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Clínica y radiología de la tuberculosis torácica

Clinical manifestations and radiology of thoracic tuberculosis

F. J. Domínguez Del Valle, B. Fernández, M. Pérez De las Casas, B. Marín, C. Bermejo

ABSTRACT
RESUMEN The clinical manifestations of thoracic
La clínica de la tuberculosis torácica es muy varia- tuberculosis are highly varied and unspecific, and can
da e inespecífica, superponible a la de cualquier otra be superimposed on that of any other bacterial
infección bacteriana que afecte a los mismos órganos, infection that affects the same organs. What is
llamando especialmente la atención la alta frecuencia especially notable is the high frequency with which the
con la que pasa desapercibida la infección primaria y la primary infection goes unnoticed and the persistence
persistencia de la sintomatología en la secundaria. En of the symptomology in the secondary infection. This
la presente revisión se analizan los signos y síntomas review analyses the most common signs and
más comunes y su frecuencia de presentación. symptoms and the frequency of their presentation.
La tuberculosis torácica tiene una serie de patro- Thoracic tuberculosis has a series of patterns of
nes de presentación y de curación que aunque igual- presentation and cure that, although equally varied
mente variados y no patognomónicos son en ocasiones and non-pathognomonic, are on occasion highly
muy característicos, permitiendo su hallazgo concebir characteristic, with their discovery making possible a
una alta sospecha diagnóstica. Se describen todos los high level of diagnostic suspicion. We describe all the
patrones de presentación de la tuberculosis primaria y patterns of presentation of all the classically accepted
post-primaria clásicamente admitidos y su frecuencia primary and post-primary tuberculosis and their
así como las características radiológicas de las compli- frequency, as well as the radiological characteristics of
caciones y secuelas más relevantes. the most relevant complications and sequels.
Palabras clave. Tuberculosis. Clínica. Radiología. Key words. Tuberculosis. Clinical manifestations.
Complicaciones. Patrones. Radiology. Complications. Patterns.

An. Sist. Sanit. Navar. 2007; 30 (Supl. 2): 33-48.

Sección de Neumología. Hospital de Nava- Correspondencia:


rra. Pamplona. F. J. Domínguez Del Valle
Sección de Neumología
Hospital de Navarra
C/ Irunlarrea, 3
31008 Pamplona
Navarra

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MANIFESTACIONES CLÍNICAS los síntomas una constante que hace nece-


Las manifestaciones clínicas de la sario un alto índice de sospecha que nos
tuberculosis (TB) son variadas pero tam- lleve a la realización de pruebas auxiliares
bién inespecíficas, no existiendo ningún que confirmen el diagnóstico. Por un lado,
signo o síntoma clínico exclusivo de la entre los efectos sistémicos de la enferme-
enfermedad. Asimismo, son dependientes dad destaca la fiebre. Así, en alguna serie
de una serie de factores en relación tanto sobre fiebre de origen desconocido, la
con el huésped como con el agente infec- tuberculosis es el diagnóstico final hasta
cioso y la interacción entre ambos (Tabla en un 17% de los casos4, si bien, en otros
1). Antes de la aparición del VIH, el 85% de estudios5, el 21% de los pacientes no tuvie-
los casos de tuberculosis estaban limita- ron fiebre en ningún momento del desarro-
dos al pulmón, afectando el 15% restante a llo de la enfermedad. Otros síntomas gene-
órganos extrapulmonares1. rales incluyen la pérdida de apetito y peso,
debilidad general y sudoración nocturna,
Al igual que posteriormente haremos todos ellos de difícil cuantificación y, en
con las manifestaciones radiológicas, ocasiones, relacionados con otras enfer-
hablaremos en primer lugar de la TB pri- medades subyacentes. La presencia de eri-
maria y, a continuación, de la forma post- tema nodoso se asocia a tuberculosis pul-
primaria. monar en una proporción variable, que
La forma primaria de la enfermedad ha según las series consultadas, oscila entre
sido considerada clásicamente propia de un 1,5% y un 20%6,7.
la edad infantil, iniciándose con un cuadro En cuanto a la sintomatología respira-
clínico inespecífico de febrícula, afecta- toria, puede estar ausente hasta en un 30%
ción del estado general, tos y adenomega- de los pacientes, siendo la tos el síntoma
lias, si bien, con la disminución de la pre- más común, afectando hasta al 78% de los
valencia de la infección en muchos países, pacientes en alguna serie publicada8. Gene-
puede aparecer en la edad adulta. Mien- ralmente es poco productiva, si bien se
tras que aproximadamente un 40% de los puede asociar a hemoptisis, siendo ésta
niños afectos presentan clínica, siendo la habitualmente de escasa cuantía como sín-
tos y la fiebre los síntomas más frecuen- toma inicial. La expectoración hemoptoica
tes2, en los adultos, el 84% de los casos de franca se presenta más frecuentemente
una serie de 103 pacientes estaban sinto- como resultado de la presencia de compli-
máticos, destacando la presencia de fie- caciones de una tuberculosis previa como
bre, tos, pérdida de peso y hemoptisis3. el aspergiloma, bronquiectasias, aneuris-
Este cuadro suele resolverse de forma ma de Rasmussen o broncolitiasis, por lo
espontánea, pero se reactiva en el 50-60% que la presencia de hemoptisis no siempre
de los pacientes que no reciben tratamien- es sinónimo de enfermedad activa. La infla-
to adecuado. mación del parénquima adyacente a la
La forma postprimaria o tuberculosis superficie pleural puede ser causa de
secundaria es la más frecuente, siendo en dolor de características pleuríticas, así
esta ocasión también la inespecificidad de como la presencia de neumotórax o derra-

Tabla 1. Factores que influyen en los hallazgos clínicos de la tuberculosis.


