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Este compromiso de Jacob con Dios manifiesta su entrega a Dios: fe, confianza y
sumisión y hace una gran diferencia en su vida. Surge un nuevo Jacob motivado por
un encuentro personal con Dios. Dios ha venido a su vida. La salvación.
Cuando Dios es el Dios de las vidas de u n hogar se manifiesta lo siguiente:
A. El dirige las vidas del hogar . Cuando el Señor le indicó que era tiempo de volver
a la tierra de Canaán, le dijo, (Gn. 31:13, 17, 18)
“13Levántate ahora y sal de esta tierra, y vuélvete a la tierra de tu nacimiento … 17Entonces se
levantó Jacob, y subió sus hijos y sus mujeres sobre los camellos, 18y puso en camino todo su
ganado, y todo cuanto había adquirido, el ganado de su ganancia que había obtenido en Padan-
aram, para volverse a Isaac su padre en la tierra de Canaán.
Gn. 35:1Dijo Dios a Jacob: Levántate y sube a Bet-el, y quédate allí (a vivir).
B. El da a conocer su voluntad. En el v.1 Dios le dijo que su voluntad era que
Jacob viviera en Bet-el, donde Dios cumpliría su propósito con Jacob de ser de
“bendición para toda la tierra”. Pero no se daría en Siquem. ¿Por qué no?
¡Porque Jacob estaba en el lugar equivocado! La Voluntad de Dios estaba en
otro lugar y ese lugar era Bet-tel. Por eso Dios tuvo que intervenir, diciéndole,
“Levántate y sube a Bet-el, y quédate allí” (Gén 35:1a). Aquí esta lo lindo que
Dios viene y nos habla, y nos dice: ¡Ese no es el lugar que yo tengo para ti! (Usar
el ejemplo de Efesios 5 con los roles que tiene la familia) Y nos levanta del lugar no
indicado para dirigirnos al lugar de su voluntad. El lugar que Dios tenía para Jacob
era para ser de Bendición, “…serán benditas en ti y en tu simiente” (Gén 28:14)
REFLEXIÓN: ¡Cuántas veces somos como Jacob! Tomamos decisiones personales, sin buscar la
voluntad de Dios. Como consecuencia, perdemos la bendición de Dios en nuestras vidas, y poder
bendecir a otros y empezando en nuestro hogar. El peligro es que, experimentamos una suerte de
‘pasividad’ espiritual; no somos capaces de movernos de ese lugar equivocado, de esa manera
equivocada de mi mal proceder y buscar lo que Dios quiere para nuestras vidas.
C. El Ordena (El Manda). Cuando Dios manda algo se le obedece. Analicemos la
orden que Dios le dio a Jacob; tuvo CUATRO elementos:
1. “Levántate…”
Dios le estaba ordenando a Jacob levantarse, juntar todas sus cosas, y
marcharse de Siquem. El verbo, “Levántate…”, puede ser entendido en un
sentido espiritual también. Al tomar la decisión de ubicarse en Siquem, Jacob se
había estancado espiritualmente, y no podría así recibir la bendición de parte de
Dios. Cuando el obedece nos dice Gn. 35:9 Apareció otra vez Dios a Jacob ,
cuando había vuelto de Padan-aram, y le bendijo.
No es difícil especular por qué ocurrió eso de estancarse Jacob en un lugar donde
no era la voluntad de Dios. Gén 33:18-19 nos informa que Jacob, al volver a la
tierra de Canaán, tomó la decisión de ubicarse en Siquem. Por lo tanto, se
estable en un lugar donde no era el propósito de Dios, y así se estancó en su
vida espiritual.
Ahora, al decirle, “Levántate”, Dios le estaba exhortando a ‘levantarse’ de su
letargo espiritual, y seguir creciendo en su experiencia con Dios a través
de la obediencia.
REFLEXIÓN: ¿Estamos nosotros en una situación parecida a la de Jacob? ¿Será que nos hemos
estancado espiritualmente? Porque hemos dejado de obedecer a Dios? ¿Habremos dejado de crecer
en nuestro andar con Dios? Por lo tanto, hemos dejado de bendecir a nuestra familia.