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FACULTAD REGIONAL MULTIDISCIPLINARIA DE CARAZO

FAREM – CARAZO

DEPARTAMENTO DE CIENCIAS ECONOMICAS Y ADMINISTRATIVAS

Ingeniería Agronómica III -


año

Trabajo Evaluativo De Manejo Integrado De Cultivo II

Manejo Integrado De Plagas (MIP)

Elaborado por:

 Esteban Medrano Rachelle Isayana.


 Flores López Michael Jhonatan.

Docente:

 Ing. Félix Madrigal.


Jinotepe, 04 de octubre de 2020

I. INTRODUCCION:
Los insectos conforman un componente fundamental en los ecosistemas agrícolas. Algunos
se consideran plagas por los perjuicios que causan a los cultivos, y son los que mayor
atención reciben. Muchos visitan flores y participan de la polinización, una importantísima
contribución que a menudo no valoramos (sin polinización no hay producción de frutos).
Muchos otros son depredadores o parasitoides, contribuyendo en gran medida al control
biológico de plagas, pero generalmente pasan desapercibidos.

Para ello muchas veces por falta de información de control de plagas en ciertos periodos de
siembra se recurre al uso de químicos que muchas veces son de alta toxicidad no solo para
erradicar insectos plagas, sino que afecta al ecosistema del cultivo y por ende al
consumidor, debido a los residuos de químicos en el fruto del cultivo.

En Nicaragua por su alta demanda de la agricultura muchas veces no se usa buenas


prácticas ecológicas, por lo que, el manejo de plagas está relacionado con la alta
contaminación ambiental, la salud de la gran población rural y la efectiva calidad de
nuestros alimentos. Todo esto para poder generar ingresos de exportaciones agrícolas.
La Agricultura y Los Plaguicidas:
El aumento del número de plagas y malezas, en el país en los últimos años ha llevado a que
el productor llegue a depender de muchos químicos (Plaguicidas, Pesticidas, etc.), estos
usados muchas veces descontroladamente en cantidades y tipo de estos.

Esto ha llegado a generar en algunas plagas resistencia a los químicos, no solamente esto,
sino que las alteraciones en el medio han dado paso a condiciones favorables para que estas
se reproduzcan aumentando las poblaciones de plagas. Llevando poco a poco a los
productores a recurrir la comprar de más químicos como gastos fijos, todo para sacar las
cosechas al mercado haciendo que sus gastos sean elevados.

De igual forma la introducción de muchas plagas debido a las exportaciones han venido
causando grandes daños a los cultivos generando perdidas y mayores gastos para el control
de nuevas plagas. Mencionando algunas de estas como: la broca, la roya en el café en los
70; la Rottboelia Cochichinensis (caminadora), las babosas entre otras.

Por lo que el uso de plaguicidas crea nuevos problemas de plagas que posiblemente, se
proliferaron gracias a los cambios que se le han hecho a la agricultura producto de generar
mayores rendimientos y ganancias. Todos estos cambios contribuyen al traspaso de plagas
de un ciclo a otro haciendo que su propagación sea masiva, aunque en el mercado de
semillas se encuentran variedades resistentes a unas plagas no lo son siempre, por lo que a
veces son susceptibles a otras.

En este sentido llegamos a comprender un poco que los plaguicidas no siempre son la
solución general, ya que todo tiene un costo y un beneficio como así daños a lo largo del
tiempo. La aplicación de estas tecnologías agrícolas depende mayormente costos de mano
de obra, tierra e insumos y así como el tipo de cultivo; teniendo por contrariedad muchas
veces la falta de orientación al uso adecuado de plaguicidas o que este sea el correcto de
acuerdo al individuo. Para estas situaciones lo más preferible es usar métodos que generen
menos gastos y tengan más estabilidad para con el medio ambiente y calidad del cultivo.
Teniendo en cuenta que el uso descontrolado de estos químicos monótonamente a lo largo
de los años ha llevado a incrementar los costos de los mismos, por la poca efectividad que
han tenido para no controlar sino que erradicar plagas que han llegado a mutar para resistir
la toxicidad de diversos químicos según su especie, frente a la multiplicación de las
poblaciones de plagas más resistentes, los productores empiezan a incrementar las dosis y
frecuencias de aplicaciones, generando resistencia a las plagas, aumento de costos y
principalmente el problema ante mencionado del daño del medio ambiente. Por lo tanto, los
plaguicidas y los productos de su descomposición contaminan tanto tierras agrícolas como
las que no lo son, de igual forma llegando afectar severamente a las personas, esto debido a
su impregnación y adsorción del suelo a través de las lluvias a las aguas subterráneas que
luego son extraídas de pozos artesanales y residuos en las cosechas que luego serán
consumidas por la población, que muchas veces se reflejan en la los efectos crónicos como
el cáncer y la esterilidad producto de una exposición repetida y prolongada. Por lo que en
los últimos años se ha venido implementando nuevas prácticas ecológicas para disminuir
las incidencias del uso de los plaguicidas.