Dependientes del huésped Dependientes del patógeno Interacción huésped-patógeno
Edad Virulencia Gravedad de la enfermedad
Estado inmunológico Trofismo por órganos Órgano afecto
Inmunodeficiencia
Malnutrición
Factores genéticos
Comorbilidad
Inmunización BCG

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me pleural. En nuestro país la tuberculosis lógico, enfermedades concomitantes en


es la segunda causa, tras el carcinoma, de los pacientes de mayor edad.
exudados pleurales, pasando al primer La mortalidad por tuberculosis se ha
puesto en pacientes menores de 40 años y relacionado en nuestro medio con la exis-
en los afectos por VIH9. En España se esti- tencia de comorbilidad, retraso en el diag-
ma que el 23% de los pacientes tuberculo- nóstico y bajo cumplimiento terapéutico14.
sos presentan afectación pleural10. El líqui-
do obtenido mediante toracocentesis La exploración física muestra la semio-
suele tener valores de glucosa bajos, osci- logía propia del tipo de lesión subyacente:
lando el recuento celular entre 1.000-6.000 hipofonesis y roce pleural en el derrame,
céls/mm3, con predominio linfocitario crepitantes en los casos de infiltrado y
(cuando la enfermedad tiene más de dos sibilantes si la sospecha es de enfermedad
semanas de evolución) y niveles elevados endobronquial.
de adenosindeaminasa (ADA) e interferón En cuanto a los hallazgos de laborato-
γ. Niveles de ADA superiores a 45 U/L per- rio, el más frecuente es la presencia de
miten el diagnóstico de pleuritis tubercu- anemia de perfil inflamatorio, objetivándo-
losa con una alta sensibilidad aunque no se leucopenia y neutropenia en los pacien-
tan buena especificidad ya que se encuen- tes con enfermedad diseminada15. Pode-
tra también elevada en otras situaciones mos encontrar también hiponatremia
como en los empiemas no tuberculosos y (43%), en relación con un SIADH, e hipoal-
en los linfomas. La disnea no es habitual buminemia (72%) así como elevación de la
salvo que la extensión de la enfermedad la velocidad de sedimentación y alteración
justifique como en los casos de bronco- de las pruebas de función hepática, rela-
neumonía o enfermedad miliar complicada cionándose la persistencia de su elevación
con SDRA, constituyendo la tuberculosis el con el fallo terapéutico16.
4,9% de todos los casos de SDRA ingresa-
dos en una unidad de cuidados intensivos MANIFESTACIONES RADIOLÓGICAS
en una serie de reciente publicación, falle- A la tuberculosis pulmonar se le ha lla-
ciendo dos de los siete casos11. mado la gran simuladora y con ello quiere
Aktogu y col12, en 1998, publicaron una decirse que puede presentarse tanto con
serie de 5.480 casos de tuberculosis, tanto una clínica como con una radiología suges-
pulmonar como extrapulmonar, siendo los tivas de otras enfermedades o, dicho de
síntomas más habituales los referidos en la otra forma, que dependiendo de los facto-
tabla 2. res enumerados en la tabla 1, del número y
abundancia de los inóculos inhalados y del
momento evolutivo en que la encontremos,
Tabla 2. Sintomatología.
su expresión clínica y radiológica puede ser
Tos 90% muy variada y por lo tanto con un diagnos-
Expectoración 65% tico diferencial muy amplio. Dicho esto, no
Anorexia 64% es menos cierto que algunos de sus patro-
Sudoración nocturna 62% nes de presentación, tanto en fase activa
Dolor torácico 37%
como residual, si no patognomónicos, sí
Hemoptisis 24%
Disnea 24% son al menos muy sugestivos.
Clásicamente se ha dividido la TB en
*Adaptado de Aktogu y col12.
primaria (TBp) y secundaria (TBs) o post-
primaria. La TBp se presenta en pacientes
Al igual que en otras patologías, se ha sin contacto previo con el bacilo y la TBs
sugerido que las características de la en pacientes que, habiendo desarrollado
tuberculosis en pacientes ancianos son ya una hipersensibilidad frente al germen,
diferentes a las observadas en jóvenes; así, sufren un nuevo contagio o, lo que es
en un reciente meta-análisis13, se ha objeti- mucho más frecuente, una reactivación de
vado menor prevalencia de fiebre, sudora- alguna de las lesiones residuales de la pri-
ción, hemoptisis y enfermedad cavitaria, moinfección. Es importante recordar que
con mayor presencia de disnea y, como es en cuanto se desarrolla la hipersensibili-

