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!!.L NIÑO: :_r;,t i!..JTE.Rr~OCL7::.;.~{: ~-~. · ·
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en este caso); preguntas que exigen un trab;;;jo cognitivo y que, 3. APUCAR, REPLICAR, RECREAR*
porqpe son_ planteadas e intentan ser resueltas, contribuyen :a 12
creación .del suJe.to psicológico. Piaget quizás no distinguió &ufi.
cientemente estos d9s "sujetos", pero no es oponiéndolos corno

llegaremos a comprender al niño "interlocutor intelec!:ual" que

nos ha legado Piaget. ·

E.ste trabajo se organiza alrededor de la siguiente pregunta: ¿Es po­

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FE eRE ;eo :Vt'Gf1JCJ~1 DE Jt/1_t.J ~:IIG!L .
sible fai'l'e du Piaget ("aplicar Piaget") en dominios que no· fueron par­
te de las preocupaciones del Piaget investigador? Me refiero aquí ex­
clusivamente a temas básicos de investigación psicológica.
C4f·.3·. ¿cómo dar una. respuesta positiva a este -riesafio? Lo sentí como
un desafio desde que tuve contacto con La-psit:ología de la inteligen­
cia, en una. época en que era estudiante de psicología en la Univer­
sidad de Buenos Aires y no tenía con quién discutit mi lectura de
ese texto, uno más en la bibliografia de un curso de psicología evo­
lutiva.
La psicología de la inteligencia (o la psicología de los procesos
~
cognitivos, para usar un lenguaje más moderno) no es. la misma an-.
~
tes y después de Piaget. ¿Qué es lo que hace un autor que divide de
< tal. manera un campo científico específico? Hace mucha.o; cosas,
H .Q pero sólo una es fundamental: redefme las preguntae-de investiga·

o '
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ción. Al hacerlo, nos da nuevos ojos para mirar fenómenos que
creíamos conocer y que resultan otra- vez nuevos y desconocidos. En
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otros términos, nos da nuevos esquemas conceptuales para inter­
. pr~.tar la realidad. ·
2 . !
i . Cambiar las preguntas y, en consecuencia, cambiar la mirada. Ésa
2 ··­

:)()-. ~ es 1! tarea de alguien qu~ establece un "antes de~ y un "después de".

' ¡ Piaget epistemólogo: en )ugar de (cuál es la naturaleza del conoc~­


o·· miento?, nos pJX)pone ~cómo se p~a de un estado de "menor" e(.~·

~ ~ 8

noctmiento a un estado de "mayor.. conocimiento? ("menor" y "rna~


yor" según _parámetros: externos a la epistemología, según la

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valoración·<l'~ quienes contribuyen a la práctica constructiva de una
determinada disciplina). Piaget psicólo2:o: en lugar de ¿cuándo, a

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~ :5 ... cuál edad, con cuánta frecuencia o bajo 'f"'é condiciones un niño re­
suelve tal o e~ problema?. nos propone considerar con la mayor
'-J atención las respuestas desviantes como la vfa regia de acceso a les
mecanismos de formación de las nociones y los modos de acceder :1
la comprensión de "lo real".

* Publicado originalmente en Substratum.


