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Los senadores deben tener como mínimo 30 los de edad, deben haber
sido ciudadanos de Estados Unidos durante al menos nueve años y
tienen que residir en el estado al que representan.
La Constitución de Estados Unidos es el plano general del sistema de gobierno del país. Ratifi
cada en 1788, la Constitución defi ne tres ramas separadas de gobierno (legislativa, ejecutiva y
judicial), los poderes de éstas y el modo en que las vacantes deben ser llenadas en cada una de
ellas. Una de las características que defi nen a la Constitución es el sistema de frenos y
contrapesos que en ella se establece para distribuir el poder entre las tres ramas. Cada una de
éstas ejerce algún tipo de poder sobre las otras. Por ejemplo, los jueces de la Corte Suprema
(rama judicial) son designados por el Presidente (poder ejecutivo), pero su designación está
sujeta al consentimiento del Senado de la nación (rama legislativa). Así mismo, el poder judicial
puede rechazar leyes ya aprobadas por el Congreso y fi rmadas por el Presidente si considera
que son inconstitucionales. Éstos y otros frenos y contrapesos garantizan que ninguna de las
ramas del gobierno ejerza demasiado poder. En virtud de que el gobierno sólo puede ejercer
los poderes que le son conferidos de modo específi co en la Constitución, esta última es una
importante salvaguarda de los derechos y facultades del pueblo. Las diez primeras enmiendas
a la Constitución se conocen en conjunto como la Carta de Derechos. Ésta garantiza libertades
importantes a todos los estadounidenses,
Constitución no sólo defi ne la estructura y los poderes del gobierno federal, sino también
contiene disposiciones generales sobre los gobiernos estatales. A su vez, cada estado tiene su
propia constitución en la que se hallan las disposiciones aplicables a los gobiernos locales
dentro de la entidad. Estos últimos pueden ser gobiernos de ciudades, condados, pueblos,
distritos escolares y distritos con propósitos especiales, y rigen cuestiones tales como los
recursos naturales o las redes de transporte de la localidad. El gobierno federal está acotado
dentro de los poderes y responsabilidades que le otorga de modo específi co la Constitución de
Estados Unidos. Algunos de los poderes mencionados en ésta se refi eren a regular el comercio
entre los estados, proveer para la defensa nacional, crear moneda, regular la inmigración y
naturalización, y celebrar tratados con otros países. Sin embargo, la Constitución ha sido
interpretada y enmendada a lo largo del tiempo para adaptarla a las circunstancias
cambiantes, y los poderes que el gobierno federal ejerce se han modifi cado en consecuencia.
En colaboración con los estados, el gobierno federal crea ciertas leyes y programas cuya fi
nanciación es federal, pero que los estados administran. Educación, bienestar social, asistencia
para vivienda y nutrición, seguridad nacional, transporte y respuesta en situaciones de
emergencia son áreas clave donde los estados prestan sus servicios a expensas de fondos
federales y bajo lineamientos también federales. Esto confi ere al gobierno federal el poder de
infl uir en los estados. Por ejemplo, en la década de 1970 el gobierno federal deseaba imponer
límites de velocidad más bajos en las carreteras para reducir el consumo de energía. Entonces,
en lugar de legislar directamente un límite de velocidad menor, dicho gobierno amenazó con
retirar los fondos para proyectos de carreteras a los estados que no redujeran los límites de
velocidad en sus caminos por iniciativa propia. En muchos casos, los estados deben fi nanciar
también una parte de los programas para ser acreedores a fondos federales. Los gobiernos
locales son autorizados de acuerdo con la constitución de su respectivo estado. Así como las
políticas que los gobiernos estatales promulgan no deben estar en confl icto con la ley federal,
los gobiernos locales están sujetos al entorno jurídico creado por la constitución y los estatutos
de cada estado. INTERACCIÓN DE LOS GOBIERNOS FEDERAL, ESTATALES Y LOCALES
1.- Poder Legislativo. Está representado por las dos cámaras del Congreso: el
Senado y la Cámara de Representantes. Ambas deben aprobar los proyectos de
ley antes de que sean enviados al Presidente para su firma.
