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Psicología Jurídica - Varela

Módulo 1:

La relación entre la psicología y la ley (La psicología en el campo jurídico)

Psicología: ciencia que estudia la conducta humana.

Ley: norma jurídica general, expresada en palabras, creada por un proceso determinado
y por un órgano legislativo.

Derecho: conjunto de leyes, preceptos y reglas a que están sometidos los hombres en su
vida social; ciencia que estudia las leyes y su aplicación; sistema de normas coercibles
que rigen la convivencia social.

La psicología y el derecho se relacionan fundamentalmente porque ambos tratan sobre


conductas humanas y, por ende, son ciencias humanas y sociales. Tanto la psicología
como el derecho parten del individuo, del sujeto responsable de sus actos y conductas y
de su capacidad para modificarlos. Los dos entienden que la estabilidad y el bienestar
social tienden a ser alcanzados en cuanto mayor es la adaptación de cada persona.

Diferencia: mientras en el derecho cuando se habla de conducta se hace referencia a la


conducta exteriorizada, la psicología en su estudio de la misma toma en cuenta tanto su
aspecto externo como fundamentalmente su aspecto interno, entendiendo a la misma
como el modo de ser del individuo y el conjunto de acciones que lleva acabo para
adaptarse a su entorno. La psicología busca el descubrimiento de las leyes que le
permitan conocer el comportamiento de los seres que estudia, mientras que la ley
positiva no predice sino que prevé y trata de fomentar o de prohibir positivamente, pero
no explícitamente en función de las leyes de la naturaleza humana, sino en función del
poder que posee y en función de lo que considera bueno o malo para la convivencia de
las personas. La regulación de la conducta es la función esencial de la ley positiva, la
cual nos marca lo que debemos hacer o evitar. Mientras que la función de la psicología
en su entrecruzamiento con el derecho, es el entendimiento de los procesos que
conducen a que el sujeto realice o no una conducta; es decir, a encontrar el porqué un
sujeto se adhiere a la ley o la trasgrede. La ley supone o intuye, la psicología coloca el
punto de análisis.

Psicología jurídica: es ante todo psicología social, es una disciplina que se ocupa de los
aspectos psíquicos caracterológicos del comportamiento jurídico social, donde
involucramos la situación jurídica integral. Se erige en un espacio de intersección
atravesado por discursos esencialmente divergentes. Desde el campo de inserción
laboral es una especialidad de la psicología en el campo legal, surgiendo de la
articulación del conocimiento científico de la psicología y el campo legal.

Desarrollo histórico y formación profesional (Psicología jurídica cap 1)

El término psicología jurídica es más abarcativo que el de forense, en cuanto esta última
limita su práctica a los fueros mientras que la de jurídica es contemplativa de la otra y
además se extiende para incorporar la práctica psicológica que se desarrolla en
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instituciones del quehacer psicológico-jurídico (unidades carcelarias, institutos de
menores, etc) La denominación de psicología jurídica es la más apropiada para
nombrara la actividad que, como psicólogos, llevamos a cabo en ámbitos que no son
jurídicos pero que están atravesados por este discurso.

Roles que el psicólogo puede desempeñar en la especialidad:

• Ámbito tribunalicio: a partir de la Ley de Ejercicio Profesional, quedó regulada


nuestra práctica, en lo atinente a la realización de peritajes, y ello abrió la
posibilidad para que el psicólogo actuara como perito en los diferentes fueros de
la justicia y pudiera firmar los informes que realizaba. Así se jerarquizó el saber
psicológico a los fines de impartir justicia.

En la justicia civil: insanias, violencia familiar, adopción, nulidad matrimonial.

En la justicia penal: peritajes sobre victimario y víctima. El informe del peritaje


sirve como una prueba más para dentro del proceso. Sirve para asesorar al
magistrado a los efectos de dictaminar la veracidad de los dichos de los sujetos
involucrados en el hecho, como también del estado mental de los mismos. Se
interviene también para determinara la peligrosidad de un sujeto; en delitos
sexuales para evaluar a víctimas y victimarios. En relación a menores con delitos
penales, el psicólogo realiza un informe que ofrezca al juez competente en la
causa un panorama profundo de la personalidad del menor y de los vínculos
familiares, indicando estrategias a seguir priorizando lo más conveniente para
que logre un desarrollo óptimo, dentro de las condiciones posibles, respetando la
idiosincrasia y contexto sociocultrual.

• Ámbito penitenciario: la Ley Penitenciaria Nacional prevé una Progresividad del


