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Cathy van Riel © – 2.

011 – el malestar postesfuerzo en el SFC

EL MALESTAR POSTESFUERZO EN EL SÍNDROME DE


FATIGA CRÓNICA

El malestar postesfuerzo (MPE) es una de las características claves del síndrome


de fatiga crónica (SFC).

Los criterios de 1988 de Holmes para SFC incluían el síntoma de “prolongada


(24 horas o más) de fatiga generalizada después de un nivel de ejercicio que
hubiera sido fácilmente tolerado con el estado premórbido de paciente.” Los
criterios de Oxford de 1991 decían solamente que la fatiga y mialgia (dolor
muscular) “debe ser desproporcionada con el esfuerzo.” Los criterios de 1994
de Fukuda3 fueron los primeros a incluir de manera explícita el síntoma de
“malestar postesfuerzo que dura más de 24 horas” pero sin requerirlo para
diagnosticar el SFC.

La Definición del Consenso Canadiense del 2003 fue la primera en definir el


MPE de manera detallada, y la primera en requerirlo para diagnosticar
EM/SFC:

¿Qué es malestar postesfuerzo y cómo se siente?

Es una pérdida anormal del vigor físico y mental, fatigabilidad muscular y


cognitiva rápida, malestar y/o fatiga y/o dolor después de un esfuerzo físico o
mental y los otros síntomas asociados del paciente tienden a empeorar. La
recuperación es patológicamente lenta – habitualmente dura 24 horas o más.

No es solo sensación de severa fatiga; es un auténtico ataque a todo el


cuerpo. Empeoramiento de los otros síntomas, no poder concentrarse
suficientemente como para ver la TV, problemas para conversar. Cualquier
tipo de estímulo sienta mal a todos los sentidos.

Domina la experiencia de paciente de su enfermedad aunque se suele


considerar como síntoma que informa el paciente porque no existe una
prueba clínica para medirla. Hay investigadores que han podido demostrar su
existencia de manera objetiva induciéndolo con pruebas de ejercicios e
identificando las diferencias de las respuestas fisiológicas de las personas con
SFC y las personas sanas:

 En enfermos con SFC, el ejercicio disminuye el umbral del dolor, pero en


controles sedentarios sanos, lo eleva. Se pudo medir la cantidad de fuerza
aplicada en la piel que causa dolor de manera objetiva con un
instrumento y se comparó con los controles.

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 Pacientes con SFC y controles sedentarios no se recuperan de la misma


manera del esfuerzo muscular. Se midió la cantidad máxima de fuerza
ejercida por los músculos de las piernas y ambos grupos mostraban el
mismo patrón de disminución de fuerza durante las repeticiones. Los
controles se recuperaron antes de que pasaran 200 minutos al mismo nivel
antes del ejercicio antes de que pasaran 24 horas después del ejercicio.
Los pacientes con SFC, al contrario no solo no consiguieron recuperar la
fuerza anterior, pero a las 24 horas se observó incluso una mayor
disminución de la fuerza.

 Pruebas cognitivas efectuadas antes y después de ejercicio demostraron


que pacientes con SFC no solo incrementaron la percepción del esfuerzo,
pero también el déficit del procesamiento cognitivo después de hacer
ejercicio. Es más, estos déficits cognitivos distinguieron los pacientes con
SFC de controles sanos o con depresión.

El MPE completo a menudo no surge inmediatamente después de la


actividad. Hay investigadores que han examinado los efectos del ejercicio
durante unos días. Durante unos 5 días después de un test de ejercicio máximo,
pacientes con SFC exhibían mucho más fatiga durante más tiempo que los
controles. En otro estudio pacientes y controles grabaron sus síntomas durante
7 días después de un test de ejercicio máximo. 24 horas después de la prueba
el 20% de los controles estaba completamente recuperado y el 100% después
de 2 días. A las 24 horas ninguno de los pacientes se había recuperado y solo
el 4% lo estaba a los 2 días. El 60% precisó 5 o más días para recuperarse de
una prueba de esfuerzo simple. Una prueba que comparó la capacidad de
ejercicio diario durante 4 semanas en pacientes SFC y controles indicó que los
pacientes no fueron capaces de soportar el incremento de actividad más allá
de 7 días, y que tenían más probabilidad que los controles de desarrollar
intolerancia al ejercicio.

En lupus, el ejercicio aeróbico mejora la capacidad aeróbica y la tolerancia al


ejercicio y no exacerba la enfermedad. En la artritis reumatoide los estudios
demuestran que el ejercicio regular ayuda a reducir el dolor articular,
incrementa la movilidad y la fuerza articular y mejora el ánimo Aunque todas
estas enfermedades requieren descanso y acompasamiento, el ejercicio no
parece tener el mismo efecto agravante en los síntomas que en el SFC.

Algunas posibles causas del MPE.

El SFC implica alteraciones en múltiples sistemas corporales. Las investigaciones


en las respuestas fisiológicas al ejercicio en pacientes con SFC apoyan este
principio con anomalías demostradas en el sistema nervioso central, el
cardiovascular y el del metabolismo de la energía, y el inmune.

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 Sistema nervioso central: cuando se pregunta a pacientes con SFC y a


controles sedentarios de puntuar su nivel percibido de esfuerzo durante una
prueba de ejercicio, los con SFC perciben un nivel más alto de esfuerzo que
los controles. Esto es cierto incluso cuando los latidos cardiacos y otras
mediciones entre ambos grupos son similares y sugiere un deterioro del
mecanismo que contribuye a la sensación de esfuerzo. Estudios que
demuestran que el ejercicio disminuye el umbral del dolor en pacientes con
SFC también sugieren anomalías en el procesamiento central del dolor.

