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Estudios Originales

Journal Pediatric Adolesc Gynecol (2006), 19: 173-179


Publicado por Elsevier Inc.

“Utilidad de monitorear la fertilidad desde la menarca”

1,2 1,3 1
Pilar Vigil, MD PhD , Francisco Ceric PhD , Manuel E. Cortés y Hanna Klaus,
MD 4

1. Unidad de Reproducción y Desarrollo, Facultad de Ciencias Biológicas,


Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile;
2. Fundación Médica San Cristóbal, Santiago, Chile;
3. Escuela de Psicología, Facultad de Ciencias Sociales, Pontificia Universidad
Católica de Chile, Avda. Vicuña Mackenna 4860, Santiago, Chile;
4. Teen Star Program, Natural Family Planning Center of Washington, DC, 8514,
Bradmoore Drive, Bethestda, MD 20817-3810, USA

Resumen. El concepto de ciclo ovárico como un proceso ininterrumpido –continuum-,


considera que todos los tipos de actividad ovárica que aparecen durante la vida
reproductiva, son respuestas a las distintas condiciones ambientales para asegurar
la salud de la mujer. Durante el ciclo ovulatorio normal, deben darse una serie de
eventos en cadena de un modo altamente sincronizado. El reconocimiento de la propia
fertilidad es útil para ayudar a las mujeres a identificar las diferentes etapas de su
ciclo, a lo largo de su vida reproductiva.
El reconocimiento de la fertilidad también es una herramienta útil para auxiliar a las
mujeres a identificar desórdenes ginecológicos. La persistencia de irregularidades en
el patrón mucoso y en el ciclo menstrual debería servir de alerta a las mujeres que
presentan estos problemas. Estas irregularidades pueden deberse a desórdenes
obstétricos, endocrinos, ginecológicos o iatrogénicos. A partir de anormalidades
detectadas dentro del ciclo menstrual y en el patrón mucoso, se pueden investigar
precozmente complicaciones en el embarazo, así como en la disfunción ovulatoria y en
inflamaciones pélvicas. De este modo, el reconocimiento de la fertilidad también
hará posible la detección y el tratamiento precoz de diversas enfermedades
metabólicas, endocrinas e infecciosas.
Palabras Clave
Reconocimiento de la fertilidad-Ciclo ovárico- Ciclo menstrual-Salud femenina.

Introducción

La fertilidad es un estado biológico transitorio que depende de la fertilidad


potencial de la pareja. Durante la vida de una mujer, el ovario atravesará diferentes
etapas de secreción hormonal y ovulación. El concepto de ciclo ovárico como
“fenómeno continuo”, considera que todos los tipos de actividad ovárica
encontrados durante la vida reproductiva son respuestas normales a las distintas
condiciones ambientales que garantizan la salud de la madre y el niño. El proceso
ininterrumpido comienza a partir de la fertilización, cuando el cigoto inicia su
desarrollo. Aproximadamente 2 meses después de la fertilización, la futura oogonia,
llamadas en ese momento células germinales primordiales, deja el embrión y migra
al saco vitelino a fin de escapar al proceso de diferenciación celular. Unas cuatro
semanas después estas células migran a la región del futuro ovario, la cresta gonadal, y
comienza su proceso de diferenciación, formando millones de folículos primordiales.
A esta altura se forman algunos de los 7 millones de folículos primordiales, muchos de
los cuales experimentarán atresia. Cuando nace la niña, permanecen de uno a dos
millones de folículos conteniendo ovocitos. De éstos alrededor de 475 completarán la
formación de folículos durante la ovulación 1.
Desde el punto de vista de la reproducción, la pubertad, podría ser considerada
como el proceso por el cual tienen lugar los cambios hormonales a fin de permitir
la expulsión de los ovocitos maduros, desde el ovario, y así hacer posible la
fertilización. El pico de la hormona luteinizante (LH) debe seguir al pico de
estrógenos para que se produzca la ovulación 2, pero hay una serie de hechos
secuenciales que deben darse de un modo altamente sincronizado. Durante los
primeros dos años luego de la menarca, pueden aparecer ciclos anovulatorios en
forma ocasional. Sin embargo, posteriormente, un ovario saludable exhibirá
ovulaciones mensuales regulares, caracterizadas por ciclos de 25 a 36 días 3. Los
ciclos ovulatorios son interrumpidos normalmente sólo por embarazos y lactancia. La
actividad ovulatoria normal y la fertilidad son restablecidas luego del embarazo y la
lactancia; sin embargo, el estrés o el ejercicio excesivo pueden ocasionar disfunción
ovulatoria crónica requiriendo terapia. Las anomalías en ciclos tales como anovulación
o fases lúteas cortas ocurren frecuentemente cuando se aproxima la menopausia. Esto
es parte de la vida reproductiva normal de la mujer.
Con el uso del monitor ovárico- que mide estrona glucuronide, y pregnanediol
glucuronide en orina, importantes metabolitos de las dos hormonas ováricas, estradiol y
progesterona- ha sido posible identificar variaciones hormonales durante diferentes
períodos de la vida de una mujer y correlacionar estos cambios con los patrones de su
moco cervical 4-6.

