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BOLILLA 1
A – EL SABER
1 – APROXIMACIÓN INICIAL
El hombre por el solo hecho de ser tal, sintió desde su aparición sobre la tierra la
necesidad de saber. El correr del tiempo llevó a una lenta labor de acumulación del saber
que condujo a diversas distinciones.
No todo saber se relaciona con un conocer, el saber es algo más extenso que el
conocer.
Podemos afirmar que el saber es contactarse con la realidad en maneras dispares,
consiste en un saborear, reconocer un sabor, contactarse con la realidad para saborearla sin
que haya un modo.
El conocer, en cambio, es llevado a cabo por ciertas metodologías, es aprender la
realidad para saberla por cánones estrictos, es lo que estructura una ciencia, llegando a la
conclusión de que el conocer, es conocer científicamente.
Cuando el saber indaga basándose en reglas y métodos, es entonces un “conocer”.
Ejemplo: Si dirijo la vista hacia un pino que se encuentra cerca de mí y describo esa
imagen entonces estoy ante un “saber”; Ahora bien, si comienzo a analizar que tipo de pino
es entre la gran variedad que existe y además comienzo a diferenciar los distintos cortes
que poseen sus ramas es lógico afirmar que estamos ante un “conocer”.
J .F. V
Por alguna razón misteriosa, tenemos en nuestro entendimiento o sensibilidad
“todas las cosas”. El libro que un hombre lee existe de cierta manera en el hombre, ya que
es preciso que el sujeto cognoscente se haya hecho de cierta forma ese objeto; por ello
conocer una cosa es, de cierta manera, hacerse esa cosa. ¿Cómo es esto posible?
Una cosa puede tener una doble presencia: una natural y una cognoscitiva. De
modo que la forma de un árbol, que determina a cierta materia haciéndola ser precisamente
árbol, puede tener otra existencia además de la propia, en el entendimiento de quien conoce
el árbol. Este nuevo modo de existencia de la forma se denomina “intencional”.
Otro resultado es que la forma del sujeto cognoscente se incrementa con la forma
del objeto conocido.
Son las formas de los entes reales las que adquieren una nueva existencia en el
intelecto humano, dando lugar a lo que llamamos conocimiento.
En conclusión, el origen del conocer está en la realidad y esta misma realidad es la
que determina la “medida” el contenido del conocimiento: consecuentemente, el saber será
verdadero cuando el entendimiento se encuentre realmente medido por la cosa real cuando
la forma intencional coincida con la forma inmanente a la realidad objetiva.
Lo antes expuesto se aplica al conocimiento intelectual, pero algo similar ocurre en
el conocimiento sensible, donde el sujeto “se hace otra cosa también”, pero no inteligible
sino sensible ya que las cualidades sensibles de las cosas materiales se hacen
“intencionalmente” imágenes en la sensibilidad del que conoce. El conocimiento sensible
es fundamental ya que toda nuestra ciencia se origina en los sentidos como afirmaba Santo
Tomás.
2 – CLASIFICACIONES
a) El Saber Vulgar: Responde a un saber que es logrado por toda persona; donde por lo
general es un amasijo de informaciones sin mayor orden ni concierto; tiene por objeto
diversos conocimientos sin criterio determinado; no interesa la explicación causal y es natural
en el hombre porque se logra sin ser buscado. Ejemplo: “saber que está por llover”.
b) El Saber Científico: Aquí estamos frente a un saber que es buscado por el hombre de
manera intencional, es logrado solamente por ciertas personas; consiste en una serie de
informaciones y de datos clasificados y ordenados; se utiliza un método adecuado; interesa
una explicación del objeto o fenómeno estudiado, que generalmente es causal.
c)El Saber Filosófico: Consiste en un saber universal, que no limita su objeto; puede alcanzar
las últimas causas de todas las cosas; es un saber de la totalidad de las cosas; conocimiento
racional de todas las cosas por sus causas y principios supremos.
Se divide en:
2 – FILOSOFÍA ESPECULATIVA
Estudia las causas primeras de todo lo que existe, sólo para conocer. Trata de
reflejar lo que es tal cual es, (especulum = espejo)-.
Se propone alcanzar el ser de las cosas. Por eso se denomina también filosofía real. Las
cosas corporales son estudiadas desde dos ángulos:
a) Desde lo exclusivamente cuantitativo, se interesa por las cosas corporales en cuanto son
extensas (longitud, latitud y profundidad) y en cuanto son numerables. Es la filosofía de las
matemáticas.
b) Desde el punto de vista de lo móvil y sensible, se interesa por las cosas corporales en
cuanto son entes materiales, en cuanto tienen movimiento y en cuanto ciertos entes corporales
están dotados de vida y – aún algunos - de razón. Es la filosofía de la naturaleza
Pero no sólo estudia el ser corporal sino el ser en cuanto ser, es decir, aquello que existe sin
ser corporal ni visible, esta parte de la filosofía especulativa es la metafísica, donde
distinguimos:
a) Crítica o criteriología: juzga el propio conocimiento y la posibilidad del mismo.
b) Ontología: estudia el ser en cuanto tal y sus propiedades (unidad, verdad,
bondad y belleza)-.
c) Teodicea: es el estudio del verdadero ser y causa de todos los seres, Dios.
3 – FILOSOFÍA PRÁCTICA
Es el estudio racional de todo lo que existe para lograr por la acción el bien del
hombre. No se trata de un conocimiento puro, sino para obrar y para hacer.
a) Filosofía del Obrar (ética o moral): Procura el bien puro y simple del
hombre. El hombre debe actuar como conviene, y no actuar por el deber
mismo como se puede sostener en términos de Kant. Ciencia de los actos
humanos (agible), aquí se ubica la Filosofía del Derecho.
b) Filosofía del Hacer: Estudia la ejecución (lo factible) y el resultado (la
cosa hecha) de los actos humanos, en cuanto se orientan a producir cosas,
Filosofía del Arte y Filosofía del Trabajo.
1 – EL PLURALISMO METODOLÓGICO
Grados:
Regula la obra que se va a producir. Involucra toda acción que produzca objetos
artificiales, desde una obra de arte hasta una estación espacial, pasando por el refrigerador o
el tenedor. Creación de entes individuales con la manipulación de la materia. No se tiene en
presencia el bien absoluto del hombre sino un bien particular.
Este saber da instrucciones para el proceso de formación de la primera naturaleza a
la segunda naturaleza.
Siguiendo a Massini, se persigue en el factible la perfección del objeto producido.
a) Natura Naturata
b) Naturaleza creada por el hombre (materia segunda)-.
Si la ciencia práctica en general tiene por fin el soberano bien del hombre, las demás
ciencias prácticas, en particular, buscan un bien particular del hombre.
Estas deben estar subordinadas a las ciencias especulativas, en cuanto dependen de
ellas, puesto que nos revelan la verdad y la naturaleza de las cosas, y, además, porque es
preciso conocer el orden natural, para revelar si el fin particular y práctico que se persigue
es bueno o malo.
Filosofía y Ciencias particulares
Aristóteles mostró que la división primera del saber es la que lo distingue en saber
especulativo o teorético y saber práctico. Conocer, por el solo placer de conocer y gozar de
la contemplación de la verdad, o conocer para procurarnos una bien distinto de la pura
especulación de las cosas, para procurarnos a través de la conducta, el bien de la vida. Esta
misma división se aplica al entendimiento humano, el entendimiento especulativo conoce
en función del conocimiento, aspira solo a ver la verdad, el otro en cambio, no trata de
captar esencias sino de dirigir la actividad del hombre. Uno conoce para descansar en el
conocimiento y gozar de la contemplación y otro para servirse del conocimiento con miras
a la actividad. No hablamos de dos cosas distintas sino que el entendimiento teorético se
hace por extensión práctico. Se trata solo de una facultad ejerciendo en modos diferentes su
única actividad.
Lo Inteligible y lo Realizable
El objeto de las ciencias teoréticas es siempre un inteligible, el espíritu se dirige al
mundo de la existencia. El modo de proceder en las ciencias prácticas es totalmente
distinto, su objeto no es esta vez un inteligible, obtenido por abstracción de la existencia
concreta, sino precisamente un “operable”, algo que todavía no ha sido y a lo cual debe
darse forma, algo que está aún por realizarse.
D- EL SABER JURÍDICO
El fin del saber jurídico es la dirección de ciertas acciones humanas que se juzgan
relevantes como dijimos anteriormente. Pero esa dirección se logra racionalizando un orden
mediante una autoridad. Pero ese orden está subordinado a la ciencia y a la filosofía moral;
y la ciencia y la filosofía moral, a su vez, están subordinadas a la Metafísica.
Todo sistema que anatematice a la Metafísica, corre el grave riesgo de ser el más
metafísico de los sistemas.
Solamente en conocimiento del orden natural y en contacto profundo con la
verdadera naturaleza del ser y de sus principios, puede fundarse un saber práctico, una
filosofía moral legítima.
Hay ciertas operaciones, obrares, que son específicamente del ámbito jurídico.
¿Cuáles son?
1- NIVEL FILOSÓFICO:
Es necesario dejar en claro que tanto el derecho natural como el positivo, forman el
tema, el objeto propio de la filosofía jurídica, en esto no hay diferencia con el tratamiento
científico del derecho.
El derecho natural no es una realidad desordenada sino que es sistemática más allá
que no sea derecho positivo; que no sea derecho positivo no quiere decir que el derecho
natural no pertenezca a una realidad sistemática.
La pregunta filosófica se articula de un modo típico y elabora las nociones con las
cuales analiza la realidad, de una manera completamente propia.
2 – NIVEL CIENTÍFICO
Este tipo de conocimiento toma un objeto realizable (no inteligible) para analizarlo
teóricamente, para buscar en ese objeto realizable sus razones explicativas y causales. La
consideración de la ciencia no se dirige a este objeto para realizarlo inmediatamente (este es
sólo el caso de la decisión de la prudencia)-. La ciencia por sí misma, tiende al
conocimiento, se constituye en el orden del conocer y por sí misma no puede pasar a la
acción.
ERENCIA A LA SITUACIÓN
Esta referencia a algo realizable proporciona uno de sus caracteres más importantes,
por lo que nunca podrá decirse que ella sea una ciencia axiomática, un conjunto abstracto
de proposiciones lógicamente deductibles de unos postulados primarios, sino una ciencia
orientada hacia el análisis y la resolución de problemas concretos.
El sistema no es un sistema que exista fuera del hombre, debe servir al hombre. El
hombre obra en el sistema de una manera determinada en el aquí y ahora. Por eso el sistema
a veces da análisis diferentes a situaciones iguales.
Por ejemplo: puede haber 2 homicidios, de los cuales uno puede ser doloso y otro
con legítima defensa, el mismo hecho por causas o razones diferentes.
a) Sobre dos modos de desconocer la condición epistemológica de la
ciencia del derecho: Una ciencia jurídica reducida a la elaboración de
unas categorías formales, sin relación a la realidad en la cual deben
aplicarse, no cumple una de las condiciones esenciales que la caracterizan
como tal conocimiento. Por otro lado lo que el conocimiento jurídico
toma como objeto y lo que trata de describir con sus análisis es
justamente la estructura interna de este mecanismo coercitivo (partiendo
de la base de considerar al derecho como un elemento coactivo para
lograr un determinado estado social), totalmente separado de las
finalidades concretas que en cada caso pretenda conseguir.
b) La ciencia y los contenidos de la experiencia jurídica: La autonomía
propia de la ciencia del derecho no parece que pueda buscarse por de
pronto, en una exclusión rigurosa de la referencia a la realidad. Por el
contrario, la moderna ciencia del derecho considera, en el ámbito de su
dominio no sólo las formas jurídicas sino también los contenidos.
DICIONAMIENTOS APARENTES
A diferencia de la filosofía del derecho – que se resuelve en los principios últimos -,
el de la ciencia reconduce sus nociones, a las causas próximas y a los condicionamientos
aparentes.
La negación de la autonomía epistemológica de la ciencia
3 – NIVEL PRUDENCIAL
1.1 PROLEGÓMENOS
1.2 - FINALIDAD
Es necesario tener en cuenta la distinción de Kant, tomada más tarde por Hegel
donde hay dos cuestiones, dos preguntas a resolver:
Parece inconcebible que una disciplina sola pretenda abrazar todo el campo del
conocimiento, dada la actual organización de nuestros estudios, sin embargo, esto parece
ser el caso de la filosofía de los griegos.
En este campo tan universal, la filosofía antigua incluía también el estudio de los
valores, el bien, lo bueno, lo bello o lo justo, sin que esto le impidiese ser una especie de
ciencia objetiva.
Es aquí donde nuestros hábitos de hoy en día se alejan más de la forma de ver de los
filósofos antiguos. Estamos formados según el espíritu de las ciencias modernas; y,
justamente, las ciencias modernas hacen abstracción de las cualidades y de los valores que
están en las cosas; despojan al mundo de su valor; se centran en la contemplación de los
hechos o sus relaciones, importándoles sólo la especie de hechos que atañen a cada
especialidad científica: en un paisaje el geólogo no retiene más que su composición
material, las capas de su constitución; no percibe su belleza.
Método Dialéctico
Retroceso de la Filosofía
Persistencia de la Filosofía
Pero las ciencias de tipo moderno no sabrían nunca llenar nuestra necesidad de
conocimiento. En efecto, es algo esencial a la ciencia de tipo moderno su especialización,
su limitación a un dominio particular, la sola consideración de un aspecto de las cosas. La
ciencia moderna no tiene por fin la verdad sino la utilidad. Por eso Hegel era un verdadero
filósofo por esa nostalgia de conocimiento universal que lo embarga.
Hemos visto que resulta insostenible la pretensión de aplicar a la ciencia jurídica los
criterios y procedimientos de la ciencia físico matemática, en una perspectiva monista del
concepto de ciencia.
El conocimiento jurídico puede referirse sólo a un sistema jurídico determinado y en
cuanto tal, contingente; ésta es la dirección de la llamada versión “dogmática" de la ciencia
del derecho. Para ella, la única fuente de normas jurídicas es la ley estatal. Es evidente que
un conocimiento tal no es ciencia en el sentido que hemos defendido más arriba, ya que su
estudio se refiere a las normas en cuanto inmanentes a un sistema positivo dado y como tal
mudable y contingente. Aquí es aplicable la conocida afirmación de Von Kirchmann acerca
de que “tres palabras rectificadoras del legislador convierten a bibliotecas enteras en
basura”.
