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ENTRE LA IGUALDAD Y EL RESPETO A LA DIFERENCIA: NOTAS SOBRE EL DERECHO DE

LOS PUEBLOS INDÍGENAS A LA EDUCACIÓN EN BRASIL


Vanessa Corsetti Gonçalves Teixeira
INTRODUCCIÓN

La Constitución Federal impone al Estado brasileño el deber de ofrecer educación escolar


gratuita y de calidad a todos sus ciudadanos, por lo menos durante los ocho años de formación
básica.1 Específicamente para los pueblos indígenas, se impone constitucionalmente al Estado
brasileño que se respete la lengua y las técnicas tradicionales de transmisión del conocimiento
(artículo 210, § 2º), a pesar de la necesidad de la enseñanza del portugués, única lengua oficial del
país (artículo 13 de la Constitución).
A partir de este deber, combinado con los derechos indígenas consagrados en los planos
nacional e internacional, entre los cuales se encuentran derechos específicos sobre la educación
indígena,2 los gobiernos brasileños posteriores a la promulgación de la actual Constitución en 1988
reglamentaron y desarrollaron planes y metas para el ofrecimiento de la política pública de
educación diferenciada para los pueblos indígenas.
Entre estos planes encontramos ideas como la que señala que la educación indígena debe
proporcionar tanto los conocimientos para la participación igualitaria de los ciudadanos indígenas
en la sociedad nacional como el respeto a las formas tradicionales de organización. También la
idea de que la enseñanza de los contenidos básicos del currículo educativo nacional debe
combinarse con la valorización de las culturas y las lenguas indígenas. Asimismo, a la meta de
expansión de la educación en todos los niveles se combina al deber de respeto a los objetivos de
3
las comunidades con relación a su propio futuro.
En suma, en los propósitos de la educación escolar diferenciada para los pueblos
indígenas, el Estado brasileño se impone tanto deberes de reconocimiento y respeto a la diferencia
cultural como deberes de proporcionar condiciones de igualdad para que estos pueblos puedan
participar de la sociedad nacional. ¿Cómo conciliar estos dos principios, proporcionando a los
pueblos indígenas la real condición de vivir de acuerdo con sus culturas, sin negarles el espacio de
convivencia con la sociedad hegemónica? ¿Cómo evitar los dos extremos indeseables de la

1
La educación fundamental (los primeros ocho años de enseñanza formal) es obligatoria en Brasil: en el
artículo constitucional se le define como derecho subjetivo público, siendo punible la autoridad responsable,
cuándo de su no ofrecimiento a la población (artículo 208 constitucional, I, combinado con los §§ 1º e 2º del
mismo artículo). Aún sobre la obligatoriedad de la educación fundamental, cabe clarificar que en la ley
9394/96 (Ley de Directrices y Bases para la Educación Nacional), se dispone que se punirá la autoridad
negligente por crimen de responsabilidad (artículo 5º, § 4º) y se impone a los padres o responsables el deber
de inscribir a los niños a partir de los siete años de edad en la escuela (artículo 6).
2
El Convenio 169 de la OIT, aprobado en 1989 y la Declaración Internacional de los Derechos de Los
Pueblos Indígenas de la ONU, aprobada por la Asamblea General en 13 de Septiembre del 2007.
3
Plan Nacional de Educación. Educación escolar indígena. Ley de directrices y Bases para la Educación.

1
política diferenciada: el gueto (que establece fronteras y fragmenta la sociedad) y la asimilación
(que extingue la diferencia)?
Con el objetivo de comprender cuáles son los elementos esenciales de la educación
intercultural ofrecida por el Estado brasileño a sus poblaciones indígenas y su adecuación al
proyecto de protección de la diversidad cultural y de la dignidad de los pueblos indígenas,
iniciamos nuestra análisis en este texto por la identificación del contenido del principio de la
igualdad y del principio de respeto a la diferencia en el contexto de los derechos humanos.
Ubicando los derechos indígenas en el actual proyecto de universalización de los derechos
humanos, observamos que una de sus características es la búsqueda de equilibrio entre aquellos
elementos que cuidan de proporcionar igualdad y los que cuidan de proporcionar el respeto a la
diferencia.
Pasando a la cuestión brasileña, consideramos la especificidad del entendimiento de la
igualdad y el respeto a la diferencia en Brasil, y analizamos el contenido del derecho a la
educación. A continuación analizamos algunos puntos claves del marco jurídico e institucional
brasileños, identificando los elementos específicos del derecho de los pueblos indígenas a
educación diferenciada en Brasil.
Por último, examinado los documentos brasileños oficiales sobre la política pública de
educación indígena, analizamos en qué medida las acciones estatales, pautadas por los
paradigmas de los derechos humanos y de los derechos indígenas considerados en los apartados
anteriores del texto sirven al proyecto de la interculturalidad en la educación.
En este trabajo discutimos la viabilidad de un proyecto de educación intercultural en los
términos de los principios y normas de los derechos indígenas en la actualidad. Tratamos de
identificar los límites del sistema, clarificar conceptos, integrar la interpretación de los principios. El
abordaje pretendido es pensar con las premisas de lo mismo identificando las reales posibilidades
de la interculturalidad propuesta dentro de su propia lógica.
El foco de este análisis son los principios y derechos y la aplicación de los mismos en la
formulación de las políticas por las instituciones competentes del Estado brasileño. No es parte del
objetivo del texto agotar el tema en clasificaciones o ejemplos, sino indicar puntos centrales en la
actual situación de los derechos de las poblaciones indígenas brasileñas a la educación
diferenciada. La cuestión de la efectividad de la política pública no es el centro del análisis, pero
será abordada en alguna medida entre los temas tratados.

AVANCES EN EL RECONOCIMIENTO DEL DERECHO A SER DIFERENTE

“(…) la lucha por la igualdad es también una lucha por el


reconocimiento de la diferencia. Si ustedes ven la teoría política,
sobre todo la de la izquierda en Occidente fue siempre una lucha
por la igualdad, no una lucha por el reconocimiento de las

2
diferencias. Hoy, sin embargo, ya no es posible luchar por la
igualdad sin luchar también por el reconocimiento de las
diferencias”
SANTOS (2007)

Igualdad y diferencia
En las últimas décadas el tema del tratamiento de la diversidad en el Estado Democrático
cobra importancia y pasa a hacer parte de diversos acuerdos internacionales sobre derechos
humanos. El momento llamado por BOBBIO (2002) de “especificación de derechos” abre espacio
para que las reivindicaciones por protecciones especiales pasen a los organismos multilaterales y,
así, lleguen a los textos jurídicos formulados por estos, temáticas ajenas a la inicial pretensión
liberal respeto a los derechos humanos.
La idea de que la garantía de la igualdad ante la ley y las libertades individuales es la
condición necesaria y suficiente para la protección de todo y cualquier ser humano es vista con
4
grande desconfianza ya desde el tiempo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Y
a lo largo de las décadas subsecuentes a la de la Declaración, al “trono” en que antes se
encontraban cómodamente sentados los derechos individuales y políticos se juntan los derechos
5
económicos, sociales y culturales, reconocidos como medios para llegar al fin de la igualdad real.
La consagración, en el Congreso de Viena de 1993, del principio de la indivisibilidad de los
derechos humanos, necesaria a la consecución de la protección de la dignidad humana, es el
actual punto de la teoría de los derechos humanos en este asunto. En el proyecto de
universalización de los derechos humanos, se considera hoy que no hay derechos humanos de
segunda clase, todos igualmente importantes para la implementación de un sistema efectivo de
protección. Con la inclusión en las décadas de 70, 80 y 90 del siglo pasado, de los temas de
derechos de minorías, de los indígenas, derechos sexuales, de la infancia, del medio ambiente,

4
Algunos argumentan que en el principio de la tolerancia, presente en el espíritu de la Declaración, se incluye
la idea de respeto a la diversidad. Cuenta CASSIN (1951), al contestar las críticas que levantan al texto de la
Declaración, que en la propia metodología escogida para confeccionar el texto de la Declaración se buscó
contemplar valores de diversas tradiciones ético-jurídicas, aproximando los elementos predominantes en cada
una, pero que no estaban ausentes en las otras, por esto el nombre de “universal”: “Il n’est nullement vrai que
dans les société occidentales, on ne pense qu’à la liberté d’expression: on pense aussi au pain. Et il n’est pas
dit qu’il n’y a pas d’aspiration à la liberté dans les pays où c’est le problème du pain qui est encore
préponderant. Dans l’emsemble, la concepción universaliste de la Déclaration mérite donc d’être approuvée”,
p. 286. No obstante, el propio autor, que participó de la negociación del texto del documento de 1948,
comenta que a la perspectiva colectiva de los derechos económicos, sociales y culturales, que exigen la
posibilidad de acciones positivas (facultad de exigir del Estado su prestación) se oponen las facultades
naturales e inalienables del ser humano, identificando el intento de la Declaración en buscar un equilibrio
entre estos y la necesidad del “pan”, o la dimensión económica de los derechos humanos, p. 285-6. La mera
selección de las palabras denota hacia que lado de la balanza tiende este equilibrio.
5
El primer paso en este sentido fue la aprobación del Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales,
en el año de 1966, que no obstante, por su número de signatarios, menor en relación al Pacto de Derechos
Civiles y Políticos, denota la característica predominante del último. Sobre el asunto, COMPARATO (1999).