Eventos en el Ciclo Ovulatorio Normal

(1) Elevación de los niveles de la hormona folículo estimulante (FSH) que ocasionan el
reclutamiento folicular7.
(2) Desarrollo folicular que causa un incremento en los niveles de estradiol8-9.
(3) Incremento de los niveles de estradiol, segregados por los folículos en crecimiento,
causando la proliferación del endometrio y un aumento de la cantidad de moco cervical,
así como cambios en el tipo de moco y el grado de apertura del canal cervical10-14.
(4) Aparecen los folículos dominantes 15.
(5)
Los estrógenos junto con la inhibina, inhiben la producción de FSH mientras el
folículo dominante continúa creciendo.16
(6) Los estrógenos secretados por el folículo dominante retroalimentan negativamente el
eje hipotálamo-hipofisario.17,18
(7) La hormona luteinizante (LH) se eleva hasta alcanzar un pico y se inicia la
luteinización del folículo. El óvulo es liberado del folículo (el óvulo tiene un lapso de
vida limitada 12-24 horas).18
(8) La secreción de progesterona comienza en el folículo con el inicio de la luteinización.
Esta elevación inicial de progesterona mantiene la meseta de LH durante el pico de la
misma.17,19
(9) Este patrón de secreción de LH contribuye a la formación de un cuerpo lúteo
normal y una fase lútea adecuada en el ciclo menstrual.9,17,19
(10) El cuerpo lúteo produce progesterona y estrógeno.9,20
(11) La progesterona cambia al endometrio al tipo secretor. También afecta el moco
cervical, convirtiéndolo de estrogénico al tipo progestacional, no apto para el transporte
de espermatozoides a través del cuello uterino. Si no ocurre la fertilización, el cuerpo
lúteo comienza a sufrir una regresión luego de 6-7 días.13,21,22
(12)
Los niveles de estrógeno y progesterona retornan a los niveles del inicio de la fase
folicular aproximadamente 14 días después de la formación inicial del cuerpo lúteo.7,23
(13 Esta caída en los niveles de hormonas sexuales libera la inhibición de FSH y LH y
comienza un nuevo ciclo.7,24
(14) A lo largo del ciclo el hipotálamo continúa produciendo la hormona liberadora
de gonadotropina (GnRH) y la secreta continuamente de un modo intermitente
(pulsos). 25,26

A lo largo de la vida, el proceso ovárico continuo puede presentar diferentes fases