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dad celular en la TBp, generalmente a par- ble pero generalmente pequeño, desde
tir de la cuarta semana o si el paciente ha invisible en placa simple hasta subseg-
sido previamente vacunado con la BCG, las mentario y en ocasiones mayor que suele
lesiones radiológicas que vamos a obser- acompañarse de adenopatías de tamaño y
var van a ser muy parecidas a las de la número variable, típicamente hiliares uni-
TBs. Por el contrario la TBs desarrollada laterales y algunas veces bilaterales o con
en un paciente con severa depleción de los gran componente mediastínico (Figs. 1 C y
linfocitos T, como en las fases avanzadas D). Se acepta en general que este infiltrado
del SIDA va a tener el perfil de una TBp. inicial puede aparecer en cualquier parte
del pulmón aunque algunos autores han
Cuatro son los patrones radiológicos observado una cierta preferencia por los
que suelen describirse en la TBp17: la TB campos medios e inferiores. A este infiltra-
gangliopulmonar, la TB pleural, la TB do inicial, denso y homogéneo cuando el
miliar y la TB traqueobronquial. En reali- proceso ha madurado, periférico y con fre-
dad los tres últimos pueden observarse cuencia subpleural, se le conoce como
igualmente en la TBs y se describirán con- chancro o foco primario de Ghon y al con-
juntamente. junto del infiltrado más la(s)
adenopatía(s), complejo primario de Ghon
Patrón gangliopulmonar o complejo primario de Ranke. Tanto el
infiltrado como la adenopatía, si curan tie-
Si recordamos los pasos en el desarro- nen una marcada tendencia a calcificarse
llo de la infección experimental en el cone- con el tiempo, entre uno y varios años des-
jillo de Indias18, tras un inicial infiltrado pués, de forma que en ocasiones tras una
polimorfonuclear, hacia la primera semana primoinfección no detectada, es este com-
se observa ya su sustitución por macrófa- plejo calcificado el que delata su existen-
gos que forman un infiltrado tenue que, en cia. Este patrón que solía verse en la pri-
la siguiente semana, se va haciendo más mera infancia, a medida que se ha ido
denso y extenso a la vez que se diferencia erradicando la tuberculosis en nuestro
en células epitelioides, algunas de ellas país ha ido apareciendo en edades cada
multinucleadas y se observa una acumula- vez mas tardías, en el adulto e incluso el
ción de linfocitos en la periferia de la anciano, en los que el componente adeno-
lesión. Hacia la tercera o cuarta semana, pático suele estar más atenuado, a la vez
coincidiendo con el desarrollo de la hiper- que desaparecía de la primera infancia
sensibilidad, tiene lugar la necrosis caseo- autóctona, inmunocompetente, y sanitaria-
sa del centro de la lesión produciéndose mente bien controlada. La tomografía axial
ya la típica neumonía caseosa que, en las computarizada (TC) ha permitido obser-
siguientes semanas, se ve rodeada de un var que estos ganglios presentan un perfil
progresivo número de fibroblastos que característico aunque no patognomónico
desarrollarán una cápsula que delimite y con un centro hipodenso y un anillo peri-
aísle la lesión. Es durante las primeras férico que capta contraste19 (Figs. 2 C-F).
semanas, antes de que la respuesta inmu-
nológica lo dificulte, cuando los bacilos En la población sana, bien nutrida e
pueden llegar a los ganglios linfáticos hilia- inmumocompetente curan la mayor parte
res y mediastínicos y, a través de ellos por de estos procesos, probablemente más del
la linfa drenada por el conducto torácico, 90%. Si los bacilos llegaran a ser destrui-
producirse una diseminación a posibles dos antes de la fase caseosa, lo que es
focos secundarios pulmonares o extrapul- excepcional, se puede producir una reso-
monares que, en ausencia de una terapia lución completa con recuperación de la
eficaz, típicamente podían reactivase a los estructura normal del parénquima, como
18-24 meses de haberse “curado” el proce- suele acontecer en una neumonía de otro
so inicial. Por lo tanto, si al paciente se le origen no complicada. Incluso si como es
hace una radiografía de tórax durante este habitual llega a dicha fase, el caseum
periodo, podremos observar un infiltrado puede reabsorberse y la lesión sufrir un
al principio tenue y mal delimitado y pro- proceso de retracción, fibrosis y calcifica-
gresivamente más denso, de tamaño varia- ción quedando una cicatriz para siempre.

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Figura 1. A- Tórax PA. Derrame pleural tuberculoso izquierdo organizado. B- Tórax PA. Derrame pleu-
ral izquierdo libre. C-Tórax PA. Patrón gangliopulmonar extendido con infiltrado / atelecta-
sia del segmento anterior del LSD y grandes adenopatías hiliares / mediastínicas. D- Proyec-
ción lateral del mismo caso. E-Tórax PA. Tuberculoma calcificado basal izquierdo. F- Tórax
PA. Tractos lineales groseros que delimitan bronquiectasias masivas de ambos lóbulos supe-
riores con pérdida de volumen.

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Figura 2. A y B- TC de tórax en decúbito prono y supino demostrando la movilidad del micetoma


(mismo caso de figura 3 D). C a E- TC de tórax. Adenopatías mediastínicas tuberculosas con
escasa densidad central y refuerzo periférico. En D y E las imágenes sugieren afectación
endobronquial corroborada en la broncoscopia. (mismo caso de figura 2 C). F- TC de tórax.
Adenopatías hiliares del mismo caso.

