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ABSTRACT
RESUMEN The clinical manifestations of thoracic
La clínica de la tuberculosis torácica es muy varia- tuberculosis are highly varied and unspecific, and can
da e inespecífica, superponible a la de cualquier otra be superimposed on that of any other bacterial
infección bacteriana que afecte a los mismos órganos, infection that affects the same organs. What is
llamando especialmente la atención la alta frecuencia especially notable is the high frequency with which the
con la que pasa desapercibida la infección primaria y la primary infection goes unnoticed and the persistence
persistencia de la sintomatología en la secundaria. En of the symptomology in the secondary infection. This
la presente revisión se analizan los signos y síntomas review analyses the most common signs and
más comunes y su frecuencia de presentación. symptoms and the frequency of their presentation.
La tuberculosis torácica tiene una serie de patro- Thoracic tuberculosis has a series of patterns of
nes de presentación y de curación que aunque igual- presentation and cure that, although equally varied
mente variados y no patognomónicos son en ocasiones and non-pathognomonic, are on occasion highly
muy característicos, permitiendo su hallazgo concebir characteristic, with their discovery making possible a
una alta sospecha diagnóstica. Se describen todos los high level of diagnostic suspicion. We describe all the
patrones de presentación de la tuberculosis primaria y patterns of presentation of all the classically accepted
post-primaria clásicamente admitidos y su frecuencia primary and post-primary tuberculosis and their
así como las características radiológicas de las compli- frequency, as well as the radiological characteristics of
caciones y secuelas más relevantes. the most relevant complications and sequels.
Palabras clave. Tuberculosis. Clínica. Radiología. Key words. Tuberculosis. Clinical manifestations.
Complicaciones. Patrones. Radiology. Complications. Patterns.
dad celular en la TBp, generalmente a par- ble pero generalmente pequeño, desde
tir de la cuarta semana o si el paciente ha invisible en placa simple hasta subseg-
sido previamente vacunado con la BCG, las mentario y en ocasiones mayor que suele
lesiones radiológicas que vamos a obser- acompañarse de adenopatías de tamaño y
var van a ser muy parecidas a las de la número variable, típicamente hiliares uni-
TBs. Por el contrario la TBs desarrollada laterales y algunas veces bilaterales o con
en un paciente con severa depleción de los gran componente mediastínico (Figs. 1 C y
linfocitos T, como en las fases avanzadas D). Se acepta en general que este infiltrado
del SIDA va a tener el perfil de una TBp. inicial puede aparecer en cualquier parte
del pulmón aunque algunos autores han
Cuatro son los patrones radiológicos observado una cierta preferencia por los
que suelen describirse en la TBp17: la TB campos medios e inferiores. A este infiltra-
gangliopulmonar, la TB pleural, la TB do inicial, denso y homogéneo cuando el
miliar y la TB traqueobronquial. En reali- proceso ha madurado, periférico y con fre-
dad los tres últimos pueden observarse cuencia subpleural, se le conoce como
igualmente en la TBs y se describirán con- chancro o foco primario de Ghon y al con-
juntamente. junto del infiltrado más la(s)
adenopatía(s), complejo primario de Ghon
Patrón gangliopulmonar o complejo primario de Ranke. Tanto el
infiltrado como la adenopatía, si curan tie-
Si recordamos los pasos en el desarro- nen una marcada tendencia a calcificarse
llo de la infección experimental en el cone- con el tiempo, entre uno y varios años des-
jillo de Indias18, tras un inicial infiltrado pués, de forma que en ocasiones tras una
polimorfonuclear, hacia la primera semana primoinfección no detectada, es este com-
se observa ya su sustitución por macrófa- plejo calcificado el que delata su existen-
gos que forman un infiltrado tenue que, en cia. Este patrón que solía verse en la pri-
la siguiente semana, se va haciendo más mera infancia, a medida que se ha ido
denso y extenso a la vez que se diferencia erradicando la tuberculosis en nuestro
en células epitelioides, algunas de ellas país ha ido apareciendo en edades cada
multinucleadas y se observa una acumula- vez mas tardías, en el adulto e incluso el
ción de linfocitos en la periferia de la anciano, en los que el componente adeno-
lesión. Hacia la tercera o cuarta semana, pático suele estar más atenuado, a la vez
coincidiendo con el desarrollo de la hiper- que desaparecía de la primera infancia
sensibilidad, tiene lugar la necrosis caseo- autóctona, inmunocompetente, y sanitaria-
sa del centro de la lesión produciéndose mente bien controlada. La tomografía axial
ya la típica neumonía caseosa que, en las computarizada (TC) ha permitido obser-
siguientes semanas, se ve rodeada de un var que estos ganglios presentan un perfil
progresivo número de fibroblastos que característico aunque no patognomónico
desarrollarán una cápsula que delimite y con un centro hipodenso y un anillo peri-
aísle la lesión. Es durante las primeras férico que capta contraste19 (Figs. 2 C-F).
