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INVESTIGAR HISTORIA DE LA IMPUESTO SOBRE LA RENTA

Las contribuciones que los ciudadanos y ciudadanas deben pagar al Estado en dinero, es
decir los impuestos, representan una de las fuentes más importantes para el presupuesto
nacional dominicano; esto es, los ingresos tributarios, que, junto a los ingresos no
tributarios y los extraordinarios, le permitirán al Estado obtener recursos para el
cumplimiento de sus fines administrativos y sociales, para lo que el país debe contar con
ciudadanos responsables, honestos y solidarios.
Basta que hagamos un breve recorrido histórico a través de los pueblos antiguos como
Babilonia, antigua Grecia y el Imperio Romano, para darnos cuenta de que ésta ha sido
desde entonces, la principal estrategia utilizada por los gobernantes en la obtención de los
recursos que manejarían para sufragar los gastos administrativos y la realización de las
obras de bien social.
En la actualidad, gran parte de los ingresos con los que cuenta el Estado en la mayoría de
los países, depende de las recaudaciones impositivas para lo cual diseñan y aplican las
políticas pertinentes. En nuestro país los impuestos son establecidos por las leyes,
amparadas en el literal h) del artículo 9 de la Constitución de la República. Las leyes sobre
los principales impuestos internos se reúnen en el Código Tributario Dominicano.
Durante la ocupación francesa de la parte Este de la isla de Santo Domingo en el año
1802, continuó la vigencia de los impuestos establecidos por la corona española. Mientras
que en la ocupación haitiana del 1822-1844 se establecieron nuevos impuestos con la
introducción del sistema Jurídico-Tributario. En este periodo los ingresos fiscales
provenían principalmente de los aranceles de aduana, es decir derecho de importación y
exportación.
Otros impuestos fueron los de patentes comerciales, papel sellado, impuesto sobre el valor
locativo de los inmuebles e impuestos de arrimo portuario.

En el 1844, nace la República Dominicana como nación independiente. Al año siguiente


se creó una ley que estableció el mecanismo de percepción de impuesto y de distribución
de gastos públicos. Había 4 puertos habilitados para el comercio exterior distribuidos a
nivel nacional los, cuales estaban ubicados en Santo Domingo, Puerto Plata, Azua y
Samaná, donde asignaron Inspectores de Aduanas encargados de la importación y
exportación bajo la Supervisión del Contador General.

Los principales impuestos de la época, son: El arancel de importación y exportación, los


derechos de puertos y tonelajes, la patente comercial e industrial y el papel sellado.
Otros impuestos a nivel municipal eran: El derecho de registro de actos, el pago de
correo y otros de menor rendimiento.

Durante la ocupación militar del territorio dominicano por el gobierno de los Estados
Unidos de América en el 1916, se abolieron varios de los impuestos vigentes por ser
considerados arcaicos, modernizaron y centralizaron la recaudación de los impuestos
aduanales con la creación en el 1918 de la primera Dirección General de Rentas Internas,
cuyo propósito era regular la aplicación y el cobro de los impuestos a la producción
manufacturera nacional.
Estos impuestos eran recaudados y administrados por el gobierno estadounidense. Con
excepción de los ocho años de ocupación norteamericana, la recaudación de los impuestos
se realizaba de manera desorganizada y deficiente, dejando al gobierno de turno
principalmente en las dos primeras décadas del siglo XX, escasas posibilidades de
adquirir los recursos para satisfacer las necesidades de la población.

Es en las décadas del 1930 y 1940 del pasado siglo con la promulgación de la Ley
Orgánica de Rentas Internas en el año 1935 y la creación de la Dirección General de
Impuesto Sobre la Renta en el 1949, cuando se sientan las bases para el posterior
establecimiento del Sistema Tributario Dominicano.

A partir de los años 60 la Administración Tributaria amplía su ámbito de actuación con el


establecimiento de la primera Dirección General de Impuestos Internos (DGII), creada en
el 1963, y con la introducción en el 1983 del Impuesto sobre Transferencias de Bienes
Industrializados (ITBI), y luego se gravaron algunos servicios, pasando a ser Impuesto
sobre Transferencias de Bienes Industrializados y Servicios (ITBIS) tal como lo
conocemos hoy día.

n el año 1949 se estableció el primer Impuesto Sobre la Renta a través de la Ley Núm.
1927, y de la misma Ley se creó un organismo que lo administraría, es decir, la Dirección
General de Impuesto Sobre la Renta.

En diciembre del año 1950 se sustituye el Impuesto Sobre la Renta por el Impuesto Sobre
el Beneficio, lo cual implicó igualmente, un cambio en el nombre de la entidad
recaudadora de dicho tributo, la cual pasó a denominarse Dirección General sobre el
Beneficio, quedando oficialmente esta Institución encargada de administrar el impuesto
a partir del año 1951.

En 1958, la Dirección General de Rentas Internas se fusionó con la Administración


General de Bienes Nacionales, conforme al Decreto Núm. 3877, dando origen a la
Dirección General de Rentas Internas y Bienes Nacionales.

En abril del año 1959, se creó la Dirección General Impositiva, por medio de la Ley Núm.
5118, previéndose que tal entidad comenzaría a funcionar a partir del primero de enero
de 1960. Esta entidad surgiría de la fusión de la Dirección General de Rentas Internas, la
Dirección General de Aduanas y Puertos, la Dirección General de Impuesto sobre el
Beneficio, la Dirección General de la Cédula Personal de Identidad.

En enero de 1962, se dicta el Decreto Núm. 7601 que deja sin efecto la fusión existente
entre la Dirección General de Rentas Internas y la Dirección General de Bienes
Nacionales, y en mayo del mismo año se deroga la Ley que establece el Impuesto sobre
el Beneficio y se emite la Ley Núm. 5911, que establece el Impuesto Sobre la Renta y
crea nuevamente la Dirección General del Impuesto Sobre la Renta.
En el año 1963, se crea la primera Dirección General de Impuestos Internos la cual
fusionaría las Direcciones Generales de Impuestos Sobre la Renta y de Rentas Internas.
Esta institución estaría vigente hasta junio del año 1966 cuando en la Ley Núm.301 se
dispone que las Direcciones Generales de Impuestos Sobre la Renta y de Rentas Internas
funcionaran independientes, de acuerdo a las disposiciones de sus respectivas leyes
orgánicas.

En fecha 19 de julio del año 2006 se promulgó la Ley Núm. 227-06 que otorga
personalidad jurídica y autonomía funcional, presupuestaria, administrativa, técnica y de
patrimonio propio a la Dirección General de Impuestos Internos.

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