Los procedimientos para analizar cualitativamente y
cuantitativamente los riesgos, tienen por finalidad determinar el impacto y la probabilidad de ocurrencia para cada riesgo, pudiéndose así evaluar la importancia o gravedad de cada riesgo.
La APM (PRAM, 1997) establece que: “al igual que se debe
determinar los efectos potenciales de cada riesgo, también se debe establecer los efectos complementarios por la conjunción en el tiempo de la ocurrencia de varios riesgos”.
Male y Kelly (2004) proponen que el proceso de Análisis de
Riesgos debe iniciarse con un análisis cualitativo, que deberá analizar lo siguiente:
Describir el riesgo, la oportunidad probable de ocurrencia y las
causas.
Identificar las causas de los riesgos y la posibilidad de ocurrencia.
Evaluar la gravedad del daño que el riesgo ocasionará.
El PMI (2004) menciona: “En una análisis de riesgo, luego de
realizar el análisis cualitativo, se deberá categorizar los riesgos e incertidumbres que se identifican para iniciar el análisis cuantitativo de riesgo y proceder a su planificación para dar respuesta.”
Un análisis cuantitativo se realiza cuando el riesgo,
incertidumbre o una combinación de éstos son de gran magnitud dada su complejidad y su grado de impacto o de repercusión en el proyecto que podría repercutir negativamente.
En un análisis cualitativo la evaluación de los riesgos es
subjetiva y tendrá como objetivo asignar un valor de puntuación por riesgo por su probabilidad e impacto significativo para clasificarlos por su grado de importancia. Luego del análisis cualitativo obtendremos un primer resultado por el cual se conocerá los riesgos laborales de mayor gravedad.
Una gran ventaja del análisis cuantitativo es que permitirá una
buena compensación del proyecto ante la presencia de una gran cantidad de variables y riesgos, analizar riesgos potenciales que podrían presentarse en circunstancias específicas del proyecto.
Al tener que analizar más variables relacionadas a los riesgos,
es necesaria la utilización de un software especializado de acuerdo al nivel de complejidad.
En las diferentes etapas de construcción de una obra el
número del personal obrero, categoría y especialidad es variable, con ciertas condiciones ambientales específicas que se debe considerar para una clasificación de riesgos de acuerdo al nivel de los mismos, en ese sentido consideramos:
Los Riesgos Físicos son los más frecuentes en una obra de
edificación por las siguientes causas:
Los meteorológicos como el frío, calor, radiación solar, lluvia,
viento.
La utilización de maquinaria pesada y de herramientas, como los
martillos neumáticos, los cuales generan un nivel importante de ruidos y vibraciones que afectarán no sólo a sus operadores sino también al personal de apoyo o cercano al ambiente en donde se realiza el trabajo.
Realizar trabajos en altura y bajo el nivel de terreno son labores
de alto riesgo. La utilización de andamios y escaleras para la ejecución de estos trabajos conlleva un nivel alto de riesgo físico para los trabajadores de construcción civil.
Lesiones asociadas al riesgo físico son:
Torceduras, fracturas y esguinces, ocasionados por caídas desde andamios y escaleras e igualmente resbalones.
Lumbalgias y Tendinitis, que se derivan de grandes y violentos
esfuerzos, movimientos repetitivos y posturas inadecuadas.
Fatiga, Insolación o Hipotermia provocado por la exposición a
los agentes meteorológicos.
Los Riesgos Químicos tienen como causa a materiales
utilizados en la construcción como pegamentos, cemento, resinas epóxicas, pinturas y disolventes, los cuales conforman el denominado Riesgo Químico, que representan un riesgo importante para los trabajadores, si no son manejados adecuadamente.
El riesgo químico origina lesiones de forma directa, por el
contacto con la piel, o de forma indirecta, por su transmisión por el aire, en forma de gases o humo que junto con el aire es inhalado por el trabajador.
El Riesgo Químico tiene asociación con enfermedades como:
Silicosis, causada por la inhalación del polvo de sílice presente
en los agregados para el concreto usados en la construcción.
Dermatitis, que afecta a aquellos trabajadores que están en
contacto con el cemento como los albañiles.
Trastornos neurológicos por la inhalación gases y vapores de
disolventes presentes las pinturas y pegamentos.
Los Riesgos Biológicos son los menos tomados en cuenta
porque sus fuentes son “invisibles”: como los microorganismos infecciosos del tipo virus, causantes de enfermedades como la influenza. La posibilidad de contraer enfermedades contagiosas en la construcción es alta, por la rotación de personal en las obras, igualmente por las diferentes procedencias de los trabajadores y sus propios estilos de vida. Los Riesgos Psicosociales se asocian con las interrelaciones entre los trabajadores, que en algunas condiciones, pueden conducir a cuadros clínicos de estrés y alteraciones de la conducta en algunos trabajadores. En construcción la sobrecarga y la complejidad del trabajo genera un nivel de exigencia en el trabajador que puede traducirse en su aislamiento social. También conforma un riesgo psicosocial al trabajador no tener un ambiente de trabajo estable para el fomento de las necesarias relaciones interpersonales por los frecuentes cambios de trabajo de obra en obra. La rotación de personal en pequeñas empresas (subcontratistas), genera un “período de adaptación” de los nuevos trabajadores al ambiente de trabajo de la empresa principal que les genera incertidumbre.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT), consideran
como Riesgos Emergentes en el sector de la construcción los siguientes:
Los daños al medio ambiente y una ineficiente gestión de
residuos sólidos.
Envejecimiento de los trabajadores activos en la construcción.
Presencia conjunta de factores de riesgo psicosocial y físico en