semanas, antes de que la respuesta inmu-
nológica lo dificulte, cuando los bacilos En la población sana, bien nutrida e
pueden llegar a los ganglios linfáticos hilia- inmumocompetente curan la mayor parte
res y mediastínicos y, a través de ellos por de estos procesos, probablemente más del
la linfa drenada por el conducto torácico, 90%. Si los bacilos llegaran a ser destrui-
producirse una diseminación a posibles dos antes de la fase caseosa, lo que es
focos secundarios pulmonares o extrapul- excepcional, se puede producir una reso-
monares que, en ausencia de una terapia lución completa con recuperación de la
eficaz, típicamente podían reactivase a los estructura normal del parénquima, como
18-24 meses de haberse “curado” el proce- suele acontecer en una neumonía de otro
so inicial. Por lo tanto, si al paciente se le origen no complicada. Incluso si como es
hace una radiografía de tórax durante este habitual llega a dicha fase, el caseum
periodo, podremos observar un infiltrado puede reabsorberse y la lesión sufrir un
al principio tenue y mal delimitado y pro- proceso de retracción, fibrosis y calcifica-
gresivamente más denso, de tamaño varia- ción quedando una cicatriz para siempre.
Figura 1. A- Tórax PA. Derrame pleural tuberculoso izquierdo organizado. B- Tórax PA. Derrame pleu-
ral izquierdo libre. C-Tórax PA. Patrón gangliopulmonar extendido con infiltrado / atelecta-
sia del segmento anterior del LSD y grandes adenopatías hiliares / mediastínicas. D- Proyec-
ción lateral del mismo caso. E-Tórax PA. Tuberculoma calcificado basal izquierdo. F- Tórax
PA. Tractos lineales groseros que delimitan bronquiectasias masivas de ambos lóbulos supe-
riores con pérdida de volumen.
Si el caseum persiste, los bacilos suelen veces son visibles, constituyendo el foco
permanecer en él en forma latente y el de Simon, probable origen de muchas TBs.
paciente, si no ha recibido el tratamiento El uso cada vez más frecuente de la TC
oportuno, pasa a engrosar el reservorio de ha permitido observar que el número de
la enfermedad. Las posibles diseminacio- sujetos con pequeños nódulos residuales
nes linfohematógenas producidas durante no visibles en radiografía de tórax simple es
las primeras semanas suelen “curar” a la relativamente alto, y en zonas con alta inci-
vez que el foco primario. Si se han produ- dencia de TB una significativa proporción
cido metástasis en el vértice pulmonar a es de origen tuberculoso (Figs. 3 C y D).
