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LAS RELACIONES HUMANAS

ADM VI – 2020
X.M.L.
• La base sobre la cual se erigen las Relaciones Humanas es el
conjunto de ciencias sociales de quienes toma teorías, métodos y
técnicas con las cuales estudia los fenómenos Inter e
intrapersonales que en su totalidad van a dar explicación a la
dinámica de la personalidad de los individuos, por un lado, y las
relaciones de los grupos sociales, por el otro.
• Su fundamento es pues una serie de Ciencias como la Psicología,
la Sociología, la Antropología, la Economía, el Derecho, la
Administración, etc, las cuales proveen conocimientos que
aplicados sirven como recurso para aumentar la eficiencia
interpersonal.
• Las Relaciones Humanas tienen como objetivo cumplir con las
finalidades de la organización siempre y cuando se identifiquen
con el bien común, además de formar personas más conocedoras
de sí mismas (incrementar el conocimiento de sí mismos y de los
demás) y del mundo que les rodea mediante el mejoramiento de la
capacidad de escuchar y ver para incrementar la aptitud de actuar
más efectivamente.
• El olvido o la indiferencia de este objetivo pueden dar como
resultado la manipulación de las personas que al paso del tiempo
dará solo resultados negativos
LAS RELACIONES HUMANAS
COMO FUNCIÓN
• Una de las principales necesidades del
hombre consiste en relacionarse con los
demás. A eso le llamamos relaciones
humanas.
• La relación humana es todo acto en el que
intervienen dos o más personas.
• Las relaciones humanas nacen de la
convivencia o del trato con otras personas;
por ejemplo: hablar por teléfono, saludar a
un compañero de trabajo, discutir
acaloradamente, preguntar dónde queda
una calle, etc.
• Son condicionadas por múltiples factores,
no se realizan en abstracto, sino en
circunstancias muy concretas de raza,
edad, sexo, puesto, jerarquía, ideología,
normas sociales, épocas históricas,
tradiciones culturales y expectativas
personales.
• Si partimos de una simple
observación directa, parece que toda
la vida andamos buscando amigos,
nos encanta la fiesta y los momentos
de diversión.
• Un supuesto es que una relación
interpersonal se valora de acuerdo
con la satisfacción y placer
inmediatos que producen, esto es,
que se provea una íntima satisfacción
humana para los interlocutores.
• Se han desarrollado muchas formas
de relacionarse: cortesía, buena
educación, romanticismo, etc., han
ido tan lejos que a menudo
prefieren no perder el placer
personal.
• Los hombres somos objeto y sujeto de a
relaciones humanas desde que nacemos. Por
lo tanto las relaciones humanas pueden ser:
 INDIFERENTES
 AGRADABLES
 DESAGRADABLES

• Cada biografía individual contiene, en


proporciones variables experiencias de estas
tres modalidades.
• Es ilusión irrealizable querer suprimir
cualquiera de estos modos de relaciones
humanas.
• Aumentar la proporción de unas y disminuir la de
otras es un deseo positivo y realizable.
• ¡Como cambiaría nuestra vida si se resolvieran nuestros
problemas de relaciones humanas! Si por arte de magia a partir
de hoy todo fuera armonía y buen entendimiento con nuestros
parientes, vecinos, subordinados, superiores, proveedores y
clientes.
• Las relaciones humanas no son un asunto técnico, ni son tema
meramente académico. Involucran de lleno a la persona. Mientras
no se sienta respeto y benevolencia hacia el prójimo, se podrán
tomar cien seminarios de relaciones humanas y seguir siendo
antisocial y conflictivo.
• Las relaciones humanas tienen más de filosofía vital que de ciencia,
de autoconocimiento que de conocimiento de teorías, de
reeducación que de tecnología, de verdad existencial que de pose
social y más de higiene mental que de estudio escolar. Esto
conduce al punto final: las relaciones humanas funcionan mejor
cuando en los individuos y en los grupos se logran actitudes
básicas de amor y confianza en sí mismos y los otros; cuando la
alegría llega a ser el estilo de vida.
• Cuatro siglos antes de la era cristiana,
Aristóteles definió al hombre como un
zoon politikón, es decir, como un animal
social.

