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Instituto Bíblico en Manatí

Este trabajo es en cumplimiento del requerimiento del Profesor José R. Ortiz


MADUREZ CRISTIANA

Educación Cristiana
Introducción
¿Sabemos si hemos alcanzado la madurez? ¿Sera que alguna vez la alcanzamos? Estas

interrogantes solo las podemos contestar si conocemos lo que significa la madurez. Ser una

persona madura en la vida cotidiana y ser una persona madura espiritualmente no necesariamente

es lo mismo pero si tienes madurez espiritual lo tienes todo. Entonces, Dios nos prepara en

nuestra vidas para alcanzar la madurez espiritual. El camino hacia ella no es de rosas sin espinas

porque las situaciones y pruebas nos hacen madurar. La Biblia nos enseña personajes que

llegaron a su madurez a través de muchos sucesos pero que principalmente se rindieron a Dios.

Además de las diferentes situaciones que nos ayudan con la anhelada madurez, existen aptitudes

que nos aportan en el camino como lo es la oración, el ayuno y la lectura de la Palabra. Esta

ultima es muy necesaria al igual que de las demás pero por si sola no nos otorga la madurez.

Existen muchos mitos sobre la forma que alguien puede obtener la madurez cuando la realidad es

que alcanzarla en un camino arduo y lleno de trabajo.


MADUREZ CRISTIANA

Definición de madurez: Estado de una cosa que ha alcanzado su pleno desarrollo, o de una

persona que ha alcanzado su mejor momento en algún aspecto. Según la Real Academia

Española es el

período de la vida en que se ha alcanzado la plenitud vital y aún no se ha llegado a la vejez.

El deseo de Dios es que nosotros podamos madurar y perfeccionarnos en nuestra

vida cristiana. Dice la palabra que Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en el favor de Dios y

de toda la gente (Lucas 2:52). Madurez incluye crecer en entendimiento, en carácter, en relación

para con Dios y con nuestros prójimos.

La madurez de la vida en Cristo es mucho más que una autorrealización personal, ya que

no se concibe como un camino individual sin los demás y sin una referencia a lo divino, sino

como: “…hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del hijo de

Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”

(Efesios 4:13). La madurez es un camino y un recorrido. Los efectos de la falta de madurez son

constatables tanto en la enseñanza de la Palabra de Dios, como en la vida de tantas personas. En

Hebreos 5:12-14, Pablo habla de tales niños como inexpertos en la Palabra, debiendo ser ya

maestros. Después de tanto tiempo, necesitan más bien que se les vuelva a enseñar cuáles son los

primeros rudimentos de la palabra de Dios. En 1 Corintios 3:1-3, Pablo indica que los creyentes

en Cristo son creyentes inmaduros, cuyos celos, contiendas y disensiones destruyen la unidad de

la iglesia. Resumiendo la enseñanza de estos dos pasajes, observamos que la falta de madurez

perjudica tanto a la persona misma como aquellos con los que se relaciona.
MITOS ACERCA DE LA MADUREZ

1. “La Madurez Se Produce Con Los Años”

Damos por sentado que los años deberían aportar madurez. La Biblia dice constantemente el

hecho de la sabiduría acumulada a través de los años. Pero la experiencia nos enseña que los

años, por sí solos, no son suficientes para que una persona madure. Una persona adulta puede no

tener madurez y una persona joven puede si tenerlo.

2. “La Madurez Se Produce Con El Conocimiento”

La capacidad de interpretar pasajes de la Biblia, citar versículos de memoria, explicar la teología

bíblica o el conocimiento de diferentes disciplinas humanas, no son en sí mismo sinónimos de

madurez. La madurez se da con la conducta y el carácter. Los conocimientos no nos convierten

en personas maduras, sino la capacidad de afrontar los grandes retos que se nos presentan a lo

largo de la vida.

3. “La Madurez Es Un Asunto Personal y Privado”

Pensar que la madurez es una asunto personal y privado es ignorar la metáfora del cuerpo

humano, que no enseña que el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. (1 Corintios 12:14).

La madurez llega como resultado de la relación con el prójimo y el compromiso con el mundo

que nos ha tocado vivir.