Pero en segundo lugar, el estudio de un sistema o de una institución jurídica puede
efectuarse desde la perspectiva de los principios jurídicos naturales, tratando un sistema
histórico y contingente desde el ángulo de mira de principios universales y necesarios.
En resumen no puede hablarse de ciencia jurídica en el sentido aristotélico del
término, sino en la medida en que el estudio de realidades históricas y contingentes – el
derecho en este caso – se efectúa desde la perspectiva de su naturalidad y a la luz de los
principios jurídicos universales.
Si el estudio de un sistema jurídico histórico se realiza con la visión universal y
crítica que hemos detallado, creemos que puede considerársele, con toda justicia, como
auténtica “ciencia jurídica”, haciéndose acreedora a ese calificativo que ha distinguido
desde el pensamiento griego, a las más egregias empresas del espíritu humano.
Conclusiones:
Conclusiones
1 – NOCIONES
Según Perelman, es ridículo hablar de lógica Jurídica, como sería ridículo hablar de
lógica bioquímica o lógica zoológica, cuando se utilizan las reglas de la lógica formal en un
tratado de bioquímica o de zoología. La conclusión se impone por sí sola: No hay sino una
sola lógica formal. Evidentemente la razón humana es una sola y hay una sola lógica formal
que utilizamos permanentemente en todas las áreas del saber.
La lógica jurídica no es sino una aplicación específicamente jurídica de la lógica
formal, la única que existe, la misma para todos.
Hay una sola lógica formal, pero, en virtud del objeto material de cada ciencia,
cuando la lógica formal es aplicada a un tipo determinado de razonamiento, sufre su
influencia y adquiere especificidad.
El término lógica proviene del vocablo griego “logos”. Este significa palabra,
discurso, tratado. Filosóficamente, empero, implica lo inteligible.
El objeto de la lógica es el pensamiento mismo. Estudia el instrumento que tiene la
persona humana para llegar al conocimiento.
Estudia el acto de razonar, estudia a la razón como medio de llegar al conocimiento
científico, conocimiento al cual se llega razonando. El razonamiento es una operación del
espíritu muy compleja que se coloca en el centro mismo de la lógica.
Breve Historia
2 – OBJETO Y DIVISIÓN
El objeto material es todo el saber humano (tanto el saber vulgar, como el científico
y el filosófico)-.
A la lógica no le interesan los contenidos de los razonamientos, sino su forma.
El objeto formal de la lógica está constituido por la forma o las varias formas que la
razón sigue al elaborar los juicios, las definiciones, las demostraciones, etc.
En razón de su forma, el razonamiento es correcto o incorrecto; en razón de la
materia es verdadero o falso.
a) Lógica formal: estudia las formas de los razonamientos. Nos indica como
llegar a una correcta conclusión. Estudia las formas del pensar y dicta
leyes de su corrección.
b) Lógica Material: Estudia las condiciones materiales de la ciencia y
analiza o resuelve el razonamiento en los principios de los que depende en
cuanto a su materia o contenido. Nos enseña a disponer bien los materiales
para llegar a una conclusión. Estudia algo más profundo y más importante,
es decir, las cuestiones relacionadas con la verdad y con la capacidad de
nuestra inteligencia para lograrla.
Otra división:
Primero que nada hay que destacar que éstos principios presentan la característica
de ser “necesarios”, “universales” e “innatos”.
1) Principio de Identidad: “A” es “A”, lo que implica que una idea es igual a sí misma y no
puede cambiar en el momento en que se piensa. Es necesario que el consecuente ponga de
manifiesto algunas cualidades inherentes al antecedente, como si decimos que los estafadores
se visten bien, se conducen en autos lujosos, aparentan solvencia, se expresan
convincentemente, etc. Da tal suerte, queremos significar que estos caracteres (todos o
algunos) corresponden a los estafadores, y entonces podemos hacer sustituciones, agregando
o restando algunos de los términos del predicado, porque en definitiva, la equivalencia
permanece. El principio de identidad importa, pues, la legitimidad de las sustituciones como
medio para la prueba, porque hay una equivalencia entre un concepto y los caracteres que lo
constituyen. Si digo “el hombre es un animal racional” vemos que el predicado está incluido
en el sujeto; esto es, he formulado un juicio analítico, juicios que son necesariamente
verdaderos por el principio de identidad. La identidad entre sujeto y predicado es total. A
veces es simplemente parcial cuando digo “el hombre es mortal”, pues la mortalidad es una
propiedad que no le corresponde únicamente al hombre sino a todos los seres vivos.
3)Principio de contradicción: Si hay dos juicios, de los cuales uno afirma y otro niega la
misma cosa, es imposible que ambos sean verdaderos al mismo tiempo. Se reduce al principio
de identidad.
Según lo establecido por Jorge Santiago Pérez, hay razones para decir que los
verdaderos juicios originarios son los de identidad y causalidad.
Los conceptos, de acuerdo a una posición tradicional, llevan en sí las esencias de las
cosas y son los elementos de los juicios.
Todo concepto tiene dos propiedades lógicas, la extensión y la comprensión, que se
dan en el concepto de una manera inversamente proporcional.
Los conceptos también se denominan términos. Los conceptos son los términos
mentales representativos de los seres; las palabras son los sustitutos materiales de las cosas.
La lógica de hoy es a menudo proposicional, parte de la proposición, del juicio. Pero
la lógica debe comenzar con los conceptos. Así la lógica clásica, la que sistematiza
Aristóteles en el Organon, comienza con el concepto. Desde ahí siguió con el juicio y luego
con el razonamiento. Con ello pretendía explicar todo lo existente.
Modos en que se expresa el ser en la realidad. No son el ser mismo, sino diversos
modos de predicación y realización del ser. La primera y más importante es la sustancia.
Los siguientes son: cantidad, cualidad, relación, lugar, tiempo, acción, pasión, situación y
estado.
Ejemplo:
a) Sustancia: Hombre.
b) Cantidad: Alto.
c) Cualidad: Moreno.
d) Relación: Mayor.
e) Lugar: En la facultad.
f) Tiempo: Hoy.
g) Acción: Habla.
h) Pasión: Herido.
i) Situación: Sentado.
j) Estado: Armado.
Las categorías son los modos como el pensamiento accede al ser. Después lo
comunicará mediante el lenguaje.
PLANOS
Planos:
TÉRMINOS
Clasificación:
Según su función:
Según el modo:
a) Oral: establecido convencionalmente.
b) Escrito.
c) Mental: Sólo se reserva en la mente.
a) Unívocos
b) Equívocos
c) Análogos
a) Término Mayor.
b) Término Medio.
c) Término Menor.
EL LENGUAJE
1 – NOCIONES
Todo concepto se expresa mediante un nombre o término común. Este representa al
concepto.
Si no existieran no nos podríamos comunicar. Son expresiones de los conceptos
captados. Todo concepto se expresa por un nombre.
El concepto es intelectual, universal, obtenido por abstracción de las características
individuales, y aplicable a todos los individuos que abarca. El concepto se expresa, se
comunica, mediante un nombre común.
Es bien sabido que hay nombres comunes como “hombre”, “lobo”, “peral”, “oro”, y
hay nombres propios como “Miguel de Cervantes”, “Universidad Católica de Córdoba”. A
nosotros no nos interesan estos últimos; queremos ocuparnos de los nombres comunes,
pues ellos expresan los conceptos comunes.
El concepto es la esencia, el nombre es la expresión.
El término es distinto al nombre, ya que el primero obedece a la función del nombre
en la estructura lógica.
Natural
Positivo
Público Privado
LA CONCEPCIÓN REALISTA DEL DERECHO – BIBLIOGRAFÍA DE
MASSINI – SOBRE EL REALISMO JURÍDICO – CAP. 1
Derecho es un término análogo, que “se aplica a varios objetos de una manera que
no es del todo idéntica ni del todo diferente”.
El primer analogado
Del mismo modo que el término sano se aplica propiamente al cuerpo humano y a la
medicina sólo en razón de la relación de causalidad eficiente que guarda con la salud, el
término derecho ha de aplicarse formalmente a una de las realidades que forman el todo
jurídico y a las demás, en virtud de la relación que guarden con aquella realidad primera.
La solución al problema de cual sea esta realidad primera, sólo se devela a partir del
carácter práctico que reviste el derecho.
El derecho pertenece al orden del obrar humano encaminado a la perfección del
hombre.
Las causas del derecho (Este tópico será abordado in extenso a partir de la
bolilla 13)
1) Causa Material: Es el obrar social del hombre.
2) Causa Formal: La ordenación del obrar al bien común. La rectificación por la
justicia.
La Norma
La ley tiene por fin ordenar la conducta humana social al bien de la colectividad. La
norma jurídica no tiene un fin en sí.
1 – LA CONCEPCIÓN CLÁSICA
2 – CONCEPCIÓN MODERNA
a) Generalidad: Las normas son siempre para casos generales, evitan toda
referencia particular o individual.
b) Inviolabilidad: El derecho nace para ser cumplido. Pretende no ser
violado, y si es así, la conducta acarreará una sanción.
c) Imperatividad: El derecho impone cierto cumplimiento. Manda, impera.
1 – DISTINCIÓN. NOCIÓN
Si bien el concepto “derecho”es un nombre análogo, generalmente los nombres en
la ciencia del derecho no son análogos, fenómeno que es común con otras disciplinas.
El hombre para convivir necesita relacionarse de determinada manera con sus
semejantes y surgen, en esas relaciones, creaciones o recreaciones. Nacen de esta forma,
una serie de conceptos, algunos de ellos surgidos del descubrimiento de instituciones o
leyes naturales; otros, bosquejados exclusivamente a partir del derecho positivo o
reelaborados como consecuencia del ingreso de las leyes naturales al derecho positivo.
Los conceptos en el derecho son definidos en virtud de ciertas acciones humanas.
Ahora bien, el concepto “persona” o el concepto “contrato” es unívoco, pero son
analogados por el concepto “derecho”.
Los conceptos en el derecho presentan una serie de características, y éstas se basan
en que son: prescriptivos (porque no describen al ser por el solo hecho de describirlo, sino
que lo hacen para regular su acción), inacabados (porque lo que hacen concretamente es
conceptualizar conductas y las conductas, en si mismas, son algo dinámico, van cambiando
a lo largo del tiempo), Operacionales (porque siempre, de una manera directa o indirecta,
aluden o se vinculan a la praxis), indicadores (porque siempre indican al hombre como es
que debe obrar) y la última característica de los conceptos “en el derecho” es que han sido
elaborados teniendo en cuenta solo ciertas conductas, no todas las acciones del hombre
tienen su correlato en un concepto en el Derecho, sino que los conceptos en el Derecho se
elaboran solo a partir de análisis de conductas relevantes.
Por último hay que distinguir los conceptos en el derecho en fundamentales
(vinculan directamente a la naturaleza humana o a la persona como el caso del concepto
“filiación”) y secundarios (no atañen a la naturaleza del hombre sino que son meramente
instrumentales, como por ejemplo el concepto “defraudación”)-.
El número “1” no nos dice nada del color o del sabor de “1 naranja”. El problema
está siempre en traducir el número a la realidad natural, aplicarlo a las cosas que nos
rodean.
Los entes matemáticos son puros en cuanto hemos dejado de lado “las impurezas”.
Esto es, aquello que hace cosas a las cosas, que nos permite diferenciar una naranja de una
manzana.
El lenguaje simbólico elimina “los ruidos de fondo” los ruidos de la trastienda.
Reemplazar un concepto jurídico, por un símbolo, por una o más letras, implica
cristalizar el concepto en una forma inmóvil, esclerotizada, siendo que el concepto jurídico
representa lo móvil y vivo de la vida social.
Los conceptos jurídicos son las ventanas por las cuales se cuela la realidad natural
en el mundo jurídico formalizado. El problema está en la traducción que el juez debe hacer
para resolver su caso concreto.
Ejemplo de simbolización de los conceptos jurídicos: Autores que simbolizan a la
buena fe con las letras BF o buena fe del adquirente con BFA, también cuando una ley vieja
habla de carretas y ahora debemos referirnos al automóvil.
Los pro que tiene esta simbolización es que logra una fijación del concepto, evita
vaguedades ganando rigurosidad científica.
La razón humana se siente atraída por el ser de las cosas, por lo que las cosas son,
pero hay cosas que no son seres. El derecho, la justicia, no son seres en sentido estricto.
Son más bien una modalidad de ser del hombre, del ser humano. Al hombre que vive en
sociedad le conviene, le cabe fundamentalmente, observar ciertas conductas y con ello
logra la justicia.
Kelsen dice que es fácil demostrar que la fórmula es vacía. Pero curioso – si esto
fuera así – que esa vacuidad perdure milenariamente. En el orden de la praxis, “dar a cada
uno lo suyo”, es una proposición universal, en el cual dar nos indica una acción y “cada
uno”representa a la persona. Lo suyo, es lo que pertenece a cada persona, a cada individuo,
a cada sujeto. Y es correcto que así sea. La proposición universal cobra todo su sentido
cuando se actualiza en el caso concreto y singular.
El universal hombre, cuando se aplica a los casos concretos y singulares, el
individuo –en cada caso – es diferente. Cada hombre individual y concreto es diferente de
otro hombre individual y concreto. Gracias a ello tenemos multiplicidad en la especie. Y
ésa es la relación entre lo individual y lo universal.
Los conceptos universales contribuyen a hacernos inteligible la realidad de los casos
concretos y singulares.
Cuando digo “dar a cada uno lo suyo”, estoy expresando la fórmula en su más alto
grado de universalidad; pero cuando digo “dar a cada una de las dos partes lo suyo”, estoy
suponiendo la inmediatez del conflicto y el juez o árbitro que lo resuelve.
Introducción
Se advierte entre los tratadistas una cierta imprecisión cuando llega el momento de
establecer concretamente en que consiste esa “misma cosa justa”, a la que S. Tomás
considera propia y principalmente como derecho.
Urdánoz sostiene que para Santo Tomás, el derecho consiste en la facultad del
sujeto acreedor, es decir, el llamado derecho subjetivo.
Sin pretensiones de efectuar una revista integral de todas las posiciones existentes
sobre este punto, las sistematizaremos en tres grandes grupos:
Apelando a los textos tomistas, en la cuestión 58, de la Suma, S. Tomás nos dice
que es necesario que la virtud se defina por el acto bueno que tenga por objeto la materia
propia de la virtud. Para S. Tomás, el objeto de la justicia (el derecho) consiste en una cierta
acción u operación. Recordemos en este punto que la justicia se define por su objeto, ergo
por el derecho, siguiendo la línea del concepto derecho en el pensamiento de Alfredo
Fragueiro.