Régimen Penitenciario que constituye un período de observación, tratamiento y
prueba. Se deben presentar informes al juez sobre la conducta del sujeto. Dentro
del equipo criminológico, el psicólogo realiza el diagnóstico, sugerencia y
supervisión del tratamiento. En relación al tratamiento es importante consignar
que el sujeto no presenta allí una demanda ya que el tratamiento es un requisito
que marca la ley y que el sujeto debe cumplimentar. La función del psicólogo
será entonces crear la demanda.
• Ámbito de la salud mental: en hospital general: violación, suicidio, violencia
familiar. Evaluar, diagnosticar, contener, brindar tratamiento, siempre sujetos a
los requerimientos que se presentarán desde la justicia en relación al marco legal
de cada temática.
• Ámbito policial: selección de personal; evaluación y seguimiento del personal de
seguridad, formación y capacitación del mismo para intervenir conjuntamente en
casos de tomas de rehenes y secuestros.
• Ámbito minoril: atender niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad social. El
Estado en estos casos debe brindar protección especial que asegure desarrollo
físico, psíquico, educativo y moral. Esta es la función tutelar del Estado. Aquí el
psicólogo realiza dos funciones: Diagnóstica, se realizará una exhaustiva
evaluación y diagnóstico de las características de personalidad del menor,
descripción de su comportamiento y motivaciones, contexto familiar y medio
socioambiental y cultural. Y tratamiento, acompañar al niño o joven y a su
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familia, en la elaboración de su conflictiva, favoreciendo un proceso tendiente a
reconstruir y revitalizar los lazos familiares, encontrar proyectos de vida.
Habilitar un lugar para la palabra que permita expresar ansiedades,
disminuyendo así tensiones que pueden hacer surgir conductas de riesgo.
• Pseudo-ámbito de la drogodependencia: pseudo-ámbito porque es el único que
encuentra su nombre en la mención de la patología, además se trata de una
problemática con la cual podemos encontrarnos en cualquiera de los otros
ámbitos de inserción profesional.

Psicología jurídica, criminalística y criminología (Psicología jurídica cap 8)

Criminalística: ciencia de la pesquisa, de la táctica criminal en la escena del delito, de la


comisión del mismo. Estudio de las técnicas del crimen, su fundamento es encontrar las
pruebas que lleven a la verdad jurídica para que el delito no quede impune. Disciplina
auxiliar del Derecho Penal, se ocupa del descubrimiento y comprobación científica del
delito y del delincuente. Se ocupa de la comisión del delito. Analiza las pruebas
materiales para su posterior utilización en el juicio.

La psicología jurídica en su colaboración con la criminalística, intenta explicar las


características de personalidad de un sujeto que se encuentra imputado de un delito, y la
correlación entre éstas, el tipo de delito cometido y la capacidad psíquica del sujeto al
momento de cometer el hecho. El psicólogo en su pericia debe tener en cuenta los
aspectos ligados a la capacidad para comprender la criminalidad del acto. Evaluará:
congruencia/incongruencia entre lenguaje verbal y corporal; los indicadores de
agresividad y peligrosidad.

Criminología: se ocupa de las circunstancias de la esfera humana y social relacionadas


con el surgimiento, la comisión y la evitación del crimen, así como del tratamiento de
los violadores de la ley. Se ocupa del estudio del hombre y de las causas y/o procesos
físicos, psicológicos y sociales que lo han conducido a la violación de la ley. Estudia el
fenómeno antisocial en tanto manifestación humana. Procura conocer al hombre
delincuente: por qué causa delinque el hombre. Ciencia empírica, experimental, que se
sirve del método inductivo, que no se basta a sí misma para conocer las causas de la
criminalidad. Así recurre a otras ciencias, entre ellas la psicología.

La verdad que busca el derecho es una verdad objetivable, mientras que la verdad del
sujeto que delinque entraña una simbología que va más allá del acto realizado en sí. Esa
simbología intrínseca al acto antisocial es lo que intenta develar el psicólogo, aportando
la comprensión del delito desde otra visión que abarca lo más profundo del psiquismo
humano. Se intenta que el sujeto pueda responsabilizarse de su accionar, que alcance un
cierto entendimiento sobre el acto que ha llevado a cabo y las motivaciones
inconscientes que lo han conducido al delito y que esto le permita modificar su
conducta transgresora. De la responsabilidad subjetiva se ocupa la psicología profunda
en tanto el sujeto realizó un acto. La psicología jurídica en su colaboración con la
criminología tiene por objeto el estudio de los factores determinantes de los actos
humanos y el estado mental general del que provienen dichos actos. Trata de alcanzar
un conocimiento de la conflictiva intrapsíquica del hombre que lleva a cabo conductas
antisociales

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Concepto de psicología forense (Psicología Forense Cap 2)

Es aquella parte de la psicología que se desarrolla dentro del ámbito jurídico específico
y/o en sus órganos dependientes, caracterizándose por poseer técnicas propias que la
convierten en una ciencia auxiliar de ese campo.

Ejercicio profesional del psicólogo (Psicología Forense Cap 3)

Autoriza el ejercicio en la aplicación y/o indicación de teorías, métodos, recursos,


procedimientos y técnicas específicas en diagnóstico, pronóstico y tratamiento de la
personalidad, y la recuperación, conservación y prevención de la salud mental de las
personas, la enseñanza y la investigación.

Módulo 2:

Antropología Estructural (Levi-Strauss)

Capítulo IX: El hechicero y su magia


La integridad física no resiste a la disolución de la personalidad social.
La eficacia de la magia implica la creencia en la magia, y que ésta se presenta en tres
aspectos complementarios: en primer lugar, la creencia del hechicero en la eficacia de
sus técnicas; luego, la del enfermo que aquel cuida o de la víctima que persigue, en el
poder del hechicero mismo; finalmente, la confianza y las exigencias de la opinión
colectiva, que forman a cada instante una especie de campo de gravitación en cuyo seno
se definen y se sitúan las relaciones entre brujo y aquellos que él hechiza.
Los jueces no esperan que el acusado impugne una tesis, y menos aún, que refute los
hechos; le solicitan que corrobore un sistema del cual solamente poseen un fragmento, y
cuya totalidad quieren que el acusado reconstruya de una manera apropiada.
Nuestro héroe se encuentra preso de un problema que tal vez no carece de equivalente
en el desarrollo de la ciencia moderna: dos sistemas, de los cuales se sabe que son
ambos igualmente inadecuados, ofrecen sin embargo, uno con respecto al otro, un valor
diferencial y esto a la vez desde un punto de vista lógica y desde un punto de vista
experimental. ¿Con respecto a qué sistema de referencias se lo juzgará entonces? ¿El de
los hechos, donde ambos se confunden, o el que les es propio, donde adquieren valores
desiguales, teórica y prácticamente?
Triple experiencia: la del shamán mismo que, si su vocación es real, experimenta ciertos
estados específicos, de naturaleza psicosomática; la del enfermo, que logra o no una
mejoría, la del público, en fin, que también participa de la curación, y para quien el
entusiasmo que experimenta la satisfacción intelectual y afectiva que obtiene
determinan una adhesión colectiva que inaugura a su vez un nuevo ciclo.
Tres elementos indisociables del complejo shamanístico. Se organiza en torno de dos
polos, uno formado por la experiencia íntima del shamán y el otro por el consenso
colectivo.

