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Beneficios de buscar ayuda psicológica: Sócrates decía que el mayor reto que tiene el ser

humano es conocerse a sí mismo. El primero es hacerse protagonista de su propia vida, de las


propias decisiones, buscar el bienestar, pero también ir en búsqueda de hacer más claro el
sentido de su vida. Lo otro es empatizar, poder leer las emociones, tanto las propias como las
de las otras personas, mejorar las relaciones, perdonar su historia y la de quienes lo han
rodeado. Hacer cambios, ese es un beneficio enorme. Ser mejor en los diferentes roles que
asume, poderlo disfrutar de una manera más tranquila y eficiente.
Relación psicólogo – paciente: El concepto de terapeuta, de psicólogo clínico, se distancia
mucho del modelo médico. Nosotros no somos médicos, somos personas que acompañamos en
el proceso de la vida, en ciertas etapas, a personas que tienen cuestionamientos de línea
psicoemocional y de línea existencial. El rol del psicólogo es muy bonito, porque ayuda a la
persona a que esclarezca, que pueda tomar decisiones y vaya en búsqueda su propio bienestar.
El protagonista siempre será el paciente, es quien debe empoderarse de las respuestas que tiene
que dar y los cambios que tiene que hacer. 13
Tiempo que se debe ir a terapia: Es muy relativo, hay personas que con unas cuatro sesiones
ya obtienen respuesta y se gestionan muy rápido, pero hay otras que el hecho de ir
progresivamente, tal vez por ocho o seis meses, les puede ayudar. Depende del caso, de la
dinámica que se haya establecido en la terapia. Es muy relativo a la problemática y al nivel de
compromiso que tenga el paciente con su propio tratamiento psicoterapéutico.
Tipos de terapia se manejan: Terapia individual, terapia de familia, terapia de consulta
infantil. Existen enfoques de amplio impacto, como el enfoque Humanista-Existencial o un
psicólogo de línea Gestalt, línea conductual pura, o cognitivo-conductual, y algunas que son
discutidas en esferas en cuanto a su sustento teórico e investigativo e impacto, como las
técnicas transpersonales “constelaciones” y el coaching. En estas dos últimas hay que estar
alerta, así como con tratamientos alternativos y metafísicos, que pueden confundirse con
psicología formal, donde la persona, en su necesidad de alivio psicoemocional, asiste y puede
caer en manos de no profesionales, con una formación académica muy pobre.
Remisión a psicología: La persona puede hacer una solicitud personal para tener una cita
individual, de pareja o de familia, pero también puede ser remitido por una entidad educativa,
para tratar alguno de sus estudiantes o a la familia de este, o una empresa para alguno de sus
empleados.
Bloqueos que tienen las personas para no acudir al psicólogo: El área económica se vuelve
un obstáculo en países como el nuestro, lo que dificulta acudir al psicólogo a particulares. Los
honorarios son elevados para el costo de vida. Algunos acceden a servicios de psicólogos del
POS o pre pagadas en Colombia. Por otra parte, existe la creencia de que es 14
inútil y mejor se consulta a un amigo o un familiar. Siempre se relaciona como si la persona
estuviera enferma o con un trastorno, y a veces es por las preguntas que tiene la persona sobre
su propia existencia, los cambios que están pasando en su vida o la transición, que acuden al
psicólogo. La persona no se puede sentir presionada, debe ser constante, tener adhesión al
tratamiento, porque al ser un proceso, es indispensable la permanencia y la periodicidad. Es
frecuente la renuncia rápida cuando el paciente ve que tiene que asumir costos, tiempo,
disciplina y, sobre todo, hacer cambios.
Ir al psicólogo un tabú: Tristemente, la salud mental no es una prioridad, cuando duele una
muela, asistimos muy rápido al odontólogo, pero cuando nos está doliendo el alma, estamos
confundidos, nos sentimos mal en nuestra vida emocional, o tenemos que asumir cambios en
nuestras relaciones que no están bien, no asistimos a psicología. Ahora, ir al psicólogo significa
asumir comentarios, críticas, que la persona debería pasar por alto, porque prima su bienestar
en el área emocional. Lo otro es porque está relacionado con trastornos. Ir al psicólogo es estar
loco, ese rótulo insinúa que tener que ir a un psicólogo hace que la persona se avergüence y no
lo haga. Hoy la gente ya no se está ausentando de las oficinas por gripe, lo hace por depresión,
crisis emocionales o situaciones conflictivas de familia. Desde la OMS se informa que todos los
problemas psicoemocionales están aumentando exponencialmente sus tasas en los últimos 20
años, pero también son la búsqueda del bienestar para ir al psicólogo.
Panorama en Colombia: En otros países, como Estados Unidos, es una necesidad, las
personas se refieren a su psicólogo como “este es mi terapeuta y voy a donde mi psicólogo”,
porque hay una conciencia de que la vida emocional y el bienestar psicológico son clave para
que la persona esté bien, para que la sociedad esté bien. En Colombia todavía está un poco mal
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interpretado asistir al psicólogo, han hecho ver como terrorífico, hay mucha ignorancia en torno
al hecho mismo de acercarse a una consulta. En las ciudades desarrolladas, donde la tasa de
suicidio está aumentando, la persona entra en una conciencia de que la búsqueda de un
psicólogo se hace por el bienestar y la búsqueda interior que se debe hacer.
Razones recurrentes por las que las personas van a terapia: En los últimos veinte años ha
aumentado la depresión. En segundo término, están las consultas de línea relacional, porque
están cerrando una relación de pareja o porque están en un divorcio. Las otras son consultas
de línea personal, por querer hacer cambios con su propia vida. La última es de línea familiar,
que se dan cuando hay malas relaciones en el interior de la familia.

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