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Laura Sophia Bacca Rocha

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Martin Parr: Una estética burlesca

En el Museo de Arte Miguel Angel Urrutia tuve la oportunidad de asistir a la exposición de


Martin Parr: Souvenir. Que exhibe distintas obras organizadas en series diversas donde
expone lo que puede llegar a parecer una burla del turismo, parejas aburridas, fotos que
parecen aleatorias sin embargo, cuando están juntas cobran sentido y encuadres casi
enfermizos de productos de marcas de lujo.

En primer lugar, tenemos una colección de fotografías denominada The Last Resort en la
que exhibe lo que alguna vez fue un balneario de lujo exclusivo para la realeza. Y que con
el desgaste y el paso del tiempo se convirtió en el centro vacacional de todo el mundo. Por
supuesto las fotos están cargadas con contrastes muy marcados, iluminación exagerada,
colores estridentes y en general exhibe una tónica burlesca de como estas personas
disfrutan de este balneario en decadencia. Un ejemplo de las exageraciones y la
artificialidad es la utilización del flash de día, además en una fotografía en la cual el sujeto
esta muy cercad e la cámara y la iluminación natural (de por si brillante) habría sido más
que suficiente para obtener una fotografía colorida.

La mayoría de fotografías de esta colección tienen esta tónica y la forma como está
montada hace aun más notoria esta intención. En otras ocasiones no utiliza recursos
técnicos únicamente, también tiene obras en las que los sujetos realizan actividades que
sirven perfectamente para burlarse. Por ejemplo alguien asoleándose al lado de un
montón de basura o niños llorando exageradamente mientras comen helado. Es este tipo
de estética la que se observa en este sector de la exposición.

Continuando con las secciones, está Small World. Esta exhibe un tono similar
característico de Martin Parr, es un tono burlesco lleno de ironía que nos hace vernos a
nosotros mismos en muchas de las actitudes de los sujetos expuestos. En esta sección
utiliza menos recursos técnicos y mucha mas acción por parte de los sujetos involucrados.
En vez de tener mucho contraste, sobreexposición o excesos en general técnicamente. Lo
que hace Parr es exponer comportamientos muy “turistas” y muy universales. Es mas un
exposé de turistas, por ejemplo tomando fotografías “amateur” siendo fotografiados por
el. En otra se ven familias grandes divididas en lo que parece una guía turística. Y así hay
muchas fotos que consisten en estos comportamientos y en como el mundo es un lugar
mas asequible cada vez y culturalmente ambiguo.

Después está Bored Couples una colección en la que identificarse es más que fácil. Son
momentos capturados en los cuales múltiples parejas se notan muy aburridas en
contextos perfectamente naturales para una pareja. Hay parejas de todas la edades,
incluso una foto de Martin Parr con su esposa, lo cual no da a conocer que no todas la
fotos son naturales. El escenario en general no se ve manipulado con procesos de la
cámara en si misma. No hay alto contraste o esos encuadres casi desagradables de la
primera sección por ejemplo. Son un poco mas naturales con el propósito aparente de que
el espectador se sienta un poco más identificado y menos incómodo con la ideas de pasar
por estas situaciones.

También está la sección Common Sense en la que hay muchas fotos mas bien pequeñas de
diversos objetos que se encuentran en. Desde productos que pueden costar un dólar
hasta animales u objetos religiosos o tradicionales de la cultura. Esta sección es un poco
un choque estético ya que la gran mayoría están en primer plano o primerísimo primer
plano ultra enfocados y fijando toda nuestra atención en lo que él quiere que la fijemos.
Esta sección en especial nos muestra lo souvenir de la exposición, tratando cada foto
como un elemento que uno quisiera coger y meterlo en su bolsillo, por el formato en que
está expuesto se ve aun más portátil si uno quisiera tomarlo como un souvenir. Es el tratar
la cultura como algo tan “de bolsillo” y casi trivial lo que hace atractiva esta colección.

Luxury sin lugar a dudas es la sección que más me cautivó. Estos encuadres y close ups casi
inapropiados, colores vivos y relaciones entre cada foto muy sutiles son lo que hacen de
esta sección un magnus opum sarcástica y pintoresca de las clases altas. Es casi un manual
de como hacer que las marcas mas costosas y reconocidas se vean baratas y embarazosas.
Esta sección está llena de poses bizarras, momentos in fraganti y espectáculos que solo se
pueden ver en esta colección definitivamente. El artista logra capturar perfectamente el
otro lado de la perfección detrás de estos personajes de la alta sociedad, de forma que
vemos como casi presumen sus bienes haciéndolos bajar de precio considerablemente
(hablando de modeles por supuesto).

Para terminar, solo me gustaría decir que siempre tendré en cuenta esta exposición como
lo mejor que tiene la fotografía moderna. Es su técnica lo que lo hace aun mejor, Martin
Parr definitivamente sabe lo que hace, no es ningún amateur a la hora de hacer
contrastes, encuadres o identificar una buena foto antes de tomarla. Puede parecer
demasiado en algunas ocasiones sin embargo, esto es lo que lo hace aun mejor. Se
mantiene muy perpendicular su crítica y su sarcasmo, se mantiene fiel a su estilo de
exagerar lo malo o los choques estéticos y hacerlo ver no vulgar sino cómico y hasta cierto
punto bello y atractivo, no bajo los lineamientos estándar pero si muy llamativo. Es
impresionante como algo tan burlesco puede ser un trabajo tan serio y especial. También
hay que atribuirle la continuidad de la exposición a los formatos y la forma como fue
montada. No es gratis que todo se vea tan pulido y bien organizado aunque sea de cierta
forma un caos dentro de sí misma.

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