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Aparte del control ponderal, el ejercicio tiene un efecto beneficioso sobre otros
factores de riesgo cardiogénico, como la dislipemia y la hipertensión arterial. Se puede
reducir el riesgo coronario de los pacientes diabéticos (tres veces superior al normal).
CONSIDERACIONES GENERALES
Debe realizarse un control médico antes de los planes de ejercicio físico que incluya
una prueba de esfuerzo para detectar posibles afectaciones coronarias asintomáticas.
Deben descartarse cetoacidosis y glicemias superiores a 300 mg %. Cuando existan
alteraciones renales o hipertensión deben de considerarse los riesgos y beneficios.
Durante las primeras fases de la práctica física se debe extremar el control médico,
incluyendo monitorización de la glucosa para ajustar la dieta y la medicación (insulina o
antidiabéticos orales), dadas las modificaciones metabólicas que produce el ejercicio.
MODALIDADES DE EJERCICIO
La intensidad debe ser del 50-70% del V02 máx. Las intensidades más elevadas
activan excesivamente el sistema adrenérgico con el consecuente aumento de la
glicemia. La frecuencia cardíaca, con limitaciones, puede ser utilizada como indicador
del ejercicio. En los pacientes con neuropatía autonómica, la frecuencia cardíaca puede
no reflejar la intensidad del esfuerzo efectuado. Como alternativa, el trabajo expresado
en METs puede utilizarse en la prescripción de ejercicio.
Se sugiere la práctica diaria que es más cómoda para el ajuste del tratamiento y de la
dieta. Desde un punto de vista más realista y más práctico, el objetivo puede ser 4-
sesiones semanales.
CONSIDERAClONES PRACTICAS
Los pacientes deben ser educados sobre los efectos y riesgos potenciales del ejercicio,
especialmente la hipoglicemia.
Mientras sea posible, el ejercicio debe realizarse a la misma hora, con similar
intensidad y duración.
Hay que prestar una atención especial al pie del diabético que practica ejercicio. La
falta de sensibilidad por neuropatía y/o vasculopatía aumenta el riesgo de lesiones. Son
esenciales un calzado adecuado y una buena higiene para evitar callos o ampollas. Un
buen calentamiento y una buena recuperación deben formar parte del programa integral
de ejercicio