Es en la cuestión 57 donde el Aquinate se refiere al concepto derecho, donde afirma
que el derecho es el objeto de la justicia, y sigue diciendo que derecho o lo justo, es una
cierta obra (opus) adecuada a otro, según cierto modo de igualdad.
En la cuestión 59, refiriéndose a la injusticia, coloca claramente a ésta en la
categoría de acción (actio).
El término “res” en S. Tomás tiene una extensión muy distinta de la que tiene en
español el término cosa, para éste, todo ente es “res”.
Crítica a Villey
Hablar de justo, debido o legal, sólo es aplicable a una conducta humana, más
nunca, a objetos materiales o situaciones sociales.
Por otro lado, legal o ilegal, únicamente puede decirse que lo sea una conducta
propiamente humana; así como legal o ilegal, sólo puede predicarse de una acción.
Conclusión
El derecho objetivo en sentido tomista consiste en una cierta obra u acción debida a
otro según cierta igualdad, por lo que debe ser categorizado en el predicamento “acción”
del repertorio aristotélico.
BOLILLA 5
EL JUICIO EN EL DERECHO
Nos valemos de proposiciones para expresar los juicios, aquellas los formulan y
comunican oral o gráficamente.
Tres “conceptos” son los elementos del juicio:
a) Sujeto
b) Predicado
c) Cópula (expresa o tácita): Existencia de un verbo copulativo,
ejemplo, el verbo “ser” en los juicios especulativos.
Los juicios que se refieren al orden esencial y existencial del mundo natural en
sentido propio (el hombre es animal racional) que aparecen en el saber especulativo, no
tienen cabida en el saber práctico porque otro es el objeto material.
En el saber jurídico los juicios prácticos se infieren a partir de juicios especulativos.
La definición de “persona” en el orden filosófico, contiene también ínsitamente la
cualidad de “buena”.
Del juicio “la persona humana es buena”, se infiere que “la acción humana debe ser,
en tal o cual circunstancia, de tal o cual manera”.
Los juicios en el derecho, expresados en las proposiciones, asumen generalmente
una forma prescriptiva. Se dice, también en general, que dichos juicios son normativos.
5 – DIVISIÓN
División de Kant:
Otra Clasificación
Concepción aristotélica:
En los tiempos modernos el saber se hace cada vez más dialéctico a medida que nos
acercamos a lo particular y contingente.
2 – LA RAZONABILIDAD DE LOS JUICIOS PRÁCTICOS
George Edward Moore, con su obra “Principia Ethica” publicada en 1903, comienza
con un racismo histórico, es decir, en la pretensión de que todos los autores que lo han
precedido comprendieron mal el problema o no se dieron cuenta cabal de lo que estaban
hablando.
Parte de la pregunta ¿Cómo ha de definirse “bueno”?
Moore sostiene su tesis de que bueno es indefinible, pero es indefinible “bueno”
como adjetivo, bueno en sí mismo, mientras que “bueno” como sujeto, es decir, “lo bueno”,
si es definible.
Esta imposibilidad de definir “bueno” le dio fama a Moore, argumento que bautizó
como “la falacia naturalista”.
Al analizar las teorías éticas, naturalistas, se da cuenta que identifican “bueno en
sí”con un objeto natural y cometen de ese modo la temible falacia naturalista.
Moore estudia entonces la doctrina evolucionista de Spencer, para la cual “bueno”se
identifica con lo más evolucionado, la hedonista para lo cual bueno es lo útil o placentero y
las que llama metafísicas, las cuales siempre, según Moore, identifican “bueno" con alguna
realidad suprasensible.
A continuación Moore formula su argumento de la pregunta abierta:
Sea lo que sea que hayamos podido probar que existe es todavía una cuestión
distinta y diferente la de si eso que existe es bueno. ¿Es esto que existe realmente bueno?...
Una de las más importantes es la que realizara W.K. Frankena, éste prefiere llamar
al argumento de Moore “falacia definista” y no “falacia naturalista”, ya que se trataría de
definir “bueno”desde una propiedad distinta de ella misma.
De ser correcta la argumentación moreana, resultaría imposible definir
prácticamente cualquier término. Culminaríamos en que no hay términos que puedan
definirse, así por ejemplo si dijéramos que un automóvil es una máquina, estaríamos
cometiendo la “falacia definista” ya que automóvil significa necesariamente una realidad y
máquina otra distinta, con lo que estaríamos definiendo una realidad con otra diversa de
ella misma.
La segunda de las interpretaciones es la que corresponde al lógico Arthur N. Prior,
éste vincula directamente la falacia moreana con la cuestión ser – deber ser.
Parte de la distinción entre denotación (indicar, significar) y connotación (hacer
relación, significar una palabra dos ideas: una accesoria y otra principal)-. La falacia
naturalista consiste en no comprender que “bueno” y algunos otros adjetivos pueden
denotar o ser aplicables a las mismas cosas, y sin embargo, no connotar la misma cualidad,
es decir, en describir las cosas en el mismo sentido; si bien podemos atribuir los términos
“bueno” y “placentero” a una misma realidad, en rigor no estamos significando lo mismo al
usar cada uno de ellos. Si bueno y placentero no sólo tuvieran la misma denotación, sino
también idéntica connotación, el resultado sería una afirmación vacía y tautológica, del tipo
de “lo placentero es lo placentero”.
LA POSTERIDAD DE MOORE
En todos los casos en que podría decirse que alguien está haciendo un juicio ético, la
función de la palabra ética es puramente emotiva.
Las proposiciones éticas no implican ninguna afirmación de contenido fáctico.
Las afirmaciones consideradas habitualmente como morales, no diferirían
esencialmente de los gritos o suspiros con los que se manifiestan ciertos sentimientos; y si
pudiera existir alguna característica especial, esta sería la de intentar influir en las
conductas ajenas o de lograr la aprobación para las propias.
CHARLES STEVENSON
Para este antiguo discípulo de Moore la confusión en que incurren los naturalistas
radica en no distinguir dos tipos principales de significados: el descriptivo y el emotivo.
Esto es “bueno” es sinónimo de “apruebo esto”; apruébalo tú también, aprobación
que por otra parte tiene un carácter fundamentalmente emocional, sin que la razón pueda
cumplir aquí otra función que la meramente instrumental.
Este autor retoma el camino de Moore al afirmar que “bueno” es una cualidad
indefinible. No obstante es posible caracterizar su significado, tarea que debe realizarse a
través o sobre la base “de ejemplos”.
LA CUESTIÓN SEMÁNTICA
Siguiendo la línea de Moore una definición sólo es posible para una palabra que
designa un objeto compuesto, entonces la definición enumera los elementos reales del
objeto designado, ejemplo: si voy a definir un caballo, indefectiblemente esa definición va a
contener los elementos reales del objeto designado (el caballo) los cuales son por ejemplo,
que tiene cuatro patas, cabeza, corazón, etc. Por el contrario una palabra que designa un
objeto simple no se puede definir, de hacerlo confundiríamos dos objetos entre sí, por ello
“bueno” que se da por sentado sin demostración alguna que significa un objeto simple, no
puede ser definido a través de otra palabra que “bueno”; dicho brevemente, la única
definición posible de bueno sería: “bueno es bueno”, tal como lo reconoce expresamente
Moore.
LA TEORÍA DE LA DEFINICIÓN
LA POLISEMIA DE BUENO
LA SOBREVINIENCIA DE BUENO
Cuestionando ahora el concepto de sobreviniencia destacamos que para la filosofía
realista y para Tomás de Aquino en especial, hay dos modos fundamentales de considerar
el ente: el modo de las categorías y el de los trascendentales.
Las categorías son los modos específicos en que las cosas son y los trascendentales
son los modos generalísimos. Estos modos generalísimos no designan alguna especial
cualidad de los entes, sino que evidencian aspectos comunes a todo ente. Esto sucede con la
noción de bondad o de bien, lo que ella significa es la radical ordenabilidad de todo ente al
apetito o a la tendencia, “bueno es todo lo que apetece”.
Aparece claro, a contrario de Moore, que la relación de todo ente con el apetito o
tendencia; relación en que consiste su “bondad”, es susceptible de conocimiento racional.
EL BIEN Y LA NATURALEZA
Algunos importantes autores han sostenido que “ser” y “deber ser” constituyen
órdenes absolutamente separados e independientes.
Según H. Klug, desde el “ser”sólo podemos inferir “ser”, y no “debe ser”.
De la afirmación “Juan es responsable de un daño”, ¿podemos inferir lógicamente
que “Juan debe reparar el daño causado?
Ante estas afirmaciones apreciamos que parecería que todo el conocimiento
especulativo estaría cerrado en sí mismo y no tendría comunicación lógica alguna con el
conocimiento práctico. Serían algo así como dos círculos independientes y cerrados.
Nosotros pensamos que hay naturales vías de comunicación.
Jean Louis Gardies, en un artículo afirmaba que existen varias vías de
comunicación, de las cuales desarrolla brevemente tres. Gardies hace una distinción entre
hecho en bruto (se refieren a hechos naturales como por ejemplo, Pedro es moreno) y
hechos institucionales (referidos a hechos sociales)-. Dentro de los segundos podemos
encontrar ejemplos claros:
a) Pedro ha expresado estas palabras: yo prometo, Pablo, que te pagaré 100
dólares.
b) Pedro ha prometido pagarles 100 dólares a Pablo.
c) Pedro se ha sometido a la obligación de pagar 100 dólares a Pablo.
d) Pedro está sometido a la obligación de pagar 100 dólares a Pablo.
e) Pedro debe pagar 100 dólares a Pablo.
De esta forma vemos como desde el campo del ser, haciendo referencia a los hechos
institucionales, hemos ido arribando a la premisa e) que se encuentra en el campo del deber
ser.
Refutación de Sergio Cotta
Refutación de Kalinowsky
Se trata de encontrar una justificación racional a las normas y principios del derecho
natural. Lo que va a hacer en su refutación es tratar de encontrar una justificación racional
que de algún modo justifique las normas del derecho natural en alguna otra cosa que no
sean premisas fácticas o descriptivas. Dice que se puede justificar una norma del derecho
natural por dos métodos:
Derivación: consistirá en justificar la norma del derecho natural en otra norma que
ya esté justificada racionalmente y así sucesivamente seguir la cadena de justificaciones.
Por ejemplo: norma general: tengo una norma del código de alimento que dice que los
alimentos para poder venderlos tiene que estar en buen estado. A esta norma la puedo
justificar en una norma anterior, como puede ser una del Código Civil y a ésta en la
Constitución. Sin embargo esta cadena se corta frente a una norma que no esté justificada.
Este procedimiento no sirve ya sea porque se llegue a una norma primera que no esté
justificada o porque se llevara el procedimiento de derivación al infinito y por lo tanto no
habría ninguna justificación sólida.
Métodos originales: consisten en dar una justificación racional de las normas, ya no
en otra norma sino en sí mismas y pueden ser dos:
Por Convención: el cual consistiría en que se aceptaran ciertas proposiciones o
ciertas reglas primeras por convención. Y a partir de ellas se justificaran todas las
siguientes. Tampoco admite este método por dos razones:
1) porque esta justificación tendría una validez puramente subjetiva, porque
depende de que se haya aceptado o no que esa norma es la norma
primera.
2) La segunda razón está íntimamente relacionada con la anterior, y
consiste en sostener que en función de este método bastaría con que
alguien saque o retire o revoque el consentimiento que prestó en algún
momento para que se caiga esta primera norma.
Por Evidencia: Aquí las primeras normas se encuentran justificadas ya no por una
convención de sus destinatarios sino porque estas normas se imponen por ser
evidentes. Puede ser de dos modos:
a) Evidencia empírica: es aquella que se da cuando existe una conformidad entre la
norma primera y la realidad constatada a través de los sentidos. Por lo tanto, la
evidencia empírica se da entre el contenido o lo que ordena la norma primera y la
realidad concreta la cual se constatará a través de los sentidos. La realidad
constatada empíricamente siempre es una realidad singular. Luego, si con la
evidencia empírica solo pueden obtenerse juicios singulares, ésta no puede ser el
fundamento de las normas del derecho natural, que son esencialmente universales.
Ejemplo: puedo decir, por evidencia empírica, como regla general, que esta mesa
es marrón, lo digo por evidencia empírica porque mis sentidos constatan que esta
mesa concreta es marrón, ahora el juicio evidente, que a mi se me hace evidente
porque lo percibo empíricamente, es un juicio singular: “esta mesa es marrón”. Yo
no puedo decir a partir de la recepción de esta realidad que todas las mesas son
marrones.
b) Por evidencia analítica: Es el aceptado como válido, la evidencia analítica es
aquella que surge a partir de un análisis de la proposición y de los términos que
componen esas proposiciones. Es decir, se tiene una regla y la misma se hace
evidente si se comprenden o se conocen cada uno de los términos que integran
esa regla. Por ejemplo: si en el ámbito especulativo digo, por regla: “entre el ser y
el no ser no existe término medio” esa regla se hace evidente si yo comprendo qué
significa “ser”, qué significa “no ser” y qué significa “término medio”. La primera
regla o norma del derecho natural es “que el hombre debe obrar el bien y evitar el
mal”. Si uno aprehende por evidencia cada una de las nociones que integran esta
regla, la regla se justifica por evidencia. A diferencia de lo que sostienen los
positivistas, en la crítica de la falacia, el derecho natural no deduce sus normas de
los hechos sino que sus normas derivan todas de una primera norma que esta
justificada racionalmente por evidencia analítica.
APRECIACIONES FINALES
Como la ley natural está gravada en el ser humano (ser) obra sobre la base del
derecho natural (deber ser), esto es lo que fue puesto en duda por algunos autores.
Por otro lado es de destacar que cuando se habla de falacia, no se trata de una mera
mentira, sino que una falacia tiene un gran poder de persuasión. Por consiguiente, hay que
sacar a la falacia de su contexto, para evitar su persuasión y comprobarla con argumentos
lógicos para evitar ser persuadido por el contexto en el cual se envuelve la falacia.
Entre los argumentos de Hume para fundamentar su falacia citamos:
Por otro lado la continuidad del ser al deber ser se logra mediante la sindéresis (del
griego “syntéresis”, de syntereo – observar, examinar; capacidad natural para obrar con
rectitud), esta es una virtud intelectual para la búsqueda, en este caso, de los juicios de
evidencia analítica y demostrar así que no existe tal falacia porque ser y deber ser terminan
siendo como anverso y reverso de una misma moneda, ya que por la evidencia analítica
reconocemos el contenido deóntico del ser y por la evidencia empírica lo aplicamos a los
casos concretos y singulares.