como está documentado por estudios llevados a cabo con el monitor ovárico.9

Patrones Hormonales del Ciclo

A lo largo de la vida de una mujer, el ciclo ovárico puede presentar distintas fases o
patrones dependiendo de la presencia o ausencia de ovulación. Un patrón está
caracterizado por actividad ovárica anovulatoria; este tipo puede ser observado en dos
situaciones. El primer tipo de actividad ovárica anovulatoria ocurre cuando los niveles
de FSH superan el umbral y estimulan un folículo para que se desarrolle, pero no se
libera suficiente LH o no opera el mecanismo ovulatorio resultante. Esta es una
causa importante de ciclos largos. Un segundo tipo es cuando los niveles de FSH se
elevan por encima del umbral, pero no lo suficiente para estimular un folículo a fin
de convertirse en dominante. Se desarrolla así una situación crónica en la que los
folículos continúan creciendo y se atresian, causando que los niveles de estrógenos
formen una meseta. La consecuencia de la elevada pero constante producción de
estrógenos es el desarrollo de un endometrio inestable que puede sangrar
ocasionalmente.27
Otro patrón diferente del ciclo ovárico ocurre cuando los niveles de estrógeno se
elevan hasta un pico asemejándose a un pico preovulatorio. La LH es liberada pero no
en cantidad suficiente como para provocar la ruptura del folículo y la ovulación.
Sin embargo, es suficiente para provocar luteinización del folículo, pero con bajo nivel
de progesterona resultante27. El patrón de ultrasonido mostrará la presencia de un
folículo luteinizado no roto. 28
El ciclo ovárico también puede presentarse con una fase lútea inadecuada. Un ciclo
que presenta una fase lútea inadecuada. es un ciclo en el cual ocurre la ovulación, pero
las condiciones durante la fase lútea no podrían sostener un embarazo en curso. Así,
cualquier ciclo en el que el nivel de progesterona no alcance los 10 μmol (PdG/24
horas) siete días después que ha ocurrido la ovulación, o cualquier ciclo con una fase
lútea de hasta 10 días, podría considerarse como “inadecuada.” 9,28
. La ovulación
siempre es seguida por sangrado menstrual, siempre que haya un endometrio capaz de
responder a las hormonas y no exista embarazo.
Aún en ciclos ovulatorios normales el potencial para concebir varía con el momento
del ciclo, los grupos de mujeres estudiadas, y la fertilidad del varón. Al analizar la
fertilidad potencial, la edad es también un factor importante a considerar, teniendo en
cuenta que ésta disminuye con los años.

El Moco Cervical como Determinante de la Fertilidad


Se ha demostrado que la calidad del moco es un mejor pronosticador de la
posibilidad de concebir que la ovulación. Las mucinas son las principales
componentes del moco29. Hasta ahora se han identificado un total de 20 genes
distintos de mucinas30. Estas se clasifican en 3 grupos basándose en las propiedades
estructurales 1) mucina de transmembrana (mucinas 1, 2, 3, 4, 12, 13, 15, 16,17), 2)
mucina formadora de gel (Mucinas 2, 5AC, 5B, 6) y 3) mucina soluble (mucinas 7, 9
11, 14); otras que no han sido clasificadas aún (mucinas 8, 10, 18, 19, y 20)30. Los
cuatro genes de mucinas principales formadores de gel están ubicados en el
cromosoma 11. p15.5.31 La mucina 5B es la mayor formadora de gel expresada por el
epitelio endocervical y su expresión es máxima a mitad de ciclo32, 33. Hay evidencia de
otras mucinas también, tales como MUC4, la que se expresa en la fase ovulatoria.34
Se han descripto dos grandes tipos de moco cervical: el estrogénico y el
progestagénico. De acuerdo con el modelo de Odeblad, el tipo estrogénico puede
22, 35,36
subdividirse en L, S y P . El subtipo L es el más abundante durante el período
preovulatorio y el subtipo P aparece cuando se acerca la ovulación 37 (Figura 1). Cuando
los niveles de progesterona aumentan en la sangre, todas las mucinas parecen
disminuir38. Durante la fase lútea está presente en forma destacada el tipo
progestagénico (moco G).
Se ha demostrado que el reconocimiento de la fertilidad puede ayudar a las mujeres a
35,39
identificar las distintas etapas del ciclo a lo largo de su vida reproductiva .
Comprender los signos de fertilidad e infertilidad es un conocimiento importante
que debería estar disponible para toda mujer. Brevemente, la conciencia de la
fertilidad involucra la autodetección del moco en la vulva principalmente
percibiendo la progresión a partir del patrón básico infértil de sequedad post-menstrual a
una sensación pegajosa, húmeda y finalmente lubricativa, el “día cúspide”.40,41. La
mujer que comprende su propio patrón mucoso debería ser capaz de reconocer
cambios en el patrón ovulatorio normal y detectar signos que podrían indicar
algunas alteraciones ginecológicas.35

