José A.
Martínez (1994): LA ORACIÓN COMPUESTA Y COMPLEJA
Arco Libros, S.L. Madrid, 1996 LA ORACIÓN COMPUESTA
CAPÍTULO II
LA ORACIÓN COMPUESTA
La oración compuesta se forma por la reunión o integración (mediante
coordinadores o la simple pausa de la yuxtaposición) de varias oraciones,
de manera análoga a como varios sustantivos, o adjetivos, o adverbios,
pueden agruparse entre sí para dar lugar a un grupo sintagmático de
categoría sustantiva, o adjetiva, o adverbial, respectivamente, sin que entre
ellos medie subordinación (§ 1.4.1.1).
Es indiferente que las oraciones que constituyen una oración compuesta
sean independientes o estén transpuestas: lo único que importa es que esas
oraciones sean de la misma categoría, y que, si están transpuestas, sean de
la misma categoría y desempeñen una misma función: ven, entra,
espérame [independientes], te digo que vengas, entres y que me esperes
[sustantivadas, CD], vimos niños que lloraban, se peleaban, a quienes
nadie atendía [adjetivadas, adyacente nominal], me iré cuando quiera o
una vez lo haya hecho [adverbiales, CC]; y. tal como se observa, cada una
de ellas puede, según los casos, estar transpuesta por separado o
capacitadas todas por un transpositor común.
2.1. ORACIONES COMPUESTAS POR YUXTAPOSICIÓN
La forma más simple de agrupar oraciones es la «yuxtaposición», o sea,
la enumeración una tras otra de oraciones separadas por pausas y
unificadas en oración compuesta principalmente por la entonación: llegué,
vi, vencí; ¿vienes, te quedas?; Pedro no vino, Carlos sí; no lee libros:
hojea revistas; pienso: existo; ya es tarde: levántate.
La tradición vacila en considerar las yuxtapuestas (o compuestas por
yuxtaposición) como coordinadas o como subordinadas, según que la
ausencia original de conjunción («asíndeton») pueda permitir la
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introducción, sin variar la significación relacional, bien de una conjunción
coordinativa bien de una subordinativa. En realidad. estas oraciones nunca
implican subordinación, aunque en ellas se expresen significaciones
relacionales comunes a la oración compleja; efectivamente, oraciones
como pregúnteme: contestaré o pregúnteme y contestaré están formadas
mediante yuxtaposición o coordinación, al margen de que la relación entre
ellas pueda tener el mismo sentido que una compleja condicional o
temporal (si me preguntas, te contesto; cuando me preguntes, te contesto);
pues lo mismo sucede en: cállate o te castigo; deja vivir y serás feliz;
piensa mal y acertarás [de sentido «condicional»], no son sinceros y te
engañan [de significación «consecutiva» o «causal»], eres muy listo y no
me engañas [de significado «concesivo»].
Por la misma razón no hay «conjunciones distributivas» en casos como,
por ej.: unos reían, otros lloraban; a éste se lo quita, a aquél se lo da;
aquí me lo ofrecen, allí me lo deniegan; a ratos escribo, a ratos leo; por
un lado quiero, por el otro no, etc.; en ellas intervienen parejas de
unidades correlativas (y con posiciones simétricas) que semánticamente
«distribuyen» temporal, espacial o nocionalmente lo dicho en cada oración
(estableciendo, por tanto, una relación muy estrecha entre ellas,
emparejándolas). De todos modos, lo cierto es que sigue habiendo
yuxtaposición, hasta que la inserción, de un coordinador las convierta en
coordinativas: unos reían y otros lloraban, unos reían pero otros lloraban,
etc.
De todos modos, la yuxtaposición no consiste únicamente en la
sucesión de las oraciones delimitadas por pausa; y así, en un caso como
estaban borrachos: ¡tanto habían bebido! (de sentido consecutivo) no hay,
pese a las apariencias, yuxtaposición, pues no puede introducirse un
coordinador [*estaban borrachos y ¡tanto habían bebido!] (§ 3.2.1.2.6).
