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Pontificia Universidad Javeriana
Facultad de Teología
Programa de Maestría
Proyecto investigativo para optar al título de magister en teología
Docente: Olga Consuelo Vélez Caro
Estudiante: Jaime Barrera Cuesta

2.1. Título posible del proyecto de monografía

La belleza musical como vía de conocimiento de Dios:


la música como lugar teológico, y vehículo para dar a conocer al misterio
revelado de Dios.

2.2. Resumen y palabras clave

La revelación de Dios se ha querido expresar y dar a conocer desde la verdad,


el bien y la belleza como búsquedas y anhelos humanos que le acompañan en
el devenir histórico, y el quehacer teológico ha de tener en cuenta esto a la
hora de reflexionar y exponer el misterio de la fe. Por tal motivo, esta
investigación quiere ahondar en la manera en que la música, como expresión
artística de la belleza y lugar teológico, ha sido un vehículo, en especial en la
liturgia, para el conocimiento del Dios revelado en la persona de Jesucristo.
Además, se pretende hacer un análisis hermenéutico a la obra musical “Ave
Verum Corpus”, del compositor W. A. Mozart, para mostrar un ejemplo
fenomenológico concreto, en el que acontece la experiencia del encuentro con
Dios a partir de la belleza expresada en esta composición litúrgica.

Palabras clave: Belleza, revelación, música como lugar teológico.

2.3. Planteamiento del problema

La música siempre ha estado ligada a las expresiones de religiosidad en todos


los pueblos. En Israel, el salterio está lleno de himnos y poesías que
manifiestan la experiencia de Dios, que camina junto con ellos en la historia de
salvación de su pueblo y que se convirtieron luego en cantos que acompañaban
sus momentos cultuales de adoración a YWHW. Luego del evento pascual
cristiano, junto con el encuentro de las culturas judeo-románico-griega, la
música litúrgica se enriqueció de los diferentes elementos aportados por estas
experiencias. Desde entonces, la música ha hecho parte, desde su expresión
en sí misma artística, que invita a contemplar lo bello, de la manera como se
comunica y se da a conocer a Dios, en el misterio revelado en Cristo.
El arte cristiano no pretendía realizar un obra para el solo deleite y gusto de las
personas, sino que partía de la experiencia vivificadora de la belleza de Dios, y
tenía como fin dar a conocer ese misterio de amor trinitario que invita a la
participación de su ser mismo. Consecuentemente, podemos afirmar que la
belleza ha sido una de las vías por excelencia para conocer y acceder al
misterio de Dios. Esta afirmación tiene un fundamento antropológico ya que el
hombre es capaz de conocer lo bello, es decir, el ser humano tiene acceso y
desea como un bien para sí, contemplar lo que a sus sentidos y para su alma
es verdaderamente estético y puede descansar en ello.

Así las cosas, la música ha sido una de las manifestaciones por excelencia de
la belleza y, desde lo litúrgico y experiencial, ha dado a conocer a mujeres y
hombres de todas las épocas al Dios de amor trino que es la suma belleza. De
allí, que el objetivo de esta investigación es mostrar la forma en que la música y
la teología están vinculadas en un propósito común, a saber, dar a conocer el
misterio de Dios. Teniendo en cuenta que el “homo capax pulchritudinis”, con la
teología desde el intellectus fidei, y la música, como expresión artística, desde
la aesthética fidei, queremos realizar una hermenéutica-dialéctica, que nos
ayude a poner en relación estas dos áreas de conocimiento humano, desde la
reflexión teológica correspondiente en el ámbito belleza.

La pregunta que surge de estas premisas y que trataremos de responder en el


trascurso de esta investigación es:

¿De qué manera la música en cuanto expresión artística de la belleza ha sido


un vehículo para dar a conocer al Dios trino revelado en Jesucristo?

Por lo que te digo arriba, me parece que la pregunta ameritaría darle otra
proyección más allá de “describir” (en cierto sentido) como la música ha sido
vehiculo para dar a conocer al Dios trino… No sé si

2.4. Hipótesis de trabajo

Aunque ha sido un tema no muy estudiado por la teología, no es muy difícil


intuir que la música, como expresión artística de la belleza, ha sido un
vehículo privilegiado para comunicar, expresar, manifestar, y dar a conocer el
misterio de Dios.

