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"BRASSESCO, Alicia María-OCHOTECO, Marcelo Daniel-OCHOTECO,

Daniel Alfonso s-Usurpación por Despojo Reiterada


S/IMPUGNACION EXTRAORDINARIA" 4935
_________________________________________________________________________
///C U E R D O:
En la ciudad de Paraná, Capital de la Provincia de
Entre Ríos, a los veintitrés días del mes de septiembre de dos mil veinte,
reunidos los señores Miembros de la Sala Nº 1 en lo Penal del Excmo.
Superior Tribunal de Justicia, a saber: Presidente, Dr. MIGUEL ANGEL
GIORGIO, y Vocales, Dres. CLAUDIA MÓNICA MIZAWAK y DANIEL
OMAR CARUBIA, asistidos por la Secretaria autorizante, Dra. Noelia V.
Rios, fue traída para resolver la causa caratulada: "BRASSESCO, Alicia
María-OCHOTECO, Marcelo Daniel-OCHOTECO, Daniel Alfonso s-
Usurpación por Despojo Reiterada S/IMPUGNACIÓN
EXTRAORDINARIA" N° 4935.-
Practicado el sorteo de ley, resultó que la votación tendría
lugar en el siguiente orden: Dres. MIZAWAK, CARUBIA y GIORGIO.-
Estudiados los autos, la Excma. Sala planteó las siguientes
cuestiones a resolver:
PRIMERA CUESTIÓN: Es procedente la impugnación
extraordinaria interpuesta?.-
SEGUNDA CUESTIÓN: ¿Cómo deben imponerse las costas?.-
A LA PRIMERA CUESTIÓN PROPUESTA, LA SEÑORA
VOCAL, DRA. MIZAWAK, DIJO:
I.- La Cámara de Casación Penal de Paraná, en fecha
25/7/2019, RECHAZÓ el Recurso de Casación interpuesto por los Dres. Raúl
Enrique Barrandeguy y José C. Perez, defensores técnicos de los imputados, con
el patrocinio letrado de la Dra. María Eugenia Ochoteco y CONFIRMÓ la sentencia
obrante a fs. 69/157, dictada por el Tribunal de Juicio y Apelaciones de
Gualeguay, que resolvió: 1) DECLARAR a ALICIA MARIA BRASSESCO, coautora
 material y penalmente responsable del delito de  USURPACIÓN POR DESPOJO
REITERADA (dos hechos) -arts. 45,  55, 181 inc. 1 y concordantes del Código
Penal-, y CONDENARLA  a la PENA de DOS AÑOS DE PRISIÓN A CUMPLIR EN
FORMA CONDICIONAL  -arts. 5, 26, 27, 27 bis y concs.  del C.Penal-.-
2) DECLARAR a MARCELO DANIEL OCHOTECO, coautor
material y penalmente responsable del delito de  USURPACIÓN POR
DESPOJO REITERADA (dos hechos) -arts. 45, 55, 181 inc. 1 y concordantes
del Código Penal-, y CONDENARLO  a la PENA de DOS AÑOS DE PRISIÓN A
CUMPLIR EN FORMA CONDICIONAL  -arts. 5,  26, 27, 27 bis y concs.  del
C.Penal-.
3) DECLARAR a DANIEL ALFONSO OCHOTECO,  coautor
material y penalmente responsable del delito de  USURPACIÓN POR
DESPOJO REITERADA (dos hechos) -arts. 45, 55, 181 inc. 1 y concordantes
del Código Penal- y CONDENARLO  a la PENA de DOS AÑOS y SEIS MESES
DE PRISIÓN A CUMPLIR EN FORMA CONDICIONAL -arts. 5,  26, 27, 27 bis y
concs.  del C.Penal-.
Asimismo, el Tribunal impuso a los condenados ALICIA
MARIA BRASSESCO, MARCELO DANIEL OCHOTECO y DANIEL ALFONSO
OCHOTECO como regla de conducta que se abstengan de cualquier tipo de
actitud molesta y perturbadora a las víctimas de autos Sra. FLOR
DESTEFANIS y HECTOR BRASSESCO y ordenó REINTEGRAR en la Posesión
de los inmuebles que fueran despojados a la Sra. DESTEFANIS y al Sr.
HÉCTOR BRASSESCO, en forma definitiva.-
II.- Los defensores técnicos de los imputados, Dres. José C.
Pérez y Raúl Enrique Barrandeguy, interpusieron Impugnación Extraordinaria
Provincial, en los términos del art. 521 sgtes. y cctes. del C.P.P.E.R. (cfrt. fs.
211/220 vta.).-
Luego de referirse a los requisitos formales de admisibilidad de
la vía intentada, relataron los antecedentes relevantes del caso.-
Alegaron que el pronunciamiento de casación prescindió de
considerar todos los agravios que expusieron al interponer el recurso y se
confirmó la reconstrucción del hecho imputado desde una valoración del material
convictivo duplicada, exactamente igual a la practicada por el Tribunal de Juicio y
sin refutar en concreto ninguna de las serias objeciones que sostuvieron en
sustento de la pretensión casatoria, ignorando prueba dotada de capacidad
dirimente del litigio. La pieza impugnada omitió cumplir la exigencia de motivar
adecuadamente los fallos.-
Examinaron el valor del archivo dispuesto por el Dr. Guaita y
estimaron que el agravio basado en el archivo de la misma denuncia que motivó
la sentencia recurrida no fue valorado adecuadamente; inexplicablemente el
sentenciante afirmó que lo resuelto por el mencionado funcionario no causa
estado y no es aplicable el principio del non bis in idem.-
Destacaron que no existen en la segunda denuncia nuevos
elementos de convicción que admitan que varió la situación y permitan al fiscal
reabrir el proceso, salvo la declaración de Noguera, que el denunciante ya
conocía. De esta forma, lo resuelto por Guaita quedó firme y se convirtió en una
absolución anticipada con carácter inimpugnable en tanto se imputen los mismos
hechos.-
Criticaron la introducción por el Tribunal, como nuevo
elemento, de las amenazas que habría recibido la Dra. Noguera, previas al hecho,
que nunca fueron probadas. La profesional renunció a la curaduría antes de la
primera denuncia, por lo que este fundamento resulta sorprendente.-
Con respecto al delito atribuido, especificaron que la violencia,
entendida como fuerza sobre las personas suficiente para someter su voluntad,
no fue imputada ni ha sido objeto de descripción acusatoria y aunque el tribunal
despliega interesantes reflexiones sobre el tema, son las amenazas las que le dan
cuerpo y sentido positivo a la atribución.-
Las amenazas fueron el medio comisivo que permitió a los
coautores despojar a la víctima de su posesión. El Tribunal de Juicio consideró
acreditada esa exigencia mediante al valoración de los testimonios de Zampronio,
Noguera, Firpo y Brassesco, a los que computa en forma equivocada,
asignándoles un insostenible poder de convicción que se objeta.-
Con respecto a lo depuesto por Zampronio, expusieron que las
amenazas y gestos que según su versión, realizó Marcelo Daniel Ochoteco,
debieron ser informados al Juzgado y ser destacados en el acta de procedimiento,
