Sei sulla pagina 1di 2

3.

Dios da a sus hijos salud espiritual y física

Alaba, alma mía, al Señor; alabe todo mi ser su santo nombre. Alaba, alma

mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él perdona todos tus

pecados y sana todas tus dolencias.

(Salmo 103:1-3)

Nuestra alma se renueva si nos enfocamos en las bondades y bendiciones que

Dios nos ha concedido. Es bueno recordar todo lo que Dios nos ha dado y

hecho por nosotros aun cuando estemos en medio de dificultades. Dios nos dio

vida eterna, el perdón de nuestros pecados y la sanidad de nuestras dolencias,

tanto las espirituales como las físicas, porque el poder de Dios no tiene límites.

Recibe ánimo al leer algunas de las razones que tenemos para alabar a Dios.

En estos versículos de Isaías, él profetiza sobre la muerte de Jesús en la cruz y

cómo él llevó sobre sus hombros nuestras enfermedades físicas, emocionales

y espirituales. No estamos solos en nuestros momentos de sufrimiento: Jesús

está con nosotros. Él entiende lo que sentimos y sabe lo que necesitan nuestro

espíritu, alma y cuerpo.

Jesús cargó con todas nuestras enfermedades y dolores en la cruz. Gracias a

él tenemos paz con Dios y paz en medio de las circunstancias difíciles que

enfrentamos. Por sus heridas recibimos sanidad espiritual, no moriremos

eternamente y esa es la obra más grande de Cristo en la cruz. Dios quiere

darnos también sanidad física y emocional aunque debemos entender que es

él quien decide cómo y cuándo nos la da.

Dondequiera que vayan, prediquen este mensaje: “El reino de los cielos está

cerca”. Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su

enfermedad a los que tienen lepra, expulsen a los demonios. Lo que ustedes
recibieron gratis, denlo gratuitamente.

(Mateo 10:7-8)

Potrebbero piacerti anche