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REFLEXIONES SOBRE EL ENSAYO EL FORASTERO.

“Basta caminar algún trecho por la impecable rigidez que los espejos del pasado
nos abren, para sentirnos forasteros y azorarnos cándidamente de nuestras
jornadas antiguas. No hay en ellas comunidad de intenciones, ni un mismo
viento que las empuja”.

Este párrafo nacido bajo la pluma del gran Borges, me permite ilustrar, desde
una narrativa distinta el concepto principal enunciado en el ensayo referente de
estas reflexiones aquí escritas; En un mundo cambiante los seres humanos
siempre vamos a encontrarnos en una situación “afuera de” en nuestro devenir
cotidiano y esto sucede cuando nuestro acervo de recetas colectivas, aquellas
que estandarizan lo conocido y que el autor denomina “pauta cultural de la vida
grupal…” se ve desbordado; lo que entendemos, lo que confiamos y lo que
siempre ha sido así y dominamos , ya no aplica ante una circunstancia y la
nueva escala de “significatividades…” que ella nos plantea. Cuando los
supuestos de nuestro “pensar habitual…” dejan de ser válidos y un estado de
“crisis” nos acecha. Es entonces cuando egocéntricamente pensamos, que es el
mundo, el mismo que nos rodea, el que no se adapta a nosotros. El exogrupo.
Ahora bien, hemos de recordar que ese “pensar habitual” es producto de un
conocimiento del mundo empírico y claramente heterogéneo; disperso, parcial
y ambiguo, pero sobre todo dinámico pues cambia según las circunstancias y el
desarrollo de la personalidad. Así lo afirma el autor cuando afirma “El
conocimiento del hombre que actúa y piensa dentro del mundo de su vida
cotidiana no es homogéneo, es 1) incoherente, 2) solo parcialmente claro, y 3)
en modo alguno exento de contradicciones.”
Lo interesante sucede cuando ese “pensar habitual” es validado por el
endogrupo, este homogeniza el conocimiento dotándolo de “coherencia,
claridad y congruencia suficientes como para ofrecer a cualquiera una
probabilidad razonable de comprender y ser comprendido.”, convirtiéndolo
como por arte de magia en la “pauta cultural de la vida grupal.” Esta es la
dialéctica a la que se ve abocado quien se encuentra “afuera de”. Entonces no
basta con solo mirar ese constructo social, es necesario bucear en él. Un gran
traductor por ejemplo del inglés al español, es bueno no solo por conocer las
formas, la gramática y los significados, lo es porque entiende y piensa en la
pauta cultural propia del idioma.
En este punto ya como forasteros, echamos mano de una estrategia muy
conocida por todos, en si misma un acto de supervivencia; y es la de encaminar
ese “pensar habitual” para construir un continuum que enlace nuestra particular
historia de vida al “presente y futuro” del grupo al que queremos incorporarnos,
siendo esto un claro indicio de “un proceso de asimilación social”. Es allí
donde las proximidades conceptuales: cerca y lejos de, o como las define el
autor “familiaridad y ajenidad”, categorías que interpretan el mundo, juegan un
rol importante pues permiten también generar posturas criticas ante los hechos,
y que determinan el estar afuera o adentro del endogrupo, marcando así el éxito
o el fracaso del proceso.
Somos siempre forasteros cuando nuestra “concepción relativamente natural del
mundo” esta fuera de contexto, y dejamos de serlo cuando logramos tender un
puente entre nuestra historia, nuestra pauta cultural de origen y la de destino,
esa a la cual queremos asimilarnos, cuando nos transfórmanos en tejedores de
conocimiento y somos capaces de integrar sin juzgar y comparar los nuevos
perfiles de significatividades, es decir, cuando adquirimos un nuevo kit de
recetas. por supuesto colateralmente ya no se cuestiona nuestra lealtad hacia
el endogrupo. De otro modo, puedo concluir también que nuestro conocimiento,
heterogéneo, disperso, parcial y ambiguo deja serlo cuando es validado, por la
pauta cultural, es decir cuando el entendimiento natural del mundo es
significado por el contexto. En concordancia con lo anterior, el autor expresa:
“Si conseguimos todo esto, entonces lo que era un hecho extraño y un problema
que desconcertaba nuestra mente se transforma en un elemento adicional de
nuestro conocimiento justificado. Hemos ampliado y ajustado nuestro acervo
de experiencias.”
En el escenario contrario, quiero ejemplificarlo desde lo siguiente; hace poco
leí una noticia, en la cual se comentaba las declaraciones de un famoso jugador
de futbol colombiano, en relación a su estadía en un gran club de la Bundesliga
en Alemania, “era muy objetivo en su actitud crítica”, pues no había podido
adaptarse a las condiciones climáticas, de idioma y sobre todo a la cultura del
trabajo propia de los germanos, es decir “la pauta cultural” su “dudosa lealtad,
lo convirtió en un “hombre marginal, un hibrido cultural que vacilaba entre
dos pautas diferentes de vida grupal”, pero este forastero, nunca contemplo la
posibilidad de asentarse, para el esta era una aventura, “no un instrumento que
le permite desentrañar situaciones problemáticas, sino, en sí misma una
situación problemática y difícil de dominar.”

Por último, quiero nuevamente referenciar el párrafo que da inicio a esta


disertación, para concluir en los términos del ensayo estudiado; La “pauta
cultural de la vida grupal” se equipara a esos espejos del pasado, que se abren
al presente y que son la construcción del continuum histórico del endogrupo, el
“pensar habitual “colectivo, conocimiento homogéneo, coherente, completo y
congruente, ante el cual, rendido el forastero intenta reconstruir ese contexto,
desde su propio conocimiento, heterogéneo, disperso, parcial y ambiguo,
experimentando, en un constante prueba y error, hasta que el circulo se
complete y , en al momento , dejar de estar afuera de….

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