En la fe judeo-cristiana, con su peculiaridad de Fe revelada, se tiene como


principio fundamental la auto-comunicación de Dios hacia el hombre. Dios
sale al encuentro del hombre y camina con el pueblo de Israel en su historia,
dando a conocer su misterio de amor por medio de hechos y palabras, y,
progresivamente, preparando un camino para su manifestación definitiva en
el misterio de la encarnación del Verbo eterno de Dios.
Cristo revela plenamente quién es Dios. Precisamente, con su encarnación,
Dios asume nuestra naturaleza junto con toda la realidad humana y,
hablándonos en nuestro lenguaje, nos permitió comprender plenamente a
ese Ser paternal que nos llama a su amor, y en Él nos vincula, junto con toda
expresión humana, a la Vida divina.

El lenguaje en cuanto mediación humana para comunicarnos, hace parte


inseparable de la experiencia de hombres y mujeres de toda época y lugar.
Y, aunque la tesis no tiene pretensiones de ser un tratado sobre el universo
simbólico de los signos y el lenguaje, no podemos prescindir de mostrar cómo
Dios ha realizado su revelación por medio del lenguaje. Igualmente, es de
vital importancia resaltar que lo que Dios nos ha comunicado, en su Hijo
Jesucristo y su Santo Espíritu, no son cosas, sino a sí mismo.

Haciendo eco a lo anterior, ya que la música es un lenguaje capaz de


expresar y comunicar la verdad desde lo estético, se puede comprender que
sin lugar a dudas es un lugar teológico, y un vehículo que tiene la capacidad
de dar a conocer aquella suma belleza, que es Dios, y que la reflexión
teológica tiene como tarea exponer de manera comprensible.

Consecuentemente, ya que la música ha acompañado el caminar de la


humanidad, y ha ayuda a expresar desde lo cultual la relación del hombre con
Dios en la historia, la experiencia humana del arte es un lugar donde lo
teológico ha hecho manifiesto esa verdad de Dios comunicada a los hombres
en Jesucristo. El lugar privilegiado para ello, sin duda alguna, ha sido la
liturgia, donde la teología y la música se encuentran en un mismo horizonte, a
saber, la belleza, para dar a conocer el misterio de Dios.

Esta circularidad existente entre la música y la teología en su empresa, que


desborda toda ciencia, de iluminar la verdad del Dios revelada en Cristo, no
se queda únicamente en elementos retóricos, lógicos, y argumentativos, sino
que se encarna en las realidades concretas de la vida. Es por esto, que
desde el aspecto litúrgico encontramos ese entronque que pone a dialogar la
música con la teología. Un ejemplo de esta comunicación del misterio de
Dios desde la belleza artística y teológica, es la composición “Ave Verum
Corpus” de W. A. Mozart.

2.5. Justificación

Quisiera exponer tres ideas, dentro del marco del quehacer teológico, que den
razón de la importancia de entrar en dialogo con el arte y, en este caso
concreto, con la música como vehículo para dar a conocer, desde la belleza, la
verdad de Dios revelada en Cristo.
Lo primero que quiero expresar, parte de mi experiencia vital, ya que esta
investigación vincula dos áreas de conocimiento académicas a las cuales he
dedicado gran parte de mi vida, no sólo universitaria, sino pastoral. Además, en
mi experiencia de enseñanza musical y catequética, he descubierto una relación
entre la música y la teología, y un instrumento para ayudar a la promoción
humana, en especial a niños y jóvenes de zonas con un entorno social y familiar
que les hace vulnerables a caer en vicios. Teoría teológica y praxis evangélica,
parecen tener un encuentro en el acompañamiento de las comunidades, siendo
la música un medio que enriquece la experiencia creyente y la vida concreta de
las personas a la luz de la fe.

Lo segundo, tiene que ver con la creciente necesidad de la teología, de entrar


en dialogo con otras áreas de conocimiento. Desde sus comienzos, con los
padres de la Iglesia, el quehacer teológico, ha debido salir al encuentro de las
culturas circundantes y en un dialogo fecundo, lleno de reflexión y búsqueda
honesta de la verdad, exponer y hacer comprensible, a todas las personas, el
deposito de la fe encargado por Jesucristo a la Iglesia. La teología a asumido
las categorías del pensamiento de cada época para aclarar, iluminar, depurar y
custodiar la revelación.
Hoy en día, se ha hecho más evidente la necesidad de que, al igual que Dios ha
salido al encuentro de la humanidad enviando a su Hijo para salvarle, la
teología no puede quedarse encerrada en sí misma haciendo elucubraciones
meramente académicas, sino que debe estar en salida y entrar en
comunicación con la humanidad de hoy, para hacer evidente, comprensible y
actual la propuesta amorosa de Dios, y su buena noticia de salvación.