Es válido a fin de poner en contraste este problema desde diferentes ópticas ver la
problemática en Kelsen y su resolución.
La norma, como sentido específico de un acto intencionalmente dirigido hacia el
comportamiento de otro, es algo distinto del acto de voluntad cuyo sentido constituye.
Dado que la norma es un deber, mientras que el acto de voluntad, cuyo sentido constituye
es un ser.
Pero se advierte que Kelsen dice textualmente: “de que algo exista no puede
seguirse que algo deba existir, de igual modo a que de que algo deba ser, no puede seguirse,
que algo sea”. Pero luego trata de fundamentar que existe una relación en este dualismo
sosteniendo que lo que es puede corresponder a lo debido, algo puede ser tal como debe ser,
también dice que algo que es debido, está orientado hacia un “ser” que algo debe “ser”.
Pero la conducta debida y la conducta que es son diferentes, ya que una tiene existencia y la
otra al ser debida aún no cobra dicha existencia.
BOLILLA 6
EL RAZONAMIENTO EN EL DERECHO
1 – NOCIONES
1) Inmediatos: Constan de un solo antecedente. Por ejemplo: Los planetas describen órbitas
elípticas; luego, un astro que describa una órbita no elíptica no será un planeta.
2) Mediatos: Constan de dos o más antecedentes. Son los razonamientos que más se
emplean. El clásico ejemplo es el silogismo:
a) Deductivo: Partiendo de una verdad universal nos conduce a una menos universal
o particular. La argumentación deductiva “tipo” es el silogismo categórico. Es el
razonamiento que, partiendo de premisas universales y fundándose en los primeros
principios, saca consecuencias necesarias o igualmente universales, o menos
universales que las afirmaciones anteriores.
b) Inductivo: Partiendo de una verdad particular nos conduce a una verdad universal.
Es el razonamiento en el que de antecedentes particulares, individualmente
conocidos por la experiencia, pasamos a afirmaciones más generales o universales.
c) Por analogía: Es el que partiendo de una verdad particular, infiere otra particular.
Es la argumentación en que guiándonos por las semejanzas y desemejanzas de un
ser con respecto de otro, afirmamos de uno, no tan conocido, lo aceptado en otro
conocido. Aristóteles la llama argumentación por el ejemplo. No es la relación del
todo con la parte, como sería la deducción, ni de la
parte con el todo como es la inducción, sino de la parte con la
parte.
A E
I O
a) Oposición
b) Conversión
c) Subordinación
d) Contraposición
2 – EL SILOGISMO
El silogismo ordena los términos en virtud de su conexión entre sí, permitiendo
deducir una conclusión de un antecedente. Es un razonamiento mediato y deductivo. El
silogismo clásico, o por excelencia es el silogismo categórico que se caracteriza por tener 3
premisas y 3 términos. Tres premisas porque tiene una premisa mayor, una menor y una
conclusión. Además tiene 3 términos:
a) Término medio: es aquel que aparece en las 2 premisas y que no aparece en la
conclusión.
b) Término mayor: Indica la premisa mayor: es el predicado de la conclusión.
c) Término menor: es el sujeto de la conclusión.
Existen ocho reglas que regulan o condicionan la validez formal del silogismo
categórico, cinco reglas son de calidad, y 3 de cantidad. Son reglas que si no son cumplidas,
el silogismo es inválido o ilógico.
Reglas de calidad:
Reglas de cantidad:
a) El término medio debe estar tomado al menos una vez universalmente es decir, al
menos una de las premisas debe utilizar los términos “todos” o “ninguno”.
b) El término medio nunca aparece en la conclusión.
c) Los términos de la conclusión deben necesariamente estar en las premisas del
razonamiento.
Modos del Silogismo Categórico
Las figuras del silogismo son las distintas posiciones del término medio en las
premisas. En el sujeto o en el predicado, las figuras de los silogismos categóricos se
manifiestas en partir del que el término medio esté en el sujeto o en el predicado de las
premisas, por lo tanto las figuras son cuatro:
Además de la figura del silogismo tenemos los modos o formas que son las
distintas maneras que pueden presentar las proposiciones del silogismo conforme o
según su calidad y su cantidad (las proposiciones pueden ser universales:
cuantificadores lógicos “todos” o “ninguno”; o particulares “algunos”, afirmativas:
cuando afirman; o negativas: cuando niegan) la combinación de estas cuatro posiciones
de calidad y cantidad da lugar a los modos (combinación de 64 modos)-. Pueden ser:
universal- afirmativo, universal- negativo, particular-afirmativo, particular- negativo.
CLASES
1) Categóricos: Se caracteriza por ser la premisa mayor una proposición categórica.
Ejemplo:
Todos los Hombres son
Mortales Sócrates es Hombre
Luego Sócrates es Mortal
B- EL RAZONAMIENTO JUDICIAL
1 – NOCIÓN
2 – TEORÍAS:
Concluimos en este punto que los rasgos esenciales de esta teoría son:
1) Es un sistema abierto,
2) Hay una interpretación judicial de las normas,
3) Rol activo del Juez,
4) Búsqueda de la decisión legal y además “justa”.
1) Lógica Formal:
Silogismo en general
Premisas Endójicas
Realmente Concluyente
Falsas Paralogismo
Premisas Científicas
Verdaderas Demostrativo
BOLILLA 7
A – INTRODUCCIÓN
En primer medida puedo partir del supuesto de pensar que los jueces son individuos
previsibles, objetivos, no erráticos, entonces puedo estudiar el razonamiento de los jueces
como la Geometría, donde los jueces serían objetivos y confiables.
Pero por otro lado puedo creer que los jueces no son tan previsibles, coherentes,
ordenados, sino que son erráticos desordenados, arbitrarios, entonces mi problema es como
voy a controlar el razonamiento judicial de éstos jueces.
De las conductas que los hombres tienen puedo obtener determinadas conclusiones.
Etología: Estudio de los comportamientos externos que especies animales y
animales racionales tienen que denotan ciertas aprobaciones o desaprobaciones. Hay actos
que demuestran ciertas cualidades de la naturaleza humana.
Soluciones Prácticas
¿Qué mueve a un Juez a que prefiera ésta respuesta sobre esta otra respuesta? ¿Será
que no tiene mucho conocimiento y resuelve sin saber? ¿Por qué?...
Estará en el Abogado saber “manipular” al juez utilizando herramientas como la
argumentación.
La justicia no es un acto de fe, necesita una demostración empírica.
B – LA TEORÍA DE LA DIALÉCTICA
1 – LA RETÓRICA
Es en principio un arte.
Está entre las simples reglas de la experiencia y lo que propiamente es una ciencia.
Es susceptible de ser enseñada, de ser aprendida, pero requiere un grado de
condición propio del individuo.
Objeto de la Retórica
2 - LA DIALÉCTICA:
NOCIÓN Y UTILIDAD. EL RAZONAMIENTO DIALÉCTICO
Hay un uso propio y un uso impropio (pensar que la dialéctica sirve para un
ejercicio intelectual) de la dialéctica.
El uso propio permite:
4 - REGLAS
EPIDÍCTICO
DELIBERATIVO
Tiene por base la estructura de lo real, pero en orden a la relación futura que de los
hechos habrá de suceder. Género propio de las asambleas.
Su finalidad es elegir entre lo conveniente y lo perjudicial o lo legal o ilegal en
relación con eventos futuros.
Argumentos que se corresponden con toda precisión a este género:
JUDICIAL
Técnicas:
Aclaración:
Tópico es un lugar común. Son espacios donde los individuos pueden compartir
opiniones, creencias, religiones.
Previamente es importante partir de la división de las etapas de la argumentación
para de esta forma visualizar la ubicación de los tópicos.
La argumentación se divide en etapas:
3) Invención: Parte realmente sustancial dentro de la argumentación.
Supuestos:
Algunos los inventaron, otros los usaron y uno es un punto más dentro de esa
cadena de uso.
1) Dogmas,
2) Principios,
3) Axiomas,
4) Apotemas,
5) Adagios.
Ejemplo: Ley posterior deroga ley anterior; primero en el tiempo, primero en el
derecho, etc.
Habrá tantos tópicos como se vallan conformando en rigor del tiempo.
La jurisprudencia conforma tópicos en cuanto va realizando ciertas presunciones.
Ejemplo: La teoría de los actos propios.
Hay niveles en los tópicos.
Tópicos de 1er Grado: Son aquellos argumentos fuertes que se van realizando
espontáneamente en la vida ordinaria.
Tópicos de 2do Grado: Requieren mayor tiempo. Están muy cerca de la costumbre
pero no configuran derecho.
Matriz: Está en los tópicos de 1er Grado.
Ejemplo:
Aclaración:
El argumento
ELEMENTOS
CARACTERÍSTICAS
Finalidad de la Argumentación
Concepto
El entimema de primer orden es el que menos dificultad ofrece ya que pocas veces
es la norma de derecho que se aplica en el caso concreto lo que está en conflicto.
Reglas de la Argumentación
Premisa Menor
Conclusión
De suficiencia o insuficiencia:
a) Ontológica,
b) Procesal,
c) Jurídica,
d) Lógica.
Realidad Jurídica
Sentencia
Que las premisas que sean utilizadas en el mundo jurídico sean dialécticas, esto es
probables, no implica que sean arbitrarias.
La teoría de la argumentación jurídica, cuando es ejercida por la magistratura, posee
la exigencia de un doble requisito:
a) Justificación interna: Exigencias que son requeridas con relación a la
corrección en la formulación de las premisas que conforman lo que se ha dado
en llamar razonamiento silogístico judicial de naturaleza práctico prudencial. Es
interna porque lo es en relación con el mismo pronunciamiento. Una cosa es el
procedimiento mediante el cual se llega a establecer o discernir una determinada
premisa, y otro muy diferente es el procedimiento argumental por el cual se
justifica la misma, caso de la justificación externa.
b) Justificación externa: Es el proceso de fundamentación o motivación de las
premisas utilizadas para constituir el propio silogismo antes indicado. Es externa
porque lo es así al pronunciamiento aunque sea interna al magistrado que lo
dicta.
Lo que a los abogados les interesa es persuadir al tribunal, ya que presupone por
regla general una convicción anterior pero que se define existencialmente con una
disposición imperativa de exteriorizar el magistrado dicha adhesión de naturaleza
intelectiva, en una acción volitiva concreta y singular.
La diferencia entre convicción y persuasión es que la persuasión asume la
convicción y luego la pone en la praxis, posiciona en la realidad un determinado acto de
voluntad, un acto decisional por el juez.
4) Adaptabilidad al auditorio.
a) La falacia.
b) El paralogismo.
c) El sofisma.
Falacias
Paralogismos
No participa de un proceso judicial todo aquel que lo desee, sino sólo aquellos que
tienen un derecho subjetivo controvertido o algún otro tipo de interés en el mismo.
Control de autoridad
Objeto de la discusión
Toda disputa debidamente organizada requiere que aquello sobre lo cual la misma
se establece se encuentre delimitado.
La argumentación
Condiciones instrumentales
1) Argumentos de emboscada: Con mala entraña, para que en cierto desorden dispositivo
el otro comparta disposiciones que en el desorden no puede advertir.
Puede suceder que algunas causas sean indignas y que aún así el abogado las acepte;
entonces habrá que indagar en cada caso la posible violación o no a normas éticas.
Hay formas de ejercer la actividad profesional en el campo forense donde se rosa
verdaderamente los límites de la ética profesional llegando a traspasarlos cuando el
abogado lleva a cabo la creación de espacios argumentativos vulgarmente llamados
“chicanas” donde el proceso se dilata o logra ciertos efectos favorables a quien las realiza
en desmedro de la otra parte, del juez o de la propia justicia.
Santo Tomás de Aquino hablaba de que los abogados debían tener vivacidad
profesional e incluso, establecía que en algunos casos era lícito dilatar un pleito para
beneficiar al deudor ante un mal quizás mayor sabiendo que va a obtener un dinero para
pagar.
BOLILLA 10
LA PRUDENCIA Y LA EQUIDAD
A – INTRODUCCIÓN
1 – LO JUSTO CONCRETO
Cuando el emperador Augusto otorgó el “ius publice respondedi” a los más notables
juristas de la Roma Imperial, lo hizo en virtud de su reconocida calidad de “iuris
prudentis”, es decir, de poseedores en grado eminente de una especial forma de
conocimiento jurídico: “el prudencial”. Ese conocimiento acertado de lo que era derecho en
cada situación singular – llamado iuris prudentia – dio posteriormente el nombre, por una
derivación lingüística, a la “ciencia del derecho” y a las normas que tienen su origen en las
sentencias de los tribunales. Resultaba difícil por ello, hablar, de “prudencia jurídica” como
de un modo especial e indispensable de conocimiento del derecho, por lo que pasó al olvido
la acepción primera del término, que designaba al conocimiento de lo justo en su máxima
concreción.
Derecho o lo justo, es una cierta obra adecuado a otro.
No puede hablarse propiamente de “derecho” sino refiriéndose a conductas
concretas, a actos determinados del hombre, a operaciones singulares; es a través de ellas
que se “cumple” o se “incumple” el orden que caracteriza al derecho, orden que lo es de
conductas, no de normas abstractas y generales; por esta razón, cuando se afirma que en un
estado se realiza el derecho, se hace referencia a que las conductas de sus habitantes son en
su gran mayoría rectas.
2 – MODALIDADES DE CONCRECIÓN
B – LA PRUDENCIA
1 - CONCEPTO
2 - OBJETO
3 – LA IURIS PRUDENTIA
4 - UBICACIÓN
5 - COMPONENTES
5.1 - DELIBERACIÓN
Los jueces a la hora de fallar cuentan con la experiencia de quienes están con ellos
integrando un tribunal por ejemplo, o de las mismas partes letradas y hasta incluso de la
forma de fallar de jueces que participaron en otras causas.
Pero tal como lo expresaba Dante, no es suficiente con saber como sucedieron las
cosas para que la deliberación sea correcta; es preciso también conocer todas las
circunstancias particulares y concretas de la situación jurídica que reclama solución.
5.2 - JUICIO
6 – REQUISITOS
a) experiencia o memoria
b) inteligencia o intelección
c) providencia o previsión
C – LA EQUIDAD
1 – LA DOCTRINA CLÁSICA.