3
derechos inmateriales, etc., pasamos a un momento de extrema complejidad para la comprensión
de la relación entre las bases iniciales de los derechos humanos (fundadas en los principios de
igualdad y libertades individuales) y el amplio abanico de temas específicos que hoy hacen parte
de la propia cultura de los derechos humanos. Una constelación de identidades, nuevas o
tradicionales, pudieron imprimir sus perspectivas en los instrumentos internacionales de protección,
en las legislaciones nacionales y en la teoría misma de los derechos.
Más allá de la inicial valoración instrumental delegada a los derechos económicos, sociales
y culturales, el respeto a la diferencia y el valor de la diversidad ocupan, desde fines de la década
de 1980, un lugar central en la protección de la dignidad humana y, por lo tanto, de la justicia en las
relaciones humanas.
Más que un accesorio para llegar goce de los derechos individuales, se puede decir que la
protección de la diversidad hace parte del actual proyecto de los derechos humanos. Es decir, en
el sistema entra la idea de que la diversidad de culturas, como dijo LÉVY-STRAUSS (2006), es
inevitable y también benéfica para el desarrollo integral de la humanidad.6 El hecho es que la
inclusión de la diversidad en el tema de los derechos humanos es parte del discurso de
universalización de un proyecto ético común, con base en la idea de la paz, centro de los objetivos
de las Naciones Unidas.
La temática de los derechos indígenas, incluida en el campo de los derechos humanos, es
parte de este proyecto, y esto es algo que no se puede ignorar. Tanto en su origen, como en sus
propuestas más recientes de configuración – como es el caso de la Declaración de los Derechos
de los Pueblos Indígenas – estos derechos no se fundamentan en el rompimiento con los derechos
fundamentales, sino en un incremento de sus especificaciones. Esto implica en decir que el ámbito
de su implementación es el Estado Democrático.
No obstante, en términos de teoría política, la cuestión de los derechos indígenas trata de
asuntos sensibles para la misma concepción del Estado nacional, como la libre-determinación, el
pluralismo jurídico y la interculturalidad, todos estos, temas que exigen que se piense el sistema
7
democrático dentro de otras perspectivas.
Dicho esto, pasamos a la identificación de la cuestión de la igualdad y del respeto a la
diferencia en el plano internacional, en la actualidad, en la cuestión de los derechos indígenas. Es
decir: ¿a qué se nos referimos cuando hablamos el derecho de las poblaciones indígenas a la
igualdad y a la diferencia? En otras palabras: ¿cuál es el contenido de estos principios en lo que

6
p. 61. El texto es del 1952, y fue desarrollado exactamente en el contexto de las discusiones de la
Declaración Universal.
7
En una conferencia sobre el Estado Plurinacional y la Reinvención del Estado, Boaventura de Sousa Santos
comenta la importancia de considerar en este proceso, las formas políticas tradicionales, que identifica con
formas antiguas de constitucionalismo, atentando sin embargo para los riesgos en que se puede caer, por
ejemplo, la fragmentación, la escalada de los conflictos interétnicos y el desrespeto a los derechos de las
mujeres, entre otras temáticas que toca el autor. SANTOS (2006), pp. 23-26.

4
respecta a los derechos indígenas? Y, claro, ¿Cómo el contenido de estos principios complementa
el entendimiento sobre el derecho de los pueblos indígenas a la educación?

El convenio 169 de la OIT y la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas


El marco jurídico actual con relación a los pueblos indígenas en el plano internacional es
inaugurado con la aprobación del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)
en el 1989 y se adensa con la aprobación por la Asamblea General de la Organización de las
Naciones Unidas de la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas en el 2007. El
sistema que se establece con estos dos principales documentos tiene como principios maestros (i)
la libre-determinación; (ii) la participación en las políticas de interés; (iii) el respeto a la diferencia y
a la diversidad cultural y (v) la igualdad.
Algunas palabras sobre estos principios son necesarias, una vez que cada deber
específico asumido por los Estados en este sistema de derechos debe ser interpretado en conjunto
con los principios generales. Es decir, el deber de ofrecer a los pueblos indígenas educación no es
el deber de ofrecer cualquier educación, sino una que considere los objetivos de los pueblos
indígenas, su derecho a autogestionar el establecimiento escolar, su participación en la
formulación de la política, etc.
El derecho a la libre-determinación de los pueblos indígenas tuvo amplia discusión antes
de su final aceptación en el texto de la Declaración del 2007. Este derecho consiste en una
combinación de derechos entre los cuales la libre-determinación del status político8 y el
9
reconocimiento del derecho a gestionar por si mismos su presente y futuro. La primera dimensión
de este derecho ha sido relacionada especialmente a las cuestiones del derecho a la tierra y
10
autonomía (incluida ahí la cuestión del pluralismo jurídico). No obstante, entre las políticas que
guardan relación con el derecho de autogestionarse, coherentemente, están diversos deberes
específicos de los Estados a respeto de la educación, sobre los cuáles comentaremos en este
texto.
La participación en las políticas de interés de las comunidades tiene relación directa con el
derecho de gestionar el futuro, y sustituye el paradigma anterior en el que las políticas, una vez
que eran formuladas con el objetivo de asimilación, se desarrollaban exclusivamente por el Estado
11
o dentro de sus términos. El pasaje del integracionismo al indigenismo de participación en el
Convenio 169 tiene sus bases en las discusiones de la Reunión de Expertos Sobre la Revisión del

8
Artículo 3 de la Declaración Internacional de los Derechos de los Pueblos Indígenas.
9
En el preámbulo del Convenio 169 de la OIT, se reconocen: “las aspiraciones de esos pueblos a asumir el
control de sus propias instituciones y formas de vida y de su desarrollo económico y a mantener y fortalecer
sus identidades, lenguas y religiones, dentro del marco de los Estados en que viven.”
10
Como se ve en: BARBOSA (2001); DÍAZ-POLANCO (1992) y DÍAZ-POLANCO (2006).
11
En Brasil el programa de educación bilingüe inicialmente formulado para las poblaciones indígenas, que
tenía como objetivo central utilizar las lenguas maternas para facilitar el pasaje de los conocimientos
occidentales, tuvo la participación de organizaciones extranjeras. Secad/MEC - Educação Escolar Indígena
(2007).

5
Convenio Sobre Poblaciones Indígenas y Tribales, que a su vez, es el resultado de un largo
proceso de reivindicaciones tanto de las organizaciones indígenas como de sus colaboradores
teóricos CIFUENTES (2007), pp. 37-41.
El respeto a la diferencia y a la diversidad cultural tiene como fundamento el
12
reconocimiento de un valor intrínseco a la diversidad en los acuerdos internacionales. Esto
ocurre por la inclusión de valores como el rechazo a la discriminación y al racismo y la
consagración de la idea de que no hay culturas superiores e inferiores, que reemplazan la idea
anteriormente aceptada de evolución unilineal de las sociedades hacia la civilización. Es lo que se
puede ver en el texto del Preámbulo del Convenio 169: “Recordando la particular contribución de
los pueblos indígenas y tribales a la diversidad cultural, a la armonía social y ecológica de la
humanidad y a la cooperación y comprensión internacionales”. La Declaración de los Derechos de
los Pueblos Indígenas va más allá y afirma “que todos los pueblos contribuyen en la diversidad y
riqueza de las civilizaciones y culturas, que constituyen el patrimonio común de la humanidad”.
Ya la igualdad aquí guarda cierta complejidad, si la interpretamos en conjunto con los
principios anteriores. Cabe definir en qué consiste.
La preocupación en los organismos internacionales sobre la situación de las poblaciones
indígenas, como se sabe, empieza por la constatación de la denegación sistemática de los
derechos fundamentales a estas poblaciones. Es decir, cuando la OIT aprueba su primer Convenio
respecto a las poblaciones indígenas, lo que se tenía en la mira eran las malas condiciones de
trabajo, la imposición de regímenes de trabajo esclavo o semi-esclavo, la violencia contra las
13
personas indígenas, etc.
En este sentido se puede decir que la primera grande preocupación con relación a las
poblaciones indígenas era la de su protección contra las formas de violencia ya definidas en los
derechos humanos. O sea, el fortalecimiento de la protección de los llamados derechos
fundamentales.
Así, se habla de igualdad en los derechos de los pueblos indígenas en primer lugar, como
la expansión de protección a una categoría de personas notablemente más vulnerables a las
violaciones de derechos humanos. En el preámbulo del Convenio 169, se observa ”que en muchas
partes del mundo esos pueblos no pueden gozar de los derechos humanos fundamentales en el

12
Más allá de las discusiones teóricas que han sido trabadas en el ámbito académico y político, vale decir que
el reconocimiento del valor de la diversidad cultural consagrado en los diplomas internacionales guarda
relación con la constatación de la relación de la tolerancia a lo diferente y la paz y armonía entre las naciones,
objetivo central del sistema de las Naciones Unidas. Carta de las Naciones Unidas, en el preámbulo –
“practicar la tolerancia y vivir en paz, como buenos vecinos” – y también en el art. 1º.
13
El preámbulo del Convenio 107 de la OIT, que sintetiza los paradigmas anteriores con relación a los
derechos indígenas (basados en el objetivo de la integración de las poblaciones indígenas), señala lo siguiente:
“Considerando que en diversos países independientes existen poblaciones indígenas y otras poblaciones
tribales y semi-tribales que no se hallan integradas todavía en la colectividad nacional y cuya situación social,
económica o cultural les impide beneficiarse plenamente de los derechos y las oportunidades de que disfrutan
los otros elementos de la población”.

