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PRIMERA REVOLUCIÓN - 1905

Aunque en 1860 comenzaron a implementarse algunas reformas en lo social,


económico y cultural, el régimen político no se modificó. La autocracia
zarista resultaba frustrante para muchos habitantes de Rusia y se sucedían las
huelgas de trabajadores, los levantamientos campesinos y los motines militares.
Incluso se produjeron atentados con bombas, una de las cuales mató a Alejandro II en
1881. En el lugar donde fue atacado se levantó más tarde la Iglesia del Salvador de la
Sangre Derramada.

Su sucesor, Alejandro III, era absolutamente conservador. Utilizó los servicios de


la Ojrana, policía secreta, para desarticular las poco cohesionadas células
revolucionarias. Hubo persecuciones políticas y religiosas (particularmente en contra
de los judíos y los católicos no ortodoxos) y muchos pensadores e intelectuales
emigraron.

El 22 de enero de 1905 se produjo una marcha pacífica de trabajadores y campesinos


con la finalidad de presentar al zar un petitorio de reformas laborales. El zar no se
encontraba en la ciudad, pero los trabajadores fueron brutalmente reprimidos. Aunque
no se sabe a ciencia cierta cuántos murieron ese día, se supone que fueron miles. Ese
día pasó a la historia como "Domingo sangriento".

La represión no hizo más que avivar las protestas, que no sólo continuaron en los días
siguientes con saqueos, incendios y huelgas sino que desembocaron en
los alzamientosde 1906 hasta 1908.

A raíz de la presión generada por los hechos de 1905, en febrero de ese año se
conformó la Duma, Asamblea Legislativa. El 14 de octubre de ese año se presentó al
zar el llamado Manifiesto de Octubre, que el zar rubricó el día 17, aunque luego se
desdijo, aduciendo que lo había hecho bajo presión.

La firma del Manifiesto llevó a la disolución de las protestas en San Petersburgo, la


elección de los colegios electorales y la Constitución de 1906, en la que se
proclamaba al zar líder absoluto. Básicamente la situación siguió siendo la misma, y
los grupos revolucionarios fueron disueltos.

SEGUNDA REVOLUCIÓN - FEBRERO DE 1917


En agosto de 1914, durante la Primera Guerra Mundial, se decidió cambiar el nombre
de la ciudad a Petrogrado, ya que se suponía que "San Petersburgo" tenía
reminiscencias alemanas.

Y en Petrogrado se inició la segunda revolución, a raíz de varias derrotas sufridas por


Rusia en el frente de guerra, que trajeron como consecuencia mayor desocupación,
estancamiento de la economía, escasez de alimentos y una hambruna generalizada. 

Una huelga obrera en Petrogrado el 23 de febrero de 1917 (calendario juliano, 8 de


marzo en el calendario gregoriano) fue el inicio de la revolución.  Aunque ese día se
produjeron pocos incidentes serios, en los días siguientes la huelga se generalizó y
hubo manifestaciones durante tres días, hasta que el zar ordenó la movilización del
ejército.

A pesar de algunos enfrentamientos iniciales, los soldados terminaron uniéndose a


los manifestantes. El zar disolvió la Duma, pero debió abdicar el 2 de marzo por la
presión del Estado Mayor del ejército, siendo éste el fin de la monarquía.

Se formaron un Gobierno Provisional y el Sóviet de Petrogrado, que representaba a


los trabajadores. El Partido Bolchevique, liderado por Lenin, se erigió como el único
representante de la voz de los trabajadores. Sin embargo, la paz no fue definitiva, ya
que el Sóviet y el Gobierno Provisional rivalizaban por el poder.

TERCERA REVOLUCIÓN - OCTUBRE DE 1917


El Sóviet, dominado por el Partido Bolchevique, liderado por Vladimir Lenin,
acumulaba cada vez más poder real, aunque oficialmente gobernaba el Gobierno
Provisional. El Sóviet había conformado un Comité Militar Revolucionario, que fue el
encargado de planificar la revolución de octubre.

Los motivos que llevaron a la revolución fueron la demora del Gobierno Provisional en
impulsar la reforma laboral que pretendía el Sóviet, la agravada crisis económica y la
permanencia de soldados rusos en el frente de guerra. Los lemas del Sóviet, al que
adherían los trabajadores, eran "Paz, pan y trabajo" y "Todo el poder para los sóviets".