Doctrina Moderna
Tesis positivista: Se elabora una teoría general de la ley (la cual se considera
exacta)-. En este ordenamiento no hay lagunas, el sistema es cerrado y por lo tanto la
equidad es un recurso extra – normativo, está fuera del ámbito de lo normativo que se
presenta como cerrado y sin lagunas, no hay nada no previsto.
Desde un punto de vista del Iusnaturalismo donde el derecho es la conducta
humana, tenemos que considerar que existe la posibilidad de lagunas en el derecho, lo cual
presupone que un ordenamiento jurídico no puede ser exacto y cerrado.
1 – INTERPRETACIÓN JURÍDICA
Lenguaje Jurídico y lenguaje formal
1) Fuentes de la interpretación:
a) Validez Total (Validez T): Se refiere a todos los destinatarios de las normas legales
válidas. Tal es el caso de la interpretación auténtica.
b) Validez Grupal (Validez G): Se refiere sólo a un grupo, por ejemplo la
interpretación legal provincial.
c) Validez Factual (Validez F): Se da cuando quien no tiene obligación jurídica de
acatar interpretación alguna, efectúa la propia y así lo ejecuta.
a) Constitución,
b) Leyes
c) Reglas infralegales,
d) Tratados internacionales,
e) Actos normativos.
4) Calificación de la interpretación:
a) Extensivas y restrictivas.
b) Secundum legem, praeter legem y contra legem.
La duda que impone la puesta en marcha de la interpretación jurídica puede ocurrir por
diversas razones:
a) Puede ser el propio fruto del lenguaje natural que es utilizado en el lenguaje jurídico
y por lo tanto que exista ambigüedad y/o indeterminación de éste, se trata entonces
de una vaguedad sintáctica.
b) Puede ocurrir que la duda sea impuesta porque existe contradicción con la norma
que se quiere aplicar.
c) Es posible también que una aplicación normativa resulte contradictoria no con otra
norma, sino conciertos y determinados valores que existan en un auditorio
relevante, se llama vaguedad axiológica.
d) Que haya carencia de norma, es decir vaguedad normativa.
De cualquier forma, fuera de toda discusión queda que el juez, tiene el deber
jurídico de resolver el momento de duda clarificándolo y concluyendo con la subsunción
adecuada.
A – INTRODUCCIÓN
1 – NOCIÓN
2 - REMISIÓN
B – EL RAZONAMIENTO JURISPRUDENCIAL
1 – DIAGNÓSTICO JURÍDICO
Cuando el abogado está en su escritorio y acude el cliente, éste se coloca en el lugar
del juez. Escucha prolijamente el hecho narrado, lo indaga, estudia la prueba que
probablemente podrá producir y por último trata de fallar la causa mentalmente como si
fuera el juez. En otras palabras, realiza una predicción.
Al igual que el abogado, nuestro personaje principal aquí, el juez, también realiza
una predicción. Estudiará el caso sometido a su decisión , los hechos probados, la ley
aplicable. De ahí surgirá la premisa mayor (norma) y la premisa menor (hechos), y por
último, surgirá la conclusión.
C – EL RAZONAMIENTO CORRECTO
1 – LA MOTIVACIÓN DE LAS RESOLUCIONES JUDICIALES
Causales:
2) Defectuosa motivación:
h) Motivación aparente: Se da cuando la motivación reposa en cosas
que no ocurrieron o en pruebas que no se aportaron o bien, en
fórmulas vacías de contenido que no coinciden con la realidad del
proceso y, finalmente, que nada significan por su ambigüedad o
vacuidad. La fundamentación aparente es acaso más peligrosa que
la motivación defectuosa, porque si bien ésta puede ser el producto
de un error, aquella disfraza, oculta una realidad, que puede inducir
a engaño.
i) Motivación insuficiente: Los casos de insuficiente motivación son
los más frecuentes. Vulneran el principio lógico de razón
suficiente.
j) Motivación defectuosa en sentido estricto: Se da cuando el
razonamiento del juez viola los principios lógicos y las reglas de la
experiencia, Por ejemplo cuando se viola el principio de no
contradicción.
Principio de verificabilidad
LA IUSFILOSOFÍA ACTUAL
LA RAZÓN PRÁCTICA
Tanto Aristóteles como Santo Tomás, hablan de que existe una división de la razón:
“razón especulativa” y “razón práctica”. De la forma como a través de la razón especulativa
nos acercamos a la verdad, con la razón práctica podemos acercarnos al conocimiento de
“lo bueno” y de “lo malo”.
Con el advenimiento del Nominalismo (consideran que a través de nombres puede
captarse la esencia de las cosas, dejan de lado el “concepto”), uno de sus mayores
representantes Guillermo de Ockam (1285) sostuvo la relatividad de todo lo que tiene que
ver con la razón, entonces, en definitiva ya no podría hablarse de verdad, en la razón
especulativa, ni de conocer lo bueno y lo malo en la razón práctica.
Con la escuela del Iusnaturalismo Racional, con Grocio, Pufendorf, Espinosa, se
elimina la distinción entre razón especulativa y razón práctica, se reduce todo a la razón
especulativa. Para estos exponentes se puede conocer “racionalmente” la totalidad de las
normas incluso las particulares, la verdad o falsedad de lo que se establece a través ellas, al
igual que lo que sucede con los objetos de la naturaleza. A través de la razón yo puedo
acceder a la verdad o falsedad en las cuestiones normativas.
Esto se diferencia de lo que establecía el Iusnaturalismo Clásico, el cual decía que
sólo formaban parte del derecho algunos principios generales y de esos se derivaban
algunas normas particulares, pero no todas las normas se derivaban de estos principios, sino
que muchas otras lo hacían también por determinación o aplicación de nociones comunes.
Es decir, que para Santo Tomás y Aristóteles, sólo se puede hablar o predicar de
verosimilitud y no de verdad de las leyes. Para el Iusnaturalismo Racionalista se puede
acceder a la verdad.
Luego de lo expuesto llegamos a la Iusfilosofía actual, donde vuelve a distinguirse
el papel de la razón práctica, pero, sin embargo, aparecen dos tendencias que en principio
parecen que van en sentido contrario:
La primera entiende que la razón práctica no tiene capacidad para conocer las normas de la
naturaleza, ni suministrar criterios para establecer la racionabilidad ontológica de las
normas de acuerdo al cumplimiento de pautas obligatorias emanadas de las cosas o de lo
humano. Distingue proposiciones que contienen enunciados fácticos de los enunciados
normativos. Los enunciados fácticos pertenecerán a ciencias de la naturaleza y los
enunciados normativos a las ciencias normativas. Distingue en las ciencias naturales el
principio de causalidad y en las ciencias normativas el principio de imputación. Esto es
extraído de Kelsen quien dice que no niega la existencia de la razón práctica, sino que a
través de ella no puedo predicar la verdad o falsedad de las normas, o sea, poder establecer
lo bueno o lo malo, sino que puedo distinguir ciertas proposiciones que establecen o
predican en las ciencias de la naturaleza, previstas para la ciencia especulativa, y ciertas
otras proposiciones previstas para las ciencias normativas. En una aplico el principio de
causalidad y para las otras el principio de imputación. Otra de las características es que
elimina el ideal del Iusnaturalismo de obtener normas auténticas a partir de la realidad. Se
dirá que la razón práctica queda dedicada, exclusivamente, al estudio de las proposiciones
lógicas de los sistemas jurídicos.
La segunda, rehabilita la razón práctica de un modo más parecido al clásico porque destaca
el papel de la razón práctica que había quedado desechada con el Iusnaturalismo Racional.
Se vuelve a creer que la razón no es solo especulativa sino que hay una razón práctica para
dar solución a los problemas de la praxis humana. Con la razón especulativa no se resuelve
nada, uno se queda en la mera contemplación, puedo acercarme a la verdad. La mayoría de
los que sostienen actualmente que no solamente existe una razón especulativa sino que
también hay una práctica, que radica en la dialéctica como instrumento para llegar a la
verdad, y dicen que la verdad es una verdad consensuada, porque para ellos el carácter de
los conocimientos es hipotéticos y por ende relativos y lo mismo pasaría en el ámbito del
derecho. Dworkin establece que las normas, a través de un consenso, la validez o al
existencia de las normas dependen del consenso que los hombres le hayan otorgado.
LOS JURIDICISMOS
NORMATIVISMO
Para el normativismo, lo único que tiene existencia jurídica son las normas
positivas, a partir de ella se determina lo justo y lo injusto, y no al revés. Desde el
relativismo, el voluntarismo e incluso, cuando se consagró el principio de la división de
poderes, se considera el derecho igual a la norma. Solo es la ley, para el normativismo. En
la actualidad también se debilita el normativismo ya que norma no es solo el derecho
positivo, existen principios generales que son también considerados normas, por ejemplo,
las normas del derecho natural no son positivas. Actualmente el derecho no se agota en la
norma positiva, sino que también el derecho es lo sociológico por dar un ejemplo. Los
filósofos entienden que al margen de lo social el derecho no es posible.
ONTOLOGISMO VERBAL
CONSENSO
AXIOLOGISMO
INDIVIDUALISMO
B – EL POSITIVISMO ANALÍTICO
Kelsen fue un pensador austriaco que nació en Praga en 1881, muere en California
en 1973 y estuvo en la Universidad de Viena en 1917.
¿Qué es esta Teoría Pura del Derecho?
La Teoría Pura es una teoría del derecho en general, por oposición a lo que sería una
teoría del derecho particular, es decir, no una teoría pura de un determinado estado o de un
determinado derecho sino todo el derecho en general.
¿Qué procura esta Teoría?
Busca determinar cómo se forma el derecho sin preguntarse cómo debería ser o
cómo debería formarse.
¿Por qué habla de “Pura”?
Porque hay que constituir una ciencia del derecho que tenga como único objeto al
derecho, que se ocupe solamente del derecho y que ignore a todo lo que no responda a su
definición.
¿Cuál es el método?
Eliminar todo lo que sea externo al derecho, o sea los elementos morales y
sociológicos. Del primer principio de la razón práctica “hacer el bien y evitar el mal”
nosotros decimos que vamos a poder definir lo que es el derecho. Kelsen dice que nos
olvidemos de todo eso.
Kelsen afirma que el científico del derecho utiliza reglas de derecho. El jurista, para
describir el objeto formula reglas de derecho, y para formular estas reglas no utiliza el
principio de “causalidad”. Al igual que las ciencias naturales que emplea el principio de
causalidad para decir por qué florece una planta, él dirá que el jurista también utiliza una
regla pero es diferente. El jurista tiene una norma que dice que aquel que por su culpa o
negligencia causa un daño debe repararlo, el jurista o el científico ve esta norma y dada
determinada conducta ésta es la regla del derecho. Así describe al objeto, a través de esa
regla del derecho, y este principio es al que él llama imputación; o sea, a una conducta
contraria a derecho se le imputa una sanción.
Kelsen dice que, a diferencia de lo que todos creemos, los primitivos utilizaban el
principio de imputación y no el de causalidad. El hombre primitivo, regido por los mitos,
entendía que a una conducta buena se la debía premiar y a una mala castigar.
EL ANIMISMO
IMPUTACIÓN DE LA LIBERTAD
La norma para Kelsen es válida cuando existe. La validez de una norma es un modo
particular de existencia porque una norma positiva existe cuando ha sido creada por un acto
que transcurre en un tiempo y en un espacio, “validez” y “existencia” se identifican. Existe
cuando ha sido creada por un acto particular. Si la norma está, es valida entonces. Para
nosotros no es así. Esta creación del acto que transcurre en un tiempo y un espacio nos da la
nota de que la validez puede ser: espacial (en un espacio determinado), temporal (en un
tiempo dado), de una determinada materia, personal (a todas las personas, a determinado
grupo de personas) y puede ser limitada o ilimitada.
Una norma creada de determinado modo, o sea por un acto que transcurre en un
tiempo y un espacio, tiene validez espacial y temporal, material o personal pudiendo ser
ilimitado o limitado. Esto lo da la validez. Y a su vez la validez de la norma requiere de
eficacia (que los hombres observen esa norma)-. Entonces, la eficacia es una condición de
validez.
Toda norma supone un acto por el cual se crea y hechos a los cuales se aplica,
ahora, esta norma no es ni ese acto ni ese hecho al que se aplica. El acto por el cual los
legisladores están reunidos es un hecho. Ese acto tiene una significación objetiva y una
significación subjetiva. La norma no es ni el acto de que estén reunidos ni el hecho.
En un acto jurídico cualquiera notamos un acto que es un acontecimiento exterior,
lo fáctico y un sentido o significado inherente a ese acto. El acto es lo fáctico, el hecho, y a
su vez tiene un sentido objetivo y subjetivo, porque muchas veces cuando uno habla de lo
fáctico, del hecho, tiende a pensar que eso viene a ser el sentido objetivo, y no es así porque
el acto es el acontecimiento externo y nada más. El significado no es perceptible por los
sentidos, el significado objetivo de ese acto es justamente “ser” normas jurídicas. El hecho
de que los legisladores estén reunidos y levanten la mano, para mi, observador puedo
considerar que han dictado una norma, una ley, pero no necesariamente puede acontecer
que así sea, porque pueden estar reunidos para otro fin. Entonces una cosa es el acto por el
cual se crea una norma, otra cosa es el significado objetivo que es el de ser norma jurídica.
Cuándo sabemos que estamos frente a una norma jurídica? Si estamos diciendo que el
sentido objetivo es, justamente, ser norma jurídica que no es perceptible por los sentidos, el
sentido objetivo del acto creador de la norma es el resultado de una interpretación, de una
operación intelectual que muchas veces debe hacer abstracción del sentido subjetivo
porque? El grupo de legisladores que levantan la mano para ver quienes están de acuerdo
para aprobar una ley, el sentido objetivo de interpretación que uno debe hacer es a los
efectos de poder mostrar que esta norma es el resultado de una interpretación de una norma
anterior, que deriva de una norma anterior. Esta es la interpretación que uno tiene que hacer
del acto creador de la norma jurídica. Para ver el sentido subjetivo; por ejemplo, la
diferencia entre un bandido y un funcionario público. El bandido viene y me saca plata, el
funcionario viene y también me saca plata, cuál es la diferencia? Por qué el funcionario no
comete un delito y el bandido si? Muy simple, porque el legislador está autorizado por una
ley anterior, esta es la interpretación que debemos hacer, que el tiene a cobrar los impuestos
por una ley anterior que lo faculta a cobrarme los impuestos, a su vez, esta ley es derivada
de una más general que dice que todos los ciudadanos debemos prestar conformidad, y a su
vez esa es la interpretación que hay que hacer. Entonces, una cosa es el acto, otra cosa es el
sentido de ese acto: el acto es lo fáctico, la norma no es lo fáctico. La norma es el sentido
objetivo que tiene ese acto. Cuál es ese sentido o significado objetivo? Deriva de la
interpretación que yo, observador, hago para determinar si ese hecho deriva de una ley
anterior a la constitución. Si existe esta concatenación estamos frente a una norma jurídica.