• A lo largo de los siglos, la historia humana


ha sido un tejido complejo de
comunicaciones. Eminentes antropólogos
atribuyen el mérito de la cultura y la
civilización al lenguaje.

• Este, en sus diferentes formas, al permitir


una comunicación cada vez más
refinada, ha creado una brecha y un
abismo entre el homo sapiens y los
simios de los bosques y de los parques
zoológicos.
• Podría llamar la atención que siendo las
relaciones humanas el pan de cada día el aire
que respiramos, sólo recientemente se haya
efectuado un movimiento de estudio y promoción
de éstas relaciones. Para ponerlas en el centro
de todos los escenarios y para extremar su
trascendencia.
Algunos de ellos son de sobra conocidos:

– La vida moderna, sobre todo en las grandes


ciudades, se ha vuelto muy artificial, apresurada,
fría, agresiva y presionada por los frecuentes
amontonamientos, por las frustraciones de todo
tipo y por el diluvio de estímulos de las
propagandas comerciales y políticas.
– Los cambios tecnológicos y sociales recientes han
roto las causes tradicionales por los que discurría
la vida de nuestros abuelos. Ahora se ven
cuestionados los papeles: ¿Qué es ser una buena
esposa?, ¿Cómo se definen las relaciones entre
padre e hijos?, ¿Hasta qué punto el dueño de una
organización es libre de manejarla?, ¿Cómo se
han de comportar los novios en su trato mutuo?
Esta definición que desestructura y crea
inseguridad no facilita, por cierto las relaciones.

– Las organizaciones laborales son cada día más


grandes, más complejas y automatizadas, más
burocráticas; crean relaciones distantes,
impersonales, que “cosifican” a las personas.
– Todos cuantos desempeñan funciones de autoridad (jefes,
profesores, gobernantes, padres de familia, líderes
religiosos), han visto desaparecer la obediencia religiosa
y la respetuosa sumisión al superior; sólo por que es
superior. El fondo de ideas democratizantes lo hacen
sentirse cuestionados por sus dependientes y
subalternos y se ven obligados a suplir el peso de la fácil
autoridad de tinte sagrado por la habilidad en el manejo
de la relación humana.
– Ahora, apenas en el S. XXl, se ha iniciado la edad de la
historia verdaderamente universal: ya no viven los
pueblos sus historias por separado, si no que todos
tenemos conciencia de la ilimitada interacción a nivel
mundial: todos tenemos que ver con todos. Esta situación,
unida al “cosmopolitismo”, abre la gran alternativa: o nos
acercamos al ideal de la gran familia mundial, o nuestra
misma posibilidad de actuar a escala mundial se
convertirá en un poder destructivo que acabará con el
género humano.
– Finalmente y para terminar esta panorámica con una nota
positiva, los últimos tiempos han visto nacer nuevas
experiencias, investigaciones y publicaciones que han
aportado grandes luces sobre la persona y
particularmente en el área de su desarrollo y sus
relaciones. Allí están esos avances para que los
aprovechemos. Sería necio y absurdo prescindir de tan
valiosas ayudas.
• Hace poco uno de los más notables estudiosos de
la personalidad, Gordon W. Allport, nos advertía que:
“En cuanto al manejo de las relaciones humanas,
parecemos estar aun viviendo en la edad de piedra”.
• No hablamos de la misma manera con una señora de 60 años
que con una muchacha de 15 o de 10. No tratamos igual a
una joven de 18 años que a un joven de la misma edad. No
tratamos igual a un mesero que al alcalde de la ciudad.
• Los novios de finales del siglo xx se tratan en forma muy
distinta de cómo se trataban a principios del siglo...
• Tampoco las relaciones entre maestros y alumnos son ahora
como hace 100 años.
• En una familia cualquiera se observa una gran diferencia en
las relaciones cuando hay una visita importante y de poca
confianza, y a partir del momento en que dicha visita se
retira, etc.
• Las relaciones humanas no se realizan en abstracto,
sino en circunstancias muy concretas de raza, edad,
sexo, jerarquía, ideología, normas sociales, épocas
históricas, tradiciones culturales, situaciones
ecológicas y expectativas personales.
• Cada relación humana es única. Mi relación con la
persona X en el lugar Y y en el día Z es irrepetible.
Cada relación humana podría repetir la célebre
expresión de Ortega y Gasset: "Yo soy yo y mis
circunstancias".
• Una misma broma en una comida entre colegas,
puede ser una ocurrencia feliz, y en el despacho del
director una detestable majadería.
• Todo en la comunicación humana es situacional.
• Con mucha frecuencia buscamos a una persona,
no por ella misma, sino por el servicio que nos
presta. Por ejemplo, me duele una muela en una
ciudad donde me encuentro de paso; me
recomiendan al dentista Pérez y lo voy a ver; pero
no me interesa el Dr. Pérez, sino mi muela. Soy el
paciente frente al médico. Nada más y nada
menos.
• Estas relaciones que son de función a función y
de papel a papel, son secundarias.