Por esta razón, es relevante retomar un tema que, si bien en la practica pastoral
y liturgia siempre ha estado presente en la empresa evangelizadora, ha sido
casi olvidado por la reflexión teológica de las facultades de teología. Tal vez, en
el lenguaje musical, la teología encuentre una saludable y renovada manera de
expresar y dar a conocer sus reflexiones acerca de Dios.

Por último, ya que no hay mucho material sobre la música en el marco de la


Iglesia, muchos músicos que dedican su vida a la extensión del Reino de Dios,
no tienen elementos teológicos que les ayude a enriquecer sus composiciones y
su formación en temas de fe. Por ello, ya que existe una necesidad, con esta
investigación se pretende hacer un aporte, así sea pequeño, para que la praxis
musical encuentre herramientas desde la reflexión teológica para un mejor
ejercicio en su acción evangelizadora, en especial en el servicio musical dentro
de la liturgia.

Así las cosas, este proyecto monográfico, que no sólo pretende poner a dialogar
la música con la teología, es una buena excusa para manifestar la riqueza
teológica que ha manifestado la música en el devenir histórico, y se hace
importante hacerlo evidente con este aporte investigativo, que se espera pueda
ser de utilidad para la praxis evangelizadora desde el arte.

2.6. Estado del arte

Urs Von Balthasar, quien profundizó ampliamente en la necesidad de recuperar


la dimensión estética como vehículo para dar a conocer a Dios. Esta reflexión la
expone y desarrolla en una serie llamada “Gloria”, de la cual quiero destacar el
libro uno como el que más aporta para este trabajo investigativo. Siendo un
portento teológico, Von Balthasar también tiene en su haber formativo la
música. De ahí, que sus aportes con respecto a estas dos áreas humanas de
conocimiento son de gran importancia, y pone, además, los fundamentos
antropológicos que hacen manifiesto el deseo del hombre por contemplar lo
estético, y, de esta forma, deja ver con claridad cómo la belleza, en sus
expresiones artísticas, nos ayuda a conocer la verdad de Dios de una manera
esplendorosa. Von Balthasar era un amante y experto en la obra musical de
Mozart, no solo a nivel cultural, sino siendo él un gran interprete de las obras de
este compositor.

Joseph Ratzinger y Hans Küng, aunque por líneas de pensamiento teológicas


divergentes, son otros dos teólogos contemporáneos que han profundizado en
cuanto a la relación existente entre música y teología. Küng en su texto “música
y religión”, muestra el carácter trascendente de diferentes expresiones
musicales, no necesariamente dentro del marco de obras sacras, y tomando
como ejemplo a la música de Mozart. Ratzinger, resalta el carácter teológico de
la música, sobre todo en el aspecto sacro y su lugar e importancia dentro de la
liturgia católica.

En los últimos años, se ha despertado el interés por descubrir de qué manera la


teología encuentra en la música un lugar en el cual expresar, desde la belleza,
el misterio de Dios. Así, por ejemplo, Andrés F. Machado investigó en este
asunto con su monografía, para optar al título de Magister en Teología, en la
Pontificia Universidad Javeriana, titulada “SIGNIFICADO Y VALOR DE LA
EXPRESIÓN MUSICAL EN LA CELEBRACIÓN CRISTIANA DE LA FE A
PARTIR DE SU RELACIÓN CON LA EXPERIENCIA RELIGIOSA”. Aunque el
objetivo de esta monografía era más enfocada a mostrar la manera en que el
canto enriquece la experiencia comunitaria de la fe, Machado entrelaza la
teología con el aporte y valor estético del canto, que pertenece al universo
musical.
A nivel magisterial hay algunos documentos que resaltan el papel de la música
en la experiencia creyente y, en especial, su lugar en la liturgia. Quiero destacar
algunos de ellos que sirven de insumos para este proyecto a desarrollar:

 El Mensaje del Concilio Vaticano II a la Humanidad, Mensaje a los


artistas, 8 de diciembre de 1965
 El documento del Consejo Pontificio para la Cultura “Para una pastoral
de la cultura” del 23 de mayo de 1999
 La Carta a los artistas de Juan Pablo II el 4 de abril de 1999
 El mensaje de Benedicto XVI “La belleza un camino” el 24 de noviembre
de 2008.
 La homilía de Benedicto XVI en la Misa con los Artistas del 21 de
noviembre de 2009.
 El documento “La via pulchritudinis, camino privilegiado de
evangelización y diálogo” del Pontificio Consejo para la Cultura en 2009.
 Las palabras de Benedicto XVI en la inauguración de la Exposición de
Arte “El esplendor de la verdad, la belleza de la caridad’, en homenaje a
sus 60 años de sacerdocio, el 4 de julio de 2011 La Exhortación Evangelii
Gaudium de Francisco en 2013 El Mensaje de Francisco a la XXI°
Reunión pública de las Academias Pontificias el 6 de diciembre de 2016

Por último, quiero destacar el gran aporte hecho por Piqué Collado con su tesis
doctoral Teología y música. Dado que Piqué recopila, ahonda, y sistematiza lo
que se ha reflexionado durante siglos acerca de la relación entre música y
teología, en lo que llevo de investigación, creo que es un aporte fundamental
en el desarrollo y correcta finalización de este proyecto investigativo para optar
al título de Magister en Teología.

2.7. Marco Teórico

En el marco bíblico de la historia de la salvación, todas la experiencias humanas


estaban entrelazadas, en todas sus dimensiones, en un todo expresado en el
credo hebráico, vale decir, “amaras al Señor tu Dios”. Por eso, lo económico,
cultural, agrícola, político, etc., siempre estaban subordinados a la experiencia
creyente, y encontraban su cumbre como anclaje fundamental de su
experiencia vital, en el culto y su referencia a YHWH. Como es de esperarse,
algo tan intrínseco a las expresiones de la vida humana, como lo ha sido la
música, también hacía parte fundamental de la cultura Israelita y su referente
litúrgico en el desarrollo y manifestación creyente de adoración a Dios.

Los salmos son la cúspide sapiencial y musical inseparable al culto de Israel, y


encierra, en su conjunto de himnos, la experiencia de encuentro con Dios. Vale
decir, los salmos no son únicamente oraciones compuestas para la liturgia, sino
han sido canticos que contienen todo la riqueza teológica que han recopilado,
los descendientes de Abraham, en toda su historia, con la certeza de ser el
pueblo escogido por Dios, y con quienes Él a hecho alianza caminando y
manifestándoles su amor y cercanía.

Ya en el Nuevo Testamento, a partir del evento Jesús de Nazaret, los textos


atestiguan una relectura vetero-testamentaría viendo en Cristo el cumplimiento
definitivo de las promesas hechas por Dios a su pueblo. Precisamente, en los
textos paulinos, aunque no se haga explicito el componente musical, se
conocen los himnos que ahora llamamos cristológicos, que resumen y expresan
con una belleza única la verdad teológica acerca de Jesucristo y su revelación.

En Agustín de Hipona encontramos el gran proyecto que vincula la filosofía, la


teología, y la música, en una relación que entrelaza la experiencia creyente con
el vestigium de la belleza, que conlleva al encuentro y conocimiento de Dios. El
pensamiento musical-teológico quedó registrado sobre todo en seis libros de su
autoría, aunque en sus confesiones también expresa la importancia de la
música en su camino de conversión.

En el siglo XI, aparece otra portentosa figura, que ahondo de manera única la
reflexión sobre la relación que hay entre música y teología, su nombre fue
Hildegarda Von Bingen. Lo interesante de ella, fue que no sólo reflexionó sobre
música y teología en su relación, sino que ella misma, siendo mística, aportó
sobresalientemente en estas áreas desde su reflexión teológica y también con
sus composiciones de cantos e himnos.

De lo anterior se destaca que, aunque para cumplir con los objetivos de esta
monografía, es necesario un acercamiento interdisciplinar, el aspecto revelado
en su origen teológico, ya parte de la unidad implícita articulada en la liturgia,
de la auto-comunicación de Dios y su expresión a través de la música en los
cantos e himnos litúrgicos que, desde de la belleza estética, servían como
vehículo para dar a conocer en la experiencia de fe, al Dios revelado en Cristo.

Si acudimos a la “vía pulchritudinis” (la belleza) para acercar al ser humano a


los misterios de la fe, un aspecto importante es el antropológico, en cuanto que
el ser humano es capaz de conocer la belleza de las cosas, como en el caso de
las expresiones artísticas y, en ellas, captar también la belleza en plenitud, que
según Santo Tomás de Aquino, es Dios mismo.