Usos de los plaguicidas:


Durante los últimos 10 a 20 años, se han organizado numerosos cursos de capacitaciones en
Centro América, de los cuales sus programas presentados son basados en el modelo
norteamericano que consiste principalmente en tres componentes:

-La utilización de equipos de protección ante la manipulación durante la aplicación de


estos.

-La certificación de los usuarios o participantes que asisten, de manera que se les apruebe el
conocimiento mediante la capacitación sobre toxicidad y todo lo referente a manipulación,
almacenamiento y manejo de la aplicación de plaguicidas.

-La venta de los plaguicidas, tomando en cuenta la toxicidad, autorizando únicamente a los
usuarios certificados para dicha actividad.

Todo a fin de que se minimicen los riesgos dados por exposición a plaguicidas, estos
programas han servido principalmente para promover e impulsar el uso seguro. Sin
embargo, Estos han tenido un impacto muy limitado en la reducción de intoxicaciones
humanas, dado que la sociedad que no cuenta con dichos conocimientos dados por este
modelo, erróneamente en sus establecimientos, lugar de suministro etc., proveen a
cualquier persona de forma que estas sin prevención compran, usan o aplican plaguicidas,
incluyendo los más tóxicos. Por lo cual no es razonable pensar que los gobiernos, con sus
grandes necesidades y escasez de recursos, sean capaces de implementar un sistema
reglamentario y por consiguiente basados o regidos por las capacitaciones, certificaciones y
las ventas restringidas de los plaguicidas provisto por los conocimientos adquiridos
mediante estos recursos informáticos. Es por lo cual el uso y manipulación seguro de los
plaguicidas incluso parece ser un sueño inalcanzable actualmente y hasta en un futuro
cercano. Debido a esto se es preciso dar mayor atención a soluciones alternativas
recurrentes como lo es el manejo integrado de plagas.

Basados en nuestro contexto nacional. ¿La gran interrogante es, En Nicaragua


estos componentes sobre uso seguro son cumplidos?
Solamente el 20% de los usuarios usa algún tipo de protección adecuada, muchos de
nuestros productores no cuentan con escolaridad suficiente para completar las
capacitaciones más complejas o comprender más allá de escritos reglamentarios donde se
incluyen estadísticas numéricas poco comprensibles para ellos, por dichas y grandes
razones como la antes mencionada cualquiera es capaz en nuestro país de manipular y
comprar plaguicidas.

Dentro de las alternativas científicas implementadas como respuesta ante tantas catástrofes
por intoxicaciones y sobre uso de plaguicidas, surgió el MANEJO INTEGRADO DE
PLAGAS conocido por su sigla como MIP, los científicos implementaron este concepto en
parcelas de validación en fincas y lograron comprobar la utilidad de los muestreos y las
aplicaciones, bajo las condiciones reales de los productores y productoras. En este se
plantea el uso de múltiples tácticas para mantener las plagas por debajo del umbral
económico. De forma que los plaguicidas sean el último recurso o solamente en casos
extremos donde la incidencia de plagas se encuentre en un alto nivel de daño. Estadísticas
muestran que en un cultivo con alto uso de plaguicidas como es el repollo, tomate, papa,
chiltomas y cultivos de algodón el uso de las técnicas del MIP redujo de 28 por ciclo del
cultivo a 21.7 haciendo una diferencia con la implementación de un programa MIP de un
6.3%. A pesar de la efectividad de esta práctica con bases científicas sólidas, pocos
productores han adaptado el uso para los niveles de plagas y para tomar decisiones de
control. Cuando un proyecto MIP está activo en una zona los productores hacen uso de
umbrales, pero cuando este se retira vuelven a sus prácticas convencionales, realizando
aplicaciones calendarizadas en base a sus preocupaciones y no a sus observaciones, no es
usado a plazos indeterminados, no son constantes. Aún en años recientes lastimosamente
cuando el crédito agrícola y los plaguicidas suben sus costos, el MIP no ha sido más que un
concepto científico que una realidad en el campo para la mayoría de productores.

Dado a las circunstancias ambientales actuales en las que vivimos, la definición más
adaptable y consciente sobre el MIP para la comprensión en general es. Que es un control
aplicado a plagas combinado y concentrado su mayor actuar biológico, integrando
minimizada mente un control químico. Convirtiéndose en una estrategia de carácter
preventivo y perdurable que es capaz de combinar varias tácticas compatibles para reducir
las poblaciones de organismos a niveles que no causen pérdidas económicas considerables,
con efectos negativos mínimos sobre el medio ambiente y la salud humana. Es decir, las
mayores propiedades para controlar provendrán de un control biológico y los plaguicidas o
control químico se usarán como un último recurso.