4. “La Madurez La Producen Los Dones De La Persona”

Una persona no es madura por poseer dones espectaculares, ni por un alto grado de espiritualidad

o de un lenguaje culto. La mayoría de las veces la madurez no se presenta de forma de poderosa,


sino en pequeños hechos como encontramos en 1 Reyes 19:12, donde el profeta reconoce la

presencia del Señor.

CAMBIOS EN LA MADUREZ

La madurez es como una metamorfosis, es un proceso continuo de alteraciones y de “crisis”.

Estos procesos también podemos llamarlos “maduración”. Existen aspectos en la metamorfosis

de la maduración que nos indica que una persona va en el camino hacia la madurez.

Paciencia

Referirnos a la paciencia es pensar en: esfuerzo, perseverancia y espera. La palabra “paciencia”,

del latín “patí”, significa padecer, sufrir. Esta palabra indica al esfuerzo que se necesita para

esperar algo. Etapa en la que muy a menudo no se puede hacer más que esperar, lo cual para

muchas personas significa una carga difícil de soportar. Tener paciencia es esperar hasta que

algo acontezca.

Flexibilidad

La flexibilidad es lo que nos permite movernos con el viento de la vida y responder a las

situaciones inesperadas que se nos presentan un día sí y otro no, reconociendo que la mayoría de

las veces no hay una sola respuesta a un problema, ni un único camino ante una situación

confusa, por lo que la persona flexible es capaz de darse cuenta de que existe más de una

posibilidad de acción ante una situación concreta.

Humildad

El punto de referencia en cuanto a la humildad, así como en todo lo que corresponda a la vida

cristiana, no es otro que la vida y la enseñanza de Jesús.


LA MADUREZ SEGÚN EL LIBRO DE SANTIAGO

1. Una persona madura es Positiva cuando hay presiones: Es justamente bajo presión en la vida

que uno demuestra su madurez. (Santiago 1.2-4) “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando

os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas

tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa

alguna.”

2. Una persona madura asume Responsabilidad: “Es que fue el Diablo que me tentó!” El maduro

no busca excusas, asume sus actos. (Santiago 1:13) “Cuando alguno es tentado, no diga que es

tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie;”

3. Una persona madura domina su Boca: Todos cometemos muchas faltas al hablar. Sólo quien

es capaz de dominar su lengua se considera una persona madura. (Santiago 3:2) “Porque todos

ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también

de refrenar todo el cuerpo.”

4. Una persona madura es una persona que busca la Paz: Los problemas entre las personas

vienen porque no sabemos dominar nuestro egoísmo y maldad. (Santiago 4:1) “¿De dónde

vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten

en vuestros miembros?”

5. Una persona madura sabe Orar correctamente: Una persona madura busca el rostro de Dios y

no siempre su propio bienestar. (Santiago 4:2-3) “Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de

envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.

Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.”


Conclusión / Opinión Personal

La madurez espiritual o cristiana es un proceso continuo. Por lo tanto, nadie puede decir

“soy una persona completamente madura”. Con nuestra actitudes hacia determinada situación

podemos demostrar madurez pero en otra oportunidad hacer lo contrario. No se puede negar que

todo lo relacionado al tema expuesto dependerá del control de las emociones que la persona le

permita a Dios obrar en ellas. Es necesario dejar de lado los mitos relacionados con la madurez.

Cada persona es diferente, un joven puede ser suficiente maduro a los 25 años y un adulto de 60

años pueden no serlo del todo.

El sometimiento a Dios es un aspecto esencial para alcanzar la madurez. Si no le

entregamos todo nuestro “yo” al Padre, no podrá ocupar por completo la sabiduría de Dios que

es quien nos hace mostrar la madurez espiritual en todo su esplendor. En mi opinión, el término

expuesto en el contenido de este trabajo sobre la maduración en vez de la palabra madurez

resume a cabalidad el proceso del ser humano. Partimos por la vida cristiana en un camino de

maduración a través de los diferentes sucesos que cursamos. “Estando persuadido de esto, que el

que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;” Filipenses

1:6
Referencias

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