Capítulo X: La eficacia simbólica


La cura consistiría en volver pensable una situación dada al comienzo en términos
afectivos, y hacer aceptables para el espíritu los dolores que el cuerpo se rehúsa a
tolerar. Que la mitología del shamán no corresponde a una realidad colectiva carece de
importancia: la enferma cree en esa realidad y es miembro de una sociedad que también
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cree en ella. Lo que no acepta son dolores incoherentes y arbitrarios que, ellos sí,
constituyen un elemento extraño a su sistema, pero que gracias al mito el shamán va a
reubicar en un conjunto donde todo tiene sustentación.
La eficacia simbólica consistiría precisamente en esta propiedad inductora que
poseerían, unas con respecto a otras, ciertas estructuras formalmente homólogas capaces
de constituirse, con materiales diferentes en diferentes niveles del ser vivo; procesos
orgánicos, psiquismo inconsciente, pensamiento reflexivo.
El poder traumatizante de una situación cualquiera no puede resultar de sus caracteres
intrínsecos, sino de la capacidad que poseen ciertos acontecimientos que surgen en un
contexto psicológico, histórico y social apropiado, de inducir una cristalización afectiva
que tiene lugar en el molde de una estructura preexistente.
Inconsciente: la función simbólica, que en todos los hombres se rige por el conjunto de
estas leyes.

El malestar en la cultura (Freud)

Es el programa del principio de placer el que fija su fin a la vida. Lo que en sentido
estricto se llama "felicidad" corresponde a la satisfacción más bien repentina de
necesidades retenidas, con alto grado de estasis, y por su propia naturaleza sólo es
posible como un fenómeno episódico. Desde tres lado amenaza el sufrimiento; desde el
cuerpo propio, que, destinado a la ruina y a la disolución, no puede prescindir del dolor
y la angustia como señales de alarma; desde el mundo exterior, que puede abatir sus
furias sobre nosotros con fuerzas hiperpotentes, despiadadas, destructoras; por fin,
desde los vínculos con otros seres humanos.
No es asombroso, que bajo la presión de estas posibilidades de sufrimiento los seres
humanos suelan atemperar sus exigencias de dicha, tal como el propio principio de
placer se transformó, bajo el influjo del mundo exterior, en el principio de realidad, más
modesto.
El programa que nos impone el principio de placer, el de ser felices, es irrealizable;
empero, no es lícito, no es posible, resignar los empeños por acercarse de algún modo a
su cumplimiento. Para esto pueden emprenderse muy diversos caminos, anteponer el
contenido positivo de la meta, la ganancia de placer, o su contenido negativo, la
evitación de displacer. Por ninguno de ellos podemos alcanzar todo lo que anhelamos.
Nos negamos a admitir el sufrimiento social. No podemos entender la razón por la cual
las normas que nosotros mismos hemos creado no habrían más bien de protegernos y
beneficiarnos a todos.
Enuncia que gran parte de la culpa por nuestra miseria la tiene lo que se llama nuestra
cultura; seríamos mucho más felices si la resignaríamos y volviéramos a encontrarnos
en condiciones primitivas.
El ser humano se vuelve neurótico porque no puede soportar la medida de frustración
que la sociedad le impone en aras de sus ideales culturales, y de ahí se concluyó que
suprimir esas exigencias o disminuirlas en mucho significaría un regreso a posibilidades
de dicha.
La palabra cultura designa toda la suma de operaciones y normas que distancian nuestra
vida de la de nuestros antepasados animales, y que sirven a dos fines: la protección del
ser humano frente a la naturaleza y la regulación de los vínculos recíprocos entre los
hombres.
Reconocemos como culturales todas las actividades y valores que son útiles para el ser
humano en tanto ponen la tierra a su servicio, lo protegen contra la violencia de las
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fuerzas naturales.
El poder de esta comunidad se contrapone como derecho, al poder del individuo, que es
condenado como violencia bruta. Esta sustitución del poder del individuo por el de la
comunidad es el paso cultural decisivo. Su esencia consiste en que los miembros de la
comunidad se limitan en sus posibilidades de satisfacción, en tanto que el individuo no
conocía tal limitación. El siguiente requisito cultural es, entonces, la justicia, o sea, la
seguridad de que el orden jurídico ya establecido no se quebrantará para favorecer a un
individuo.
El resultado último debe ser un derecho al que todos hayan contribuido con el sacrificio
de sus pulsiones y en el cual nadie puede resultar víctima de la violencia bruta.
Semejanza del proceso de cultura con el del desarrollo libidinal del individuo. Otras
pulsiones son movidas a desplazar las condiciones de su satisfacción, a dirigirse por
otros caminos, lo cual en la mayoría de los casos coincide con la sublimación. La
sublimación de las pulsiones es un rasgo particularmente destacado del desarrollo
cultural; posibilita que actividades psíquicas superiores desempeñen un papel tan
sustantivo en la vida cultural.
No puede soslayarse la medida en que la cultura se edifica sobre la renuncia de lo
pulsional, el alto grado en que se basa, precisamente, en la no satisfacción de poderosas
pulsiones.
Los preceptos del tabú fueron el primer derecho. Por consiguiente la convivencia de los
seres humanos tuvo un fundamento doble: la compulsión al trabajo, creada por el
apremio exterior, y el poder del amor.
El prójimo no es solamente un posible auxiliar y objeto sexual, sino una tentación para
satisfacer en él la agresión, explotar su fuerza de trabajo sin resarcirlo, usarlo
sexualmente sin su consentimiento, desposeerlo de su patrimonio, humillarlo, infligirle
dolores, martirizarlo y asesinarlo.
La existencia de esta inclinación agresiva es el factor que perturba nuestros vínculos con
el prójimo y que compele a la cultura a realizar su gasto. A raíz de esta hostilidad
primaria y recíproca de los seres humanos, la sociedad culta se encuentra bajo una
permanente amenaza de disolución.
La cultura es un proceso particular que abarca a la humanidad toda en su transcurrir, y
seguimos cautivados por esa idea. Ahora agregamos que sería un proceso al servicio del
Eros, que quiere reunir a los individuos aislados, luego a las familias, después a las
etnias, pueblos, naciones, en una gran unidad: la humanidad. A este programa se opone
la pulsión agresiva: pulsión de agresión que es el subrogado de la pulsión de muerte.
El superyó de una época cultural tiene un origen semejante al de un individuo: reposa en
la impresión que han dejado tras sí grandes personalidades conductas.