Los y las agricultores tienen que actuar en base a un razonamiento ecológico para adaptar el
MIP a sus situaciones específicas, de manera que, para fortalecer dicho razonamiento, se es
necesario emplear métodos de educación no formales, con capacitaciones participativas y
Experimentación. Dados estos métodos representarán un cambio fundamental frente a las
tradicionales recomendaciones convencionales existentes estandarizadas para ellos. De
forma que con estos conocimientos se cambie el enfoque y este se difunda masivamente en
el campo, de manera que se encamine hacia una mejor calidad de manejo de plagas en el
campo, y a lo que es la reducción de uso plaguicidas. Debido a la deficiencia para adaptar
estas prácticas los científicos y la responsabilidad derivada del querer desarrollar mejores
condiciones de control biológicos, tratan de innovar y ampliar sus bases. De tal forma que
la experiencia de los agricultores también sea tomada en cuenta y está se combine con la
parte científica, ya que los conocimientos juegan a su vez un papel importante y muy
valioso. De lo cual surge una estrategia de control directo siendo esta una pequeña parte de
las posibles estrategias de manejo, consiste en la realización de un marco de análisis basado
en observaciones, comportamientos y las experiencias de los agricultores con determinadas
plagas, a su vez bosquejar el comportamiento del cultivo y sus plagas bajo las condiciones
presentes.

Ensayos en estación-validación en finca - reservas de las posibles prácticas - las


experiencias acumuladas o conocimientos del productor - de forma que los agricultores
identifiquen el problema y planifiquen el ciclo en el que ocurren, prueben prácticas
alternas, y finalmente evalúen resultados, para posteriormente planificar un nuevo ciclo,
dando paso a un conocimiento de variabilidad ecológico de plagas, cultivo y saber cómo y
cuándo usar esta práctica.

Si bien sabemos o desconocemos lo común sobre las plagas que únicamente son dedicadas
a destruir cultivos. Nos equivocamos dado que en cualquier cultivo existen muchos
organismos vivos. Los cuales forman una red alimenticia, la cual se alimenta directa o
indirectamente de la biomasa y energía de las plantas.

A los que llamamos plagas son herbívoros en la red alimenticia, ya que sacan la energía y
nutrientes del cultivo. Sin embargo, existen herbívoros benéficos los cuales consumen las
hierbas silvestres en los cultivos, y se alimentan de semillas u hojas de malas hierbas,
reduciendo así sus poblaciones.

Entender la red alimenticia nos ayuda a diseñar un manejo integrado del


cultivo.
Debido a la inmersión de la agricultura en la naturaleza y sus procesos, incluyendo dicha
red alimentaria los agricultores, extensionistas e investigadores tiene que tomar en cuenta
estas redes para que el trabajo realizado sea efectivo. Algunas plagas viven únicamente del
cultivo, otras son generalistas, cada una prolífera en distintas circunstancias o condiciones,
algunos depredadores o también conocidos como consumidores, son especialistas u otros
generalistas. Cada uno bajo condiciones específicas. Entender esto e incluir o tomar en
cuenta también la variabilidad climática nos sirve para diseñar sistemas menos propensos
para el incremento de plagas, si estas tuvieran los mismos ciclos y los mismos niveles de
afectación sería más fácil, pero la naturaleza no es así, incluso la variación climática
favorece o desfavorece a distintos organismos de la red y la red alimentaria fluctúa y todo
es un patrón a tomar en cuenta para tomar decisiones.

Por lo que dado a estas incertidumbres se presentan defectos sobre el MIP.


No podemos recomendar practicas sin antes conocer las condiciones de cada lugar.

El agricultor o agricultora tiene que monitorear el avance del cultivo y a su vez el de la red
alimenticia y así se logre ajustar el manejo a los cambios durante el ciclo. Y presentado
dichas variables y existiendo otros factores, se crean ya sean condiciones que sean
favorables o desfavorables para las plagas, y algunas se desconocen para el agricultor, sin
embargo, se estima con la introducción del MIP un mayor rango de estrategias que logran
mantener a niveles que provocan menos daño de plagas y a nivel de niveles aceptables de
organismos benéficos a los cultivos y por consecuente a daños perjudiciales para el
agricultor y el medio en general.
Conclusión
El MIP en la economía y el cambio de estrategia de mercado pueden cambiar el
rendimiento del manejo de plagas. Combinar todos estos conocimientos para el manejo
efectivo de plagas involucra inteligencia, técnica e información recogida a través de
monitoreo, visitas al campo, antecedentes históricos de cada sitio, con el conocimiento de
los cultivos, de plagas y el ecosistema.

Ya que, el manejo integrado de plagas es “Mantener el nivel del daño de enfermedades y


plagas por debajo del límite económico aceptable, combinando varias formas de control”.
Las formas de control, como se mencionó antes son: Control químico, control mecánico,
control biológico, control del cultivo y otras maneras como vacuna o antibiótico. Aparte de
estas maneras, el pronóstico es un elemento muy importante para el MIP porque sirve para
saber con anterioridad la aparición de enfermedades y plagas, y también se puede optimizar
la actividad de los enemigos naturales.

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