6
mismo grado que el resto de la población de los Estados en que viven y que sus leyes, valores,
costumbres y perspectivas han sufrido a menudo una erosión”.

Otra perspectiva de igualdad presente en los derechos de los pueblos indígenas es


semejante a aquella de los derechos de minorías: el reconocimiento de los derechos especiales
que tiene por objetivo corregir injusticias de hecho. La igualdad es, en este sentido, vista como
equidad. El reconocimiento de derechos especiales (como la utilización de traductores en el
proceso penal para los nacionales que hablan otro idioma que el oficial, por ejemplo) es una
manera de corregir situaciones de desequilibrio generadas por la aplicación homogénea de la
igualdad formal (igualdad ante la ley).

Ahora bien, cuando se habla de igualdad en este sentido hay que considerar que el intento
14
es corregir el error causado por la inversión del efecto pretendido de la isonomía. La idea de que
todos son iguales ante la ley sirve para equiparar a todos en términos de derechos en una
sociedad, pero no está en cuestión si estos derechos son los objetivos de todos en esta sociedad.
O sea: se presume que los objetivos son comunes, ya que el régimen político por excelencia de
este principio (la igualdad formal) es el régimen democrático.
Como se sabe, la democracia funciona según las reglas de la mayoría. Por esto, las
minorías no tienen sus objetivos incluidos necesariamente en las pautas políticas: en los términos
democráticos es legítima la voluntad del grupo mayoritario. La apertura del principio de la igualdad
a la voluntad de lo diferente en términos de garantías especiales depende de la formulación de un
pacto político en el que esta voluntad minoritaria sea vista como relevante para los objetivos
15
generales de cierta sociedad.
No obstante, un grupo minoritario puede ser minoritario en términos cualitativos. Es decir: a
pesar de su posible expresividad numérica, un grupo puede no tener sus valores considerados
válidos o relevantes por la sociedad dominante. En suma, una minoría cualitativa no tiene su
voluntad considerada como relevante para la consecución de los objetivos generales de la
sociedad de la cual es integrante.
Por diversas razones históricas los movimientos indígenas optaron por no seguir su lucha
16
por derechos específicos por el sendero de los derechos de minorías. No obstante, cabe decir

14
Es el caso de decir que una vez que todos son iguales ante la ley, hombres y mujeres tienen el mismo
tiempo de dispensa del trabajo cuando tienen un hijo, por ejemplo. Claro queda que esta igualdad genera una
desventaja para las mujeres en la relación laboral, ya que estas son las que sufren físicamente los efectos del
embarazo.
15
Es el caso, en Estados Unidos de la afirmación de los derechos de minorías a través de la clásica técnica
cuya legitimidad fue argumentada por THOUREAU, en el siglo XIX: la desobediencia civil. Como se sabe,
antes de las acciones del movimiento negro en Estados Unidos la segregación en autobuses, Universidades,
bibliotecas públicas, etc., eran consideradas legítimas por la Corte Suprema estadounidense, basada en el
mismo principio de la igualdad.
16
Sobre el asunto: CIFUENTES (2007); DÍAZ-POLANCO (1992); BARBOSA (2001).

7
que los derechos indígenas, hoy consagrados en la grande parte de los Estados con presencia
indígena, guardan exactamente esta relación con el principio de la igualdad. Son, estos derechos,
voluntades que lograron ser consideradas relevantes para la consecución de los objetivos de las
17
sociedades a las que pertenecen, debido a una innumerable cantidad de fuerzas.
En resumen, se puede interpretar, en este sentido, que los derechos de los pueblos
indígenas consagrados en el ámbito internacional y pasados a los sistemas internos de los Estados
son derechos que buscan la corrección de la aplicación homogénea del principio de la igualdad,
renovando, a través de límites y mínimas garantías, el pacto político con una categoría específica
de personas, consideradas como colectivo.
Hay innumerables ejemplos de derechos de este tipo en el Convenio 169. Por ejemplo, en
la parte dedicada a la política general, se establece que las medidas de los gobiernos con relación
a sus pueblos indígenas deben: (i) promover la plena efectividad de los derechos sociales,
económicos y culturales de esos pueblos, respetando su identidad social y cultural, sus costumbres
y tradiciones, y sus instituciones; (ii) ayudar a los miembros de los pueblos interesados a eliminar
las diferencias socioeconómicas que puedan existir entre los miembros indígenas y los demás
miembros de la comunidad nacional, de una manera compatible con sus aspiraciones y formas de
vida (artículo 2, b y c).
En este sentido queda claro cuál es la relación propuesta, en este sistema de derechos
indígenas, entre el principio de la igualdad y el derecho a la diferencia: el Estado reconoce la
especial vulnerabilidad de los pueblos indígenas en lo que respeta a los derechos fundamentales,
reconoce que la aplicación homogénea de estos sin considerar las diferencias es inefectiva para la
protección de los modos de vida de estos pueblos, protegidos por los derechos culturales
(considerados relevantes en razón de la internalización del principio del respeto a la diferencia y a
la diversidad) y determina parámetros mínimos que deben dirigir a las decisiones políticas relativas
a estas poblaciones.

No obstante, en esta perspectiva de igualdad, en que se abre espacio para alguna medida
de reconocimiento de la diferencia, el límite es aquel que se expresa en el artículo 46, 1 y 2, de la
Declaración:

1. Nada de lo señalado en la presente Declaración se interpretará en el sentido de


que se conceda a un Estado, pueblo, grupo o persona, ningún derecho a participar
en una actividad, o realizar, actos contrarios a la Carta de las Naciones Unidas, o
se entenderá en el sentido de que autoriza o fomenta acción alguna encaminada a
violar o reducir total o parcialmente, la integridad territorial o la unidad política de

17
No es parte del objeto de este trabajo, tratar detalladamente el asunto de la afirmación de los derechos de
los pueblos indígenas. Sobre el asunto, CIFUENTES (2007).

8
Estados soberanos e independiente; 2. En el ejercicio de los derechos enunciados
en la presente Declaración, se respetarán los derechos humanos e libertades
fundamentales de todos. El ejercicio de los derechos establecidos en la presente
Declaración, estarán sujetos exclusivamente a las limitaciones determinadas por la
ley y con arreglo a las obligaciones internacionales en materia de derechos
humanos. Esas limitaciones, no serán discriminatorias y serán solamente las
estrictamente necesarias para garantizar el reconocimiento y respeto debido a los
derechos y libertades de los demás, y para satisfacer las justas exigencias de una
sociedad democrática.

En suma, los Estados asumen el deber de respetar las diferencias culturales


proporcionando espacios de autonomía y autogestión para los pueblos indígenas y administrar
políticas que corrijan la situación de desigualdad de estas poblaciones dentro del espacio territorial
estatal. Estos espacios pueden adquirir diversos niveles, en razón de las distintas situaciones
locales y de la generalidad del texto.

Reconocimiento e Interculturalidad
Algunas palabras son necesarias, aún, en lo que respecta a la cuestión de la
interculturalidad expresada en el marco jurídico aquí analizado y que es parte de las bases de la
política pública educacional brasileña formulada para sus pueblos indígenas. Esto porque el propio
concepto de iterculturalidad implica la discusión crítica de la propuesta liberal de tratamiento de la
18
diversidad. La inclusión de la idea de interculturalidad en el sistema de las Naciones Unidas
corresponde a la admisión de esa discusión crítica en este, y por lo tanto, el concepto absorbido
este limitado a sus paradigmas.
En principio el respeto a la diversidad cultural, entonces, incluido en los diplomas
internacionales como hemos comentado, cobra importancia en el escenario político impulsado por
diversos grupos que reivindican la inclusión de sus valores y visiones de mundo en el sistema de
garantías y derechos de sus Estados, exigiendo de los gobiernos innumerables discusiones. El
ejemplo más conocido al respecto de este asunto es la internalización, en las legislaciones de
algunos Estados, bajo la forma de leyes específicas, de diversas ideas provenientes de las teorías
19
multiculturalistas.