porque el oficial notificador es un funcionario público y está obligado por ley a
denunciar los hechos delictivos de acción pública de que tome conocimiento en el
ejercicio de sus funciones y si fue testigo de una amenaza debió denunciarla y
asentarla en el acta.-
Remarcaron que el personal policial interviniente en el
procedimiento, no vio el episodio y tildaron de curioso el hecho que al estar
presentes alrededor de diez personas nadie confirmó la extraña acusación recién
formulada al declarar en el juicio.-
Aseveraron que el Tribunal no reparó en que el delito de
usurpación endilgado habría ocurrido quince días después de la fecha en la que se
realizó la diligencia judicial y cualquier cosa que hubiera sucedido en el
allanamiento, que se realizó sin inconvenientes, jamás puede ser el medio
comisivo de un delito que se perpetraría quince días después.-
Opinaron que valorar este testimonio como prueba asertiva de
las amenazas comporta un grave error en el que incurrió el Tribunal, fruto de sus
íntimas convicciones, afectando irreversiblemente la validez de la sentencia.-
Analizaron los dichos de Andrea Ana Noguera. El Tribunal no
reparó en que al supuesto momento en que ocurrieron las amenazas, la testigo
había renunciado a su cargo de curadora provisoria, por lo que mal pudieron
relacionarse con la usurpación. El suceso imputado habría sucedido a partir del 23
de agosto de 2015, nada de lo ocurrido en fecha anterior integra la imputación y
aquí también se exterioriza una cuestión que afecta la validez de la sentencia.-
Refutaron por endeble el relato que la testigo efectuó del
episodio supuestamente ocurrido en la mesa de atención al público del Juzgado
Civil, toda vez que no fue denunciado al personal del Juzgado, ni al CAER ni a la
Justicia y tener por ocurrido el suceso es un acto de sinrazón que tampoco motivó
en la testigo ninguna diligencia especial.-
Sostuvieron que tampoco surge de los dichos de Oscar José
Firpo prueba computable de las amenazas. Explicaron que lo ocurrido habría
sucedido justo cuando la autoridad judicial entregó el inmueble usurpado a la
víctima y las amenazas deben ocurrir para despojar, es inédito y atípico que
ocurran para no restituir y en cualquier caso, nada se hizo constar en registro
alguno, lo cual resulta altamente significativo.-
Estimaron que es difícil de creer el seguimiento por parte de
Alicia Brassesco y su hijo al Dr. Firpo, quien nunca denunció haber sido víctima de
algún delito ni tampoco lo hizo durante la audiencia. Advirtieron que el letrado
nada dijo al patrocinar a la supuesta víctima al radicar la primera denuncia penal
y ello es porque claramente no advirtió ninguna circunstancia delictiva.-
Cuestionaron la omisión del tribunal de computar las
contundentes declaración de Flor de María Destefanis, que no dejan dudas de que
nunca fue amenazada o violentada para impedir que ejerza su posesión y fue ella
quien decidió retirarse del inmueble.-
Hicieron hincapié en que no se han relatado ni probado las
amenazas exigidas para la configuración del delito atribuido y se han disfrazado
argumentalmente duras asperezas familiares, desprovistas de materialidad penal;
la sentencia impugnada carece de perdurabilidad y merece integral revocación.-
Aseveraron que la denunciante no recibió la posesión del
usufructo y ello le impidió el ejercicio de cualquier derecho real. Una cosa es tener
la posesión y otra tener derecho a adquirirla; Destefanis en la escritura de
donación entregó junto a su esposo la posesión y tradición a su hija Alicia
Brassesco, quien nunca pudo usurpar nada.-
Plantearon que aquí surge el error del Tribunal, al encontrar
probada la posesión por las constancias de la escritura, que establece algo
distinto: que Destefanis aceptó transmitir en el acto la posesión a favor de sus
dos hijos y esto no fue valorado por el Tribunal de Juicio.-
Destacaron que hasta el desahucio del 4 de agosto de 2015 la
querellante no había sido investida de la posesión que como usufructuaria le
correspondía, aunque nadie le había impedido el uso y disfrute del campo y sus
instalaciones. Destefanis y su hijo Héctor Francisco Brassesco admitieron que se
retiraron voluntariamente del campo, lo que evidencia que no existieron
maniobras para echarlos.-
Manifestaron que la medida cautelar concretada al diligenciar
el desalojo del 4 de agosto quedó sin efecto por caducidad. La decisión judicial era
provisoria, sujeta a condición resolutoria y quedó sin efecto a causa del desinterés
de la propia parte, que no interpuso la demanda dentro del plazo ritual
correspondiente.-
El Tribunal determinó erróneamente la existencia de la
posesión, sin computar los elementos mencionados y esa omisión les impidió
percibir que si no había una posesión que tutelar, la conducta deviene atípica.-
Cuestionaron la alusión a "vías de hecho" y expusieron que
nunca se argumentaron, imputaron ni se probaron esas vías de hecho, que no
existieron. La rotura de los candados es una ocurrencia infundada de la parte
querellante y ni siquiera Hector Brassesco lo sostuvo. Por ende, esa circunstancia
no se comprobó, ni se atribuyó a sus defendidos por lo que resulta arbitraria.-
Con respecto a los actos de cierta vehemencia con cargas
emotivas negativas ponderados en la sentencia aclararon que los son previos al
despojo y si los actos previos no forman parte del iter comisivo no son punibles.
Por otro lado, son circunstancias acerca de las cuales las partes tienen opiniones
discordantes.-
Fustigaron el razonamiento silogístico de la sentencia, que
indica que si sus pupilos fueron violentos antes del hecho considerado como
delito, seguramente lo habrán sido al momento de perpetrarlo, lo que comporta
un serio error epistemológico y dogmático, que anticipa la punición a épocas en
que ni siquiera puede hablarse de actos preparatorios, abandonando así el
derecho penal liberal.-
Tildaron de sorprendente que se pondere como otro hito
violento la gestión sobre restricción de la capacidad iniciada por Alicia Brassesco.
