Intervención ciudadana de PINZÓN HERNÁNDEZ Abogados, en el
trámite de constitucionalidad ante la Corte Constitucional en mención al Decreto 579 de 2020, sobre Propiedad Horizontal y Contratos de Arrendamiento
Bogota D.C, 6 de Mayo de 2020. Los desbastadores efectos económicos y
sociales que ha ocasionado a las familias colombianas por la limitación a la libre movilización en el territorio en pro de desarrollar las diferentes actividades productivas, como consecuencia de las medidas implementadas por el gobierno para afrontar la pandemia Covid 19, exige desplegar una interpretación constitucional a fin de materializar los principios políticos, filosóficos y jurídicos del Estado Social y Democrático de Derecho. De esta manera, PINZÓN HERNÁNDEZ Abogados, presentó escrito de intervención ciudadana en el estudio de constitucionalidad del Decreto 579 de 2020, el cual adopta medidas transitorias en materia de propiedad horizontal y contratos de arrendamiento, en el marco del Estado de Emergencia Económica, Social y Ecológica.
El interés de Pinzón Hernández, se centra en solicitar la extensión temporal de la
excepción del cobro de penalidades de intereses hasta el 31 de diciembre de 2020, y no hasta el 30 de junio como está contemplado en el Decreto en los casos que los arrendatarios no hayan podido cumplir con sus pagos en los cánones de arrendamiento. Manifiesta Pinzón Hernández que la recuperación económica no se va a visualizar en un periodo de tiempo tan corto, por ello considera que una eficiente protección de derechos para las partes está en cumplir con el pago acogiendo el principio de solidaridad. En el escrito de su intervención, se indica soportándose en la Sentencia T-406 de 1992 de la Corte Constitucional, que es ella quién debe proveer insumos jurisprudenciales en primera instancia, luego debe exhortar al Congreso para que lo haga, o en su defecto si no lo llegare a hacer la misma Corte a través de su sentencia lo establezca.
Para el abogado y politólogo Pinzón Hernández, la Corte Constitucional cuenta
en esta circunstancia inédita de pandemia en Colombia y el mundo, de interpretar de manera innovadora, los decretos de estado de emergencia emitidos por el Gobierno derivados de la grave situación de salud pública, que exigen del ordenamiento jurídico, no solo decisiones que se armonicen con el diseño constitucional, sino que, ceñidos a la función del control que le otorgó el constituyente de 1991 a este Tribunal, se solucionen controversias contractuales que ameritan un pronunciamiento adecuado a los fines filosóficos, jurídicos, económicos y políticos del Estado Social y democrático de Derecho. Finalmente, se subraya que el decreto 579 de 2020, no recoge jurisprudencia más oportuna como la Sentencia de Tutela T-520 de 2003, en la que la Corte Constitucional señaló que “la autonomía privada de la voluntad en la celebración de contratos en ciertos casos impone un deber de solidaridad entre las partes”, esto quiere decir que pese a ser los contratos, casos de iniciativa privada, la misma Corte en esta sentencia invitó a reconocer las obligaciones contractuales, sin querer promover la cultura del no pago, sino por el contrario, se refiere a adecuarlas al cumplimiento al principio de solidaridad convencional.