Consecuentemente, la revelación bíblica nos manifiesta una belleza


manifestada en el amor de Dios que, de manera inesperada y novedosa, se
expresa en la encarnación del Verbo de Dios y su entrega en la Cruz para
nuestra salvación. La encarnación y la pascua se convierten en la fuente de
toda belleza para la fe y, a partir de la perfecta humanidad de Cristo, las
expresiones artísticas, como la música, referidas a Cristo tienen la capacidad
de darnos a conocer el misterio de Dios. Y, tanto en la Sagrada Escritura, como
en la tradición de la Iglesia, el lugar por excelencia para dar a conocer, desde la
belleza artística de la música al Dios revelado por Jesucristo, ha sido la liturgia.
Por esta razón, podemos afirmar que la música es un lugar teológico.

El Ave Verum Corpus de Mozart, nos sirve como ejemplo de lo expresado


anteriormente. En el juego melódico, armónico y rítmico de esta composición,
Mozart entrelaza la revelación con la estética, e invita desde la belleza de la
música, a conocer al verdadero cuerpo de Jesucristo encarnado y entregado en
la cruz por amor a la humanidad.

2.8. Objetivos: general y específicos

Objetivo general: Presentar de qué forma la música, apelando a la vía


“pulchritudinis”, en cuanto expresión artística de la belleza, celebrada en la
liturgia, ha sido un vehículo para dar a conocer al Dios Trino revelado en
Jesucristo.

Objetivo específicos:

 Realizar una descripción en cuanto a compresión de las categorías:


Belleza (homo capax pulcrhitudinis), música como lugar teológico,
revelación.
 Reflexionar teológicamente sobre el modo en que la música, expresada
en el ámbito de la fe celebrada, da a conocer a Dios en la liturgia.
 Identificar, en la obra “Ave Verum Corpus” de Mozart, los elementos que
expresan desde la música el misterio de Dios, y en dónde se relacionan,
desde este ejemplo fenomenológico, la liturgia, la belleza de la música y
la revelación.

2.9. Método de la investigación

La comunicación y el lenguaje han sido el lugar de mediación y la posibilidad


de relaciones entre los seres humanos. Tan es así, que la misma revelación
de Dios, en la historia humana, ha utilizado como instrumento el lenguaje
para comunicarse con los hombres y mujeres, de todas las épocas y lugares.
Pero hay que comprender que dentro del ámbito de la revelación, Dios no nos
comunica sólo palabras, sino que nos ha comunicado su vida, por medio de
la Palabra, el Logos, es decir, su Hijo Jesucristo. De allí, que la tarea de la
teología es interpretar ese lenguaje que nos ha hablado de Dios, y de
encontrar en la Sagrada Escritura, vivida en la tradición de la Iglesia aquella
Palabra manifestada en Jesucristo para nuestra salvación.
Lo anterior hace alusión al método en dos sentidos: el primero es la
necesidad de apelar a la hermenéutica como el instrumento adecuado para la
presente investigación, ya que la teología por su naturaleza propia es una
ciencia hermenéutica. Lo segundo tiene que ver con que la música es un
lenguaje, y en cuanto lenguaje humano, tiene la capacidad de expresar,
desde la belleza, el misterio del Dios revelado en Jesucristo.
El método para el desarrollo de esta investigación es hermenéutico de
carácter dialéctico-teológico-musical. Esto quiere decir que nuestro trabajo de
interpretación sigue las pautas metodológicas del auditus fidei e intellectus
fidei, reflexionando sobre el dato revelado y sistematizando lo que del
encuentro entre la autocomunicación de Dios y su expresión de la belleza
desde la música, y celebrada en la liturgia, podemos encontrar en la Sagrada
Escritura, la Tradición y el Magisterio. Además, descubrir esa relacionalidad
entre música y teología o, diciéndolo de otra manera, decir que la música es
un lugar teológico, requiere utilizar una hermenéutica dialéctica, para poner
en dialogo estas dos áreas del quehacer humano, y su manera conjunta de
darnos a conocer a Dios.