Opinaron que iniciar un proceso no puede ser considerado un hito violento y
menos cuando la Dra. Noguera, curadora provisoria, tomó abierto partido por los
intereses de Héctor Brassesco y la madre denunció penalmente dos veces a su
hija y a su nieto y eso es agresión.-
Expusieron que no existe prueba acerca de la rotura de
candados imputado a Marcelo Ochoteco y a Alicia Brassesco al reingresar al
inmueble.-
Criticaron que el Tribunal, sin que haya sido planteado por la
querellante, señale que no se advierte la existencia del mandamiento de reintegro
de sus defendidos al inmueble, haciendo prelacionar su especial competencia
represiva por sobre la competencia restaurativa del juez civil, que era quien debía
resolver lo que correspondiera para finiquitar la medida cautelar.-
Remarcaron que no hay ninguna prueba que avale los dichos
de la Dra. Noguera, que fueron refutados eficazmente por Daniel Alfonso
Ochoteco y no se valoró que la testigo era patrocinante de Héctor Brassesco.-
Precisaron que el Tribunal ha tenido por ciertas todas las
circunstancias argumentadas por la acusación pero ni siquiera menciona los
aportados por la defensa, pese a su claro poder desincriminante; no considerar
los argumentos de las partes conducentes para dirimir el pleito es una típica
causal de arbitrariedad.-
Expusieron y valoraron a favor de la tesis de la defensa otros
sucesos probados con cargas emotivas negativas que no fueron ponderados.-
Plantearon que la Cámara de Casación omitió dar
cumplimiento a la exigencia de motivar adecuadamente sus fallos y explicaron
que han duplicado los mismos agravios que sostuvieron en el denegado recurso
de casación, que al no haber sido adecuadamente considerados conservan
validez.-
Remarcaron que no se valoró la escritura pública en la que la
denunciante y su esposo transfirieron la posesión del inmueble a sus hijos y si se
apartó voluntariamente de la posesión jamás pudo ser víctima de usurpación.-
Precisaron que nunca se negó que Héctor Brassesco haya
tenido la posesión de inmueble y no existe prueba alguna que demuestre que sus
defendidos rompieron los candados.-
Reiteraron los cuestionamientos dirigidos a la valoración
de la declaración testimonial de Zampronio sobre supuestos hechos que
acaecieron 15 días antes de la comisión del hecho; no tiene sentido valorar
lo supuestamente ocurrido para impedir que las víctimas recobrasen el
inmueble.-
Criticaron la ponderación de los dichos del Dr. Firpo y
denunciaron la falta de apreciación de las circunstancias que la sana crítica
racional le imponía valorar.-
Objetaron la conclusión relativa a que el hecho de que
Marcelo Ochoteco se encontraba viviendo en la propiedad al realizarse el
allanamiento del 22 de noviembre de 2015 acredita que los imputados se
mantuvieron en la heredad, lo que no tiene en cuenta que Alicia era
poseedora del inmueble, era depositaria judicial de las herramientas y
efectos secuestrados del lugar y que como informó la secretaria Faccendini,
en septiembre de 2015, no existía ninguna medida que impida a Alicia
Brassesco y a su familia ingresar al campo.-
Remarcaron la omisión de valorar que la propia
denunciante declaró que nunca le impidieron entrar al inmueble y
concluyeron que la sentencia es arbitraria.-
Efectuaron la reserva del caso federal y solicitaron la
anulación de la sentencia recurrida y la absolución de sus defendidos.-
III.- Concedido el recurso (fs. 223/225 vta.) y arribados los
autos, se resolvió correr traslado a cada parte interviniente (fs. 236/vta.).
IV.- Los Dres. Perez y Barrandeguy mantuvieron
íntegramente el Recurso de Impugnación Extraordinaria deducido y
sostuvieron su pretensión de mejorarlo en la forma oral prevista en el art.
515 por remisión del art. 525, del CPPER.-
V.- Los letrados representantes de la parte querellante
particular, Rubén Alberto Pagliotto y Guillermo Roberto Mulet
evacuaron el traslado dispuesto a fs. 241/245.-
Afirmaron que el recurso de impugnación extraordinaria
deducido por los condenados a través de sus curiales, debió ser rechazado
in límine litis, pues más allá del esfuerzo defensivo desplegado y de la
amplitud garantizadora del Tribunal de Casación en su admisión, el
alzamiento no pasa de ser una mera y farragosa repetición -incluso con
idéntica redacción- de los argumentos enarbolados, tanto en el juicio
propiamente dicho como en el embate casatorio que le siguió. Se trata, en
el mejor de los supuestos, de una mera disconformidad con el acto
sentencial de condena y con su confirmatorio.-
Opinaron que las endebles argumentaciones esgrimidas
por la defensa en clave de agravios, no son ni constituyen propiamente
críticas razonadas ni razonables de los fallos en crisis que conmuevan su
solidez extrínseca e intrínseca, puesto que ambos resultan ser derivación
razonada y razonable del derecho vigente y ajustados a las circunstancias
probadas en la causa.-
Las construcciones sentenciales son lógicas, racionales,
prudentes y pasadas con riguroso criterio de objetividad, por el tamiz de la
sana crítica racional, de los que surgen la comprobación con certeza
apodíctica de la materialidad de los hechos y las consecuentes
responsabilidades penales de los tres condenados, como así también la
valoración e imposición ecuánime, proporcionada y razonable de las penas a
cada uno de ellos.-
En el caso del condenado Daniel Ochoteco, su pena es
más gravosa que la del resto de sus consortes de causa, en razón de sus
conocimientos especiales, que resignifican en mayor grado el desvalor de
sus acciones. Fue, quien en las sombras y valiéndose de su experticia como
abogado, elaboró las obscuras estrategias jurídicas con fines de concretar el
despojo, como quedó palmariamente demostrado. La más abyecta y
timadora fue la del juicio por incapacidad de doña Flor de María Destefanis,
madre de su cónyuge y abuela de sus hijos, sin olvidar las amenazas y
aprietes hechos a la Dra. Andrea Noguera, ex curadora de la denunciante.-
La defensa técnica carece al parecer de ciertos
conocimientos básicos y fundantes de derechos reales y, en particular, del
instituto de la posesión, aunque también del usufructo y se pretende
desconocer la posesión de los denunciantes. Lo cierto y concreto es que la
posesión del predio rústico no sólo la tuvieron, sino que la perdieron por el
actuar ilegal e ilegítimo de los condenados, lo que incluso dio pábulo a la
formulación de denuncias penales por parte de éstos.-
Remarcaron que se dispuso judicialmente la medida de
restitución el 04/08/2015, en los autos “DESTEFANIS FLOR DE MARÍA C/
BRASSESCO ALICIA MARÍA S/CAUTELAR GENERICA”. Los usurpadores
fueron expulsados y otorgó la posesión a Héctor F. Brassesco y a su madre,
Flor de María Destéfanis. A partir de allí nació una nueva posesión en favor
de la víctimas que se materializó en actos posesorios tales como la
colocación de nuevos candados y contratación de servicio adicional de
custodia del fundo a la Policía de Entre Ríos, actos de indiscutible valor
jurídico y probatorio a los fines de integrar el derecho de posesión.-
Precisaron que en el expediente de incapacidad de la
denunciante, su propia hija, Alicia María Brassesco junto a los Ochoteco
(padre e hijo), pretendieron erigirse en sus curadores y ante esta
imposibilidad y la resolución de la Dra. Andrea Noguera de defender los
legítimos intereses de su curada, comenzaron con su accionar violento,
iniciado con el envío de una carta documento, difamante pero sobre todo
amenazante, para luego concluir con la amenaza proferida a la letrada
curadora en el Juzgado Civil de Victoria, conjuntamente con permanentes
llamados telefónicos por parte del abogado Daniel Ochoteco, lo que llevó a
Noguera a renunciar a su cargo.-
Adicionaron a la saga de larvada violencia con fines de
despojo, las amenazas que sufriera el Dr. Oscar Firpo, que lo forzaron a
dejar caer la medida cautelar que posibilitó la expulsión de los condenados
del fundo usurpado y que aprovecharon, como parte de su designio
criminal, para reingresar de manera clandestina y violenta al
Establecimiento La Unión.-
Plantearon que si Flor de María Destéfanis y Héctor
Brassesco no tenían ningún derecho, los condenados deberían haber
solicitado la restitución judicial del inmueble y en vez de ello, eligieron el
camino del delito.-
Puntualizaron que tanto la ruptura como la sustitución de
los candados, quedó plenamente demostrada mediante el allanamiento que
se llevó a cabo en el establecimiento La Unión el día 22/11/2015, donde se
constató que Marcelo Daniel Ochoteco, o sea, que retornó y desobedeció la
manda judicial.-
Opinaron que no es relevante a los efectos de lo que aquí
se juzga, si los denunciantes, con posterioridad, ejercieron otras acciones
civiles; lo que quedó claro es que las víctimas no sólo tenían los derechos
reales sobre el inmueble, que constan en la escritura pública, no redargüida
de falsedad, sino que además, entre el 4 de agosto al 23 del mismo mes
inclusive, ejercieron actos posesorios del inmueble.-
La defensa pretende servirse con fines desincriminantes
del conflicto familiar existente, cuando los condenados son la viva razón de
su existencia.-
Se refirieron a los relatos del Oficial de Justicia Juan M.
