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Descripción y formulación del problema

Actualmente nos encontramos atravesando un suceso histórico, y es que debido a la


pandemia generada por el SARS-CoV-2, estamos siendo confrontados ante una
realidad social que solapadamente ha ido trascendiendo entre nosotros. Es un hecho
casi normalizado, el observar en cada segmento de un noticiero, mundial o local,
conductas agresivas en las personas. Más aún, la tecnología nos ha permitido visibilizar
un aumento desmedido de dichos patrones comportamentales que arremeten contra
la cultura cívica y la convivencia, suscitándose ya en ámbitos como el de la familia, el
trabajo, en las relaciones de pareja y entornos escolares.
La agresión, es una conducta que está presente en el ser humano desde los inicios de
su existencia y es que, desde el punto de vista etológico, la agresión humana ha sido
concebida como característica adaptativa para la supervivencia y reproducción del ser
humano (Archer, 2009). Sin embargo, su carácter multidimensional y la posible
manifestación que se da en el individuo en los distintos niveles que lo componen; ya
sea físico, emocional, cognitivo y social; le adiciona el carácter polimorfo (Huntingford
& Turner, 1987 Citado en Carrasco & Gonzales, 2006), generándose así cierta dificultad
en su estudio desde los distintos ámbitos disciplinaros en los que se aborda el tema.
No obstante, el grado de violencia en los constantes actos agresivos que se han
instaurado en la sociedad no han detenido el avance de los múltiples estudios que
buscan dar con los factores que la determinan. Como bien menciona el Informe
mundial sobre la violencia y la salud, elaborado en el 2002 por la Organización
Panamericana de la Salud para la Organización Mundial de la salud (OPS-OMS), la
violencia es un tema sumamente complejo, en el que factores relacionados con los
esquemas de pensamiento y comportamiento, podrían estar implicados, junto con la
fuerza influyente del seno familiar y la comunidad. Se detalla también, que alrededor
de 1.6 millones de personas pierden la vida cada año a consecuencia de actos
violentos, además dicho informe añade la importancia de prestar mayor importancia a
la prevención primaria, identificando los factores que la propicien a fin de evitarla.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la violencia como el uso
deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra
uno mismo, otra persona, un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas
probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del
desarrollo o privaciones. (OPS-OMS, 2002). Si bien la violencia es entendida como una
agresión extrema, ambos fenómenos sociales, aunque son empleados como
sinónimos, variarían con respecto a su intensidad, frecuencia y efectos
desencadenantes (Yañez-Canal, 2015). Y es que la agresión es comprendida como un
comportamiento físico o verbal, que tienen el propósito de lastimar a alguien
(Berkowitz. 1996)
Las conductas agresivas no solo afectan a la persona sobre la que se ejerce, sino
también influye sobre la comunidad (Juárez, Dueñas, & Méndez, 2006). El Perú no es
un país exento de las conductas agresivas manifestadas a través de actos delictivos,
según datos proporcionados por el Informe Técnico de Estadística de Seguridad
Ciudadana, elaborado por la INEI referente al periodo enero – junio de 2020, se ha
estimado que en ciudades de más de 20mil habitantes, un 28% de la población ha sido
víctima de un acto delictivo, el cual es entendido como un evento que atenta contra la
seguridad, vulnera los derechos de las personas y conlleva al peligro, daño o riesgo,
todo ello incluye el robo o intento de robo, amenazas e intimidaciones, maltrato físico
y/o psicológico de algún miembro del hogar, ofensas sexuales, secuestro, intento de
secuestro, extorsión, estafa o robo de negocio.
Dentro de las estrategias para poder prevenir e intervenir los actos de agresión y
violencia, el Estado Peruano trabaja en conjunto con Instituciones y poderes del
estado, una de esas instituciones es la Policía Nacional del Perú, que funciona como
una pieza fundamental en el mantenimiento y restablecimiento del orden interno,
además tiene como misión prestar protección y ayudar a los ciudadanos, garantizando
así el cumplimiento de las leyes en aras de combatir la delincuencia

La Policía Nacional del Perú es una institución del Estado que tiene por misión
garantizar, mantener y restablecer el orden interno, prestar protección y ayuda
a las personas y a la comunidad, garantizar el cumplimiento de las leyes y la
seguridad del patrimonio público y privado, prevenir, investigar y combatir la
delincuencia; vigilar y controlar las fronteras; con el propósito de defender a la
sociedad y a las personas, a fin de permitir su pleno desarrollo, en el marco de
una cultura de paz.

La Policía nacional del Perú es una institución que funciona como pieza fundamental
en el mantenimiento del orden y protección del ciudadano, sin embargo, no se presta
la atención necesaria a salud mental de los efectivos policiales, quienes según el
psiquiatra y ex director del hospital x, tendrían que ser considerados población de
riesgo debido a las funciones que ejercen y las situaciones a las que se enfrentan.
Usualmente se espera que los policías sean perfectos y no muestren ningún tipo de
dificultad
Ellis menciona que las valoraciones negativas que las personas puedan atribuirle a una
situación,
EL ABORDAJE DE LAS CONDUCTAS AGRESIVAS ESTÁ ESTRECHAMENTE LIGADA AL
MEJORAMIENTO DE LA SALUD MENTAL DE LAS PERSONAS. SE ESTIMA QUE
ALREDEDOR DE X CANTIDAD DE PERSONAS EN EL PERÚ SUFRE ALGUN TIPO DE
TRASTORNOS ENTRE LOS QUE SE ENCUENTRA LA DEPRESION, ANSIEDAD, ETC.

Uno de los principales focos te estudio de la trec, es nuestra percepción y valoración a


las circunstancias o situaciones que se nos presentan, y cada persona asigna tal
valoración, que puede ser positiva o negativa, dando paso a una conducta como
consecuencia.

REFERENCIAS
Archer, J. (2009) The nature of human aggression. International Journal of Law and
Psychiatry. 32(4), 202-208.
Berkowitz, L. (1996). Agresión: causas, consecuencias y control. Desclée de Brouwer.
Carrasco, O. & Gonzales, M. (2006) Aspectos Conceptuales de la Agresión: Definición y
modelos explicativos. Acción Psicológica, 4(2),7-38.
Huntingford, F. y Turner, A. (1987). Animal conflict. London: Chapman-Hall.
INEI (2020) Informe Técnico: Estadísticas de Seguridad Ciudadana.
Organización Panamericana de la Salud, Oficina Regional para las Américas de la
Organización Mundial de la Salud (2002) Informe Mundial sobre la violencia y la salud:
resumen. Washintong, D.C.
Yañez-Canal, H. (2015). Un acercamiento a la comprensión de la agresión y la violencia
humana. Pensando Psicología, 11(18), 169-183
Juárez, F., Dueñas, A. & Méndez, Y. (2006). Patrones de comportamiento violento en la
Policía Nacional de Colombia. International Journal of Clinical and Health Psychology,
6(1),127-143.

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