Por último, teniendo en cuenta que la investigación toma un ejemplo


fenomenológico, con la pieza musical-litúrgica “Ave Verum corpus” de Mozart,
es necesario tomar los instrumentos correspondientes del análisis musical
desde la literatura y materiales (de la música), para luego abordar desde la
dialéctica teológica la reflexión donde se manifiesten los elementos que allí
posibilitan la relación entre belleza, música y revelación.

2.10. Técnicas de recolección de información

Este punto se desarrollará en tres momentos:

1. Búsqueda del material bibliográfico y selección de textos apropiados.


Además, audiografía de diferentes interpretaciones de la obra “Ave Verum
Corpus” de Mozart, con elección final de una de ellas.

2. Organización de textos seleccionados en tablas de fichaje la cual tiene las


siguientes características para facilitar y depurar lo que nos servirá de cada
texto seleccionado:

Filas: llevan como encabezado:

 Numero: que refiere a la secuencia numérica en orden de lectura.


 Datos Bibliográficos: lleva el título del texto, el autor, editorial y año.
 Ubicación: de qué biblioteca o base de datos fue sacado el texto.
 Cita textual: se coloca literalmente lo que del texto sirve para la
monografía.
 Pag: hace referencia a la pagina o paginas del libro de dónde se extrajo
la cita.
 Comentarios: aquí se explica porqué ese fragmento sirve o cómo se
relaciona con el trabajo investigativo.

Columnas: Aquí son los espacios donde se coloca toda información


propuesta por cada una de la filas.

3. Recolección de la partitura “Ave Verum Corpus” y escritura en la partitura


del análisis, utilizando colores que ayuden a identificar mejor los elementos
analizados, y posteriormente expuestos como insumos para la reflexión
teológica, desde lo que dice el texto, como también la manera en que Mozart
lo expresa con la música.

2.11. Resultados esperados e impacto de la investigación

Puesto que se realizará, en el transcurso de la investigación, un dialogo fecundo


interdisciplinar, se espera de esta monografía que abra nuevos horizontes para
el quehacer teológico. La música abre nuevas perspectivas como vehículo para
el encuentro entre Dios y el hombre, ante lo cual, desde un camino
hermenéutico dialectico-teológico, el resultado esperado, tiene que ver con un
aporte que ayude al ámbito académico a responder a los nuevos retos del
pensamiento contemporáneo, y crear puentes que conecten dos áreas del
conocimiento humano que, aunque históricamente han ido de la mano, en los
últimos siglos no ha sido muy evidente su relación desde la reflexión teológica.

Por otra parte, no existe mucho material que ayude a entender cual es el lugar
de la música en cada una de las instancias del servicio dentro de la Iglesia, ante
lo cual hay mucha ignorancia que obstaculiza un dialogo entre teólogos y
músicos. Por eso desde la correspondiente praxis, con la investigación
pretendemos dejar insumos que ayuden a los músicos que prestan una ayuda
pastoral o litúrgica en la Iglesia, a depurar su ejercicio y con mejores
elementos, desde la realidad contextual de cada uno, se pueda crecer y mejorar
este servicio en pro de la comunidad creyente, echando mano del pensamiento
teológico para dar alguna luz al respecto.

2.12. Trayectoria investigativa del autor del proyecto

Dentro del ámbito académico no he tenido recorrido investigativo que tenga


como resultado una publicación. Y ya que mi desarrollo académico ha tenido
que ver más con la praxis pastoral y laboral, voy a referir lo que, desde mi
contexto vital, me ha hecho reflexionar y plantearme esta investigación.

Perfil personal:

 Maestro en música con énfasis en ingeniería de sonido (graduado en el


2004).
 Teólogo (graduado 2017). Profesional de formación humanística integral
con sentido ético, espíritu crítico y creativo, abierto a las situaciones,
necesidades y corrientes de pensamiento del mundo contemporáneo,
que posee elementos conceptuales y metodológicos relacionados con
los distintos campos del saber teológico, musical, y trabajo
interdisciplinar.
 Experiencia docente con énfasis en trabajo con niños y jóvenes, tanto
en música como en la enseñanza de ciencias religiosas y teología.
 Experiencia en trabajo pastoral a nivel diocesano, parroquial,
comunitario.
 Experiencia en producción musical y audiovisual.
 Trabajo con comunidades vulnerables de bajos recursos en la
Fundación Casa de Oración de María Inmaculada (FUCOMIN): las
principales actividades desarrolladas fueron: encargado de la formación
espiritual y artística de los grupos pastorales. Gestor de los proyectos y
procesos de evangelización y promoción humana de la fundación. Mayo
2002 hasta la fecha actual.