• Otros ejemplos: las relaciones en términos


exclusivos de taxista-pasajero, comprador-
vendedor, profesor-alumno, peluquero-cliente,
policía-automovilista y juez-acusado.
• Las relaciones primarias, en cambio, son aquellas
en las que se trata a la persona por la persona
misma y no por su función o porque nos preste
determinados servicios.
• Un criterio práctico para diferenciarlas es que las secundarias son
substituibles y las primarias no.
Si invito a mi hermana y a su familia a que vengan a pasar
conmigo el fin de semana y me dice: "yo no podré ir, pero te
enviaré a algunos vecinos en mi lugar", mi reacción será de
sorpresa y de disgusto.
• ¿Cuál de los dos tipos (primarias o secundarias) es el más
importante?
Desde luego, ambos son necesarios. La sociedad está hecha de
modo que todos somos "madejas de necesidades", y que los
unos podemos, queremos y necesitamos ser satisfactores para
los otros.
• Pero la vida moderna, con sus dimensiones macroscópicas,
ha originado una "hipertrofia" de las relaciones secundarias,
y va reduciendo, y hasta marginando las relaciones
primarias. Esto crea desequilibrio.

• Por fortuna, ambos tipos no son mutuamente exclusivos: una


relación que empezó como secundaria puede irse "tiñendo"
con el paso del tiempo más y más de la relación primaria, sin
dejar de ser también secundaria. Basta para comprender esto,
apelar a nuestra experiencia.
• La personalidad
– Muchas personas tienden a considerar la
personalidad humana como atracción social. La
expresión: “Tiene mucha personalidad”, implica
aceptación social y una impresión favorable.
Por el contrario cuando se refiere uno a: “no tiene
personalidad" la inferencia es de rechazo social
y una impresión desfavorable. Generalmente
cuando se parte de estas posiciones se evalúa
al individuo de diversas formas y por razones
diferentes, pero reduciendo la evaluación a la
imagen exclusivamente. Por tal motivo
conceptualizaremos el término de
personalidad no para retomarlo como una
definición inflexible, sino como una base de la
cual podemos partir para comprender más
nuestra personalidad.
• La persona humana es un individuo
completo, de naturaleza racional, que tiene
como elementos esenciales el
entendimiento y la voluntad a diferencia de
otro ser vivo. La personalidad es una
realidad psicológica, funcional y operativa,
que consiste en la síntesis de todas las
funciones psíquicas (memoria, aprendizaje,
percepción, sensación, atención,
pensamiento, lenguaje.). El término de
personalidad surge en teatro griego, ya que
usaban mascaras para las
representaciones, con doble finalidad:
1. Un mismo autor podía representar varios
personajes con sólo cambiar de mascara.
2. Amplificar la voz puesto que la mascara
tenia una forma especial en la abertura
de la boca.
• Los romanos llamaron a esta máscara,
PERSONA (de personare, sonar a
través de) y del latín pasó a los demás
idiomas. Así pues, el término persona
significó al principio, lo postizo, lo
representado por el actor en escena,
quizás muy diferente a verdadera forma
de ser del actor oculto por la mascara.
Esto le da sentido a la definición que nos
da Jung: “La personalidad es la máscara
que sirve para disfrazar la íntima
individualidad y que representa sólo la
mente colectiva”. Es como el papel que
representamos en esta comedia de la
vida, quizá muy diferente a lo que
verdaderamente somos. Pero la palabra
personalidad significa aún más que lo
mencionado anteriormente.
• Erich Fromm entiende por personalidad:
“La totalidad de cualidades psíquicas
heredadas y adquiridas que son
características de un individuo y que la
hacen única.

