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Grupo de estudio Santo Tomá s de Aquino.

Texto: Tomá s de Aquino, Limite y grandeza de una teología medieval.


Autor: Otto Hermann Pesh.
Capitulo Cuarto
EL MEJOR AMOR DE DIOS
LA VIDA DE TOMÁ S DE AQUINO

Para el aquinate, enamorado de su opció n vocacional, la vida religiosa es el estado


má s alto de la perfecció n de la vida espiritual. Los votos de castidad, pobreza y
obediencia liberan al religioso de las ataduras de la concupiscencia, las posesiones y
la voluntad; permitiéndole servir a Dios de un modo má s perfecto, y tener
disponibilidad para una vida constante de meditació n, contemplació n y oració n.

Esta entrega total del religioso tiene su fundamento en la esencia del amor de Dios.
Segú n el doctor angélico, haciendo una analogía con la amistad, hay tres grados en el
amor: El primero es aquel que puede renunciar a la alegría de la presencia del amigo
por servirle, siendo este el amor má s perfecto, porque es amar al otro por sí mismo; el
segundo es cuando se alegra al estar en la presencia del amigo en la contemplació n; el
tercero, y menos perfecto, es cuando se siente má s alegría en otras cosas que estar en
la presencia del amigo. Consecuentemente, a Dios hay que amarlo por sí mismo, lo
cual implica dejar todas las cosas para servirle, incluso la alegría má s grande de la
contemplació n. Así, pues, Tomá s asume que el mejor camino para alcanzar el amor a
Dios, en su grado má s perfecto, es ser prelado o predicador.

Santo Tomá s, hijo de Landulfo de Aquino y doñ a Teodora, nació en el añ o 1224 o


1225, en el castillo de Rocaseca, hogar de los nobles de Aquino. En los planes de los
padres de Tomá s estaba que fuera abad de un monasterio prestigioso; por esta razó n
lo ofrecieron, a la edad de cinco añ os, a la importante abadía Italiana de Monte Casino.

Posteriormente, el joven aquinate tuvo un doble encuentro que marcaría para siempre
su vida: La filosofía natural de Aristó teles y su conocimiento de los hermanos
predicadores. En Ná poles, siendo ya parte de la Orden de Predicadores, Tomá s tuvo
grandes maestros, como por ejemplo Pedro de Hibernia, quien lo instruyó en la
filosofía y el pensamiento de Aristó teles, el cual Tomá s tomaría como el autor de su
vida.

El fundador de la Orden de Predicadores, Domingo de Guzmá n, intuyó la necesidad de


un nuevo modo de vida para los religiosos. Marcado por su celo apostó lico, Domingo
propuso una vida sencilla en conventos, donde se combinara la oració n litú rgica, el
estudio, y concentrada en la prá ctica pastoral del apostolado; esta nueva forma de
vida religiosa tenía como premisa : “La salvación de las almas por medio de la
predicación y la doctrina”.

Los conventos de dominicos estaban organizados democrá ticamente, con superiores


elegidos por tiempo limitado; a su vez, los conventos se reú nen en provincias
gobernadas por sus respectivos provinciales. El Papa Honorio III dio aprobació n
eclesiá stica a esta nueva orden religiosa de predicadores, que se extendió en toda la
“tierra habitada”.

El joven Tomá s se sintió llamado a tomar el há bito religioso en la Orden de


predicadores. Ante tal decisió n, la familia de Aquino se opone, porque si bien entraba
a hacer parte de la vida eclesiá stica, para ellos era impensable que un Aquino se
hiciera religioso de una orden mendicante. Por este motivo traman toda clase de
estrategias para alejar a Tomá s de su opció n por la orden dominica, siendo inú til todo
esfuerzo hecho para tal propó sito.

Luego de estos incidentes, hacia el añ o 1245, Tomá s va a Paris y allí se dedica a sus
estudios, teniendo como maestro a Alberto Magno. Durante cuatro añ os el aquinate
recibe el pensamiento teoló gico, por parte de por San Alberto, impregnado por la
imagen que Aristó teles tenía del mundo y del hombre. Como Tomá s escribía mucho y
hablaba poco, se gano de sus compañ eros el apodo del “buey mudo” en Colonia. Ante
los prodigiosos avances académicos manifestados por Tomá s, Alberto Magno lo
promueve como baccalaureus (lo que en la actualidad equivale a ser asistente); esto le
permitió comenzar a impartir clases de introducció n a la Biblia; y, posteriormente con
el baccalaureus sententiarius, Tomas se convirtió en comentador de las sentencias de
Pedro Lombardo.

