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BÍBLICO CRISTIANO

DOCTRINAS CONTROVERSIALES A LA LUZ DE LA BIBLIA

JUEZ EN CARTAGENA RECHAZA MATRIMONIO HOMOSEXUAL (CASAR A DOS MUJERES) POR IR EN CONTRA DE DIOS Y LOS
PRECEPTOS DE LA MORAL CRISTIANA.

Fuente: EL ESPECTADOR de Colombia 1sept.2020

Para el juez Décimo Civil Municipal de Cartagena (Bolívar), a pesar de las sentencias de la Corte Constitucional, casar a dos personas del
mismo sexo va en contra de la Constitución Política y de su moral cristiana.

El Juzgado Décimo Civil Municipal de Cartagena en Bolívar rechazó la solicitud de matrimonio de dos mujeres que pretendían unir allí sus vidas. De
acuerdo con este juzgado, a pesar de las sentencias de la Corte Constitucional, formalizar un matrimonio igualitario va en contra de la Constitución
que, en muchos apartes, menciona a Dios como protector de las normas. Asimismo, el funcionario judicial aseguró que el hecho va en contra
de su moral cristiana.
“Existe un conflicto entre lo que dice la ley humana y lo que dice la ley de Dios, yo prefiero la ley de Dios porque prefiero agradar primero a mi
señor Dios todopoderoso, antes que al ser humano”, dice el documento del juez Ramiro Eliseo Flórez, quien rechazó la solicitud de matrimonio
argumentando que no es discriminación sino “comprensión de las normas”. Según él, aunque la Corte Constitucional aprobó el matrimonio
igualitario, también hay que tener en cuenta que como servidor público realizó un juramento ante Dios.
No puedo casar a dicha pareja del mismo sexo, porque ello contraría mi moral cristiana, va en contra de mis principios esenciales y cuando
exista conflicto entre lo que dice la ley humana y lo que dice la ley de Dios, yo prefiero la ley de Dios, porque prefiero agradar primero a mi
señor Dios, todopoderoso, antes que al ser humano”, señaló en el documento que tiene su firma, con fecha del 31 de agosto.
“Nuestra constitución política invoca a Dios”, dice el juez. Según su interpretación, asegura que como funcionario público contrajo un juramento
que reza: “Juro a Dios y prometo al pueblo cumplir bien y fielmente la constitución y las reglas (…) si así lo hiciereis, que Dios y la Patria os
premien y si no que Él y ella, os demande”.
El juez justificó su rechazo a la solicitud de la pareja del mismo sexo está justificada en la Constitución, que cita en el preámbulo a Dios. En el
documento, el juez también cuestiona sobre a cuál Dios se refiere la constitución y su respuesta es tajante: El Dios al que se refiere el juramento y la
Constitución no es el de la creencia de cada persona. “Así como los valores esenciales y los derechos fundamentales son los mismos para
cualquier persona, también lo debe ser el Dios que se invoca en la constitución y el juramento y ese es el Dios de la Biblia, el Dios de Abraham, de
Isaac, de Israel”, precisa el juez.
Además, asegura que, según su interpretación a la carta magna, “ningún servidor público entrará a ejercer su cargo sin prestar juramento de cumplir y
defender la constitución y desempeñar los deberes que le incumben”. De acuerdo con el documento, para el juez su decisión no va en contravía a la
declaración de Estado laico de Colombia porque “al ser una estructura doctrinal de nuestra constitución, teológica, por lo ya dicho: el preámbulo
invoca la protección de Dios y se debe jurar por Dios”.
Además expresa que “el Congreso no aprobó el matrimonio gay”, por lo que según él no deben celebrarse o se estaría violentando la decisión de
elección de los congresistas, y usurpando sus funciones legislativas al situar a la Corte Constitucional el un papel de legislador activo que no le
corresponde.
En el documento también busca explicar a qué Dios se refiere la constitución en el preámbulo y en el artículo 192, asumiendo que no puede
referirse a la deidad en la que crea cada persona, pues eso llevaría al exabrupto de considerar “tantos dioses como personas existan, en
cuyo caso, una persona creerá en la luna, o el sol o la tierra, u otra forma existente como dios, sea Temis o Venus, o Marte o Júpiter (...)
¿Cómo podría exigírsele que vilió su juramento, si no sabemos de antemano el carácter y naturaleza del Dios por el cual juró?”.

En Colombia la discusión no es nueva e incluso ha impulsado reformas al aparato judicial que protejan a las parejas del mismo sexo con deseos de
casarse. En ese sentido, la Corte Constitucional se pronunció por primera en la sentencia C-577 de 2011, la cual fue el producto de una
demanda a tres leyes: el artículo 113 del código civil, el artículo 2° de la ley 294 de 1996 y el segundo artículo de la Ley 1361 de 2009.

Dichas normas hablan del matrimonio entre un hombre y una mujer y la conformación de la familia, panorama que dejaba fuera de escena a
las parejas del mismo sexo con las mismas aspiraciones de contraer matrimonio y formar una familia. Con la primera sentencia de la Corte
Constitucional se abrió la puerta a que las uniones igualitarias fueran una realidad en Colombia, decisión que quedó confirmada por la
sentencia de Unificación 214 de 2016 que le dio luz verde a que las parejas del mismo sexo se casan en estrados judiciales.