Cuando aparecen las irregularidades dentro del patrón mucoso y dentro del ciclo
menstrual, también afloran las dudas sobre qué debería considerarse anormal y cuando
la mujer debería preocuparse lo suficiente como para consultar a un médico. La
persistencia de patrones mucosos anormales puede anunciar desórdenes en el
sistema reproductivo. Esto puede atribuirse a anomalías metabólicas o endócrinas o a
otras enfermedades serias, que es necesario diagnosticar. Las alteraciones menstruales y
las del patrón mucoso pueden ser ocasionadas por desórdenes obstétricos, endócrinos,
ginecológicos o iatrogénicos.

Las complicaciones que se dan al inicio del embarazo, tales como hemorragias, o
sangrado leve vaginal pueden alertar a la mujer que ha reconocido una fase fértil previa
con un día cúspide, y puede ser identificado o descartado con el uso de pruebas de
embarazo ultrasensibles y ultrasonido pélvico. Numerosos estudios han mostrado que de
10 al 15% de las parejas sufren problemas de fertilidad. Estos son debidos
principalmente a: a) Disfunciones ovulatorias generalmente causadas por alteraciones
hormonales, y b) procesos inflamatorios usualmente asociados a infecciones del tracto
genital (ITG), principalmente enfermedades de transmisión sexual (ETS). La
disfunción ovulatoria es el desorden más común diagnosticado en parejas infértiles
(37%) y está asociado predominantemente con ciclos menstruales irregulares. Los
ciclos irregulares están presentes en el 10% de las mujeres, pero tener un ciclo irregular
no significa necesariamente tener una disfunción ovulatoria. Hemos demostrado
mediante registros de ciclos, que el 43% de la mujer con ciclos irregulares presentan
disfunciones ovulatorias, que pueden ser caracterizadas por la ausencia de ovulación o
actividad ovulatoria anormal, como se ve en ciclos con fases lúteas cortas o anormales,
mientras algunas de las restantes tienen la primera fase infértil prolongada, seguida por
una ovulación tardía, pero normal. Por otro lado, una mujer joven nulípara con ciclos
regulares (es decir, duración del ciclo entre 25 y 36 días) también puede presentar una
disfunción ovulatoria identificada por su conocimiento del patrón de fertilidad en su
registro de los ciclos.3
La causa más común de disfunción ovulatoria son los desórdenes endócrinos. 42
Pueden dividirse en alteraciones hipotalámicas, hipofisaria, adrenales y/u ováricas o
endócrinas generales.34

Los desórdenes hipotalámicos (p.ej. anorexia nerviosa) se caracterizan por ciclos


largos hipoestrogénicos con la persistencia de “días secos” (días sin moco). Puede estar
presente la amenorrea. Esta condición es ocasionada por una demora de los niveles de
FSH en elevarse por encima del umbral y así iniciar un nuevo ciclo. A menos que la
mujer tenga una falla ovárica permanente, tal como haber llegado a la menopausia, la
situación se corrige a sí misma finalmente. Esta condición está asociada con ciclos
ovulatorios largos o anovulatorios.
Los ciclos largos, anovulatorios se observan en atletas, y en este caso pueden ser
considerados como parte del proceso ininterrumpido. Estas mujeres frecuentemente
retornan a la actividad regular cíclica dentro de los 3 meses de ejercitación física
menos extenuante.42 Sin embargo, algunas de las mujeres jóvenes en esta categoría
pueden además desarrollar posteriormente un estado anoréxico y no regresar a ciclos
normales a pesar de la interrupción de actividad física extenuante.43