Pasado un tiempo Tomá s recibe el titulo de magister, por intervenció n del papa, que le
permite ser “catedrá tico titular”; cargo que tendría algunos inconvenientes para
ejercer por los problemas surgidos entre el clero secular y el clero regular. En los
añ os siguientes Tomá s tuvo una fecunda actividad docente, siendo la Summa contra
gentiles la obra má s importante de esta etapa del aquinate.

Al terminar su estancia en Paris, Tomá s regresa a su convento de origen en Ná poles, y,


luego de un corto tiempo allí, fue nombrado teó logo de la corte papal. Este ejercicio
permitió a Tomá s tener acceso a los archivos pontificios, lo cual aportó para él
conocer y estudiar las fuentes de la historia de los dogmas. En Vitervo, hacia el añ o
1266 o 1267, Tomá s da inicio su obra teoló gica má s importante: la Summa
Theologiae.

La incursió n del aristotelismo en la enseñ anza teoló gica vuelve a tener rechazo por
parte de sectores eclesiá sticos. Tomá s regresa a Paris y allí tiene que hacer frente a
dos controversias: Por un lado los antiaristotélicos del interior de la Iglesia; por otro
lado el debate con el averroísmo aristotélico de Siger de Brabante1. En estos añ os

1
Esta discusió n versaba sobre la idea de Dios (¿un Dios personal o impersonal), el
concepto de espíritu (¿nous individual o colectivo?) y la libertad humana (¿es una
exigencia del conocimiento o no?).
agotadores, el doctor angélico, tiene una gran producció n bibliográ fica2.
Posteriormente, en 1272, Tomá s regresa a Ná poles.

Capitulo Quinto
“NO VEO POR QUÉ LA EXPLICACIÓN DE LAS PALABRAS DEL FILÓSOFO HA DE TENER
ALGO QUE VER CON LA DOCTRINA DE LA FE”3
LAS OBRAS DE TOMÁ S

El jueves Santo, 2 de abril de 1271, Tomá s entrega un encargo hecho por fray Basiano
de Lodi, profesor (lector) del convento de Venecia. Se trataba de las respuestas
formuladas por Tomá s a preguntas, discusiones y controversias, suscitadas en
diferentes lugares. En esta obra el aquinate dejaba clara su postura contraria a
aceptar una oposició n real entre la filosofía aristotélica y la doctrina de la fe; porque
para Tomá s Dios es la fuente de toda verdad. Ademá s, segú n el doctor angélico, la
filosofía debe estar al servicio de la teología.

En este capitulo, siguiendo el camino marcado por Otto Hermann Pesch, se afirma que
antes de entrar a fondo en el pensamiento de Tomá s, es relevante tener una visió n de
conjunto de sus obras. La tarea de ordenar las obras de Tomá s no ha sido nada fá cil, y
ha generado discusiones entre los eruditos del pensamiento de Santo Tomá s. Pesh,
citando a Eschmann y James Weisheipl, nos presenta un panorama general de las
obras del aquinate clasificadas así:

 Síntesis teoló gicas; disputaciones académicas; comentarios a la Sagrada


Escritura; comentarios a Aristó teles; escritos polémicos; tratados sobre temas
especiales; informes, cartas; textos litú rgicos y sermones; obras de
autenticidad insegura.

Para el propó sito de tener una visió n de conjunto de las obras de Tomá s, Pesch
presenta, de forma ordenada, una clasificació n que permite relacionar los escritos del
doctor angélico con el trabajo teoló gico de su vida.

LAS OBRAS TEOLÓGICAS DE TOMÁS EN EL CONTEXTO DE SU TRABAJO TEOLÓGICO

1. Obras relacionadas con su actividad docente

2
Escribe la segunda parte de la Summa Theologiae ; la elaboració n de su comentario a
la carta a los Romanos; algunos comentarios a Aristó teles, disputaciones, escritos
menores.
3
Cita sacada de un informe que Tomá s entregó en manos del maestro general de la
orden, Juan de Vercelli, en la primavera de 1271.
a. Scriptum super quatuor libros sententiarum: Conocido como los comentarios a
las sentencias -de Pedro Lombardo4-, constituye la primera obra teoló gica de
Tomá s. Los comentarios consistían en sacar “cuestiones” del texto de
Lombardo; Tomá s introduce cada distinció n con un breve aná lisis del texto
(divisio textus), luego divide el comentario en “cuestiones” y “artículos”, que a
su vez podía dividirse en “cuestiones parciales” (quaestiuncule).
b. Los comentarios a la Sagrada Escritura: Isaías, Jeremías, Lamentaciones, Samos,
Job, Cantar de los Cantares, Mateo, Juan, todas las epístolas paulinas. Ademá s,
por encargo del papa Urbano IV, realizó una catena aurea (cadena de oro) de
los cuatro evangelios.
c. Las quaestiones disputatae: Consistía en una disputatio publica realizada varias
veces al añ o en una aula medieval. Hasta nuestros días, segú n Pesh, han llegado
siete series de disputaciones redactadas en Paris por Tomá s, con los títulos: De
veritate, con 29 cuesiones; De pontentia (Dei), con 10 cuestiones; De malo, con
16 cuestiones; De spiritualibus, con una cuestió n; De anima, con una cuestió n;
De virtutibus; De unione Verbi incarnati.
d. Los Quodlibeta: Disputas sobre temas al azar. Cada añ o en tiempo de adviento y
cuaresma se daba lugar a una disputa sin tema fijo. Se conocen hasta la fecha
12 quodlibeta de Tomá s.

