Sei sulla pagina 1di 10

UNIVERSIDAD DE LA TERCERA EDAD (UTE)

FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLÍTICAS


ESCUELA DE DERECHO
CARRERA:

Licenciatura en derecho

ASIGNATURA:

derecho comercial

TEMA:

libertad de empresa

ACTIVIDAD:

ENSAYO PRIMERA UNIDAD

Facilitadora:

Lic. LUISA ROSA GARCIA POLANCO

PRESENTADO POR:

RUBEN RODRIGUEZ ST-201900008


Fecha: 15-9-2020

Santiago de los Caballeros

Título: La libertad de Empresa en República Dominicana


Legislación base: Constitución Dominicana Art. 50
- Libertad de empresa. El Estado reconoce y garantiza la libre empresa,
comercio e industria. Todas las personas tienen derecho a dedicarse
libremente a la actividad económica de su preferencia, sin más limitaciones que
las prescritas en esta Constitución y las que establezcan las leyes.
1) No se permitirán monopolios, salvo en provecho del Estado. La creación y
organización de esos monopolios se hará por ley. El Estado favorece y vela por
la competencia libre y leal y adoptará las medidas que fueren necesarias para
evitar los efectos nocivos y restrictivos del monopolio y del abuso de posición
dominante, estableciendo por ley excepciones para los casos de la seguridad
nacional;
2) El Estado podrá dictar medidas para regular la economía y promover planes
nacionales de competitividad e impulsar el desarrollo integral del país;
3) El Estado puede otorgar concesiones por el tiempo y la forma que determine
la ley, cuando se trate de explotación de recursos naturales o de la prestación
de servicios públicos, asegurando siempre la existencia de contraprestaciones
o contrapartidas adecuadas al interés público y al equilibrio medioambiental.
Introducción:
El Tribunal Constitucional ha señalado en la SENTENCIA TC/0255/18 que la
libertad de empresa, como derecho fundamental, se constituye como una
atribución que sólo puede ejercitarse en el mercado y ha precisado que
consiste en la libertad para decidir qué producir y cómo hacerlo de acuerdo con
la ley.
Según el Art. 50 de nuestra constitución el valor jurídico protegido por la
libertad de empresa es la iniciativa económica privada como elemento esencial
de una economía de mercado, libertad que sólo podría estar limitada por las
disposiciones contenidas en la Constitución y las leyes.
Resulta importante estudiar la libertad de empresa, puesto que es un tema
trascendental en el derecho comercial dominicano, con apoyo constitucional, y
jurisdiccional motivo por el cual me propongo indagar sobre la misma,
abarcando sobre todo particulares como: ¿Que dice nuestra constitución y
otras normativas jurídicas acerca de la libertad de empresa? Y ¿qué de La
constitución y el monopolio en República Dominicana? O ¿Existe realmente
monopolio en el sector de empresa dominicano? Pero ¿Existe jurisprudencia
en nuestro país concerniente al importante tema del monopolio? En este
ensayo pretendo dar repuesta a cada una de estas interrogantes…