18
Como dijimos, el objetivo de este trabajo es el análisis de la viabilidad del proyecto de interculturalidad de
las Naciones Unidas en la actual lógica propuesta por los derechos indígenas. De esa forma, no habría
espacio, en estas pocas líneas, para exponer todos los elementos de esta discusión, aun no acabada en la
actualidad.
19
Con origen en los centros anglosajones de pensamiento como Canadá y Estados Unidos, la política del
reconocimiento y las teorías multiculturalistas buscan la inclusión de las temáticas de la diferencia en los
Estados liberales. Estas teorías toman el escenario político principalmente en el momento posterior a la caída

9
Una de las propuestas del multiculturalismo es justamente encontrar un proyecto de
integración ética entre el universalismo occidental y la diversidad cultural, estableciendo límites
20
para el reconocimiento del derecho a la diferencia.
Sin embargo, dentro de la experiencia liberal, hay tres posturas son posibles lógicamente
con relación a lo diferente: el rechazo; el respeto con yuxtaposición y la convivencia. El rechazo
está prohibido por los principios de no discriminación. El respeto no necesariamente incluye un
terreno común a parte del espacio físico del Estado, en acuerdo con lo que hemos discutido aquí.
No obstante, la idea subyacente a los textos internacionales sobre los derechos de los
pueblos indígenas es la de interculturalidad, que equivaldría aquí a un tipo de acuerdo de
convivencia. El respeto a la diferencia cómo entendido en el sistema de derechos aquí comentado
implica un proyecto conjunto, sobrepasando la idea de tolerar, que puede ocurrir en un modelo de
yuxtaposición. Es decir, la interculturalidad implica la existencia de una cultura común, de manera
que un proyecto intercultural por parte de un Estado no debe buscar aislar a lo diferente
protegiéndolo del contacto con la sociedad hegemónica, sino buscar formas de diálogo y la
ampliación de la participación efectiva en los espacios públicos. Un intento de hacerlo, distinto de
lo que estamos analizando, es la re-organización por la que está pasando el Estado boliviano,
independientemente de las críticas que se puedan levantar a ese respeto. SANTOS (2007), p. 18.

De la misma forma, la idea de reconocer la diferencia, protegiéndola en leyes específicas,


no es suficiente en un proyecto intercultural. Es necesaria una renegociación de la relación política
entre el Estado y el colectivo culturalmente distinto. Esa relación tiene que pasar de monocultural a
pluricultural. Es decir: esta relación no se puede dar en los términos de los signos de una única
cultura, la occidental, sino que debe buscar un espacio de diálogo entre lo occidental y las culturas
21
indígenas.
En La Declaración Internacional de los Derechos de los Pueblos Indígenas se pueden
identificar algunas disposiciones en este sentido, que expresan otra dimensión del sistema de
derechos en estudio. El Estado no simplemente reconoce el derecho a la diferencia, sino que tiene
la obligación de garantizarla a través de derechos de autogestión y autonomía, al mismo tiempo en

de la Unión Soviética, entre otras razones por el espacio que se abrió para las diversas reivindicaciones que
quedaban por debajo de las animosidades políticas entre capitalismo y socialismo real.
20
Es lo que se entiende por la propuesta de la ciudadanía multicultural de KYMLICKA (2002). En su
concepción, el límite para la legitimidad de los derechos de las minorías culturales es que sus reglas no
impidan la libertad individual de escoger participar o no de la cultura, p. 60-1. En este contexto, la cultura es
entendida como algo de que se puede entrar o salir por efecto de la voluntad, como si hubiera un mercado de
culturas, en el cual, si la sociedad trata la diversidad de una forma legítima, uno puede salir o entrar de
acuerdo con sus creencias, p. 151.
21
Sobre el asunto, vale leer el texto de SANTOS (2005) Por Uma Concepção Multicultural dos Direitos
Humanos, en que el autor comenta la técnica de la hermenéutica diatópica como una forma de integrar las
concepciones éticas entre distintas culturas.

10
que en su propia estructura adecua instituciones y leyes para que pueda ofrecer la política pública
diferenciada.
Es lo que se ve en el artículo 14, por ejemplo, en el que se establece que los pueblos
indígenas (colectivo) tienen el derecho de establecer y controlar sus sistemas e instituciones
docentes que comparten educación en sus propios idiomas y métodos de enseñanza-aprendizaje,
siendo el deber del Estado adoptar medidas para garantizar el acceso a educación en su propia
cultura e idioma, junto con estos pueblos. Además, establece que las personas indígenas
(individuos) tienen derecho a acceder a todos los niveles de educación del Estado sin
discriminación. Es decir: el Estado tiene que reconocer el derecho de autogestión de la escuela o
institución educacional de sus pueblos indígenas y garantizar al mismo tiempo, en sus actividades,
la oferta de educación diferenciada para estas poblaciones. Además de esto, el Estado tiene el
deber desarrollar un sistema de enseñanza común que no excluya estas poblaciones.
Otra disposición central para la comprensión de la interculturalidad que se establece en el
sistema de derechos indígenas de las Naciones Unidas es la idea que se expresa en el artículo 15
de la Declaración. En este se establece que los pueblos indígenas tienen derecho a que la
dignidad y diversidad de sus culturas, tradiciones, historias y aspiraciones queden debidamente
reflejadas en la educación pública y en los medios de información pública. En el mismo sentido, el
segundo párrafo, determina el deber de los Estados de adoptar medidas eficaces en consulta y
cooperación con los pueblos interesados para combatir los prejuicios y eliminar la discriminación y
promover la tolerancia, la comprensión y las buenas relaciones entre los pueblos indígenas y todos
los demás sectores de la sociedad.
Asimismo el artículo 16 añade que los Estados tienen el deber de adoptar medidas para
asegurar que los medios de información estatales reflejen debidamente la diversidad cultural
indígena e incentivar los medios de comunicación privados a reflejar la diversidad cultural indígena,
inclusive.
En los artículos 18 y 19 se reconocen, además, tres derechos de suma importancia en la
renovación de la relación entre Estado y pueblos indígenas. El derecho a la participación en las
decisiones que les afectan, a través de representantes escogidos por ellos, en conformidad con
sus procedimientos, y el derecho a mantener sus propias formas de decisión (artículo 18). Además,
está el derecho a la consulta para la adopción y aplicación de medidas legislativas y
administrativas que les afecten (artículo 19).
Estos derechos abren el sistema democrático para otras formas de adopción de
decisiones, ajenos a el, y representa una indicación de método para el Estado que se dispone a la
interculturalidad.

LA IGUALDAD Y EL RESPETO A LA DIFERENCIA EN BRASIL

Principio isonómico en la interpretación jurídica brasileña

11
En Brasil la discusión sobre el principio de la igualdad estuvo desde muy temprano abierta
a la cuestión de lo diferente. La máxima aristotélica según la cuál los iguales deben ser tratados de
manera igual y los diferentes de manera diferente es tradicionalmente invocada por los juristas
22
brasileños para interpretar los límites legales del principio isonómico en Brasil. La idea de la
igualdad formal, así, en los términos de la interpretación brasileña del principio, está abierta a
algunos tipos legítimos de discrimen, definidos estos en algunos criterios que podríamos
considerar benéficos, ya que históricamente, estuvieron relacionados a la afirmación de los
derechos de minorías. Es el caso de actividades que debe realizar un funcionario público, pero que
son realizadas en fechas de relevancia religiosa para determinados grupos religiosos no
23
considerados en el calendario público por ser minoritarios. Una vez que el sistema constitucional
establece la libertad de culto, si se establece una penalidad para el no cumplimiento por algunas
personas del deber de atender a las actividades por esta razón, respaldada por garantía
fundamental, esto equivaldría a vaciar la garantía. De esta manera se entiende que el principio de
la igualdad (todos son iguales ante la ley) puede ser relativo cuándo se consideran los objetivos
primordiales del pacto constitucional.
SILVA (2001) nota que las constituciones meramente liberales suelen reconocer la
igualdad ante la ley, pero la brasileña diseña el principio de la igualdad con protecciones a la
igualdad material, entre las cuales la prohibición de distinción salarial, ejercicio de funciones y
criterios de admisión en razón de sexo, edad, raza, o condiciones de deficiencia (p. 214). Indica
que entre los objetivos fundamentales de la República Federal Brasileña están la reducción de las
desigualdades sociales y regionales, la repulsa a la discriminación, la garantía de los derechos
sociales, y el expreso objetivo de la justicia social en los órdenes económico y social (p. 215).
Ya a fines de los años de 1970, BANDEIRA DE MELLO (2006) clarifica cuáles son los
criterios que, utilizados para discriminar situaciones y categorías de personas, no hieren al principio
isonómico. El más relevante para el tema en análisis, es el de la adecuación lógica a los intereses
absorbidos en la Constitución. En su argumentación el autor afirma que para interpretar si un
discrimen legal es legítimo según el principio de la igualdad, hay que verificar si el objetivo de este
es legítimo según los demás principios constitucionales.
En suma, el tratamiento del tema revela la tendencia de los juristas brasileños a considerar
una abertura en el principio isonómico para llegar los objetivos políticos consagrados en el pacto
mayor nacional. En la disputa eterna entre el contenido y la forma del derecho, las técnicas
interpretativas hacen las veces de integración entre la ley y la realidad.

Considerando los tópicos de los derechos humanos relativos a la igualdad comentados en


la primera parte de este trabajo, se puede decir que aunque no considere inicialmente la cuestión

22
Como en SILVA (2001), p. 216 y BANDEIRA DE MELLO (2006). Los Autores de refieren a las
cuestiones discutidas por el filósofo griego en su Ética a Nicómano.
23
Se entiende que la mayoría de la población brasileña es cristiana, y además, católica.