El Senado tiene dos miembros por cada estado, elegidos cada seis años, y no
hay límite para el número de periodos que puedan servir.
Para propósitos electorales, los senadores se dividen en tres clases y cada una
se somete a elecciones cada dos años. Esto garantiza que en el Congreso
siempre haya en servicio legisladores con experiencia.
Las vacantes del Senado ordinariamente se llenan con la persona designada por
el gobernador del estado donde se produce cada vacante.
Por su parte, los diputados son nombrados por voto popular cada dos años, sin
límite alguno para el número de periodos que pueden servir, y todos son
elegidos al mismo tiempo.
El actual presidente de EE. UU., Donald Trump, fue elegido como el mandatario
número 45 el 9 de noviembre de 2016, y recibió la presidencia el 20 de enero de
2017. Su mandato finalizará en enero de 2021.
El poder judicial es independiente de las otras dos ramas del Gobierno, lo que
se considera fundamental para garantizar la imparcialidad e igualdad para todos
los ciudadanos en el ámbito judicial.
Cada nivel del gobierno tiene sus propias áreas administrativas y de creación de
leyes. El Gobierno federal se reserva algunas leyes importantes, como por
ejemplo en lo relativo a armamentos, impresión de dinero, pasaportes, patentes
y derechos de autor. Sin embargo, en aspectos como títulos valores, transporte
y vías públicas y algunas leyes criminales, tanto el gobierno federal como los
estados tienen sus propias leyes, las cuales pueden resultar en ocasiones
complicadas y contradictorias.
Muchos consideran que la estructura del gobierno estadounidense es
demasiado grande. Lo cierto es que todo habitante de esta gran nación tendrá
que entenderse constantemente con el gobierno federal y local para asuntos
tan sencillos como ampliar su casa, sacar una licencia de conducir, y por
supuesto, pagar los impuestos.
La rama legislativa
El Congreso representa la rama del poder legislativo y está conformado
por la Cámara de Representantes y el Senado.
La rama ejecutiva
El Poder Ejecutivo (en inglés) está integrado por el presidente, el
vicepresidente y el Gabinete del Presidente. El poder ejecutivo está a
cargo de implementar las leyes del país y tiene la facultad de vetar
legislación previamente aprobada por el Congreso.
La rama judicial
El Poder Judicial (en inglés) está representado por la Corte Suprema (en
inglés) y otras cortes federales menores (en inglés). El poder judicial es
independiente de las otras dos ramas del Gobierno, lo que se considera
fundamental para garantizar la imparcialidad e igualdad para todos los
ciudadanos, en el ámbito judicial. Esta rama tiene la facultad de declarar
inconstitucional la legislación y puede, también, declarar
inconstitucionales los actos del presidente.
1.
El Sistema Político de los EEUU
Trabajo, 2004
31 Páginas, Calificación: 9 Of 10
E S
ELFI VICTORIA SIEBERT (AUTOR)
Extracto
Índice
1. Introducción
4. Las Instituciones
4.1. El parlamentarismo y el presidencialismo
4.2. El Congreso
4.3. El Presidente
4.4. El Congreso y el Presidente
4.5. El Tribunal Supremo
6. Conclusiones
7. Bibliografía
1. Introducción
La campaña electoral de las próximas presidenciales en noviembre de este año ya está en marcha y
el demócrata John Kerry ha podido convencer en las primarias por lo tanto será el candidato de su
partido. No ha pasado apenas un día en los últimos tres años en el que los Estados Unidos no hayan
salido en los periódicos grandes de todas las partes del mundo. Su papel importante en las relaciones
internacionales es indiscutible, aunque parece que se ha alejado mucho el tiempo cuando un
Presidente de los EEUU, John F. Kennedy, admitía: “Debemos afrontar el hecho de que Estados
Unidos no es omnipresente ni omnisciente, que sólo sumamos el 6% de la población del mundo, que
no podemos imponer nuestra voluntad al otro 84% de la humanidad, y que, por consiguiente, no
puede haber una solución estadounidense para cada problema del mundo.” [1] De todas maneras la
cuestión de la organización política de los EEUU siempre ha sido y permanece hoy en día como algo
importante. No se pueden comprender las gestiones políticas de todas las naciones sin conocimiento
de su sistema político.