2.2. COORDINADORES ORACIONALES Y ORACIONES COORDINADAS
En la mayoría de los casos, las oraciones yuxtapuestas pueden
coordinarse mediante la inserción en medio de ellas de una conjunción
coordinativa o «coordinador»: llegué, vi y vencí; ¿vienes o te quedas?;
Pedro no vino, pero Carlos sí; no lee libros, sino que hojea revistas.
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Hay varios tipos de coordinadores, según que coordinen dos o más
unidades, o según éstas sean nominales o verbales (§ 1.4.1.1). Pero todos
los coordinadores tienen tres características fundamentales en común:
1) La primera es que siempre van colocados entre las unidades que
coordinan; por lo cual no son coordinadores, sino adverbios en
función «incidental», las numerosas unidades de sentido análogo
que a menudo los acompañan: encima, además, sin embargo, con
todo, por lo tanto, etc. (§ 1.4.2.4.3); tampoco lo es el «explicativo»
(o «causal») pues en casos como el suelo brillaba, pues había
llovido, ya que no sólo la oración que encabeza puede permutarse
incrustándose en la anterior (el suelo, pues había llovido, brillaba),
sino que puede desplazarse por ella: el suelo brillaba: había, pues,
llovido ~ había llovido, pues (§ 3.2.3.3).
2) Otra característica de los coordinadores es que pueden encabezar
oraciones con modo apelativo (§ 1.2.1): vete y díselo, entrad o
marchaos; no os vayáis sino esperad; es tarde, conque iros, etc.,
cosa que nunca hacen las conjunciones subordinativas o
transpositores (§ 3.2.3.4-3.2.5).
3) El tercer rasgo fundamental del coordinador es que nunca
desempeña función sintáctica alguna en las oraciones entre las que
se inserta: así, en ya es tarde, de modo que levántate, ni de modo
ni que cumplen función alguna en las oraciones coordinadas (pero
sí la cumplirían en, por ej., grita de modo que te oigamos). Por esto,
no hay «coordinadores distributivos» (§ 2.2), ni tampoco son
coordinadores las unidades adverbiales incidentales, que, además
de insertarse en su oración, en su mayor parte mantienen una
orientación anafórica (casi «pronominal») hacia la oración
precedente: gritó; no lo oyeron, no obstante [que gritó]; había
llovido; el suelo brillaba, pues [había llovido] (§ 3.2.3.3.).
En su mayor parte, los coordinadores pueden presentarse en posición
inicial absoluta, esto es, comenzando el mensaje y sin primera unidad
coordinada; en cuyo caso expresan un valor cercano al de los adverbios
enfáticos de intensificación: ¡Y decían que lo sabían!, ¿Y a qué hora es
la comida?, ¡Pero fíjate tú!, ¡Pero si te lo dije!, Pero ¿quién te lo dijo?,
Pero ¡qué maravilla!
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Habitualmente las oraciones coordinadas se clasifican de acuerdo con
el sentido del coordinador que media entre ellas, o que, al menos, podría
introducirse sin que su presencia altere ni la construcción ni el sentido de
la relación que hay entre las oraciones meramente yuxtapuestas.
2.2.1. Coordinadas copulativas
El coordinador «copulativo» y (con su variante e) expresa que lo
nombrado por las unidades coordinadas se suma, coexiste, se da a la vez y
conjuntamente: comen pan y beben vino; la hirió e hizo matarla; matan y
hieren; y puede acumularse y reforzarse con las unidades enfáticas aun y
hasta: me gritó y aun hasta me insultó (que siempre le siguen y son átonas,
como ella); e igualmente con otras unidades como incluso, además, etc.,
que son evidentes adverbios: vinieron tus amigos e incluso tu prima (~ y
tu prima incluso).