DESARROLLO
I- Libertad de Empresa según la Constitución Dominicana
El artículo 50 de la Constitución dominicana reconoce y garantiza la libre
empresa, comercio e industria. Esto significa que los legisladores confían en
la iniciativa privada el proceso productivo y la satisfacción de las
necesidades de los individuos, lo que requiere el compromiso de parte de
los poderes públicos para proteger y garantizar un ejercicio efectivo de esa
libertad esa confianza es de vital importancia, y es por ello que el texto
constitucional aclara que el Estado siempre podrá intervenir en la
planificación concerniente a las exigencias de la economía. Así, la
Constitución (CD) reconoce en su artículo 219, la posibilidad de iniciativa
pública en la actividad económica.
(Artículo 219.- Iniciativa privada. El Estado fomenta la iniciativa
económica privada, creando las políticas necesarias para promover el
desarrollo del país. Bajo el principio de subsidiaridad el Estado, por cuenta
propia o en asociación con el sector privado y solidario, puede ejercer la
actividad empresarial con el fin de asegurar el acceso de la población a
bienes y servicios básicos y promover la economía nacional).
Dicho art. Constitucional incluye como parte de los principios que rigen el
sistema económico la responsabilidad del Estado de fortalecerla y
encauzarla con políticas para promover el desarrollo de la nación. Pero
estas políticas estatales se habrán de inspirar en el principio de
subsidiaridad; es decir, se pone límites al intervencionismo estatal que solo
podrá invertir cuando no puedan los particulares.
Del mismo modo, el artículo 218 CD establece que la iniciativa privada es
libre. Sin embargo, se especifica que el “Estado procurará, junto al sector
privado, un crecimiento equilibrado y sostenido de la economía, con
estabilidad de precios, tendente al pleno empleo y al incremento del
bienestar social…”
No puede hablarse de economía de mercado sin libertad de empresa. Y es
que la libertad de empresa es una consecuencia directa de la libertad
económica, íntimamente vinculada con el contenido del artículo 43
constitución dominicana (CD)
Artículo 43.- Derecho al libre desarrollo de la personalidad.
Toda persona tiene derecho al libre desarrollo de su personalidad, sin más
limitaciones que las impuestas por el orden jurídico y los derechos de los
demás.
Este artículo es muy claro respecto del libre desarrollo de la personalidad el
cual debe disfrutarse sin más limitaciones que las impuestas por el orden
jurídico y los derechos de los demás. Para un perfecto disfrute de dicho
principio, debe complementarse con las demás libertades económicas:
propiedad privada, derecho de asociación, libertad de residencia y
circulación y el principio de autonomía privada o de libertad de contratación.
La libertad de empresa implica, en favor de los individuos, la potestad de
iniciar y explotar las actividades económicas de su preferencia dentro de los
límites correspondientes por título propio o a través de los medios
corporativos legalmente establecidos siempre garantizando libertad de
creación de empresas y acceso al mercado, la libertad de su organización y
de dirección y conlleva a la libertad de ejercicio de la actividad empresarial,
la libertad de tomar decisiones, de competir en un mercado libre, libertad de
producción, libertad de inversión, libertad de fijación de una política
comercial, libertad de contratación, etc.
En otro orden, la economía de mercado requiere de una protección especial
que puede imponer limitaciones a la libertad de empresa. Tal es la firme
prohibición a los monopolios, a menos que sean en provecho del Estado,
cuya creación y organización se efectuará con arreglo a la ley, conforme el
artículo 50 CD. En consecuencia, el Estado debe favorecer y velar porque la
competencia sea libre y leal, debiendo adoptar las medidas que fueren
necesarias para evitar los efectos del monopolio y del abuso de posición
dominante en el mercado. En ese sentido, admite excepciones legales para
los casos de seguridad nacional.
La competencia debe ser libre y sana de toda práctica desleal, que es lo
que ha pretendido el legislador al protegerla en nuestra Carta Magna, sobre
cualquier obstáculos y falseamiento que la limiten para así preservarla de
todas las desigualdades jurídicas especialmente de los abusos que
confronta la libertad de competencia con las posiciones dominantes por
parte de algunos agentes económicos que buscan lesionar o restringir la
competencia imperfecta o funcional.