Zampronio y del Dr. Oscar Firpo, acerca de la violencia e intimidación que
ejercieron los imputados durante el diligenciamiento de la medida judicial.-
Destacaron que debe computarse como medio comisivo
del delito, las cartas documentos enviadas a los doctores Firpo y Noguera,
con el carácter y el valor probatorio correctamente asignado en las distintas
sentencias y en el marco de violencia ejercida.-
No se puede pretender asegurar que la Sra. Destéfanis y
Héctor Brassesco se hayan retirado voluntariamente del inmueble que
habían recuperado; lo hicieron para evitar otras situaciones de violencia
como las que venían soportando desde hace años atrás y como la ocurrida
el 4 de agosto, que fue relatada por los testigos Zampronio y Firpo.-
Pusieron de relieve que se acreditó el mantenimiento en el
lugar por parte de los condenados mediante el allanamiento del 22-11-
2015. Allí consta que Marcelo Ochoteco se encontraba viviendo en el lugar y
que durante el desarrollo del acto, se hicieron presentes el Dr. Ochoteco y
la señora Alicia Brassesco, quienes abrieron los portones al personal policial,
lo que evidencia y prueba, que los imputados ingresaron y se mantuvieron
en el predio como si fueran los legítimos poseedores del bien, al punto que
tenían en su poder las llaves para el acceso al predio.-
Aseveraron que esos elementos de prueba obrantes en
autos autorizan a afirmar que el delito de usurpación se llevó a cabo
mediante despojo, porque los legítimos poseedores (Destefanis y Héctor F.
Brassesco) fueron desplazados y excluidos de la posesión mientras los
usurpadores estuvieron en condiciones de permanecer en la ocupación.-
Expusieron que el despojo se produjo por los medios
típicos de la ley penal, ya que hubo violencia verbal y amenazas. La falta de
denuncia de los testigos Zampronio y Firpo no afecta la credibilidad de sus
dichos y su coherencia, conjuntamente con los demás elementos de juicio.-
Alegaron que los tres condenados actuaron con
conocimiento y voluntad de realizar el tipo objetivo, despojando a sus
víctimas del uso y goce del inmueble. Coincidieron con lo afirmado en la
sentencia casatoria en cuanto a que tampoco reviste relevancia lo
argumentado por la defensa respecto a que en todo caso las vías de hecho
se llevaron a cabo antes del despojo, que no podrían integrar el tipo penal
porque a lo sumo se trataría de actos preparatorios no punibles, el art. 181
del C.P., no exige simultaneidad, sino que basta que entre el despojo y las
vías de hecho se demuestre una relación de causalidad.-
Plantearon que los argumentos enarbolados por la defensa
resultan insuficientes e inidóneos para poner en crisis los sólidos
argumentos del fallo condenatorio facturado por el Tribunal de Juicio,
habiendo quedado el hecho cabalmente acreditado. Consideraron que es
correcta y ajustada a derecho su calificación legal y la aplicación del art.
181, inciso 1) del C.P. -
En relación a la condena impuesta al Dr. Daniel A.
Ochoteco adhirieron a los conceptos y argumentos vertidos por el Dr. Tórtul
y por la Dra. Davite, ya que los mismos constituyen derivación razonada del
derecho vigente, en el marco de los artículos 40 y 41 del C.P.-
Peticionaron el rechazo del Recurso de Impugnación
Extraordinaria deducido por la defensa y la confirmación de la sentencia
facturada por la Excma. Cámara de Casación Penal .-
Analizaron las actitudes del Dr. Ochoteco al difamar al
Fiscal Gamal Taleb, quien en modo alguno es merecedor de tan
desagradable e injusto escarnio y opinaron que las expresiones espetadas
en el debate envilecen y desjerarquizan la profesión y, a la par, rompen el
clima dialogal y no personalizado que tiene el sistema adversarial, donde se
puja con argumentos y no desde el agravio.-
Solicitaron que este Tribunal se expida en forma concreta
sobre este episodio de paupérrima factura intelectual, prohijado a través de
un auténtico brulote que, por su rusticidad y orfandad jurídica, trasunta una
grosería y falta de recato, impropia de un letrado que, al carecer de
argumentos jurídicos y razones que justifiquen su desprecio por las normas,
echa manos a recursos de baja estofa.-
Interesaron la regulación de sus honorarios profesionales
y que abarquen toda la actuación en las distintas instancias procesales de la
causa, con mención de que los mismos, por el principio general y objetivo
de la derrota, deben ser a exclusivo cargo de los condenados (arts. 584 y
585 del CPPER) y que se tenga especialmente en cuenta su situación fiscal
de Responsables Inscriptos.-
VI.- El Sr. Fiscal Coordinador interino de la Jurisdicción de
Gualeguay, Dr. Jorge Gamal Taleb, contestó el traslado corrido a fs.