Los desórdenes en la hipófisis (ej. hiperprolactinemia) alcanzan aproximadamente


un 10% de las disfunciones ováricas y son caracterizadas también por amenorrea o
ciclos cortos en los cuales se puede observar una fase lútea anormal o corta con
sangrado leve premenstrual. Estudios in vitro han mostrado daños en la actividad
esteroideogénica de las células foliculares bajo la influencia de prolactina, la cual
podría explicar, por lo menos en parte, la fase lútea anormal comúnmente observada
en las gráficas de la mujer con hiperprolactinemia.44. La galactorrea también puede
estar presente. En mujeres con hiperprolactinemia, la interacción entre sistemas
endocrino, inmunológico y neurológico debe tomarse en cuenta.45. Estas mujeres
también pueden presentar alteraciones inmunológicas tales como alergias. El estrés
puede ser un factor importante asociado con niveles de prolactina elevados 46.

Las anomalías ováricas y adrenales son la causa más común de disfunción


ovárica. La más frecuente es el síndrome de ovario poliquístico (SOP): una
47
disfunción causada por hiperandrogenemia . En estas mujeres, los ciclos irregulares
48
están presentes usualmente poco tiempo después de la menarca . Se ha visto
recientemente, que la oligomenorrea, cuando se presenta a los 15 años de edad, es la
49.
mejor predicción para el sindrome de ovario poliquístico Estas jóvenes pueden
presentar acné y/o hirsutismo como así también incremento en peso corporal y
cambios de humor. Sus ciclos se caracterizan por un estado hiperestrogénico donde se
identifica un tipo de patrón mucoso fértil continuo (lubricativo, filante, transparente), o
parches mucosos (días de moco pegajoso o lubricativo formando patrones no
progresivos hacia la “cúspide”). Los ciclos pueden ser ovulatorios, con una fase
folicular larga, o anovulatorios.

Cuando una mujer joven se queja de anomalías menstruales, enseñarle a observar sus
signos de fertilidad puede ser el primer paso que indique al clínico el descarte de
situaciones metabólicas tales como hiperinsulinemia. Nuestros estudios han mostrado
que en el 82% de las mujeres que presentan irregularidades menstruales, está
presente una anormalidad endocrina de las cuales la hiperandrogenemia es la más
común (46% de los casos)3. Es importante señalar que una respuesta deficiente de
insulina al test de tolerancia de glucosa oral es una condición comúnmente
asociada (50/80%) en estas mujeres. Esto requiere tratamiento a fin de evitar la
progresión a la diabetes mellitus tipo II50. El cuidado apropiado, incluyendo dieta,
ejercicio y tratamiento médico restablecerá la actividad ovárica cíclica normal. Las
mujeres que saben cómo reconocer sus síntomas mucosos serán capaces de monitorear
la mejora de su anormalidad endócrina.

El hipotiroidismo es una causa de disfunción ovárica menos frecuente (alrededor de


2%) 3pero tiene que ser considerado junto con el hipertiroidismo. En pacientes con
desórdenes en tiroides, se pueden observar diferentes tipos de disfunciones ováricas. La
metrorragia 50 está asociada frecuentemente con hipotiroidismo. Aunque no hay
patrones específicos de actividad ovárica asociados con estas anomalías endocrinas,
siempre deberían ser tenidas en mente y ser eliminadas como una causa posible.

Las mujeres con disfunciones ovulatorias asociadas a ciclos irregulares y patrones


mucosos anormales usualmente no reanudarán espontáneamente el ciclo normal sin un
tratamiento apropiado. El seguimiento de estudios ha mostrado que, en ausencia de
tratamiento, estas condiciones sólo empeoran con el tiempo 51,52.

Otras condiciones tales como fallas ováricas prematuras, también pueden ser una
causa de desórdenes de fertilidad presentándose con patrones mucosos irregulares en
respuesta a niveles fluctuantes de estrógenos. Esto también se observa en el período
perimenopáusico, donde algunos de los ciclos muestran un patrón ovulatorio. Al
avanzar esta condición predominarán los ciclos anovulatorios.