Lenin sabía que la revolución fracasaría si sólo participaba el partido bolchevique, por
lo que hizo una intensa propaganda en San Petersburgo (Petrogrado, en ese
momento) para que el poder fuera tomado por el Sóviet en conjunto.

El detonante de la revolución fue el envío de un contingente de soldados al frente de


batalla. La noche del 24 de octubre los Sóviets tomaron puntos estratégicos de la
ciudad y el 25 se produjo el histórico "Asalto al Palacio de Invierno", que concluyó con
el arresto de todos los integrantes del Gobierno Provisional, excepto Kerensky, el
Primer Ministro.

El Partido Bolchevique logró, finalmente, quedar como el único en el poder y las


medidas del nuevo gobierno se extendieron a todo el país. En 1918 se disolvió la
Asamblea Constitucional y se expulsó definitivamente a los miembros de otros
partidos de los sóviets de otras ciudades. Estas y otras medidas condujeron,
finalmente, al inicio de la Guerra Civil Rusa, que tuvo lugar entre 1917 y 1923.

En 1918 San Petersburgo dejó de ser la capital de Rusia, ya que Lenin decidió


trasladarla a Moscú, por cuestiones estratégicas. La población decreció y la economía
se redujo.

En enero de 1924, tras la muerte de Lenin y el triunfo de los bolcheviques en la Guerra


Civil, la ciudad pasó a llamarse Leningrado.

La Conferencia de París (1919)

El 18 de enero de 1919, los representantes de los países vencedores se


reunieron en la Conferencia de París, bajo la dirección del denominado
Comité de los Cuatro: el presidente estadounidense Wilson, el Premier
británico Lloyd George, el primer ministro francésClemenceau y Orlando, el jefe
del ejecutivo italiano. Son los tres primeros, sin embargo, los que
realmente dirigieron unas negociaciones a las que los países derrotados
se les prohibió asistir.

El 4 de octubre de 1918, los alemanes habían pedido un armisticio


basado en las propuestas recogidas en los "Catorce puntos" de Wilson. Sin
embargo, la realidad fue mucho más dura. Los países vencedores
llegaron a París con ideas diferentes y compromisos, a veces secretos,
adquiridos durante la guerra.

Pactos firmados por las potencias de la Entente durante la guerra:

 Tratado secreto de Londres (1915)Italia se incorpora al conflicto junto a


la  Entente tras serle prometido por Francia y Gran Bretaña diversas
anexiones: Trentino, Alto Adigio, Istria, la mayor parte de Dalmacia,
Libia, Eritrea, Somalia y concesiones en Asia Menor (Anatolia
turca)
 Acuerdo Sykes-Picot (1916) Francia y Gran Bretaña acuerdan el
reparto de las posesiones del Imperio Turco. Italia recibe vagas
promesas sobre Anatolia.
 Declaración Balfour (1917) Gran Bretaña promete a las organizaciones
sionistas la cesión de parte de Palestina. Aqui nos encontramos
con el origen del futuro conflicto arabe-israelí.

Las posturas divergentes de los vencedores

REINO UNIDO - Lloyd George

 No tenía reivindicaciones territoriales en Europa. Aspiraba, sin


embargo, a ganancias coloniales en África y Asia a costa de los
imperios alemán y turco.
 Destrucción del poderío naval alemán.
 Siguiendo su tradicional política de equilibrio europeo, Gran
Bretaña no deseaba hundir a Alemania, para no fortalecer en
exceso la posición de Francia en el continente.
 Una de sus preocupaciones clave fue impedir la extensión de la
agitación revolucionaria bolchevique a la Europa central y,
especialmente, a Alemania.
 Indemnizaciones de guerra

ESTADOS UNIDOS - Wilson

 Creación de la Sociedad de Naciones para garantizar la paz en el


futuro.
 Aplicación del principio de las nacionalidades en el diseño de las
nuevas fronteras europeas. Esta postura implicó, desde mayo de
1918, la destrucción de Austria-Hungría.
 Indemnizaciones de guerra.