• Cada ser humano es diferente a los demás;


cada quien tiene un modo peculiar de ser,
de ser de sentir y de pensar, un modo
propio de resolver los problemas de su
existencia, esta individualidad es función de
su personalidad

• “Es un resumen de todos los rasgos


propios, verdaderos y constantes de un
individuo que lo distingue de los demás.
Su manera propia de comportarse, de
reaccionar, de actuar. Es lo que el
hombre es en realidad”.
• Retomando la definición anterior,
debemos tomar en cuenta que no
podemos reducir a la personalidad,
solo a la primera impresión que refleja
la imagen externa de un individuo, es
decir, su vestimenta, pulcritud, color
de piel, ojos, manera de hablar,
criterio de evaluación de bonito o feo,
etc.,ya que si bien sí forman parte de
ella no la determinan.
• Es un proceso complejo con una
gran diversidad de alternativas para
conocerla, comprenderla, modificarla
y adaptarla según las necesidades
personales de cada uno, que surgen
de las experiencias vividas y
ambientes donde nos desarrollamos,
para ello es necesario conocer la
estructura de la personalidad.
• La personalidad es la combinación de todos los
factores caracterológicos y temperamentales
accionados por estímulos ambientales, sociales,
familiares, culturales, creando una figura única.

• Desde que el ser humano es concebido en el seno


materno como una pequeñísima partícula con
vida, aunque no bien detallada, pero que con el
transcurso natural se va desarrollando
adquiriendo características específicas
determinadas por aspectos de legado familiar y
ambientales, que marcan el primer escalón en la
formación de la personalidad y que hasta cierta
etapa se encontrará cimentada por los padres, y
si bien no es la única en su conformación, se
contempla como la base para las siguientes
facetas.
• Cuando nacemos somos capaces de dar muestras
de irritación, de satisfacción y de miedo.
• Todavía la vida no ha consumido las primeras
hojas del calendario, cuando ya se observa que el
nuevo ser, a semejanza de muchos irracionales
presenta evidentemente tres clases de reacción:
cólera, satisfacción y pánico.
• Estos modos de reaccionar son los primeros
métodos para ensayar la experiencia individual e
ir observando lo que ocurre a su alrededor. De
esta manera los primeros pasos de la formación
ya están en marcha.
• No podemos negar, entonces con relación a lo
anterior, que todos los seres humanos surgimos
del seno de una familia, teniendo como origen
una comunicación biológica: el encuentro de dos
células, una paterna y otra materna, creciendo no
como un árbol en muda soledad frente a nuestros
congéneres, ni como los animales superiores, que
tienen una familia efímera que pronto se disgrega,
sino que nos formamos en la interacción
constante e intensa, primero con nuestra madre
en una íntima relación y luego con los demás
integrantes del núcleo familiar. A sí pues desde
pequeños vivimos volcados hacia dicho medio,
tendiendo a la imitación de conductas y a
reproducirlas formando patrones que pueden
alimentar nuestra personalidad positiva o
negativamente.
• Las ciencias psicológicas atestiguan que en todos los niveles,
superficiales y profundos, las personas reflejamos las influencias
tempranas; que si es cierto que heredamos de la célula primera y
de sus genes un temperamento, nuestro carácter, al contrario, es
resultado de la cadena de experiencias en los intercambios
incesantes y densos como nuestro medio. De esta manera somos
nuestro medio ambiente, nuestras relaciones, somos la
comunicación del hogar de nuestra infancia y las decisiones
personales.

