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Documentación Técnica 2

¿Tienes tiempo para pensar?

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Si la respuesta es no o muy poco, tienes un problema. El tiempo es una magnitud

física, tangible, que te permite ordenar lo que puedes hacer y pensar. Consiste en
reflexionar, formar y relacionar ideas en tu mente. Por lo tanto podemos relacionar
ambas variables de la siguiente forma:

Inversión en pensar cómo organizar y hacer bien tu trabajo = ahorro de tiempo = más
tiempo para pensar

En todos los puestos de trabajo, sin excepción, se requiere un tiempo para pensar.
Pero como ya habrás podido comprobar en tu día a día, no es tan fácil.

A mi entender, las causas por las cuales ocurre este problema son múltiples, pero
podemos reducirlas a tres:

1.- La falta de planificación y por lo tanto de organización ya sea individual o colectiva.

Si no sabes para cuándo, ni qué hay que hacer, va ser muy difícil ser una persona
productiva.

2.-La multitarea: hablo por teléfono mientras escribo un correo electrónico, hago un
borrador de un plano mientras estoy reunido con un proveedor, redacto un informe
mientras estoy en un curso de formación…y así, un largo etc.

3.-La avalancha de información que recibes, con diversos niveles de importancia, o su

escasez. Lo cual te lleva a la confusión a la hora de procesarla o te lanzas a su
búsqueda.

Recomendaciones para reservarte un tiempo para pensar:

• Analiza tu puesto de trabajo, cuáles son tus funciones o roles y ordénalas de

mayor a menor importancia, teniendo siempre presente los resultados que
tienes que conseguir. Ayuda a distinguir lo importante.

• Organiza tus jornadas de trabajo partiendo del periodo de referencia más

amplio, es decir puedes partir del mes, para ir bajando al tiempo semanal y por
ultimo al día a día. Compruebas los huecos que te quedan.

• Determina fecha e incluso hora limite a los trabajos, tareas o temas a realizar o
resolver. Aprovechas más el tiempo que tienes.

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 • Coordínate con tus compañeros/as o equipo de trabajo. Tu tiempo no es solo
tuyo, hay personas que están esperando el fruto de tu trabajo. Evitas los
tiempos muertos.

• No dejes lo más difícil para el final del día o la semana. Ganas en concentración
y en eficacia.

• Hazte una reserva a ti mismo/a, a primera y última hora del día y/o de la
semana para comprobar y reflexionar acerca de tu trabajo. Tendrás más
recursos y estarás más relajado/a.

• Escribe en algún sitio, da igual dónde, las ideas que de repente te vienen a la
mente para mejorar el trabajo o para resolver un problema. Así no se olvidan.

• Haz una sola cosa en el tiempo que has destinado para ello. Te saldrá mejor.

• Apunta lo que has hecho hoy y lo que te queda para mañana. Ya lo tienes
controlado.

De esta forma tienes más posibilidades de controlar tu tiempo y no al revés, para que
cuando llegues a casa no tengas esa sensación de que hoy no has hecho nada y de que
te queda un montón de cosas para hacer mañana.

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