A veces, y puede aparecer entre unidades de distinta categoría, en
especial si la unidad precedente está en función incidental y constituye una
predicación secundaria (§ 1.4.2.8); su sentido es mayoritariamente
«concesivo» o «adversativo»: apenas crecido, y ya era minero; tan
pequeño, y va con mujeres; a tus años, ¿y crees en la cigüeña?; (con) la
cena hecha, y que no aparecía; pero también «temporal»: no bien hubo
salido, y lo apresaron; un poco más, y te atropellan.
Por su parte, ni se considera como coordinador copulativo negativo,
equivalente por tanto a y no. Pero, en realidad, es un coordinador bipartito,
pues casi siempre implica una negación previa; o sea, es coordinador de al
menos dos unidades negadas: no come ni bebe, nada dijo ni comentó,
nadie lo avisó ni le telefoneó, ningún asistente protestó ni votó en contra,
jamás lo he dicho ni me lo han comentado, tampoco lo vi ni le hablé, en
tu vida lo verás ni podrás leerlo, en absoluto gritó ni se enfadó (§
1.5.1.1.1). Por el contrario, y no no implica negación previa: come y no
bebe [*come ni bebe]. Así que sólo en el primer caso pueden y no y ni
sustituirse, pero no siempre libremente, pues mientras que ni sólo puede
reforzarse con un adverbio negativo, y no se refuerza con uno de cantidad
positiva: no come ni tampoco bebe [*no come ni además bebe], no come
y además no bebe [*no come y no tampoco bebe].
Tampoco el coordinador ni…ni es simplemente equivalente de
y no, puesto que no es sustituible por éste: no come ni bebe ~ no
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come y no bebe; ni come ni bebe [*ni come y no bebe]. Aparte de estas
construcciones, ni puede aparecer sin previa negación, y en tal caso se
convierte (reforzado opcionalmente con siquiera) en la alternativa de la
partícula enfática cuasi-adverbial hasta (siempre afirmativa): me vio y ni
(siquiera) me saludó / y hasta me saludó.
Tanto el coordinador simple y como el negativo ni admiten la
coordinación de no importa cuántas unidades, en cuyo caso se interpone
entre la penúltima y la última. Si se reitera ante cada unidad, expresa el
valor enfático de una adición sin fin, con lo que se produce una
enumeración «abierta» similar a la de la simple yuxtaposición pero dotada
de énfasis; con frecuencia, estas enumeraciones abiertas enfáticas se
cierran, respectivamente, con las expresiones y todo o y nada: me avisó, y
me lo dijo, y me invitó y todo; ni me llamó, ni me avisó, ni lo vi, ni me
esperó ni nada.
También copulativo (con sentido de «adición» de y, sólo que enfática)
es el coordinador bipartito no sólo... sino también, construido sobre la base
del «excluyente» ‘neg.’ … sino: tu amiga no sólo me criticó, sino que
también me insultó, no sólo no vino sino que ni me avisó; deja de implicar
negación de la primera unidad coordinada debido a que lo que se niega no
es ésta sino el adverbio sólo.
2.2.2. Coordinadas disyuntivas
Los coordinadores disyuntivos indican que lo nombrado por las
unidades coordinadas entra en una alternancia tal, que o se da lo uno o se
da lo otro. Hay alternancia fuerte cuando una unidad es incompatible con
las demás en el caso dado: ¿vienes o te quedas?, o lo tomas o lo dejas; la
alternancia es débil, si se presenta la alternativa algo indiferente: leían o
pasaban el tiempo, bajamos a la playa o merendamos en el prado. Cuando
se quiere expresar la alternancia fuerte, se utiliza el coordinador o… o…
o…, que señala enfáticamente que la referencia de cada unidad precedida
por cada parte del coordinador se da separadamente de las de las demás.