La organización política de los Estados Unidos, desde sus raíces ideológicas hasta sus estructuras
institucionales, representa un sistema político armónico y equilibrado, respecto a la distribución del
poder, e integrado, en cuanto a la absorción de la heterogeneidad de sus habitantes y la diversidad
territorial, que en su conjunto da por resultado su estabilidad política. El sistema norteamericano fue
construido con el fin de evitar lugares de poder excesivo y con la intención de garantizar el control
de los poderes existentes. Elementos sistemáticos como el federalismo, el bicameralismo y la
separación de poderes políticos son entre otros una expresión de este punto de partir. Analizaremos
aquí como funciona el sistema americano, que se creó hace más de dos siglos, y en qué estado se
encuentran los poderes que afectan al sistema.
Así que observamos en un primer paso en el capítulo 2 las raíces del pensamiento ideológico que dio
lugar a la fundación de la Constitución, y en el capítulo 3 el proceso histórico constitucional del cual
resultó el federalismo. Estos dos aspectos los considero importantes para comprender dos elementos
destacables: por un lado la creencia americana en los valores del liberalismo y la individualidad y
por otro lado la capacidad de los estadounidenses para encontrar un consenso básico y un
compromiso, pese a sus intereses divergentes y sus diferencias. En la parte 4 con un enfoque más
institucionalista veremos como se tradujo esto en las instituciones políticas del país. En la clásica
búsqueda de los lugares del poder institucional examinaremos sobre todo el Congreso y el
Presidente, dejando por su propia complejidad el poder judicial al margen. La separación del
legislativo en dos cámaras consigue un equilibrio de la representación reduciendo las desigualdades
demográficas y territoriales; a la vez favorece el sistema norteamericano de “checks and balances”.
Mirando las funciones del Presidente intentaremos distanciarnos un poco de los supuestos frecuentes
de la omnipotencia presidencialista. El capítulo 5 tratará, desde una perspectiva conductista, de los
actores políticos, su influencia y su papel en el sistema político. Un aspecto central será la cultura
política de los EEUU, máxime la problemática cuestión de la escasa participación electoral.
Finalizaremos el análisis del sistema político estadounidense con unas breves conclusiones.
Antes de empezar, unas anotaciones sobre el método de hacer el trabajo o más bien un intento de
situar el trabajo siguiente. La complejidad de este tipo de análisis nos impide realizar un estudio
detallado de todos los elementos del sistema. Por ello la intención fue poner énfasis en ciertos
aspectos significativos y cruciales y ubicarlos el conjunto del sistema. En cuanto a la literatura, sobre
todo respecto a los fuentes del internet, ésta esta elegida bajo del aspecto de las exigencias
científicas.
La revolución americana se fundaba en la proclamación del derecho natural sobre la propiedad, que
provenía sobre todo de la filosofía inglesa encabezada por John Locke, Tratado del gobierno civil, y
que se reflejaba más tarde notablemente en la Declaración de Independencia de 1776. “La
revolución americana, que estalla en 1775, tiene unas motivaciones estrictamente materiales: el
rechazo de las colonias de América a pagar al rey de Inglaterra unas tasas que ellos no aprobaron, ya
que no tenían representación en el Parlamento de Westminster.” [2]
Las colonias americanas, abandonadas por sus gobernadores anteriores, se constituyeron después de
la guerra de la Independencia como regímenes republicanos, la forma del estado más adecuada para
evitar una “determinación exterior” y más cercana a la creencia en la libertad. Siguiendo el
pensamiento de Locke, separaban los poderes políticos y proponían el legislativo, como expresión de
la soberanía del pueblo, el poder preponderado sobre los demás. Debido a la experiencia vivida con
Inglaterra, entendida ésta como una intromisión de un poder exterior, se decidió separar el legislativo
en dos cámaras equilibradas y controladas mutuamente.