12
de la diversidad cultural como actualmente entendida, la idea de igualdad en Brasil desde muy
pronto se interpreta como igualdad real.
Sea como sea, el asunto de la relativización del principio de la igualdad no está
inicialmente relacionado con la protección de la diversidad cultural como en el plan internacional.

La educación formal, la igualdad y los indígenas en Brasil


El derecho a la educación escolar amplia e irrestricta ofrecida por el Estado es
considerado parte de los derechos sociales en Brasil24 a pesar de su origen anterior a la
25
sistematización de estos derechos. No obstante en el sentido común se argumente ampliamente
el valor de la educación en el desarrollo pleno de los seres humanos y ciudadanos es importante,
para los fines de este trabajo, definir a qué educación nos referimos cuando hablamos en el
derecho humano a la educación. De esa forma, se podrá establecer cuál la especificidad del
derecho indígena a la educación, en el sistema brasileño.
La idea de educación que está en presente en el derecho a la educación se realiza
predominantemente por la enseñanza pública estandardizada, es decir: se transmiten contenidos
homogéneos a todos los alumnos, en establecimientos oficiales (escuelas) instalados y mantenidos
por el Estado. Es deber del Estado ofrecer este servicio, y en algunos casos, como el brasileño, es
deber de los padres inscribir los hijos en la educación obligatoria, que puede variar en numero de
años dependiendo del país.
En el contexto de los objetivos de la República brasileña, la educación es considerada
pieza clave para la transmisión de los valores comunes y tiene como objetivo la preparación de los
26
ciudadanos para el trabajo. Esto implica en decir que el derecho a la educación en el contexto
aquí discutido atiende a los objetivos de (i) formar individuos con valores comunes considerados
relevantes para la sociedad nacional y (ii) prepararlos para insertarse en el mercado de trabajo,
contribuyendo al proyecto socio-económico nacional.
De esta manera, cuando se habla de igualdad en la educación en Brasil, un sentido que se
puede identificar es la idea de igualdad de oportunidades, ya que el acceso a la escuela es
también una forma de acceder al mercado de trabajo. En este sentido, la igualdad aquí guarda la
dimensión económica de la segunda generación de derechos humanos, que ya comentamos.

24
CF, art. 6.
25
La educación formal por el sistema de enseñanza en las escuelas públicas era parte del proyecto del Estado
francés para la concretización de la figura del ciudadano en el momento posterior a la Revolución Francesa.
La expansión de la educación tenía como característica fundamental la laicidad y su objetivo era contribuir
para la efectividad del proyecto liberal. Ya la llamada segunda generación de derechos humanos, la de los
derechos sociales, económicos y culturales, como comentamos, es parte de los aportes de la crítica marxista,
incorporada por las constituciones nacionales a partir de la primera mitad del siglo XX. El marco histórico del
inicio de la esta segunda “fase” de los derechos humanos, en la que se incluyó el derecho a la educación, es la
Constitución mexicana, de 1917.
26
Artículo 2º de la Ley de Directrices y Bases para la Educación Nacional.

13
El principio de la igualdad en el derecho a la educación también contempla las garantías de
no discriminación en el acceso y en el establecimiento escolar, por ejemplo: el ofrecimiento de la
escuela a todos sin discriminación; los contenidos mínimos son enseñados a todos, etc. Además,
la igualdad entre todos los brasileños, uno de los objetivos de la República, hace parte también de
los contenidos de valores comunes, y la creencia en esta debe ser “enseñada” como parte del
paquete básico de valores ciudadanos.
No obstante, la idea de igualdad, respaldada aún por la standardización de los contenidos
enseñados no debe impedir las manifestaciones culturales regionales, o tradicionales, estas deben
ser incentivadas, inclusive, por determinación constitucional.

A su vez, la inclusión de los derechos indígenas en el sistema brasileño empieza en los


tiempos de la colonia, en el momento inmediatamente posterior al establecimiento de lo que queda
conocido como “justo título de la dominación del territorio”, en que se definen a los indígenas que
vivían en el territorio conquistado como súbditos de la corona portuguesa.27 La educación de los
indígenas, una vez establecida la humanidad de estos por la Iglesia, es ministrada por las órdenes
religiosas con el objetivo de “libertar” estos súbditos de la corona del paganismo y enseñarles los
dogmas de la religión católica.
Desde entonces la educación dirigida a los indígenas tuvo como objetivo anular los
conocimientos y costumbres tradicionales, sustituyéndolos por los conocimientos y costumbres de
los colonizadores portugueses y en la independencia, por los de los brasileños, de cultura europea.
No obstante, el cambio de los paradigmas que rechazan el tratamiento de los valores y las
costumbres indígenas como atrasadas y pasajeras entra al sistema jurídico brasileño en la
Constitución brasileña del 1988.
Estos cambios son los que impactan a la política pública de educación ofrecida a los
28
indígenas brasileños, hoy reconocidos como colectivos con derechos específicos. Esto porque a
partir de los cambios comentados en la primera parte de este texto, el respeto a la diversidad pasa
a ser uno de los objetivos formales de la sociedad brasileña.
Combinando el entendimiento brasileño sobre la igualdad y los derechos que expresan la
inclusión del respeto a la diversidad cultural y a la diferencia, tenemos entonces un cuadro de
principios que se combinan y tienen existencia simultánea y obligatoria en el pacto político
brasileño con sus pueblos indígenas.
Es la coexistencia de estos dos principios fundamentales lo que corresponde al
entendimiento de la interculturalidad en el sistema brasileño. Si bien el respeto a la diferencia está

27
Para informaciones sobre la política indigenista de la colonia en Brasil, ver: CORDEIRO (1999).
28
A pesar del uso político que hacen los movimientos indígenas y quienes los apoyan del término “pueblos”,
este no fue incluido en el texto constitucional en razón de protestas por parte de la bancada conservadora. En
el propio Convenio 169 de la OIT el término fue incluido, pero con la expresa definición de que la expresión
“pueblos” no será utilizada en el mismo sentido del derecho internacional. Artículo 1, 3.

14
internalizado, en el sistema brasileño se impone además el deber de pensar políticas que
proporcionen la igualdad de condiciones para las poblaciones indígenas.

Ahora bien, la combinación de los elementos explicitados aquí implica una conclusión
fundamental: no importa cuan específica sea la política para los pueblos indígenas pues en el caso
brasileño la base a partir de la cuál se está pensando es la escuela, la enseñanza, los contenidos
básicos para la ciudadanía y para la inclusión en el mercado de trabajo. Esto quiere decir que el
proyecto que subyace a la política pública de esta educación será invariablemente la
modernización. En este sentido cabe preguntar cuál es el espacio de la cultura en este proceso. Es
decir: ¿en que consiste el respeto a la diferencia cultural, exactamente, en el contexto de la
educación formal? ¿Cuál es el espacio que se deja, en esta educación que estamos discutiendo,
para la manutención de las culturas indígenas?
Si en las escuelas se forman ciudadanos que entran al mercado de trabajo, ¿la cultura que
se está protegiendo es simplemente la manifestación de costumbres?; en fin ¿la educación formal
puede trabajar con la cultura más allá de su transformación gradual en folclor?

Además, quedan dos importantes hechos a ser comentados: uno es el de que los derechos
indígenas hacen parte, como dijimos, no de una negación absoluta de los derechos humanos, sino
de la fase actual del proceso de universalización de estos en que la diversidad es vista como parte
de los valores a ser preservados por la comunidad de Estados en pro de la paz y la convivencia
armoniosa entre las personas. El sistema jurídico brasileño no rechaza, sino adopta integralmente
esos principios. No es sorpresa, de esta forma, que la educación sea direccionada a la formación
ciudadana, aunque sea específica.
El otro es que el espacio dejado a la discreción de los Estados para que desarrollen sus
29
pactos políticos específicos no es vacío, pero es abstracto, aceptando acuerdos que pueden ser
bastante distintos en los diversos contextos de los Estados Nacionales.
Por esto cabe explicitar cuáles son los componentes específicamente brasileños de la
política pública de educación escolar indígena, en el intento de contestar a las preguntas que
planteamos.

EL DERECHO DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS A LA EDUCACIÓN EN BRASIL

Avances y límites de los textos legales

El artículo 210 de la Constitución Federal brasileña establece:

29
En otros momentos históricos el espacio de acción de los Estados era ilimitado, por la mera definición de
sus potestades soberanas.

15
“Serão fixados conteúdos mínimos para o ensino fundamental, de maneira a assegurar
formação básica comum e respeito aos valores culturais e artísticos, nacionais e regionais.
(...)
§ 2º O ensino fundamental regular será ministrado em língua portuguesa, assegurada às
comunidades indígenas também a utilização de suas línguas maternas e processos
próprios de aprendizagem.”

