Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
1,2 1,3 1
Pilar Vigil, MD PhD , Francisco Ceric PhD , Manuel E. Cortés y Hanna Klaus,
MD 4
Introducción
(1) Elevación de los niveles de la hormona folículo estimulante (FSH) que ocasionan el
reclutamiento folicular7.
(2) Desarrollo folicular que causa un incremento en los niveles de estradiol8-9.
(3) Incremento de los niveles de estradiol, segregados por los folículos en crecimiento,
causando la proliferación del endometrio y un aumento de la cantidad de moco cervical,
así como cambios en el tipo de moco y el grado de apertura del canal cervical10-14.
(4) Aparecen los folículos dominantes 15.
(5)
Los estrógenos junto con la inhibina, inhiben la producción de FSH mientras el
folículo dominante continúa creciendo.16
(6) Los estrógenos secretados por el folículo dominante retroalimentan negativamente el
eje hipotálamo-hipofisario.17,18
(7) La hormona luteinizante (LH) se eleva hasta alcanzar un pico y se inicia la
luteinización del folículo. El óvulo es liberado del folículo (el óvulo tiene un lapso de
vida limitada 12-24 horas).18
(8) La secreción de progesterona comienza en el folículo con el inicio de la luteinización.
Esta elevación inicial de progesterona mantiene la meseta de LH durante el pico de la
misma.17,19
(9) Este patrón de secreción de LH contribuye a la formación de un cuerpo lúteo
normal y una fase lútea adecuada en el ciclo menstrual.9,17,19
(10) El cuerpo lúteo produce progesterona y estrógeno.9,20
(11) La progesterona cambia al endometrio al tipo secretor. También afecta el moco
cervical, convirtiéndolo de estrogénico al tipo progestacional, no apto para el transporte
de espermatozoides a través del cuello uterino. Si no ocurre la fertilización, el cuerpo
lúteo comienza a sufrir una regresión luego de 6-7 días.13,21,22
(12)
Los niveles de estrógeno y progesterona retornan a los niveles del inicio de la fase
folicular aproximadamente 14 días después de la formación inicial del cuerpo lúteo.7,23
(13 Esta caída en los niveles de hormonas sexuales libera la inhibición de FSH y LH y
comienza un nuevo ciclo.7,24
(14) A lo largo del ciclo el hipotálamo continúa produciendo la hormona liberadora
de gonadotropina (GnRH) y la secreta continuamente de un modo intermitente
(pulsos). 25,26
A lo largo de la vida de una mujer, el ciclo ovárico puede presentar distintas fases o
patrones dependiendo de la presencia o ausencia de ovulación. Un patrón está
caracterizado por actividad ovárica anovulatoria; este tipo puede ser observado en dos
situaciones. El primer tipo de actividad ovárica anovulatoria ocurre cuando los niveles
de FSH superan el umbral y estimulan un folículo para que se desarrolle, pero no se
libera suficiente LH o no opera el mecanismo ovulatorio resultante. Esta es una
causa importante de ciclos largos. Un segundo tipo es cuando los niveles de FSH se
elevan por encima del umbral, pero no lo suficiente para estimular un folículo a fin
de convertirse en dominante. Se desarrolla así una situación crónica en la que los
folículos continúan creciendo y se atresian, causando que los niveles de estrógenos
formen una meseta. La consecuencia de la elevada pero constante producción de
estrógenos es el desarrollo de un endometrio inestable que puede sangrar
ocasionalmente.27
Otro patrón diferente del ciclo ovárico ocurre cuando los niveles de estrógeno se
elevan hasta un pico asemejándose a un pico preovulatorio. La LH es liberada pero no
en cantidad suficiente como para provocar la ruptura del folículo y la ovulación.
Sin embargo, es suficiente para provocar luteinización del folículo, pero con bajo nivel
de progesterona resultante27. El patrón de ultrasonido mostrará la presencia de un
folículo luteinizado no roto. 28
El ciclo ovárico también puede presentarse con una fase lútea inadecuada. Un ciclo
que presenta una fase lútea inadecuada. es un ciclo en el cual ocurre la ovulación, pero
las condiciones durante la fase lútea no podrían sostener un embarazo en curso. Así,
cualquier ciclo en el que el nivel de progesterona no alcance los 10 μmol (PdG/24
horas) siete días después que ha ocurrido la ovulación, o cualquier ciclo con una fase
lútea de hasta 10 días, podría considerarse como “inadecuada.” 9,28
. La ovulación
siempre es seguida por sangrado menstrual, siempre que haya un endometrio capaz de
responder a las hormonas y no exista embarazo.