Figura 3. A- TC de tórax. Tuberculosis miliar (mismo caso de figura 1 B). B- TC de tórax. Tuberculoma
(mismo caso de foto 1 C). C- TC de tórax. Dos nódulos no calcificados de menos de un cm. y
otro milimétrico intercalado la mayoría no visible en Rx. simple. Otros nódulos eran visibles en
el mismo paciente en otros cortes como los de la foto D. E- TC de tórax. Derrame pleural izquier-
do (mismo caso de la figura 2 B). F- TC de tórax. Tuberculoma con calcificación central.
ción linfohematógena producidos en las ral por dentro de los músculos intercosta-
fases iniciales de la primoinfección. Ade- les, generalmente muy vascularizada21. Por
más de los patrones antes citados que des- el contrario, si el proceso se detiene muy
pués describiremos, esta forma de TB tardíamente la afectación pleural suele ser
tiene un patrón característico que es el más severa y puede acabar en un fibrotó-
patrón exudativo-ulcerado fibroproliferati- rax total o parcial.
vo, generalmente muy destructivo. Sorprendentemente, y en contraposi-
ción a las extensas lesiones parenquimato-
Patrón exudativo-ulcerado- sas que en esta forma de presentación de
fibroproliferativo la TBs pueden observarse, la afectación
Las lesiones comienzan inicialmente ganglionar, tanto hiliar como mediastínica
como infiltrados heterogéneos mal defini- es inusual y este hecho, junto con la posi-
dos (fase exudativa) (Fig. 4 A) situados ble diferente localización, puede ayudar-
típicamente en los segmentos apicales y/o nos a diferenciarla de una rara TBp en fase
posteriores de los lóbulos superiores o de extensión.
con menor frecuencia en el segmento api- Una de las complicaciones más carac-
cal de los inferiores. Generalmente afectan terísticas de la cavitación es la disemina-
a más de un segmento y con frecuencia ción bronquial, se detecta en alrededor de
son bilaterales17. Lo más característico de un 20% de los casos y aparece como múlti-
estas lesiones es su tendencia a cavitarse ples nódulos mal definidos de pequeño
(fase ulcerativa)20 (Fig. 4 D). Estas cavida- tamaño en la zona de aspiración. En la TC
des suelen ser de paredes gruesas, irregu- pueden dar una imagen característica aun-
lares, inicialmente pueden ser pequeñas y que no especifica de “árbol en brote” por
múltiples con tendencia coalescente a for- relleno de los bronquiolos por material
mar una cavidad única mayor y típicamen- caseoso y de pequeños nódulos de locali-
te sin nivel si no hay complicaciones zación centrilobular.
(hemoptisis o sobreinfección). Con trata-
miento eficaz tienden a reducirse de tama-
ño, sus paredes se adelgazan y quedan Patrón miliar
reducidas a tractos fibrosos groseros resi- La TB miliar se debe a una amplia
duales pero, ocasionalmente, la cavidad diseminación hematógena pulmonar y
detergida permanece. Si no se cavita, el extrapulmonar y puede verse tanto en la
infiltrado mal definido suele evolucionar TBp como en la TBs como consecuencia
hacia lesiones más densas y mejor defini- de la perforación de un foco tuberculoso
das con un característico aspecto estrio- a un vaso. Típicamente se presenta en la
nodular típico de una mezcla de granulo- primera infancia, ancianos y pacientes
mas maduros y atelectasias lineares inmunocomprometidos, aunque más
residuales cicatrizales (fase fibroprolifera- raramente también puede afectar a
tiva) (Fig. 4 D). El cuadro en conjunto es pacientes sin factores de riesgo de cual-
agresivamente destructivo y, cuando cura, quier edad. El patrón es muy característi-
lo hace generalmente con marcada pérdi- co (Figs. 4B y 3A), aunque no especifico
da de volumen de la zona afectada, pudien- de la TB, y consiste en multitud de peque-
do estar presentes claros signos de retrac- ños nódulos de entre 1 y 3 mm de diáme-
ción a nivel mediastínico, hiliar, costal y en tro de bordes bien definidos que de
las cisuras, así como fibrosis y bronquiec- forma uniforme y homogénea ocupan
tasias extensas residuales (Figs. 1 F y 5 A). todos los campos pulmonares, aunque
También es bastante característico el excepcionalmente, según el vaso afecto
desarrollo de una reacción local, el típico puede verse en un solo pulmón o en una
“casquete apical”, que en cuadros menos zona más restringida, siempre con una
avanzados puede ser la lesión residual más distribución uniforme. El tamaño de las
llamativa en el tórax simple y que la TC lesiones las sitúa muy por debajo del
demostró que corresponde a un engrosa- límite de resolución de la placa simple y
miento pleural, fibrosis del parénquima sólo un fenómeno de sumación de imáge-
subpleural y depósito de grasa extrapleu- nes las hace visibles. Pueden ser muy
Figura 4. A- Tórax PA. Infiltrado cavitado en LSI. B- Tórax PA. Detalle de TB miliar. C- Tórax PA. Peque-
ño granuloma cavitado. D- Tórax PA. Gran caverna apical y patrón estrionodular extenso en
la parte inferior del LSD con pérdida de volumen.
