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Fecha: 04/05/18
“NATURALEZA DEL MATRIMONIO”
Texto: Génesis 1:26-28
“26Entonces Dios dijo: “Hagamos a los seres humanos a nuestra imagen, para que sean como nosotros. Ellos reinarán sobre los
peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos, todos los animales salvajes de la tierra y los animales pequeños que
corren por el suelo” 27Así que Dios creó a los seres humanos a su propia imagen. A imagen de Dios los creó; hombre y mujer los
creó. 28Luego Dios los bendijo con las siguientes palabras: “Sean fructíferos y multiplíquense. Llenen la tierra y gobiernen sobre
ella. Reinen sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que corren por el suelo” (Nueva Traducción Viviente)
INTRODUCCIÓN
Hermanos buenas tardes, hoy voy a seguir lo que ustedes han estado aprendiendo temas respecto a la
familia o el matrimonio. Entendamos que “El Matrimonio: Es Creación de Dios”, y lo podemos ver en el
libro de Génesis; en este libro del Génesis, desde el principio de la Creación Dios había puesto bases para
el Matrimonio, y justamente el desconocimiento de ellas es que ha producido tanto daño en la raza humana.
Proposición: Estamos viviendo tiempos en los cuales la institución del Matrimonio y la Familia están “por
los suelos”. Nunca las parejas y miembros de la familia han vivido tan desunidos como viven hoy. Por eso,
Necesitamos urgentemente volver a los principios establecidos por Dios, y por eso nuestro tema de hoy: “La
Naturaleza (origen) del Matrimonio”
Oración Transicional: Veamos dos imágenes de la Naturaleza (del origen que se tiene) del Matrimonio, (1)
lo qué dice el ser humano (esta es la visión secular: aquello que se opone a todo lo espiritual o de Dios) y
(2) qué dice Dios sobre el Matrimonio... (Esta es la visión Bíblica)
A. SIGNIFICADO –
El término matrimonio (proviene del latín matrimonĭum) Trata de la unión de un hombre y una
mujer que se concreta a través de determinados ritos o trámites legales según sean las costumbres
de la sociedad o de la cultura.
En los últimos años, cada vez hay más países aceptando el matrimonio entre personas del mismo
sexo, si podríamos decirse que es un matrimonio, con lo que esta unión conyugal está dejando de
ser patrimonio (herencia) de la heterosexualidad (hombre y mujer).
El lazo (unión) matrimonial es reconocido a nivel social, tanto a partir de normas jurídicas como
por las costumbres. Al contraer matrimonio, los cónyuges adquieren diversos derechos y
obligaciones.
El matrimonio también legaliza la filiación (identificación) de los hijos que son procreados
(engendrados) por la pareja. (inscrito para obtener su partida)
Es posible distinguir, al menos en el mundo occidental, entre dos grandes tipos de matrimonio: el
matrimonio civil (que se concreta frente a una autoridad estatal competente legalizando la unión
ante los hombres; y el matrimonio religioso (que legitima la unión ante los ojos de Dios).
NOTA: Los cristianos no negamos que el matrimonio sea un contrato CIVIL en obediencia al mandamiento de Dios que
nos pide someternos a las autoridades públicas (Ro. 13:1-5), seguimos las leyes civiles que mantienen el orden público.
Aceptamos el concepto legal del matrimonio como un contrato civil
Nótese que esto define al matrimonio como un contrato entre dos partes con obligaciones y
deberes, así como privilegios y derechos. Para muchas personas, el matrimonio es simplemente un
contrato social. Cuando se ve el matrimonio como un contrato social, esto conlleva que las personas
pueden diluir, concluir, terminar, disolver esta unión por ser un contrato simplemente.
B. ETIMOLOGÍA –
El origen etimológico (Procedencia) de la palabra matrimonio como denominación de la institución
bajo ese nombre no es del todo clara.
Se suele derivar de la expresión "matris munium" proveniente de dos palabras del latín: la primera
"matris", que significa "madre" y la segunda, "munium", "gravamen o cuidado", viniendo a
significar "cuidado de la madre", pues se consideraba que había que proteger a la madre por ser
ella quien más contribuía (a la procreación) a la formación y crianza de los hijos.
Otra posible derivación provendría de "matreum muniens", significando también la idea de defensa
y protección de la madre, pero implicando además la obligación del hombre hacia la madre de sus
hijos.
C. HISTORIA –
En la sociedad pagana el matrimonio no estaba normado para todos. El matrimonio era utilizado
sólo por los poderosos, por las clases altas.