246/262.-
Efectuó una breve reseña del conflicto y la compleja
historia que precedió la investigación.-
Expuso que el remedio extraordinario es una mera
reedición de argumentos que fueron analizados y rechazados con buenas
razones en cada instancia y este irremediable error metodológico
demostrativo per se de la ausencia de una cuestión federal o constitucional
suficiente es reivindicado ex profeso por la defensa técnica.-
Los impugnantes se disconforman con la valoración de la
prueba o con el alcance asignado a distintos elementos cognoscitivos, que
juzgan no ponderados, sin lograr una argumentación no ya plausible sino
siquiera aceptable acerca del quebrantamiento de las reglas de la sana
crítica racional al meritar el acervo probatorio.-
Refutó las críticas basadas en la posesión de los inmuebles
y los datos que surgen de la escritura pública. Con respecto al medio
comisivo imputado (amenazas) dijo que la defensa durante toda la IPP trató
de minimizarlas, pero tras la declaración de Noguera y Hector Brassesco en
el juicio, el recurrente alude una genérica falta de veracidad, sin indicar los
quiebres discursivos que evidencien la mendacidad.-
La defensa omitió considerar de modo global el resto de
las circunstancias que refuerzan la fiabilidad de la deposición cargosa de
Noguera y esas circunstancias fácticas son una serie de evidencias en
cascada que explican y realzan la credibilidad de las amenazas a Noguera y
a Brassesco.-
Con respecto a la omisión de tratar los motivos del recurso
de casación explicó que no existe en el desarrollo expositivo ninguna
argumentación vinculada a este tema y entendió que corresponde declarar
desierto el agravio.-
Aclaró que el Tribunal de Casación consideró todos y cada
uno de los agravios del remedio casatorio. Analizó lo resuelto con relación al
non bis in idem, también se abordó el presunto quebrantamiento de las
reglas de la sana crítica racional y se llevó al máximo el esfuerzo revisor
posible, junto con el control del juicio de injusto de usurpación.-
Descartó que no se haya meritado prueba de descargo
dirimente y sostuvo que es asombrosa la conclusión a que arriba la defensa
al ponderar la escritura de donación con reserva de usufructo; es falaz que
la denunciante nunca haya tenido la posesión y por ende que no haya
sufrido despojo, porque existen otros elementos de prueba que acreditan
que los sujetos pasivos detentaron la posesión con posterioridad a la firma
de la escritura. Destefanis y Brassesco padre ejercieron en toda su
extensión posible el derecho real de usufructo y la posesión mediante actos
prototípicos tales como explotar económicamente el inmueble y concurrir en
forma diaria al mismo.-
El 4 de agosto de 2015 el Juez en lo Civil y Comercial
resolvió restituir el inmueble a Destefanis, quien había realizado actos
posesorios. La petición de la medida cautelar otorgada, el apoderamiento
del establecimiento, la colocación de nuevos candados y la contratación del
servicio de policía adicional tuvieron un único significado jurídico: Héctor
Brassesco hijo y Flor Destefanis recobraron la relación de poder sobre los
dos inmuebles e iniciaron una nueva posesión, desde el 4 de agosto de
2015.-
Con posterioridad, el 23 de agosto de 2015 no habiéndose
declarado aún la caducidad de la medida cautelar, los imputados despojaron
a los afectados de sus derechos reales y mediante amenazas se
mantuvieron en los inmuebles e inhibieron el ejercicio del derecho real de
usufructo de Destefanis y de dominio de Héctor Brassesco.-
Por lo tanto, no es verdad que los sujetos pasivos no
detentaron la posesión de las fracciones de campo usurpadas.-
Agregó que el hecho de que no se le dio el valor convictivo
que los impugnantes pretenden a la cláusula de la escritura, no significa que
esa prueba no haya sido valorada, sino que se la interpretó en el contexto
del resto del caudal probatorio.-
Puntualizó que el informe actuarial de la Secretaria del
Juzgado Civil no tiene relevancia acerca del delito cometido y lo único que
consta allí es que la medida cautelar no estaba ya vigente, pero es absurdo
pretender que ese informe sea una carta blanca extendida por una
Secretaria civil para que los autores amenacen a los damnificados e impidan
su ingreso al inmueble, modificando así las reglas del Código Civil en
materia de derecho real.-
La caducidad de la medida cautelar de desahucio fue
decretada por el Juez civil a medidos de octubre de 2015, con lo cual el
reingreso al inmueble a partir del 23 de agosto de 2015 se produjo estando
vigente la orden de desalojo, lo cual agrava la magnitud del injusto e
intensifica la culpabilidad.-
Opinó que la exégesis del testimonio de Destefanis que
propone la defensa –como elemento desincriminador- carece de asidero,
porque es quien denunció y ratificó la denuncia.-
El recurrente desvirtúa el contenido de la hipótesis
acusatoria intimada ya que nunca se atribuyó que a partir del 23 de agosto
de 2015 se amenazó en forma directa a Destefanis, sino que quien fue
intimidada y coaccionada fue su curadora, la Dra. Noguera. Por ende, es
irrefutable que el testimonio de Destefanis es un vital elemento cargoso,
compatible con el resto de las probanzas.-
Refutó el agravio basado en el quebrantamiento de la sana
crítica al ponderar la evidencia y precisó que la defensa menciona una serie
de circunstancias y datos probatorios que carecen de toda fuerza para
enervar la evidencia importante.-
Consideró inexacto que sea neutro tener por acreditada la
posesión de Héctor Brassesco en función de que la usurpación presupone el
despojo de un derecho real y se discutió si los afectados tuvieron o no la
posesión de los terrenos.-
Recordó que en la hipótesis acusatoria se describió a las
amenazas (proferidas a Noguera y a Héctor Brassesco) como la forma de
inhibir el acceso de las víctimas a los establecimientos rurales y mantenerse
en la posesión de ellos; la rotura de candados se produjo como medio para
ingresar al campo, se comprobó que el 23 de agosto ya no estaban esos
candados. Por lo tanto, es razonable deducir que si se pusieron otros, los
imputados debieron retirar los viejos con uso de fuerza porque no tenían las
llaves.-
Aclaró que el recurrente tergiversa el sentido de las
declaraciones de Zampronio y Firpo, pues sus relatos fueron meritados
como demostradores indicativos de un contexto de violencia del cual se
infiere la falta total de escrúpulos de los coautores para lograr su objetivo
de mantenerse en el inmueble sin importar cómo.-
Estimó que los encausados nunca negaron haber estado
en posesión del inmueble desde el 23 de agosto de 2015 en adelante y la
prueba irrefutable de ello es el resultado del allanamiento realizado en
noviembre del mismo año, donde se encontró a Marcelo Ochoteco viviendo
en la casa y al ganado de Alicia Brassesco dentro del predio, por lo que es
asombroso que la defensa se agravie de ello.-
Con respecto al medio comisivo, dijo que la defensa
técnica no desarrolló un agravio específico en torno a las amenazas dirigidas
en contra de Andrea Noguera y de Héctor Francisco Brassesco.-
Opinó que se tergiversan los hechos de forma
autocontradictoria. Con posterioridad al 23 de agosto, luego de que los
coautores recobraron ilegítimamente la posesión del inmueble,la Dra.
Noguera fue coaccionada para evitar que concurra al establecimiento y
ejerza la administración, ceje en sus reclamos judiciales y renuncie al
cargo.-
Adujo que el testimonio de Noguera es elocuente y lo
relacionó con las restantes pruebas que demuestran que las amenazas
ocurrieron cuando aún la Dra. Noguera era curadora. El agravio es