difíciles de ver en fases iniciales a pesar tarla incluso semanas antes de que sea
de su número; suelen evolucionar muy visible en la radiografía simple de tórax.
lentamente y en fases muy tardías pue- Su evolución suele ser igualmente lenta
den tener una cierta tendencia coales- con un tratamiento eficaz pero la resolu-
cente con un patrón en “tormenta de
nieve” o incluso desembocar en un dis- ción suele ser completa. En un significati-
trés respiratorio del adulto. Cuando exis- vo número de casos puede coexistir con
te la sospecha de este tipo de TB, una TC otros patrones más comunes de afecta-
de alta resolución puede ayudar a detec- ción tuberculosa pulmonar.
Figura 5. A- TC de tórax. Bronquiectasias masivas de ambos lóbulos superiores con notable retracción
y pérdida de volumen (mismo caso de figura 2 F). B- TC de tórax. Detalle del hemitórax
izquierdo mostrando una calcificación en “capas de cebolla” y una pequeña cavitación
(mismo caso de figura 4 F).
Figura 6. A- Tórax PA. Patrón destructivo en LSI y paquipleuritis calcificada con retracción de la parte
superior del hemotórax (antecedentes de neumotórax terapéutico). B- Tórax PA. Silicotu-
berculosis. C- Tórax PA. Toracoplastia superior derecha. Fístula broncopleural. D- Tórax PA.
Detalle de micetoma en LSI. Masa intracavitaria con una fina corona de aire alrededor.
ble, desde su completa desaparición en la que coloniza una cavidad previa (Fig. 6 D).
placa de tórax simple, hasta la reactiva- En alrededor de un 40% de los casos esta
ción de la enfermedad. Con gran frecuen- cavidad previa es de origen tuberculoso27.
cia la lesión principal viene rodeada de En su presentación típica la bola ocupa sólo
otras pequeñas opacidades en su proximi- parte de la cavidad y está libre de forma que
dad, denominadas lesiones satélites. se puede comprobar su cambio de posición
En la tabla 3, adaptada de Rubin23 poniendo al paciente en diferentes posicio-
puede observarse la frecuencia de presen- nes (Figs. 2 A y B), ocupando la parte más
tación de los principales patrones radio- declive y dejando un espacio aéreo en forma
gráficos en diferentes series. de media luna por encima característico.
