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Lucas 16:20-22
A. CRISIS ECONOMICAS
1. Sí, era un hombre que mendingaba, era un hombre que solicitaba del favor
de la gente con humildad.
2. ¿Cómo es que llegó a este estado? ¿Dónde están sus padres? ¿Su familia?
¿La tuvo alguna vez? No lo sabemos, pues a la luz del relato bíblico,
tenemos a un hombre solitario, sin tener algún ser querido que se
compadeciese de él.
3. Este hombre no solamente tiene que lidiar con el hambre, sino también
con la soledad.
4. Y pese a la soledad, ¡era un hombre de Dios!
5. ¿Cuántas humillaciones no habrá recibido durante su vida? ¡Muchas!
Burlas, quejas, y hasta malas y groseras respuestas.
6. Humillaciones por lo que era, un “mendigo”, es decir, “un hombre de poco
valor”, “un hombre indigno”.
7. Humillado por su apariencia
8. A pesar de los golpes verbales de los demás, ¡era un hombre de Dios!
B. ENFERMEDADES
1. Tenía una enfermedad que le provocaba “llagas” en el cuerpo.
2. Era una enfermedad dolorosa, y más, cuando los “perros” lamían dichas
heridas.
3. ¿Quién podría pensar que este hombre fuese un hombre de Dios? Por lo
regular se cree que uno está bien con Dios, si le está yendo bien en la vida.
4. El caso de Lázaro, como de muchos otros hombres de Dios que padecieron,
nos recuerdan que nuestro propósito en la vida es glorificar a Dios, “…o
por vida, o por muerte…” Filipenses 1:20 (“…Cristo será exaltado en mi
cuerpo, sea por la vida o por la muerte…” RVA)
5. “… ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos?…” (Job
2:10)
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II. LOS CRISTIANOS SOMOS CONOCIDOS POR DIOS
A. ¿Ha notado usted este detalle importante? El hombre rico no tiene nombre,
pero este pobre sí lo tiene: Lázaro.
1. Su nombre significa “ayuda de Dios”.
2. ¿Tiene alguna relevancia que sepamos el nombre de este mendigo, y no el
del hombre rico?
a. Creo que sí. ¡Es Dios el que tiene en cuenta a este hombre, y sobre
todo, quién es él!
b. Dios no olvida a sus santos. nahum 1:7
c. Tal es el caso de este mendigo.
B. Los pecadores, por otro lado, son olvidados por Dios.
1. No tienen nombre, la memoria de ellos es borrada (Salmo 34:16;
Eclesiastés 6:4; Deut. 9:14; 29:20; salmo 9:5; Ap. 3:8)
a. Tal es el caso del pobre hombre rico.
CONCLUSIÓN: ¿Es usted conocido por Dios? Hoy puede llegar a serlo. ¿Está usted sufriendo, o
teme a la muerte? Hoy puede prepararse para ello. Invitación.