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Alejandra Arrastia

Pedagogía del conocimiento integrado: propuesta ideal para la formación en la


primera infancia

A través de los siglos, se han desarrollado distintas pedagogías que buscan


transformar la escuela, los procesos de enseñanza y aprendizaje, el concepto que se
tiene de los alumnos y las prácticas de los docentes. Es así, como nacen pedagogías que
rompen los esquemas tradicionales de la escuela buscando innovación educativa, tales
como: las pedagogías libres, las pedagogías de inclusión, las pedagogías críticas y las
pedagogías del conocimiento integrado. Ahora bien, es común que los docentes tengan
ciertas preferencias por alguna de estas, dado que va acorde con sus ideales educativos,
con las metodologías de su preferencia, se ajustan a sus habilidades y, con la que
consideran que favorece el desarrollo de la enseñanza y el aprendizaje. De esta manera,
el presente ensayo pretende demostrar mi preferencia como docente por las pedagogías
del conocimiento integrado para aplicar en la educación inicial.

Para empezar, esta pedagogía plantea la globalización del conocimiento, es decir que
naturalmente los niños perciben de manera global el conocimiento y no fragmentado,
considerando primero el todo y luego sus partes. Al respecto, Carbonell (2001) (citado en
Carbonell 2015) afirma que, la globalización

se vincula al proceso educativo que arranca de esta visión más global y


epidérmica para construir un conocimiento más sólido y una comprensión
profunda de la realidad mediante la observación, asociación, contraste y
comparación, análisis, desarrollo del pensamiento reflexivo (p.213).

De esta manera, el planteamiento de la globalización permite tener una visión


realista del mundo al percibirlo en su totalidad. Este aspecto, dentro de la educación,
me permite como maestro respetar las características naturales de la infancia, sus
ritmos e intereses, para hacer de la enseñanza un proceso natural que le permita ver
la realidad tal y como es, sin fragmentarla. Además, como plantea Ovide Decroly,
una vez el niño percibe la totalidad, esto despierta su curiosidad, su deseo de
investigar y de descubrir las distintas partes del todo. (Federación de Enseñanza de
CC.OO. de Andalucía, 2013)

Ahora bien, al tener una perspectiva globalizada del conocimiento esta


pedagógia invita a la transdisciplinariedad, dado que permite integrar completamente
los distintos saberes, las interacciones de las distintas dimensiones y áreas sin
necesidad de dividirlas por materias, busca ir más allá del conocimiento unificando la
teoría y la práctica (Carbonell, 2015). Esto conlleva a que no haya un currículo
establecido, sino, por el contrario, que el currículo se configure con cada grupo de
estudiantes a partir de sus necesidades, intereses y contexto, por lo cual el currículo
con cada grupo puede varias y ser distinto, pues las decisiones sobre los proyectos y
conocimientos a aprender se toman con cada curso. Esto es una de las mayores
ventajas de la pedagogía del conocimiento integrado, dado que permite que el
aprendizaje sea contextualizado al partir de iniciativas y problemáticas reales de los
estudiantes. Así mismo, no existe una fragmentación del conocimiento lo cual lleva a
un aprendizaje cercano a la realidad, dándole herramientas a los niños para
enfrentarse al mundo que los rodea y a cualquier situación de la vida, integrando
todas las habilidades y poniéndolas en práctica.

En este sentido, el aprendizaje se centra en los proyectos de trabajo que


nacen de los intereses de los niños. Todo comienza con la indagación, con distintas
preguntas que surgen del contexto del niño, de su vida y experiencias. En este orden
de ideas, los proyectos se van construyendo a partir de investigaciones e
interacciones con la comunidad y sus pares. Así, los niños van desarrollando
distintas habilidades de comunicación, de trabajo cooperativo, de toma de
decisiones, de investigación, de construcción de conocimiento y de puesta en
práctica del conocimiento. En palabras de Carbonell (2015) “el conocimiento se
organiza en proyectos que incluyen todos los aspectos del proceso de aprendizaje
mediante la aplicación libre y activa del alumnado en las actividades y la educación
democrática en el ámbito escolar y comunitario.” (p. 2015).
Al empezar a trabajar esto desde la primera infancia, se crean habilidades
fundamentales para toda la vida, una razón más para preferir esta pedagogía, puesto
que lo que se busca es formar seres integrales capaces de enfrentar cualquier
situación de manera crítica y responsable, desarrollando habilidades necesarias para
el siglo XXI.

A pesar de todas las ventajas que tiene la pedagogía del conocimiento


integrado, se encuentran dos desventajas al momento de aplicarla. Por un lado, al
plantear un currículo transdisciplinar que se va construyendo con cada curso, puede
que no se cumplan con todos los lineamientos curriculares o los DBA propuestos por
el Ministerio de Educación Nacional. Claro está, que dependerá de la habilidad del
docente para involucrar estos aspectos dentro de los planteamientos y propuestas de
los niños. Por otro lado, para poner en práctica esta pedagogía se necesita ser un
docente crítico, creativo, flexible al cambio y con habilidades para adaptarse en
cualquier situación, además de ser capaz de ver el conocimiento de forma global, por
lo cual debe ser una persona con formación. El problema recae, en el hecho de que
la formación que normalmente reciben los docentes en instituciones de educación
superior es un conocimiento fragmentado por materias y disciplinas, y como
coloquialmente se dice “nadie puede dar de lo que no ha experimentado”.

En conclusión, en la vida se necesitan poner en practica todas las habilidades


y conocimientos adquiridos, pues no es un mundo fragmentado que se pueda
percibir por materias o disciplinar. La pedagogía del conocimiento integrado da la
oportunidad a los niños que desde pequeños consideren el conocimiento
globalmente sin necesidad de fragmentarlo, para que puedan poner en práctica, de
manera integrada, todas las habilidades adquiridas en cualquier situación. Les
permite enfrentar problemas de manera crítica, tomar decisiones con argumentos,
razones y trabajar de manera cooperativa. Para lograr esto, es necesario docentes
capacitados, generadores de situaciones que conlleven a la reflexión, a la indagación
y al dialogo, pero, sobre todo, docentes convencidos que el aprendizaje parte del
contexto del niño y que es él el principal motor para su aprendizaje.

Referencias:

Carbonell, J. (2015). Pedagogías del siglo XXI. Alternativas para la innovación educativa.
Barcelona, España: Octaedro.

Federación de Enseñanza de CC.OO. de Andalucía. 2013. “Los Centros de Interes En


Infantil.” Temas Para La Educación. Revista Digital Para Profesionales de La
Educación 23:1–8.

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