FRANCIA - Clemenceau

 Recuperación de Alsacia-Lorena.
 Ocupación militar de la zona occidental del Rin y posible creación
en Renania de un estado independiente. Esta última aspiración
encontró la oposición de Gran Bretaña y EE.UU. En el primer caso,
porque alteraba el equilibrio europeo, en el segundo, por que iba
en contra del principio de las nacionalidades. 
 Explotación económica de la región del Sarre.
 Debilitar militarmente de forma definitiva a Alemania.
 Oposición al Anschluss (unión de Alemania y Austria).
 Ganancias territoriales a costa de los imperios turco y alemán.
 Indemnizaciones de guerra.

ITALIA - Orlando

 Aplicación del Tratado de Londres: anexión del Trentino, el Alto Adigio,


Trieste y partes importantes de Istria y Dalmacia. Esta aspiración
italiana encontró la oposición de EE.UU. ya que la anexión de
territorios poblados por eslavos (Dalmacia) iba contra el principio
de las nacionalidades. Wilson defiende a la recién creada
Yugoslavia frente al expansionismo italiano en el Adriático.
 Ganancias coloniales en Oriente Medio y África.
 Indemnizaciones de guerra.

En definitiva, podríamos hablar, simplificando, de


que Clemenceaupersonificó la postura de mayor dureza con Alemania
("Alemania pagará"), los países anglosajones, sin querer dejar de
castigar a Alemania, optaron por una actitud más conciliadora, e Italia,
infructuosamente, aspiró a compensaciones territoriales que finalmente
no consiguió.

Los representantes de los derrotados no fueron invitados a la conferencia de


paz. Los acuerdos, duramente negociados entre los vencedores y
concretados en los diversos tratados de paz, les fueron presentados
como un hecho consumado al que simplemente debieron plegarse. Los
alemanes, representantes de la recién nacida república de Weimar,
firmaron el 28 de junio de 1919 tras ser amenazados con una invasión
total de su país.  En Alemania se hablaba del "diktat", de la imposición,
de Versalles.

La primera consecuencia de los tratados de paz fue la desaparición de los


cuatro grandes imperios existentes antes de la guerra (Alemania, Rusia, Austro-Hungría
y Turquía). En su lugar surgieron otras entidades tras su desmembramiento.

Alemania perdió amplias áreas, el 15,5 % del total de su territorio y el 10% de


su población: Alsacia y Lorena volvieron a manos de los franceses; la zona
del Sarre quedó bajo administración de la Sociedad de Naciones y sus recursos
mineros serían explotados por Francia durante 15 años; la zona de Eupen-
Malmedy se entregó a Bélgica.
Prusia Oriental, Posen y el corredor de Dantzing pasaron a Polonia. Dantzing
quedó bajo administración de la Sociedad de Naciones. Memelse asignó a
Lituania. Parte de Schleswing (Alta Silesia) pasó a Dinamarca.
Las colonias alemanas se repartieron entre diversas potencias: África Oriental y
del Suroeste, así como parte de Togo y Camerún, se transfirieron al Reino
Unido, en tanto que la otra parte pasó a Francia. Los archipiélagos del
Pacífico (Marshall, Carolinas y Marianas) se asignaron a Japón.

En el este de Europa se consolidaron las fronteras que Alemania había impuesto


a Rusia en el Tratado de Brest-Litowsk. Se pretendió con ello establecer una
especie de cordón sanitario de estados anticomunistas(Finlandia, Estonia, Letonia,
Lituania) que impidiera la propagación del bolchevismo ruso. Con ello los rusos
perdieron casi toda la costa del Báltico.

Polonia se restableció como estado a costa de los territorios desgajados de


Rusia, Alemania y Austria-Hungría.

El Imperio Austro-Húngaro quedó
desmembrado en el Tratado de Saint-Germainy
perdió todos sus territorios eslavos, de tal
manera que el pequeño país resultante solicitó
su unión con Alemania, siéndole denegada la
petición. Posteriormente, en 1938, Hitler la Tratado de Saint-Germain
consumaría (Anschluss).
A su costa se formaron los estados independientes
de Austria,Yugoslavia, Polonia y Checoslovaquia. A Italia hubo de cederle
parte del Tirol, Istria y Trieste, así como parte de Dalmacia (en la actual Croacia). A
Yugoslavia, surgida como nuevo estado de la antigua Serbia, hubo de
entregarle Bosnia-Herzegovina.