 Sistema inmune: las investigaciones proporcionan evidencia de


asociaciones entre las mediciones de desregulaciones inmunes
intracelulares y el ejercicio en pacientes con SFC. 20-minutos de bicicleta
estática incrementa el nivel de la proteína inmune C4a en pacientes con
SFC, pero no en controles y el aumento correlacionaba significativamente
con la severidad de la crisis sintomática postesfuerzo. La C4a incrementa
también en atletas sanos, pero después de ejercicio intenso, como correr
durante 2.5 horas. Una crisis fuerte de síntomas después de ejercicio en
pacientes con SFC correlacionaba con elevados niveles de 6 citocinas
inmunes; ni los controles, ni los pacientes con crisis más suaves mostraban la
misma actividad de citocinas.

 Sistema cardiovascular/energía: estudios han encontrado que es más bajo


en pacientes con SFC que en controles el consumo máximo de oxígeno y la
capacidad máxima de oxígeno. Pacientes con SFC tienen dificultades para
terminar su ratio cardiaco diana estimado y su carga de trabajo máxima al
agotamiento es substancialmente más baja que en los controles. El nivel
medio del consumo máximo de oxígeno en los pacientes era similar a
pacientes con fallo cardiaco crónico y otras enfermedades. También hay
estudios que sugieren que está deteriorado el metabolismo de energía
muscular, como lo demuestra el nivel más alto del lactato y otras
mediciones de estrés oxidativo.

Cualquier teoría de la causa del MPE tiene que tener en cuenta las múltiples
anomalías genéticas, celulares y sistémicas asociadas con la respuesta
fisiológica al ejercicio de las personas con SFC. Es probable que respuestas de
mala adaptación de uno o más procesos corporales lleven a la reducción de
la tolerancia de la actividad física y a la cascada de síntomas asociada con el
MPE.

Qué hacer cuando se tiene MPE

Cuando se sufre del MPE, los únicos remedies son descansar, alimentarse bien y
tener paciencia. El consejo normal es descansar, procurar dormir bien, reducir

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cualquier estrés no necesario, hidratarse y remplazar los electrolitos hasta que


pase.”

Arreglárselas con el MPE también es luchar contra las consecuencias


emocionales de la crisis física. El paciente no tiene que olvidar que al final
pasará, y no debe desesperar por la crisis. A veces una crisis severa
representará un paso atrás del que no nos recuperaremos por completo. Pero
hay que seguir siendo positivo para evitar que la desesperación sea más
problemática que la crisis en si.

Acompasarse o pacing para prevenir el MPE.

Para prevenir el MPE se necesita habilidad para limitar sus actividades a un


nivel seguro que no exacerbará los síntomas. Los límites de cada uno pueden
variar y ya no se toleran las mismas actividades que antes de enfermar se
podían hacer sin problemas.

Acompasarse es un abordaje para auto-manejarse que ayuda a los pacientes


a seguir lo más activo posible mientras evitan el sobre-esfuerzo.

El Dr. Leonard Jason ha escrito mucho sobre nuestro sobre de energía (Energy
Envelope) que “recomienda que pacientes con EM/SFC acompasen sus
actividades según la energía de la que disponen.”

Los pacientes que exceden los límites de su bolsa de energía experimentan


niveles más altos de síntomas, especialmente MPE. Pacientes que procuran
mantenerse dentro de sus límites, tienen más probabilidad de mejorar con el
tiempo.

Dr. Bruce Campbell es especialista en acompasar en el SFC y ofrece cursos y


material gratuito en su web “CFIDS & Fibromyalgia Self-Help Program”,
organización sin ánimo de lucro. Uno de sus libros se encuentra traducido al
castellano en el siguiente enlace: http://www.cfidsselfhelp.org/library/versi%C3%B3n-en-
espa%C3%B1ol-la-gu%C3%ADa-del-paciente-para-el-s%C3%ADndrome-de-fatiga-
cr%C3%B3nica-fibromialgia

La meta del acompasamiento es vivir dentro de sus límites y conseguir


consistencia entre actividades y descanso. A medida que sales del ciclo de
forzarte y entrar en crisis (”push-crash”), dice Campbell que los pacientes
consiguen más predictibilidad y control.

Los límites están en 4 áreas: actividad física, mental, social y sensibilidades


físicas.

Las estrategias del acompasamiento consisten en una amplia variedad de


prácticas y conductas que ayudan al paciente a manejar mejor sus
limitaciones: reducir el nivel de actividades, tomarse descansos planeados

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durante el día, marcarse límites para las actividades, ir variando y alternando


las tareas, hacer ajustes mentales para aceptar que la vida ha cambiado. Esto
no significa resignarse, pero dares cuenta que hay que vivir la vida a manera
diferente. El acompasamiento es realmente una manera para vivir con el SFC.”

 Descansos planificados a lo largo del día. Se integran en la rutina diaria,


no importa cómo te sientes. Significa acostarse, con los ojos cerrados,
evitando cualquier estímulo auditivo. La duración y la cantidad
dependerán de la severidad del SFC (por ejemplo 15 minutos por hora).

 Las estrategias se adaptan al enfermo y se pueden aplicar para


cualquier situación de la vida. Los enfermos moderados pueden
utilizarlas para hacer los recados, las tareas domésticas, etc. Los más
enfermos lo harán para actividades de la vida diaria, como ducharse,
vestirse, sentarse durante un rato.

 Es todo un proceso de aprendizaje cíclico. Según la gravedad de la


enfermedad habrá que adaptar los periodos de descanso y de
actividades. El abordaje tiene que ser muy individual, según la propia
salud y circunstancias de la vida del enfermo.

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