Control social, grupos e instituciones (Varela-Puhl)

Control social: toda actividad que tienda a regular la interacción humana que puede
asumir la forma de cooperación, de conflicto o de intentos para superarlo.

La socialización es el proceso por el cual aprendemos a ser miembros de una comunidad


humana y a interiorizar los valores y roles de la sociedad. Es necesario que el individuo
aprenda cuáles son las conductas culturalmente aceptadas a los efectos de que la
sociedad pueda establecer el orden social. El orden social como pautas
institucionalizadas de comportamiento, fuerza externa que actúa como orientador de la
conducta individual a través de la estandarización en categorías pautadas culturalmente.
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Toda sociedad presenta una estructura de poder, con grupos que dominan y grupos
dominados, con sectores más cercanos o más lejanos a los centros de decisión. A partir
de esta estructura, se controla socialmente la conducta de los hombres.

El control social puede ser institucionalizado (escuela, Iglesia, universidad,


psiquiátricos, policía, hogares, etc.) o difuso (MCS, familia, modas, rumores, etc.) Cabe
tener presente que siempre que el control social opera por medio de la
institucionalización de las personas, se revela una serie de posibilidades de punición real
que es menester investigar. El sistema penal es la parte del control social que resulta
institucionalizado en forma punitiva y con discurso punitivo: en la práctica abarca desde
que se detecta o supone que se detecta una sospecha de delito hasta que se impone y
ejecuta una pena. El control social considera como marginal a todo aquel individuo que
se encuentra situado al margen de la normalidad. La principal institución de control
social es la jurídica que tipifica como normales o legales unas determinadas conductas y
como anormales o ilegales a otras a las cuales persigue.

El proceso de criminalización (Basglia) consiste en el proceso por el cual los grupos


poderosos consiguen influir sobre la legislación y sobre las instituciones. Esto significa
que en una sociedad moderna la acción de estos grupos se traduce en el poder de
condicionar la acción del Estado. Criminal es la acción definida como tal por el grupo
de poder, y el sujeto criminal es el que padece ese proceso de criminalización.

Al servicio del control social se hallan las llamadas instituciones totales: reúnen la
característica de ser un lugar de residencia y trabajo donde un gran número de
individuos en igual situación, o sea aislados de la sociedad por un período de tiempo
comparten en su encierro una rutina diaria administrada formalmente. Tienen
actividades estrictamente programadas, la vida se desarrolla siempre en el mismo
edificio, con un sistema de normas formales impuestas por el personal de modo
coercitivo y con supervisión del comportamiento.

Grupos: conjunto de personas que interactúan, llevan adelante reivindicaciones cuyo


fin es el mantenimiento o ampliación de formas de conducta que son inherentes a las
actitudes compartidas. Hay cohesión y un interés compartido. Accionan en función de
su interés común.

La articulación de intereses es importante ya que señala los límites entre la sociedad y el


sistema político. Si los grupos que conforman la sociedad no encuentran los canales
adecuados para expresar sus intereses y necesidades, es más probable que sus demandas
queden insatisfechas y esto puede generar violencia. Medios para articular demandas:
demostración de fuerza y violencia; conexiones personales; representación directa;
lobby.

Grupos de interés: función mediadora de articulación de intereses dentro del orden


legal; interés particular común a todos, ligados por lazos de necesidades compartidas.