Si el caseum persiste, los bacilos suelen veces son visibles, constituyendo el foco
permanecer en él en forma latente y el de Simon, probable origen de muchas TBs.
paciente, si no ha recibido el tratamiento El uso cada vez más frecuente de la TC
oportuno, pasa a engrosar el reservorio de ha permitido observar que el número de
la enfermedad. Las posibles diseminacio- sujetos con pequeños nódulos residuales
nes linfohematógenas producidas durante no visibles en radiografía de tórax simple es
las primeras semanas suelen “curar” a la relativamente alto, y en zonas con alta inci-
vez que el foco primario. Si se han produ- dencia de TB una significativa proporción
cido metástasis en el vértice pulmonar a es de origen tuberculoso (Figs. 3 C y D).

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CLÍNICA Y RADIOLOGÍA DE LA TUBERCULOSIS TORÁCICA

Figura 3. A- TC de tórax. Tuberculosis miliar (mismo caso de figura 1 B). B- TC de tórax. Tuberculoma
(mismo caso de foto 1 C). C- TC de tórax. Dos nódulos no calcificados de menos de un cm. y
otro milimétrico intercalado la mayoría no visible en Rx. simple. Otros nódulos eran visibles en
el mismo paciente en otros cortes como los de la foto D. E- TC de tórax. Derrame pleural izquier-
do (mismo caso de la figura 2 B). F- TC de tórax. Tuberculoma con calcificación central.

Si por las condiciones del paciente, la La tuberculosis postprimaria, secunda-


virulencia de la cepa o la abundancia del ria, tisis o TB del adulto se origina como su
inóculo, el proceso no es controlado, éste nombre indica por una posterior “reinfec-
tiende a extenderse y cavitarse dando ción”, ocasionalmente por nueva exposi-
ción al bacilo, pero generalmente por reac-
lugar a un patrón de infiltrados irregulares tivación de algún foco residual, ya sea el
con tendencia a la cavitación múltiple pro- foco primario, la perforación de una ade-
gresiva de lenta evolución superponible en nopatía a un bronquio o, lo que es más fre-
esta fase a la TBs. cuente, de uno de los focos de disemina-

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ción linfohematógena producidos en las ral por dentro de los músculos intercosta-
fases iniciales de la primoinfección. Ade- les, generalmente muy vascularizada21. Por
más de los patrones antes citados que des- el contrario, si el proceso se detiene muy
pués describiremos, esta forma de TB tardíamente la afectación pleural suele ser
tiene un patrón característico que es el más severa y puede acabar en un fibrotó-
patrón exudativo-ulcerado fibroproliferati- rax total o parcial.
vo, generalmente muy destructivo. Sorprendentemente, y en contraposi-
ción a las extensas lesiones parenquimato-
Patrón exudativo-ulcerado- sas que en esta forma de presentación de
fibroproliferativo la TBs pueden observarse, la afectación
Las lesiones comienzan inicialmente ganglionar, tanto hiliar como mediastínica
como infiltrados heterogéneos mal defini- es inusual y este hecho, junto con la posi-
dos (fase exudativa) (Fig. 4 A) situados ble diferente localización, puede ayudar-
típicamente en los segmentos apicales y/o nos a diferenciarla de una rara TBp en fase
posteriores de los lóbulos superiores o de extensión.
con menor frecuencia en el segmento api- Una de las complicaciones más carac-
cal de los inferiores. Generalmente afectan terísticas de la cavitación es la disemina-
a más de un segmento y con frecuencia ción bronquial, se detecta en alrededor de
son bilaterales17. Lo más característico de un 20% de los casos y aparece como múlti-
estas lesiones es su tendencia a cavitarse ples nódulos mal definidos de pequeño
(fase ulcerativa)20 (Fig. 4 D). Estas cavida- tamaño en la zona de aspiración. En la TC
des suelen ser de paredes gruesas, irregu- pueden dar una imagen característica aun-
lares, inicialmente pueden ser pequeñas y que no especifica de “árbol en brote” por
múltiples con tendencia coalescente a for- relleno de los bronquiolos por material
mar una cavidad única mayor y típicamen- caseoso y de pequeños nódulos de locali-
te sin nivel si no hay complicaciones zación centrilobular.
(hemoptisis o sobreinfección). Con trata-
miento eficaz tienden a reducirse de tama-
ño, sus paredes se adelgazan y quedan Patrón miliar
reducidas a tractos fibrosos groseros resi- La TB miliar se debe a una amplia
duales pero, ocasionalmente, la cavidad diseminación hematógena pulmonar y
detergida permanece. Si no se cavita, el extrapulmonar y puede verse tanto en la
infiltrado mal definido suele evolucionar TBp como en la TBs como consecuencia
hacia lesiones más densas y mejor defini- de la perforación de un foco tuberculoso
das con un característico aspecto estrio- a un vaso. Típicamente se presenta en la
nodular típico de una mezcla de granulo- primera infancia, ancianos y pacientes
mas maduros y atelectasias lineares inmunocomprometidos, aunque más
residuales cicatrizales (fase fibroprolifera- raramente también puede afectar a
tiva) (Fig. 4 D). El cuadro en conjunto es pacientes sin factores de riesgo de cual-
agresivamente destructivo y, cuando cura, quier edad. El patrón es muy característi-
lo hace generalmente con marcada pérdi- co (Figs. 4B y 3A), aunque no especifico
da de volumen de la zona afectada, pudien- de la TB, y consiste en multitud de peque-
do estar presentes claros signos de retrac- ños nódulos de entre 1 y 3 mm de diáme-
ción a nivel mediastínico, hiliar, costal y en tro de bordes bien definidos que de
las cisuras, así como fibrosis y bronquiec- forma uniforme y homogénea ocupan
tasias extensas residuales (Figs. 1 F y 5 A). todos los campos pulmonares, aunque
También es bastante característico el excepcionalmente, según el vaso afecto
desarrollo de una reacción local, el típico puede verse en un solo pulmón o en una
“casquete apical”, que en cuadros menos zona más restringida, siempre con una
avanzados puede ser la lesión residual más distribución uniforme. El tamaño de las
llamativa en el tórax simple y que la TC lesiones las sitúa muy por debajo del
demostró que corresponde a un engrosa- límite de resolución de la placa simple y
miento pleural, fibrosis del parénquima sólo un fenómeno de sumación de imáge-
subpleural y depósito de grasa extrapleu- nes las hace visibles. Pueden ser muy