contradictorio con la postura relativa a que las amenazas sucedieron antes
del reingreso al inmueble y a la vez que fue amedrentada cuando ya no era
curadora, siendo su apartamiento posterior al 9 de septiembre de 2015.-
Concluyó que la Cámara de Casación cumplió
acabadamente su rol institucional en materia de doble conforme y
reexaminó de modo integral el conjunto de la evidencia incorporada; evaluó
el material probatorio, haciéndose cargo de cada agravio expresado en el
recurso de casación y los refutó mediante una argumentación que goza de
aseveribilidad justificada.-
Subrayó que el fallo no ha sido conmovido por la
impugnación extraordinaria, en tanto la defensa ha continuado su disputa
con el Tribunal de grado, limitándose la presente crítica a una breve
anotación, carente de virtualidad para conmover la solidez de dos
decisiones judiciales que llevan consigo un alto grado de racionalidad y de
justicia.-
Solicitó el rechazo del recurso.-
VI.- Reseñados como antecede los agravios motivantes de
la impugnación extraordinaria articulada y las posturas de las partes,
corresponde examinar de la pretensión impugnativa deducida a la luz de lo
normado en el Acuerdo General N° 17/2014, el cual dispone que las
resoluciones y sentencias de la Cámara de Casación Penal pueden ser
atacadas mediante el mencionado recurso, que procederá en los mismos
supuestos en que corresponde la interposición del recurso extraordinario
federal y que el mismo debe ser resuelto por esta Sala N° 1 en lo Penal del
Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos.-
Dicho Acuerdo, por lo demás, fue ratificado y convalidado
con la sanción de la Ley Nº 10.317, que agregó como causal de procedencia
los casos en que la sentencia de la Cámara de Casación Penal resulte
contradictoria con la doctrina sentada en fallo anterior del mismo tribunal o
del Tribunal Superior de Justicia sobre la misma cuestión y, a tal fin, es
menester analizar la impugnación deducida por los defensores técnicos de
los acusados.-
VII.- Ingresando al análisis de la impugnación
extraordinaria deducida bajo los parámetros mencionados, cabe analizar en
primer lugar la denuncia de afectación del principio del non bis in idem.-
A pesar de los defectos y omisiones que alega la defensa
con relación a este tema, lo cierto se advierte de la lectura de la sentencia
en crisis que el Tribunal de Casación evaluó y respondió el agravio que es
simplemente reeditado en esta instancia.-
En efecto, la vocal que comandó el acuerdo de casación,
confirmó lo resuelto por el Tribunal de Juicio y Apelaciones de Gualeguay y
explicó que el archivo dispuesto en fecha 7 de julio de 2016 por el Agente
Fiscal Dr. Guaita es una decisión de política criminal del órgano acusador
que no impide la reapertura de la investigación si la situación varía y se
logran colectar nuevos elementos de prueba como ocurrió en este caso, en
el cual aparecieron nuevas pruebas acerca de las circunstancias en las que
se perpetró el ilícito, que posibilitaron reconstruir que el despojo se
configuró mediante amenazas y que los denunciados se mantuvieron
ilegítimamente en el inmueble mediante la ultilización de intimidaciones
dirigidas a la Dra. Noguera.-
Además, en la nueva denuncia se adicionó a la acusación
un segundo hecho ilícito que se endilgó a los acusados: el despojo y
permanencia en el predio de propiedad de Héctor Brassesco.-
Surge evidente de las constancias del caso y de las
normas procesales que rigen la cuestión que el planteo referente a la
vulneración de la prohibición de doble persecución penal no puede ser
receptado y cabe confirmar lo resuelto por los tribunales intervinientes.-
Ello es así porque el artículo 210 del C.P.P.E.R. establece
que el archivo de un legajo es una resolución jurisdiccional provisional que
no causa estado y "...no obsta la reapertura de la investigación si la
situación varía...".-
Precisamente y de conformidad a lo prescripto en la citada
norma ritual en este caso se reabrió la investigación una vez que se
lograron reunir algunas pruebas fundamentales para sustentar la acusación
en contra de los encausados.-
Julio B.J. Maier al hablar de los límites que rigen para la
aplicación del principio del ne bis in idem, explica que hay decisiones que
por su clase o contenido, excluyen el efecto negativo de la garantía, a pesar
de que existe una persecución penal, a la que ellas, de alguna manera, le
ponen fin. Esas resoluciones "...no inhiben una nueva persecución,
materialmente idéntica, no bien se corrijan los defectos u obstáculos que
impedían la primera.." y menciona a aquellas que solo cierran formalmente
la persecución penal "...por advertir que no existen elementos de prueba
suficientes para acusar y requerir así el enjuiciamiento del imputado ...."
(Maier, Julio B.J., Derecho Procesal Penal. Tomo I. Fundamentos, Ed. Ad
Hoc, año 2016, pág 586/589) y esta situación es la que regula el artículo
210 del código de rito provincial, en su segundo párrafo, al aclarar
expresamente que el archivo no obsta la reapertura de la investigación.-
En conclusión, comparto lo resuelto en orden a que la
decisión fiscal de disponer el archivo no impide la nueva persecución penal
por los mismos hechos, a diferencia del cierre definitivo que implica la
desestimación de una denuncia, cuando el fiscal estime que el hecho
anoticiado no constituye delito ( cfme.: artículo 210, primer párrafo,
CPPER).-
El non bis in idem rige "...salvo en los casos de reapertura
de la investigación...La circunstancia es excepcional y solamente procedería
cuando se modificara la situación probatoria existente, es decir que nuevas
pruebas acreditaran que la causal por la cual se dictó aconsejan dejarla sin
efecto y continuar con la investigación..." (Jauchen, Eduardo, "Proceso
Penal. Sistema Acusatorio Adversarial", Ed. Rubinzal Culzoni, año 2020,
pág. 215).-
Consecuentemente, propicio el rechazo del agravio
articulado por los Dres. Perez y Barrandeguy en el memorial recursivo, toda
vez que no se constató el aludido compromiso a la prohibición de múltiple
persecución penal.-
VIII.- Despejado el cuestionamiento constitucional, la
vocal que comandó el acuerdo casatorio, analizó las quejas de la defensa
referidas al dudoso valor convictivo de las pruebas acopiadas y la atipicidad
de la conducta atribuida a sus pupilos.-
Surge de los argumentos en que se sustenta el fallo en
crisis, que los jueces de casación inspeccionaron el iter lógico que siguieron
los miembros del Tribunal de Juicio y Apelaciones de Gualeguay y
convalidaron la condena dictada, por considerar que la misma era una
derivación lógica y razonada de las constancias probatorias colectadas
durante la investigación.-
Así, la escritura pública de fecha 17 de septiembre de
1999, acredita un extremo de esencial relevancia: que Héctor Lorenzo
Brassesco donó en favor de sus hijos – Alicia y Héctor Brassesco- la nuda
propiedad del establecimiento "La Unión" y dispuso la "reserva de
usufructo" en favor de su esposa, Flor de María Destefanis, lo que lleva a
descartar rotundamente el agravio defensivo basado en la omisión de
valoración de esa prueba.-
Sentado ello, el Tribunal revisor examinó y descartó el
agravio referido a que Destefanis y Héctor Brassesco no tuvieron la
posesión del inmueble y por ende, no pueden ser sujetos pasivos del delito
de usurpación.-
Acerca de este extremo, se explicó en el fallo en crisis que
la denunciante -Destefanis- fue puesta en posesión del campo "La Unión" en
fecha 4 de agosto de 2015, como consecuencia de una medida cautelar
dictada en el marco del expediente caratulado "Destefanis, Flor de María