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Todo eso es bien sabido. Lo que no es b1e:c sabido, porque sólo de Piaget es un cuerpo teórico cerrado (definitivamente cerrado
se sabe haciéndolo, es qué significa fére du Jl1.a.get fuera de los do­ con la muer-...e de Piaget); b] que el dominio X al cual se aplicaría la
minios en los que él trabajó (domi..'1ios definidos por !as preguiltas teoría tiene contornos previos definidos o bien que los contornos
epistemológicas, más que por el interés estrictamente psicológico de de dicho dominio quedan definidos por el hecho mismo de la apli­
las mismas). cación. (Exactamente así se su~le hablar de ias operaciones cone1·e*
Lohe di~p más d~diez_veces por escrito y seguramente más de tas: constituyen una estructura cerrada que se va aplicando a dis*
den en preseiú:aciones orafes: o bien sé concibe el legado piagetia­ tintos contenidos, los cuales manifiestan grados de resistencia
no como un conjunto cerrado de trabajos acerca de la génesis del específicos, contenidos que, a su vez, son definidos desde "fuera"
pensamieÍlto lógico, de las grandes categorías de espacio. tiempo y del trab?Jo c_>peratorio.)
causalidad. así como de las nocioneS matemáticas y físicas elemen­ Si la teoría de Piaget fuera un cuerpo teórico cerrado no podría
taléS; o'bien.se,lo conqbe como una teoría general de procesos de dar cuenta de p.uevos c~ntenidos o, a lo sumo, podría dar cuenta de
adquisición de :conod.m~ento,_ desarrollada en dichos dominios, ellos apena&biij~ ~ for:rpa de puras analogías. ¿Queda una teoría de~
pero pot.encialrilepte- apta para dar cuenta de los .procesos de cons­ fini~vamen,te cei:rada~la muerte de. su creador? ¿No se siguió aca­
trucción dé' otras nociones en otros dominios. si>desarroUanao·íá teoría de Newton durante todo un
siglo; después
Obviamente, me indino por la segunda alternativa. Pero esa al­ de la muerte de su autor. sin dejar de ser "l·a teoría de Newton"?
ternativa no resuelve ningúp problema sino que abre nuevos inte­ (No será quizás mejor hablar del desarrollo de la psicología ge­
rrogantes. {Qué quiere decir,que ·\lila teoría es potenc~lmente apta nética hacia otros dominios,ohacia nuevos problemas? Esta formula~
para dar cuenta de otros proceso~ de adquisición de conúcimientos? ción aligera la pregunta pero no anticipa la respuesta.
(Cómo se procede para verificarlo? · En cualquier caso, la idea misma de "aplicación" hace pensar en
Piaget autor defiende la realidad de los procesos de asimilación. una acción unidireccional: de la teoría hacia un dominio de a;>líca­
y él mismo resultó víctima de dichos procesos de asimilación. Fl Pia­ ción: sin consecuencias para la teQIÍa. .
get asimilado, deglutido, incorporado a esquemas previos (sin la ne­ Pero me parece más coherente con el pensamiento piagetiano el •
cesária acomodación) se convirtió en una caricatura de st mismo: un pensar las teorías com,o sistemas asimiladores que tienden a absor­
conjunto de estadios, un conjunto de nociones adquiridas en derto ber fragmentos progresivamente mayores de la realidad. Al igual
orden, ~ fiUUll tmmJm to old educatiun.al Jrrolile,ns. que los esquemas de acción, no tienden a cambiar sino a permane­
En ese contexto simplificádor, aplicar Piaget a otros domini.'\5 po­ cer; es el ejercicio mismo de la acción y la resistencia de los objetos
dría consistir en ~~ trabajo puramente deductivo: dadas tales _i)ro­ lo que obliga al cambio.
piedades de las estructúras que defmen los estadios, y dada una cier­ La analogí~ entre teoría.S cienqficas y esquemas asimilado res per­
ta descripción del objeto a ser conocido, it follows que sólo a· tal o mite de inmediato ver que no se trataría de una acción unidireccio­
cual nivel _cognitivo ese objeto podría ser conocido (y "1las8Je il~gí­ nal ("aplicación") sino de un proceso que conlleva el rie~go del fra­
timo- podría ser enseñado en un contexto escolar). caso o de cambios impredictibles en ambas direcciones.
Apll~ Piaget a otros domiruos también podría significar utilizar 1 Cuando la teoría se pone a prut':>a frente a otros objetos puede
las mai Uam~ _"p¡;uebas piagetianas" p~ra determinar el nivel ope­ i ocurriJ que fracase en el intento de dar cuenta de ellos. Sin embar-­

ratorio de los niftos y buscar relaciones o correlaciones con el de­ go, y a pesar de las ce. ;"!otaciones del verbo "fracasar", ésta es ía si­

sempeño en tareas probablemente. sinJlares pero efectuadas con tuación menos riesgosa para una teoría (obvíamente, cuando se tra­

