La adolescencia se revela como un periodo crítico y sensible en el desarrollo del ser humano, en tanto

en cuanto supone una de las etapas de mayor plasticidad neuronal. En ella tiene lugar multitud de
transformaciones a nivel bio-psico-social.

¿Quién soy? ¿Qué quiero? ¿Y qué voy a hacer para conseguirlo? Son algunas de las cuestiones a
responder a lo largo de este periodo. Así, en ocasiones la búsqueda de la identidad se convierte en un
tema central que puede exigir de todos sus recursos. Consecuencia de esta búsqueda comienza un
periodo de experimentación y aprendizaje que les permite ir resolviendo algunas de estas cuestiones.
Frecuentemente, una corteza prefrontal aun inmadura les impide calibrar el riesgo que implica alguno
de sus comportamientos.

Surge así, la necesidad de vincularse a los iguales como un nuevo grupo de referencia frente al familiar.
Paradójicamente, este movimiento requiere de una nueva adaptación a las consignas del grupo de
amigos como forma de sentirse aceptado. La importancia de este cambio radica en la necesidad de
recortarse como un nuevo individuo frente a la familia.

La adquisición de nuevas habilidades como: el manejo del pensamiento abstracto, la explosión de la

capacidad creativa, la integración de la identidad con su personalidad y el perfilado de sus proyectos
vitales, alcanzan su máximo esplendor en este periodo.

Ante todo lo expuesto, este momento del ciclo vital se postula como una etapa cargada de
potencialidades, que puestas al servicio de un desarrollo exitoso puede marcar la diferencia. Pero,
¿cómo podríamos ayudarles a afrontar este reto de forma segura?

FORMA DE TRABAJO Y VALOR AÑADIDO

El trabajo terapéutico consiste en generar un espacio de total libertad donde experimentar y aprender
sea parte del entrenamiento para la vida. El psicodrama, como hilo conductor de la dinámica grupal,
se vale del escenario como espacio de lo posible para abordar todo tipo de contenidos, ya sean reales o
ficticios. Así mismo, se promueve la elaboración reflexiva de dicho material a través de las resonancias
en el grupo y puesta en práctica en sus espacios vitales.

Una de las ventajas de esta forma de trabajo es la dotación de un contexto atractivo para el
adolescente que lo motiva y compromete con su desarrollo personal. El trabajo en grupo supone por
tanto la creación de un clima de seguridad y apoyo emocional que permite a la persona expresarse de
forma genuina.

OBJETIVOS

- Exploración e integración de la identidad.

- Fomento de la comunicación y la escucha activa.
- Descubrimiento e integración de aspectos dilemáticos.
- Identificación, gestión y expresión de la emociones.
- Descubrimiento y aceptación corporal.
- Promoción de la autonomía.
- Desarrollo de la creatividad y espontaneidad.
- Entrenamiento de HHSS