Grupos de presión: interés común que presiona. Se caracteriza por su intento dinámico
de integrarse a la realidad política como fuerza de acción a través de los recursos
económicos, el número de miembros, la imagen de prestigio y reconocimiento social, la
capacidad organizativa y los contactos con funcionarios del gobierno.
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Grupos de tensión: recurren a la acción directa, sabotaje, para provocar la anormalidad
y ubicarse al margen de la legalidad e intentando subvertir el orden vigente mediante la
acción clandestina.

Grupo de poder: grupos social normativo en función de una determinada estructura de


poder, gobierna la realidad sociopolítica de una sociedad.

Coerción social: control social formalmente establecido desde el discurso punitivo.


Acción de contener o reprimir que el derecho penal ejerce sobre los individuos que han
cometido un delito.

Pena: restricción o privación de bienes jurídicos impuesta conforme a ley por los
órganos jurisdiccionales, competentes, al culpable de una infracción penal. Es un hecho
universal, su objetivo es garantizar la seguridad jurídica reconociendo una función
preventiva especial mediante la reeducación resocializadora. Es el mal impuesto por
sentencia judicial a una persona consistente en la pérdida de un bien jurídico de que
gozaba, por ser autor o participe de un delito. En nuestro país domina el ambiente de las
penas privativas de la libertad.

Tipos de penas:

• Prisión: priva de la libertad, encarcelamiento medido por la gravedad del delito;


puede reemplazarse por arresto domiciliario. Debe cumplirse durante ocho
meses para obtener libertad condicional, en sentencia a tres años o menos. Puede
imponerse condicionalmente.
• Reclusión: priva de la libertad, no puede reemplazarse por arresto domiciliario;
cumplimiento de un año para libertad condicional, no puede imponerse
condicionalmente. (ambas, por más de tres años, conllevan inhabilitación
absoluta por el tiempo de la condena de: empleo o cargo público, derecho
electoral, goce de jubilación o pensión)
• Inhabilitación: incapacidad para ejercer una determinada actividad.
• Multa: pérdida pecuniaria que, por falta de pago, puede ser sustituida por la
prisión.

Condena condicional: situación que deja en suspenso el cumplimiento de la pena por


sentencia. Halla su razón de ser en el reconocimiento de la conveniencia de evitar las
penas cortas privativas de la libertad, admitiendo su carácter perjudicial y criminógeno
y su nulo valor preventivo.

Probation: (ver resumen específico)

Libertad condicional: cuando haya cumplido dos tercios de su condena. No se otorga a


reincidentes. Se revoca si comete nuevo delito o viola la obligación de residencia. Para
obtenerla: domicilio fijo, empleo, someterse al cuidado de un patronato.

Libertad asistida: reincidentes, seis meses antes del cumplimiento efectivo de la


condena. Fijar residencia, trabajo, asistencia psicológica, contacto oficial con agente de
prueba.

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Prisión preventiva: privación de la libertad personal impuesta al imputado en el curso
del proceso como seguridad de su sometimiento al mismo. Zaffaroni: el
encarcelamiento preventivo sólo puede ser legítimo cuando se aplica como coacción
directa, resultando inválido en los demás casos. Sólo será admitida para neutralizar un
peligro inminente o interrumpir una actividad lesiva en curso, a través de la actividad de
la autoridad administrativa, la que debe cesar, a fin de no convertirse en punitiva, en el
momento en que desaparece el peligro mencionado.

Módulo 3:
La criminalización de las necesidades (Basaglia)

Para el hombre moralmente extraviado: la cárcel; para el hombre enfermo del espíritu:
el manicomio; ésta es la gran conquista de la ciencia.
Locura y delincuencia representaban juntas la parte del hombre que debía ser eliminada,
circunscrita y escondida, hasta que la ciencia no estableció claramente la división a
través de la individualización de los diversos caracteres específicos.
Racionalismo iluminista: separa cárcel y manicomio. Cárcel y manicomio (una vez
separados) continuaron conservando sin embargo la misma función de tutela y de
defensa de la "norma", donde la anormalidad se convertía en norma en el momento en el
cual era circunscrita y definida por lo muros que establecían las diferencias y la
distancia.
La ciencia ha separado entonces la delincuencia de la locura, reconociendo a las dos una
nueva dignidad: a la locura la de ser traducida en una abstracción (enfermedad) y a la
delincuencia la de convertirse en objeto de investigación de parte de criminólogos y
científicos.
La violencia o la amenaza de violencia es aún un instrumento suficiente para garantizar
el orden público.
Estructura económica y organización institucional coinciden siempre a cada nivel de
desarrollo y no es casual que los manicomios se estructuren en el sentido técnico-
institucional con el inicio de la revolución industrial.
La ideología de la punición sobre la cual se funda la cárcel y la ideología médica sobre
la que se funda el manicomio, son hechos totalmente extraños al problema del hombre
delincuente o del hombre enfermo; es decir, son totalmente extrañas tanto al problema
de la delincuencia como al de la enfermedad. Su función es la de una simple contención
de las desviaciones y por lo tanto de su control. La ideología encubre la represión
simplemente justificándola y legitimándola. Pero la violencia legitimada sigue siendo
violencia.

La delincuencia y la enfermedad son contradicciones del hombre.