'JU'OS Q,bjetos. ta de objetos diferentes de aquéllos con respecto a los cuales fue

Pero nada de eso lleva a redefinir las preguntas, y eso es lo fun­ generada, y a condición de definir adecuadamente dicha diferen­

damental. .
cia): la teoría no resulta modificada y el conjunto de objetos y rela­

Es la noción misma "aplicar Piag~t a X" la que debería ser aban­ ciones que se intentó ver a la luz de la teoría no han recibido nuevas

donada, porque este modo de hablar parece sugerir: a] que la teoría .r.
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interpretaciones.

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36 AFLlCAR, .RD'UCAR, RECRE.A.R APLICAR, REYUCAR, RECREAR ·"

El caso más riesgoso para la teoría -paradójicamenté- es aquel ducción de la idea de reglas recursivas se poni<~.n a prueba orador, :e
en d que-resUlta adecuada para dar cuenta de nuevos objetos. Es el que jamás podrían ser producidas oraln¡ente (por ejemplo: Titt.' ;s
caso. más riesgoso porque, siguiendo con la analogía antes mencio­ the hoy that the man whom the lady whom ourfriend saw kn.ows hü, -~> :hle­
nada, la teoría puéde sufrir algunas modificaciones, sin pretender· singer, 1968; citado por Greene, pp. 135-136).
lo. Loa nuevoa objetos son los que, en este caso, resultan más afee· Es cierto que en ese trabajo de tesis busco establecer relac:Jnes
tados por la interpretación: si la "asimilación teórica" es exitosa, entre niveies de organización del pensamiento anteriores a los mve­
esos objetos. no· serán conceptualizados igual_que antes. les operatorios (la renversabilité·me reSulta entonces una noción fun·
damentai)· y comportamiento lingüístico. Sin embargo, enfati~o. que
Uegué a Gitlebra cuando Hermine Sinclair acababa de defender su "no se trata de reducir el lenguaje al pé~ierito, sino de ha_~er ~e­
tesis tebre,~ y operatividad. Momento crucial, porque pare­ rivar ambos de la organización.general de lu:at:eiones, en. el marco
cía PQJible reintroducir una problemática -la de la adquisición del de .una. teoría genética de las actividade'" mgnttivas" (p. 12), más
lenguaje- que el-mismo Piaget:babía dejado de lado varios años an­ ~ maaifiesto ciertD·malestar con la, noción piagetiana de "fun­
tes. Ellengm9e como vía de acceso al penaamientológico había sido ción.aemiótica" "·que engl.obalbajo una misma denominación al len·
de~o. Sue.istía la problemática del lenguaje_ como instrumen­ .guajejunto-oon el juego simbólico, la imiUtción diferida y l¡1 repre·
to ·de acciones sociales, el lenguaje como modo de· cornwricar una ~sentación. en imágenes. Explicito que "no es posible afirmar que
visión del mundo y el lenguaje como objeto en sí. .acerca: del cual es todas esas actividades van a evolucionar según las riúsmas leyes. de
posible pensar y también hablar. -organización [... ] Es necesario subrayar que los 'signos· Iin~sticos'
,Eran los años del impacto de la teoría de Chomsky. La esperanza van a constituir un sistema, mientras que los· símbolos y las imáge­
en la fuerza organizadora del comp<)nente sintáctico y en la posibi· nes meñtales [ambos individuales] no van a constituir jamás '!-in si$­
lidad de formalizir todas las reglas sintácticas. La apuesta hacia los tema'' {p. 11). · ·.
univenales lingüísticos (innatos o no, eso pareeía una. cuestión que Por su parte, en-el prefacio a la edición de mi tesi$, Piaget se in­
la escuela de Ginebra podría ayudar a dilucidar). Lapsicolingüística dina hacia una solución no reduccionista de las relaciones entre
estaba naciendo (o renaciendo, como quiera vérselo); las estructuras pensamiento y lenguaje. Allí expresa su insatisfacCiÓn cori una in­
sintácticas estaban allí, esperando ser puestas en relación con las es­ terpretación en términos "de un proceso de sentido único que con­
tructuras intelectuales; la noción de "transformaciones" a partir de "' duciria de la operación hacia nuevos contenidos impuestos po;r la
una forma de base parecía tan promisoria... realidad" (p. xn). · ·
Mí tesi& {Lit~ tnnporelles dam le langap dll'mfant, dirigida ,.
<'! . ;· .
y prologada-por Jean Piaget) pu~de ser considerada, vista ahora ,en En 1971,, después. de terminar· mi tesis sobre las relaciones tempo­
perspectiva,·ecamo un intento d_emasiado directo de aplicación de la ~rales, ~ a Argir,ltina, con una beca Guggenheim que me per­