En el caput del artículo se establece que la base para la determinación de los contenidos
para la educación escolar – particularmente en la enseñanza fundamental – asegurar la formación
básica común y el respeto a los valores culturales y artísticos, nacionales y regionales. En el
párrafo segundo del artículo, a su vez, la Constitución brasileña garantiza a las comunidades
indígenas la utilización de sus lenguas maternas y procesos propios de aprendizaje, a pesar de
que la enseñanza fundamental regular será ofrecida solamente en portugués para los demás
ciudadanos.
El énfasis de este artículo, el único en el texto constitucional específicamente sobre
educación para las poblaciones indígenas, recae sobre dos puntos centrales: (i) la educación
(escolar) que será ofrecida por el Estado tiene contenidos establecidos por el gobierno federal, y
debe tener en cuenta valores culturales y artísticos comunes y regionales, y la formación común
del ciudadano brasileño y (ii) la lengua portuguesa es la lengua de la enseñanza fundamental en
Brasil, pero se garantiza a las comunidades la utilización conjunta de sus lenguas y procesos de
aprendizaje.
De pronto surgen algunas cuestiones, considerando las características de los derechos
indígenas comentadas en la primera parte de este texto: ¿cuáles son los objetivos de la pretendida
formación común, en base a la que se establece el currículo escolar obligatorio?; ¿el currículo
diferenciado para educación indígena (que se establece en el plan nacional de educación) sigue
estos mismos objetivos? Y ¿cuál es el carácter de la enseñanza básica en la lengua indígena? Es
decir: ¿hasta dónde va el reconocimiento en esta garantía? ¿La lengua tiene valor cultural, o el
reconocimiento sobrepasa la cuestión cultural para el status político?
Con base en otros dispositivos generales del texto constitucional llegamos a una
comprensión más amplia del artículo 210: este debe ser interpretado como parte de la protección
integral de la cultura (Art. 215, caput)30 y contra la discriminación (entre otros objetivos
31
fundamentales de la República consagrados en el artículo 3º) , por ejemplo. Además, la ley de

30
“O Estado garantirá a todos o pleno exercício dos direitos culturais e acesso às fontes da cultura nacional, e
apoiará e incentivará a valorização e a difusão das manifestações culturais”.
31
“Art. 3º Constituem objetivos fundamentais da República Federativa do Brasil: I - construir uma sociedade
livre, justa e solidária; II - garantir o desenvolvimento nacional; III - erradicar a pobreza e a marginalização e

16
directrices y bases para la educación nacional y el plan nacional de educación trató de coordinar
las disposiones generales de educación con aquellas respectan a los pueblos indígenas, como el
célebre artículo 231, que reconoce a los pueblos indígenas brasileño el derecho a su organización
social, costumbres, lenguas, creencias y tradiciones y el derecho originario sobre las tierras que
ocupan tradicionalmente. Ya hemos discutido algo de esto en el apartado anterior, cabe incluir los
demás elementos.

Al establecer reglas para la educación escolar, la ley 9.394 define que esta se hace
predominantemente a partir de la enseñanza, en instituciones propias y que deberá vincularse al
32
mundo del trabajo y a la práctica social, como comentamos en el apartado anterior.
Además, identificamos que tal como está definida actualmente en la legislación brasileña la
educación es compuesta por los procesos formativos que se desarrollan en la vida familiar, en la
convivencia, en el trabajo, en las instituciones de enseñanza e investigación, en los movimientos
sociales y en las organizaciones de la sociedad civil y en las manifestaciones culturales.33 No
obstante, el Estado brasileño entiende que la enseñanza en las escuelas es relevante para la
formación de sus ciudadanos y define que los primeros ocho años de educación escolar son
obligatorios para todos, y que es el deber del Estado ofrecer este servicio con garantía de
34
gratuidad y calidad.
Aún en el sentido de los objetivos generales de la educación, el artículo 205 de la
Constitución Federal determina que: “A educação, direito de todos e dever do Estado e da família,
será promovida e incentivada com a colaboração da sociedade, visando ao pleno desenvolvimento
da pessoa, seu preparo para o exercício da cidadania e sua qualificação para o trabalho.”
Entre las metas de la educación brasileña, que la Constitución impone al Estado para la
definición en el Plan Nacional de Educación están: I - erradicación del analfabetismo; II -
universalización del atendimiento escolar; III - mejoría de la calidad de la enseñanza; IV -
formación para el trabajo; V - promoción humanística, científica y tecnológica del Pais.35
Todas estas metas hacen parte del proyecto del Estado brasileño para la educación de sus
ciudadanos, y para sus ciudadanos indígenas. No obstante, hay que analizar las reglas específicas
sobre el derecho de los pueblos indígenas a educación diferenciada.
La Ley de Directrices y Bases para la Educación, ya comentada, dispone específicamente
sobre la educación escolar para los pueblos indígenas en sus artículos 78 y 79. Establece que el
Sistema de enseñanza de la Unión de la República desarrollará programas integrados de
enseñanza e investigación para la oferta de educación escolar bilingüe e intercultural a los pueblos

reduzir as desigualdades sociais e regionais; IV - promover o bem de todos, sem preconceitos de origem,
raça, sexo, cor, idade e quaisquer outras formas de discriminação.”
32
Párrafos 1 y 2 del artículo primero de la Ley de directrices y bases.
33
Ley n°9394/96, artículo 1º, caput.
34
Constitución Federal, artículo 208, I y VII.
35
Id. Artículo 214.

17
indígenas, con los objetivos de (i) proporcionar a los indios, sus comunidades y sus pueblos la
recuperación de sus memorias históricas, la reafirmación de sus identidades étnicas, la
valorización de sus lenguas y ciencias; (ii) garantizar a los indios sus comunidades y pueblos, el
acceso a informaciones, conocimientos técnicos y científicos de la sociedad nacional y demás
sociedades indígenas y no-indias (artículo 78).
El artículo 79 de la ley determina que el Estado tiene el deber de apoyar técnica y
financieramente la educación intercultural a las comunidades indígenas, desarrollando programas
integrados de enseñanza e investigación. En el primer párrafo establece el derecho de las
comunidades a participar del planeamiento de estos programas. El párrafo segundo determina los
objetivos de los programas de educación intercultural indígena: (i) fortalecer las prácticas socio-
culturales y la lengua materna de cada comunidad indígena; (ii) mantener programas de formación
de personal especializado, destinado a la educación escolar en las comunidades indígenas; (iii)
desarrollar currículos y programas específicos, incluyendo en ellos los contenidos culturales
correspondientes a las respectivas comunidades; (iv) elaborar y publicar sistemáticamente material
didáctico específico y diferenciado.

Por lo tanto, se puede concluir que la educación intercultural indígena ofrecida por el
Estado brasileño a sus pueblos indígenas tiene como uno de sus objetivos transmitir por la
enseñanza obligatoria en las escuelas (y consecuentemente transformando en contenido), la
cultura de los pueblos y comunidades indígenas.
Este objetivo equivale al intento de re-inventar la cultura a través de un proceso de
estandardización de los conocimientos tradicionales, transformándolo en conocimiento
homogéneo. Cabe preguntar: ¿sería la escuela la mejor forma de transmitir estos conocimientos
tradicionales? O en fin ¿si los procesos de transmisión de conocimiento tradicional de determinada
cultura ya no sirven para la manutención de la cultura, la escuela puede sustituirlos?
Y por fin: ¿la inclusión de la cultura como contenido a ser enseñado – si fuera posible –
equivale a la interculturalidad? Es decir: ¿simplemente llevar a la escuela el conocimiento que era
antes transmitido en otros procesos equivale a poseer un proyecto conjunto de convivencia entre
distintas culturas en el espacio nacional?

ENTRE LAS PALABRAS Y LA REALIDAD

Documentos oficiales e informaciones del censo indígena

Considerando lo que fue discutido en este trabajo, pasamos al examen de la aplicación de


las normas brasileñas en las políticas públicas dirigidas a la educación de las poblaciones
indígenas, acercándonos un paso más hacia la comprensión del problema del equilibrio entre la
igualdad y el respeto a la diferencia en el proyecto de educación intercultural indígena de Brasil.

18
I - Conceptos
“As escolas indígenas se propõem a ser espaços interculturais,
onde se debatem e se constroem conhecimentos e estratégias
sociais sobre a situação de contato interétnico, podem ser
conceituadas como escolas de fronteira - espaços públicos em que
situações de ensino e aprendizagem estão relacionadas às
políticas identitárias e culturais de cada povo indígena.” (SECAD
2007, p. 21)

36
El examen de los documentos relacionados con la educación indígena (SECAD/MEC), y
los Planes Nacional de Educación; Derechos Humanos y Educación en Derechos Humanos
indican un gran nivel de internalización de los paradigmas de los acuerdos internacionales sobre la
temática indígena. Es más, ese movimiento de recepción de los textos internacionales se da hacia
la admisión irrestricta del discurso del proyecto de universalización de los derechos humanos,
37
definidos como universales, indivisibles e interdependientes.