Aún en ciclos ovulatorios normales el potencial para concebir varía con el momento
del ciclo, los grupos de mujeres estudiadas, y la fertilidad del varón. Al analizar la
fertilidad potencial, la edad es también un factor importante a considerar, teniendo en
cuenta que ésta disminuye con los años.
Cuando aparecen las irregularidades dentro del patrón mucoso y dentro del ciclo
menstrual, también afloran las dudas sobre qué debería considerarse anormal y cuando
la mujer debería preocuparse lo suficiente como para consultar a un médico. La
persistencia de patrones mucosos anormales puede anunciar desórdenes en el
sistema reproductivo. Esto puede atribuirse a anomalías metabólicas o endócrinas o a
otras enfermedades serias, que es necesario diagnosticar. Las alteraciones menstruales y
las del patrón mucoso pueden ser ocasionadas por desórdenes obstétricos, endócrinos,
ginecológicos o iatrogénicos.
Las complicaciones que se dan al inicio del embarazo, tales como hemorragias, o
sangrado leve vaginal pueden alertar a la mujer que ha reconocido una fase fértil previa
con un día cúspide, y puede ser identificado o descartado con el uso de pruebas de
embarazo ultrasensibles y ultrasonido pélvico. Numerosos estudios han mostrado que de
10 al 15% de las parejas sufren problemas de fertilidad. Estos son debidos
principalmente a: a) Disfunciones ovulatorias generalmente causadas por alteraciones
hormonales, y b) procesos inflamatorios usualmente asociados a infecciones del tracto
genital (ITG), principalmente enfermedades de transmisión sexual (ETS). La
disfunción ovulatoria es el desorden más común diagnosticado en parejas infértiles
(37%) y está asociado predominantemente con ciclos menstruales irregulares. Los
ciclos irregulares están presentes en el 10% de las mujeres, pero tener un ciclo irregular
no significa necesariamente tener una disfunción ovulatoria. Hemos demostrado
mediante registros de ciclos, que el 43% de la mujer con ciclos irregulares presentan
disfunciones ovulatorias, que pueden ser caracterizadas por la ausencia de ovulación o
actividad ovulatoria anormal, como se ve en ciclos con fases lúteas cortas o anormales,
mientras algunas de las restantes tienen la primera fase infértil prolongada, seguida por
una ovulación tardía, pero normal. Por otro lado, una mujer joven nulípara con ciclos
regulares (es decir, duración del ciclo entre 25 y 36 días) también puede presentar una
disfunción ovulatoria identificada por su conocimiento del patrón de fertilidad en su
registro de los ciclos.3
La causa más común de disfunción ovulatoria son los desórdenes endócrinos. 42
Pueden dividirse en alteraciones hipotalámicas, hipofisaria, adrenales y/u ováricas o
endócrinas generales.34
Cuando una mujer joven se queja de anomalías menstruales, enseñarle a observar sus
signos de fertilidad puede ser el primer paso que indique al clínico el descarte de
situaciones metabólicas tales como hiperinsulinemia. Nuestros estudios han mostrado
que en el 82% de las mujeres que presentan irregularidades menstruales, está
presente una anormalidad endocrina de las cuales la hiperandrogenemia es la más
común (46% de los casos)3. Es importante señalar que una respuesta deficiente de
insulina al test de tolerancia de glucosa oral es una condición comúnmente
asociada (50/80%) en estas mujeres. Esto requiere tratamiento a fin de evitar la
progresión a la diabetes mellitus tipo II50. El cuidado apropiado, incluyendo dieta,
ejercicio y tratamiento médico restablecerá la actividad ovárica cíclica normal. Las
mujeres que saben cómo reconocer sus síntomas mucosos serán capaces de monitorear
la mejora de su anormalidad endócrina.