II- La constitución y el monopolio en República Dominicana


¿Qué se entiende por el monopolio prohibido en la Constitución
dominicana?
La Suprema Corte de Justicia ha dicho desde 2006, que el monopolio es un
régimen de derecho o de hecho por el cual se sustrae de la libre
competencia a una empresa o a una categoría de empresas, permitiéndoles
convertirse en dueñas de la oferta en el mercado
Con la incorporación de la restricción constitucional, en nuestra carta magna
(Art. 50. 1. No se permitirán monopolios, salvo en provecho del Estado.
La creación y organización de esos monopolios se hará por ley) se
puso fin en República Dominicana a una situación que existió en diferentes
ocasiones con anterioridad a su prohibición, en las que se conferían
mediante leyes privilegios especiales y derechos con carácter de
exclusividad en provecho de particulares para la explotación de
determinadas actividades económicas.
Derivado de esa prohibición, nuestro ordenamiento constitucional sólo
admite el establecimiento de monopolios en provecho del Estado y para ello
se requiere el dictado de una ley orgánica.
La reserva de actividad que contempla la Constitución al estado puede
resultar de la dinámica de la sociedad por diversas circunstancias, tales
como: (i) que ningún otro particular le interese incursionar en una misma
actividad; (2) cuando habiendo una pluralidad de empresas, una de ellas
tenga un segmento muy significativo del mercado; y (3) como producto de
concentraciones económicas, a través de fusiones y otros mecanismos de
controles verticales.
Las situaciones antes aludidas son frecuentes en una economía de
mercado, como la nuestra, y la respuesta que brinda el Estado en
protección del interés general lo es un marco regulatorio de defensa de la
competencia.
En el artículo constitucional citado anteriormente el "Estado favorece y vela
por la competencia libre y leal y adoptara las medidas que fueren
necesarias para evitar los efectos nocivos y restrictivos del monopolio y del
abuso de posición dominante".
Otras normativas
Además de la Carta Magna, la Ley General de Defensa de la Competencia
número 42-08, que crea a Pro Competencia, persigue la promoción de la
libre competencia para de esta forma aumentar la eficiencia de los
mercados, con el fin de generar beneficio y valor en favor de los
consumidores.
Pro Competencia afirma que la competencia es la concurrencia en un
mismo mercado de múltiples empresas que producen bienes o servicios
similares y de un gran número de consumidores que compran libremente
con suficiente información. La Ley 42-08 prohíbe las prácticas desleales e
ilícitas que son definidas como los actos o comportamientos realizados en el
ámbito comercial o empresarial que resulten contrarios a la buena fe y ética
comercial y cuyo objeto sea un desvío ilegítimo de la demanda de los
consumidores.
La presidenta del consejo directivo Pro Competencia, Michelle Cohen, en
una entrevista de mediados de enero en el canal 37, afirmó que esa entidad
está llamada a regular y supervisar las relaciones que hay entre los
competidores, dígase todo aquel que procure hacer negocios como los
empresarios, negociantes y comerciantes.
Sobre este tema también trata la Ley General de Telecomunicaciones 153-
98, la cual define las prácticas desleales como toda acción deliberada
tendente a perjudicar o eliminar a los competidores y/o confundir al usuario
y/o procurarse una ventaja ilícita. Esta legislación se refiere al abuso de
posición dominante en el mercado, especialmente sobre instalaciones
esenciales.
Una de las principales legislaciones que trata el tema es la Ley General de
Electricidad 125-01, que tiene entre sus objetivos promover una sana
competencia e impedir prácticas desleales o abuso de posición dominante.
En este sentido, la ley establece que los precios de la electricidad son
libremente determinados por las empresas, siempre y cuando las
transacciones se efectúen en condiciones de competencia.
República Dominicana también es signataria de acuerdos internacionales y
miembro de la Organización Mundial del Comercio (OMC), entidad que
promueve la libre competencia entre los diferentes actores del mercado.
Otro acuerdo del que el país es signatario es el tratado de libre comercio
suscrito con Centroamérica (Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras
y Nicaragua), que establece como un principio general la prohibición de
toda práctica desleal de comercio internacional que cause o amenace
causar distorsiones al comercio. Lo mismo que se suscribió con la
Comunidad del Caribe o Caricom.
El tratado de libre comercio firmado por el país con Centroamérica y
Estados Unidos (DR-Cafta) también es explícito en este tema.

III- Jurisprudencia acerca del Monopolio en República Dominicana


La sentencia de la Segunda Sala del Tribunal Superior Administrativo (TSA)
sobre el recurso de amparo presentado por el Consejo Nacional de la
Empresa Privada (Conep) y otras organizaciones empresariales pone
límites a los denominados “sindicatos” que, en algunos casos imponen sus
reglas por encima del Estado, y con violencia en muchas ocasiones, para
mantener el monopolio del transporte de carga y pasajeros.
El Tribunal, tuvo a bien fallar resolver el conflicto planteado por el Consejo
Nacional de la Empresa Privada (CONEP) y los sindicatos que monopolizan
el transporte de carga, destacando que más bien hay inobservancia de las
leyes que regulan el transporte obligando u ordenando a varias instituciones
públicas a cumplir con esas disposiciones, entre las cuales están: la Ley
578-64 del 16 de enero de 1965 que prohíbe el monopolio en los trabajos
de carga y descarga de buques en muelles y puertos; la Ley Orgánica 290-
66 del Ministerio de Industria y Comercio; la Ley Orgánica 247-12, de
Administración Pública y la Ley 84-79 que modifica la Ley de Turismo; el
Decreto 104-91 que autoriza a las FFAA a otorgar facilidades a los que
deseen transportar efectos en las Aduanas, con vehículos propios.

¿Cuáles fueron los mandatos de esa sentencia?