Una constatación salta a los ojos: en la lectura atenta de los textos legales no se ve
explicitada ninguna contradicción entre la idea de defensa de las culturas indígenas y la educación
ciudadana para los derechos humanos, por ejemplo. No se destaca en los textos, ningún conflicto
entre los objetivos de la educación intercultural indígena como educación escolar obligatoria y la
educación para los derechos humanos. En este sentido, se puede decir que la interpretación dada
por los órganos de gobierno competentes respeto a los textos legales brasileños asumen el
discurso de los derechos indígenas como parte de los derechos humanos integralmente. Una
consecuencia de esto es que los problemas que no están resueltos en el plan internacional
tampoco lo estarán en el plan interno. Por ejemplo, conflictos que provengan del pluralismo
jurídico, respecto al cual hay ausencia de reglamentación, no tendrán fácil solución. ¿Cuál
contenido se enseña en la escuela indígena, el de las puniciones tradicionales de la comunidad o
el de los derechos humanos? Es decir: ¿si la punición tradicional está en contra los derechos
humanos (como por ejemplo la expulsión de un miembro de la comunidad por algún acto no
tipificado en el derecho nacional), cuál valor deberá prevalecer en el ámbito de la institución
escolar?

36
La SECAD es la Secretaria de Educación Continuada, Alfabetización y Diversidad, parte del Ministerio de
la Educación y Cultura (MEC), responsable por la coordinación de las acciones del MEC con las acciones de
las Secretarias de Educación de los Gobiernos Estatales y Municipales, y la producción de material,
orientación de los proyectos pedagógicos relativos a poblaciones víctimas de discriminación y distribución de
parte del presupuesto destinado a la educación indígena a través de proyectos como el que publicó libros
escolares en diversas lenguas indígenas.
37
Resultado de las discusiones de la Conferencia de Viena del 1993.

19
Esta es una cuestión que no se resuelve con la admisión de las normas internacionales
simplemente. Es una laguna política más que jurídica, que se incluye en el espacio de discreción
dejado a los Estados por la generalidad de los textos internacionales. En este punto, nos parece,
cabe un acuerdo intercultural entre las comunidades interesadas y el órgano gubernamental
competente. En este sentido, incluso, la búsqueda de equilibrio entre el respeto a la diferencia y la
igualdad depende de la identificación y tratamiento del problema en acuerdo con el principio de
participación en las políticas públicas de interés. De otra forma, los conflictos tendrán de ser
tratados caso a caso.

Otra cuestión también nos pareció relevante para el tema en estudio: el entendimiento de
la cultura que subyace a la aplicación de las normas sobre educación indígena. En el documento
sobre la situación de la educación indígena en Brasil, publicado por la Secretaría de Alfabetización
y Educación Continuada en el 2007, algunos datos se destacan.
Entre el cuadro conceptual que rige las políticas públicas relativas a la educación indígena,
por ejemplo, se encuentra una discusión sobre la distinción entre educación escolar indígena y
educación indígena, esta, parte del objetivo de distinguir la actual política dirigida a los pueblos
indígenas de las políticas indigenistas, que no respetaban la diferencia. En este sentido, en las
políticas públicas brasileñas se reconocen el papel de la comunidad educativa indígena, cuyas
prácticas pueden ser benéficas para la formación de una política educacional adecuada. SECAD
(2007), p. 20.
Además en este documento se comenta que muchos profesores indígenas se han
preocupado en investigar los fundamentos y las estrategias de los procesos cognitivos indígenas
generando lo que denominaron pedagogías indígenas. Estas consistirían en herramientas
metodológicas para la adquisición de la lecto-escritura, en el uso de la oralidad para la
construcción de los conocimientos, en la organización del tiempo y del espacio escolar, en el
agrupamiento de los estudiantes, en las diversas actividades hechas a partir de la asociación de la
escuela con la vida comunitaria.
Con esto podemos contestar a una de las preguntas planteadas en este texto: en la actual
concepción de educación intercultural en Brasil, hay un esfuerzo en el sentido de utilizar los
procesos cognitivos tradicionales de cada cultura en la escuela, que abre espacio a otras prácticas
que la tradicional enseñanza y cambia el foco del proceso para el aprendizaje. Eso indica que la
cultura aquí no es vista simplemente como contenidos de prácticas y costumbres tradicionales. No
obstante, claro está que el uso de estos procesos cognitivos tiene carácter instrumental, de modo
que la persistencia en su utilización obedecerá al criterio de su utilidad para la transmisión de los
contenidos.
Con relación a la lengua, otra cuestión se levanta en el documento: la enseñanza es
multilingüe; cuando la comunidad haya perdido su lengua en parte o integralmente se reconoce su
variante del portugués y la lengua portuguesa es enseñada con las técnicas de enseñanza de

20
lengua extrajera. Regresamos así a otra pregunta que planteamos anteriormente: la extensión del
reconocimiento del derecho a la enseñanza en la lengua materna. ¿Es suficiente para los objetivos
de educar para la ciudadanía la enseñanza del portugués como lengua extranjera? O en otros
términos ¿Es posible educar para la ciudadanía en una lengua en la que no se la va a ejercer? Eso
es relevante en la medida que la lengua portuguesa es la única reconocida como lengua oficial. Tal
vez la situación que se vive en algunos países, como en Bolivia, pueda enseñarnos un poco: se ha
visto recientemente que el interés por la enseñanza en la lengua materna en algunos casos ha
disminuido y que las comunidades pasan a pedir que se les enseñe en la lengua nacional. ¿Esa
relación tendría alguna conexión con la percepción de los sujetos indígenas (como comunidad o
como individuos) de que necesitan de más conocimientos de la lengua nacional (o de lengua
económicamente más interesante, como el inglés) para ejercer sus derechos o relacionarse como
38
iguales con los demás componentes de la sociedad nacional?
Así, se puede decir que la valorización de las lenguas indígenas, una vez que estas no son
reconocidas políticamente, es predominantemente cultural. De hecho no está equivocado que se
valoren las lenguas indígenas, y la enseñanza en las lenguas maternas, sin embargo hay que tener
la conciencia de que este camino puede no ser adecuada para el objetivo de formar ciudadanos
que participen en iguales condiciones en la sociedad nacional.

2 – Ciudadanía Intercultural
Otra cuestión de relieve se relaciona con la posibilidad de aplicación de los conocimientos
adquiridos en la institución escolar intercultural en las relaciones con los demás ciudadanos, los
cuales no tienen educación intercultural. Se dice que uno de los objetivos de la escuela intercultural
es construir conocimientos y estrategias sociales sobre la situación de contacto interétnico
(SECAD, 2008, p. 21). No obstante, aunque estas estrategias funcionen bien en las relaciones
internas, en el sentido de fortalecer las identidades étnicas y revertir el proceso de internalización
de discriminación marcado por la creencia en la inferioridad de las culturas indígenas, no llegarán a
los demás ciudadanos, obligando a los indígenas a que salgan del sistema de educación
diferenciada para utilizar en sus relaciones interétnicas los recursos y estrategias de la sociedad
hegemónica.
Una estrategia del Estado brasileño para minimizar los efectos del proceso colonizador y
de las acciones indigenistas, que establecieron ideas de inferioridad de las culturas indígenas fue
promulgar un cambio en la ley de directrices y bases de la educación nacional que torna obligatoria
39
la enseñanza de lo que se ha llamado “cultura negra e indígena” brasileñas. Sin embargo, el
proceso de preparación de los profesores que los van a utilizar no está previsto en la ley.

38
http://www.la-razon.com/versiones/20081107_006449/nota_250_705641.htm.
39
Ley 9.394, Art. 26-A. “Nos estabelecimentos de ensino fundamental e de ensino médio, públicos e
privados, torna-se obrigatório o estudo da história e cultura afro-brasileira e indígena. § 1o O conteúdo
programático a que se refere este artigo incluirá diversos aspectos da história e da cultura que caracterizam a

21
En la idea inicial, que es la de promover una educación intercultural, estos puntos nos
parecen centrales: se preocupa con el método, con los contenidos en el proceso, no obstante, no
se proporciona a los sujetos que salen de este sistema condiciones para seguir la relación en los
términos de la interculturalidad. En este sentido, la educación intercultural propuesta no atiende
plenamente sus objetivos, limitándose a la valorización de las características culturales, pero sin
establecer una relación intercultural de los conocimientos, ya que en la situación límite, la cultura
que prevalece es la hegemónica, sin mucha posibilidad de diálogo.
Esto frustra las pretensiones reales del proyecto brasileño de la educación escolar para los
pueblos indígenas:
“Para as comunidades indígenas, a educação escolar é estratégica
para o fortalecimento do processo de afirmação de sua autonomia
na condução de projetos de seu interesse. Em decorrência disso, é
com muita veemência que demandam pela oferta da Educação
Básica em suas escolas, a fim de evitar que adolescentes e jovens
40
migrem para as cidades mais próximas em busca de estudos.”

