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El Sermón del Monte – Introducción General

Mateo 5:1-2
“Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos.
Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo:”
Introducción:
A través de los siglos el sermón del monte ha ocupado un lugar de honor en el corazón
de los hijos de Dios, y aún en aquellos que no lo son, aún entre personas no religiosas.
Las palabras contenidas en este pasaje de la palabra de Dios ejercen una fascinación
especial, no es extraño escuchar a algún orador citar ciertas porciones del sermón del
monte. Claro está, un poco a conveniencia, ya sea en el contexto de un discurso político
o de cualquier otro tipo.
Probablemente se trata de la porción más citada de toda la palabra de Dios, no obstante
podemos decir que se trata de una de las porciones más mal usada y mal interpretada
también, el sermón del monte ha sido usado a través de la historia para justificar
muchos errores teológicos y muchas conductas extremas, por lo que al acercarnos a
estudiar estos capítulos del Evangelio de Mateo debemos hacerlo con cuidado, tratando
de mantener nuestra interpretación en el contexto de toda la enseñanza de la palabra de
Dios, no debemos olvidar que las herejías son verdades deformadas y desbalanceadas;
se sobre enfatiza una verdad en detrimento (menoscabo) de otra y el resultado que
obtenemos al final es una enseñanza falsa, una herejía.
Tomen por ejemplo la doctrina bíblica de la salvación, la escritura nos dice de una forma
clara y precisa que la salvación de los pecadores es por Gracia, por medio de la fe; la
suma, el resumen del mensaje evangélico es éste, cree en el Señor Jesucristo y serás
salvo; ¿pero es eso acaso todo lo que enseña la palabra de Dios al respecto? ¿Qué lugar
ocupan las buenas obras en la salvación?
El apóstol Pablo nos dice al respecto que la salvación es por Gracia por medio de la fe,
no por obras para que nadie se gloríe, pero inmediatamente añade porque somos
hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras. (Efesios 2:8-9).
Así que no somos salvos por medio de las obras, pero el qué es salvo obra de acuerdo a
lo que nos enseña este texto.
Santiago nos dice que una fe sin obras, es una fe muerta. (Santiago 2:14-18). He aquí
el balance que nos presenta las sagradas escrituras. Cualquiera diría que se trata de una
enseñanza tan simple que no admite torcedura de ningún tipo, sin embargo, ¿que
vemos en la práctica? Vemos en la práctica como muchos se han ido a los extremos en
esta doctrina, algunos han sobre enfatizado el lugar de las obras en la salvación y al
hacerlo han anulado la doctrina de la justificación por la fe, han anulado la salvación por
gracia; pero otros han sobre enfatizado el lugar de la fe en detrimento de las obras, y
por consiguiente han perdido de vista que aquellos a quienes Dios justifica también los
santifica.
Ambos grupos han deformado la verdad y al final de cuenta lo que enseñan no es otra
cosa que una herejía.
¿Cómo podemos nosotros guardarnos de cometer ese error? estudiando los detalles a la
luz del todo, en otras palabras yendo de lo general a lo particular.
El sermón del monte no es lo único que Cristo enseñó, y si queremos interpretar
correctamente esta porción de la palabra de Dios debemos tener el cuidado de no
apartarnos ni a derecha ni a izquierda de la enseñanza global contenida en las Sagradas
Escrituras.
Es probable que al estudiar el sermón del monte algunos esperaran que lleguemos a
ciertos detalles del sermón, a ciertas porciones que le causan más perplejidad.
¿Qué quiso decir el Señor cuando declaró: al que te pida dale y al que quiera tomar de ti
prestado no se lo rehúses? ¿Quiere decir esto que cualquier persona que nos pida
cualquier cosa prestada debemos dársela?
O quizás usted tiene una inquietud con otro lugar, con otro aspecto del sermón del
monte, cuando veamos esos detalles así como otros detalles del sermón a la luz del
todo, notaremos que su interpretación cae por su propio peso, vendrá en una forma
natural; pero no debemos ir directamente a los detalles, debemos ir de lo general a lo
particular.
Por ello lo primero que vamos a hacer en esta serie de sermones, es detenernos a
considerar algunos aspectos generales del sermón que nos ayudarán a considerar luego
cada una de sus partes.
Hoy estaremos viendo una introducción general a esta porción de las Sagradas
Escrituras.
I. Trasfondo del sermón:
El primer aspecto que deseamos tocar, es el trasfondo del sermón. Si queremos
interpretar correctamente estas palabras, debemos situarlas en un marco de referencia
correcto, desde un punto de vista bíblico, político y religioso, ¿Cuál es el trasfondo de
este sermón Bíblicamente, políticamente y religiosamente?