Hungría, la otra parte de la monarquía dual del Imperio Austríaco, se constituyó


como estado independiente de Austria y hubo de entregar a
Serbia Croacia y Eslovenia, piezas importantes del nuevo estado yugoslavo.
A Checoslovaquia, nuevo país, hubo de rendirle Eslovaquia y
a Rumanía Transilvania.
El Imperio Turco, por el Tratado de
Sèvres quedó reducido territorialmente a
la península de Anatolia (Asia Menor) y
solo conservó en Europa la ciudad
de Estambul. Perdió la zona
de Irak, Palestina, Líbano y Siria que
Tratado de Sèvres fueron convertidos
en protectorados bajo la administración
del Reino Unido o Francia.
Perdió asimismo parte de Tracia y las islas del Egeo que se transfirieron a
Grecia; El Dodecaneso (hoy griego) pasó a Italia; Armenia, que se convirtió en
Estado.

La imposición de estas duras condiciones desencadenó una revolución, que


protagonizada por Mustafá Kemal, depuso al sultán y resolvió continuar la
guerra con Grecia, a la que venció. Por el Tratado de Lausana (1923) Turquía
recuperaba algunos territorios perdidos en el Tratado de Sèvres.

La zona de Oriente Próximo que hasta entonces había pertenecido al Imperio


Turco jugaría un papel relevante en la historia del siglo XX. Los árabes, que
bajo dominio turco apoyaron a los aliados, habían recibido de Gran Bretaña
garantías de que una vez finalizado el conflicto formarían un estado unido. El fin
de la guerra frustró tal anhelo, pues esas zonas fueron repartidas en diversos
departamentos bajo influencia británica y francesa. Por otra parte, el
movimiento sionista (nacionalismo judío) inició su movilización para crear un Estado
judío en Palestina. 

Rumanía, que ya existía como estado, fue robustecida territorialmente con el


propósito de aislar a la Rusia soviética.

Serbia incrementó su territorio mediante la creación de un nuevo


estado: Yugoslavia. Sin embargo, la nueva entidad carecía de unidad cultural,
lingüística y religiosa, lo que en adelante le acarrearía serios problemas políticos
y étnicos, hasta que desapareció en los años 90 del siglo XX, no sin antes sufrir
una cruenta guerra.

Bulgaria, por el Tratado de Neuilly, hubo de ceder parte de Tracia a Grecia y


perdió el acceso al mar Egeo.
El rol de la ideología: algunas observaciones preliminares. La ideología puede ser definida como un
sistema abstracto de ideales, valores o creencias, que guía o sostiene la agenda política concreta y
las acciones de movimientos políticos. Históricamente, el término –especialmente en los escritos
de Karl Marx y sus seguidores— tomó a menudo una connotación negativa, ya que se lo asocia con
una falsa conciencia, una especie de pantalla de humo proyectada por aquellos que la promueven
para impedir a las masas una percepción auténtica de la realidad. Por esta razón los mismos
dirigentes nazis preferían hablar de su ideología como una “cosmovisión” o Weltanschauung. Sea
como fuere, en este artículo utilizaremos la palabra ideología para referirnos a un sistema
subjetivo de ideas relacionado con la política, sin ninguna inferencia acerca de su valor en tanto
verdad objetiva . La importancia de comprender la motivación ideológica subyacente de un
movimiento que estableció en el siglo XX un régimen que cometió algunos de los crímenes más
horrendos que registra la historia, no necesita mucha justificación o elaboración. Se basa en el
hecho de que, tanto lógica como cronológicamente, la constitución de los fines y objetivos
políticos concretos del nazismo, especialmente la acción genocida contra millones de civiles
durante la Segunda Guerra Mundial, fue precedida por la ideología. Fue ésta, más que intereses
políticos concretos o necesidades militares momentáneas, la que determinó la elección nazi de los
judíos como sus víctimas y su decisión de lanzar una campaña de exterminio contra ellos. Sin
embargo, al decir esto, debemos ser cuidadosos. En primer lugar, no deberíamos otorgar al
nazismo un rango que no merece pretendiendo para él algún valor filosófico inherente, como si
fuera un sistema de ideas abstracto. En verdad, el nazismo nunca pudo desarrollar un sistema
comprehensivo y lógico de ideas comparable al del comunismo, otro gran movimiento
antidemocrático del siglo XX. La ideología nazi consistía, más bien, en un aglomerado de ideas
acerca de la raza, la sociedad humana

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