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CLÍNICA Y RADIOLOGÍA DE LA TUBERCULOSIS TORÁCICA

Figura 4. A- Tórax PA. Infiltrado cavitado en LSI. B- Tórax PA. Detalle de TB miliar. C- Tórax PA. Peque-
ño granuloma cavitado. D- Tórax PA. Gran caverna apical y patrón estrionodular extenso en
la parte inferior del LSD con pérdida de volumen.

difíciles de ver en fases iniciales a pesar tarla incluso semanas antes de que sea
de su número; suelen evolucionar muy visible en la radiografía simple de tórax.
lentamente y en fases muy tardías pue- Su evolución suele ser igualmente lenta
den tener una cierta tendencia coales- con un tratamiento eficaz pero la resolu-
cente con un patrón en “tormenta de
nieve” o incluso desembocar en un dis- ción suele ser completa. En un significati-
trés respiratorio del adulto. Cuando exis- vo número de casos puede coexistir con
te la sospecha de este tipo de TB, una TC otros patrones más comunes de afecta-
de alta resolución puede ayudar a detec- ción tuberculosa pulmonar.

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Figura 5. A- TC de tórax. Bronquiectasias masivas de ambos lóbulos superiores con notable retracción
y pérdida de volumen (mismo caso de figura 2 F). B- TC de tórax. Detalle del hemitórax
izquierdo mostrando una calcificación en “capas de cebolla” y una pequeña cavitación
(mismo caso de figura 4 F).

Patrón pleural misma de un granuloma pulmonar sub-


pleural; este último mecanismo es proba-
Aunque clásicamente descrito como blemente el más frecuente y es excepcio-
uno de los patrones típicos de la TB es evi- nal encontrar un derrame pleural sin
dente que la pleura no está en contacto ninguna otra lesión visible parenquimato-
directo con el exterior y, al igual que el sa ni ganglionar que, en ocasiones, sólo se
patrón miliar, precisa un foco previo por lo puede evidenciar tras el drenaje del propio
que quizás debería mejor estar contempla- derrame. En la era anterior a la TC no era
do como una complicación. Potencialmen- excepcional que en los derrames pleurales
te los bacilos pueden llegar a la pleura por “puros”, sin ninguna otra lesión aparente,
tres vías diferentes: hematógena, apertura años después de haberse curado la pleuri-
a pleura de un ganglio y vaciamiento en la tis apareciese un pequeño granuloma sub-

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CLÍNICA Y RADIOLOGÍA DE LA TUBERCULOSIS TORÁCICA

Figura 6. A- Tórax PA. Patrón destructivo en LSI y paquipleuritis calcificada con retracción de la parte
superior del hemotórax (antecedentes de neumotórax terapéutico). B- Tórax PA. Silicotu-
berculosis. C- Tórax PA. Toracoplastia superior derecha. Fístula broncopleural. D- Tórax PA.
Detalle de micetoma en LSI. Masa intracavitaria con una fina corona de aire alrededor.

pleural sólo visible cuando la progresiva el contraste y separadas por el líquido


calcificación aumentaba su densidad. pleural en cantidad variable. En no pocas
ocasiones pueden observarse con la TC
El derrame pleural tuberculoso no finos tabiques de fibrina incluso en fases
complicado (Fig. 1 A), no tiene ninguna relativamente precoces.
característica propia radiológica que lo
distinga de los de otro origen en la placa El empiema tuberculoso constituye
de tórax simple y es más propio de la TBp; una colección de líquido pleural purulento
es habitualmente unilateral y muestra una con abundantes bacilos generalmente en
clara tendencia a organizarse y locularse, un espacio bien delimitado por una pleura
especialmente después de realizar manio- muy engrosada. Es una complicación
bras invasivas (punciones o biopsias) (Fig. mayor muy raramente observada actual-
1 B). En la TC es característico observar mente en nuestro medio que puede acabar
sobre todo en la TBs evolucionada un produciendo un fibrotórax, suele calcifi-
engrosamiento uniforme de contornos carse y puede dar a su vez, si el tratamien-
lisos de ambas pleuras, la parietal y la vis- to no es adecuado, otras dos complicacio-
ceral, cuya densidad se ve aumentada por nes de especial relevancia con una notable