c/Brassesco, Alicia María S/ Cautelar Genérica"- tramitado por ante el
Juzgado Civil y Comercial de la ciudad de Victoria, tal cual consta en el acta
labrada al diligenciarse el Mandamiento de restitución (n° 1131) y efectuó
concretos actos posesorios en el lugar, tal como la colocación de
medidas de seguridad (candados) para impedir el acceso al mismo.-
También se acreditó que Héctor Brassesco jugó un
rol activo de propietario del lugar y ejerció la posesión del inmueble
al organizar y abonar el servicio de vigilancia en el campo "La
Unión".-
La ponderación conjunta e integral de las pruebas
mencionadas acreditan suficientemente que los damnificados no solo eran
titulares de derechos reales sobre el predio objeto de la controversia
-Destefanis del derecho de usufructo y Héctor Brassesco tenía la nuda
propiedad, junto a su hermana Alicia Brassesco- sino que además ejercieron
inequívocos actos posesorios sobre el mismo que los hacen acreedores de la
tutela penal del artículo 181 del Código Penal.-
Cabe recordar sobre este tópico que las acciones que
describe la figura penal imputada a los acusados deben recaer sobre la
posesión, tenencia o derecho real constituído sobre un inmueble. En el
presente caso, como bien resolvieron los sentenciantes, surge de la prueba
que las víctimas tuvieron voluntad de tener la cosa bajo su poder, con
intención de someterla a los derechos reales de los que eran titulares y
efectivamente ejercieron tales prerrogativas desde el 4 de agosto de 2015 y
hasta el 23 de agosto de 2015.-
Por lo tanto, este aspecto de la acusación dirigida en
contra de Alicia María Brassesco, Marcelo Daniel y Daniel Alfonso Ochoteco,
se encuentra suficientemente acreditado con las probanzas incorporadas al
presente legajo, que fueron correctamente ponderadas y dimensionadas en
la sentencia de casación y en la dictada por el Tribunal de Juicio y
Apelaciones de Gualeguay, por lo que deben desecharse las quejas que la
defensa reitera en esta instancia extraordinaria.-
En el memorial recursivo, los letrados defensores vuelven
a argumentar la inexistencia de prueba acerca de que los candados que
habían colocado en Destefanis y Héctor Brassesco fueron removidos por los
imputados. Este agravio fue abordado por el Tribunal de Casación al
confirmar la sentencia de mérito.-
Al descartar el planteo, se aclaró en el fallo en crisis que
los acusados ingresaron al predio el 23 de agosto de 2015, forzaron y
rompieron los candados que Destefanis y Héctor Brassesco colocaron en los
puntos de ingreso el 4 de agosto de 2015 -luego del procedimiento de
restitución del inmueble- y ocuparon ilegítimamente el predio, contrariando
lo resuelto en el expediente que estaba tramitando en el Juzgado Civil y
Comercial de la ciudad de Victoria.-
Estos extremos de la imputación fueron corroborados con
los datos que surgen del acta de procedimiento del 28 de agosto de 2015 y
del acta de allanamiento realizado en el inmueble en fecha 22 de noviembre
2015, oportunidad en la que se constató que Marcelo Daniel Ochoteco vivía
en ese lugar y Daniel Alfonso Ochoteco y Alicia Brassesco tenían las llaves
para acceder al inmueble.-
Surge evidente que los imputados para poder ingresar al
inmueble, forzaron los candados que impedían el libre ingreso al predio y
que Héctor Brassesco y Flor Destefanis colocaron en el acceso al campo,
luego de la restitución ordenada por el Juez Civil el 4 de agosto de 2015.-
Por otra parte, las diligencias mencionadas también
prueban otro tramo crucial de la acusación y del tipo penal del artículo 181
de la ley sustantiva, esto es, la permanencia de los imputados en el
establecimiento La Unión, desde el 23 de agosto y hasta el 22 de noviembre
de 2015, pese a que por orden judicial se había reintegrado la posesión a
los damnificados.-
Luego de ello, la Cámara de Casación examinó la
calificación legal de la conducta endilgada a los acusados y revisó el
razonamiento seguido por los jueces de grado, convalidando lo resuelto en
la sentencia condenatoria, en orden a que la usurpación se produjo
mediante despojo y por los medios típicos que señala taxativamente la ley
penal.-
Es preciso recordar sobre este tema que “el sólo despojo
no alcanza (…) para tipificar el delito de usurpación. Debe venir unido a
ciertos medios que la propia ley ha especificado. De modo que es típico el
despojo logrado mediante violencia, engaño, abuso de confianza y
clandestinidad”... “el despojo no es punible por sí, sino sólo si se logra a
través de alguno de los medios descriptos por la ley” (cftr.: Donna, E. A.;
“Tratado de Derecho Penal – Parte Especial”, Tomo II-B, pág. 735, Ed.
Rubinzal-Culzoni, 2003).-
A su vez, Fontán Balestra, señala: “Los medios que la ley
menciona para ejecutar la acción son la violencia, las amenazas, el engaño,
el abuso de confianza y la clandestinidad (…) Los medios enunciados han de
haber sido empleados para consumar el despojo” (cftr.: Fontán Balestra, C.;
"Tratado de Derecho Penal", Tomo VI, p. 236, Ed. Abeledo-Perrot, Bs. As.,
1991).-
También destaca la doctrina que, para que el despojo
constituya usurpación, debe realizarse por alguno de los medios comisivos
establecidos por la propia ley (cfme.: Soler, S.; "Derecho Penal Argentino",
1970, T. IV, p. 454; Buompadre, "Derecho Penal. Parte Especial", T.2, p.
259, 2000; Estrella-Godoy Lemos, "Código Penal", Tomo 2, p. 629, 1996),
porque la enunciación de medios efectuada en el art. 181 del Cód. Penal es
de carácter taxativo, en consecuencia, el resultado que no se materializa a
través de alguna de las modalidades previstas por la norma deviene atípico,
por ausencia de tipicidad objetiva.-
En el caso sometido a decisión, se constata que los
judicantes aplicaron la ley sustantiva basándose en una integral, lógica y
completa ponderación del material probatorio obrante en la causa que
resulta suficiente y pertinente para justificar la configuración del delito de
usurpación.-
En este sentido, es correcta la evaluación que se efectúa
en los fallos dictados, del conflicto familiar subyacente detrás de esta
investigación penal, el enfrentamiento de la imputada Alicia Brassesco, su
hijo y su ex- cónyuge con su madre y su hermano. Esta disputa, de acuerdo
a lo que se pudo reconstruir durante el trámite procesal, gira en torno a la
ocupación y explotación del Establecimiento La Unión.-
Así, se efectúa un pormenorizado análisis de los hechos
violentos en el seno de la familia Brassesco que culminaron con la
usurpación aquí juzgada y que si bien son previos, tienen un nexo
inescindible con el despojo perpetrado.-
En relación a este puntual extremo, es correcta y atinada
la valoración del ambiente hostil y violento en el que se diligenció la medida
cautelar de restitución de la posesión a los damnificados (el 4 de agosto de
2015), lo que surge de los contundentes relatos de Juan Manuel Zampronio
y del Dr. Oscar Firpo, quienes dieron cuenta de la violencia verbal y gestual
de los imputados en esa ocasión.-
A ello deben adicionarse otros elementos que demuestran
el progresivo agravamiento de la disputa familiar y de la actitud violenta y
amedrentadora adoptada por los incursos para lograr su ilícito propósito.-
Comparto la dimensión que adquiere en el descripto
contexto familiar, el inicio de un trámite judicial dirigido a restringir la
capacidad de la Sra. Destefanis, el asedio, intimidación y persecución hacia
quien resultó nombrada como su curadora -la Dra. Andrea Noguera- y el
hostigamiento, amedrentamiento y que también padeció el Dr. Firpo.-
Surge evidente que frente al fracaso de las vías de hecho
