosintácticas, también se le denominaban Disfasias del
Desarrollo o evolutivas.
En las disfasias se describían, a su vez, una amplia variedad de subtipos con insuficiente
base científica algunas de ellas.
Fueron Rapin y Allen los que en 1985 describen el Síndrome por Déficit Semántico-
Pragmático en el que, conjuntamente con la alteración pragmática en la comunicación
social, recogían los síntomas siguientes: verbosidad, déficits en la compresión, dificultad
para encontrar las palabras correctamente, elección de palabras incorrectas, alteraciones
fonológico-sintácticas, dificultad en sus habilidades conversacionales, hablar dando la
impresión de no dirigirse a una persona en particular, dificultad para mantener el tema
durante la conversación y pararrespuestas.
Trastorno de la Comunicación Social (pragmático) vs autismo
Unos años más tarde, Bishop y Rosenblaum describen en 1987 el Trastorno Semántico-
Pragmático con la intención de incluir a un número de niños que ocuparían un espacio
intermedio entre el TEA y los trastornos específicos del desarrollo del lenguaje (Tabla -1).
Tanto Rapin como Bishop enfatizan en estos niños las dificultades en la comunicación social
pragmática. Para ellos, este problema va adquiriendo más importancia clínica conforme las
exigencias del contexto social del niños van aumentando.
Creo que desde la aparición del DSM IV y la CIE 10, con la inclusión del Síndrome de
Asperger en los Trastornos del Espectro Autista , han sido numerosos los casos
diagnosticados como Asperger, siendo en realidad pacientes con trastorno pragmático de la
comunicación social.
Clínica y diagnóstico
Tabla 2.
Los niños con un TCSP se verán afectados tanto en la comunicación verbal como no
verbal y Lo más destacado, como núcleo semiológico, sería:
Hay autores que se resisten a admitir al TCSP como una entidad diagnóstica ya que se ha
observado en una amplia variedad de trastornos del neurodesarrollo y psiquiátricos . Sin
embargo, compartimos la postura que defiende su permanencia , en la medida que es la
mejor forma de seguir profundizando científicamente en su conocimiento.
Evaluación diagnóstica
Habría que operacional los criterios diagnósticos los mejor posible con la finalidad de
optimizar su fiabilidad, ya que se corre el riesgo de incluir con TCSP todos aquellos
casos de TEA que no presenten conductas repetitivas e intereses restringidos. Para que
esto no suceda, es muy importante tener en cuenta que el problemas de la
comunicación social en los TEA se deben a un déficit en el procesamiento cognitivo de
de la comunicación social derivado de la ausencia de teoría de la mente (empatía), algo
que no sucede en el TCSP.
Trastorno de la Comunicación Social (pragmático) vs autismo
Si realmente estamos ante una nueva entidad, se debería profundizar en sus aspectos
etiológicos, su historia natural (pronóstico), así como determinar si se precisa de
intervenciones específicas.
También se ha planteado si la presencia de intereses restringidos y conductas
repetitivas se insertan en un trastorno cualitativamente diferente , o bien es un factor
de gravedad añadida al TCSP aislado.
Existen diversos instrumentos para la evaluación clínica del TCSP, siendo el más
ampliamente estudiados el Children’s Communication Checklist, el Test of Pragmatic
language y el Comprehensive Assessmentof Spoken Language.
Observación estructurada.
Tal vez sea el procedimiento más fiable. Consiste en crear un ambiente natural en donde se
organizan actividades encaminadas generar la comunicación social y actividades de
cooperación para evaluar los intercambios sociales.