1. Trasfondo Bíblico:
Comencemos por el aspecto bíblico: el sermón del monte se encuentra situado en el
Evangelio de Mateo, que es el primer libro del Nuevo Testamento y por lo tanto el que
dio por concluido el largo silencio que siguió al ministerio de Malaquías, el último profeta
del Antiguo Testamento, luego que Malaquías escribió este libro, Dios estuvo callado
durante 400 años, Dios no envío profetas a su pueblo, el pueblo de Dios no tuvo
revelación divina durante todo ese período.
Así que ese pueblo, el remanente fiel, no tuvo más opción que esperar en silencio hasta
que Dios irrumpiese de nuevo, cumpliendo todas aquellas promesas gloriosas de los
profetas antiguos.
Dios había prometido enviar un mesías que habría de cambiar el lamento de su pueblo
en gozo, y ese remanente, el remanente fiel: Simeón, Ana y todas esas personas,
aguardaban esperanzados el cumplimiento de esa promesa.
El propósito primordial del Evangelio de Mateo es anunciar a ese remanente, que Dios
había cumplido en Cristo, todo aquello que había prometido y que por tanto tiempo ellos
habían aguardado. Cristo es ese hijo de Abraham, ese hijo de David; eso es lo que
Mateo intenta demostrar.
Por esta razón encontramos en este Evangelio más citas del Antiguo Testamento que en
los otros tres Evangelios juntos, el Evangelio de Mateo es el vínculo necesario entre el
Antiguo Testamento y el Nuevo, y es precisamente en ese evangelio donde encontramos
este sermón, el más extenso que se registra del Señor Jesucristo en las Escrituras.
Este sermón contiene el programa de gobierno del Mesías, por decirlo así, el Rey
prometido había llegado, pero su pueblo no tenía ideas muy claras en cuanto a la
naturaleza del reino que ese Mesías vino a ofrecer.
2. Trasfondo Político:
¿Qué era lo que muchos israelitas esperaban de su Mesías? ¿Cuál era el trasfondo
político con que se encontró Cristo al declarar estas palabras? Ellos primero que todo
estaban esperando un líder político y militar que habría de devolver a Israel su antiguo
esplendor, Israel debía alcanzar bajo el gobierno del Mesías glorias aún mayores que las
que disfruto en tiempos de David, en tiempos de Salomón; ningún pueblo o nación, ni
siquiera Roma sería más próspero y poderoso, Israel pasaría a ser bajo el gobierno y la
tutela del Mesías el máximo poderío mundial, la máxima potencia; y no por cierto
período de tiempo sino por siempre jamás.
Es en ese contexto político que Cristo hace su entrada en la escena de Palestina, y
debemos suponer que sus palabras en aquel día causaron una fuerte impresión en unos
y una gran desilusión en otros, los ideales y principios contenidos en el sermón del
monte son totalmente contrarios a los ideales que albergaban muchos de estos judíos en
su corazón.
El programa de gobierno de este Mesías era predominantemente espiritual e interno,
antes que político o social; nada se nos dice aquí de reformas sociales o de cambios
radicales en el sistema económico; Cristo está primordialmente preocupado por lo que
los hombres son, no por el sistema en que los hombres viven, en este reino se exaltan a
aquellos que el mundo ignora y viceversa, aquí son bienaventurados los pobres en
espíritu, los mansos, los pacificadores, los que lloran, etcétera.
Unas horas antes de su muerte en la cruz, Pilato preguntó a Cristo: “eres tú el Rey de
los judíos” (Juan 18:33) y la respuesta del Señor resume la enseñanza del sermón del
monte: “mi reino no es de este mundo, si mi reino fuera de este mundo mis servidores
pelearía para que yo no fuese entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí”.
(Juan 18:36).
El reino de Cristo está en total contraposición a la visión que el mundo tiene de las
cosas, lo que el mundo exalta, Cristo lo menosprecias, lo que Cristo alaba el mundo lo
minimiza, aquí se cumple aquello de que lo que los hombres tienen por sublime, Dios lo
tiene por abominación. (Lucas 16:15).
Los ciudadanos del reino de Cristo no podemos ser aceptados por el mundo, porque
nosotros representamos lo que el mundo rechaza, mientras que nosotros rechazamos
aquellas cosas por las que el mundo suspira, aquellas cosas por las que el mundo se
afana.
3. Trasfondo Religioso:
En cuanto al panorama religioso qué sirve de trasfondo a este sermón, el asunto no era
menos confuso, Jesús ministro en medio de una sociedad muy compleja en lo que a
religiosidad se refiere, en el escenario religioso de Palestina había cuatro grupos
disputándose la hegemonía religiosa.
Por un lado estaban los fariseos, por el otro los saduceos, más allá estaban los esenios y
más atrás los zelotes.
Para los Fariseos la piedad consistía en la observancia de las tradiciones antiguas y en
cumplir hasta los más mínimos detalles requeridos por los rabinos, en su, muchas veces
ridícula, interpretación de la ley de Moisés.
