Attacking the devil: la historia que no debe repetirse.
Poder, escrúpulos, nacionalismo, ambición, son tan sólo algunos rasgos característicos de la humanidad en el siglo XX, aplicables también al desarrollo de la química farmacéutica y sus implicaciones en la historia, de la cual aún no se conocen todos los detalles y la difusión de algunos hechos no ha sido suficiente. Tal es el caso de la talidomida, equivalente a cualquier otra catástrofe que haya cobrado vidas humanas, sin embargo, no ha tenido la difusión que amerita una tragedia de este tamaño. En este sentido, la prensa juega un papel de suma relevancia y el documental Attacking the devil narra el proceso para desenmascarar los orígenes del desarrollo del fármaco, que se remontan a la Segunda Guerra Mundial, y exigir justicia a los responsables de la comercialización de la talidomida, fármaco que ocasionó deformidades congénitas a más de 10,000 bebés alrededor del mundo, pues dicho fármaco se prescribía a las mujeres embarazadas para contrarrestar las náuseas. Gracias a esto surgen bastantes cuestionamientos, considero los más relevantes, las razones de la comercialización del fármaco y los límites del ser humano. Para poder abordar estas cuestiones, cabe recalcar que una virtud, según Aristóteles, puede verse de dos formas: intelectual, que proviene del conocimiento, y moral, que proviene de la experiencia, y a su vez se identifica con las capacidades inherentes a algo en particular. Así que, evocando las acciones de los nazis, específicamente la experimentación en humanos sin algún tipo de regulación, ¿realmente estaban cumpliendo su función? Al buscar un antídoto al gas SARIN para salvar a unos cuantos, estaban atentando contra otros que no tenían derecho a réplica y la consecuencia inmediata fue el descubrimiento de la talidomida, comercializada con el único fin de mantener a la vanguardia el mercado que ahora exigía algo más que sólo alcohol. El papel de la industria farmacéutica en este suceso es determinante, pues con base en el argumento de la virtud, sus acciones no fueron diferentes a las de los nazis, de modo que para satisfacer su ambición, pasaron por alto lo más importante: las vidas humanas; lo más lamentable de todo eso fue que no reconocieran su responsabilidad, de modo que en ningún momento cumplieron con sus funciones de garantizar la salud del consumidor y que por el contrario, se vieran involucrados en actos de censura hacia la prensa. Evidentemente, generar ganancias a costa de la salud, no es el propósito de la existencia de la industria farmacéutica y en función a ese pasado lleno de actitudes deplorables, corresponde a los nuevos profesionales de la salud formarse en un sentido más humano, que personalmente, considero que es el más olvidado por los estudiantes del área de la salud, cosa que parece irónica pero que Antón Agustín Raquel 1651
en realidad todos hemos sido víctimas o victimarios por la falta de capacidad de
empatizar con nuestros semejantes y sobre todo del egoísmo. Es indispensable cambiar la imagen que se tiene de este ambiente, pues antes que profesionistas, somos seres humanos y debemos ser conscientes de que nuestras decisiones tienen consecuencias de gran alcance y muchas vidas dependen de nuestro correcto actuar, así que aspiro a un futuro diferente.