MISA DE CONFIRMACIÓN

1. MONICIÓN DE ENTRADA
Hermanos y hermanas, nos hemos reunido para celebrar la Confirmación de
algunos miembros de nuestra comunidad de bautizados. La confirmación es
uno de los tres Sacramentos de la iniciación cristiana. El delegado de nuestro
obispo, monseñor Alberto Ojalvo preside esta asamblea, en la cual el Espíritu
Santo, que ya habita en el corazón de los bautizados, se les infundirá con
mayor plenitud, a fin de hacerles madurar y crecer como cristianos.
Renovemos nuestra fe en la presencia del Espíritu del Señor en medio de su
asamblea, y dispongámonos a recibir, tanto los que se han de confirmar como
los que ya lo estamos, una nueva efusión de sus dones.

2. MONICIÓN A LAS LECTURAS

La Palabra de Dios no se limita a ser un conjunto de enseñanzas consignadas
en un libro, sino que, por el contrario, es vida, en tanto que se puede
actualizar. Esto es posible cuando dejamos que el Espíritu Santo penetre en lo
profundo de nuestros corazones, a fin de que nos llenemos de una alegría tal
que nos impulse a predicar el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo.

3. PRESENTACIÓN DE LOS CONFIRMANDOS

(Después del Evangelio)
Padre Rafael Bernal: Estos hermanos nuestros fueron bautizados con la
promesa de que serían educados en la fe, y de que un día recibirían por la
Confirmación la plenitud del Espíritu Santo. Ese fue el compromiso de sus
padres y padrinos en el Bautismo. Como responsable de la acción catequética,
tengo la satisfacción de presentarlos a la comunidad reunida y a usted:
monseñor Alberto Ojalvo, para que les confiera el sacramento del Espíritu.

He aquí sus nombres: (Se van nombrando a los confirmandos y ellos se

levantan del sitio).

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4. MONICIÓN AL RITO DE LA CONFIRMACIÓN
Llega el momento importante para estos hermanos. Después de renovar las
promesas bautismales que un día sus padres y padrinos hicieron por ellos,
ahora el delegado de nuestro obispo, monseñor Alberto Ojalvo, les impondrá
las manos al igual que lo hacían los Apóstoles. Imponer las manos es uno de
los gestos para conferir el don del Espíritu Santo y nos indica la transmisión de
un poder, de una fuerza para ellos.

Seguido a este gesto y a la oración, el Obispo crismará a los jóvenes

imponiéndoles la mano y marcándoles con la señal de la cruz. Ser crismado es
lo mismo que ser Cristo, ser mesías, ser ungido. A partir de este momento
tendrán la misión de dar testimonio de la verdad y ser fermento de santidad en
el mundo.

Participamos todos de este rito orando en silencio por los que van a ser
confirmados.

http://www.diocesisdeteruel.org/pdf%20y%20otros/materiales/SACRAMENTOS/CONFIRMACI%C3%93N/RITUAL%20DE
%20LA%20CONFIRMACI%C3%93N%20LIBRO%20CELEBRANTE.pdf

http://www.bizkeliza.org/fileadmin/bizkeliza/web/doc_juv/sugerencias_para_celebracion_confirmacion_01.pdf

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 ORACIÓN DE LOS FIELES
Oremos, hermanos, a Dios Padre todopoderoso y, ya que es una misma la fe, la
esperanza y el amor que el Espíritu Santo ha infundido en todos nosotros, que
nuestra oración sea también unánime ante la presencia de nuestro Padre
común.

R/ Oh Dios, tú que permaneces fiel a tus promesas, escúchanos.

1. Por la santa Iglesia de Dios, para que, congregada por el Espíritu Santo
en la confesión de una misma fe, crezca en el amor y se dilate por el
mundo entero hasta el día de la venida de Cristo, bajo la guía de los
pastores de la Iglesia.

2. Por los gobernantes de todas las naciones, para que reconozcan la

necesidad de buscar el progreso de todos los hombres a través de la
justicia y la paz.

3. Por los pobres, marginados, enfermos y desamparados que no tienen

pan, techo ni con qué abrigarse, para que el Espíritu Santo nos ayude a
practicar la caridad perfecta con ellos.

4. Por nosotros, los que acabamos de ser confirmados, para que el don del
Espíritu Santo que nos ha hecho miembros más perfectos del pueblo del
Dios, nos arraigue en la fe y nos haga crecer en el amor, y así demos con
nuestra vida testimonio de Jesucristo.

5. Por nuestros padres y padrinos, para que, con su palabra y ejemplo, nos
ayuden a seguir a Cristo fielmente.

6. Por los que estamos aquí reunidos, para que seamos capaces de
permanecer unidos en el amor de Cristo, de modo que busquemos dar la
vida por los demás, especialmente por los más necesitados, y guiados
por el Espíritu Santo, caminemos juntos al encuentro de Dios.

Presidente: Señor, Dios nuestro, que diste a los Apóstoles el Espíritu Santo, y
quisiste que por ellos y sus sucesores fuera transmitido a todos los fieles,
atiende nuestras súplicas y concédenos que lo que tu amor realizó en los
comienzos de la Iglesia se realice también hoy en el corazón de los creyentes.
Por Jesucristo, nuestro Señor.