Primero, ordenó al Ministerio de Industria y Comercio a dictar normas y
vigilar que garanticen la libre competencia y los niveles de precios
principalmente en el transporte de mercancías.
Ordenó al Ministerio de Trabajo velar porque que no se establezcan
monopolios en provecho de particulares en la carga o descarga de buques
en los puertos.
Ordenó a la Oficina de Transporte Terrestre, dictar medidas para el control
del transporte terrestre y eliminar toda practica anticompetitiva.
Ordenó al Ministerio de Turismo evitar toda practica anticompetitiva en el
transporte terrestre de turistas y finalmente también ordenó al Ministerio de
Defensa a que vigile a las personas físicas y morales cuando retiren de las
Aduanas efectos o mercancías.
La decisión se enfoca en erradicar prácticas monopólicas de sindicatos que
con frecuencia escenifican hechos de violencia en su lucha por el control de
los accesos a los puertos y de las rutas que operan y que, en principio, son
propiedad del Estado.
El Tribunal Constitucional
El Tribunal Constitucional ratificó la sentencia del Tribunal Superior
Administrativo que declaró que existía un monopolio en el sector transporte
de carga violando así el derecho a la libre empresa, libertad de tránsito y
trabajo.
El tribunal Constitucional acogió parcialmente, el recurso de revisión
constitucional en materia de amparo interpuesto por la Oficina Técnica de
Transporte Terrestre (OTTT), la Confederación Nacional de Organizaciones
del Transporte (CONATRA), la Federación Nacional de Transporte
Dominicano (FENATRADO), entre otros sindicatos de transporte, contra el
fallo emitido en favor del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep).
El TC fijó un precedente en la sentencia TC-380-18, mediante la cual
decidió varios recursos de revisión interpuestos por organizaciones de
transporte de carga y de pasajeros en contra de un fallo del Tribunal
Superior Administrativo (TSA) que acogió una acción de amparo de
cumplimiento presentada por el CONEP. La organización empresarial alegó
vulneración de derechos fundamentales por parte de las instituciones
públicas por la falta de normas que impidan el monopolio en el sector del
transporte de cargas.
Los recursos de revisión en contra de la sentencia del TSA fueron
sometidos por la Federación Nacional de Transporte Dominicano
(FENATRADO), la Confederación Nacional de Transporte (CONATRA) y
otras organizaciones de transporte de cargas, de pasajeros y turísticas.
El TC confirmó casi en su totalidad la sentencia número 00416-2016,
dictada por la Segunda Sala del Tribunal Superior Administrativo el 8 de
diciembre de 2016, que acogió los pedidos del CONEP.
El TC puntualizó que en su artículo 7, la Carta Magna reconoce a la
República Dominicana como un Estado social y democrático de derecho.
Además, precisó que en el artículo 8, la Constitución indica que la función
esencial del Estado es la protección efectiva de los derechos de la persona,
el respeto de su dignidad dentro de un marco de liberad individual y justicia
social.
En su decisión El tribunal Constitucional: Cita el artículo 50 de la
Constitución Dominicana, que dispone: “El Estado reconoce y garantiza la
libre empresa, comercio e industria. Todas las personas tienen derecho a
dedicarse libremente a la actividad económica de su preferencia, sin más
limitaciones que las prescritas en esta Constitución y las que establezcan
las leyes.
1) No se permitirán monopolios, salvo en provecho del Estado. La creación
y organización de esos monopolios se hará por ley. El Estado favorece y
vela por la competencia libre y leal y adoptará las medidas que fueren
necesarias para evitar los efectos nocivos y restrictivos del monopolio y del
abuso de posición dominante, estableciendo por ley excepciones para los
casos de la seguridad nacional;
2) El Estado podrá dictar medidas para regular la economía y promover
planes nacionales de competitividad e impulsar el desarrollo integral del
país”. La sentencia del Tribunal Constitucional fue emitida el pasado día 10
de octubre.
La Asociación de Navieros de la República Dominicana (ANRD) y la
Asociación Dominicana de Agentes de Carga Aérea y Marítima (ADACAM)
entienden que ha sido un paso trascendental la ratificación del Tribunal
Constitucional a la sentencia emitida por el Tribunal Superior Administrativo
(TSA), que declaró la prohibición del monopolio en el transporte de carga.
Manifestaron que la decisión del alto tribunal se debe valorar como positiva,
ya que es un paso adelante para eliminar el monopolio del transporte en el
país.
“Consideramos que con esa ratificación gana la nación, pues con ese
monopolio se violaba el derecho a la libre empresa, la libertad al tránsito y al
trabajo”, expresaron.