3 – Aplicación de las políticas


Podemos, por fin, pasar a las consideraciones sobre la efectividad de las políticas públicas
aplicadas con relación a la educación indígena en Brasil. En el censo indígena, uno de los puntos
centrales es el incremento del número de escuelas indígenas (en todos los niveles) y de profesores
indígenas formados por los programas de magisterio y licenciaturas interculturales. Tanto con
relación a los establecimientos escolares como con relación a los programas de formación, ese
incremento es básicamente impulsado por el poder público y, en especial, por las
41
municipalidades.
Otro número relevante es el incremento de inscripciones en las escuelas, también en todos
los niveles, no obstante ese incremento se muestre más en los primeros ocho años. Hubo un
esfuerzo en cambiar la relación entre los primeros cuatro años (1° segmento) y los demás (2°
segmento de la enseñanza obligatoria), que era de 5,13 alumnos en los primeros cuatro años para
cada alumno en los demás años. Esta pasó a 3,6, sin embargo, esta relación puede no haber

formação da população brasileira, a partir desses dois grupos étnicos, tais como o estudo da história da África
e dos africanos, a luta dos negros e dos povos indígenas no Brasil, a cultura negra e indígena brasileira e o
negro e o índio na formação da sociedade nacional, resgatando as suas contribuições nas áreas social,
econômica e política, pertinentes à história do Brasil. § 2o Os conteúdos referentes à história e cultura afro-
brasileira e dos povos indígenas brasileiros serão ministrados no âmbito de todo o currículo escolar, em
especial nas áreas de educação artística e de literatura e história brasileiras.”
40
P. 38.
41
Censo Secad, 2003-2006, SECAD (2007).

22
cambiado debido a una disminución de la tasa de evasión, ya que el incremento en las
inscripciones fue más fuerte en el segundo segmento (78,1%) que en el primero (27,2%)
El gobierno federal ha invertido entre los años de 2006, aproximadamente 149 millones
de reales en la educación indígena, a parte del financiamiento de diversos proyectos, como el de
42
alimentación indígena y publicación de libros didácticos.
Sin embargo, los representantes indígenas reunidos en el consejo de educación indígena
identifican las deficiencias de la acción gubernamental, y establecen donde deberán centrarse los
esfuerzos futuros: (i) incremento en los programas de formación de profesores indígenas para
suplir la demanda por educación en el interior de las tierras indígenas; (ii) articulación con las
universidades para seguir la formación de personal docente y administrativo de las escuelas; (iii)
ampliación de la oferta de los últimos cuatro años de la enseñanza obligatoria y del nivel medio en
las aldeas; (iv) producción de material específico; (v) construcción y adaptación de los
establecimientos escolares a los objetivos de las comunidades; (vi) creación de espacios de
diálogo; etc.
También la secretaría encargada de orientar la aplicación de las políticas públicas identifica
algunas fallas en la implementación de las políticas tales como: (i) la falta de reglamentación sobre
el régimen de colaboración que rige la relación entre las tres esferas de gobierno; (ii) la
discontinuidad de la acción de los sistemas de enseñanza, la dificultad de establecer un diálogo
intercultural, oyendo y comprendiendo las perspectivas indígenas; (iii) problemas de gestión que
mantienen las escuelas indígenas sin recibir insumos básicos para su funcionamiento, como
merienda escolar e material didáctico; (iv) falta de transparencia en la aplicación de los recursos
públicos. P .32
Otros problemas en la aplicación de las políticas relativas a la educación indígenas son: (i)
las políticas son dirigidas a la expansión de la educación escolar en las tierras indígenas, a pesar
de la grande cantidad de pueblos que migraron de sus tierras por diversas razones; (ii) es parte de
la orientación del gobierno federal que la implementación de las escuelas solo se hace
posteriormente a la titulación de la tierra, a pesar de no existir exigencia constitucional en este
43
sentido.

CONCLUSIONES

42
SECAD (2007).
43
El artículo 231 de la CF distingue el derecho a la tierra del derecho a la titulación y regularización de la
tierra, razón por la que aunque la tierra no esté titulada el goce de todos los derechos territoriales estén
garantizados. Además, los servicios públicos esenciales como salud, energía eléctrica, tratamiento de agua y
educación no guardan relación con la regularidad de la situación “fundiária”, lo que se puede confirmar por
los servicios que son ofrecidos en las comunidades de favela, por ejemplo. No obstante, Por un equívoco en la
interpretación, los ministerios brasileños que se encargan de las políticas públicas para los pueblos indígenas
exigen la seguridad del derecho de tenencia vía titulación de la tierra para que ofrezcan el servicio público
esencial a la comunidad.

23
La búsqueda de equilibrio entre la igualdad y el respeto a la diferencia pasa por toda la
lógica de los derechos indígenas y es debida a la inserción de estos en los derechos humanos y su
proceso de universalización. El establecimiento de los límites del derecho a la diferencia cultural es
uno de los proyectos del abordaje liberal de la cuestión, como en las propuestas multiculturalistas.
El proyecto de la interculturalidad adoptado en el sistema de las Naciones Unidas busca
establecer, con cierta generalidad, un espacio para la determinación de los acuerdos nacionales,
dentro del límite del respeto a los derechos humanos y en el marco del Estado democrático.
El principio de la igualdad ahí se entiende de forma distinta, en razón de la internalización
del valor de la diversidad cultural, por el cual también se reconoce que no hay culturas superiores e
inferiores. En suma, el respeto a la diferencia se combina a las ambiciones universalistas del
sistema, componiendo una dimensión colectiva de la igualdad, basada en el reconocimiento de la
ineficacia de la aplicación homogénea de la igualdad formal (de carácter individual) en lo que
respeta a las diferencias culturales. Esta dimensión del principio de la igualdad se expresa por el
reconocimiento de derechos específicos, que corrigen los efectos de la aplicación indiscriminada
del principio de la isonomía.
El objetivo del reconocimiento de estos derechos específicos, no obstante, no es negar la
igualdad o la pretensión de un proyecto de ética universalmente válida, sino proporcionar la
igualdad real. De esta forma, los derechos indígenas consagran reglas específicas de protección a
los derechos fundamentales, que tienen su base en la constatación de la especial vulnerabilidad de
las poblaciones indígenas a las violaciones de derechos humanos. Al mismo tiempo, establecen
principios maestros que deben regir las relaciones entre los Estados y sus nacionales indígenas
que se basan en el reconocimiento del derecho a la diferencia. Estos principios tienen por objetivo
proporcionar la renovación de la relación política entre los indígenas (entendidos como colectivos)
y el Estado, e imponen a este deberes generales para la formulación de sus leyes y políticas
relativas a sus poblaciones indígenas. Estos deberes implican la construcción de un proyecto
común de convivencia. Es decir, implica un proyecto de convivencia intercultural.
La interculturalidad entendida en el sistema internacional comprende la renovación de la
relación política entre pueblo indígena y Estado basada en los principios del derecho a la libre-
determinación (autonomía, autogestión y el derecho a definir su status político), participación,
respeto a la diferencia e igualdad. Así, la propuesta de interculturalidad en el sistema de las
Naciones Unidas solo existe cuando hay un espacio político común a las distintas culturas, de
modo que depende del espacio democrático y de la participación ciudadana.
La idea de igualdad en Brasil es comúnmente relacionada a la idea de igualdad de
oportunidades, y entendida en los términos de la cultura, guarda relación con la cuestión de la no
discriminación. En el sistema brasileño, se interpreta, además, que las excepciones al principio
isonómico que sirvan a la realización de los objetivos fundamentales de la Constitución son
legítimas. Entre estos objetivos está el respeto a los derechos humanos, y la protección integral de
la cultura.

24
La internalización de los paradigmas de respeto a la diferencia y a la diversidad cultural
para los derechos indígenas se hizo en la Constitución Federal de 1988, que establece un sistema
cuya base es la protección de la cultura y que garantiza derechos específicos que deben obedecer
a los principios generales consagrados en el sistema constitucional brasileño.
El derecho a la educación de los pueblos indígenas en Brasil es entendido como derecho a
la educación escolar pública obligatoria intercultural y bilingüe, y obedece a los objetivos generales
para la educación en Brasil. Estos son la formación para la ciudadanía y para el trabajo y el pasaje
de valores comunes y regionales y conocimientos mínimos comunes a todos los individuos.
No obstante, se concluye que en la búsqueda de equilibrio entre los dos principios,
aplicados a la educación, la balanza pende para el lado de la igualdad. Esto quiere decir que bien
hechas y eficaces las políticas públicas brasileñas relativas a la educación serán eficientes para
ofrecer oportunidades de participación equitativa para los pueblos indígenas en la sociedad
nacional, pero no necesariamente protegerán las culturas integralmente, ya que las relaciones
interétnicas, por las condiciones aquí discutidas, son más eficaces bajo el signo de la cultura
hegemónica. En este sentido, identificamos como problemas esenciales de la aplicación del
derecho de los pueblos indígenas a la educación diferenciada en Brasil: (i) la internalización de los
problemas no resueltos en el plano internacional, como por ejemplo los conflictos provenientes del
pluralismo jurídico; (ii) la utilización de la enseñanza bilingüe en la formación para la ciudadanía,
una vez que las lenguas indígenas no son reconocidas oficialmente por el Estado brasileño; (iii) la
imposibilidad de utilización de la interculturalidad en las relaciones interétnicas, que resultan de la
extensión limitada de las políticas públicas relativas a la educación.
Tal vez, entonces, el sistema escogido para fundamentar las políticas públicas relativas a
la educación sea ineficaz justamente para realizar su objetivo fundamental, que es proteger la
cultura de forma integral. Este es un problema que proviene del propio entendimiento de la cultura
por la concepción de interculturalidad expresada aquí que, asumiendo en parte las ideas
multiculturalistas, percibe la cultura como un conjunto de características y costumbres de las cuales
se puede abdicar en parte cuando no corresponden al proyecto hegemónico.

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