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INGRESOS Y GASTOS FINANCIEROS:

Recogen todos aquellos ingresos derivados de operaciones financieras.

El ejemplo más típico es una inversión financiera realizada para colocar un


excedente de tesorería, pero pueden existir otros como, préstamos a socios o
inversiones en otras empresas (cartera).

INGRESOS EXTRAORDINARIOS:

Proceden de actividades ajenas a las habituales que realiza la empresa.

Las operaciones más habituales son las ventas de activos, como por ejemplo
edificios, elementos de transporte, ordenadores, etc. Lógicamente cuando nos
referimos a empresas que no se dedican a la venta de ninguno de estos bienes.
 
GASTOS

La tipología de los gastos es mucho mayor que la de los ingresos, es decir,


existen más maneras de gastar dinero que de ganarlo, por lo menos para una
empresa. No obstante, al igual que para los ingresos, existe una primera
clasificación, correlativa a los diferentes tipos de resultado, es decir: de
explotación, financieros y extraordinarios.
Los gastos financieros más habituales, son los intereses de los préstamos que
tenga concedidos la empresa.
Los gastos extraordinarios son muy poco comunes y rara vez aparecen, un
ejemplo podría ser una indemnización que tenga que pagar la empresa a un
cliente.
Prácticamente la totalidad
De los gastos incurridos en una empresa se pueden calificar como ordinarios o de
explotación, así que vamos a estudiarlos más detenidamente.
  
Descripción

Ahora que conocemos los diferentes ingresos y gastos que existen, ya podemos


calcular el resultado de una empresa.
Como dijimos al principio de la lección, el resultado no es más que la comparación
de los ingresos y los gastos del ejercicio. Por eso es importante la contabilidad,
porque se encarga de registrar y clasificar todas las transacciones realizadas para
poder ahora utilizarlas en el cálculo del resultado.

Recuerda que uno de los objetivos principales de la contabilidad financiera era


precisamente ese; la determinación del resultado. Por otro lado, la propia
contabilidad nos proporciona una herramienta para representar el resultado, se
trata de la cuenta de pérdidas y ganancias, también denominada cuenta de
resultados.
Tratándose de contabilidad financiera ¿existirá entonces una manera determinada
de representarla?
Así es, todo en la contabilidad financiera tiene unas estrictas normas de
elaboración y la cuenta de pérdidas y ganancias no es menos.
No obstante, el formato "legal" de la cuenta de pérdidas y ganancias no es el más
apropiado para extraer información y conclusiones de este.
Las empresas suelen acudir a cuentas de resultados "analíticas", que estructuran
la información de una forma más adecuada para su estudio.

EBITDA
En los últimos tiempos, ha tomado cierta relevancia un indicador extraído de la
cuenta de resultados, que aunque no tiene expresión de beneficio válida según el
Plan General de Contabilidad, es cada vez más utilizado en reportes sobre la
actividad financiera de las empresas, se trata del EBITDA, (Earnings Before
Interests Taxes Depreciation and Amortization)
Representa el Beneficio antes de descontar los intereses, los impuestos y las
amortizaciones.

También se conoce como Resultado Bruto de Explotación.


Cuantifica el resultado bruto de la compañía, considerando exclusivamente los
gastos desembolsados (la amortización, no supone una salida de tesorería).
El Ebitda es una expresión que representa el total de fondos obtenidos con la
actividad de explotación. Aunque no coincide al 100%, es una medida más
cercana al Flujo de Caja que el Beneficio Contable.
Otra ventaja del Ebitda en lugar del resultado de explotación (BAII) es que  evita
los problemas derivados de las diferencias contables en amortizaciones e
impuestos, cuando se comparan empresas que operan en diferentes países.
Además, permite la comparación entre empresas con pérdidas netas, puesto que
suele seguir siendo positiva en esos casos.
Como veremos más adelante, los ratios que utilizan el Beneficio en su
formulación, pierden consistencia cuando éste es negativo, en estos casos la
utilización del Ebitda es una excelente al ternativa.
Los gastos financieros forman parte de la partida de gastos deducibles de la
actividad económica, tanto del autónomo como de las sociedades. Se entiende
como gastos financieros todos aquellos en los que incurre una empresa como
consecuencia del uso de capitales puestos a su disposición por terceras
personas. Toda empresa que acuda a la financiación ajena, tanto si es prestada
por entidades bancarias como por personas físicas u otras empresas, tendrá
estas partidas en sus resultados.
Podría interesarte: ¿Qué hacer con las facturas de gastos deducibles de ejercicios
anteriores?.
Los gastos financieros más frecuentes son las comisiones y los intereses. Las
comisiones suelen originarse en operaciones con bancos o entidades de crédito.
Existen comisiones de mantenimiento de cuentas, de tarjetas, de apertura y
cancelación de préstamos…. Esos importes son deducibles en su totalidad y se
justifican con el contrato en el que se establecen o el extracto bancario en el que
se detallan.
Los intereses suelen originarse en los préstamos. Todo préstamo contempla un
cuadro de amortización en forma de cuotas. En cada cuota existe una parte que
se corresponde con la devolución del principal prestado y otra que recoge los
intereses pactados en la solicitud de financiación. La devolución del capital no
constituye un gasto para la empresa. Es tan solo un movimiento de dinero. La
parte que corresponde a intereses sí es deducible.
En la cuenta de gastos financieros podemos encontrar intereses de obligaciones y
bonos, los intereses de deudas, los intereses por descuento de efectos,
las diferencias negativas de cambio (que se producen cuando existen
operaciones comerciales con países extranjeros), y se incluyen también dentro de
este apartado los gastos generados por las pérdidas de valor de activos
financieros.
La partida de gastos financieros se desglosa de manera diferenciada del resto en
el Impuesto sobre Sociedades. Dado que normalmente se vincula con
obligaciones de pago, su importe suele ser indicio de un endeudamiento
elevado de la empresa, por lo que conviene tenerla en cuenta en el momento de
realizar un análisis de resultados.
C ON C LU SION ES

En este trabajo determinamos que el método más eficiente para llevar un control
de costos ha sido el estudiado en la cátedra ya que en este sistema se pueden
ver las debilidades y fortalezas de la empresa, hacia su contabilización de sus
costos de producción, permitiendo establecer estrategias para así poder aumentar
el nivel de ventas, ya que según lo estudiado el empresario tiene varias
alternativas para llegar a este incremento.

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