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REPORTE DE LECTURA: “EL MAESTRO COMO PROFESIONAL REFLEXIVO”

Este breve texto me hizo recordar un pequeño evento desafortunado. Resulta que
hace poco menos de 6 meses ingresé al servicio profesional docente. Participé
para la asignación de una plaza en nivel básico y la obtuve. Finalmente llegó el
primer día laboral, por lo menos era el primer trabajo que tenía que ver con mi
formación. Comencé con muchísimo entusiasmo, en tres días deboré todos los
libros y manuales que se me habían otorgado para conocer a cerca del programa
educativo que manejaban y todo lo relacionado al plantel. No obstante,
rapidamente identifiqué una debilidad en mi quehacer profesional, esta debilidad
era, el desconocimiento de la elaboración de planeaciones. En mi carrera nos
enseñaron a ser profesionales comprometidos, como licenciados en educación
reconocemos la responsabilidad social que tenemos como agentes de cambio, es
así que, buscando contribuir con una educación de calidad decidí hacer uso de mi
propia emancipación profesional. Investigué sobre las características de las
planeaciones, leí muchos libros y revistas, me acerqué con algunos de mis
compañeros de trabajo y tomé los cursos que nos ofreció la propia Secretaría de
Educación.
Con toda está información comprendí de mejor manera cómo debía hacer mi
trabajo y así lo fui haciendo. No pasó mucho tiempo para que me topara con
pared. Resulta que una de esas mañanas en las que me encontraba pasando lista
como de costumbre, ingresa a mi aula la directora del plantel. Enseguida me pide
mis planeaciones y mi lista de asistencia para poder cotejar que estoy trabajando
de una forma “adecuada”, por llamarlo de alguna manera. Sin ningún problema se
los entrego y ella se retira, ese día, termino mis labores y me retiro a casa. A partir
de este día nada volvería a ser lo mismo. En este punto estarán pensando, ¿qué
tiene que ver esto con el reporte de lectura que se me pidió en un principio?
Verán, hoy en día ya no trabajo más para este plantel educativo, después de
sufrir, malos tratos, explotación laboral, violación a mis derechos personales y
profesionales, así como ser victima de fraude para obligarme a presentar renuncia,
finalmente me cansé.
Todas las cosas que anteriormente describí fueron provocadas por la mente de un
profesional no reflexivo, esto me lo hizo ver el propio texto. En él nos explican la
importancia de desarrollar en los docentes la reflexión, pero no una reflexión
superficial, el autor nos habla de una reflexión profunda, una que rompa con la
tradición de un docente meramente técnico, dedicado unicamente a transmitir lo
que otros le han enseñado, de la misma forma y siguiendo el mismo camino, o
como tradicionalmente se diría “hacer lo que se debe hacer porque siempre se ha
hecho de esa manera”.
Algo que pienso es que no solo debería ser tarea de los docentes reflexionar, esta
tarea debería ser para todos los agentes educativos que conforman un plantel,
desde el jefe inmediato, hasta el encargado de la tiendita. Creo que si la directora
del plantel en el que trabajé hubiera compartido conmigo las ideas y las
propuestas que yo tanto traté con ella en mis planeaciones y en persona, hubiera
podido seguir trabajando ahí, incluso podríamos haber trabajado sobre aspectos
para los que propuse algunas soluciones. Lamentablemente sucedió todo lo
contrario, nuca conseguí un verdadero dialogo horizontal entre nosotras, siempre
me ví aplastada por el poder de la “autoridad”, su forma de trabajar solo me indicó
que estaba tratando con un directivo y profesional pasivo, tal y como lo señala el
texto.
Pocas son las referencias de maestros reflexivos, comprometidos con la
enseñanza, con sus marcos de interpretación, con sus modos de ejercicio
profesional y con la comprensión profunda de su vida laboral. Un profesional
reflexivo entenderá que su práctica como agente social no está limitada por un
conjunto de técnicas o pasos a seguir. Un profesional reflexivo comprenderá el
todo de su práctica laboral, lo fragmenta en pequeños trozos y analizará cada uno
de estos. En ocasiones uno se topa con circunstancias que podrían parecer
ajenas a la labor docente, la labor de enseñar, sin embargo, gran parte de esta
labor engloba aspectos muchísimo más complejos que no solo se relacionan con
el proceso de enseñanza-aprendizaje; y, que de igual manera merecen ser
estudiados.
Una de las cosas que plantea el autor es la de un trabajo colaborativo, esto tiene
mucho sentido, pues la reflexión en conjunto suele dar mayores resultados y
mucho más rápidos que lo que le tomaría a una persona reflexionar sobre un tema
por sí misma. Pensémoslo de este modo, conseguir un perfil reflexivo en la
mayoría de los agentes educativos garantizaría la mejora paulatina del plantel. Al
final, no conseguí que vieran mis ideas dentro de ese espacio, todo el sistema ya
era corrupto, y, aunque eso me hace sentir enormemente mal, aprendí muchas
cosas que solo la experiencia puede dar, por ahora me sigo preparando, porque
se que llegará el día en que pueda aportar mis ideas, el día en que pueda
sentarme junto a otros profesionales que al igual que yo, quieran romper con esa
actividad técnica en la que se ha convertido la educación.

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