III- Pero ¿Existe realmente Monopolio en la republica dominicana?


La alta concentración que prevalece en el país en mercados sensibles pone
en riesgo la capacidad de competencia de la economía local, afectando
gravemente los derechos fundamentales de la población consumidora.
Según la opinión de amplios sectores de la sociedad en el país se están
multiplicando los monopolios que limitan drásticamente el potencial de
crecimiento y desarrollo de la economía dominicana y desincentivan la
entrada de nuevos capitales.
“Todos los estudios económicos modernos indican con claridad que los
mercados concentrados no benefician ni al Estado, ni al tejido empresarial
ni a los consumidores”. indicó en el 2018 El presidente de la Asociación
Nacional de Empresas e Industrias Herrera (Aneih)
Basado en la investigación que hemos estado realizando creo oportuno
señalar que Pro Competencia tiene grandes tareas por delante, en términos
de estudios y adopción de medidas sobre la base de su marco legal en
sectores como servicios financieros, seguros, medicamentos (producción y
distribución), comunicaciones, bebidas alcohólicas, telecomunicaciones,
entre otros para evitar el monopolio en república dominicana.
De acuerdo a estudios realizados por técnicos de la organización
empresarial detectaron niveles de concentración en sectores claves de la
economía, que van desde un 66.7% hasta un 98.3%, con el agravante de
que no pasan de cuatro los actores del mercado que ejercen el dominio.
Bajo el esquema de monopolio los grandes perdedores son los
consumidores y las micro, pequeñas y medianas empresas, que forman la
mayor parte del tejido empresarial del país.
El monopolio controla la cantidad de producción y el precio teniendo poder
para determinar muchas veces la taza de producción que maximiza sus
ganancias para luego determinar en base a la curva de demanda el precio
máximo que pueda cobrarse para vender dicha producción. Algo que
debemos de tener bien claro es que la practica del monopolio perjudica a
las mayorías beneficiando a sectores que solo buscan el lucro violando los
derechos de los consumidores algo con lo que hay que tener mucho
cuidado.

Conclusión:
El artículo 50 de la Constitución dominicana reconoce y garantiza la libre
empresa, comercio e industria.
La Constitución (CD) reconoce también en su artículo 219, la posibilidad de
iniciativa pública en la actividad económica. Del mismo modo, CD establece
que la iniciativa privada es libre.
No puede hablarse de economía de mercado sin libertad de empresa puesto
que la libertad de empresa es una consecuencia directa de la libertad
económica.
Nuestra carta magna es muy clara respecto al principio del libre desarrollo de la
personalidad el cual debe disfrutarse sin más limitaciones que las impuestas
por el orden jurídico y los derechos de los demás es importante puntualizar que
un perfecto disfrute de dicho principio, debe complementarse con las demás
libertades económicas: propiedad privada, derecho de asociación, libertad de
residencia y circulación y el principio de autonomía privada o de libertad de
contratación.
La libertad de empresa significa, para los individuos, la potestad de iniciar y
explotar las actividades económicas de su preferencia dentro de los límites
correspondientes.
La economía de mercado requiere de una protección especial que puede
imponer limitaciones a la libertad de empresa como la prohibición a los
monopolios, a menos que sean en provecho del Estado, cuya creación y
organización se efectuará con arreglo a la ley, conforme el artículo 50 CD. Es
responsabilidad del Estado favorecer y velar porque la competencia sea libre y
leal, debiendo adoptar las medidas que fueren necesarias para evitar los
efectos del monopolio y del abuso de posición dominante en el mercado.

Según La Suprema Corte de Justicia el monopolio es un régimen de derecho o


de hecho por el cual se sustrae de la libre competencia a una empresa o a una
categoría de empresas, permitiéndoles convertirse en dueñas de la oferta en el
mercado.
De acuerdo con nuestra carta magna (Art. 50. 1. No se permitirán
monopolios, salvo en provecho del Estado. La creación y organización de
esos monopolios se hará por ley).
Desde el 2018 existe en nuestro país la Ley General de Defensa de la
Competencia número 42-08, que crea a Pro Competencia, y persigue la
promoción de la libre competencia para de esta forma aumentar la eficiencia de
los mercados, con el fin de generar beneficio y valor en favor de los
consumidores.

Potrebbero piacerti anche