Para los Saduceos por el contrario estas cosas no tenían la menor importancia, los
saduceos eran liberales en el mejor sentido de este término, rechazaban la tradición de
los ancianos pero también rechazaban muchas de las enseñanzas contenidas en el
Antiguo Testamento, los saduceos no creían en la resurrección, no creían en milagros,
no creían en los ángeles, ni tampoco en una vida futura; la filosofía de estos hombres
consistía en vivir en el presente sin preocuparse mucho por el futuro.
Por el otro lado los Esenios pensaban que la verdadera piedad significaba una separación
literal de la sociedad, estos hombres promulgaban el ascetismo (ejercicio y práctica de
un estilo de vida austero y de renuncia a placeres materiales con el fin de adquirir unos
hábitos que conduzcan a la perfección moral y espiritual) y el aislamiento.
Y finalmente estaban los Zelotes, unos fanáticos nacionalistas para quienes la religión no
era otra cosa que un activismo político radical, para ellos no había otra manera de servir
al Dios de Israel que tomar las armas y levantarse en revolución contra el Imperio
Romano.
Qué interesante el panorama religioso, como alguien ha dicho: los fariseos decían:
vamos hacia atrás, los saduceos decían: vamos hacia delante, los esenios decían:
vámonos hacia fuera y los zelotes vámonos encontrar;
Aquí en pocas palabras la esencia de lo que estos grupos religiosos enseñaban: los
fariseos eran tradicionalistas, los saduceos modernistas, los esenios separatistas y los
zelotes activistas.
¿En cuál de todos estos grupos podemos situar a Jesucristo?
En ninguno de ellos, cuando leemos el sermón del monte vemos que Cristo tenía mucho
que decir a cada uno de estos grupos:
A los fariseos, hizo ver que la verdadera espiritualidad no consistía en lo externo,
sino aquello que afecta nuestro corazón y nuestro andar delante de Dios no
delante de los hombres.
A los saduceos enseñó que su racionalismo era contrario al espíritu de la fe.
A los esenios que la piedad ha de comenzar en el corazón antes que por el cuerpo.
Y a los zelotes que la palabra clave no era revolución sino adoración.
A todos los guio al mismo punto, la vida recta delante de Dios se proyecta de adentro
hacia afuera, la piedad comienza en el corazón y se traduce en una vida justa delante de
Dios, donde no hay un corazón recto no puede haber una vida justa, donde no hay una
vida justa podemos concluir que no hay un corazón recto.
Como diría Jesús más adelante a los fariseos, limpia primero lo de dentro del plato y del
vaso para que lo de afuera también sea limpio, no podemos tener un vaso limpio por
dentro y sucio por fuera, no podemos tener un vaso sucio por fuera limpio por dentro;
ambas cosas deben estar allí. (Mateo 23:26).
He aquí entonces hermanos el trasfondo de este sermón que hemos de exponer a partir
de hoy y si mantenemos esta información en mente, nos será más fácil para nosotros
comprender el resto.
II. El Predicador del Sermón.
Pero hay un segundo aspecto al que deseo llamar su atención y es al predicador de este
sermón, algunos pueden pensar que es irrelevante detenernos en este punto, no hay
que ser un exegeta muy profundo para saber qué quién predicó este sermón no fue otro
que nuestro Señor Jesucristo, sin embargo hay ciertos detalles que debemos recalcar si
queremos que estas palabras hagan una profunda impresión en nosotros.
1. La Naturaleza del Predicador.
Consideremos primeramente la naturaleza de este predicador, sin duda alguna muchos
buenos sermones han sido predicados en el mundo, probablemente algunos de ustedes
puedan decir que han escuchado o leído en algún momento de su vida un buen sermón,
un sermón que ha impactado sus vidas profundamente, pero aquí en el sermón del
monte tenemos al más grande de los predicadores, predicando el más grande de los
sermones, fue el Dios encarnado quien pronunció estas palabras.
Así que cuando Jesús nos dice que son bienaventurados los pobres en espíritu, que son
bienaventurados los mansos, no hay lugar aquí para equivocaciones o para
exageraciones.
Muchas veces los predicadores podemos en un momento decir algo inadecuado, pero en
este sermón no encontraremos ni una sola palabra fuera de lugar, no encontraremos
una sola exageración, no encontraremos una sola equivocación.
Él mejor que nadie sabe en qué consiste la verdadera felicidad, porque fue Él quien nos
creó para su Gloria y para gozar de Él por siempre, cuando este Señor nos dice aquí,
que debemos cuidarnos de las riquezas porque nadie puede amar a dos señores, lo está
diciendo uno que ha sido testigo de la historia humana de generación en generación,
alguien que ha visto en incontables ocasiones como las riquezas han apartado a muchos
de su sincera devoción a Dios, Él lo ha visto porque Él ha sido testigo de la historia
humana desde el huerto del Edén, es el Dios encarnado.