Otros coordinadores disyuntivos que reemplazan a o o lo refuerzan son
unidades procedentes de sintagmas que han abandonado sus funciones sintácticas
originarias como «correlaciones distributivas» (§ 2.1): ya... ya, tan pronto… como,
cuando... cuando, veces… veces, quien... quien, ora... ora, bien... (o) bien: ya
corrían ya descansaban; tan pronto gritaban como estaban en silencio;
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cuando escriben, cuando leen; veces voy, veces me quedo en casa;
quienes lo sabían quienes lo ignoraban; en vacaciones bien salimos al
extranjero (o) bien nos vamos al pueblo, etc.; de todos modos, cada parte
del coordinador precede a cada una de las oraciones coordinadas.
2.2.3. Coordinación adversativa
2.2.3.1. Adversativas restrictivas
El coordinador restrictivo pero –o mas, variante poco usada, y más
entre oraciones que entre unidades nominales– comporta el valor
copulativo, pero expresan cierta contraposición entre lo nombrado por las
unidades coordinadas. Mientras que con sustantivos, y aun a veces con
adjetivos, pero exige la negación de una de las unidades y la afirmación
de la otra (§ 1.5.1.1.1) con los verbos u oraciones no la reclama: no
vinieron, pero (sí) avisaron; vinieron, pero se fueron / pero no se fueron;
no me avisó, mas llegó tarde; llegó tarde, pero no me avisó.
Pero también puede relacionar semánticamente un adjetivo o un
adverbio, no con otras unidades de estas categorías, sino con un verbo u
oración anterior, en cuyo caso suele entenderse como coordinador entre
oraciones, la segunda con el verbo elidido: llegué, pero [llegué] cansado;
me llamaron, pero [me llamaron] tarde.
Hay unas cuantas unidades adverbiales de sentido afín o confluyente
con el de pero, que pueden reforzarlo: me vio, pero, no obstante [sin
embargo, con todo, pese a todo, a pesar de ello...], no me saludó; al igual
que el anticuado empero, no se trata de coordinadores sino de unidades
incidentales unas, y otras de elementos introductorios de incidentales (§
1.4.2.8.3. y 3.2.3.3).
Aunque únicamente en la coordinación oracional, existen otros coordinadores
adversativos restrictivos de igual sentido que el de pero: no hicimos ruido, ahora que
nos oyó; pensaba traerlo, sólo que me olvidé; los pasteles están buenos, lo que
engordan. Son indudables coordinadores, pues se sitúan entre las dos oraciones y no
admiten permutación [*ahora que nos oyó, no hicimos ruido; *sólo que me olvidé,
pensaba traerlo...], ni tampoco desempeñan función sintáctica alguna en ninguna de
ambas oraciones, como, en cambio, sucede con ahora y el relativo que en, por ej.,
entraremos ahora que no nos ve → ahora que no nos ve, entraremos.
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2.2.3.2. Adversativas excluyentes
El coordinador adversativo «excluyente» ‘negación… sino (que) señala
como inexistente lo nombrado por la primera unidad del grupo, para en su lugar
afirmar la segunda. Este coordinador no presenta, respecto de su uso como
nominal, más que dos particularidades.
Una es que sino, en construcción con «nombres», deja de ser coordinador
para pasar a introducir unidades «incidentales», cuando la unidad negada (o
primera coordinada) y la negativa coinciden: no vimos nada sino (es) cadáveres
→ si no es [= a no ser, salvo…] cadáveres, nada vimos (§ 1.4.2.8.3). Esto no
puede ocurrir nunca con oraciones o verbos: no sospeches sino confía en mí
[*no sospeches sino es confía, *no sospeches salvo confía], pues ninguna
unidad negativa (no, nadie, jamás…) es de categoría verbal ni, por tanto, puede
ser negativa y coordinada a la vez.
La otra diferencia es que, por su origen en una oración condicional, el sino,
cuando coordina oraciones, se incrementa con la que fue históricamente la
conjunción que: no compra sino que vende (frente a no compra pan sino vino),
puesto que el segundo verbo u oración coordinado iba transpuesto a categoría
sustantiva. Y, dado que el imperativo jamás se transpone ni subordina, no es
extraño que actualmente rechace la incrementación de sino con que: no
desesperéis sino confiad [*sino que confiad].