En mujeres fértiles, el moco cervical que naturalmente aparece a mitad de ciclo


analizado con microscopio electrónico de barrido, muestra una disposición de fibras
paralelas orientadas a lo largo del eje principal de la muestra de moco, probablemente
12.
correspondiente al subtipo S El transporte de esperma se ve facilitado por esta
condición normalmente presente. A mitad de ciclo, el moco cervical es mayor en
cantidad, tiene más mucinas y menos proteínas, y tiene mayor contenido de agua
que en la fase lútea 13. Este incremento en la cantidad de mucinas en el canal
cervical, debido a su carácter hidrofílico, probablemente cumple la función de
retener o guardar agua en su lugar en la superficie de la célula, manteniendo el
canal cervical permeable para la migración de espermatozoides. El incremento del
contenido de agua de las mucinas puede proteger el cérvix. Agentes patógenos u
otras toxinas pueden ser atrapados por las mucinas, evitando así su entrada en el útero y
en las trompas de Falopio 31. Se necesitará más investigación en el futuro para establecer
la ultraestructura y las propiedades bioquímicas del moco en las diferentes anomalías
endocrinas. También quedan para la investigación la función de las mucinas específicas
y los tipos de moco, así como sus posibles alteraciones.
Los desórdenes menstruales y las alteraciones en el patrón mucoso también
pueden ser determinados por fallas ginecológicas tales como anormalidades
anatómicas, neoplasia, o enfermedades inflamatorias.
La segunda causa más frecuente de desórdenes de fertilidad son los procesos
inflamatorios, usualmente asociados en forma secundaria a las ITG (infecciones del
tracto genital), los cuales tienen su origen predominantemente en ETS (enfermedades de
transmisión sexual). Las enzimas que degradan las mucinas microbianas están
asociadas con infecciones transmitidas sexualmente y son producidas por los
microorganismos patógenos. Estas enzimas alterarán la convivencia benéfica que
existe normalmente entre comensales tales como Lactobacillus, que utilizan glicógenos
como fuente de energía y contribuyen a la rotación normal de mucinas por la
producción de enzimas que degradan mucinas como sialidasa. Las moléculas de
mucinas serían parcial o completamente degradadas por las enzimas microbianas.
Estas moléculas dictan las propiedades rheológicas que determinan la cantidad y
viscosidad del moco, así estas propiedades cambiarán como respuesta a las enzimas
producidas por organismos microbianos en el tracto genital 51.
Una mujer que conoce su propio patrón mucoso en momentos de salud, será
capaz de reconocer una ITG precozmente. Estas causarán generalmente un moco
continuo cuyas características dependerán del agente etiológico iniciador de la
infección. En general, en el curso de un patrón de flujo continuo, se puede
identificar un patrón ovulatorio. Las infecciones sintomáticas (con picazón y un flujo
característico) son generalmente causadas por hongos, bacterias o parásitos. Las
infecciones producidas por Chlamydia trachomatis, con una incidencia del 13% en
parejas infértiles y a menudo asociados con patologías tubarias, pueden ser
asintomáticas o presentarse con humedad vulvar continua y distintos grados de dolor
53.
pélvico Esta infección también puede presentar un flujo mucopurulento asociado
junto al flujo mucoso. La detección de esta infección y el tratamiento a tiempo pueden
prevenir desórdenes de fertilidad. Se ha mostrado que estas infecciones provocan
procesos inflamatorios pélvicos y están relacionados con abortos espontáneos.
Recientes estudios han demostrado que los espacios en la malla entre fibras de mucina
son lo suficientemente grande para que difundan cómodamente a través del moco,
pequeños virus tales como el del papiloma humano, relacionado con la neoplasia
54.
cervical La bacteria relacionada con la vaginosis bacteriana, Mycoplasma homini,
Trichomonas vaginalis, y Gardnerella vaginalis entre otras también deben ser
consideradas cuando aparecen patrones mucosos inusuales o irregularidades
menstruales. En esta situación, los dos miembros de la pareja deberían ser tratados a fin
de restablecer la salud.
Los desórdenes de fertilidad también pueden ser iatrogénicos, causados por
píldoras anticonceptivas o por terapia hormonal. Las mujeres que interrumpen la
contracepción esteroidea pueden presentar ciclos con fases lúteas cortas, ausencia de
un patrón mucoso bien definido que indica que no hubo ovulación, pobre respuesta
mucosa debido al epitelio cervical dañado y/o pobre flujo menstrual debido a
55
alteraciones en el endometrio . En mujeres que ya han dejado la anticoncepción oral
aparecen alteraciones del ciclo mayores que permanecen por hasta siete ciclos (duración
cíclica mayor de 35 días o fases lúteas menores de 10 días, temperatura basal
corporal monofásica o ciclos anovulatorios). Estas mujeres también tienen tasas de
concepción mensuales más bajas durante los 3 meses posteriores al abandono de la
píldora, y de alguna manera, un porcentaje menor desde el cuarto al décimo mes luego
de haber suspendido la toma de la píldora 56-58.
En conclusión, aunque generalmente el registro de los ciclos se utiliza para el
reconocimiento de la fertilidad, también provee a las mujeres información sobre la
41
función ovárica y el patrón cíclico . Klaus y Martin mostraron que a chicas
perimenárquicas, étnica, y socioeconómicamente diferentes, pueden ser instruidas para
reconocer sus patrones de moco cervical y distinguir ciclos ovulatorios de anovulatorios
44.