2. El Carácter del Predicador:
No sólo hemos de considerar la naturaleza del predicador sino también su carácter.
Alguien definió la predicación como: verdad transmitida a través de la personalidad, eso
es predicación y puedo decir que se trata de una definición muy acertada, cuando vamos
a la iglesia no vamos simplemente a escuchar un sermón, vamos a escuchar a un
hombre predicar, y si el carácter de ese hombre no nos convence, tampoco nos
convencerá su predicación, y es aquí precisamente donde radica el poder de este
sermón que conocemos como el sermón del monte, no somos impactados únicamente
por las palabras del predicador sino también por el predicador de las palabras.
Deseas interpretar correctamente este mensaje, estudia la vida de Cristo; porque Él
ejemplificó como nadie cada una de las cosas contenidas en este sermón, de hecho su
vida entera fue un sermón de principio a fin, ni aún sus enemigos pudieron abrir su boca
cuando Él les preguntó: “…alguno de vosotros me redarguye de pecado”, ni sus
enemigos pudieron abrir la boca, ¿quién de ustedes puede señalar una falta? Decía
Cristo. (Juan 8:46).
Este sermones es poderoso porque fue Cristo quién lo predicó, cada palabra que salió de
su boca en ese día llevaba el sello de su deidad y el sello de una vida perfecta, Mateo
7:28 note cuál fue el resultado de sus palabras “…Y cuando terminó Jesús estas
palabras, la gente se admiraba de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene
autoridad, y no como los escribas. …”

III. El Estilo del Sermón:


Hemos visto el trasfondo del sermón, así como la naturaleza y el carácter del
predicador; veamos ahora su estilo.
Hay un detalle en nuestro texto en Mateo 5 que no debemos pasar por alto, Mateo nos
dice que Jesús subió al monte y sentándose vinieron a él sus discípulos, sentándose;
esta era la costumbre de los maestros en Israel, el sentarse para enseñar era una
indicación de que lo que se diría a continuación vendría con el peso de la autoridad del
que enseñaba, si un maestro en Israel hablaba mientras estaba parado o caminando por
la calle, lo que él decía en ese momento se consideraba informal, no oficial; pero si
estaba sentado, al hacerlo su enseñanza entonces tenía otro matiz.
Por ejemplo en Mateo 23:2 El Señor nos dice hablando de los maestros en Israel: “…en
la cátedra de Moisés se sientan los escribas y fariseos…” la palabra cátedra significa
literalmente en griego asiento, el asiento desde el cual los rabinos de Israel hacían uso
de la autoridad que poseían como maestros oficialmente constituidos, el Señor
acostumbrada enseñar en esa posición, más adelante les diría a los a los fariseos que lo
estaban juzgando en Mateo 26:55 “…cada día me sentaba con vosotros enseñando en el
templo y no me prendiste…” me sentaba a enseñar.
Así que lo que Mateo desea recalcar aquí, es que este sermón pronunciado por Cristo
aquel día, en uno de los montes de Israel llevaba el sello de su autoridad mesiánica, era
un pronunciamiento oficial del Mesías que había venido a instaurar su Reino.
Y no pensamos que se trata de una mera casualidad el hecho de que haya sido
pronunciado en un monte, ¿cuál fue ese monte? no lo sabemos con certeza, pero desde
que Cristo pronunció este sermón en ese monte, ese monte dejó de ser un monte y
ahora es el monte.
Subió al monte, y no a un monte sino a ese monte que Cristo consagró aquel día, y
gracias al Señor que no sabemos con exactitud cuál es, porque los hombres son tan
dados a la superstición que serían capaz de adorar el monte y ahora tendríamos la
religión de los adoradores del monte, y seguramente alguien se lo hubiera ocurrido que
el que sube este monte se le perdona muchísimos pecados o que será sano al subirlo.
Pero, porque Cristo enseñó en un monte y no en otro lugar, debemos tomar en
consideración el hecho de que fue también en un monte donde Dios descendió a traer la
ley a su pueblo en los tiempos de Moisés, y fue ahora en un monte el lugar que Cristo
escogió para predicar un sermón que precisamente incluye como uno de sus puntos
principales una correcta interpretación de aquella ley que fue entregada en el Sinaí.
Dios descendió en el Sinaí, Cristo subió al monte; Dios mismo dio la ley, Cristo el Dios
encarnado dio su interpretación.
Más tarde habría otro monte, el monte Calvario en el que Cristo sería crucificado
cargando sobre si la maldición de la ley, donde la redención de su pueblo sería efectuada
para que entonces podamos vivir a la luz de lo que el predico en este en este sermón, el
sermón del monte.
IV. Los Destinatarios del Sermón:
Hemos visto entonces en primer lugar el trasfondo del sermón, en segundo lugar su
predicador, en tercer lugar su estilo y ahora veremos en último lugar otro aspecto de
suma importancia: sus destinatarios.