Estos organismos llamados rehabilitativos tienen entonces una doble función: la
violencia como sistema concreto de eliminación y destrucción y la violencia como
amenaza simbólica de esta exterminación y destrucción.
Es sobre esta lógica destructiva como se mantiene la eficiencia de la organización
institucional, porque la institución en cuanto organización no puede permitirse riesgos.
Hasta que nuestro sistema económico no considere funcional para su progresivo
desarrollo un tipo de control institucional distinto del violento y segregante hoy en
vigor, cárcel, manicomio y tortura continuarán siendo lo que son.
Es una confirmación el hecho de que si a nivel teórico se habla siempre de la necesidad
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de su transformación, en el plano práctico cada intento de transformación es
obstaculizado y reprimido violentamente.
El Estado burgués se funda en una división artificial asumida como división natural: la
división en clases. Aparentemente destinadas a resolver las contradicciones naturales,
sirven de hecho para mantener la división originaria sobre la cual se erige la estructura
económico social.
Lo que es determinante en este proceso es un elemento. Pareciera que las formas de
delincuencia y locura irrecuperables fueran patrimonio de una sola clase.
Si manicomio y cárceles son organismos instituidos para responder a las necesidades de
la sociedad libre, los internados no pueden reconocerse en esta sociedad que los castiga,
los segrega, los destruye sin ofrecerles una alternativa posible. No pueden aceptar
identificarse con reglas que no responden a sus necesidades. No pueden vivir la
internación como una experiencia que los ayuda en su proceso de rehabilitación.
El problema está precisamente en la incorporación de este concepto: la necesidad de
eliminar al diferente como si la vida no lo contuviese y por lo tanto romper la falsa no
contrariedad de este aspecto exterior pulido y limpio, donde todo sería perfecto si no
fuera por las ovejas negras. El diferente de la clase dominante es aceptado, pero no el de
la clase oprimida
Este análisis nos permite comprender cómo todas las instituciones de nuestro sistema
social tienen la función de responder a las necesidades una vez que ellas han sido
criminalizadas, reducido lo que no es o aquello de que no es síntoma o expresión. La
criminalización de la necesidad es en realidad la naturaleza artificialmente construida,
de manera que se encuentran frente a frente dos formas de violencia y de criminalidad,
la una en respuesta a la otra. La desviación, el comportamiento anormal son crímenes
porque podrían ser peligrosos; la institución delegada para la cura y la rehabilitación de
la desviación y del comportamiento anómalo es crimen, en nombre de la prevención de
esta peligrosidad. No existen necesidades ni respuestas a las necesidades.

Institución penitenciaria (Marchiori)

Capítulo 2: Diagnóstico clínico criminológico

El diagnóstico clínico criminológico se refiere al conocimiento del hombre con una


conflictiva antisocial, a los procesos físicos, psicológicos y sociales que han conducido
al delito. Es un proceso en sí complejo y a la vez dinámico en la que entran todos los
elementos para la comprensión del individuo, de su familia y de su medio social.

El diagnóstico de la personalidad del delincuente está en constante evolución, abarca


ingreso, estadía y egreso.

Diagnóstico inicial, diagnóstico en función de los años de estadía del individuo en


prisión y diagnóstico previo a la salida, así como un diagnóstico post institucional.

Desde una criminología clínica e institucional, el diagnóstico comprende:

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3) El que causare un mal por evitar otro mayor inminente a que ha sido extraño

4) El que obrare en cumplimiento de un deber o en legítimo ejercicio de un derecho


autoridad o cargo

5) El que obrare en virtud de obediencia debida

6) El que obrare en defensa propia o de sus derechos, siempre que concurrieran las
siguientes circunstancias: a) agresión ilegítima; b)necesidad racional del medio
empleado para impedirla; c) falta de provocación suficiente por parte del que se
defienda

7) El que obrare en defensa de la persona o derechos de otro, siempre que concurran las
circunstancias de a y b del inceso anterio y caso de haber precedido provocación
suficiente por parte del agredido, la de que no haya participado en ella el tercer
defensor.

Enajenado: incapacidad de motivarse que tiene el sujeto y en base a esta no será


objetivo de reproche jurídico.

Artículo estructurado en apartado jurídico, psiquiátrico y psicológico.

Módulo 5:

Daño Psíquico (La psicología en el campo jurídico Cap 5)

Daño psíquico a causa de una situación traumática vivida con motivo de un accidente
de cualquier índole.
Si a consecuencia de un evento una persona sufre menoscabo de sus bienes vitales,
naturales, presente o tiene un daño.

Daño desde la perspectiva jurídica:


El daño como consecuencia del acto ilícito es el detrimento, perjuicio o menoscabo
que se recibe por culpa de otro. Puede causarse por dolo, por culpa o por caso fortuito.
Si lo hubiese ocasionado sin malicia, pero por su culpa o imprudencia, será igual
condenado a pagar una indemnización.
Damnificado: aquel sujeto pasivo de un daño o perjuicio. Sufre las consecuencias de
un hecho o acto perjudicial.
El concepto de daño puede ser abordado desde dos perspectivas:
1) En sentido amplio hay daño cuando se lesiona cualquier derecho subjetivo.
2) En sentido estricto, la lesión debe recaer sobre ciertos derechos subjetivos
patrimoniales o extrapatrimoniales, cuyo menoscabo debe generar una sanción
patrimonial. Es relevante en materia de responsabilidad civil, y es desde allí donde
vamos a trabajar el concepto de daño psíquico

La reparación del perjuicio abarca la indemnización del daño material o moral causado
a la víctima, su familia, o a un tercero.