Otras condiciones tales como fallas ováricas prematuras, también pueden ser una
causa de desórdenes de fertilidad presentándose con patrones mucosos irregulares en
respuesta a niveles fluctuantes de estrógenos. Esto también se observa en el período
perimenopáusico, donde algunos de los ciclos muestran un patrón ovulatorio. Al
avanzar esta condición predominarán los ciclos anovulatorios.
Resumen
Agradecimientos:
A los Dres. James B. Brown y Emil Steinberger, por su enseñanza a lo largo de los años
y por la discusión que condujo a este artículo. Además, extendemos nuestro
agradecimiento al Dr. Gareth I. Owen por su comentario sobre la versión manuscrita.
Referencias bibliográficas
1. Lunenfeld B, Insler V: Follicular development and its control. Gynecol Endocrinol
1993; 7:285
2. Roche JF: Control and regulation of folliculogenesisda symposium in perspective.
Rev Reprod 1996; 1:19
3. Vigil P, Rodrı´guez-Rigau L, Palacios X, et al: Diagnosis of menstrual disorders in
adolescence. In: Reproductive Medicine. Frajese G, Steinberger E, Rodrı´guez-Rigau
LJ, editors. New York, Raven Press, 1993, pp 149–154
4. Brown JB, Blackwell LF, Holmes J, et al: New assays for identifying the fertile
period. Int J Gynecol Obstet 1989; Suppl 1:111
5. Blackwell LF, Brown JB, Cooke DG: Definition of the potentially fertile period from
urinary steroid excretion rates. Part II. A threshold value for pregnanediol glucuronide
as a marker for the end of the potentially fertile period in the human menstrual cycle.
Steroids 1998; 63:5
6. Brown J: Ovarian activity and fertility and the Billings ovulation method. In: Studies
on Human Reproduction. Melbourne, Ovul Meth Res Ref Centre Australia, 2000.
Available: http://www.woomb.org/bom/science/ovarian.html. Accessed 4/10/2005.
7. Miro F, Aspinall LJ: The onset of the initial rise in folliclestimulating hormone
during the human menstrual cycle. Hum Reprod 2005; 20:96
8. Catt KJ, Pierce JG: Gonadotropin hormones of the adenohypophysis. In:
Reproductive Endocrinology: Physiology, Pathophysiology and Clinical Management.
Edited by SSC Yen, RB Jaffe. Philadelphia, W.B. Saunders, 1978, pp 75–113
9. Blackwell LF, Brown JB, Vigil P, et al: Hormonal monitoring of ovarian activity
using the ovarian monitor. Part I. Validation of home and laboratory results obtained
during ovulatory cycles by comparison with radioimmunoassay. Steroids 2003; 68:465
10. Noyes RW, Hertig AT, Rock J: Dating the endometrial biopsy. Fertil Steril 1950;
1:3
11. Johannisson E, Oberholzer M, Swahn ML, et al: Vascular changes in the human
endometrium following the administration of the progesterone antagonist RU 486.