¿A quienes fueron dirigidas estas palabras y a quienes se aplican hoy día?
Este es probablemente el aspecto más conflictivo del sermón:
1. A Los Perdidos:
Algunos por ejemplo piensan que estas palabras fueron dirigidas a los perdidos para
mostrarles cuál es el camino de la salvación, de acuerdo con esta declaración el sermón
del monte enseña un camino de salvación por obras y no por Gracia.
Basta con citar efesios 2: 8 y 9 para evidenciar el error de esa posición “…porque por
gracia sois salvos por medio de la fe y esto no de vosotros porque es un regalo de Dios y
no es por obras para que nadie se gloríe…”
Así que el sermón del monte no nos enseña cuál es la manera en que podemos
salvarnos, esa no fue la intención de Cristo al pronunciar estas palabras.
2. A los Salvos en el Reino Milenial:
Otros nos dicen que el mensaje contenido en este sermón sólo tiene una aplicación
secundaria para los cristianos al día de hoy, ellos dicen dos cosas: primero que el
sermón está primordialmente relacionado con el reino mesiánico, es decir con el reino
milenial, que estas palabras no se aplican primariamente a los cristianos al día de hoy,
que esté sermón es futuro, para el reino milenial; en segundo lugar, como toda escritura
el sermón es aplicable a los creyentes de esta era.
Lo que nos están diciendo en otras palabras es que el sermón del monte posee una
aplicación primaria para la era del reino milenial y una secundaria para esta era, habrá
un reino de mil años inmediatamente después de la venida de Cristo, este será un reino
de paz en el mundo entero; entonces dicen ellos se aplicarán las enseñanzas contenidas
en el sermón del monte.
Entonces nos dicen, estas palabras se aplican primariamente a ese reino, mientras tanto
podemos aplicar algunas cosas a la edad presente, pero recordando que lo que dice aquí
es para otra época.
¿Qué podemos decir con respecto a eso?
Esta enseñanza presenta tres problemas básicos:
1. En primer lugar, no encontramos ninguna cosa en el sermón, que nos haga pensar
que su aplicación primaria es para una edad futura, a esa multitud que se congregó en
aquel día a escuchar las palabras de Cristo se les dijo: que los pobres en espíritu eran
bienaventurados, porque de ellos es, tiempo presente, el reino de los cielos.
Cristo no dijo: algún día, en el futuro lejano serán bienaventurados los pobres en
espíritu, porque para ellos será el reino de los cielos. Allí dice: bienaventurados los
pobres en espíritu, porque de ellos es, aquí y ahora, el reino de los cielos.
2. En segundo lugar, esta teoría entra en contradicción consigo misma, aunque si
creemos en un reino de mil años, donde los cristianos reinaran con Cristo y disfrutarán
de una paz desconocida hasta entonces, yo me pregunto ¿si el sermón del monte es
para ese tiempo milenial, que quiso decir el Señor cuando dijo: que eran
bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia? En el milenio
nadie será perseguido por ser piadoso, pero el texto dice en Mateo 5:10 al 12 “…
Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos
es el reino de los cielos; Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os
persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos,
porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas
que fueron antes de vosotros”.
3. En tercer lugar, y quizás el argumento más contundente de todos, es el hecho de que
las enseñanzas del sermón del monte no son exclusivas de ese sermón, se repiten vez
tras vez en todo el Nuevo Testamento y en pasajes que hablan claramente de la vida del
cristiano, aquí y ahora.
Si somos creyentes, entonces Cristo es nuestro Rey ahora, estamos bajo su gobierno,
Pablo nos dice en Colosenses 1:12 que hemos sido trasladados del reino de las tinieblas
al Reino del hijo amado de Dios. Y si Cristo es nuestro Rey he aquí en este sermón cuál
es su programa de gobierno para nosotros.
Así que no es cumpliendo el sermón del monte que seremos cristianos como algunos
dicen, es que si somos cristianos debemos vivir así.
Pero los cristianos no somos perfectos, nadie puede en este cuerpo no glorificado
cumplir a la perfección lo que este sermón enseña.
Bueno, en realidad no podemos cumplir a la perfección ningún mandamiento de Dios,
siempre nos quedaremos cortos, porque Dios es perfecto y el demanda perfección, por
eso es que la salvación es por gracia por medio de la fe porque si fuese por obras, nadie
podría salvarse, como dijo el puritano Tomás Wattson en una ocasión: a un nuestras
lágrimas de arrepentimiento deben ser lavados por la sangre de Cristo.
Lo que estamos diciendo entonces al hablar de que la vida del cristiano es caracterizada
por las palabras que están aquí, es que la vida del cristiano se caracteriza
primordialmente por las cosas que el Señor dice que en este texto.
