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Antón Agustín Raquel 1651

Attacking the devil: la historia que no debe repetirse.


Poder, escrúpulos, nacionalismo, ambición, son tan sólo algunos rasgos
característicos de la humanidad en el siglo XX, aplicables también al desarrollo de
la química farmacéutica y sus implicaciones en la historia, de la cual aún no se
conocen todos los detalles y la difusión de algunos hechos no ha sido suficiente.
Tal es el caso de la talidomida, equivalente a cualquier otra catástrofe que haya
cobrado vidas humanas, sin embargo, no ha tenido la difusión que amerita una
tragedia de este tamaño. En este sentido, la prensa juega un papel de suma
relevancia y el documental Attacking the devil narra el proceso para
desenmascarar los orígenes del desarrollo del fármaco, que se remontan a la
Segunda Guerra Mundial, y exigir justicia a los responsables de la
comercialización de la talidomida, fármaco que ocasionó deformidades congénitas
a más de 10,000 bebés alrededor del mundo, pues dicho fármaco se prescribía a
las mujeres embarazadas para contrarrestar las náuseas.
Gracias a esto surgen bastantes cuestionamientos, considero los más relevantes,
las razones de la comercialización del fármaco y los límites del ser humano. Para
poder abordar estas cuestiones, cabe recalcar que una virtud, según Aristóteles,
puede verse de dos formas: intelectual, que proviene del conocimiento, y moral,
que proviene de la experiencia, y a su vez se identifica con las capacidades
inherentes a algo en particular. Así que, evocando las acciones de los nazis,
específicamente la experimentación en humanos sin algún tipo de regulación,
¿realmente estaban cumpliendo su función? Al buscar un antídoto al gas SARIN
para salvar a unos cuantos, estaban atentando contra otros que no tenían derecho
a réplica y la consecuencia inmediata fue el descubrimiento de la talidomida,
comercializada con el único fin de mantener a la vanguardia el mercado que ahora
exigía algo más que sólo alcohol.
El papel de la industria farmacéutica en este suceso es determinante, pues con
base en el argumento de la virtud, sus acciones no fueron diferentes a las de los
nazis, de modo que para satisfacer su ambición, pasaron por alto lo más
importante: las vidas humanas; lo más lamentable de todo eso fue que no
reconocieran su responsabilidad, de modo que en ningún momento cumplieron
con sus funciones de garantizar la salud del consumidor y que por el contrario, se
vieran involucrados en actos de censura hacia la prensa.
Evidentemente, generar ganancias a costa de la salud, no es el propósito de la
existencia de la industria farmacéutica y en función a ese pasado lleno de
actitudes deplorables, corresponde a los nuevos profesionales de la salud
formarse en un sentido más humano, que personalmente, considero que es el más
olvidado por los estudiantes del área de la salud, cosa que parece irónica pero que
Antón Agustín Raquel 1651

en realidad todos hemos sido víctimas o victimarios por la falta de capacidad de


empatizar con nuestros semejantes y sobre todo del egoísmo. Es indispensable
cambiar la imagen que se tiene de este ambiente, pues antes que profesionistas,
somos seres humanos y debemos ser conscientes de que nuestras decisiones
tienen consecuencias de gran alcance y muchas vidas dependen de nuestro
correcto actuar, así que aspiro a un futuro diferente.

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