Una vez evolucionada es una bola lisa muy
compacta, friable y lógicamente no capta
Complicaciones y secuelas contraste en la TC pues es un cuerpo extra-
Como ya se ha dicho previamente, la ño pero durante su formación, esta técnica
TB pulmonar, especialmente la TBs es una radiológica permite evidenciar un infiltrado
enfermedad que habitualmente incluso no homogéneo, esponjoso y de forma amor-
cuando cura lo hace con algún tipo de fa. La hemoptisis es la complicación más
secuela cuya magnitud viene relacionada severa y frecuente, pudiendo llenarse la
con la severidad y extensión del proceso cavidad o presentar un nivel hidroaéreo
previo. Algunos autores incluyen entre las durante la fase aguda. Ocasionalmente
complicaciones los patrones comunes ya puede disgregarse y desaparecer espontá-
mencionados y alguna de las secuelas neamente y raramente se calcifica. El engro-
como es el caso del tuberculoma que aca- samiento de las paredes de la cavidad o de
bamos de describir. la pleura adyacente ha sido descrito por
Habitualmente se suelen agrupar según algún autor como signo precoz del desarro-
el órgano afecto y en la tabla 4 se exponen llo del micetoma.
las más relevantes26-28. Todas estas lesiones
no son excluyentes y con frecuencia dos o Cicatrización postprimaria
más se presentan conjuntamente o prece-
den y son la base de otras. Como ya se ha descrito previamente, la
No es nuestra intención hacer un repaso aparición de un patrón estrionodular en
exhaustivo de toda la lista de secuelas cita- uno o ambos lóbulos superiores, de exten-
das, por otra parte incompleta, pero sí sión variable, acompañado de bronquiec-
recordar algunas de las más frecuentes o tasias de tracción y con signos de una mar-
con peculiaridades que permiten diferen- cada pérdida de volumen por la retracción
ciarlas de cuadros similares de otro origen. de las cisuras, de los hilios y de las costi-
llas y con clara desviación del mediastino
superior en el caso de que sea unilateral,
Micetoma coronado todo ello por un casquete apical
El micetoma o aspergiloma, pues el es una imagen muy sugestiva, aunque no
aspergillus suele ser el hongo generalmente específica, de TBs en fase residual (Figs. 1
implicado, es una masa formada por hifas, F y 5 A) ya que también puede verse en la
moco, detritus celulares y restos de sangre TB activa evolucionada (Fig. 4 D). Básica-
mente es un patrón destructivo fibrótico y miento del seno costofrénico lateral y pos-
en la zona afecta deja un pulmón no fun- terior, pero inadecuada o tardíamente tra-
cionante pero con una rica vascularización tado puede conducir a una paquipleuritis
sistémica a través de las arterias bron- de intensidad variable que requiera poste-
quiales hipertrofiadas y/o de vasos neofor- rior decorticación cuando el proceso esté
mados desde las arterias intercostales que controlado y, en casos extremos, puede
atraviesan la pleura engrosada y fibrosada desembocar en un auténtico empiema,
y que pueden ser la base de futuras purulento, rico en bacilos, rodeado de una
hemoptisis, a veces muchos años después pleura a veces muy gruesa que comprime
de curado el proceso y sin que ello signifi- y compromete la función del parénquima
que una reactivación de la TB. La emboli- adyacente al que progresivamente colapsa
zación de estos vasos anómalos suele ser y deteriora, constituyendo el típico fibro-
la forma más eficaz y menos agresiva de tórax. Tiene una marcada tendencia a cal-
tratar esta complicación. cificarse con los años y puede acompañar-
se en las fases avanzadas de una marcada
Empiema y fibrotórax retracción del hemotórax afecto con esco-
El derrame pleural tuberculoso gene- liosis secundaria. Forma a veces auténti-
ralmente es un exudado ambarino, rico en cas corazas de piedra que bloquean cual-
fibrina, escaso en bacilos y, como ya se ha quier movimiento del pulmón en la zona
dicho, con marcada tendencia a la organi- afecta (Fig. 6 A). Se considera un signo de
zación. Drenado a tiempo si es voluminoso inactividad la ausencia o mínima expresión
y tratada la enfermedad causal, no suele en la TC del espacio pleural aunque las
dejar secuelas o sólo un discreto pinza- pleuras estén muy engrosadas. Si el proce-
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