teoría de Piaget a la adquisición del lenguaje. ·ffis realmente así? La ~tina sdb~vfr sin·:,apoyo institucional y seguir investigando -en

respuesta puede ser á la vez positiva y negativa. Es cierto que allí se \ma perspectiva comparativa- otras estructuras si~tácticas coniple­
estudia. el .lenguaje (producción y comprensión) desde un áT: JUlo . · jas (las oraciones iruroducidas por un pronombre relativo). Form~.

que podrlamos calificar de. "excesivamente intelectual" .(encontrar · un grupo de trabajo con personas jóvenes, deseosas de aprender:
o
conversas inversas,al invertir el orden de enunciación de los.even­ allí esL;.,an Ana Teberosky, Ana María K.aufriian, Alicia Lenzi. Pos­
tos, .lQ. cual :recuerda de muy cerca las formas de inversión que pre- ·· teriormente, poco antes de que la dktadura müitar pusiera fm a
ceden a ;la, ·ieveBibilidad operatoria). Pero e8 preciso recordar que nuestras aspiraciones investigativas, se incorporaron Susana Fer·
todos los psicolingüistas de la época utilizaban oraciones fuera de nández y Li.liana Tolchinsky. Objetivo inicial! comprender cómo se
contexto, y quf! la .. gimnasia sintáctica" se apli~ba regularmente en utiliza ellengucye en el inicio de la·irtstrucción escolar. Pronto des­
todos los experimentos. con la pretensión de alcanzar lo sintáctico a cubrimos que el lenguaje oral giraba en torno al lenguaje escrito.
nivel puro..: ,\am.entando siempre el tener que lexicalizar. Bajo la s~ ..lt la
No sabíamo~ nada sobre la adquisición de ·escritura. Buscamos
-;(·>. )( . _: L. ·l,... ::.~··:­

")..
-....J
38 APUC.:\.rt., ;.;_JUC.'\.k, .RECREAR APUCAR, REPl.:CAR, RECREAR :;f)

f bibliografia y encontramos un enorme vaáo conceptual: la querella lectuál, pero durante su adquisición el pensamiento no tenía lugar
¡ de los métodos de enseñanza, por un lado; por el otro, un listado de alguno. Discri.rninaciones perceptivas y coordinaciones motrices
habilidades que·funcionaban como pre-requisitos para otro cotúun­ .ocupaban la escena; la asociación era el mecanismo fundamental
\ to de habilidadés· que la insQ:Ucción iría desarrollando. Ni la perla- · para dar cuenta de las adquisiciones sucesivas. ·
\
gogía ni la psicologfa entonces disponibles nos permitían entender Todo cambió cuando logramos concebir a la escritura como un
qué pa.saba.-IDónde es~ "el'nllio piagetiano•? O sea, ¿dónde es­ objeto conceptual. Eso no fue fácil, ni por el lado psicológico, ni por
1 taba el niño inteligente, c~do!, que se plantea preguntas funda­ la vertiente histórica dominante, ni· por el lado "piagetiano" de la
/' mentales acerca de los objetO~ ·del '·mundo, que· busca activamente cuestión.·En efecto, tanto en la visión psicológica como en la consi­
f respuesta a sus preguntas? Eñ Ja literatura no existía. Fuimos a ver deración de la historia propli a los años setenta, la escritura apare­
1 si lo encoattábamos en la realidad. dá ~penas como;una invención puramente técnica..Hablar de "la in-.
En el punto de partida de mi búSqueda sólo había una ciena ini­
1