NOTA A LECTORES DE ENFOQUE: Las partes de los párrafos resaltados y comentarios al margen no son de la fuente de El ESPECTADOR

HE AQUÍ EL PUNTO DE VISTA CONTROVERSIAL DE UNA DECISIÓN DEL JUEZ AJUSTADA A LO ESTABECIDO POR DIOS
Redacción de: Lic.Luis E. Labarca Marquez

La correcta interpretación del Juez apegado a la letra de la Constitución del país que menciona a Dios como protector de las normas, conllevó al
mismo, ante la inexistencia de una norma expresa relacionada al matrimonio, que regule cualquiera forma de unión conyugal, el Juez se acoge a la
norma divina que si está expresa en las Escrituras, cuando Dios instituyó la primera pareja entre un hombre y una mujer, práctica que sido costumbre
en el tiempo, y por su convicción moral cristiana, el Juez rechaza la tal pretendida unión de las 2 mujeres. Lo que ante el conflicto entre lo que dice la
ley humana y lo que dice la ley de Dios, manifiesta el Juez que prefería la ley de Dios como el Todopoderoso Señor, para haber tomado la decisión de
rechazar esa unión de las dos mujeres. El juez justificó que su rechazo a la solicitud de la pareja del mismo sexo está también cimentada en la
Constitución porque cita en el preámbulo a Dios, así como en el artículo 192.

¿Cuál podría ser la respuesta acertada bíblicamente en esa decisión del Juez?