En la antigua Roma, donde la castidad (virginidad) no era una virtud (cualidad personal que se
consideraba buena y correcta), no era necesario contraer matrimonio para tener relaciones
sexuales ni para tener hijos (es decir dentro del matrimonio). (Leer los gitanos) Solamente cuando
un miembro de una clase social elevada deseaba transmitir su patrimonio (sus bienes) a sus
descendientes directos, en vez de que lo reciban otros miembros de la familia o sus amigos, decidía
casarse.
Antiguamente, en el idioma griego ni siquiera existía una palabra específica para designar el
matrimonio. No existía un trámite ni civil ni religioso.
En Atenas, para el acto mediante el cual un varón se comprometía a unirse a una mujer, se
utilizaba el vocablo griego, engúê, significando literalmente la garantía, la señal, es decir, el acto
por el cual el padre cabeza de familia entregaba su hija a otro hombre (ej. Isaac y Rebeca). Para
esto, la ciudad no era testigo ni registraba ningún acta por este acontecimiento privado entre dos
familias.
Algo rescatable de estas referencias, es que la idea del matrimonio tenía que ver principalmente
con una defensa de la madre y de los hijos. También se entendía que el matrimonio era siempre
entre un hombre y una mujer. No se admitía como natural la unión entre parejas homosexuales
(Relación sexual entre personas del mismo sexo) (Ver Ro. 1:26-32).
CONCLUSIÓN:
Cuando ves tú matrimonio, tu familia, ¿la ves como una “idea de Dios”? pensada por Dios? Cómo algo
bueno? Que todas las cosas tristes y difíciles, no te impidan apreciar tu matrimonio, tu familia, como una
hechura de Dios. Tal vez ahora todo sea horrible, pero no es la responsabilidad de Dios, sino por nuestra
propia responsabilidad, es por nuestros pecados que nuestro matrimonio o familia se daña, y somos infelices.
Aun en cristianos, todavía se nos hace difícil ver a nuestro matrimonio, a nuestras familias como Dios las
piensa: una buena idea, con un potencial grande. Tal vez ahora no está funcionando bien, pero vuelve a
apreciarla, ahora con otra perspectiva, con gratitud, con esperanza.
Cuando ves a tu matrimonio, a tu familia, sientes que eres el dueño? Aquel que impone las reglas? Es un
pensamiento muy soberbio. Ahora sabes que Dios es quien creó el matrimonio, la familia, tu Matrimonio, tu
familia tiene un grabado que dice: HECHO EN DIOS. No nos pertenece, ni tu esposa (o), ni tus hijos.
Entonces reconsideremos nuestra valoración y trato con ellos. Porque lo que no es nuestro lo cuidamos, pues
un día vendrá el dueño tomarnos cuentas. Pero también, démosle el derecho al verdadero dueño a Dios,
derecho a reinar en tu matrimonio, en tu familia, derecho a ser obedecido, adorado, a decidir. ¿Quién? Dios.
“Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guardia”
(Salmos 127:1)
Cuantos pueden decir que tienen un Matrimonio feliz, una familias felices? Pero no se debe a Uds. Porque
son buena gente...sino porque, simplemente han reflejado la comunión de Dios. Por ello dele gracias, dele
alabanza., ámale más. Pero si no estás viviendo una dicha en tu matrimonio, tu familia, no es tarde para
empezar a “reflejar” a Dios en tu Matrimonio, en tu familia: arrepiéntanse, pida perdón, y empiecen a vivir
con intensidad verdadera naturaleza del matrimonio, la verdadera identidad.
Toda familia del mundo, debe volverse a Dios en búsqueda de su identidad, pues es El su
creador. Sin vivir la verdadera naturaleza del Matrimonio, sin identidad todo Matrimonio, toda familia
seguirá viviendo en confusión y desdicha y muerte espiritual.
Por eso Dios envió a su Hijo, Jesucristo para poder volvernos a Dios, arrepintiéndonos de que
somos pecadores, que le hemos dado la espalda a Dios viviendo a nuestra manera, pero hoy quiere volver a
Dios por medio de Jesús quien dio su vida a favor de vida para el perdón de mis pecados y ser salvo, ser hijo
de Dios para vivir ahora en la voluntad de Dios.
2Co 5:17-20
“17De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 18Y todo esto
proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; 19que Dios estaba en
Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de
la reconciliación. 20Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en
nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.”