El cristiano es pobre en espíritu aun cuando tiene que luchar diariamente con su orgullo
y aun cuando en ocasiones peca en ese sentido, pero su andar se caracteriza por la
humildad, lo mismo que por la mansedumbre, por la compasión, etcétera; eso no
significa perfección, el cristiano tiene una lucha diaria contra el pecado que aun mora en
sus miembros.
Líbrenos el Señor de enseñar alguna vez y aun implicar que los cristianos pueden
alcanzar perfección esta vida presente, pero líbrenos también de rebajar sus demandas
de santidad para hacer más ancha la puerta estrecha.
El Señor dijo en este sermón: que sí vuestra justicia no es mayor que la de los escribas
y fariseos no entraréis en el reino de los cielos.
3. A Sus Discípulos:
A quiénes está dirigido entonces el sermón, hermanos nuestro texto lo enseña
claramente versículo uno, “…viendo la multitud subió al monte y sentándose vinieron a
él sus discípulos y abriendo su boca les enseñaba diciendo: Bienaventurados…” etcétera.
Dos grandes grupos se reunieron aquel día a escuchar al Señor primeramente estaban
sus discípulos, aquellos que habían venido a Él en arrepentimiento y fe, no debemos
olvidar que nuestro señor Jesucristo no comenzó a predicar cuando pronunció el sermón
del monte, Cristo había estado predicando desde antes y ¿cuál era la esencia de su
mensaje?: Marcos 1:14-15, el sermón del monte no fueron las primeras palabras que el
señor pronunció en su ministerio Terrenal.
“…después que Juan fue encarcelado Jesús vino a Galilea predicando el Evangelio del
reino de Dios diciendo…” he aquí la esencia de su mensaje “…el tiempo se ha cumplido y
el reino de Dios se ha acercado, arrepentíos y creed en el evangelio…”esta es la esencia
del mensaje evangélico de Cristo: arrepentíos, dad media vuelta de vuestra vida de
pecado, abandonad el mundo y sus placeres y creed en el evangelio.
Así que fue a los hombres y mujeres que habían recibido este mensaje a quiénes Cristo
dijo primariamente sus palabras aquel día, allí estaban sus discípulos aquellos que se
habían arrepentido de sus pecados y habían creído en el Señor.
Pero, había muchos allí que aún no habían experimentado el verdadero arrepentimiento,
hombres y mujeres necesitados de salvación, por eso al final de su sermón Cristo dice:
“…entrar por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que
lleva a la perdición y muchos entran por ella, pero estrecha es la puerta, estrecho y
angosto el camino que lleva a la vida y pocos son los que lo hayan…”
¿A quién Cristo estaba diciendo eso? a las personas que estaban allí que aún no se
habían arrepentido, en cierto modo es una situación similar a la que tenemos al día de
hoy, cada domingo venimos a la iglesia y hablamos primariamente a los cristianos que
están aquí, pero no olvidamos que hay muchos en medio nuestro que aún no han
conocido la gracia salvadora, a quiénes debemos persuadir a que vengan a Cristo en
arrepentimiento y fe.
Tenemos la convicción de que la predicación es el medio que Dios usa para atraer a los
pecadores a la salvación, así que es nuestro deber hacer lo mismo que el apóstol Pablo,
persuadir a todos a que abrasen el evangelio, a que entren en el Reino.
Si el señor lo permite estaremos exponiendo las enseñanzas de esta extraordinaria
porción de la Sagradas Escrituras y hemos dado una serie de elementos que son
indispensables para una correcta interpretación de las enseñanzas contenidas en este
pasaje, el trasfondo del sermón, el predicador, su estilo y ahora sus destinatarios; a
quienes va dirigido el sermón.
IV. ¿Por qué estudiar esta porción Bíblica?
Quisiera ahora en estos últimos minutos y a modo de conclusión decirles ¿porque es
importante que nos dediquemos al estudio de esta porción bíblica?
1. Nos enseña la absoluta necesidad que tenemos de la obra redentora de
Cristo:
En primer lugar porque este sermón nos enseña la absoluta necesidad que tenemos de
la obra redentora de Cristo, pocas porciones de la palabra de Dios muestran más
claramente la desesperada condición en que el hombre se encuentra.
¿Qué hombre puede vivir a la luz del sermón del monte por sus propias fuerzas? ¿Quién
puede decir que es pobre en espíritu, que es manso, que tiene hambre y sed de Justicia
por su propia fuerza? Hermanos nadie puede cumplir lo que dice este sermón sin la
Gracia salvadora de Dios.
Por eso es que insistimos, Cristo no está diciendo allí como un perdido puede ser salvo,
Cristo está hablando a los salvos, cómo se supone que deben vivir ahora que son salvos.
Hay personas que dice: sí, sí; yo me voy a salvar, yo estoy viviendo de acuerdo a la
regla de oro.