Ven por qué habla de que la validez es el modo particular de existencia de una norma?
Porque mañana nos podemos reunir y pretendemos dictar una ley que diga que esta
prohibido fumar en los espacios públicos, quien nos va a respetar? Nadie. El acto sucede, lo
tengo que analizar porque tiene un significado subjetivo y objetivo, si concuerda el sentido
objetivo con el orden jerárquico de la norma estamos frente a una norma jurídica. El sentido
subjetivo de la norma es el de prescribir o permitir. Nos tenemos que preguntar por qué es
preciso observar la regla de la primera constitución de Kelsen? Esta regla no es o no puede
derivar una interpretación de una norma anterior. Es un hecho fundamental del
ordenamiento jurídico. Es un hecho. Todas las normas para Kelsen son normas puestas, no
supuestas. La única norma que no es puesta es la primera constitución, porque es supuesta.
Cuál es el sentido objetivo de la primera constitución? Es una norma supuesta, entonces no
lo busquen. Pero por qué norma jurídica? Si yo del uso de mi interpretación no puedo llegar
a la primera constitución, por tanto no es norma jurídica.
El ordenamiento jurídico se funda sobre la suposición de que la primera
constitución es un grupo de normas jurídicas válidas, es decir que si todos prestamos
conformidad a ese hecho, todas las otras normas que de ella se deriven existen y serán
válidas siempre y cuando sean eficaces. Esta suposición de la que hablamos de la primera
constitución dirá Kelsen que es una norma cuyo significado importa que es preciso
observar las reglar obtenidas de la primera constitución, o sea, la norma fundamental de
Kelsen cuál es? Que es preciso observar las reglas de la primera constitución.
El conocimiento jurídico está dirigido, pues, hacia normas que poseen la
característica de ser normas jurídicas; que otorgan a ciertos acontecimientos el carácter de
actos conforme a derecho (o contrario a derecho)-. Puesto que el derecho, que constituye el
objeto de ese conocimiento, es una ordenación normativa del comportamiento humano; lo
que significa: es un sistema de normas que regulan el comportamiento humano. Con la
palabra “norma” se alude a algo que deba ser o producirse; especialmente, a que un hombre
deba comportarse de determinada manera.
Normas y Principios
Criterios diferenciadores:
En cuanto al origen:
En cuanto a la derogación:
En cuanto a su identificación:
a) Normas: Es posible.
b) Principios: Es imposible brindar una nómina de cada uno de ellos.
En cuanto al contenido:
En cuanto a su aplicación:
La teoría de la Adjudicación
Aspectos fundamentales:
Positivismo ideológico es aquel que por el sólo hecho de serlo, es válido y debe ser
obedecido incondicionalmente cualquiera sea su contenido.
Dworkin ha negado el deber general de obedecer la ley, al que entiende
“incoherente con una sociedad que reconoce los derechos. Esto se aplica porque advierte
que si frente a una ley de dudosa validez “uno debe actuar como si fuera válida, se perdería
el principal vehículo de que disponemos para cuestionar la ley por motivos morales, y con
el tiempo nos veríamos regidos por un derecho cada vez menos equitativo y justo, y la
libertad de nuestros ciudadanos quedaría ciertamente disminuida.
Para esta teoría el sistema jurídico vigente en cierta sociedad puede ser identificado
tomando sólo en cuenta hechos empíricos.
Críticas de Dworkin:
Conclusión
Pareciera que respecto de la obra de Dworkin no puede asumirse una posición neutral, y así
con el mismo fervor que se lo ataca, se lo defiende. Se ha afirmado también, que el libro
“Los derechos en serio” es el más importante de filosofía del derecho de esta década y,
seguramente, uno de los más interesantes de este siglo.
Consideraciones críticas:
Indica que ante todo al hablar de la definición del derecho, debemos tener en
cuenta una buena proporción entre los bienes que se reparten entre las personas, una cosa,
el objeto de la justicia. Ahí está el fin perseguido y lo esencial, puesto que todo depende de
la causa final. Pero el derecho es una buena proporción de entre cosas repartidas o un
reparto conveniente, de manera que cada uno tenga lo que exige una medida recta, una
cierta igualdad, y esta igualdad se dice básicamente de dos modos:
a) Igualdad proporcional que rige en materia de distribuciones, ya
que es tarea de las autoridades repartir bienes, honores, y
cargas públicas de modo que cada uno reciba su parte,
procurando no una igualdad aritmética entre los bienes
distribuidos, sino entre proporciones entre las personas y los
bienes;
b) Igualdad no proporcional sino aritmética, que rige la materia
de los intercambios de bienes, la cual aparece por ejemplo
cuando se altera un contrato voluntario.
Individualismo Jurídico
Lo define como una concepción del hombre como ser encerrado y aislado en sí
mismo. Culpa de esto al Cristianismo (Por sostener que el hombre en su vida espiritual deja
de ser parte del organismo político, siendo un todo, un valor en sí mismo) al Humanismo
Renacentista (ya que en el mundo burgués del S. XVI se considera al hombre como un ser
aislado capaz de vivir por sí mismo) y al Nominalismo (afirma que en la realidad no hay
más que seres singulares, comenzando esta afirmación con Occam en el siglo XIV)-.
Colectivismo Jurídico
Tecnicismo Jurídico
Se produce que Bacon el surgimiento de las ciencias modernas que dejan de lado la
contemplación para interesarse por la utilidad y eficiencia del conocimiento.
La definición postulada
La Justicia
La lógica Jurídica
Toca ahora abordar la pregunta que inquiere por aquello adonde se dirige el
razonamiento de los juristas para descubrir lo suyo de cada uno, es decir, corresponde
estudiar las fuentes del derecho.
a) Teoría de las fuentes ideales: La mayoría de los juristas coinciden en que el
derecho sería una ciencia normativa, o sea, compuesta por normas o
reglas de conducta cuyo papel es regir los hechos en nombre de un ideal.
Siendo así habría que instalar el origen del derecho en una razón o una
voluntad divina o humana dispuesta a mandar en la naturaleza. Pero
Villey afirma que no cree en el poder ni de la ley natural moral, ni de la
razón práctica del hombre que de ella deriva y a ella se sustituye, para
dictar soluciones jurídicas. Hay que destacar en este punto que la crítica
de Villey está dirigida a los iusnaturalismos no clásicos.
b) Teoría de las fuentes factuales: Las nuevas ciencias humanas y sociales, en
donde arraigará el positivismo de los juristas, despreciarán todo intento
de contaminación con la metafísica. Ejemplo de esto lo vemos en Hume.
Advierte Villey que el positivismo científico cree en un espejismo, dado
que los hechos y la fuerza con su incoherencia y movilidad no son
capaces de crear ningún derecho, y a pesar de su pretensión de
neutralidad axiológica, encierran ideologías y preferencia de valores.
c) La naturaleza como fuente de derecho: Villey aquí, luego de rechazar las
anteriores, proclama su opción. Lo que está más allá del derecho positivo
puede ser llamado derecho natural; pero para entender correctamente el
significado del derecho natural hay que explicar previamente el sentido
de la palabra naturaleza, dado que derecho natural significa, derecho
extraído de la naturaleza. En este sentido se sigue a Aristóteles y su forma
de concebir la naturaleza. La naturaleza engloba además de los objetos
físicos y materiales, a la totalidad de las cosas, incluyendo tanto el cuerpo
y el espíritu del hombre, como las instituciones sociales; por eso es válido
afirmar que las obras políticas de los hombres son tan naturales como lo
son los enjambres de abejas y otras sociedades animales. El derecho no es
obtenido desde la razón o desde una definición abstracta de la esencia del
individuo humano, sino que es sacado de la naturaleza, mediante la
observación de la misma. El derecho natural se asienta fuera de la razón
humana, pero no como una substancia, sino como una proporción que ha
de existir entre las cosas cuando se reparten entre varias personas.
d) Teoría del derecho positivo: Descripta la visión villeyana acerca de la fuente
primera del derecho , que es la naturaleza dinámica e informulada
normativamente, corresponde estudiar “una segunda fuente del derecho
que es la ley humana, la decisión voluntaria del legislador (o del juez, o
de la doctrina, o de los contratantes). Del mismo modo que el arte
humano es imitación de la naturaleza, la ley escrita constituye una
tentativa de los hombres para expresar lo justo natural. Se encarga el
maestro parisino de recordar las razones que expone Santo Tomás de
Aquino a favor de los textos jurídicos escritos de carácter general, frente a
la alternativa de dejar totalmente en manos de los jueces la determinación
de lo justo: 1) Porque en una ciudad es más fácil encontrar unos cuantos
legisladores prudentes, informados y sabios, que una multiplicidad de
jueces con las mismas cualidades; 2) Porque no se puede confiar
demasiado en la imparcialidad de los jueces, en virtud de estar más
expuestos a padecer la influencia de sentimientos de odio o de simpatía
hacia las partes, mientras que los legisladores no tienen ante sí a
individuos concretos, y 3) Porque la experiencia acumulada por los
legisladores en multiplicidad de casos es superior a la que puede lucir un
juez cualquiera. En un lenguaje más estricto Villey prefiere hablar de
reglas jurídicas en lugar de ley, dejando esta expresión para los
moralistas.
El lenguaje Jurídico
El derecho no se nos aparece sino bajo la forma de oración, de una oración sujeta a
las leyes del lenguaje. En este tópico hay que destacar que Villey estuvo obsesionado por
lograr un lenguaje específico del mundo del derecho, reconociendo que dicha problemática
ocupa un lugar central en toda la filosofía.
Pero el análisis polémico de la semiótica lingüística villeyana supone enfrentar su
ya aludida propuesta de que el lenguaje de los juristas no es deóntico, sino indicativo de lo
que es justo; se limita a expresar las verdades sobre el ser y no lo que debe ser.
BOLILLA 13
LA RELACIÓN JURÍDICA
En sentido lato hablamos de causa física cuando aludimos a la relación directa entre
un fenómeno y otro, siendo uno de ellos el productor o generador y el otro el producido o
generado.
Rige el “acontecer” físico del ser, y por lo tanto puede verificarse
experimentalmente. Por ellas se conoce al ser por su “existencia cuantitativa”.
En cambio denominamos causa metafísica aquella que constituye el ser en sí, vale
decir, lo que da origen y razón de ser a las cosas. Desde este punto de vista, el supuesto
“causalidad”no rige el acontecer, sino el “ser’que acontece.
Las causas en sentido metafísico son inexperimentables, ya que son razones y no
hechos, son principios del ser y no la demostración temporal de su acontecer.
Hablar de las causas del ser es igual que referirnos al origen y finalidad de las cosas
y quien demuestra el origen y finalidad de algo, puede decirse que está en posesión y en
conocimiento de la cosa misma, de su esencia.
La ley de la gravedad, las leyes sobre acústica, etc., son, de este modo, el acontecer
del ser y muestran una causalidad temporal y espacial. Resumiendo, por las primeras causas
conocemos las cosas por su esencia, por las segundas las conocemos por su existencia
cuantitativa.
Aplicando lo dicho específicamente al Derecho, vemos que por su “acontecer” se
nos manifiesta el derecho como un fenómeno histórico y social y por su “ser” su esencia y
sus principios constitutivos y razones constitutivas.
1 – NOCIÓN
El derecho potencial o lo determinable jurídicamente, no puede ser otro que “el acto
humano potencialmente justo”, o el que, de acuerdo a su naturaleza y requisitos intrínsecos,
puede ser justo por la acción del sujeto de tal acto.
Si el hombre no es perverso por naturaleza potencial sino que se pervierte por acto,
por naturaleza tiende ineludiblemente al Bien, ya que es potencialmente bueno.
El hombre tiende por ley de su ser a convivir con sus semejantes en razón de ese
Bien común, luego la sociedad es medio necesario para dicha convivencia.
Tender a vivir en sociedad es tender a la coexistencia, y coexistir humanamente solo
es posible mediante una voluntad recta de dar a cada uno lo suyo.
PERSONALIDAD:
3.1 – EL PROBLEMA
La libertad como esencia participa de la misma esencia del hombre: es, desde este
punto de vista, pura potencia, pura virtualidad; es poder para decidirse por sí mismo, es la
facultad para optar y elegir, es, en fin, atributo natural de la criatura humana, coexistente
con sus demás potencias y virtudes. La libertad, como existencia, es en cambio, acto,
actualización de aquel poder, por tanto, condicionada y puesta en juego por fines y los
medios que motivan la actividad.
La libertad como esencia es atributo del alma, como existencia condición esencial
del acto.
Atendiendo a su esencia todos los hombres son igualmente iguales, siendo, desde
este punto de vista, imposible admitir su contingencia y relatividad, pues, no siendo todavía
en acto, ella está fuera del acontecer, independiente de los fines que ella actualiza.
El error político de Rousseau se basaba en que identificó la contingencia propia de
la existencia, con la esencia, identificó lo mudable y relativo con lo absoluto y eterno
constituyendo así, con elementos puramente empíricos, una ficción metafísica y un absurdo
natural, como cuando afirmamos que todos los hombres son igualmente libres en acto.
Siguiendo esta postura, como es imposible demostrar la existencia de la libertad en el acto
mismo, se concluye que la libertad no existe.
Vemos en el caso anterior como se parte de una premisa falsa, ya que la esencia de
la libertad no está en el acto realizado sino en el acto a realizarse no es fin sino medio, no es
lo condicionado sino lo condicionante; ella, en una palabra, es la razón de ser del acto, no la
existencia misma del acto.
LA JUSTICIA
1 – NOCIÓN
Si nos preguntamos que es el derecho, responderemos que no puede ser otra cosa en
esencia que “lo justo”, ya que es el único inteligible abstraído de la realidad práctica, por el
cual significamos de modo análogo lo justo en cada caso.