Las irregularidades menstruales y/o la disfunción ovárica pueden reflejar varios


desórdenes sistémicos o reproductivos. Recientes estudios han demostrado que el
patrón de ciclo menstrual durante los primeros años luego de la menarca es un
mejor pronosticador para las disfunciones ovulatorias en la adultez que las
concentraciones de LH o andrógenos 49. Este y otros estudios llevados a cabo
anteriormente apoyan la evidencia que afecciones tales como disfunción ovulatoria
hiperandrogénica en la mujer adulta, tienen su origen en la adolescencia. Muchos de
estos estados no son desórdenes limitados a sí mismos y empeorarán durante la adultez
59
. Estos análisis sugieren que, si las mujeres jóvenes fuesen instruidas en cómo
registrar sus ciclos, podrían ser capaces de detectar irregularidades menstruales y
disfunciones ováricas tempranamente en la vida. Este hallazgo podría alertar a las
mujeres para buscar consejo médico precozmente lo cual podría ser crucial para evitar
alteraciones tales como diabetes tipo II.
Además, los programas de educación sexual que incluyen entrenamiento en
reconocimiento de la fertilidad tienen un impacto en la prevención de embarazos
adolescentes no buscados 59. Estos programas han mostrado una postergación de la
iniciación sexual, así como suspensión de la actividad sexual entre adolescentes
sexualmente activos, lo cual es importante para la prevención de ETS y embarazos
60-62.

Enseñar a reconocer la fertilidad a mujeres jóvenes implica un esfuerzo que puede


ser útil para toda mujer a lo largo de su vida.

Resumen

El conocimiento sobre el reconocimiento de la fertilidad adquirido por auto


observación de patrones de moco cervical en la vulva, es una herramienta muy
valiosa para las mujeres que desean lograr y mantener un sistema reproductivo
saludable. La identificación de causas médicas y ambientales de patrones de ciclo
menstrual anormales puede dar pistas sobre las causas de los desórdenes de
fertilidad más frecuentes. El diagnóstico precoz de estas alteraciones, cuando
puede ser logrado a través del auto reconocimiento, no sólo mejorará las
alteraciones en la fertilidad, sino que podrá ayudar en el diagnóstico y tratamiento
de otras patologías tales como afecciones metabólicas y endocrinas, alteraciones
anatómicas, enfermedades inflamatorias pélvicas o incluso neoplasia. El moco, y el
patrón del ciclo menstrual son importantes componentes del proceso clínico de
toma de decisiones.

Agradecimientos:
A los Dres. James B. Brown y Emil Steinberger, por su enseñanza a lo largo de los años
y por la discusión que condujo a este artículo. Además, extendemos nuestro
agradecimiento al Dr. Gareth I. Owen por su comentario sobre la versión manuscrita.

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