Hermanos y quién puede cumplir a la perfección esa regla, Cristo dice has a los demás lo
mismo que tú quieres que te hagan a ti, quién puede decir que vive a la perfección el
contenido de esas palabras, si lo hace, si alguien levanta la mano y dice: yo; lo remitiré
a un texto en Éxodo que dice: no mentiras.
Eso no es verdad, nadie puede cumplir a la perfección las palabras contenidas en ese
sermón, por lo tanto Cristo nos está enseñando allí que necesitamos de su obra
salvadora, que necesitamos que su sangre nos limpia de pecado, porque somos
pecadores, porque estamos en falta delante de Dios, porque como dice Romanos 3:23
nos hemos quedado cortos de alcanzar la gloria de Dios.
Y eso no significa que nos hemos quedado cortos de alcanzar el cielo, lo que está
diciendo Pablo en Romanos 3:23 es que nos hemos quedado cortos de vivir una vida que
pueda glorificar a la perfección a Dios, nos hemos quedado cortos de alcanzar y glorificar
a Dios con nuestra vida, por eso necesitamos ser salvados.
2. Nos ayudará a evaluar la genuinidad de nuestra fe:
En segundo lugar, este sermón nos ayudará a evaluar la genuinidad de nuestra fe, que
nos está diciendo Cristo en este texto: que de los pobres en espíritu es el reino de los
cielos, de hombres y mujeres que se han humillado delante de Dios, reconociendo su
pecado delante de Él, de hombres y mujeres que saben que no merecen otra cosa que el
infierno, de hombres y mujeres que de ahora en adelante viven en humildad; aunque
tienen que luchar con su orgullo, aunque tiene que luchar con su soberbia día tras día,
hombres y mujeres que anhelan tener esa vida de humildad porque ellos reconocen lo
que son delante de Dios.
Si tú no eres pobre en espíritu, si tú piensas que mereces el cielo, si crees que te vas a
salvar guardando los 10 mandamientos o porque eres miembro de una iglesia, tú no
estás en el reino de los cielos. Porque el reino de los cielos es para los pobres en espíritu
únicamente.
Si tú no sabes amigo lo que es luchar con tus corrupciones internas por vivir a la altura
de lo que Cristo está diciendo allí, tú no eres creyente, tú no eres cristiano y no son mis
palabras son las de Cristo: “…Si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y
fariseos no entraréis en el reino de los cielos…” y no olvides que Él es quien tiene la llave
de David, el que abre y ninguno cierra el que cierra y ninguno abre, si Él dice que no
entran, no entran.
Así que este sermón será un buen filtro para que muchos evaluemos la genuinidad de su
fe, es un deber de toda persona que profesa ser cristiano, evaluar su fe; “…examinaos a
vosotros mismos…” dice el apóstol Pablo en 2 Corintios 13:5, “…examinaos a vosotros
mismos si estáis en la fe…” ¿y como yo puedo evaluar tal cosa?, he aquí la norma, he
aquí el estándar, he aquí lo que Dios dice que un cristiano es.
3. Nos muestra cuál es el método evangelístico más efectivo:
Tercero, este sermón es importante porque nos muestra cuál es el método evangelístico
más efectivo con que la iglesia cuenta, y eso sí es importante en nuestra generación,
hoy día las iglesias están sumamente preocupadas por los métodos de evangelismo.
Inclusive usando técnicas que son bien extrañas, en uno de los libros del pastor John
Macarthur algo que le sucedió a él hace unos años atrás, fue una conferencia de
evangelismo y escuchó a un pastor hablar de cuál era su método evangelístico, él iba a
un barrio, de tal calle a tal calle, y entonces el pastor iba a una de esas casas de los
inconversos y escondía una pelota de fútbol, le pedía a una de las personas de la familia
que escondiera esa pelota y le decía: es probable que un miembro de nuestra iglesia
venga a predicarles la palabra, el que venga se ganó la pelota de fútbol. Entonces el
pastor se para en el pulpito y dice: hermanos hemos escondido en la comunidad una
pelota de fútbol, el hermano que vaya a predicar esa pelota es suya.
Mire qué método más efectivo, hermanos eso es abominación delante de Dios, la iglesia
está sumamente preocupada por el evangelismo y todo el tiempo, campañas de
avivamiento, sin dejar la muletilla: traigan a los enfermos.
Hermanos que dice Cristo en el sermón del monte: sean pobres en espíritu, lloren su
condición, sean pacificadores tengan hambre y sed de justicia y entonces seréis la luz
del mundo, entonces seréis la sal de la tierra, causareis inquietud en aquellas personas
que los rodean porque verán que vosotros sois distintos y es allí precisamente donde
radica la eficacia de la iglesia de Cristo, en que somos diferentes.