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Los daños puede ser de dos tipos:
Materiales: -Patrimonial directo
-Patrimonial indirecto: Daño Psíquico

No Materiales: -Extrapatrimonial: agravio o daño moral

Daño Psíquico:
Toda perturbación, trastorno, enfermedad, síndrome, disfunción, que a consecuencia de
un hecho traumático sobre la personalidad del individuo acarrea una disminución en la
capacidad de goce, que afecte su relación con el otro, sus acciones, etc. No importando
si hay una personalidad de base predispuesta para ese daño; por lo expuesto, podemos
inferir que si existe daño psíquico este persistirá siempre y hasta tanto el individuo no
realice un tratamiento psicoterapéutico que lo ayude a resolver la problemática que
dicho daño le causó. Perjuicio ocasionado a consecuencia de un evento inesperado y no
previsible por el sujeto comprometido en él, y que le ocasiona determinado grado de
perturbación y altera tanto su forma de relacionarse con el afuera como alteraciones en
las esferas afectiva, volitiva, trastornos del pensamiento, que se manifiesten a través de
cuadros de neurosis reactivas con sus diferentes posibilidades o desencadenen
patologías que traigan aparejadas entidades nosográficas tales como psicosis y/o
demencias.

El daño psíquico se da a nivel inconsciente, pero trae consecuencias en la manifestación


conductual y en toda la estructura del sujeto, con importantes repercusiones en la esfera
afectiva y, por consiguiente, en la interrelación con el medio. Se puede considerar el
daño psíquico como la resultante que desencadena las alteraciones en los distintos
grados en que se manifiesten, y que obedece a una causa inesperada y ajena al sujeto.
Daño psíquico: se produce una ruptura en el equilibrio homeostático del sujeto. El daño
psíquico debe ser pensado desde una visión estructural y dinámica de la personalidad.

Puede hablarse de la existencia de un daño psíquico en un determinado sujeto, cuando


éste presente un deterioro, disfunción, o trastorno que afecte sus esferas afectivas y/o
volitiva y/o intelectual; a consecuencia del cual se limite, disminuya su capacidad de
goce individual, familiar, laboral, social y/o recreativa.
No importa la intensidad del hecho sino con el nivel de tolerancia que el sujeto tenga,
y de esta manera no puede elaborar dicha situación traumática.

El daño psíquico implica:


- Alteración del psiquismo de una persona con menoscabo de su salud
- Disminución de las aptitudes del sujeto imputable a un evento
- Tal alteración del psiquismo conlleva la necesidad de tratamiento

La necesidad de tratamiento en el caso de que haya daño psíquico, ya que el trauma


acaecido no lo resolverá el sujeto por sí mismo; sino con la ayuda de un profesional.
Psicoanálisis: trauma: acontecimiento de la vida del sujeto caracterizado por su
intensidad, la incapacidad del sujeto de responder a él adecuadamente y trastorno y los
efectos patógenos duraderos que provoca en la organización psíquica.
Situación traumática: experiencia vivida que aporta en poco tiempo un aumento tan
grande de excitación a la vida psíquica, que fracasa su liquidación o su elaboración por
los medios normales y habituales, lo que inevitablemente da lugar a trastornos
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duraderos en el funcionamiento energético. El daño psíquico tiene efecto probatorio a
partir de la evaluación pericial psicológica.

Si el umbral de tolerancia de un individuo está disminuido por determinada cantidad de


hechos de su historia vital, de tal forma que un suceso externo, acumulativo de varios
hechos, o un proceso repentino, produce una sintomatología que daría la posibilidad de
que exista un daño psíquico, este daño no tiene que ver sólo con la intensidad del
estímulo, sino con la tolerancia del sujeto. El bajo umbral de tolerancia no es causal de
la desaparición del daño, sino, contrariamente, lo agrava, ya que las consecuencias
serían más severas que para una persona con otro umbral de tolerancia. El daño psíquico
es generalmente reversible mediante un tratamiento psicoterapéutico de distinta
duración.

Secuelas o consecuencias del hecho traumático (daño psíquico): Pueden aparecer los
siguientes síntomas: recuerdos desagradables y recurrentes que reviven la escena
traumática, dificultad para conciliar el sueño, evitación de realizar acciones similares,
amnesia lacunar

Concausa:

Es el factor que actúa modificando la evolución normal de una lesión. La relación causa
secuela se ve alterada por la interposición de concausa. Serían las condiciones sin las
cuales la evolución de la problemática se da de un modo distinto. Cuando un daño en el
cuerpo o en la salud es agravado como resultado de una predisposición preexistente o de
una complicación sobreviniente existe concausa o concausalidad, es decir, reunión de
dos o más causas en la producción de un estado mórbido. La concausa preexistente es
aquella que se refiere a un estado anterior de cualquier cuadro latente previo al
accidente. La concausa sobreviniente es aquella que ocurre por la complicación en el
daño producido que altera su evolución normal, produciendo su agravamiento. Dicha
relación causa efecto se ve transformada por una predisposición, o por una
complicación.

Daño moral:

Es todo sufrimiento o dolor que se padece independientemente de cualquier repercusión


de orden patrimonial. No se trata de procurar un restrablecimiento de la situación
anímica de quien se siente lesionado. En el daño moral localizamos: lesión a los
sentimientos, a la libertad individual, agravio a la paz, afección en el orden
eminentemente moral. No implica conformación patológica. Se escapa al horizonte
pericial psicológico forense, quedando a cargo del juez su evaluación.