Contraception 1989; 39:103
12. Barros C, Arguello B, Jedlicki A, et al: Scanning electron microscopy study of
human cervical mucus. Gam Res 1985; 12:85
13. Morales P, Rocco M, Vigil P: Human cervical mucus: relationship between
biochemical characteristics and ability to allow migration of spermatozoa. Hum Reprod
1993; 8:78
14. Vigil P, Pe´rez A, Neira J, et al: Post-partum cervical mucus: biological and
rheological properties. Hum Reprod 1991; 6:457
15. Armstrong DG, Webb R: Ovarian follicular dominance: the role of intraovarian
growth factors and novel proteins. Rev Reprod 1997; 2:139
16. Laven JS, Fauser BC: Inhibins and adult ovarian function. Mol Cell Endocrinol
2004; 225:37
17. Hoff JD, Quiglel ME, Yen SS: Hormonal dynamics at midcycle: a reevaluation. J
Clin Endocrinol Metab 1983; 57:792
18. Ferin MD, Van Vugt D, Warlaw S: The hypothalamic control of the menstrual cycle
and the endogenous opioid peptides. Rec Prog Horm Res 1984; 40:441
19. Miyake A, Kawamura Y, Aono T, et al: Changes in plasma LRH during the normal
menstrual cycle in women. Acta Endocrinol (Copenh) 1980; 93:257
20. Misao R, Nakanishi Y, Iwagaki S, et al: Expression of progesterone receptor
isoforms in corpora lutea of human subjects: correlation with serum estrogen and
progesterone concentrations. Mol Hum Reprod 1998; 4:1045
21. Elstein M, Daunter B: The structure of cervical mucus. In: The Cervix. Edited by JA
Jordan, A Singer. London, W.B. Saunders, 1976
22. Odeblad E, Ingelman-Sundberg A, Hallstro¨m L, et al: The biophysical properties of
cervical-vaginal secretions. Int Rev Nat Fam Plann 1983; 7:1
23. Vollman RF: The menstrual cycle. In: Major Problems in Obstetrics and
Gynecology, (1st ed.). Edited by EA Friedman. Toronto, W.B. Saunders, 1977, pp 11–
193
24. Yen SSC, Tsai CC: The biphasic pattern in the feedback action ethynyl estradiol on
the release of FSH and LH. J Clin Endocrinol Metab 1971; 33:882
25. Lincoln DW, Fraser HM, Lincoln GA: Hypothalamic pulse generators. Rec Prog
Horm Res 1985; 41:369
26. Yen SSC: The human menstrual cycle. In: Reproductive Endocrinology:
Physiology, Pathophysiology and Clinical Management, (2nd ed.). Edited by SSC Yen,
RB Jaffe. Philadelphia, W.B. Saunders, 1991, pp 273–308
27. Brown JB, Blackwell LF, Billings JJ, et al: Natural family planning. Am J Obstet
Gynecol 1987; 157:1082
28. Blackwell LF, Brown JB: Application of time-series analysis for the recognition of
increases in urinary estrogens as markers for the beginning of the potentially fertile
period. Steroids 1992; 57:554
29. Moniaux N, Escande F, Porchet N, et al: Structural organization and classification
of the human mucin genes. Front Biosci 2001; 6: D1192
30. Ceric F, Silva D, Vigil P: Ultrastructure of the human periovulatory cervical mucus.
J Electron Microsc (Tokyo) 2005; 54:479
31. Gipson IK, Moccia R, Spurr-Michaud S, et al: The amount of MUC 5B mucin in
cervical mucus peaks at midcycle. J Clin Endocrinol Metab 2001; 86:594
32. Gipson IK, Spurr-Michaud S, Moccia R, et al: MUC4 and MUC5B transcripts are
the prevalent mucin messenger ribonucleic acids of the human endocervix. Biol Reprod
1999; 60:58
33. Gipson IK: Mucins of the human endocervix. Front Biosci 2001; 6:1245
34. Barbieri RL: Infertility. In: Reproductive Endocrinology: Physiology,
Pathophysiology and Clinical Management (4th ed.). Edited by SSC Yen, RB Jaffe.