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tendencia a la cronificación y que pueden Con la TC de alta resolución en fase


aparecer incluso muchos años después aguda puede observarse un estrechamien-
cuando el proceso inicial suele llevar ya to, al principio regular y con el tiempo
mucho tiempo olvidado: el empiema menos uniforme, de la luz de porciones rela-
necessitatis seguido normalmente de una tivamente largas del bronquio afectado aso-
fístula pleurocutánea y la fístula bronco- ciado a un engrosamiento de la pared (Figs.
pleural (Fig. 6 C) según que se perfore 2 D y E). En fase residual, si las lesiones han
hacia el exterior o el interior. En ambos sido suficientemente severas, aparecerán
casos la aparición de aire o un nivel hidro- las citadas estenosis, deformaciones y dila-
aéreo dentro de la cavidad pleural será el taciones bronquiectasicas postestenóticas
signo radiológico más característico. que, excepcionalmente, podrán acompañar-
se de atelectasias periféricas a veces perma-
nentes.
Patrón traqueobronquial
La tuberculosis traqueobronquial, sin Tuberculoma
otros signos radiológicos de la enfermedad
a otros niveles en la radiografía simple de El tuberculoma es una forma de resolu-
tórax, es una rareza22, pero asociada a una ción típica de la TBp aunque puede verse
lesión pulmonar bacilífera, especialmente ocasionalmente en la TBs en donde puede
a una caverna postprimaria es muy fre- quedar enmascarado en la radiografía sim-
cuente si bien raramente hoy día da sinto- ple de tórax por el resto de lesiones resi-
matología propia. En el primer caso, la per- duales acompañantes. Debería por lo tanto
foración de una adenopatía a un bronquio considerarse como una complicación o
central o tráquea es probablemente la secuela, pero como con frecuencia es lo
causa más frecuente aunque una posible único que se encuentra tras la curación de
diseminación hematógena o linfática tam- la enfermedad, suele describirse como un
bién han sido invocadas. En el segundo, la patrón más.
vía aérea, a través del continuo trasiego de
bacilos en las secreciones y detritus expul- El tuberculoma es un nódulo típica-
sados, es probablemente el camino de mente menor de 3 cm (Fig. 4 C), con fre-
extensión más común. cuencia subcentimétrico, aunque ocasio-
nalmente se han descrito masas de hasta 5
Si algo es característico de la TB traque- cm. Suele estar constituido por un núcleo
obronquial, es la ausencia de signos radioló- caseoso central donde pueden encontrar-
gicos en la radiografía de tórax simple, al se bacilos ácido-alcohol resistentes no
menos hasta fases avanzadas de la enferme- siempre viables, una doble corona de célu-
dad. La infiltración submucosa granuloma- las epitelioides, células gigantes multinu-
tosa inicial puede ir seguida de una ulcera- cleadas y linfocitos y una cápsula fibrosa
ción de la mucosa y finalmente, si el proceso que, habitualmente, permite delimitar en
no es tratado, de lesiones polipoideas intra- la placa unos contornos nítidos bien defi-
luminares granulomatosas que a su vez pue- nidos. La histología muestra en ocasiones
den ulcerarse y/o fibrosarse. Estas lesiones una o más “capas de cebolla” a veces visi-
pueden favorecer la retención de secrecio- bles también en la TC (Fig. 5 B) formadas
nes que producen tapones y atelectasias por cápsulas fibrosas embebidas en el
que darán las correspondientes imágenes caseum que sugieren que éstas fueron
radiológicas y, en todo caso, inducirán al sobrepasadas una o más veces durante la
curarse lesiones fibróticas residuales cica- fase de formación pero una vez evolucio-
triciales con estenosis bronquiales que pue- nado su tamaño suele permanecer estable
den deformar o incluso obstruir completa- siendo ésta una de las características que
mente el bronquio y suelen acompañarse de lo distingue de los tumores. Es bastante
dilataciones postestenóticas. Estas bron- frecuente que se calcifique (Figs. 1 E, 3 F y
quiectasias centrales no deben confundirse 5 B) (generalmente de forma difusa y nodu-
con las bronquiectasias periféricas por trac- lar) y para ello precisa a veces muchos
ción secundarias a la destrucción del parén- años; puede llegar a cavitarse (Figs. 4 C, 3
quima pulmonar. B y 5 B) siguiendo entonces un curso varia-