Según Sigmund fue más bien Montesquieu quien inspiró la separación de poderes y la filosofía de
Locke se dirigiría más al individualismo político.[3]
El liberalismo político de los EEUU tiene sus raíces en el pensamiento de Locke, que ha influido
significantemente la Constitución americana a través de la proclamación no solo de los derechos
naturales del pueblo sino también de la libertad de religión. El gobierno de un estado debe
constituirse con el consentimiento de los ciudadanos y con el fin de la protección de sus derechos a
la vida, a la libertad y a la propiedad. Respecto a la diversidad cultural y religiosa de las colonias,
establecida en la Constitución, los fundadores se distanciaron de imponer una religión nacional.
En el año 1787 se reunieron los delegados de los Estados y en vez de la reforma de dichos Artículos,
construyeron a pesar de todas las dificultades la Constitución de los EEUU. Con la intención de
aunar el conjunto complejo de intereses el resultado fue un compromiso entre los Estados, que tenía
que estar ratificado por nueve de los trece Estados. En el Convento de Philadelphia los Estados
acordaron en construir una organización política de una doble soberanía del poder federal y estatal,
el federalismo. Los ámbitos políticos del Estado central se concentraron en los de asuntos exteriores
y del comercio interior y exterior. La separación de poderes en los dos independientes niveles
estatales, ha sido otro mecanismo de “checks and balances” que prometía evitar la acumulación de
poder. Con el motivo de conseguir el apoyo público, en 1787 y 1788 los ensayos que conocemos hoy
en día como “The Federalist Papers” de Alexander Hamilton, James Madison y John Jay fueron
publicados en un periódico de New York. Estas publicaciones dieron la fundación ideológica del
nuevo sistema político. Según Madison, solo una constitución, que separe el poder entre el Estado
federal y los Estados individuales, puede evitar la omnipotencia estatal y a la vez puede dar lugar a
la expresión a la diversidad de la vida cultural y social de los Estados Unidos.[6] El federalismo fue la
manifestación de los intereses divergentes hacia un Estado central más o menos fuerte y “(…) fue un
feliz hallazgo, una característica digna de los más encendidos elogios, que hace de la Constitución
estadounidense un hito en la búsqueda de soluciones a la organización político-territorial de las
sociedades humanas acentuadamente plurales”[7].
La Constitución entró en vigor en enero de 1789, ratificado por once de trece Estados, y significó
como documento escrito y legitimado la garantía del Estado de derecho, la protección de los
derechos y libertades individuales, asegurado en un sistema de poderes separados y limitados. Visto
en su contexto temporal por una parte fue un paso grande distanciándose del absolutismo estatal. Sin
embargo por otra parte hay que considerar que “dicha Constitución estuvo absolutamente
condicionada por razones de clase, sexo y raza. Que fue un texto de y para las élites económicas
(…).”[8] Es decir, en un principio y hasta primeras modificaciones en el siglo XIX, solamente
pertenecían los hombres con propiedad material a los privilegiados con derecho de voto.
4. Las Instituciones
La forma del gobierno presidencial, que encontramos en los EEUU, difiere en ciertos modos del
sistema parlamentario, que domina los estados europeos. Uno de los supuestos más frecuentes
escuchados aquí es que el Presidente estadounidense dispone de un poder político superior al del
legislativo. En contra de esta opinión polémica se hayan los resultados de los estudios de Lijphart:
“En Estados Unidos, la separación de poderes también comporta un equilibrio entre presidente y
Congreso.”[9]
En primer lugar, el sistema parlamentario permite la destitución del ejecutivo por un voto de
desconfianza de parte de la asamblea general, mientras que en el modelo presidencial el ejecutivo
puede contar con el ser establecido constitucionalmente, con posibilidades inferiores de destitución,
salvo casos particulares, y por lo tanto resulta menos dependiente del legislativo.
Luego, los presidentes son elegidos por un voto popular, directo o indirecto, y el ejecutivo del
gobierno parlamentario se constituye a través de la elección por el parlamento.
La tercera diferencia se encuentra en la estructura de los gabinetes ejecutivos. En los sistemas
parlamentarios el ejecutivo es “colectivo o colegiado”, es decir el papel de los ministros alcanza
mayor importancia que en un gobierno presidencial, dónde “los miembros de los gabinetes (…) son
meros consejeros y subordinados del presidente”. [11]