vención ~la e$critura" 6 de "las tecnologías de la escritura" era


rada sobre d Sl.!ieto cognoscent~ en proceso de desarrollo, y esa· mi­ b&blai 4~ )a, ~s~ .cosa. Por el lado piagetiano, las dificultades no
rada se la debo a Píaget. Existía, además, la corrvicción de la gran ~ menoíes; y.a ~que; se había establecido desde mucho antes una
fuerza dd método clínico {o criclco, o de verificación de hipótesis distinción ~Que ~lo figurativo" y "lo operatorio", en virtud de la
sur le vij) para explorar territorios desconocid~ para hacer el pri­ ctial "lo figuratívo• era. considerado inferior, subsidiario y depen­
mer mapa de esos territorios, para no dejarse llevar por los espejis- diente ·de "lo operatorio".
. • mos del comol prematuro de variables cuya relevancia se ignora. . ara posible despTeBder la&. ffiáféas eséritás de esta visión pura­
Primera rqia de oro para aplicar esa metodología: estar disponi­ mente teal016gica o instruinental, y elevarlas al rango de "objetos
bles para Jo imprevisto." La convicción de que el adulto es incapaz de pensamiento•, con un~ doble-visión de "objetos acerca de los cua~
de reconslnlit su propia génesis intelectual obliga a la prudencia, a les se,piensa• y "objetos que permiten pensar acerca de lo represen­
no despreciar lo insólito, a estar atentos a Iris menores indicios que tado pm ellos mismos•?

nos permitan ingresar a lo d~onocido. Es preciso dejarse guiar


Aclaro que mi intención no era reivil1dicar la esá~tura en tanto
por niños dt: cuatro o cinco años, aceptando que
Wlido$.
·son ~i'ores
.... objeto semiótico en sí, sino dar cuenta de las respuestas insólitas
que produáan los niños. Tratando de entenderlas debí recurrir a la
Yo había escuchado a fiaget deár, en las reuniones del Centro de historia, debí poner en crisis las· ideas ingenuas que cualquier suje­
Epist.etnó1op (;e.lética, ~go qü~ irritaba profundamente a los .1or­ to adulto alfabetiZado tiene' dela escritura, y debí también poner en
~95 de visita. Él splía deru queJa prueba de una buena ~n­ discusión la. contribución de las representaciones socialmente con­
ves~ son los resultados inesperados. La expresión '"hipótesis validadas en la conceptualización del" objeto. de la representación.
confirmada•, ~ fmal de un trabajo de investigación, le parecía una Las consecuencias de todo esto para la teoría será objeto de otras
pruel».l-~ irrele~cia de la misma. Cuando los niños empezaron a ref ·.exiones. Me limito ahora a expresar uria deuda inmensa con la
dedrnas cmas. ~lutamente insólitas sob~ Ja escritura tuve la cer­ teorfá de Piaget, sin la cual hubiera sido imposible formular las pre­
teZa d-i que eín~oi a encoritrar un sende: .J en medio de lo ~ miciales; una deudá hacia su metodología, sin la cual hubíe­
·desconócido. · ·· ·
.ra sido muy dificil escuchar la voz 1e los niños acerca de la escritu­
de
-~a~ ~~las razones de las respuestas insólitas ra; una deuda hacia su rigor metodológico, que obliga al psicólogo
de.10$ Íñños ieCurrí a la historia de la escritura en la humanidad. El genérl~ "a explicar de qué manera un bebé anda en bic_icleta" (se­
re~ a ia'hiStQria tambiéri' es_ una her~cia piagetiana. Lo apren­ gún_la feliz expresión de Pierre Gréco).
dí ~n ~,centro de Epistemol~ Genética, y desde entonceS no he Me pregunto ahora, al final de este ensayo, si he tratado de "aplí­
cesado de apreciar la profwididad de esa enseñanza. car Piaget• al desarrolló de la escritura en el niño, o bien si he tra­
Eilla lita"atura de los años sete~ la escritura era considerada tado de llenar algunas de las "lagunas" de nuestro conocimienro, al­
una técnia.. Una vez adquirida, esa técnica favorecía el trabajo inte-
­ guna de esas tantas •\agunas" que Piaget presintió al escribir La