Hermanos quieren impactar a la comunidad donde vivimos, vivamos a la altura del
sermón del monte y yo les aseguro que muchas de las personas allá a fuera, querrán
venir, por lo menos a oír, no podemos decir que necesariamente se arrepentirán por qué
es una obra de Dios, pero hermanos serán inquietados. Nadie puede, ni el diablo con
una iglesia cuyos miembros están viviendo como se supone que debe vivir.
Ese es nuestro método evangelístico por excelencia, qué nos dice el apóstol Pedro: que
debemos estar siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y
reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros. (1
Pedro 3:15).
Pero yo me pregunto ¿si un impío, un pecador, un perdido, ve en una persona que
profesa ser cristiana las mismas inquietudes que él tiene, el mismo amor por el mundo,
las mismas ansiedades por las cosas materiales, ustedes creen que esa persona le
preguntara por la supuesta esperanza que tiene?
El apóstol Pedro está suponiendo en ese texto que los cristianos vivimos de tal manera,
con nuestros ojos puestos en las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra
de Dios, que para las personas que nos rodean es muy evidente que nuestro corazón no
pertenece aquí, que nuestro reino no es de este mundo, y cuando los inconversos ven
eso: entonces preguntan y debemos estar siempre preparados para presentar defensa.
Muchos quisiéramos ver a nuestros familiares convertidos a Cristo, pero tristemente
somos nosotros mismos que los estamos arrastrando al infierno, con la falta de
humildad, con la falta de mansedumbre, porque somos personas con una boca dura, no
tenemos misericordia; la ley de misericordia no está en nuestros labios, somos personas
que nos airamos con facilidad, no dominamos nuestras pasiones, no tenemos un espíritu
amable, gentileza y aun así queremos que nuestros familiares vengan a la iglesia a
escuchar la palabra.
No hermanos, eso no es lo que Cristo está diciendo en nuestro texto, Él dice: si sois
pobres en espíritu, mansos, humildes, pacificadores; seréis la luz del mundo, seréis la
sal de la tierra, causareis sed en las personas que les rodean. He aquí hermano nuestro
método evangelístico por excelencia.

4. Nos enseñará cuál es el secreto de la verdadera felicidad:


Cuarto, este sermón nos enseñará cuál es el secreto de la verdadera felicidad, decía
Martyn Loyd-Jones: que un cristiano deprimido es una muy mala representación para la
fe cristiana, dice Nehemías 8:10 “…no os entristezcáis porque el gozo del Señor es
nuestra fuerza…” y noten que interesante, el sermón del monte comienza y termina
prácticamente con las mismas palabras.
¿Cómo comenzó Cristo su sermón, a sus discípulos? Bienaventurados, bienaventurados,
bienaventurados; seréis felices, tendréis una vida plena, dichosa no ansiosa, no
quejumbrosa, seréis felices, seréis bienaventurados si vivís de esa manera.
¿Cómo término Cristo el sermón? “…si alguno me oye las palabras que he pronunciado y
las hace, le comparare a un hombre prudente, que edificó su casa sobre una roca,
vinieron lluvias, vinieron ríos, vinieron vientos, pero no pudieron destruir la casa porque
estaba edificado sobre una roca; pero sí algunos escucha estas palabras y no las hace le
compararé a un hombre insensato que edificó su casa sobre la arena, una casa que no
pudo quedar en pie cuando vinieron las aflicciones…”. (Mateo 7:24-27)
Sabe lo que dice el profeta Oseas, hablando al pueblo de Israel, dice: “…vuestra piedad
es como la nube de la mañana, como el rocío que se desvanece…” uno se levantaba en
ciertas épocas del año por la mañana y uno no puede ver a más de 50 metros, cuánta
neblina; no se puede ver ni siquiera al otro lado de la calle, pero una vez que sale el sol,
la neblina desaparece como por arte de magia. (Oseas 6:4).
Dice el profeta Oseas: vuestra piedad es igual, sois piadosos hasta que el sol calienta,
vuestra piedad es como la nube de la mañana, como el rocío de la madrugada que se
desvanece, pero aquel que construye su casa sobre la roca, vienen ríos, el sol calienta,
pero la casa permanece en pie; esos son los bienaventurados, así que este sermón nos
enseña cuál es el secreto de la felicidad.
5. Proclama cuál es el único estilo de vida que es agradable delante de Dios:
Y por último este sermón proclama cuál es el único estilo de vida que es agradable
delante de Dios, hermanos que Dios nos ayude a lo largo de esta serie, dándonos
corazones receptivos a su palabra y una voluntad dispuesta para la obediencia.
Les aseguro que si esa es nuestra disposición que al finalizar esta serie, esta iglesia y
usted que me escucha, no serán los mismos y muchos que hoy están apáticos y
dormidos, los veremos cómo trofeos de la Gracia de Dios, dando Gloria a nuestro Dios
por su estilo de vida, vamos a orar y pedir al Señor que pueda bendecir estos sermones.

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