En fin, como otros coordinadores, también sino que puede reforzarse con
unidades adverbiales incidentales (§ 1.4.2.8.3): nunca confíes sino que, al
contrario [por el contrario, antes bien, más bien…] no debes distraerte
(donde, como se ve, estas incidentales permiten que la segunda unidad
coordinada sea negativa). Y, aunque por su sentido pudieran parecer
coordinadores algunas de estas unidades: más (bien) tragaba el pan que lo
comía, antes gritaba que hablaba, más adiviné que oí sus palabras, etc.
(equivalentes a sus inversas no comía sino que tragaba, no hablaba sino que
gritaba…), lo cierto es que, una vez más, parecen pasar a incidentales sin
alteración del contenido: tragaba, más bien que comía, el pan; más que comer,
tragaba el pan.
Similar es el caso de la secuencia que no (sustituible a veces por y no) en
construcciones, también incidentales, como me plagia, que no cita, en su libro
(equivalente a no me cita sino que me plagia en su libro), en las cuales pueden
intervenir también sintagmas nominales (§ 1.4.1.1).
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2.2.4. Coordinación «consecutiva»
Por su parte, los coordinadores «consecutivos» expresan lo nombrado por la
segunda oración como un efecto, consecuencia (real o establecida por el hablante) o
como deducción de lo dicho por la primera oración: es tarde, conque levántate; había
llovido, así (es) que el suelo estaba mojado; no me invitó, de modo [~ manera,
forma, suerte] que no asistí; no te llama, luego no quiere verte.
Estas coordinadas están semánticamente muy cerca de las subordina-das
consecutivas y de las explicativas y causales (§ 3.2.1.2.6 y 3.2.3.4), aunque no
se identifican con ellas, como puede apreciarse en algún caso con la
permutación: no los vi, así que salieron (coordinación) / así que salieron, ya
no los vi (subordinación).
Permiten, además, que las oraciones coordinadas (y, en especial, la segunda)
puedan ir en imperativo: es tarde, así que vete; no te invitó, de modo que no
vayas; no os llama, luego marchaos; lo que indica que no son subordinaciones,
pues el imperativo nunca puede transponerse (§ 1.2.1). En fin, sólo pueden
relacionar oraciones independientes (o no transpuestas): por ej., en gritó que no
irías, luego estaba enfadado, el enfado se deduce, no del hecho de no ir tú
(referencia de la oración subordinada) sino del hecho de gritar él (contenido de
la oración independiente).
Además, al igual que y o pero, pueden aparecer en posición inicial absoluta
de oración (por tanto sin primera unidad coordinada), con el mismo valor
enfático que aquéllas: Así que no vas solo, ¿eh?, ¡Conque lo hiciste!, Luego
me mentiste, De manera que no quieres estudiar ¿eh? (§ 2.2)
Por otra parte, aunque procedentes de unidades con función sintáctica
(adverbios, relativos), en tanto que coordinadores, no la desempeñan en
ninguna de ambas oraciones; así es que no pueden confundirse entre sí las
siguientes parejas: iré, luego te veré / iré, te veré luego; allí había un cuchillo:
conque la mató / allí había un cuchillo con que la mató; hablé contigo, así (es) que te
vi / así que te vi, hablé contigo; grité, de modo que me oyeron / grité de modo que me
oyeran.
El hecho de que la significación relacional que expresan («causa» o «motivo» -
«consecuencia» o «efecto») coincida o se acerque al de las oraciones subordinadas
consecutivas (§ 3.2.1.2.6), no es argumento suficiente para negarles el carácter de
coordinadores: al fin y al cabo, lo mismo ocurre con y u o, indudables conjunciones
coordinativas (§ 2.2).