2.13. Bibliografía

PIQUÉ COLLADO, Jordi. Teología y Música: una contribución dialéctico-


trascendental sobre la sacramentalidad de la percepción estética del Misterio. Tesi
Gregoriana (EPUG). Roma 2006.

 Me permito colocar en primer lugar este texto, porque en este punto de la


investigación ha sido el más iluminador. Piqué abarca y sistematiza de
manera bastante amplia la relación fecunda que ha tenido la música y la
teología en la historia. Asumiendo las categorías percepción y
sacramentalidad pone a dialogar dos lenguajes que en su apreciación se
aportan mutuamente, y pueden aprender de ellas misma para enriquecer su
ejercicio propio.

VON BALTHASAR, Hans Urs. ‘La percepción de la forma’: La Gloria. Encuentro.


Madrid 1985.

 Von Balthasar propone un método, a partir del tercer trascendental del ser,
es decir, la belleza. Aunque su abordaje lo toma desde lo estético, esta
interesante propuesta tratar de volver al ejercicio teológico propio de los
apóstoles, que versa sobre lo verdadero y bueno, a partir de la belleza,
percibiendo el misterio desde la contemplación. Precisamente, este método
es de gran relevancia para el desarrollo de esta investigación, al desvelar la
belleza estética como vía de conocimiento de Dios, expresado en el amor
de Cristo que se entrega en la cruz.

RATZINGER, Joseph. Un canto nuevo para el Señor. Sígueme. Salamanca 2011.


 En este libro Ratzinger hace un recorrido por el basto universo que
enmarca el ámbito litúrgico, entre el cual se encuentra una necesaria
referencia a la música. En su reflexión, Ratzinger invita al teólogo a utilizar
los recursos culturales de los que se disponen, para entrar en dialogo y
buscar los vínculos que unen la fe con arte y las culturas. Además de
presentar los grandes retos del quehacer teológico para la música,
Ratzinger presenta a la Sagrada Escritura como fuente y lugar donde la
música y la fe encuentran su conexión. Lo anterior explica la importancia
que el pensamiento teológico de Ratzinger aporta para esta investigación.

KÜNG, Hans. Música y religión: Mozart, Wagner, Bruckner. Trotta. Madrid 2008.

 Küng es un amante de la música, además de gran teólogo. Esta sinergia


dio como resultado este texto, que aborda desde la dimensión religiosa a la
música, proponiéndola como expresión de la fe religiosa. También tiene
este texto un gran aporte a la investigación, porque Küng asume las obras
de Mozart como expresiones de religiosidad, no sólo desde lo litúrgico, sino
en su belleza misma.

MATÉU, Emilio. La música y el canto en las celebraciones cristianas. Dossier CPL.


Barcelona 2014.

 Emilio realiza una exposición sistemática para afirmar que “la música y el
canto no son un simple adorno en las celebraciones cristianas. Son un
elemento básico para vivir más profundamente nuestra experiencia de Dios
y nuestra experiencia como comunidad reunida”. La relación que hace
Matéu entre teología y música, se ubica en el plano litúrgico, y aplica su
pensamiento con los objetivos e intensión de esta investigación para saber
encontrar la riqueza del canto y la música en la celebración de la fe.

PLAÇA TEIXEIRA, Thiago. MÚSICA E BELEZA EM SÃO TOMÁS DE AQUINO.


TUC. Curitiba 2012.

 Tomando el pensamiento de Santo Tomás de Aquino, Thiago hace la


analogía entre las notas constitutivas de la belleza (proporción, integridad y
claridad) y las relaciona con los elementos básicos de la música (armonía,
ritmo y melodía). Esta tesis aporta para esta investigación, lo que se
desarrollara en la necesaria conceptualización de las palabras y categorías
claves que irán en el capitulo uno. Posteriormente, esas definiciones que se
den de música y belleza, allanan el camino para relacionar las notas
constitutivas con la revelación trinitaria, para encontrar en la música un
lugar teológico.
ROMANO, Darío Sebastián. El cine como lugar teológico. Biblioteca Digital UCA.
2013.

 Si bien este artículo no aborda de manera directa el tema de la música, sí


hace una exposición importante del arte como lugar teológico. Esta
descripción de los nuevos lugares teológicos, son de gran valía para esta
investigación y su pretensión de poner a la música en relación con la
reflexión teológica.

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