• ESTRUCTURA DE LA PERSONALIDAD

Herencia
Medio Biológica PERSONALIDAD

Autodeterminación
• El relacionarnos con los demás es de suma importancia, dado que a través
de estas vamos asumiendo roles sociales que se desempeñamos en
diferentes contextos, bajo situaciones específicas en las que de alguna
manera tenemos que enfrentar conflictos, resolver problemas, superar
adversidades, desarrollar al máximo nuestras potencialidades, habilidades,
dar y recibir afecto, etc. Integrando nuestra personalidad.
• Entre las particularidades psicológicas que hacen cada individuo diferente
de los demás ocupa un lugar fundamental el temperamento. El cual se
define como las respuestas fisiológicas que da un individuo a estímulos
del ambiente, es innato e inmodificable. Y tiene como bases biológicas:
• La constitución orgánica congénita, (factores propiamente hereditarios
paternos y maternos). El sistema endocrino, glándulas de secreción interna.
• El temperamento entonces, es parte de nuestro equipo biológico
genético y es heredado
• Sin embargo el temperamento puede ser
“educado”. No es determinante para la
personalidad del individuo, sino que
solamente “predispone”. Estas
predisposiciones pueden corregirse
mediante la práctica de respuestas
alternas y el análisis de las conductas
propias y ajenas.

• Por una parte, sabemos que el


autoconocimiento es base de las relaciones
humanas. Por otra parte, tenemos como un
hecho irrecusable la existencia del
inconsciente, que es el polo opuesto.

• Toda la psicología científica moderna gira


en torno a la dialéctica entre lo consciente y
lo inconsciente; entre el cuarto iluminado y
el cuarto obscuro o sótano de nuestra
psique.
• Represión: Consiste en reprimir la tendencia
considerada peligrosa y mantenerla fuera de la
conciencia.
• Sublimación: Transforma la energía del
impulso amenazador o peligroso en actividad
socialmente apreciada.
• Compensación: Es un proceso psicológico casi
siempre inconsciente el cual funciona como un
mecanismo valioso para la adaptación.
• Fantasía: Consiste en trasladar de modo inconsciente el
impulso a nivel imaginario, para poder satisfacerlo en
forma simbólica. La fantasía es un substituto de la
acción.
• Identificación: En forma inconsciente los hombres
tienen la tendencia a parecerse, a ser como otras
personas que le son significativas: Padres, maestros,
amigos, héroes. Las normas, los principios, los tabúes
de las sociedades son transmitidas a las nuevas
generaciones a través de los padres por este
mecanismo. La identificación es uno de los mecanismos
más importantes de la personalidad y de la educación.
• Proyección: Este mecanismo consiste en atribuir
inconscientemente a
otros las ideas o tendencias que el sujeto no puede admitir como
suyas.
• Regresión: La adopción de una manera más o menos
permanente de actitudes o pautas de conducta características de
estados anteriores del desarrollo.
• Desplazamiento: En este mecanismo, una carga afectiva es
transferida
de su objeto original a un elemento sustitutivo.
• Racionalización: Es un mecanismo que consiste en justificar
en forma más o menos lógica, y si es posible ética, la propia
conducta.
• Negación: En este proceso la conducta del individuo no es
aceptada conscientemente. La realidad se considera como no
existente o se transforma de tal manera que ya no resulta
desagradable ni le provoca dolor.
• Fijación: Una fijación resulta del hecho de que un individuo se
niegue a renunciar a una etapa en la que ha tenido muchas
satisfacciones (etapa de lactancia por ejemplo)

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