En mi opinión particular, sin menoscabo de quienes opinen diferente, en la Biblia encontramos la acertada respuesta a seguir como ese ejemplo de
decisión que tomó el Juez. Enfoquemos lo que fue la decisión del Juez a la luz de la Palabra de Dios. Si bien es cierto que la dignidad humana y
garantía al principio de igualdad deben ser condiciones autónoma a tomar en cuenta cuando se trate de decisiones en que se vaya a ver afectada la
solidaridad en trato diferente y perjudicial a una persona o colectividad de cualquier comunidad de manera desigual. Es reconocer que todas las
personas deben ser tratadas de la misma manera por la ley, y que estén sujetas a las mismas leyes de justicia. Pero, también es cierto que las
condiciones y el entorno en que hoy vive el mundo, en a lo que a lo bueno llaman malo, y a lo malo bueno (Leer Isaías 5:20), no puede esperarse que
hoy se aprueben leyes ajustadas a los principios morales establecidos por Dios. Esto, está corroborado por la Palabra de Dios en Romanos 1:18-27
“18 Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad,… 25 ya que
cambiaron la verdad de Dios por la mentira, 26…pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, 27 y de igual modo
también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con
hombres…” Pero, ¿qué nos dice Dios al respecto de los que legislan las leyes?" Hay una advertencia como esta: ¡Ay de los que dictan leyes injustas y
prescriben tiranía" (Isaías 10:1). Si este Juez es conocedor como jurista que es, y conocedor de cuál es el procedimiento a seguir y el organismo
propio de un Estado para legislar, tan conocido como es la Asamblea de una nación cualquiera; e igual conocimiento tener de la Constitución que es la
base piramidal sobre la cual se fundamentan las leyes y códigos promulgados para su cumplimiento. Es el fundamento de todo sistema jurídico de un
Estado. Mal podría el Juez en cuestión, obviar, en una decisión como esta, el precepto legal correspondiente que aplicar al cotejar los hechos con los
supuestos de hecho de los textos normativos con el fin de aplicar la sanción correspondiente. He aquí la diferencia con respecto al caso que le fue
presentado de resolver el Juez sobre la susodicha unión conyugal igualitaria. No existía ninguna norma específica a aplicar en ninguna ley que se
hubiese originado de verdadera fuente legislativa (a quien compete la creación de las normas) o constitucional (que es la normativa suprema), que
conllevara a declarar el derecho a esa pareja. Solo existía sentencias de la Corte Constitucional (digamos un Tribunal Supremo dependiente de un
Poder Judicial que controla los distintos Juzgados de una Nación). Sólo las normas creadas por el legislador tienen un carácter obligatorio general, por
esta razón los jueces no están obligados a aplicar las reglas creadas por otros jueces, ni tampoco la jurisprudencia le es vinculante. Hasta aquí, el Juez
que decidió el rechazo de esa unión igualitaria fue motivado, primero, no encontró precepto legal que motivará dictar el derecho en favor de la referida
pareja. Y segundo, ante esta ausencia o vacío legal, el Juez profirió su decisión con apego al preámbulo Constitucional que, en muchos apartes de la
misma, menciona a Dios como protector de las normas. Entonces, ¿dónde pudo haber estado el secreto de este Juez para esa decisión de rechazo?,
Sin duda, fue el conocimiento que él tenía de la Biblia, y la mención de Dios en la Constitución, así como servidor público en ejercicio debía prestar ese
obligado juramento de “Juro a Dios y prometo al pueblo cumplir bien y fielmente la constitución y las reglas (…) si así lo hiciereis, que Dios y
la Patria os premien y si no que Él y ella, os demande”, contribuyó a tomar esa decisión enfática de rechazar la solicitud de una unión igualitaria. Y
si Dios había establecido o constituido el matrimonio de un hombre y una mujer, que es o iba a ser la forma natural de darse la procreación, después
de aquella primera unión de Adán y Eva, la respuesta sobre este asunto, ya está del todo dicho, de que si Dios es el protector de las normas, no en
vano se podía que, ante un conflicto de una posible norma humana entre una norma divina, siendo esta superior y muy concreta sobre lo que iba a ser
la reproducción humana, como un proceso sexual y solo posible entre dos sexos, el masculino y el femenino, habría que acatar la norma divina.
Concluyo mi exposición en este enfoque diciendo, primero, que está bien claro lo que la Palabra de Dios nos insta a la obediencia, según Romanos
13:1-2 “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido
establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.”.
También es cierto el pronunciamiento de Pedro y Juan cuando dijeron lo siguiente: “…: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes
que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.” (Hechos 4:19-20). Aparte de que otros exégetas bíblicos pueden ser más
diligentes en detalles sobre estos textos, mi discreta opinión, sin aceptar que haya una contradicción sobre la autoridad de acatar o no acatarla, ya que
la Biblia no se contradice, puesto que es la Verdad de Dios y no puede enseñar algo en un lado y lo contrario en otro lado. Comienzo por decir el
respeto que se le debe conceptualmente y connotadamente a la autoridad, cuya definición es la facultad de gobernar a quienes son sus subordinados,
y así definida de esta manera, no hay distinción para quien la ostente, bien, otorgada directamente de alguien superior como es Dios o indirectamente
por quien o quienes les sea permitido por una cualidad intrinsica que le caracteriza a los seres humanos, como es el “libre albedrio”, dado por Dios,
que la Real Academia Española la define como: “Potestad de obrar libremente, tras reflexión y elección”, o sea, en otro sentido, las personas
tienen el poder de elegir y tomar sus propias decisiones. He de observar cuando se habla de autoridad desde la perspectiva bíblica, y como dice
Daniel 2:21 acerca de Dios de que: “El muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes;...”, este pasaje bíblico puede ser un tanto confuso
al respecto de compararlo con el texto de Oseas 8:4, el cual dice así: ”Ellos establecieron reyes, pero no escogidos por mí; constituyeron
príncipes, mas yo no lo supe; de su plata y de su oro hicieron ídolos para sí, para ser ellos mismos destruidos.”. Aquí es donde quizás discrepen con
mi opinión, de que los electores si pudieran tener esa prerrogativa de elegir al o los candidatos de su preferencia sean estos pertenecientes a
cualquiera tolda política o también de cualquiera otra organización, ministerios, etc., y si lo hace, es en base a ese libre albedrio que le caracteriza. Hay
un refrán muy popular que reza: “cada pueblo tiene el gobernante que se merece”. Todo depende de si aquel gobernante al final o en el transcurso de
su mandato fue o no de la aceptación popular, primero, de Dios y después del gobernado pueblo o comunidad. Ahora, como gobernante y humano que
es, está propenso a cometer errores decisionales que pueden afectar a todo una nación, o a un parcial estrato de toda una colectividad, que puede no
estar o si en contra, principalmente, a principios de carácter subjetivos y de moral cristiana, y aparte, estar en contra de una norma superior como fue
la de Dios, y protector de sus propias normas, que justificó, para pronunciarse ese Juez de no aceptar esa unión de pareja igualitaria. En el caso que
nos atañe, digamos una comunidad como la nuestra que se nos impida predicar el evangelio u otras actividades netamente cristianas apegadas a un
mandato del Señor. Creo que suficientemente es el motivo para decidir en favor de quien es el Autor y Protector de sus normas, que no somas más
que mandatos de fiel cumplimiento, así como fue entendido por el apóstol Pedro quien dijo en otra oportunidad, según Hechos, capitulo 5, verso 29,
“Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.” Porque cuando la ley de los hombres contradice la ley de Dios, en todos aquellos
aspectos en contra de la moral y las buenas costumbres que en otro tiempo atrás eran de su aceptación y de práctica reservada de la humanidad,
pero, que hoy, como ejemplos, nuestros legisladores aprueben en fuerza de costumbres contrarias, antivalores que se oponen a lo que establecen los
valores éticos y los valores morales que regulan y guían las conductas de las personas en la sociedad, como decir: el aborto, la homosexualidad, el
matrimonio igualitario, LGBTQ, etc., que no reciben el apoyo de la sociedad en general, estas normas de llegarse a establecer, no pueden ni deben
ser obedecidas. Hasta aquí mis comentarios al respecto de la decisión que el Juez de Cartagena, Colombia, decidió rechazar la solicitud de la pareja
del mismo sexo.

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