Philadelphia, W.B. Saunders, 1999, pp 562–593
35. Billings EL, Billings JJ, Catarinich M: Billings Atlas of the Ovulation Method. The
Mucus Patterns of Fertility and Infertility. Melbourne, Advocate Press, 1989, pp 1–108
36. Vigil P: La Fertilidad de la Pareja Humana. Santiago de Chile, Ediciones
Universidad Católica de Chile, 2004, pp 71–76
37. Ceric F, Riquelme R, Pinto E, et al: Scanning electron microscopy study of cervical
mucus during the periovulatory period. J Physiol (Lond) 2000; 523:125P
38. Gipson IK, Ho SB, Spurr-Michaud SJ, et al: Mucin genes expressed by human
female reproductive tract epithelia. Biol Reprod 1997; 56:999
39. Billings EL, Billings JJ, Brown JB, et al: Symptoms and hormonal changes
accompanying ovulation. Lancet 1972; 1:282
40. Klaus H: Natural family planning: a review. Obstet Gynecol Surv 1982; 37:128
41. Klaus H, Martin JL: Recognition of ovulatory/anovulatory cycle pattern in
adolescents by mucus self-detection. J Adolesc Health Care 1989; 10:93
42. Mansfield MJ, Emans SJ: Anorexia nervosa, athletics, and amenorrhea. Pediatr Clin
North Am 1989; 36:533
43. Diddle AW: Athletic activity and menstruation. South Med J 1983; 76:619
44. Barron ML: Proactive management of menstrual cycle abnormalities in young
women. J Perinat Neonatal Nurs 2004; 18:81
45. Clark R: The somatogenic hormones and insulin-like growth factor I: stimulators of
lymphopoiesis and immune function. Endocr Rev 1997; 18:157
46. Johansson GG, Karonen SL, Laakso ML: Reversal of an elevated plasma level of
prolactin during prolonged psychological stress. Acta Physiol Scand 1983; 119:463
47. Vigil P, Steinberger E, del Rıo MJ, et al: Síndrome de ovario poliquístico. In:
Guzman E, editor. Selección de Temas en Ginecoobstetricia. Santiago de Chile,
Editorial Publimpacto, 2005, pp 833–842
48. Vigil P, Kolbach M, Aglony M, et al: Hiperandrogenismo e irregularidades
menstruales en mujeres jóvenes. Rev Chil
Obst Ginecol 1999; 64:389
49. Van Hooff MHA, Voorhorst FJ, Kaptein MB, et al: Predictive value of menstrual
cycle pattern, body mass index, hormone levels and polycystic ovaries at age 15 years
for oligomenorrhoea at age 18 years. HumReprod 2004; 19:383
50. Koutras DA: Disturbances of menstruation in thyroid disease. Ann NY Acad Sci
1997; 816:280
51. Howe L, Wiggins R, Soothill PW, et al: Mucinase and sialidase activity of the
vaginal microflora: implications for the pathogenesis of preterm labour. Int J STD AIDS
1999; 10:442
52. Stadtmauer LA, Wong BC, Oehninger S: Should patients with polycystic ovary
syndrome be treated with metformin? Benefits of insulin sensitizing drugs in polycystic
ovary syndrome beyond ovulation induction. Hum Reprod 2002; 17:3016
53. Vigil P, Morales P, Tapia A, et al: Chlamydia trachomatis infection in male partners
of infertile couples: Incidence and sperm function. Andrologia 2002; 34:155
54. Olmsted SS, Padgett JL, Yudin AI, et al: Diffusion of macromolecules and virus-
like particles in human cervical mucus. Biophys J 2001; 81:1930
55. Pinkerton GD, Carey HM: Post-pill anovulation. Med J Aust 1976; 8:220
56. Linn S, Schoenbaum SC, Monson RR, et al: Delay in conception for former ‘pill’
users. JAMA 1982; 247:629
57. Kolstad HA, Bonde JP, Hjøllund NH, et al: Menstrual cycle pattern and fertility: a
prospective follow-up study of pregnancy and early embryonal loss in 295 couples who
were planning their first pregnancy. Fertil Steril 1999; 71:490
58. Gnoth C, Frank-Herrmann P, Schmoll A, et al: Cycle characteristics after
discontinuation of oral contraceptives. Gynecol Endocrinol 2002; 16:307
59. Steinberger E, Rodrıguez-Rigau LJ, Ayala C, et al: Consequences of
hyperandrogenism during adolescence on the ovarian function of adult female. In:
Reproductive Medicine. Edited by G Frajese, E Steinberger, LJ Rodrıguez-
Rigau. New York, Raven Press, 1993, pp 253–264
60. Cabezo´n C, Vigil P, Rojas I, et al: Adolescent pregnancy prevention: An
abstinence-centered randomized controlled intervention in a Chilean public high school.
J Adolesc Health 2005; 36:64
61. Vigil P, Riquelme R, Rivadeneira R, et al: Effect of Teen- STAR_, an Abstinence-
only Sexual Education Program on Adolescent Sexual Behavior. J Pediatr Adolesc
Gynecol 2005; 18:212
62. Vigil P, Riquelme R, Rivadeneira R, et al: TeenSTAR: Una opción de madurez y
libertad. Programa de educación integral de la sexualidad, orientado a adolescentes. Rev
Med Chile 2005; 133:1173