intentadas, los imputados decidieron ingresar ilegítimamente al predio y
excluir a los denunciantes del goce de sus derechos reales sobre el
establecimiento La Unión y para ello no dudaron en utilizar amenazas y
someter a los damnificados y a quienes pretendieron velar por sus
intereses - Dr. Firpo y Dra. Noguera- a un denodado hostigamiento y
amedrentamiento, mediante virulentas cartas documentos, constantes
llamados telefónicos, hasta llegar a las concretas amenazas proferidas a
Andrea Noguera.-
En definitiva, en los fallos cuestionados, se argumentó y
se acreditó con la certeza necesaria que las amenazas proferidas por los
encausados son relevantes penalmente y constituyeron el medio típico para
perpetrar el delito de usurpación, descripto en el tipo del artículo 181 de la
ley sustantiva.-
Lo expuesto demuestra que es inaudible la pretendida
atipicidad de las conductas enrostradas a los acusados que pregonan sus
defensores técnicos, y las genéricas e incomprobables denuncias de
supuestas deficiencias en la imputación de los hechos juzgados. -
Esos infundados planteos son reiterados en esta instancia
extraordinaria, pero los recurrentes omiten rebatir los concretos motivos en
que los sentenciantes fundaron la aplicación de la figura de usurpación y sin
adicionar cuestiones diferentes o novedosas que puedan llevar a resolverlo
de otra manera.-
Finalmente, en sintonía con lo resuelto por la casación,
estimo que es equivocada la descontextualización que realiza la defensa del
testimonio de Flor de María Destefanis. En efecto, no surge de sus dichos
que se haya retirado "voluntariamente" del predio, sino que como bien
evaluaron los sentenciantes la denunciante y su hijo se retiraron del lugar
ante el miedo y desazón que las conductas de sus propios familiares les
provocaron.-
Por lo tanto, la interpretación que realiza la defensa de sus
dichos es insostenible, no desvirtúa la condena de los imputados que fue
construída en base a sólidos elementos y controlada y revisada de manera
exhaustiva por el Tribunal de Casación.-
IX.- De todo lo expuesto emerge indubitable que la
impugnación extraordinaria articulada por la defensa de los imputados no exhibe
más que una mera disconformidad con el criterio seguido para valorar la prueba
por el Tribunal de mérito y aplicar la ley sustantiva, convalidada por el Tribunal de
revisión, omitiendo los recurrentes formular una concreta y fundada crítica de
todos y cada uno de los específicos argumentos fundantes de la sentencia de
casación que se pretende atacar.-
La pieza sentencial puesta en crisis, exhibe íntegra y razonable
fundamentación, no evidencia ninguno de los vicios atribuidos por la parte
impugnante y satisface cabalmente la impronta indicada por la Corte Suprema de
Justicia de la Nación con la doctrina del fallo CASAL (CSJN, 20/9/05, Causa N°
1681) y toda su construcción jurisprudencial posterior, determinante del alcance
que debe darse al examen casatorio, haciendo efectiva y plena aplicación práctica
de la doctrina del "máximo rendimiento revisor" del recurso de casación,
brindando puntal respuesta de todos y cada uno de los argumentos de la
defensa.-
Por lo tanto, el recurso intentado, de acuerdo a los
fundamentos en que se sostiene, no encuadra en ninguno de los supuestos
de procedencia contenidos en el art. 14 de la ley 48 y tampoco en algunas
de las causales creadas en forma pretoriana por la Corte Suprema de
Justicia de la Nación, en función de la remisión que se formula en el art.
521, inc. 1, del C.P. P. E.R. a los fines de evaluar la admisibilidad de la vía
extraordinaria escogida, ya que el pronunciamiento dictado se enmarca en
la aplicación de normas de derecho común.-
La sola circunstancia que la decisión contenida en el fallo
cuestionado no se encuentre acorde con las posiciones doctrinarias o
jurisprudenciales seleccionadas por la parte impugnante para fundar sus
agravios no resulta suficiente, toda vez que este recurso extraordinario no
tiene por objeto corregir -como si fuera otra instancia ordinaria- las
sentencias equivocadas o que se reputen tales por los impugnantes, sino
que está prevista para salvaguardar el adecuado respeto de las garantías
constitucionales de los justiciables y asegurar sobre todo que las decisiones
jurisdiccionales estén suficientemente fundadas y sean una derivación
razonada del derecho vigente, debiendo siempre basarse en las constancias
legítimamente agregadas al proceso, surgiendo de la lectura de la sentencia
en examen que así se procedió.-
IX.- Por consiguiente, no puedo más que concluir que la
impugnación extraordinaria deducida contra la sentencia dictada por la
Cámara de Casación de Paraná no puede prosperar y debe ser rechazada,
confirmándose, en consecuencia, el pronunciamiento atacado. -
Así voto.-
A la misma cuestión propuesta los señores Vocales, Dres.
CARUBIA y GIORGIO, manifestaron su adhesión al voto de la Dra.
MIZAWAK.-
A LA SEGUNDA CUESTIÓN PROPUESTA, LA SEÑORA
VOCAL DRA. MIZAWAK, DIJO:
Las costas de esta etapa impugnativa deben declararse a
cargo de los imputados -arts. 583 sstes y cdtes. del C.P.P Ley 9754 mod.
por Ley 10.317-.-
Asimismo, corresponde regular los honorarios de los Dres.
Pagliotto y Mulet en la suma de pesos veintisiete mil trescientos ($27.300)
para cada uno, por la actuación que les cupo en esta Alzada.
No cabe regular los honorarios de los Dres. Perez y
Barrandeguy, en razón de no haberlos peticionado expresamente (art. 97,
inc. 1º, Dec.-Ley Nº 7046/82, ratif. por Ley Nº 7503).-
Así voto.-
A la misma cuestión los señores Vocales, Dres. CARUBIA
y GIORGIO, manifestaron su adhesión al voto de la Dra. MIZAWAK.-
Con lo cual se dio por terminado el acto, quedando
acordada la siguiente:
SENTENCIA:
PARANA, 23 de septiembre de 2020.-

Y VISTOS:
Por los fundamentos del acuerdo que antecede;

SE RESUELVE:
1º) NO HACER LUGAR a la impugnación
extraordinaria incoada a fs. 211/220 vta. por los Dres. JOSÉ CANDELARIO
PÉREZ y RAÚL ENRIQUE BARRANDEGUY, en representación de ALICIA
MARÍA BRASSESCO, MARCELO DANIEL OCHOTECO y DANIEL ALFONSO
OCHOTECO, contra la Sentencia de fs. 195/209 vta. dictada por la Sala Nº I
de la Cámara de Casación Penal, la que, en consecuencia, se confirma.-
2º) ESTABLECER las costas a cargo de los imputados
-art. 583 sstes. y cdtes. CPP-.-
3º) NO REGULAR los honorarios de los Dres. José
Candelario Perez y Raúl Enrique Barrandeguy por no haberlos peticionado
expresamente -art.97 inc. 1º del Decreto Ley Nº 7046/82, ratificado por Ley
Nº 7503-. REGULAR los honorarios de los Dres. Rubén Pagliotto y Mulet en
la suma de pesos veintisiete mil trescientos ($27.300) para cada uno, por la
actuación que les cupo en esta Alzada -art.97 inc. 1º del Decreto Ley Nº
7046/82, ratificado por Ley Nº 7503, sstes y cdtes.-
Protocolícese, registrese y en estado, bajen.-

Dejo constancia que la sentencia que antecede, ha sido dictada el día 23


de septiembre de 2020 en los autos BRASSESCO, Alicia María-
OCHOTECO, Marcelo Daniel-OCHOTECO, Daniel Alfonso s-Usurpación
por Despojo Reiterada S/ IMPUGNACION EXTRAORDINARIA, 4935,
por los miembros de la Sala N°1 en lo Penal del Superior Tribunal de
Justicia de Entre Ríos, integrado al efecto por el señor Presidente, Dr.
Miguel Angel Giorgio, la Señora Vocal, Dra. Claudia Mónica Mizawak y el
señor Vocal, Dr. Daniel Omar Carubia, quienes suscribieron la misma
mediante firma electrónica, conforme -Resolución Nº 28/20 del 12/04/2020,
Anexo IV-, asimismo se protocolizó y se notificó a las partes
electrónicamente.
Secretaría, 23 de septiembre de 2020.-

Noelia V. Rios
Secretaria

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