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CLÍNICA Y RADIOLOGÍA DE LA TUBERCULOSIS TORÁCICA

ble, desde su completa desaparición en la que coloniza una cavidad previa (Fig. 6 D).
placa de tórax simple, hasta la reactiva- En alrededor de un 40% de los casos esta
ción de la enfermedad. Con gran frecuen- cavidad previa es de origen tuberculoso27.
cia la lesión principal viene rodeada de En su presentación típica la bola ocupa sólo
otras pequeñas opacidades en su proximi- parte de la cavidad y está libre de forma que
dad, denominadas lesiones satélites. se puede comprobar su cambio de posición
En la tabla 3, adaptada de Rubin23 poniendo al paciente en diferentes posicio-
puede observarse la frecuencia de presen- nes (Figs. 2 A y B), ocupando la parte más
tación de los principales patrones radio- declive y dejando un espacio aéreo en forma
gráficos en diferentes series. de media luna por encima característico.
Una vez evolucionada es una bola lisa muy
compacta, friable y lógicamente no capta
Complicaciones y secuelas contraste en la TC pues es un cuerpo extra-
Como ya se ha dicho previamente, la ño pero durante su formación, esta técnica
TB pulmonar, especialmente la TBs es una radiológica permite evidenciar un infiltrado
enfermedad que habitualmente incluso no homogéneo, esponjoso y de forma amor-
cuando cura lo hace con algún tipo de fa. La hemoptisis es la complicación más
secuela cuya magnitud viene relacionada severa y frecuente, pudiendo llenarse la
con la severidad y extensión del proceso cavidad o presentar un nivel hidroaéreo
previo. Algunos autores incluyen entre las durante la fase aguda. Ocasionalmente
complicaciones los patrones comunes ya puede disgregarse y desaparecer espontá-
mencionados y alguna de las secuelas neamente y raramente se calcifica. El engro-
como es el caso del tuberculoma que aca- samiento de las paredes de la cavidad o de
bamos de describir. la pleura adyacente ha sido descrito por
Habitualmente se suelen agrupar según algún autor como signo precoz del desarro-
el órgano afecto y en la tabla 4 se exponen llo del micetoma.
las más relevantes26-28. Todas estas lesiones
no son excluyentes y con frecuencia dos o Cicatrización postprimaria
más se presentan conjuntamente o prece-
den y son la base de otras. Como ya se ha descrito previamente, la
No es nuestra intención hacer un repaso aparición de un patrón estrionodular en
exhaustivo de toda la lista de secuelas cita- uno o ambos lóbulos superiores, de exten-
das, por otra parte incompleta, pero sí sión variable, acompañado de bronquiec-
recordar algunas de las más frecuentes o tasias de tracción y con signos de una mar-
con peculiaridades que permiten diferen- cada pérdida de volumen por la retracción
ciarlas de cuadros similares de otro origen. de las cisuras, de los hilios y de las costi-
llas y con clara desviación del mediastino
superior en el caso de que sea unilateral,
Micetoma coronado todo ello por un casquete apical
El micetoma o aspergiloma, pues el es una imagen muy sugestiva, aunque no
aspergillus suele ser el hongo generalmente específica, de TBs en fase residual (Figs. 1
implicado, es una masa formada por hifas, F y 5 A) ya que también puede verse en la
moco, detritus celulares y restos de sangre TB activa evolucionada (Fig. 4 D). Básica-

Tabla 3. Patrones radiográficos en la tuberculosis. Frecuencia de presentación (%).


PRIMARIA SECUNDARIA
Manifestaciones clínicas Stead y col 196824 Choyke y col 19833 Woodring y col 198621 Hanlock y col 198025 Woodring y col 198621
Infiltrados 78 25 50 87 91
Adenopatías 48 10 35 - -
Atelectasias - 8 18 - -
Derrame pleural 38 23 24 - 18
Diseminación bronquial - - - 19 21
Cavitación - - - 51 45

An. Sist. Sanit. Navar. 2007 Vol. 30, Suplemento 2 45


F.J. Domínguez Del Valle y otros

Tabla 4. Complicaciones y secuelas de la tuberculosis*.


Lesiones pa renquima tosa s
Tuberculoma
Cavidades
Cicatrices (Incluido el patrón estrionodular y las pérdidas de volumen)
Micetoma
Pulmón destruido
Lesiones de la s vía s a érea s
Bronquiectasias centrales y periféricas
Estenosis traqueobronquiales
Bronquiolitos
Lesiones va scula res
Arteritis
Trombosis
Vasos neoformados
Hipertrofia de las arterias bronquiales
Aneurismas de Rasmussen
Lesiones media stínica s
Adenopatías
Fístula esofágica
Pericarditis constrictiva
Mediastinitis fibrosante
Lesiones pleura les
Empiema
Fibrotorax
Fístula broncopleural
Neumotórax
Lesiones de la pa red
Tuberculosis costal
Empiema neccessitatis
Fístula pleurocutánea
* Tomado de referencias 26-28