En el orden de las relaciones humanas, el derecho es simplemente el orden que
resulta del que dirige y ordena y como el derecho por la misma etimología del término es lo
recto se sigue que a lo recto preexiste la razón de tal rectitud o sea la acción que ordena
rectamente; tal por antonomasia, la justicia.
Decimos acción que ordena rectamente porque la justicia es ante todo “virtud”. Por
ello la justicia es la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno lo suyo.
En el orden moral, las virtudes constituyen conjuntamente con la ley la causa
eficiente del acto moral, por lo que en consecuencia, la justicia es causa eficiente de la
rectitud interior del hombre. Pero esta causa eficiente del orden moral ético, se transforma
en causa formal del orden jurídico; de ahí la íntima conexión y subordinación del derecho a
la moral.
¿Cómo ahora una causa eficiente de la conducta que obra sobre ella extrínsecamente
puede cambiar su naturaleza causal para transformarse en causa intrínseca formal de esa
misma conducta?
Si la unilateralidad es resultado del acto moral y la bilateralidad la característica de
la relación jurídica, debemos suponer que la misma voluntad produce efectos diferentes,
luego la diferencia de efectos presupone diferencias en las causas. De esta manera
explicaríamos la diferencia de efectos por una especie de con – causa metafísica.
La relación presupone ya el acto moral formado; en consecuencia, todo lo que
extrínsecamente contribuye a la constitución del acto moral se encuentra ya como formando
parte intrínseca del acto que genera: el jurídico. La justicia por tanto presupuesto extrínseco
de la moralidad no puede ser sino causa intrínseca del derecho desde que ya no actúa sino a
través de una voluntad moralmente preconstituida.
B - LA VIRTUD DE LA JUSTICIA
El nombre latino de iustitia deriva de iustum, y este es adjetivo de ius. Los romanos
dieron al revés la interpretación, derivando el vocablo ius de iustitia. Pero filosóficamente
tanto iustum como iustitia proceden de la forma verbal más primitiva y simple: ius.
Hay dos acepciones básicas de justicia a tener en cuenta:
La primera, de la “justicia general”, está reflejada en la definición de San Anselmo,
en este sentido general y amplio, justicia es sinónimo de rectitud. Dicha justicia comprende
toda la rectitud moral, la debida ordenación de todos lo movimientos del alma entre si y
sumisión de todos a su fin último que es Dios.
La justicia platónica es la virtud general, común a las tres partes, racional, irascible
y concupiscible, y consistente en la concordia o estética armonía de todas las partes y
movimientos del alma, resultante de las otras tres virtudes, prudencia, fortaleza y
templanza. Y en la sociedad es la armonía general que resulta de los tres estados,
mercenarios, guerreros y magistrados, y la debida disposición de todos entre sí, de tal modo
que cada orden permanezca dentro de los límites de su propio puesto y labor. Aristóteles
admite tal concepto de justicia general, pero no es para él la justicia propia, y en el plano
individual es llamada por él y por Santo Tomás justicia metafórica. Esta concepción pasó
después a los Padres de la Iglesia. Es también acepción muy común en la Sagrada Escritura.
A esta justicia metafórica, insistimos, se la relaciona con un sentido bíblico de rectitud
moral o de santidad, llamada por metáfora, porque en ella se verifica un simulacro
o apariencia de justicia propia.
El segundo es el sentido estricto y propio de la justicia como virtud cardinal, la que
se refiere a realizar las obras de justicia o a dar a cada uno lo suyo.
Para Ulpiano Justicia es “La constante y perpetua voluntad de dar a cada uno lo
suyo”. Para Santo Tomás la fórmula es recta si es debidamente entendida. Voluntad
perpetua no se refiere a una perpetuidad efectiva o a un acto que dure perpetuamente, tal es
sólo la justicia divina, sino se refiere al objeto, porque implica el propósito de obrar
justamente siempre y en toda circunstancia. La virtud no se adquiere mientras no se llegue a
esta constancia de obrar la justicia.
Para Tomás la justicia es “el hábito virtuoso de la voluntad por el cual somos
inclinados con firmeza y constancia a dar a cada uno su derecho”.
Se evita la confusión que “lo suyo” generaba al pensarse que solo se refería a lo
material, siendo que “suyo” hace referencia a muchas cosas que atañen al sujeto como
pertenencia propia, concluyendo que “lo suyo” es todo lo que puede hacerse coincidente
con su derecho, sea corporal o incorporal, aunque no se tenga sobre ello posesión efectiva,
basta que sea algo sobre lo cual se tenga alguna exigencia, algún derecho, aunque
imperfecto. Lo “suyo” no debe entenderse sólo en el sentido material de las cosas poseídas
o referido al simple dominio de propiedad, sino en toda la amplitud en que interpreta Santo
Tomás, como equivalente a todo lo ordenado a otro, lo que es debido a otro.
Pero además de la definición del acto general y de las condiciones del objeto, Santo
Tomás analiza tres aspectos de la justicia habitual, por la que los hombres son llamados
justos:
a) Esta justicia habitual es ante todo, “virtud”. Virtud es la que hace bueno
al sujeto y sus actos. La realización del derecho, es no sólo un bien para
otro, sino un bien para el propio sujeto. Es además virtud cardinal, se
reserva, la materia principal y más difícil en el género de virtudes que
rectifican las operaciones exteriores, que han de cumplir los deberes con
el prójimo. Como virtud dicta y mueve a obrar lo que es justo, a sentir y
desear que se haga justicia, y que se traduce por lo tanto en sentimientos.
b) La justicia reside, como en sujeto propio, en la voluntad. Aristóteles no
reconocía expresamente la voluntad en su división de las potencias:
racional por esencia y racional por participación. El concepto claro de
voluntad, como apetito espiritual comprendido bajo lo racional por
esencia, deriva sobre todo de la tradición agustiniana, así como la idea de
que ella sea el sujeto inmediato de la justicia. Las operaciones exteriores
ordenadas al bien de otros brotan del principio de toda acción, que es el
apetito. Este no puede ser sensible, sino el apetito intelectivo, que es la
voluntad, porque el bien exterior, que consiste en la proporción y orden
de otros, sólo es captado por la razón. El apetito sensible no puede
dirigirse a este bonum alterius, que es un bien racional.
c) La Justicia es la más excelente de todas las virtudes. Ya Aristóteles había
dicho que “la más preclara de las virtudes, y ni el lucero de la mañana ni
la estrella vespertina son tan admirables como ella.
El Aquinate enumera dos elementos de este objeto material: las acciones exteriores
y las cosas que son usadas por ellas, lo que da lugar a la distinción de la doble materia de la
virtud: la materia remota, o los objetos que son usados por los actos de justicia, cambiados,
vendidos, restituidos, etc, y la materia próxima, o éstas acciones exteriores de contratar,
restituir, distribuir, etc. Y, en general, de dar a cada uno lo suyo. La justicia debe rectificar
al hombre en su vida de relación con los demás, y es bien patente que unos se ordenan y
relacionan con los otros mediante las actividades exteriores y el uso y comunicación de las
cosas externas que mediante aquellas afectuosamente.
La materia de la justicia es la operación exterior, medida por una proporción de
igualdad con las exigencias de otra persona. La rectitud, o medio virtuoso, está entonces en
que se guarde esa igualdad exterior. Es decir, se mide por una norma estrictamente objetiva
que es el derecho de otro, sin atender a las disposiciones internas del sujeto. Y el acto será
virtuoso sólo cuando se ajuste a esta regla del justo medio y estricta igualdad.
Surge entonces la dificultad obvia, y es que la justicia no parece salvar la razón
genérica de virtud. Lo propio de esta es poner en los actos la medida o regla de la razón, y
aquí no parece darse. En el obrar virtuoso siempre se incluye el debido orden al sujeto
operante, pues la virtud hace bueno al sujeto y sus actos. Pero si en la medida del acto justo
no se tiene para nada en cuenta la relación al sujeto, tendríamos una obra justa, recta y
debida, aun realizada con intención perversa y otros defectos subjetivos, incluso arrancada
por la fuerza de medios coactivos.
Ahora bien, para que se constituya la acción formalmente justa hace falta que la
intención del agente y las demás disposiciones del sujeto sean rectas, que se conformen con
el fin objetivo del opus iustum, que es dar al otro lo suyo.
C – DIVISIÓN DE LA JUSTICIA
1 – LA DIVISIÓN DE LA JUSTICIA
LA LEY
1 – NOCIÓN
La ley como causa eficiente del derecho está preordenada para actualizar la voluntad
justa. La ley es ordenación y mandato de la razón, es lo conforme a la naturaleza del
hombre, y como esta naturaleza es potencialmente social, el Bien común es el término de
tal ordenación. La promulgación, por otra parte, es el elemento positivo agregado a tal
ordenación para hacerla para todos igualmente objetiva y soberana.
1 – LA ESENCIA DE LA LEY:
1.2 - CAUSALIDAD
Causas esenciales:
Toda ley, por su misma esencia, está ordenada al bien común; pero no todo lo
ordenado al bien común es llamado ni tiene razón de ley. Esa ordenación al bien común
tiene que estar producida por la causa eficiente propia de la ley, que es la razón común.
Sólo la razón común o pública es causa productora de la ley. La ley es el dictamen
imperativo que ordena los actos humanos y los bienes particulares al bien común. Por
consiguiente, sólo será productora de la ley aquella razón que mira directamente al bien
común y es capaz de mover eficazmente a los actos humanos y a los bienes particulares
hacia ese bien. La razón que tienen estas cualidades es sin duda, por definición, la razón
pública o común, la cual dice la misma relación al bien común que la razón individual o
particular el bien propio de cada uno.
La prudencia gubernativa, por definición, supone necesariamente en el que la
detenta el poder o facultad de gobernar la comunidad política; poder que no es otra cosa
que la autoridad. Esa prudencia es la virtud propia de la autoridad, que, permite al
gobernante realizar debidamente su condición de tal. Las leyes humanas serán fruto de la
prudencia gubernativa.
Según esto, la razón común que dicta las leyes no puede ser otra cosa que la razón
práctica del gobernante con auténtica autoridad, razón revestida de la prudencia
gubernativa. Es, pues, la prudencia gubernativa, por su acto de imperio, la que crea o
produce esas proposiciones universales que son las leyes.
La promulgación de la Ley
De la Esencia de la Ley
La ley positiva humana no es sólo la ley civil, sino también la ley eclesiástica.
Santo Tomás deja el estudio de esta última a los canonistas y se limita a señalar los
principios generales de la ley civil, que, sin embargo, se pueden aplicar analógicamente a la
ley eclesiástica.
a) Que se halle en armonía con la religión, pues debe ajustarse a la ley divina.
b) Que se halle en armonía con la disciplina, ya que debe sujetarse a la ley natural,
c) Por último debe promover la salud pública, porque ha de favorecer a la utilidad
de los hombres.
a) Posible.
b) Honesta.
c) Justa.
d) Conforme a la naturaleza.
e) Apropiada a las costumbres del país.
f) Conveniente al lugar y al tiempo.
g) Ajustada a cada uno según sus posibilidades.
h) Clara en su expresión.
Santo Tomás señala como primera nota del contenido de la ley humana su
generalidad o universalidad.
La ley es un precepto común que no se refiere a los actos singulares y concretos
como tales, para los que se dan los preceptos particulares de los hombres prudentes, sino a
los actos o hechos más generalmente repetidos.
Sin embargo, esto no quiere decir que la ley y el derecho positivo sean sólo
comunes y no miren a los individuos y casos singulares. Hay tres partes principales del
derecho legal o positivo.
a) Leyes comunes que tienen un carácter general o universal.
b) Los privilegios que, son como leyes privadas, en parte comunes, en parte
singulares, porque miran a las personas particulares, pero se extienden a
diversos asuntos.
c) Las sentencias judiciales, que constituyen derecho, aunque no son propiamente
leyes, sino aplicación de ellas a los casos concretos.
La ley humana es una ley moral, y su materia tiene que reducirse a las realidades
morales fundamentales, que son los vicios y las virtudes.
La ley humana no debe prohibir todos los vicios, no exige una virtud omnímoda;
debe ser tolerante con aquellos vicios o pecados que no afectan a la conservación directa de
la vida social, y que sería prácticamente imposible y hasta perjudicial hacerlos desaparecer
de una gran parte de los componentes de la sociedad.
Como la ley se impone a toda la comunidad o a una parte considerable de ella,
donde la mayoría de los hombres son siempre imperfectos, incapaces de una vida virtuosa
completa, de ahí que sólo deba prohibir los vicios más graves, sobre todo los que llevan
consigo daño al prójimo y sin cuya prohibición no se puede conservar la sociedad, o, que
destruyen la convivencia humana. La ley humana trata, sin duda, de llevar a los hombres
hacia la virtud perfecta, pero no lo hace súbitamente, sino por grados, pues, de lo contrario,
muchos súbitos, incapaces de soportar el yugo de la ley, derivarían hacia males mayores.
Respecto a las virtudes, Santo Tomás, admite que la ley humana puede abarcar el
campo de todas las virtudes, es decir, de todas las especies de virtud, pero no todos los
actos de cada virtud, sino sólo aquellos que se pueden ordenar, mediata o inmediatamente,
al bien común social.
La ley no impone preceptos sino en la materia de justicia, y si manda actos de otras
virtudes, lo hace únicamente en cuanto asumen la razón de justicia.
Los actos de la virtud pertenecen a la ley humana únicamente en cuanto ordenables
al bien común civil, y esta ordenación s fruto de la justicia, sin duda la justicia legal, virtud
general que a su modo encierra y ordena las demás virtudes, especialmente las justicias
particulares.
Las leyes humanas, propiamente tales pueden ser justas e injustas. Las leyes justas
obligan siempre en conciencia.
Las leyes injustas presentan dos formas distintas, según provenga su injusticia de la
oposición al bien humano o al bien divino. En el primer caso, son leyes que no obligan de
suyo en conciencia, a no ser para evitar el escándalo o cuando los males que se siguen son
superiores al bien que se ha de conseguir; más que leyes son violencias, dice el Angélico.
Cuando se oponen al bien divino, porque se inducen a la idolatría o a cualquier otra cosa
contraria a la ley divina, no pueden ser observadas en conciencia, de ningún modo y bajo
ninguna razón.