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/i{·;_.!: ... >,.:.. :~~·!_.. ·~, ,1< KfCt::~Afi:

e~ Quizás al escribir mi tesis estaba tratando aún de "apli­ 4. ESCRITURA Y CONOCIMIENTO*

car"' una teoría general del desarrollo a un campo específico (aun­

/ que tratara. de verlo al revés, como el desarrollo del lengu<9e y de la


cognició~ ambos subsumidos bajo las leyes generales de la organi­
zación de la acción). Quizás pasé de la teoría como "esquema obli­
gatorio• para l'et cualquier otra realidad, a esa misma teoría como
marco de libertad para generar hipótesis y permitir la construcción Centraré esta exposición en dos temas, cuya interrelación intentaré
de nuevos obsenables. mostrar:
En todo caso, algo me queda muy claro: se puede ver más lejos a] El rol h'1eludible que juega la escritura en la construcción del
y más profundo cuando utilizamos el andamiaje de los grandes de conocimiento científico, y la nec~idad de tener una reflexión siste­
la historia, aquellos que cambiaron las preguntas y nos ayudaron a mática sobre la escritura en tanto objeto de conocimiento. .
encontrar nuevas respuestas tanto como a seguir formulando pre­ b] La importancia de la psicogénesis de la escritura para esclare­
guntas. cer algunos problemas teóricos aún pendientes de resolver, dentro
del marco de la epistemología genética.

,
LA ESCRITIJRA, OBJETO INELUDIBLE PARA LA PRÁCTICA DE LA CIENCIA

Toda la práctica de la ciencia se basa en la creencia -no demostra­


da- de que la comunicación perfecta es posible. Más aún: de que la
- comunicación perfecta a través de .la escritura es posible.
El objetivo de la lectura y de la escritura científica es la comuni·
cadón. Se lee para comprender. En el marco de la teoría piagetiana
la comprensión es necesariamente interpretación, porque, también
necesariamente, supone procesos de asimilación.
Por supuesto, es~ramos del lector de un texto científico un alto .,¡¡
·grado de coordinac~óQ. entre procesos de asimilación y de acomo­
11

&ción. EsPenm.i9S de ese lector la capacidad de confrontar su in­


terpretaCl~n ~n. Ja de otros lectores. Suponemos que sólo la con·
frontaci9n entre interpretaciones (una coordinación, en sentido.
~striCto) puede garantizar la aproximación a ese" objeto qu.! se aleja
·Cda vez ·que nos acercamos a él: el significado de un texto (cuando
se trata de uno rle los grandes textos que han influido durante si-.
glos .el pensamiento cientfflco).
En la práctica de la ciencia todos los autores son contemporá­
. Iieos. Dialogamos con los grandes de la historia de las ideas. Deci­

* CÓnferencia de clausura del Homenaje Latinoamericaño a J.· Piaget. México,


• abril de 1996.

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