2. Obras de investigación

a. Los comentarios a Aristótles: Segú n Pesch, Tomá s comentó un total de 12 obras


del Filosofo de Estagira; en su aspecto literario tienen similitud con los
comentarios de la Sagrada Escritura.
b. Los comentarios a Boecio: Tomá s comentó el segundo y tercero de los cinco
tratados teoló gicos de Boecio.
c. El comentario al Pseudo-Dionisio: Fue un autor desconocido del siglo V, aunque
Tomá s lo consideraba discípulo de Pablo, con lo cual le daba gran autoridad as
sus escritos.
d. El comentario al Liber causis: Texto escrito por Proclo (412-485). Tomá s en su
juventud pensaba que este texto hacía parte del corpus aristotélico.

3. Escritos de controversias

a. Contra los adversarios de las ordenes mendicantes: El magister Tomá s , durante


sus dos etapas en Paris, tuvo que escribir disputas contra Guillermo de St.-
Amour, adalid de los sacerdotes seculares, y Gerardo de Abbeville.

4
Obispo de Paris. Escribió las sentencias hacia el añ o de 1150. Esta obra consistía en
una exposició n sistemá tica de toda la materia de la doctrina de la fe, dividida en
cuatro capítulos: Dios; la creació n, el hombre; Cristo, ética; Sacramentos, escatología.
b. De unitate intelletus contra averroístas y De aeternitate mundi contra
murmurantes: Escritos de Tomá s en contra de los averroístas.

4. Trabajo por encargo: informes

a. Contra errores Graecorum: Escrito de Tomá s por encargo del papa urbano IV en
el añ o de 1263, considerado por como el informe má s importante salido de la
pluma del aquinate.
b. Informes responsio: Escritos que, segú n Pesch, aparecen en la bibliografía
especializada de Tomá s bajo el nombre de responsio, “respuesta”.
c. Tratados epistolares: Eschmann y Weishiepl reú nen esta serie de opuscula bajo
la rubrica de “cartas”.
d. De regno o de regimine principum: es la ú nica obra de Tomá s sobre teoría
política, destinada al rey Hugo II de Cipre, la cual quedó inconclusa.

5. Obras escritas por iniciativa propia

a. De ente et essencia: Representa un tratado; curso breve de filosofía


fundamental escrito por Tomá s para sus hermanos del convento de Paris Saint-
Jaques.
b. Summa contra gentiles: Obra terminada por Tomá s en Orvieto, escrita a
petició n de su hermano y antiguo general de la orden Raimundo de Peñ afort.
Este texto consistía en una orientació n, contra los “errores paganos”, dirigida a
los misioneros dominicos que predicaban en regiones de Españ a y Á frica,
donde habitaban musulmanes, judíos y cristianos herejes.
c. Compendium theologiae: Tomá s escribió este texto como regalo de amistad a su
fiel colaborador Reginaldo de Piperno.
d. Summa Theologiae: Considerada como su obra cumbre sobre teología, Tomá s la
comenzó a escribir en 1266 y en diciembre de 1273 la interrumpió ; Reginaldo
de Pipero, que conocía el plan previsto para obra, la completó tomando textos
del comentario a las sentencias.

6. Sermones

a. Sermones normales
b. Sermones retocados: son una serie de sermones, realizados por Tomá s, sobre el
símbolo de la fe, el Padre nuestro, el ave María y los diez mandamientos.
c. De articulis fidei et aclesiae sacramentis: Escrito por Tomas a petició n del
arzobispo de Palermo.

7. Textos Liturgicos y oraciones


a. Oficio del corpus: textos litú rgicos para la misa y el oficio divino de la fiesta del
Corpus Christi.
b. Oraciones

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