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CON FIN DE PARTIE


Palau de Les Arts
www.lesarts.com
KURTÁG FIN DE PARTIE
29, 31_10, 01,04_11
LA ÓPERA DE HOY
VUELVE A LES ARTS
Hamm: Frode Olsen. Clov: Leigh
Melrose. Nell: Hilary Summers. Nagg:
Leonardo Cortellazzi.
Orquestra de la Comunitat Valenciana.
Dirección: Markus Stenz. EL PALAU DE LES ARTS DE VALENCIA INAUGURA ESTE MES SU
Dirección de escena: Pierre Audi. TEMPORADA CON EL ESTRENO ESPAÑOL DE FIN DE PARTIE, LA
ÓPERA DE GYÖRGY KURTÁG BASADA EN LA OBRA TEATRAL DE
SAMUEL BECKETT. ESTA APUESTA POR LA ÓPERA DE HOY
RECONCILIA AL COLISEO VALENCIANO CON LA CREACIÓN

N
CONTEMPORÁNEA. Por Ismael G. CABRAL

te dos horas exactas. “Trabajé en


o se ha andado esta ópera durante cinco años y
con medianías muchas veces pensé que no vería
el Palau de Les el final, incluso llegué a creer que
Arts de Valencia moriría antes”, dijo el composi-
a la hora de ten- tor sobre el proceloso trabajo de
der la mano de redacción de una partitura que
nuevo a la ópera debió conocer su estreno en el
contemporánea. Porque si algo es Festival de Salzburgo de 2016 pero
Fin de partie (Final de partida) es que finalmente tuvo lugar en el
la obra de un clásico vivo, sí, pero Teatro alla Scala de Milán en 2018.
también de uno los vanguardis- La obra se repuso posteriormente
tas (vanguardia, esa palabra que en la Ópera de Ámsterdam en la
sigue suscitando tanta emoción misma producción del estreno, la
como pánico en determinados misma que se verá en Valencia.
oídos) más notables de la segunda Kurtág es un superviviente de
mitad del siglo XX, György Kurtág la contemporaneidad, alguien que
(1926). Es cierto, podrá aducirse, nunca pensó llegar hasta donde
György Kurtág, autor de Fin de partie que el tono aforístico de la mayoría ha llegado y que finalmente se
de su música y su carácter reserva- atrevió con una ópera, género
do tienen un correlato estético en cuyo acercamiento siempre había
una obra más musitada y críptica postergado; otros, como Pierre
pero menos beligerante que la de Boulez, nunca se atrevieron...

György Kurtág: otros de sus colegas de la moder-


nidad. El nombre de Kurtág está
No es menos verdad que la
obra homónima de Samuel Bec­

“Trabajé en esta
ahí, en el mismo lugar que otros kett que inspira a Kurtág siempre
grandes como, por citar algunos, estuvo acompañándole. Aunque
Karlheinz Stockhausen, György sin el formato de ópera, su músi-
ópera durante Ligeti o Luciano Berio, pero el tono
general de su música, en cambio,
ca ha ido de la mano de ilustres
textos, como en Mensajes de la

cinco años y es de una serena abstracción.


De hecho Kurtág, uno de los
difunta señorita Trusova de Janos
Pilinszky o en S.K. Ruido-Recuer-

muchas veces pocos compositores de su gene-


ración que catalogó sus obras con
do, de Deszo Tandori, si bien una
de sus obras más extraordinarias,

pensé que no
número de opus –y creador de un profundísimo e hiriente la-
grandes partituras para el ba- mento, es la orquestal Grabstein
llet–, comparte con su admirado für Stephan, página predilecta de
vería el final, in­ antecesor Anton Webern la misma
rectitud y severidad, pero también
Claudio Abbado.
Fin de partie, desde luego,
cluso llegué el mismo aprecio por la forma bre-
ve. Por eso sorprende encontrar
participa de toda la poética del
autor. Es música más dilatada,

a creer que en las postrimerías de su vida una


creación como Fin de partie, la
pero que goza de una rara con-
tinuidad entre el mutismo y lo

moriría antes”
FBBVA

única ópera de su catálogo, la cual espasmódico, con unos cantantes


se extiende sin descanso duran- que recitan sus textos otorgando

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Dutch National Opera / Ruth WALZ

el mismo peso a los silencios que a textos de Beckett son tan incisivos

Dutch National Opera / Ruth WALZ


las palabras. y clarividentes como gélido y pre-
Es como “una sucesión de ciso es el colchón sonoro que los
escenas y monólogos”: así definió hace evolucionar.
la ópera, con adusta modestia, La producción de Fin de partie
el propio creador. Obra esta que llega a Valencia con los mismos
adquiere, inopinadamente, una mimbres con los que hasta ahora
actualidad que va mucho allá que ha sido presentada, un equipo
la que en sí mismo pueda confe- que trabajó con el propio Kurtág
rirle basarse en un texto del autor y que supo de cada detalle que
de Esperando a Godot. El final de imaginó el creador ya que él, por
la partida, del juego, el game over, motivos de salud, no ha podido
al que alude el título, sitúa a unos acudir a ninguna representa-
tristes y desdichados personajes ción. Markus Stenz en la direc-
en el justo instante en el que tie- ción musical, Pierre Audi en la
nen que enfrentarse al jaque mate dirección de escena y un elenco
de la existencia. Todo ello en un vocal integrado por Frode Olsen,
contexto, dramático/escenográfi- Leigh Melrose, Hilary Summers y
co, en el que tiene por testigo una Leonardo Cortellazzi darán vida Dos escenas del montaje de Pierre Audi de
humanidad recluida y desgajada a la obra en Les Arts. Todos ellos Fin de partie con el que la obra se estrenó en
La Scala de Milán y visitó más tarde la Ópera
de toda referencia lúdica por culpa sirven con dedicación casi mo-
de Ámsterdam
de la pandemia... nacal a una obra que, pese a su
Desde luego hay en toda la relativa extensión, acumula todas
obra de Kurtág un afán de tras- las insistencias posibles del credo
cendencia y una negrura vital estético del compositor; con pro-
que hay que entenderla como un fuso empleo del címbalo, piano
rasgo generacional; como en los vertical, dos acordeones y varios
conglomerados operísticos de idiófonos cuya puntual persisten-
Luigi Nono, con su tragedia de la cia conf ieren una musicalidad
escucha, Prometeo. O los abruma- diafanamente kurtagiana.
dores artefactos líricos camuflados Ojalá que este estreno en
de cuento y que acogían toda una España en la práctica no sea final
historia del catastrofista siglo XX, de nada y sí comienzo de futuras
caso de la heptalogía Licht, de partidas en favor de la creación
Stockhausen. Pero en Kurtág la contemporánea. Ello dependerá,
función siempre es más serena, no en buena medida, del público y los
se produce el caos, el estallido. Los gestores de Les Arts. ÓA

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