mente es un patrón destructivo fibrótico y miento del seno costofrénico lateral y pos-
en la zona afecta deja un pulmón no fun- terior, pero inadecuada o tardíamente tra-
cionante pero con una rica vascularización tado puede conducir a una paquipleuritis
sistémica a través de las arterias bron- de intensidad variable que requiera poste-
quiales hipertrofiadas y/o de vasos neofor- rior decorticación cuando el proceso esté
mados desde las arterias intercostales que controlado y, en casos extremos, puede
atraviesan la pleura engrosada y fibrosada desembocar en un auténtico empiema,
y que pueden ser la base de futuras purulento, rico en bacilos, rodeado de una
hemoptisis, a veces muchos años después pleura a veces muy gruesa que comprime
de curado el proceso y sin que ello signifi- y compromete la función del parénquima
que una reactivación de la TB. La emboli- adyacente al que progresivamente colapsa
zación de estos vasos anómalos suele ser y deteriora, constituyendo el típico fibro-
la forma más eficaz y menos agresiva de tórax. Tiene una marcada tendencia a cal-
tratar esta complicación. cificarse con los años y puede acompañar-
se en las fases avanzadas de una marcada
Empiema y fibrotórax retracción del hemotórax afecto con esco-
El derrame pleural tuberculoso gene- liosis secundaria. Forma a veces auténti-
ralmente es un exudado ambarino, rico en cas corazas de piedra que bloquean cual-
fibrina, escaso en bacilos y, como ya se ha quier movimiento del pulmón en la zona
dicho, con marcada tendencia a la organi- afecta (Fig. 6 A). Se considera un signo de
zación. Drenado a tiempo si es voluminoso inactividad la ausencia o mínima expresión
y tratada la enfermedad causal, no suele en la TC del espacio pleural aunque las
dejar secuelas o sólo un discreto pinza- pleuras estén muy engrosadas. Si el proce-

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CLÍNICA Y RADIOLOGÍA DE LA TUBERCULOSIS TORÁCICA

so no se trata y no se autolimita, como ya terísticas, sólo la continua sospecha ante


se ha comentado, el pus puede buscar un la aparición de lesiones nuevas puede ayu-
punto de salida a través de la pared costal darnos a realizar un diagnóstico relativa-
o un bronquio creando las correspondien- mente precoz. La TC puede permitirnos
tes fístulas y apreciándose entonces gene- detectar pequeños infiltrados y cavitacio-
ralmente un nivel hidroaéreo en la cámara nes que en fases iniciales podrían pasar
residual (Fig. 6 C). desapercibidos en la radiografía de tórax
simple, enmascarados por las lesiones sili-
Cáncer de pulmón cóticas.

El cáncer de pulmón puede coexistir


con una TB, haciendo especialmente difícil Colapsoterapia
su diagnóstico si se desarrollan en la No deseamos finalizar esta revisión de
misma zona. Por otra parte las extensas las complicaciones sin dedicar un breve
lesiones fibróticas residuales de una TBs recuerdo a estas técnicas, que en su
pueden facilitar la aparición de un cáncer momento fueron el único medio eficaz de
de pulmón (scar cáncer) y a su vez el cán- tratar las cavernas tuberculosas y permitir
cer de pulmón, ya sea deprimiendo la su curación30. Básicamente había dos tipos
inmunidad o erosionando un granuloma de actuaciones:
puede facilitar la reactivación de una TB Toracoplastia: permitía mediante dife-
latente. Actualmente, en nuestro medio, rentes técnicas quirúrgicas romper literal-
ante la aparición de un nuevo nódulo en un mente la rigidez de la caja torácica, logrando
campo residual largo tiempo inactivo, su colapso en la zona oportuna (Fig. 6 C).
especialmente si el paciente es fumador y
en su momento fue tratado, es más proba- Neumotórax: aplicado en la cavidad
ble un cáncer de pulmón que una reactiva- pleural o extrapleuralmente sobre la caver-
ción de su TB. na permitía igualmente su colapso sin
comprometer la integridad de la caja torá-
cica.
Silicotuberculosis
Con el descubrimiento de la estrepto-
En nuestra comunidad la silicosis siem-
micina, la isoniacida y el PAS en la segunda
pre ha sido una enfermedad infrecuente,
mitad de los cuarenta, el tratamiento far-
generalmente “importada” por trabajado-
macéutico ganó impulso y estas técnicas
res de minas subterráneas de otras regio-
dejaron de usarse en nuestro país a media-
nes, donde también ha ido desapareciendo
dos de los 50 de forma que ninguno de los
gracias a las medidas de higiene ambiental
neumólogos actualmente en ejercicio
laboral y la mecanización de las labores de
hemos llegado a conocerlas en activo. Sin
extracción. Es una enfermedad típica de
embargo, aunque cada vez con menor fre-
países “en vías de desarrollo” donde ade-
cuencia, seguimos atendiendo a pacientes
más la prevalencia de la TB es mucho más
sometidos en tiempos a estas técnicas,
alta que en nuestro medio. La silicosis da
que les permitieron sobrevivir a la tuber-
con el tiempo un patrón inicialmente reti-
culosis, aunque en muchas ocasiones con
cular, después típicamente nodular y si es
secuelas que les han producido con el
más agresiva, los granulomas tienen una
paso de los años serios problemas ventila-
tendencia coalescente formando masas
torios (Fig. 6 A).
fibrosas con tendencia a la cavitación. Por
lo tanto los patrones y complicaciones
pueden ser muy parecidos a los observa- BIBLIOGRAFÍA
dos en la TB cuyo desarrollo puede quedar 1. FARER L, LOWELL LM, MIADOR MP. Extrapul-
oculto por las lesiones de la silicosis (Fig. monary tuberculosis in the United States.
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