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1. INTRODUCCIÓN
La probabilidad de cometer un delito es entre 2,8 y 3,8 veces mayor entre quienes han
usado drogas que entre quienes no lo han hecho.
Las tres drogas más comúnmente asociadas con el crimen son
o Crack puede aumentar hasta seis veces la probabilidad de delinquir
o Heroína: arroja incrementos que fluctúan entre 3 y 3,5 veces
o Cocaína: alrededor de 2,5 veces
El uso de marihuana entrega una relación estadísticamente significativa con el delito
aunque en montos menores, de alrededor de 1,5 veces.
CONACE, 2008 El 47% de los condenados declara haber consumido marihuana todos o
casi todos los días alguna vez en su vida y 34% entrega antecedentes similares de
abuso de alguna cocaína.
SENAME, 2006 alrededor del 80% reporta haber fumado marihuana alguna vez en su
vida, y cerca del 50% haber inhalado cocaína.
CONACE, 2007 alrededor de 25% de marihuana y 8% de cocaína
La probabilidad de que delito y droga estén asociados en uno u otro sentido es
alta, consistente y significativa.
Inciardi y Pottieger, 1994 existe evidencia de que un aumento en los niveles de
consumo de cocaína se traduce en un aumento en el crimen.
El crack produjo un mercado extremadamente violento asociado con la venta al
menudeo a través de pandillas armadas que explicaron el aumento del homicidio
neoyorquino, así como posteriormente su declive en los años noventa una vez que el
número de consumidores de esta droga comenzó a disminuir.
El vínculo droga/delito se sostiene también en evidencia muy sólida acerca de la
importancia de la rehabilitación en los procesos de reinserción social de
delincuentes.
o Tratamiento en la reincidencia delictiva (dependencia controlada con
metadona para heroinómanos, comunidades terapéuticas o programas
conductuales)
o Programas de monitoreo o tratamiento judiciales que se basan en medidas
compulsivas
Chileno por daza 2009). La iniciación en el uso de cocaína o heroína es posterior a la
iniciación delictiva.
Muchas veces el delito proporciona tanto la motivación como los recursos para
consumir drogas o bien inserta al individuo en un ambiente propicio para el uso de
las mismas.
La concomitancia entre droga y delito se entiende a veces como una relación
recíproca, y que se refuerza en el tiempo, de manera que si bien la iniciación delictual
normalmente antecede al consumo de drogas, este consumo aumenta la
probabilidad de continuar o profundizar la intensidad de una carrera delictiva.
Menard, Mihalic y Huizinga, 2001 muestran que más allá de la iniciación, la influencia
del uso de drogas en el crimen es más consistente que la del crimen sobre las drogas.
La relación entre droga y delito depende de las progresiones del consumo, ya que
durante la fase de uso ocasional el consumo de drogas y el delito se relacionarían de
manera espuria, mientras que durante la fase de dependencia y adicción la relación
causal sería más probable.
Durante los períodos de intensificación de uso de drogas (o períodos de adicción)
aumenta la actividad delictiva y, al revés, que ésta desciende en los períodos de calma
adictiva.