Jesús calma la tempestad

(Mt. 8.23-27; Lc. 8.22-25)

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Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado.

Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras
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barcas.

Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera
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que ya se anegaba.

Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro,

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¿no tienes cuidado que perecemos?

Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo
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grande bonanza.

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Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?

Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es éste, que aun el
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viento y el mar le obedecen?

Si fueramos a ponerle un nombre a este pequeño mensaje le pondría JESUS SIEMPRE ESTA EN
NUESTRA BARCA.

Despues de un dia muy agitado con multitudes rodeándole, predicándole y realizando

milagros, Jesus le dice a sus discípulos que cruzaran al otro lado del MAR DE GALILEA.

El llamado MAR DE GALILEA no es un mar sino que es un lago muy grande: de unos 21
kilometros de largo y 12 kilometros de ancho y es muy profundo.

Después de despedir a la multitud comenzaron a cruzar hacia el otro lado.

- Pero mientras iban cruzando hacia el otro lado se levantó una gran TEMPESTAD. ESO
OCURRE CON VASTANTE FRECUENCIA en el mar de Galilea debido a la profunda
depresión de la superficie de este lago el cual se encuentra a 212 kilómetros por
debajo del nivel del mar creando con mucha frecuencia inestabilidad en el clima.

- Los vientos eran tan fuerte que echaba las olas en la barca de tal manera que YA LA
BARCA SE ESTABA UNDIENDO (anegar).

- Los hechos ocurridos en esta historia son hechos que suelen acontecer en nuestra
vida.

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 Fuertes vientos y grandes olas se levantaran con fuerza y golpearan nuestra vida y nos
darán con gran ímpetu de tal manera que vamos a creer que nuestra barca se está
hundiendo. Problemas, circunstancias y vicisitudes que se presentan en nuestra vida,
en nuestro entorno familiar, en nuestro trabajo que escaparan de nuestras manos.

- ALGO A RESALTAR DE ESTA HISTORIA es que ahí habían DISCIPULOS de Cristo que eran
pescadores EXPERIMENTADOS en la navegación y que conocían de este lugar. Pero,
por más esfuerzo que hicieron por controlar la situación TODO fue en vano.

Y, eso suele pasar con nosotros ante el problema, nos SENTIMOS CONFIADOS de
poder manejar la situación porque tenemos ya sea, una vasta experiencia, o porque
tenemos un personal calificado junto a nosotros, o porque el pastor de la iglesia está
involucrado en la obra del centro. Hasta nos olvidamos de que CRISTO esta en nuestra
barca.

Y DICE el verso 38 que Jesús estaba durmiendo en la parte trasera del barco y que sus
discípulos le despertaron y, le dijeron que si no tenia cuidado de ellos?

Déjeme decirle que Jesús, siempre ha tenido, tiene y tendrá el cuidado de nosotros.

Dice en 1 PEDRO 5:7: Echemos TODA nuestra ansiedad sobre El, porque El tiene
cuidado de nosotros.

Y, ese cuidado es en todo tiempo. Aunque creamos que nuestro Señor Jesucristo está
durmiendo profundamente y que no escucha nuestras oraciones tengamos presente
que somos ovejas de su prado y que El es nuestro Pastor y nada nos faltara y, eso
incluye cuidado y protección.

- Y Cristo se levantó y reprendió al viento y mando a callar las embravecidas aguas del
mar de Galilea y se hizo gran bonanza (gran tranquilidad). Y de paso le dijo su pal de
cosas a sus discípulos por la falta de fe mostrada.

Y sus discípulos temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es este, que aun el
viento y el mar le obedecen?

Nosotros no tenemos por qué hacernos esa pregunta pues, sabemos quién es. Sabemos que
ese es Jesús:

- Nuestro Señor
- Nuestra luz, nuestra salvación. No hay de que temer.

El siempre ha estado, siempre esta y siempre estará en nuestra barca, no hay de que
atemorizarnos. Y no importa el peligro de los tiempos en los cuales estemos viviendo El fue
quien dijo pasemos al otro lado, al otro lado llegaremos seguro.