Daño psíquico es diferente a daño moral. En el primero la instauración del trauma se


daría a nivel inconsciente y, por lo tanto, el sujeto estaría en imposibilidad de modificar,
cambiar o revertir de por sí, sin ayuda profesional, una situación determinada, que por
sus características, ya sean de intensidad o de tolerancia del sujeto, la carga del ataque
sufrido fue reprimido y alejado de la conciencia, y por lo tanto hasta que éste no sea
elaborado perdurarán las consecuencias de dicho hecho; siendo de esta forma revertido,
con la excepción anteriormente mencionada, con referencia al daño psíquico
irreversible.
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En el Daño moral existe una percepción consciente de perjuicio y sufrimiento que no es
reprimida y queda dentro de los límites de la conciencia. La diferencia entre ambos
daños sería la forma de elaborar el duelo.

Práctica pericial (La psicología en el campo jurídico Cap 2)

El rol del psicólogo en el ámbito forense: La inserción en este ámbito es desde el rol de
perito.
Perito: docto, experimentado, práctico en una ciencia o arte. Designa al sujeto que
poseyendo determinados conocimientos científicos, artísticos o simplemente prácticos,
es llamado por la justicia para dictaminar sobre hechos cuya apreciación no puede ser
llevada a cabo sino por aquel que, como él, es poseedor de tales nociones muy
especializadas.

El profesional que realiza esta tarea es un auxiliar de la justicia.


Es un auxiliar porque colabora para que el juez se forme un panorama acabado sobre
los hechos en examen, a los que aplicará el derecho vigente.

Tipos de perito:
Perito oficial: es el profesional que trabaja en relación de dependencia con la justicia.
Puede desempeñar su labor en la asesoría pericial o en un juzgado
Perito de oficio: para desempeñar este rol el psicólogo debe inscribirse en las listas que
están en las Cámaras de Apelaciones de los diferentes fueros. Su relación con la justicia
es un contrato para actuar en determinado juicio, para lo cual es convocado por el juez
Perito de parte: su función está reglamentada en el Código de Procedimientos Penal. Es
nombrado por el juez a pedido de alguna de las partes, tiene rol pericial y por lo tanto,
obligaciones. De no ser cumplidas se le impondrá una sanción. Presenta informa

Consultor técnico:
Su actuación está reglamentada por el Código de Procedimientos Civil. Es autorizado
por el juez a instancia de alguna de las partes. Actuará como veedor de la pericia, no
teniendo obligación de realizar aceptación formal del cargo ni de presentar informe.

Disposiciones legales:
El perito es notificado de su designación y tiene tres días hábiles para concurrir al
Tribunal, solicitar el expediente y aceptar o no el cargo. Si no, será reemplazado por
otro.
El perito deberá realizar su dictamen de acuerdo a los puntos de pericia propuestos por
las partes y por el juez.
En la sentencia el juez formulará la regulación de honorarios de los profesionales que
han intervenido en el juicio.
En el caso de los peritos de parte y consultor técnico los honorarios serán abonados por
la parte que ha solicitado su accionar

Responsabilidad del perito:


Tanto la actividad pericial como el testimonio realizado ante autoridad competente
pueden incurrir en un delito doloso
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Recusación del perito: son causales de recusación en el caso de los peritos, la falta de
título o incompetencia en la materia de que se trate, y todas aquellas previstas por el
juez.

Práctica pericial (Psicología Jurídica cap 2)

El actuar del perito psicólogo:


Para poder realizar el informe pericial el psicólogo deberá realizar dos trámites
prioritarios: 1) la consulta del expediente judicial, 2) el contacto con los puntos de
pericia
Los puntos de pericia son las preguntas que debe responder específicamente el perito.
El psicólogo recurrirá a: a) entrevistas libres y semi pautadas, b) administración de
técnicas de evaluación psicológicas
Todo el material recopilado para la realización del informe psicológico pericial, deberá
ser reservado y quedará a disposición en el caso de que surjan pedidos de aclaración o
impugnación por algunas de las partes o el juez.

Informe pericial:
No existen normas estrictas. El perito deberá guardar ciertas formalidades. El
encabezamiento debe ser dirigido al Señor Juez y Juzgado correspondiente,
consignando la nominación y numeración de la secretaría.
Preámbulo debe contener las razones de la presentación, nombre y apellidos completos
del perito y la confirmación de haber aceptado el cargo y dado el cumplimiento a los
requisitos legales.
Desde cómo se presenta la persona exteriormente hasta el comportamiento que ésta
evidencia durante la prueba, incluyendo los antecedentes de examinado que hagan
aportes al tema de la pericia y su estado actual.
Se debe responder a los puntos de pericia que se encuentran consignados en el
expediente.
Deben presentarse, tantas copias del informe como partes interesadas haya en el mismo.
Puede suceder que la pericia: sea impugnada por las partes, sea declarada nula, se
ordene su desglose, no se considere, se pida ampliación, se pida aclaración de algún
punto, se ordene repetirla, se acepte en su totalidad.
La confidencialidad de los datos que recibe el psicólogo en las entrevistas constituye
una obligación ética y es resguardada legalmente por lo pautado por el secreto
profesional.
Lenguaje debe ser preciso y desprovisto de todo tipo de tecnicismos.

Lo que el perito no debe hacer:


El destinatario no es un paciente. Se requiere de la expresa voluntad del examinado para
la aceptación o no de pruebas diagnósticas.
No se debe hacer una incursión en la vida privada del sujeto que no tengan que ver con
el área de personalidad solicitada por el juez, no se debe violar la intimidad de la
persona introduciendo la presencia de terceros ajenos a la pericia, no se debe desviar
casos a la consulta privada, no se debe convertir la entrevista en interrogatorio.

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