Es obligación muy verdadera la de prestar reverencia a la autoridad y obedecer con
sumisión las leyes justas, quedando así los ciudadanos libres de las injusticias de los inicuos
gracias a la fuerza y vigilancia de la ley. La potestad legítima viene de Dios, y el que resiste
a la potestad resiste a la ordenación de Dios; con lo cual queda muy ennoblecida la
obediencia, ya que ésta se presta a la más justa y elevada autoridad; pero cuando falta el
derecho de mandar o se manda algo contra la razón, contra la ley eterna o los
mandamientos divinos, es justo no obedecer a los hombres, se entiende para obedecer a
Dios.
En primer lugar, las leyes justas obligan en conciencia, porque se derivan de la ley
eterna y de ella reciben una fuerza de obligación que afecta evidentemente a la conciencia.
Por eso, el resistir a la autoridad que dicta la ley humana en aquellas cosas que le
pertenecen, es resistir a Dios y hacerse por ello reo en conciencia; en el juicio de la ley
humana, cuando es justa, está contenido el juicio de Dios, que es juicio de conciencia.
El hombre es parte de la multitud y se debe a ella, tiene obligación en conciencia de
ordenarse al bien común de la sociedad, dirigido por la autoridad a través de leyes justas.
En conciencia, el hombre no puede dejar de someterse a las leyes que encarnan y
determinan en concreto esa exigencia natural de su ser social, que de otra manera quedaría
sin sentido.
Es muy interesante destacar las condiciones que exige Santo Tomás en una ley
realmente justa:
a) Debe ordenarse al bien común social.
b) No debe exceder los límites de la jurisdicción que compete a la autoridad
legislante.
c) Se debe imponer las cargas a los súbditos según una igualdad proporcional.
La ley humana presenta dos aspectos: uno directivo, regulador, y otro coactivo o
penal. En el primer aspecto, como regla directiva y moralmente obligatoria, la ley se
extiende a todos los súbditos que caen bajo la autoridad del legislador, a no ser que, por
estar sometidos a una ley superior, estén dispensados del mandato de un inferior. En el
aspecto coactivo, penal, la ley sólo opera sobre los que obran injustamente, que no se
someten voluntariamente a ella. En este sentido dice la Sagrada Escritura que el justo no
tiene ley o que los hijos de Dios se rigen, no por la ley, sino por el Espíritu Santo.
EL BIEN COMÚN
A – EL BIEN COMÚN
El Bien común es la forma más alta de bien, y la idea del bien es primordial en todas
las ciencias prácticas y en toda la vida de la actividad humana.
La idea del bien, materialmente fundado y coincidente con el ser real de las cosas,
es este mismo ser, en cuanto expresa la perfección en sí misma y en cuanto perfectivo de
otros. Todo ser, en tanto que ser, contiene un acto, y todo acto es una cierta perfección; por
eso, toda cosa es buena según que ella es perfecta.
La bondad es la perfección, el grado especial de nobleza o título de la misma en las
cosas.
Santo Tomás ve en la idea de bien el principio de todo movimiento.
Cuando nos trasladamos al ámbito del bien humano específico, al campo de los
bienes que el hombre persigue, como convenientes y capaces de perfeccionarle, vemos que
entonces este obtiene la condición de causa final.
La finalidad es un hecho universal en el movimiento ordenado de las cosas; más
sólo el hombre obra por un fin, por el conocimiento y presencia intencional del bien, que es
el fin, en su inteligencia.
La idea de bien es causa final al ser impulsor de todos los apetitos y actividades.
Santo Tomás ha hablado sobre todo del bien común de la sociedad política, como
paradigma y tipo acabado que comprende toda clase de bienes.
Este tipo de bien se presenta como una categoría de bien distinta de los bienes
particulares de los individuos, pues se refiere a ellos como el bien del todo respecto de las
partes. De ahí su primera característica de totalidad, pues la sociedad misma se presenta
como un todo. El bien común es el bien del todo, al cual los individuos contribuyen y
participan. Pero debe quedar muy bien en claro, que este tipo de bien común no hace
referencia a la aplicación de una noción colectiva, de un colectivismo, porque no se
descuida el valor del particular en beneficio del todo como en una posición colectivista;
aquí no se sacrifica la parte para bien del todo sino que teniendo en cuenta la parte y
respetando a la misma se contribuye también a la armonía y bien del todo.
Tampoco debemos confundir al bien común como la suma de bienes, o la simple
colección o suma cuantitativa de los bienes propios o personales de los individuos. Este
sentido es expresamente rechazado por Santo Tomás, ya que la diferencia entre el bien
común y el bien particular, es de tipo formal o cualitativo y no cuantitativo. Esto se da
porque la sociedad no es un mero conglomerado de partes, sino un todo orgánico y realidad
distinta de la suma cuantitativa de los individuos.
El bien común, siendo un universal análogo, participa en los singulares, no en
igualdad absoluta, sino en modos diversos de igualdad proporcional.
Cada ciudadano es una parte del todo, y la bondad de cada parte solo puede darse en
la buena proporción o disposición con respecto al todo orgánico; de ahí que ese bien
individual no será tal si no se desarrolla, crece y prospera en debida proporción con todo el
conjunto.
El bien mío entendido relativamente, proporcionalmente al bien de éste, de aquel y
de todo el mundo. Si un patrón trata de engrosar el caudal privado a expensas de los
obreros, sembrando la miseria, inflige un daño al bien común, no por haber crecido su bien
privado, sino porque no ha aumentado conjuntamente de un modo proporcional la riqueza
de sus obreros, antes ha redundado en perjuicio de ellos. El crecimiento de la riqueza
privada, para que se realice según la ley del bien común, debe refluir un bienestar y
prosperidad general.
Las personas humanas son parte de ese todo que es la sociedad. Más la parte es
ordenable al bien del todo. De ahí que todos los actos virtuosos del hombre, sean relativos a
su propia perfección, sean al bien de los demás, son referibles al bien común y puedan ser
objetos de disposiciones normativas de la justicia legal, que ordena los actos de todas las
virtudes al bien común.
Por ello, la justicia legal es virtud general, pues extiende su radio de acción
imperativa a las operaciones de todas las virtudes.
El hombre no debe aislarse en un individualismo cerrado ni buscar egoísticamente
su propio bien con perjuicio del bien de los demás, como si el interés por la vida social
fuera tan sólo un lujo de caridad, sino que debe ordenar y orientar socialmente sus fuerzas,
sus intereses y negocios.
En la justicia legal, el sujeto de deberes son los individuos para con el estado, y el
poder público determina e impera la aportación de las cargas de cada uno de los individuos
para con el bien común. La ordenación de los individuos al bien común y el ámbito de sus
obligaciones para con él es universal extensivamente. Pero esta ordenación debe tener sus
medidas su limitación.
Los miembros del cuerpo humano son todo para el organismo y no tienen otra
finalidad que servir a la vida total, sin tener alguna otra exigencia fuera de ese destino. Pero
las personas humanas son partes de la sociedad política sólo por analogía, como partes de
un todo accidental. Ellas, a su vez, son todos que sirven a otros bienes y finalidades
superiores. Tendrá, por lo tanto, limitaciones esa ordenación al bien común social, y ellas, a
su vez, sus derechos y exigencias frente a ese todo social.
1)
2)
3)
a) De acto: El principio de utilidad es aplicable directamente a cada acto
individual. Lleva a consecuencias extremas como matar un inocente con tal de
alcanzar la felicidad general.
b) De reglas: Los actos individuales no se juzgan como moralmente correctos o
incorrectos por aplicación directa del principio de utilidad sino de acuerdo con
ciertas reglas morales, como las que prohíben matar, incumplir acuerdos, etc.
4)
a) Positivo: Que los actos contribuyan a lograr el bien.
b) Negativo: Que los actos no contribuyan a causar daño.
5)
Antes de comenzar y analizando el título tenemos que aclarar que se quiere decir al
hablar de quimera.
La palabra quimera deriva del griego “chimaira” que quiere decir animal fabuloso,
hacía referencia a aquel animal fabuloso que tenía cabeza de león, vientre de cabra y cola
de dragón que vomitaba fuego. Pero en sentido figurado, cuando uno habla de quimera hace
referencia a algo que uno se imagina como posible o verdadero.
En tiempos modernos se ha hecho habitual hablar del bienestar social, de las
necesidades de la comunidad, etc., en lugar de la suma total de placer de los individuos.
La idea de que la comunidad es una entidad independiente, con necesidades e
intereses propios, debe ser rechazada como ilusoria. Todas las necesidades humanas son
experimentadas por el individuo y el bienestar de la comunidad es lo mismo que el de sus
miembros. De tal suerte que volvemos a las mismas dificultades anteriores.
BOLILLA 17
B – LA CORRUPCIÓN POLÍTICA
La lista de estas medidas podría, por cierto, extenderse aún más. Pero todas ellas
serán probablemente ineficaces si no están basadas en una práctica efectiva de la adhesión
interna al sistema democrático por parte de sus decisores.
BOLILLA 18
EL ORDEN MORAL
A – EL ORDEN MORAL
1 – NOCIÓN
La Causa Eficiente en el orden humano no obra ciegamente como obran las causas
naturales en los seres inorgánicos y en los orgánicos. Por consiguiente para que esta causa
eficiente obre inteligentemente sobre las potencias del ser, ella ha de obrar en cada caso,
sirviéndose de un modelo (causa ejemplar) que sea de la especie del fin que desea
conseguir y no cualquier tipo de modelo.
En el orden jurídico el fin que se busca es el bien común, luego es necesario que la
norma o ley, causa eficiente del derecho obre en el sentido de lo justo en cada caso,
inspirándose en un modelo de conducta que sea de la especie del fin que se busca.
La acción eficiente de la norma debe inspirarse, o mejor, tratar de imitar un tipo de
orden, no jurídico por cuanto éste es el que se trata de elaborar, sino de un orden
preexistente al jurídico y que, a la vez, sea de su especie.
Debemos buscar otro orden con relación al bien en si, superior al de la comunidad
social, por ser él jerárquicamente modelo en cuanto a un orden inferior que le está
sometido, cual es, el orden social.
En este sentido el fin del derecho no es el orden, sino el bien común o el bienestar
común que resulta del orden jurídico. Por ello, el fin se constituye en la causa extrínseca del
derecho.
El bien común se logra en consecuencia por el orden jurídico es decir por la
conducta conforme a la justicia. En consecuencia el orden es el medio necesario para este
Bien. Pero el orden jurídico es lo que se pretende realizar, luego este orden no puede servir
de modelo desde que aún no lo conocemos. Debe, pues, existir otro orden que sea de la
especie del jurídico, pero a la vez superior a él para que pueda constituir un arquetipo; tal el
orden moral.
2 – EL ORDEN MORAL Y EL ORDEN JURÍDICO
El orden moral regula la voluntad individual con relación a su último fin, vale decir
al Bien Supremo o Bien en sí. Este orden se constituye por cuatro causas metafísicas como
se dijo anteriormente.
Se prueba que “este orden moral es la causa ejemplar del derecho” por la íntima
conexión de cada una de las causas de la moral con las del derecho, demostrándose así por
estas conexiones que el derecho es un orden ético referido a la conducta social.
Las causas del derecho coinciden con las de la Moral a excepción de la causa formal
(tema analizado en la bolilla 14, punto A)-. Respecto a esta última puede decirse que más
bien una es inferida o consecuencia de la otra; la eficiencia de una voluntad justa en el
orden moral es de este modo la forma constitutiva de la relación jurídica.
En efecto, si las causas del derecho proceden por inferencia de las de la Moral, el
modelo o ejemplar que ha de guiarnos en la estructuración del orden jurídico, es y debe ser
este otro orden de cuyas causas metafísicas depende.
La historia y la experiencia demuestran con evidencia que las normas jurídicas
(causa eficiente del derecho) si no están fundadas en la moral, el caos (anarquía o
despotismo) sustituye al orden jurídico. Cuando decimos que no están fundadas, marcamos
precisamente, que el orden jurídico no está inspirado en su modelo específico, en su
arquetipo correspondiente, como diría Platón.
1 – LA MORAL Y EL DERECHO
Apreciamos que se produce una subordinación del orden jurídico al orden moral.
Esta dependencia proviene precisamente de que las causas del derecho son como principios
inferidos de las causas de la moral.
El hombre participa del orden universal al conocer su forma intrínseca de
participación, luego el acto humano debe estar dirigido por dicha forma a fin de participar
en acto lo que sólo es por el conocimiento de sí mismo una participación en potencia.
La moral, es la conducta dirigida al bien es sí, bien por el cual se justifican los actos
y por cuya justificación la persona adquiere verdadera y auténtica personalidad. No hay
acto humano, para que sea conforme a la naturaleza del hombre o a su unidad sustancial,
que no esté debidamente dirigido a ese bien último.
Conclusiones
1 – TEORÍAS TELEOLÓGICAS:
1.1 – NOCIÓN
Críticas:
2 – TEORÍAS DEONTOLÓGICAS:
2.1 – NOCIÓN
a) “Cada persona debe tener un derecho igual al sistema total más extenso
de libertades básicas que sea compatible con un sistema similar de
libertades para todos”.
b) “Las desigualdades sociales y económicas deben ser dispuestas de modo
tal que ellas satisfagan estas dos condiciones: 1) ellas deben ser para el
mayor beneficio de los que se encuentran en la posición social menos
aventajada -principio de diferencia-; 2) ellas deben adjudicarse a
funciones y posiciones abiertas a todos bajo condiciones de una equitativa
igualdad de oportunidades.
Rawls va a definir una regla de prioridad: Cuando se traspasa cierto nivel mínimo
de desarrollo económico, el primer principio tiene absoluta prioridad sobre el segundo.
Es de destacar también, que Rawls imagina una secuencia de cuatro etapas en la
decisión de cuestiones de justicia por parte de seres racionales.
Como vemos, cada etapa supone un gradual levantamiento del “velo de ignorancia”.
Lo “correcto” tiene absoluta prioridad sobre “lo bueno”.
Críticas
Los “derechos individuales” son los derechos morales que los hombres tienen no
por cierta relación especial con otros hombres, ni por ocupar determinado cargo o función,
ni por ciertas particularidades físicas o intelectuales, ni por las circunstancias en que un
individuo puede encontrarse, sino por el hecho de ser hombres.
Los límites y la jerarquía de estos derechos dependen de su fundamentación en
cierta concepción de filosofía moral y política.
Los derechos del hombre están asociados a la filosofía liberal, aunque no resulta
fácil determinar la derivación de derechos específicos a partir de ciertos principios
fundamentales del leberalismo.
Es posible sugerir, sin embargo, que detrás del reconocimiento de los derechos
individuales están subyacentes los siguientes principios básicos de la concepción liberal del
hombre y de la sociedad: