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HISTORIA DE LA TEOLOGÍA MODERNA

Prof. C. Pozo, S.I.

PRIMERA PARTE. EL SIGLO DE ORO DE LA TEOLOGÍA ESPAÑOLA (1492-1648)

Bibliografía general:
- ANDRÉS, M.: Historia de la teología española en el Siglo de Oro, BAC maior.
- POZO, C.: “La tarea del teólogo” (Comentario al discurso del Papa a los teólogos en
la Universidad de Salamanca) en AA.VV.: Juan Pablo II y la fe de los españoles.

La teología del siglo XVI está configurada por tres movimientos heterogéneos pero
que empujan en la misma dirección, buscando que la teología sea más positiva (es decir, dar
más importancia al estudio de la Sagrada Escritura y a los Santos Padres). Gracias a estos
movimientos, la teología va a tener un planteamiento muy positivo. Los movimientos que
estudiaremos son: el nominalismo posterior, el humanismo renacentista y el luteranismo.

I. EL NOMINALISMO POSTERIOR

Si bien el nominalismo comenzó siendo un movimiento de desconfianza en la razón,


se dedicó pronto en diversos autores a la pura especulación. Al final del período nominalista
surgen voces que piden una reforma del método teológico nominalista. En esta línea es
fundamental JEN GERSON, canciller de la Universidad de París, que formula tres postulados:
* Evitar las cuestiones inútiles1.
* Estudiar más la Escritura y los Doctores (Santos Padres).
* Evitar las terminologías arbitrarias y peculiares.

Apreciamos cómo ya al final de la Edad Media se comenzaba a postular una teología


positiva.

I.1. AMBIENTE EN QUE SURGE

I.1.1. JUAN MAIR


En 1504 explicaba como profesor en París las Sentencias de Pedro Lombardo, el
escocés JUAN MAIR (Joannes Maior). En 1509, fruto de sus lecciones, publica un comentario
al Libro IV de las Sentencias, explicando que quiere proceder al comentario «tum positive
tum scholastice»2. Es la primera vez que aparece el término “positiva” aplicado a la teología,
contraponiéndose a escolástica y a especulativo. La intención de Mair es buscar fundamentos
bíblicos y patrísticos a las disposiciones del Maestro de las Sentencias. El método de Mair lo
podemos resumir en los siguientes puntos:
- Introduce un nuevo término.
- Lo contrapone a la teología escolástica y especulativa.
- Consiste en ofrecer una base escriturística y patrística a Lombardo.
- Su ideal es que la teología tenga ambas dimensiones, sin prescindir de la escolástica.

En ambientes bajo el influjo directo de Mair se formaron teológicamente Francisco de

1
Se discutían temas tan absurdos como el de si Dios podría encarnarse en una piedra.
2
“Tanto positiva como escolásticamente”.

1
Vitoria y los primeros jesuitas en París. De los planteamientos de Mair surgirán las corrientes
teológicas de Salamanca y de la Compañía de Jesús, de ahí su importancia.

I.1.2. INFLUJO DE MAIR EN LA ESCUELA DE SALAMANCA

En los primeros años del siglo XVI, entre los alumnos de Juan Mair se encontraba el
belga PETRUS CROCKAERT (Bruxellensis), que en 1503 ingresa en el convento dominico de
Sant Jacques3, donde llega a ser profesor. Desde España llegará a estudiar a Sant Jacques el
dominico Francisco de Vitoria, que será alumno y amigo íntimo de Crockaert.

La preocupación común a Mair, Crockaert y Vitoria será hacer una teología al mismo
tiempo positiva y especulativa. Pero hemos de añadir que Crockaert tuvo que verter los
ideales de Mair en la teología tomista. El problema que se plantea entonces es que la noción
de teología que tenía Tomás de Aquino se extraía de aplicar a la teología el concepto de
ciencia aristotélico, absolutamente deductivo (extrayendo deducciones de los principios), pero
había un axioma problemático: “La ciencia no trata de los principios”. Según Tomás, los
principios en teología son los artículos de la fe. El teólogo podría sacar consecuencias de ellos
pero no estudiarlos. Es un concepto de teología meramente especulativo. ¿Cómo conciliar
entonces esta noción de ciencia teológica con el ideal de teología positiva y especulativa?

La solución de Crockaert es afirmar que en la teología hay que dar dos pasos:
1º Poner los principios
2º Deducir las conclusiones.

Poner los principios no es sólo tomarlos materialmente de la Biblia, sino hacer un estudio
cuidadoso de cuál es su sentido, en definitiva, hacer exégesis. En este primer paso va a estar
el trabajo positivo. Al poner los principios se estudiará también a los Padres. Sobre esta base
se deducen las conclusiones, pero siempre como segundo paso. Esta es la teología escolástica
y especulativa. Crockaert deja caer el axioma aristotélico y abre así el paso a la teología
moderna. Discípulos de Crockaert serán Francisco de Vitoria e Ignacio de Loyola, defensores,
junto a sus escuelas, de una teología de doble paso.

I.2. FRANCISCO DE VITORIA Y LA ESCUELA DE SALAMANCA.

FRANCISCO DE VITORIA es considerado fundador de la escuela teológica de


Salamanca. Como ya hemos avanzado, al concluir el noviciado en la Orden de Predicadores
es enviado al convento internacional de Sant Jacques en París donde es alumno y amigo de
Crockaert. Al concluir sus estudios teológicos parisienses retorna a España con las nuevas
ideas metodológicas.
Vitoria es un brillante profesor que, prácticamente, no publicó nada, pero que tuvo un
gran influjo sobre sus discípulos4. Hoy en día se han publicado algunos reportata (apuntes de
clase de sus discípulos). Las ideas principales que Vitoria exporta de París a Salamanca son:
- Insiste en que la teología tiene que tener dos pasos: ponere principia et deducere
conclusiones.
- En algunos manuscritos explica qué son los “lugares teológicos”: las fuentes que el
teólogo tiene que conocer para poder poner los principios, a saber: la Sagrada
3
El convento parisino de Sant Jacques es el centro internacional de formación de la Orden de Predicadores,
al cual enviaba cada Provincia dominica a sus mejores estudiantes. En la Edad Media, París era la única
Facultad de Teología de la Cristiandad, de ahí que el centro formativo de Sant Jacques se situara allí.
4
Es por ello que se le llama “el Sócrates español”.

2
Escritura, la Autoridad eclesial, el Concilio general, etc.
- Dice expresamente que el objetivo primero de la teología es “entender la Biblia”.
- Atribuye a santo Tomás que para él también el modo más importante de
interpretación había sido el bíblico.

Vitoria fue un hombre fuertemente actual en su época, en Salamanca existían las


llamadas “relectiones”5, las de Vitoria tuvieron una enorme repercusión, en cuanto dedicó do
de ellas a discutir los derechos de los indios americanos y la problemática de la conquista por
los españoles. Son considerados como el primer planteamiento serio para fundamentar un
Derecho Internacional, teniendo una gran repercusión política en cuanto dieron pie a una serie
de reuniones convocadas por el Emperador para aclarar los derechos de los indios y de los
españoles.
No podemos olvidar que Mair era nominalista posterior, pero su discípulo Crockaert
intenta llevar ya adelante una teología de doble paso dentro del tomismo. Lo mismo sucede
con Vitoria, y es significativo que en 1526 obtuviera la Cátedra de Prima en Salamanca.
Contra los estatutos de la Universidad, que mandaban enseñar al Maestro de las Sentencias,
Vitoria explica la Summa de Santo Tomás.

En la Universidad de Salamanca existían dos cátedras obligatorias para todos


los alumnos: Prima, por la mañana, y Vísperas, por la tarde. Estaba articuladas de tal
modo que Lombardo pudiera ser estudiado en cuatro años en su totalidad. El ideal de
Salamanca era que en las cátedras centrales y obligatorias se viera al autor “neutral”, y
que las cátedras menores concretaran en sistema a elección del alumno: tomismo,
escotismo y nominalismo (Durando). Existía también una cátedra de Sagrada Escritura.
La distribución de las cátedras de prima y vísperas era del siguiente modo:

1501 1502 1503 1504 1505 1506 1507 1508


Prima Libro 1º Libro 2º Libro 3º Libro 4º

Vísperas Libro 3º Libro 4º Libro 1º Libro 2º

Como género literario, las Sentencias de Lombardo eran un estilo de hacer


teología que nació con Isidoro de Sevilla y perfecciona Tajón de Zaragoza. La
mayoría de los teólogos medievales lo mantienen, y en oriente lo desarrolla Juan
Damasceno. El género culmina con la obra de Pedro Lombardo, canciller de París. El
éxito de su obra permitió que se convirtiera en libro de texto oficial de todas las
escuelas teológicas. El estilo es un intento de expresar la doctrina en forma de frases de
los santos Padres.
Ya Crockaert tuvo problemas al imponérsele el juramento dominico de seguir a
Santo Tomás. No es un fenómeno exclusivo de los predicadores, los agustinos
aprobaron el seguimiento de GIL “en todo lo que ha escrito o escribiera”. Melchor
Cano explica cómo hay que interpretar este juramento: del mismo modo que Santo
Tomás siguió a Aristóteles sólo en aquello que le parecía más razonable, hay que seguir
al Aquinate en las razones duras y optar con libertad por lo razonable cuando no se
encontrase razón. Se conoce esta postura como “Tomismo abierto”.

El “golpe de mano” de Vitoria en Salamanca permitió que Santo Tomás ocupará una
de las cátedras fundamentales. El tomismo deja de convertirse en una de las tres vías para
convertirse en la teología fundamental, ya que pronto otro dominico, Domingo de Soto,
ocupará la cátedra de vísperas e impondrá el estudio de la Summa de Santo Tomás. Las
oposiciones para ganar las cátedras de la Facultad de Teología se hacían ante los alumnos que
votaban quién merecía la designación. Por este procedimiento fueron teólogos dominicos los
5
Clases solemnes que un profesor impartía una vez al año para toda la Facultad.

3
que, desde 1526, se mantuvieron en las cátedras fundamentales.

Conocemos las enseñanzas primeras de Vitoria y de Domingo de Soto gracias a


los Reporta de los alumnos (apuntes de clase). La mejor colección de manuscritos se
conserva en la Biblioteca Vaticana de Roma. Los reyes españoles, para garantizar la
seguridad de los príncipes italianos, obligaban a que sus hijos estudiaran en Salamanca.
En el s. XVI estudia en Salamanca un joven de la familia Altemps y compró apuntes a
otros estudiantes salmantinos. Al concluir los estudios se llevó consigo a Italia la
colección de apuntes. El cardenal Ohoboni, de la misma familia, legó su biblioteca a la
Vaticana cuando murió, entre los manuscritos estaban los reporta de Salamanca.

I.2.1. MELCHOR CANO

Melchor Cano es el discípulo más aventajado de Vitoria en Salamanca. En él y en su


doctrina teológica se completa y desarrolla el tomismo abierto del Maestro Vitoria. Su
personalidad, sin embargo, fue beligerante y controvertida: es conocido el enfrentamiento con
su condiscípulo Carranza, al que acusa ante la Inquisición, con los jesuitas, incluso con el
papa Paulo IV. Nombrado obispo, fue elegido Provincial de su orden, cuando el Papa le
recuerda que un obispo no puede ser Provincial, Cano se mantuvo Provincial. Como teólogo
importante, participó en el Concilio de Trento como teólogo imperial, designado por Carlos I;
allí participó en todas las sesiones, excepto en la cuarta.
Como discípulo de Vitoria, y continuador de su sistema teológico, Cano escribe su
obra fundamental dedicada a los “loci” de la teología6. La obra es “De Loci theologici”, y en
ella busca enseñar a utilizar las fuentes que el teólogo ha de utilizar para hacer teología y para
saber distinguir entre lo general y lo particular. Los lugares teológicos que enumera Cano se
dividen del siguiente modo:

A. Propios Son aquellas fuentes donde encontramos los artículos de la fe (lo que en
teología tomismo llamábamos “principios de la teología”). Se dividen a
su vez en:

* CONSTITUYENTES: aquellos que en sí mismos son Palabra de Dios. Basta


que en uno de estos loci se encuentre una afirmación para que esa
afirmación sea Palabra de Dios.
1. La Sagrada Escritura: es la primera fuente que el teólogo ha de
conocer y saber usar, el punto central del quehacer teológico.
2. La Tradición: de su participación en Trento sabe Cano que el
teólogo no puede quedarse en la Escritura, sino que ha de
atender la Tradición distinguiéndola de las tradiciones
particulares.

* DECLARANTES: lo que dice la Iglesia no constituye Palabra de Dios, sino


6
El término “loci” es muy común en los tratados teológicos del siglo XVI. No todos los autores le dan el
mismo sentido que Melchor Cano. El teólogo católico Eck y el protestante Melanchton lo interpretan
como pasajes concretos en que se apoya el sistema respectivo, católico o protestante: para el protestante los
pasajes son siempre las Escrituras; para el católico, a la Escritura se deberá añadir la Tradición y los Santos
Padres. Para Cano, el lugar será la fuente donde el teólogo encuentra los principios de su teología.

4
que, mirando su mensaje, declara lo contenido. Estas fuentes, por
tanto, me declaran el sentido del mensaje de Dios.
3. El Consentimiento universal de la Iglesia: lo que hoy llamaríamos,
la fe del Pueblo de Dios7. Gran novedad en el s.XVI, al
anteceder este punto al del magisterio.
4. Los Concilios: distinguiéndose entre ecuménicos (inefables) y no
ecuménicos; entre decretos definitorios y los que no lo son.
5. La autoridad del Papa: en la que defiende su infalibilidad,
explicando qué documentos papales son merecedores de este
título y cuales no.
6. El consentimiento patrístico: es interesante la fórmula que utiliza,
en cuanto distingue que: a) cada Santo Padre tomado
individualmente no es infalible, puede equivocarse; y b) lo
vinculante viene de la convergencia de los Padres en una
doctrina, testimonio irrefragrable de la fe de la Iglesia. Esta
distinción de Cano pasa a toda la teología.
7. El consentimiento de los teólogos: distinguiendo entre teólogos
concretos. Habla de la importancia de Santo Tomás y relata
la interpretación de Vitoria sobre el juramento de seguir su
doctrina, lo que hemos llamado “tomismo abierto”: cualquier
teólogo puede equivocarse, incluido el Aquinate, pero hay
que ser extremadamente prudente cuando se encuentra una
convergencia teológica.
B. Ajenos Cano quiere enseñarnos en qué fuentes puede el teólogo encontrar esas
“premisas de razón” vistas anteriormente.8.
* LA RAZÓN. Enseña a proceder lógicamente en la búsqueda de los lugares
teológicos, haciendo un pequeño tratado de lógica.
* AUTORIDAD DE LOS FILÓSOFOS. Crítico y reticente a esta autoridad,
especialmente hacia Aristóteles, por eso busca siempre las grandes
convergencias entre los filósofos y sus ideas.
* LA HISTORIA. Es importante el sentido de lo histórico como elemento del
método teológico, al añadir la necesidad de contar con el dato
histórico.

Cano muere sin concluir su obra metodológica, publicada tras su muerte. Al leer los
primeros capítulos se advierte que falta por tratar la última parte, en la que pensaba
desarrollar cómo hay que hacer teología especulativa. Cano ha desarrollado la teología
positiva, la tarea previa según el esquema de Mair, Crockaert y Vitoria. Esto tiene su
importancia, en cuanto Cano busca la realización de la teología en dos pasos de sus
predecesores.

I.2.2. DOMINGO DE SOTO

7
Cf. Lumen Gentium 12
8
Santo Tomás había introducido una noción de teología como “ciencia de la fe”, desde un planteamiento
aristotélico, partiendo de los artículos de la fe. En todo silogismo, para extraer una conclusión hay que
apoyarse en la premisa menor. En el caso de la teología, la premisa menor son las verdades racionales. Un
ejemplo muy utilizado por los teólogos del XVI es: Cristo tiene dos naturalezas, toda naturaleza tiene
voluntad, luego Cristo tiene dos voluntades. Los principios ajenos serán esta premisa menor.

5
Pocos años después de llegar Vitoria a Salamanca, en 1532, gana la cátedra de
vísperas el dominico Domingo de Soto, que introduce en la misma el estudio de la Summa de
Tomás de Aquino. Ya que esta acción, como la de Vitoria, iba contra los estatutos de la
Universidad de Salamanca, hubo intervenciones de los órganos de gobierno, obligando a
decir a Soto la situación concreta de los puntos de Santo Tomás en el Maestro de las
Sentencias. La Junta de la Facultad exigió más en este punto a Soto que a Vitoria.
Domingo de Soto estudió teología en el convento parisino de Saint Jacques, donde fue
discípulo de Mair y, probablemente, de Vitoria.
Mentalidad teológica
a. Insiste menos que Vitoria en la dimensión positiva de la teología, pero representa una
posición paralela en la “libertad de espíritu”, el suyo es también un tomismo abierto que se
permite discrepar de Santo Tomás.
b. Su personalidad es sensible a la problemática de su tiempo. Fue teólogo imperial en
Trento, al servicio de los obispos españoles y alemanes. Estuvo en la primera convocatoria
del Concilio, en las grandes temáticas de la justificación, en la preparación de cuyo decreto
intervino.
En esa época publica dos grandes obras obre la cuestión de división cristiana:
* “De natura et gratia”: Según Lutero, la naturaleza está corrompida a causa del
Pecado Original, por eso la justificación ha de ser meramente extrínseca en cuanto
Dios no quiere mirarla y ve sólo los méritos de Cristo. Escrita durante el Concilio.
* “De certitudine gratiae”: Lutero opinaba que cuando se tiene la fe fiducial, tenemos
certeza absoluta de la justificación. Soto trata sobre el grado de certeza que tenemos
de nuestro estado de gracia.
c. En una obra de posterior publicación, muestra su preocupación por la temática protestante.
Ya que Lutero había extraído sus ideas de la lectura de la Carta a los Romanos (especialmente
Rom 1, 17 y 3, 28), Soto se preocupa de su perfecto entendimiento y escribe un gran
comentario a la referida epístola. Demuestra en ella que es un gran escriturista y
especialmente sensible a la auténtica exégesis de la Escritura.
d. Soto se preocupa también de escribir una gran obra de moral. En 1556 publica el tratado
“De iustitia et iure”, que aporta una nueva sensibilidad a su teología. Esta apertura es una
nota renacentista en su personalidad, que denota un influjo de las ideas del Renacimiento en
su sistema, en su pensamiento e incluso en su mismo latín.

En Salamanca había, una vez al año, una lección solemne impartida por un
profesor destacado: “Relectiones”. Ya vimos la importancia de las impartidas por
Vitoria, en cuanto afrontó la problemática moral del descubrimiento de América.
Vitoria ha pasado a la historia por ser, en esas lecciones, fundador del Derecho
Internacional.
Nos interesamos especialmente por dos Relectiones de Victoria: “De Indis”,
sobre el derecho indígena a las tierras que ocupan; y “De iure belli”, sobre el derecho a
la guerra con los indios. Las dos tienen gran importancia: Había en la Península cierto
convencimiento de que el Tratado de Tordesillas había repartido el mundo por descubrir
entre los dos reinos ibéricos. Bajo esta persuasión hay una teoría de lo que se entiende
por ser “Vicario de Cristo”. Ante esto, Vitoria:
 Refuta la idea de un dominio del Papa sobre el mundo, y del derecho de
España sobre las tierras por “donación del Papa”;
 Rechaza la “teoría de la Proclamación”, consistente en intimidar a los indios

6
para que aceptaran el dominio, de no cumplirse se legitimaba la guerra
contra ellos;
 Defiende el derecho eclesial a predicar el Evangelio en todas partes. Los
reyes cristianos tendrían el deber de apoyar militarmente ese derecho. Por
tanto, se puede intervenir militarmente para garantizar esa predicación
(siempre que no se obligue a la conversión).
El último punto no cierra la problemática, porque el auténtico problema
consistía en justificar el sentido por el que el rey de España habría de ser considerado
rey de aquellos territorios. Vitoria plantea unos motivos legítimos para la conquista: 1º
Si hay grave lesión de los derechos de los indios por parte de sus propios reyes, siendo
entonces medio para acabar con esa tiranía; 2º Si los indios libremente quieren ser
súbditos del rey de España.
Las Relectiones de Domingo de Soto son todavía hoy poco conocidas: “Sobre
el concepto de herejía”, “Sobre las Indulgencias”, “Sobre los dichos de dominio”,
“Sobre los sentidos de la Escritura”, “Sobre el Catálogo de los Libros de la
Escritura”, “Sobre el mérito de Cristo”. En esta última, aparece un Soto muy
preocupado por el problema del descubrimiento de América. Los teólogos medievales
aparecen poco sensibilizados hacia los infieles, eran meramente “moros guerreros” o
“judíos usureros”, preocupándose poco de su salvación. En América aparecen miles de
infieles que no han hecho daño y hacen cambiar la sensibilidad. Soto trata el problema
teológico de la salvación de aquellos hombres que no han conocido a Cristo: ¿Cómo se
han podido salvar? Su solución es extraordinariamente abierta: suficiencia de
fidelidad a la ley natural para salvarse. El jesuita Acosta temió que tal solución
hiciera perder el entusiasmo misional y escribió una obra contra Soto: “De procurando
indorum salutem”. Es interesante que se haya planteado el problema y dado una
solución no rígida, a pesar de carecer de matices (que no se darán hasta la encíclica
Mystici Corporis de Pío XII). Apreciamos que Domingo de Soto es más sensible al
problema teológico que al jurídico (Vitoria).9

La escuela de Vitoria

Francisco de Vitoria Domingo Soto Pedro de Soto

Melchor Cano Bartolomé Carranza

Pedro de Sotomayor

Recopiladores = Domingo Báñez Bartolomé de Medina

I.2.3. PEDRO DE SOTO


Dominico, contemporáneo a Vitoria y a Domingo de Soto. Escribió poco pero es una
figura clave en la política religiosa del emperador Carlos I. Fue enviado a Inglaterra para
evitar el divorcio de Enrique VIII con Catalina de Aragón. Pronto apreció el peligro del cisma
9
Cf. POZO, C.: “Repercusiones del descubrimiento de América en el ambiente teológico de las
Universidades de Salamanca y Alcalá” ARCHIVO TEOLÓGICO GRANADINO (1995) 9-22. El padre
Pozo es bastante negativo con la figura de Bartolomé de las Casas, ya que fue un gran defensor de los
indios, oponiéndose a que fueran sometidos a encomiendas, pero propone la sustitución de los indios por
esclavos negros africanos. Hay una grave responsabilidad por su parte en el nacimiento de la esclavitud
negra en América.

7
que se realizaría. Intervino también en los asuntos de política religiosa de Alemania.

I.2.4. BARTOLOMÉ MIRANDA DE CARRANZA


Fue compañero de estudios de Melchor Cano y comparte, aunque como segunda
generación, la misma mentalidad teológica de la escuela de Vitoria. Sin embargo, no estudió
en Salamanca sino en el Colegio San Gregorio de Valladolid 10. Allí fue compañero de
Cano, y ya comenzaron una enemistad que durará de por vida. Fue teólogo en Trento y
arzobispo de Toledo. Siendo Arzobispo fue acusado por Cano de herejía y juzgado pos el
Santo Oficio de Castilla. Sospechando Melchor Cano la parcialidad del Tribunal de
Inquisición castellano, hace llevar el caso al Tribunal del Santo Oficio de Roma. Carranza es
retirado de la diócesis y llevado a la prisión del Castell Sant’Angelo en Roma. Allí murió sin
escuchar sentencia, y fue enterrado en Santa María sopra Minerva, hasta que hace pocos años
el Cardenal Primado Don Marcelo hizo solemne traslado de sus restos al mausoleo que el
mismo Carranza se había preparado en la Catedral Primada11.
“Summa Conciliorum”. Su título completo es “Suma de los concilios y de los papas,
desde Pedro hasta Paulo III”. Reúne los principales documentos del magisterio papal y
conciliar. Publicado en 1546 en Venecia, cuando él estaba en Trento, es el primer enquiridion
eclesial de documentos doctrinales. Lo dedica a Hurtado de Mendoza (embajador de Carlos Y
en el Concilio de Trento) y pretende que los padres conciliares tengan a su disposición todos
los documentos necesarios para juzgar las doctrinas protestantes. A petición de Carranza, el
libro lleva una introducción hecha por su discípulo Pedro de Sotomayor, en la que se dice que
el libro deben tenerlo los alumnos de teología y propone el manejo de dos obras
fundamentales por los mismos: la Summa Conciliorum y la Summa Theológica de Santo
Tomás. Aquel ideal de Mair, de una teología de dos pasos, se cumple en la concepción de
Carranza y de Sotomayor: el magisterio y la escolástica tomista, la teología positiva y la
especulativa.
La primera edición de Venecia lleva cuatro controversias escritas por Carranza: 1.
La autoridad de la Tradición; 2. La Autoridad de la Escritura; 3. La autoridad del Papa; y 4.
La autoridad de los Concilios. En su temática tiene cierto paralelismo con el “De locis
theologicis” de Cano. En el fondo pretende enseñar a manejar el material que se reúne en el
volumen, siendo, pues, una introducción de método teológico. El éxito de la obra fue
sumamente notable: desde 1546 hasta 1781 se hicieron treinta ediciones: “Generaciones de
estudiantes de teología llevaron consigo la Summa como hasta hace poco llevaban consigo el
Denzinger” (Duval).
“Catecismo”. Es su segunda obra importante. Se trata de un catecismo de adultos,
reeditado por Tellechea en dos volúmenes de la BAC maior. Suscitó una reacción hostil de
Melchor Cano, que lo acusó de protestantizante ante la Inquisición de Castilla, elaborando
una lista de frases que podrían considerarse heréticas. Teniendo en cuenta que Carranza era
Primado de España, el proceso tuvo gran polémica, ya hemos comentado los avatares del
mismo. La obra como tal es una gran exposición doctrinal. Tellechea defiende que las
acusaciones de Cano eran totalmente infundadas, que Carranza era ortodoxo y el proceso fue
una gran injusticia. Otro especialista del tema es Novalín, que hizo su tesis doctoral sobre el
inquisidor Valdés, dando la razón al tribunal inquisitorial y a la condena dictada contra
Carranza. Hemos de hacer las siguientes apreciaciones:
a. Las frases que Cano acusaba eran defendibles. En su contexto tenían un sentido
ortodoxo.
10
El Colegio San Gregorio de Valladolid representaba en España lo que el de Saint Jacques para toda la
Orden de Predicadores.
11
Cf. TELLECHEA, J.I.: Documentos para el proceso e Carranza.

8
b. Pero las frases, en aquel momento histórico, eran imprudentes, ya que sonaban a
afirmaciones de Lutero.
c. Esta imprudencia se debe al momento: Carlos I estaba cansado de las dificultades
de Alemania por la división de los príncipes alemanes, cansado de que le negaran
siempre la colaboración los príncipes protestantes, cansado de las guerras de
religión. Por el contrario estaba contento con la paz religiosa de que gozaba
España. Sin embargo, coincidiendo con la publicación del Catecismo de Carranza,
se producen en España los primeros brotes de protestantismo, que terminaron
reprimidos por la autoridad religioso-civil. Carranza era amigo personal de varios
de los implicados en estas refriegas. Ya que la política imperial era evitar perder en
España la paz religiosa, se leyó y estudió de forma sumamente dura el riesgo que el
Catecismo de Carranza pudiera implicar.

NOTA: Si bien correspondería estudiar a continuación el ultimo paso de la escuela de Vitoria,


veremos la escuela de la Compañía de Jesús, debido a la influencia que tendrá en la “muerte”
del espíritu de Vitoria.

I.3. LA ESCUELA TEOLÓGICA DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS

La escuela teológica de la naciente Compañía de Jesús tiene grandes semejanzas con la


escuela de Vitoria. San Ignacio se formó teológicamente en la escuela parisina de Crockaert,
y el grupo de los primeros jesuitas eran todos estudiantes en París. Consta, además, que
Ignacio los empujó para que fueran a oír las clases en el convento dominico de Saint Jacques,
con Crockaert. En ese grupo hay dos personas que tendrán un gran influjo en la formación de
la Ratio Studiorum de la Compañía: Diego Laynez y Alfonso Salmerón (ambos teólogos
papales en Trento)12.

Crockaert

Vitoria Ignacio

Francisco de Toledo

Hay dos tipos de influencia en la escuela jesuita: la vertical viene directamente de Crockaert,
la horizontal, a través de Vitoria y de Francisco de Toledo. Es precisamente Francisco de
Toledo la persona clave para comprender la expansión de las ideas de Crockaert. Fue
estudiante en Salamanca, discípulo de Vitoria y de Soto, amigo íntimo de este último. Joven
aún gana una de las cátedras menores de Salamanca. Cuando era profesor entra en la
Compañía de Jesús y San Ignacio lo llama a Roma para que organice el Colegio Romano
(actual Universidad Gregoriana), gran centro de estudios que Ignacio creó en Roma “al modo
de París”. No es una expresión vaga del mismo Ignacio, ya que está pensando en un plan de
estudios al modo del colegio parisino de Saint Jacques. El estilo de Crockaert se perpetúa en
la naciente Compañía por dos caminos diferentes.

12
POZO, C.: “San Ignacio de Loyola y la teología! ARCHIVO T. GRANADINO (1990).

9
Este influjo, en un segundo momento, se acentuó todavía más, y todo el grupo de los
primeros teólogos jesuitas procederán de las aulas de Salamanca: Juan de Maldonado
(discípulo de Soto), Francisco Suárez y Gregorio de Valencia (discípulo de Mancio de
Corpore Christi, de la tercera generación de Vitoria). Es interesante apreciar que los teólogos
jesuitas no sólo continúan el espíritu de Vitoria, sino que lo extendieron por toda Europa 13:
- Francisco de Toledo, será el organizador del Colegio Romano según el modo de
Vitoria.
- Francisco Suárez, será profesor durante años en el Colegio Romano, es considerado
como el mayor teólogo de la Compañía de Jesús.
- Juan de Maldonado, será el que, cuando en España muere el espíritu de Vitoria,
implanta en el Colegio parisino de Clermont el estilo y el modo de su escuela.
- Gregorio de Valencia lleva el estilo de Salamanca a los centros académicos que los
jesuitas crean en Alemania, como intento de contención al avance protestante. Allí
también se desarrolla una teología como la que en Salamanca impuso Vitoria.

I.3.1. IGNACIO DE LOYOLA


Hasta su conversión se movió en ambientes cortesanos y militares. Después sólo
piensa en el seguimiento e imitación de Cristo, peregrinando a Tierra Santa y aprendiendo la
importancia de la predicación y de la formación. A su vuelta de Jerusalén estudia latín en
Barcelona, pasa a Alcalá de Henares, donde lleva un disparatado plan de estudios, junto a un
apostolado demasiado fuerte. Decidiendo ir a París, comienza de nuevo su plan de estudios,
por lo que será en esta ciudad donde Ignacio se formará teológicamente.
En París obtiene grado en Filosofía y hace todos los cursos, excepto el último, de
teología, cursos que concluirá en Padua mientras intenta tomar una nave que le llevara de
nuevo a Jerusalén. Esa nave no apareció, y facilitó que los primeros jesuitas viajaran a Roma
para ponerse a las órdenes del papa, naciendo la Compañía de Jesús.
En las Constituciones legisla Ignacio cómo tiene que ser la teología en el seno de la
Compañía. Los puntos característicos de esta teología son:
a. Notas coincidentes con la escuela de Salamanca.
b. Notas propias de la escuela jesuítica.
I.3.1.1. Notas coincidentes con la escuela de Salamanca.
A. El libro de los Ejercicios Espirituales. Contiene meditaciones y reglas, entre las
que se incluyen las llamadas “Reglas para el sentido verdadero que en la Iglesia militante
debemos tener”, sobre el estilo en que el ejercitante ha de vivir en la Iglesia, escritas frente al
creciente protestantismo. Las trece primeras reglas fueron escritas en París, frente a un
protestantismo poco teológico, el resto las escribe en su etapa de Padua, haciendo frente ya a
un protestantismo más elaborado teológicamente. Nos interesa especialmente la regla número
11, en la que postula “alabar la doctrina positiva y escolástica” 14. Habla entonces de “doctores
positivos” (Santos Padres) y “doctores escolásticos” (teólogos medievales como Santo

13
Así lo recuerda el papa Juan Pablo II en su discurso a los teólogos en Salamanca, aunque no cita a los
jesuitas.
14
Utiliza el neologismo “positiva”. Hasta que Villoslada repuso a Mair en la historia de la teología, se
pensaba generalmente que era Ignacio quien había acuñado este término para su uso teológico específico.

10
Tomás, San Buenaventura y el Maestro de las Sentencias).
B. Las Constituciones de la Compañía. “Estudien humanidades y las lenguas
necesarias para la teología, filosofía y teología escolástica y positiva, y Sagrada Escritura”
(Parte IV, cap.5)15.
C. El Colegio Romano. Al organizarlo en 1566 da unas normas para su
funcionamiento: dos cátedras (mañana y tarde) más un tercer maestro que enseña Nuevo y
Antiguo Testamento
D. Libro de texto. Ignacio mandó que el libro de texto fuera la Summa Teológica de
Tomás de Aquino, “hasta que algún jesuita escribiera textos más acomodados a nuestro
tiempo”. Diego Laynez escribe el primer tratado de teología en la Compañía, De Trinitate,
nunca publicado debido a su mala letra. Se conoce, sin embargo, la censura que del mismo
tratado hizo Salmerón, y en la que pide “que se modere en las alegaciones de los Padres y
doctores pues son muchas y muy largas”. Salmerón era escriturista y le llama la atención el
excesivo aparato patrístico y “positivo” de la obra, por lo que pide mayor base bíblica.
E. Obras de autores jesuitas con talante positivo. Si tomamos por positivo a
documentación patrística, encontramos que todos los autores jesuitas lo tienen en cuenta. Pero
destaca entre todos ellos DIEGO RUIZ DE MONTOYA : con él se hace la teología “a lo
grande”16. En el Colegio parisino de Clairmont, desde 1565 a 1574, encargan el discurso
inaugural a JUAN DE MALDONADO . En las cuatro ocasiones habla del método teológico
pidiendo que la teología especulativa (sistemática) conozca la escritura, los concilios y los
padres. Añade también las lenguas necesarias para leer a los Padres y la Biblia: latín, griego y
hebreo.
Es curioso el gran número de jesuitas de las primeras generaciones que enseñaban en
las Cátedras de Prima y Vísperas y a su vez publicaban comentarios bíblicos. Francisco de
Toledo nos ha dejado un comentario a la Summa de Santo Tomás, un comentario a la Carta a
los Romanos, otro al Evangelio de Lucas y un importante comentario a San Juan. Juan de
Maldonado, profesor de sistemática, publica comentarios a los cuatro evangelios (29
ediciones hasta hoy, los comentarios a Mateo y Lucas se tradujeron en el siglo XVII al etíope,
en el XIX al inglés y en el XX al castellano). Hay otros comentarios hechos por profesores de
Escritura, pero aquí nos interesan aquello realizados por patrólogos. A. Lapide (van Steen)
hace un gran comentario a toda la Biblia, excepto los libros de Job y Salmos. La
preocupación por la exégesis comienza ya entre los primeros compañeros de Ignacio. Laynez
y Salmerón escriben al final de sus vidas comentarios al Nuevo Testamento.
F. Tomismo abierto. En las Constituciones de la Compañía, parte IV capítulo 14,
determina Ignacio que el libro de texto de la nueva congregación ha de ser la Summa
Theologica. Hasta entonces sólo lo era en conventos dominicos. El tomismo que se manda
tener en la Compañía es de hecho un tomismo abierto. Era de esperar si se tiene en cuenta
que los primeros jesuitas se habían formado en la escuela de Crockaert. Se manifiesta en:
- El mandato de que el libro de texto se la Summa no es absoluto, ya que se deja la
puerta abierta al Maestro de las Sentencias.
- Se manda que sea libro de texto hasta que un jesuita escriba un texto más acomodado
a nuestros tiempos (Laynez).
- Tras la muerte de Ignacio, en la primera Congregación General, se aprueban las
15
Cuando dice “teología positiva” se refiere al estudio de los Padres, y no al de la Biblia. La razón es que en
Salamanca la Sagrada Escritura se explicaba en una cátedra diferente a la teología “positiva”, que se
explicaba en las cátedras fundamentales de prima y vísperas.
16
El Padre Pozo no está de acuerdo con el Padre Aldama que afirmaba el nacimiento de la teología histórica
con Ruiz de Montoya.

11
Constituciones, y en materia de doctrina se pide que se explique Santo Tomás “o al
menos una doctrina no contraria a la suya”. En la cuarta Congregación General, el
Prepósito Claudio Acquaviva manda hacer normas sobre estudios en las que se dice
que hay que seguir a Tomas, pero no en todo. Intervino en esas normas el ya anciano
Salmerón, que mantiene el principio de que “no hay que jurar en la palabra del
maestro” (no jurar el seguimiento de un maestro) y “no reducir la libertad del teólogo
jesuita más allá de lo que pide la autoridad de la Iglesia”.
I.3.1.2. Notas propias de escuela jesuita.
Hoy está demostrado que se debe a los primeros jesuitas el nacimiento de la moral
como asignatura independiente. En la Edad Media y en Salamanca se explicaba moral
incluida en la explicación de la Summa y de la teología Sistemática. La Summa de Tomás de
Aquino sigue el esquema de la via exitus (via de salida) y via reditus (vía de vuelta): Dios
crea. Pecado como ruptura. Vuelta a Dios. De este modo aparece en la segunda parte de la
obra del Aquinate. Cuando Ignacio organiza los estudios de la Compañía, creó una Cátedra de
la que procede la separación de la asignatura de moral: “Casos de conciencia”. Es muy
curioso que cuando Ignacio fue perseguido por la Inquisición en Alcalá de Henares, quiso
estudiar en Salamanca. Tras el examen con jueces eclesiásticos le hicieron salir de
Salamanca, ya que le prohibieron poder determinar él mismo en su pastoral si algo era pecado
mortal o venial, al menos hasta que no hubiera concluido cuatro años de Sistemática. Ignacio
de defendió diciendo que entonces no podría ayudar a las almas. Esta mentalidad le llevó a
opciones legislativas en línea de preparar buenas confesiones, de ahí la nueva cátedra de casos
de conciencia (Constituciones, parte IV, caps. 5-7.8). Sugiere, además, que haya algún libro
de texto para la cátedra, lo que conllevó la aparición de libros de texto que trataban
exclusivamente de moral. El primero que se editó fue el del eficaz secretario de Ignacio,
JUAN DE POLANCO: “Breve directorio para cumplir bien el oficio de confesor y de
penitente”, se tradujo pronto al portugués, checo, francés, italiano y alguna lengua eslava, fue
publicado el Roma en 1554.
El modo en que se tenían las clases dio lugar a un género literario: los libros de casos
de conciencia, que pretendía clarificar qué es pecado mortal y qué pecado venial. En la
producción jesuítica de moral, omitimos a aquellos que trataron la moral desde la istemática:
Luis de Molina, Juan de Lugo y otros. Nos interesan los que escribieron obras exclusivamente
de moral: TOMÁS SÁNCHEZ, jesuita, publicó dos tomos: “Explicación de los preceptos del
decálogo” y un tratado en tres tomos: “De matrimonii sacramento”.
Los tratados de moral como género literario habían comenzado con JUAN AZOR que
publica en el siglo XVII tres tomos. LAYMANN publicará cinco tomos en München el año
1625. Posterior a él, en 1650, publica su tratado de moral el jesuita BUSANBAUM, que fue la
base sobre la que comenzó a escribir Alfonso María de Liguori.

I.3.2. TEOLOGÍA DE CONTROVERSIAS


Es la preocupación por los puntos teológicos que separan al catolicismo del
protestantismo. Hemos de notar lo siguiente:
a. Ignacio en sus años de estudio, 1529-1534, asiste al estallido y represión del
protestantismo francés. Es en este tiempo cuando escribe la primera parte de las
“Reglas para sentir con la Iglesia”, de clara mentalidad antiprotestante, en las que
critica fuertemente el protestantismo popular, el que rechazaba el culto a los santos,
la liturgia o los preceptos de la Iglesia. Son posteriores los temas más polémicos con
la ideología protestante: fe y justificación, predestinación, etc. Esto muestra que, ya
en París, aparece el problema protestante como preocupación de Ignacio.

12
b. Cuando ya existe la Compañía, la preocupación se refleja en algunas iniciativas de
su vida. La creación del Colegio Romano pretende formar jóvenes de naciones
septentrionales de Europa para que vuelvan después a sus países y reconstruyan la
fe católica: Alemania, Austria, Bohemia, Moravia, Silesia, Prusia, Dania, Bernia e
Inglaterra. Ignacio se preocupa de crear un seminario en el que residan los
estudiantes del Imperio.
c. La idea de escribir un compendio de teología donde se reúnan los grandes temas
teológicos que separan a Católicos y Protestantes, es de Ignacio, pero se da la orden
de que se ejecute poco después de su muerte. El primero que realizará el gran
proyecto es GREGORIO DE VALENCIA. Estudió en Salamanca y fue enviado a
Alemania para enseñar teología en los centros teológicos de Dillingen y
Ingoldstadt. Su volumen se llama: “Sobre las cosas de la fe controvertidas en este
tiempo”.
d. En las normas que se dan el año 1566 para la Facultad de Teología del Colegio
Romano, se crea una cátedra en la que hay clases dos veces a la semana “sobre las
controversias de nuestro tiempo contra los luteranos”. Tras la muerte de Ignacio, se
fundó el Colegio Inglés, a imitación del Germánico. La cátedra de Controversias
ayudó a su formación. El comienzo de la cátedra fue modesto, hasta que llega a ella
el jesuita ROBERTO BELARMINO, que la ocupa entre 1576 y 1587. El resultado de
sus clases “De Controversiis”, se publica en Inglodstadt en 1586 (primer tomo),
1588 (2º tomo) y 1593 (3º tomo). La cantidad de obras protestantes contra ella es un
claro indicio de su importancia. En el ámbito interior de la Iglesia Católica,
Belarmino fue creado cardenal y luego canonizado y proclamado doctor de la
Iglesia17.

I.3.3. LOS CATECISMOS.


Llama la atención la cantidad de teólogos jesuitas que escriben catecismos:
a. En Alcalá, Ignacio se dedica a dar Ejercicios Espirituales y enseñar el catecismo
como apostolado. Desde el punto de vista académico, Ignacio comete muchos
errores en Alcalá: el plan es demasiado amplio y se dedica al apostolado junto con
el estudio, por eso en París deja el apostolado por completo (si no es para dar
Ejercicios a sus compañeros). A los profesos de la Compañía les impone unos votos
simples entre los que se encontraba el de “enseñar el catecismo”. Él mismo
enseñaba el catecismo en Roma en un lamentable italiano.
b. Cuando hacen a Laynez y Salmerón teólogos papales, y un tercer jesuita, Jayo, es
enviado como teólogo del cardenal de Habsburgo, les da una instrucción sobre su
actuación en el Concilio: “tienen que enseñar a los muchachos un rato de catecismo
y a rezar”.
c. Cuando presenta a Paulo III la fórmula de la Compañía, llama la atención que no se
omite el decir “especialmente por la formación de los niños y de los rudos en el
cristianismo”
d. En las Constituciones hay normas para que se enseñe el catecismo.
e. A partir de estas premisas se comprende la cantidad de catecismos que publicaron

17
N.B. En la Compañía de Jesús, además de Belarmino, ha habido otro doctor de la Iglesia en este tiempo,
San Pedro Canisio, oriundo de los Países Bajos y considerado el segundo apóstol de Alemania. También él
tiene una importante producción teológica, en línea de las controversias. Lo veremos más adelante, al tratar
de los “Centuriadores de Magdeburgo”.

13
los primeros jesuitas: FRANCISCO JAVIER escribe en Goa un catecismo en
portugués, en Ternate un catecismo con declaración rimada del Credo en portugués;
prepara un catecismo en Japonés con ayuda de Anjiro (su traductor). Este intento de
traducir a lenguas indígenas se prolonga a una serie de misioneros jesuitas de
América y Filipinas.
f. Un hecho curioso es que los dos doctores de la Iglesia de la Compañía son autores
de catecismos. El más famoso es PEDRO CANISIO, que publica un catecismo mayor
(para sacerdotes y catequistas) en 1555, llamado por la fecha “Summa
Pretridentina”. Al concluir el Concilio de Trento lo rehace y en 1566 lo edita,
conocido como “Summa Postridentina”. Está escrito en latín. Intentará hacer una
obra de síntesis de la doctrina católica, al modo de los loci comunes de Melanchton
para los protestantes. El año 1556 escribe, también el latín, un “Catecismo
Mínimo”, como apéndice a la gramática latina que aprenden los niños (Gramática
de Codietto). Ese mismo año publica un “Catecismo Mínimo” en alemán. Entre el
Catecismo Mínimo y el Maior, se coloca el “Catecismo Menor”, que se desea que
aprendan los fieles de memoria. Se publica a finales de 1558, en latín, y a
comienzos de 1560 en alemán. Teológicamente, su catecismo más importante es el
mayor, pero el menor tuvo un gran influjo ya que fue el que aprendieron los
católicos alemanes hasta comienzos de nuestro siglo.
ROBERTO BELARMINO publicó un catecismo breve en Roma en 1597 y otro Maior
en 1598, ambos en italiano. Ha tenido cuatrocientas ediciones en Italia, traducido a
56 lenguas y dialectos, y ha tenido gran difusión en misiones. La última edición se
realizó en Milán en 1941.
g. En esta época, dos jesuitas españoles escriben sus respectivos catecismos: GASPAR
ASTETE Y JERÓNIMO RIPALDA . Han estado en uso en España hasta el Concilio
Vaticano II. Astete en la zona norte y Ripalda en el sur. Pero su influjo llegó a
América y a los estratos hispanos de Filipinas.

I.4. EL FINAL DEL ESPÍRITU DE VITORIA EN SALAMANCA.

I.4.1. LOS COPILADORES.


Hemos señalado ya un esquema de las generaciones de la escuela de Salamanca. En la
cuarta generación, los llamados “Copiladores” fueron unos frailes dominicos que recibieron
de sus superiores el encargo de recopilar los manuscritos de los grandes teólogos dominicos
que les habían precedido en el siglo. Tienen conciencia de que las cátedras de Prima y
Vísperas han estado en manos dominicanas pero han dejado pocas publicaciones y muchos
manuscritos inéditos. Los dos grandes copiladores son: BARTOLOMÉ DE MEDINA Y
DOMINGO BAÑEZ.
Bartolomé de Medina publicará un gran comentario a la segunda parte de la Summa y
Bañez a la primera. Son comentarios no originales, se limitan a transcribir los reportata de
los alumnos. Es de señalar que en cualquier escuela filosófica o teológica, cuando la
preocupación de centra en recopilar es señal de la fuerza creativa se está agotando.

I.4.2. DESMEMBRAMIENTO DE LA UNIVERSIDAD.


Los dominicos habían controlado las dos cátedras fundamentales durante todo el siglo
XVI. Habían representado un “tomismo abierto”. El problema es que con Medina y Bañez se

14
comienza a enseñar en ellas un “tomismo rígido”. Ya en el siglo XVII, con Felipe III, los
dominicos consiguen que el Duque de Lerma les instituya cátedras de Prima y Vísperas
nuevas en el convento de San Esteban de Salamanca. Esta creación de nuevas cátedras
propias supone el comienzo de un movimiento de crear cátedras internas en cada Orden
religiosa. Los jesuitas crean la suya en la que enseñan suarismo; los franciscanos enseñarán a
Scotto; los benedictinos la teología de Anselmo. Se desmorona y desmembra de este modo la
Universidad como gran centro docente. Esto implica: a) Es inimaginable que hubiera
profesores de altura para tantas cátedras; y b) Tampoco debía haber alumnado suficiente para
todos.

I.4.3. CONTROVERSIAS “DE AUXILIIS”.


Es en este ambiente en el que surgen las “Controversias De Auxiliis”. El año 1588
publica el jesuita Luis de Molina en Lisboa el libro “La Concordia” (“Concordia del libre
albedrío con los dones de la gracia, la presciencia divina, la providencia, la predestinación y
la reprobación”). Intenta concordar la libertad con una serie de elementos que todo teólogo
tiene que admitir.
Apenas publicada la obra cayó en manos del dominico Domingo Bañez que acusa la
obra como herética ante la Inquisición portuguesa. Bañez piensa que no es lo suficientemente
dura con Molina y traslada el proceso a la Inquisición de Castilla. A los seis años e
publicarse, 1594, comienzan las controversias “de auxiliis”, sobre los auxilios de la divina
gracia. Lo que comenzó siendo un choque entre dos teólogos, se convirtió en enfrentamiento
constante entre dos órdenes religiosas, dominicos y jesuitas, cada una a favor de su
correligionario.
- Primera Fase (Previa): Durante el tiempo que dura el proceso de la Inquisición
portuguesa. En los conventos dominicos hay actos públicos para atacar las tesis más
características de La Concordia . Al contrario se produce en las casa jesuíticas.
- Segunda Fase: Traslado del proceso a la Inquisición de Castilla. El inquisidor de
Castilla pide a ambos grupos que preparen un informe sobre la posición de cada
orden.
- Tercera Fase: El nuncio ruega a Roma que aboque a sí la controversia. Teme que
haya intrigas en ambas órdenes con el rey. Cuando Roma la aboca no pasa a la
Inquisición romana, sino directamente al papa, a la sazón Clemente VIII, que juzgó
personalmente el caso pidiendo que lo discutieran ante él. Durante nueve años
(1598-1607) teólogos dominicos y jesuitas discutieron ante el papa. Hubo 120
reuniones distintas de discusión ante Clemente VIII, hasta que concluyeron con
Paulo V. Los teólogos jesuitas que llevaron la voz de la orden ante el Papa fueron
varios, el más importante Gregorio de Valencia. Entre los dominicos fue Tomás
de Lemos, conocido por su obra sobre el problema: “Panoplia divinae gratiae”18.

Las discusiones concluyen con un decreto de Paulo V en 1607 (Dz 1090/1977): Da


permiso a los participantes en las controversias para volver a sus patrias y que, mientras haya
una definición papal, cada uno puede defender su propia teoría, siempre que no califique de
hereje al contrario. Tomado en sí mismo, el decreto es neutral, pero, recordando el comienzo
de la controversia, entre los jesuitas se concibió como una victoria, ya que no se condenaba la
Concordia de Molina. Parece que Clemente VIII al final de su vida estaba inclinado a
condenar la obra de Molina. Consta que le habló Belarmino: “Creo en la infalibilidad

18
“Conjunto de normas a favor de la gracia divina”.

15
pontificia, si condena el libro como herético estoy persuadido que morirá antes de hacerlo”.
Esto le costó que le enviaran fuera de Roma como arzobispo de Capua.

I.4.3.1. ¿Qué defendía Molina?


Ya Boecio había resuelto cómo conciliar la libertad con la presciencia divina. En su
obra “De consolatione philosophie” afirmará que “el mero ‘ver’ no toca la libertad. Dios es
un ‘espectador que está arriba’, desde donde ve toda la historia de la humanidad
simultáneamente”. Los otros aspectos del problema son más complicados y no los tocó
Boecio: ¿cómo dirige Dios la historia personal sin menoscabo de la libertad? Molina cree
poder mostrar que Dios puede regir la vida de cada hombre a través de su ciencia. Molina
distingue tres ciencias en Dios (la primera y la tercera son admitidas sin problemas por todos
los teólogos):
1ª CIENCIA DE SIMPLE INTELIGENCIA :con ella Dios conoce todo lo
posible=POSIBLES
2ª CIENCIA MEDIA: con ella Dios conoce los futuribles= FUTURIBLES.
3ª CIENCIA DE VISIÓN: con ella ve la historia, lo real= REALIDADES PRESENTES.

El hecho de que Dios conozca toda la historia no coarta para nada mi libertad. Pero
Dios conoce lo que yo haría, mis opciones libres. Un futurible es aquello que yo haría
libremente si Dios me pusiera en circunstancias distintas de las actuales. El mérito de esta
solución es que el mero conocer no toca la libertad, y, sin embargo, Dios puede regir la
historia eligiendo el orden de circunstancias, no de modo ciego, sino sabiendo lo que yo haría
en cada orden diverso. La predestinación y reprobación se explican es esta época sólo por el
orden de circunstancias que Dios ha elegido. La elección de Dios tiene como objeto el orden
en su conjunto, en ese conjunto, cada elemento (cada hombre) responde de un modo
determinado. La Concordia de Molina pregunta finalmente por qué Dios ha escogido el orden
actual en que unos responden y otros no. Molina responde con la “razón equis”, no sabemos
por qué Dios lo ha hecho así.
Francisco Suárez quiso suprimir la “Razón X”, diciendo que Dios ha elegido este orden
por amor a los hombres que en él van a decir “Sí”. El inconveniente de esta solución es qué
pasa con los que responden negativamente.

I.4.3.2. ¿Qué defendía Bañez?


Opina que la gracia eficaz es un impulso interno (moción interna) que infaliblemente
consigue su objetivo (Teoría de la Premoción física), es eficaz en sí misma. Prediccio et
Reprovatio ante praevisa merita. Los jesuitas acusaron a Bañez de luterano. Cuando Lutero
publica su obra De captivitate Babylonica, se alarman en toda Europa porque aparece la
herejía luterana. Enrique VIII escribe contra Lutero defendiendo los siete sacramentos la obra
Assertio septem sacramentum. Recibe por ello el título de “defensor de la fe”. Erasmo pensó
que lo más grave de la obra de Lutero no era la negación de los sacramentos, sino de la
libertad el hombre. Por eso escribe el De libre arbitrio. Lutero admite libertad en el campo
profano, pero no en el religioso, en el que considera al hombre pasivo ante la gracia de Dios.
Lutero no se molestó en responder a Enrique VIII, pero sí escribió una respuesta a
Erasmo, su obra De servo arbitrio, al final de la cual afirma: “Con motivo de mi obra anterior
he tenido muchos ataques que han ido por las ramas, tú por el contrario te has tirado con un
cuchillo a la yugular, en lo cual te felicito porque muestras que has entendido perfectamente

16
dónde está el problema”.
Los jesuitas se habían preocupado fuertemente del tema protestante, su formación
estaba orientada al enfrentamiento antiprotestante, por eso conocían perfectamente el
pensamiento de la Reforma y eran sensibles a un sistema que les parecía que no respetaba
suficientemente la libertad, de ahí que miraran negativamente la solución de Bañez,
acusándole de luterano. Si la gracia es eficaz en sí misma, sucumbe la libertad. En la solución
de Bañez, Dios hace la predestinación escogiendo la gracia que desea para llegar a unos
méritos ¿cómo subsiste la libertad bajo esos impulsos físicos?. Pero Bañez hubiera podido ser
también acusado sobre el tema de la predestinación. Sin caer en la dureza calvinista, la coloca
ante praevisa merita, y ahí Dios prevé las gracias que en sí mismas son eficaces.
Molina explicaba que la gracia es eficaz en cuanto Dios prevé los futuribles. A Molina,
sin embargo, se le acusó de cercano al pelagianismo. Contra Pelagio, la Iglesia mantuvo que
Dios es la causa de la salvación de los que se salvan (el hombre es la causa de su
condenación). La acusación de Bañez es que Molina hace que con sus sistema Dios vaya a
remolque de lo que el hombre hace, no manteniendo el principio anterior: Dios ve en la
ciencia media lo que el hombre haría y según eso elige, por lo que va detrás de la acción
futura del hombre. Esta objeción no es fundada. En los infinitos órdenes que Dios ve como
futuribles, hay órdenes en los que cualquiera de nosotros dice sí, y órdenes en los que
cualquiera dice no. Dios tiene la iniciativa eligiendo un orden y no otro, razón que no
podemos explicar (razón X). Pero hay que reconocer que al comienzo de las Controversias,
los jesuitas usaron fórmulas muy malas. En la primera fase es frecuente la tesis: “con la
misma gracia Pedro se salva y Judas se condena”. Tesis mal formulada porque: a) se entiende
que con la misma cantidad de gracia Pedro libremente diga sí y Judas no. El que elige su
destino es el hombre; b) Cuando Dios da la misma cantidad de gracia a Pedro y a Judas, prevé
lo que libremente van a hacer. A Pedro le da esa gracia sabiendo que va a decir sí con ella.
No hay que ver lo entitativo sino a quién le hace mayor beneficio de modo consciente. La
tesis hubo de ser matizada y luego abandonada, ya que hay que ver que desde el beneficio, las
gracias son distintas.
Al final de las controversias se van afinando las fórmulas, de tal modo que subsistía, no
el molinismo puro, sino el sistema de Suárez (congruismo), que busca salvar la acusación de
pelagianismo: Dios elige este orden por amor a los que se salvan. Hay que reconocer que las
controversias tuvieron efectos muy negativos, que incidieron en algo que se anunciaba ya, la
muerte del espíritu de Vitoria:
a. Aparece el espíritu de “escuela”, formar bloque para defender un sistema teológico
especulativo, no para defender dogmas sino una teoría. Vuelve el espíritu de escuela
cerrada.
b. Muere de nuevo el interés por la teología positiva. Tantos años de discusiones
especulativas desplazaron la atención de lo dogmático a las teologías escolásticas.
Entre dominicos y jesuitas se dan grandes figuras después de las controversias. Juan
de Santo Tomás para los primeros y Juan de Lugo para los jesuitas.

El último gran autor que hace teología con el espíritu de Vitoria es el jesuita DIEGO
RUIZ DE MENDOZA , que tiene una enorme erudición patrística. Se puede decir que es el que
desarrolla y aplica el método de Salamanca más a lo grande, esto es, desarrolla la parte
positiva con gran erudición patrística y añade a ella la especulación. Aunque Aldama asegure
en la Enciclopedia Lusobrasileña que hace teología histórica, no podemos considerarlo como
tal, ya que la teología histórica es la propia del siglo de oro francés (historia patrística del
dogma), mientras que Montoya une positivo a especulativo. La teología histórica sólo hace
historia, dejando caer lo especulativo, como ya veremos.
17
II. EL HUMANISMO RENACENTISTA

Es evidente que el Renacimiento es un fenómeno mucho más amplio que su


traducción teológica. El ideal es la vuelta a los clásicos, tanto en arquitectura como en
ciencia. Se pone de moda el latín de los clásicos, especialmente de Cicerón. Para el
Renacimiento, si en todos los demás campos el ideal es la vuelta a los clásicos, en la teología
se trata de volver a lo primitivo, de ponerse en contacto con las fuentes, por eso los teólogos
renacentistas se caracterizan por:
- Abandonar el latín eclesiástico y hablar un latín clásico (ya lo vimos en Domingo de
Soto).
- Defender teorías positivas de estudio de la Biblia en su idioma original y estudiar
los Santos Padres, representantes del cristianismo naciente.

II.1. ERASMO DE ROTTERDAM.


Nace en 1466. En su juventud tuvo contactos con la “devotio moderna” (representada
por Kempis y el movimiento de los “hermanos de la vida común”). Estudia en Lovaina y
Basilea, vuelve a Lovaina donde recibe gran influjo en la Universidad. Se mueve mucho y
entra en contacto con los grandes humanistas de la época (Luis Vives, Tomás Moro, etc.).
Muere en Basilea.
Colegio Trilingüe. El año 1519 funda en Lovaina el Colegio Trilingüe donde se enseña
latín, griego y hebreo. Es una de las creaciones más características del Renacimiento. Todas
las Universidades importantes copiarán esta institución. En España la primera Universidad
que lo creará será Alcalá19. El ideal y la preocupación es típicamente humanista: conocer lo
cristiano primitivo en las fuentes, ello requiere que se conozca en su forma original, en el
idioma en que se escribió.

Traducción latina del NT. Realizada por Erasmo en 1515, directamente del griego. Le
ayudó para su cometido el estudio de Valla sobre la filología griega del NT. A la traducción
añade notas filológicas (no exegéticas) justificativas, por lo que tuvo un gran influjo, para
bien y para mal. Parece ser que incluso Lutero, aunque afirma que tradujo el NT del griego,
se ayudó de la traducción de Erasmo. Las notas filológicas erasmianas son numerosas y
características, así como abundantes cuando se separa de la Vulgata (v.gr. el kejaritomene lo
traduce por “graciosa”, igual que Lutero). El latín que usa Erasmo es clásico, ni eclesiástico,
ni escolástico, ni popular.

Método de la teología humanista. Formulado en su obra “Rato Theologicae” de


1519:
a. El teólogo ha de tener como fin principal el estudio de la Biblia son sabiduría, esto
es, en sus lenguas originales. El centro de la teología es lo positivo.
b. El estudio de los Santos Padres hay que hacerlo viendo cómo entendían ellos la
Biblia y no fijándonos en su teología. Hay un principio de preferir a los Padres
griegos frente a los latinos, ya que piensan que al ser grecoparlantes entendían
mejor la Biblia.
19
Alcalá es una Universidad creada por el cardenal Cisneros que nace como universidad renacentista.
Salamanca es una vieja universidad medieval que se remoza. Es característico que sea la primera en copiar
el trilingüe, porque a Salamanca llegará más tarde.

18
c. En bastantes ocasiones hay un desprecio de la escolástica en cuanto teología
especulativa. Esta actitud viene de lejos. Ya en 1509 Erasmo había publicado el
Elogio de la locura, obra sarcástica en la que se ríe de la teología escolástica y
especulativa.
d. En esta obra propone hacer una Summa Theologica, que nunca realizó, pero
exclusivamente con tesis tomadas de frases del NT.
e. Hace un fuerte ataque a la Vulgata, a la que atribuye la culpa de no pocos defectos
que él cree ver en la teología occidental. El decreto de Trento sobre la Vulgata
obedeció en gran parte a reaccionar frente a los ataques de Erasmo.
Reforma de la Iglesia. La figura de Erasmo es rica y compleja. Hay ciertos aspectos de
la misma que serían interesantes, pero que no podemos tratar. En concreto sus escritos sobre
la reforma de la Iglesia. En este campo fue un reformista muy eficaz; una vez que sucede la
Reforma protestante, la llamada “contrareforma” la llevaron adelante los grandes santos del
período: Ignacio de Loyola, Teresa de Jesús, Juan de la Cruz, Carlos Borromeo, Felipe Neri;
mientras que la Reforma de Erasmo adolece d ser no vivida, de “gabinete”. Debido a su
preocupación reformista, el nacimiento del luteranismo vio con simpatía la figura de Erasmo,
hasta el incidente señalado más arriba. Erasmo se da cuenta de que no puede marchar tras un
reformador que se salía de la Iglesia. La ineficacia de sus tratados sobre la reforma eclesial se
manifiesta en los “bandazos”: tan pronto escribe opúsculos con críticas feroces a la
religiosidad popular (especialmente la mariana), que un oficio lleno de devoción a la Virgen
de Loreto. Dos líneas que se entremezclan cronológicamente.

II.2. INFLUJO DE ERASMO.


II.2.1. SOBRE LA UNIVERSIDAD DE ALCALÁ.
Cisneros creó en primer lugar el Colegio de San Ildenfonso, típicamente renacentista.
Es la primera universidad española que copia el esquema del Trilingüe de Lovaina. Cisneros,
al copiar los estatutos de la universidad no se inspiró ya en la Universidad de París (medieval)
sino que hizo una creación nueva, la primera Universidad de planta totalmente renacentista.
Primera Biblia Políglota del mundo. Llamada Biblia de Cisneros coloca en
columnas paralelas, para el AT el hebreo, los LXX, la Vulgata, el arameo (=traducciones
siriacas). Lo más característico es el prólogo del propio cardenal: “deseo que de este modo
los estudiosos tengan el texto bíblico en su lengua original y no los riachuelos de las
traducciones”. Parte de la importancia estriba en que para fijar el texto utiliza manuscritos
que hoy ya no existen.
Gramática hebrea. Publicada poco después para que el trilingüe de Alcalá tenga un
libro de texto, y, además, un diccionario de hebreo y arameo. Por entonces en Alcalá se
montan grandes imprentas con caracteres griegos y hebreos, y se publican ediciones de Santos
Padres, especialmente de los Padres griegos. Es de resaltar que en el mismo tiempo en
Colonia se publican ediciones de los Padres Griegos traducidas al latín, y no en griego.
II.2.2. LA ORGANIZACIÓN DE LA UNIVERSIDAD.
Cisneros crea tres cátedras de vísperas, tres de prima y suprime las cátedras menores.
En las cátedras de vísperas y prima se enseñará tomismo, nominalismo y escotismo. Con este
paso, el cardenal quiere evitar lo ocurrido en Salamanca, que apoderándose profesores de una
determinada tendencia o escuela de una de las cátedras, e incluso de las dos, se hiciera
prevalente una sola escuela. En ambientes humanistas se aconseja conocer las tres vías
principales de la teología, ideal implantado a mediados del siglo XVI en Valencia por JUAN
DE CELAYA : reduce las tres cátedras de prima y vísperas a una sola, pero mandando explicar

19
la teología según las tres vías. La Universidad de Valencia se crea tomando como modelo la
de Alcalá, y no ya la de Salamanca. En una obra de Celaya en que hace un comentario del
Maestro de las Sentencias, delata una tendencia neutral. El conocimiento de las tres vías
pertenece ya a la cultura sin que exista necesidad de tener que identificarse con alguna de
ellas. Lo especulativo se da como información de lo que ha sido la escolástica, más que como
intento de formar la mente en ese sistema determinado.
II.2.3. LOS HEBRAÍSTAS DE SALAMANCA.
Aunque con algo de retraso sobre Alcalá, también en Salamanca se crea un trilingüe,
gracias al cual gana singular relieve la cátedra de Biblia (jurídicamente considerada menor).
Mientras que Erasmo se volcó en el NT, en Salamanca se volcarán especialmente en exigir el
conocimiento del hebreo para estudiar el AT. De ahí el apelativo con que se les conoce: los
hebraístas. Los nombres más conocidos son: Grajal, Martínez Cantalapiedra y,
especialmente, el agustino fray Luis de León. Este último es el considerado más importante:
una de las figuras más complejas de la teología española del XVI, catedrático de Biblia y
después de la cátedra menor de Durando.
El grupo tuvo dificultades con la Inquisición, no sólo por distanciarse de la Vulgata,
sino por los ataques a la misma (recordemos a Erasmo). Expusieron, además, teorías que
entonces resultaban muy avanzadas y que fueron presentadas sin matizaciones. Fray Luis de
León afirmaba, por ejemplo, que en el Cantar de los Cantares sólo se trata del cantar de bodas
de Salomón con una reina, restando sentido religioso al texto bíblico. La es que estas teorías
se exponen en libros escritos en castellano, por lo que se consideraba para ambientes no
teológicos.
Fray Luis de León:
a. Comenta las Sentencias a través de Durando durante su etapa como catedrático de
nominalismo. Con cierta frecuencia expone sus propias teorías.
b. En su edad madura llega a vivir la primera parte de las Controversias de Auxiliis, y
toma posición a favor de Molina.
c. Como escriturista es un excelente traductor al castellano del Cantar de los Cantares,
en un momento histórico en que, por motivos antiprotestantes se ponían muchas
trabas a las traducciones vernáculas de la Biblia.
d. “De los nombres de Cristo” es una de sus obras geniales, en un castellano clásico
colosal. Fingiendo un diálogo en la finca de reposo de los agustinos de Salamanca,
hace una cristología partiendo de los nombres que se dan a Cristo en las profecías
del AT.
e. En sus poesías tiene estupendas traducciones de los salmos en verso.
f. “La perfecta casada” es una exposición y comentario del canto a la mujer fuerte del
capítulo 31 de Proverbios.
Estas cualidades nos dan un retrato de lo que es el ideal renacentista “no dejarse
encasillar en una especialidad”, ser un hombre de cultura general, con la preocupación de
escribir bien, tanto en latín como en su propia lengua. De los teólogos de la escuela de
Salamanca que ya hemos visto, Domingo de Soto es el que tiene más talante humanista: es
sistemático moralista, escribe comentarios bíblicos y en un latín clásico

III. LA REFORMA LUTERANA

20
III.1. MARTÍN LUTERO
Martín Lutero es fraile agustino que en cierto momento de su vida forma parte de un
movimiento que busca una mayor austeridad en la Orden. Posteriormente entra en crisis, con
tres características:
1. Se formó en nominalismo. Esta escuela jugaba con el tema de la potencia absoluta
de Dios (Ockam se preguntaba si puede Dios llevar al cielo a un pecador no
arrepentido, a lo que respondía afirmativamente, lo que implica una concepción
localista del cielo). De ahí aprenden Lutero la fórmula, simul iustus et pecator.
Además, el nominalismo en espiritualidad es pelagiano, enseñaba que el hombre,
por sí mismo, podía llegar a las metas más altas. Esta espiritualidad lleva al
desaliento pues el hombre advierte pronto que no puede alcanzar todo lo que quiera,
por lo que pasa del idealismo a la gran caída.
2. Lutero vivió de manera aguda una tesis de moda en el agustinismo exagerado
medieval: considerar pecado cualquier impulso de la concupiscencia, aunque sea
involuntario.
3. La psicología de Lutero es hipersensible.

Lutero vive años muy tensos de angustia espiritual, crisis que se resuelve en la
experiencia que tuvo en la torre de su monasterio mientras leía Rom 1, 17. Afirma tener una
iluminación instantánea en la “turm erlebniz”. Es discutible que la iluminación haya sido
repentina, ya que en sus escritos anteriores ya va anunciando su teoría. Esta iluminación
consiste en darse cuenta de que la justicia de Dios no es positiva, sino justicia con que nos
hace justos, pero es, además, una justicia que se manifiesta en el creyente, “Si creo, Dios me
hace justo”: “De fe en fe, ... el justo vivirá por la fe”. Es lo que Lutero llama “Doctrina
consolatoria”, no he de angustiarme, si creo, Dios me comunicará su justicia. Más adelante
encuentra confirmada su teoría en Rom 3,28, donde se dice que el hombre se justifica por la
fe, sin las obras de la ley, y afirmará Lutero: “puedo estar empecatado, pero la fe me justifica,
aunque no tenga buenas obras”. Si el texto lo interpretamos como entrega condicional a
Cristo, la tesis de Lutero pierde fuerza, pero él interpreta fe como confianza en Dios que no
me va a tener en cuenta mis pecados. Lutero se da cuenta de que su interpretación está en
contra de la tradicional eclesial, la que la Iglesia había tenido desde los orígenes hasta el siglo
XVI.
En la edición crítica de sus obras (Weimar) se clasifica: a. Obras estrictamente dichas;
b. Escritos de la Biblia y epistolarios; c. “Tichreden” (conversaciones de sobremesa). En
varias de estas conversaciones de sobremesa, Lutero afirma que empalma directamente con
Pablo, al que se había entendido más durante dieciséis siglos. Polman aporta datos sobre el
protestantismo en su obra “Les elements historiques dans les controverses religieuses du
siecle XVIeme”, acusando a Lutero de carecer de sentido histórico, el punto débil de su
planteamiento es su pretensión de restar importancia a la historia anterior a él. Lutero desecha
el valor de la tradición, poniendo de moda hablar de “tradiciones humanas”, terminología que
pretende emparentar con la usada por Jesús contra los fariseos. El método teológico luterano
se comprende en los siguientes pasos:
1. Una teología positiva exclusivamente bíblica.
2. El estudio de los Padres carece de interés, porque pertenecen a la tradición, por lo
que no son argumento normativo.
3. No a una teología especulativa en cosas de Dios: “nullus silogismo valet in divinis”.
Lutero tiende a hacer una teología de perspectiva histórica: da importancia al

21
hecho histórico del pecado en el paraíso; la teología protestante moderna hace la
teología con perspectiva metafísica: el hombre por ser hombre es incapaz de lo
divino (Barth). Lutero interpreta la humanidad de Cristo como pasiva, incluso
defendiendo la Inmaculada Concepción la considera pasiva. Esto le da una
perspectiva metafísica en la que pone un abismo entre Dios y la criatura. Si ningún
silogismo vale cuando se trata de Dios y lo divino, no puede haber una teología
especulativa; sólo positiva, SOLA SCRIPTURA.

III.2. LOS CENTURIADORES DE MAGDEBURGO20

III.2.1. FLACIUS ILLYRICUS


Illyricus se había formado en Basel y enseñado teología en varias facultades, lo llegaron
a deponer de su cátedra porque, según los luteranos más puros, daba excesiva importancia a la
tradición, por lo que tuvo algún conflicto con Melanchton. Illyricus se da cuenta de que si
sigue con falta de sensibilidad histórica, el protestantismo carece de futuro. Considera un
dislate histórico suponer que Cristo predicó y Pablo sistematizó y durante tantos siglos se ha
estado entendiendo mal hasta que Lutero comprende por primera vez a Pablo. Este
convencimiento le llega a realizar un gran proyecto escribiendo una gran obra histórica de la
Iglesia, a partir de tesis que demuestren que la Iglesia primitiva fue protestante y no católica.
Tiene la singularidad de ser la primera historia de la Iglesia escrita en equipo: cinco
gobernadores que dirigen la edición, cada uno de ellos con siete investigadores a sus órdenes
que se dispersan por toda Europa para consultar bibliotecas y archivos de manuscritos en
Alemania, Dinamarca y Escocia. El año 1560 consigue publicar su primer tomo, y hasta el
anterior a su muerte (en 1574) publica trece tomos. La obra es conocida por el nombre de:
Las Centurias de Magdeburgo, al dedicar un tomo a cada siglo.
Al estudiar la historia de los primeros siglos dan gran importancia al estudio del
pensamiento de los Padres, a los que se esfuerzan por interpretar en sentido protestante. En
Roma se dieron pronto cuenta de la importancia de este proyecto, y se dan dos respuestas: De
los historiadores: el cardenal César Baronio escribe los “Anales”, volúmenes que comunican
lo que se sabe de cada año; de los patrólogos, en la obra de Pedro Canisio, trilogía de
volúmenes: el primer tomo lo dedica a San Juan Bautista, a propósito de cuya figura estudia
qué pensaban los padres sobre las obras de penitencia, la austeridad, etc.; el segundo tomo es
sobre María, Virgen incomparable, en el que estudia si María cooperó o no a la obra de la
salvación, si intercede o no por nosotros, y en el mismo contexto el tema de los santos. Murió
sin publicar el tercer tomo cuyo manuscrito estaba en el archivo de los jesuitas de München
hasta la segunda Guerra Mundial en que desapareció; trataba de la figura de Pedro,
desarrollando el pensamiento de los Padres sobre la Iglesia jerárquica. Es curioso que,
mientras Lutero se centró en la Biblia, la tercera generación se centró en los Padres.

III.2.2. EL PROTOCATOLICISMO.
Los centuriadores plantean un problema que se ha hecho clásico: si la Iglesia primitiva
fue protestante, hay que explicar cómo, cuándo y por qué surgió el catolicismo. Hans Küng,
en su obra “Estructura de la Iglesia” dedica unas páginas a explicar la evolución de este
problema, resumiéndolo perfectamente, los protestantes han tenido que reconocer que el
20
En la controversia entre católicos y luteranos se escriben varias obras con el título “ Loci communes”.
“Loci” no significa aquí las fuentes teológicas, sino pasajes concretos de la Escritura para justificar el
propio sistema. Las más importantes son las de Melanchton y Eck, este último, católico, incluye los
pasajes de los Santos Padres que el otro excluye.

22
catolicismo es más antiguo de lo que ellos suponen:
a. Los centuriadores creían que el catolicismo había nacido en la Edad Media, con las
controversias entre el Imperio y el papado en torno a las investiduras. Los
papas lucharon para que los obispos no fueran creados por el emperador, sino que
recibieran la investidura por el papa; esto llevó a una centralización en la que el
pontífice romano fue asumiendo un papel decisivo en la elección de obispos. Se
formula entonces un proyecto de reforma eclesial capitaneado por Gregorio VII,
que fortalece el papel central del papa.
b. La teología protestante que se hace después de los centuriadores, tuvo que reconocer
la antigüedad del catolicismo, y a finales del XVII se piensa ya en ambientes
protestantes que nace con la conversión de Constantino y la oficialidad del
cristianismo, lo que significó su “estructuración”.
c. En el siglo XIX, se dan cuenta de que el problema de fondo es otro, que la teología
de los Padres no es protestante sino católica. Se piensa entonces que el
protocatolicismo había aparecido con la teología de los Padres griegos del siglo
IV.
d. Küng señala que, en nuestro siglo, con Bultmann, se atraviesa un umbral
fundamental, un salto cualitativo, ya que es el primero en reconocer que ciertos
libros neotestamentarios tienen elementos protocatólicos. Se reconoce entonces que
lo protocatólico está presente en el NT, lo que llevará a una opción muy seria: o se
reconoce que lo católico tiene fundamento en el NT, o se introduce la teoría del
“canon dentro del canon”. Esta teoría hace trazar una línea dentro el canon que
separa los libros “auténticamente evangélicos y no contaminados de los
contaminados”. Los primeros son los fundamentales, mientras que los contaminados
no son normativos ni regla de fe. Küng hace notar que, por desgracia, la teología
protestante se lanzó masivamente en pos de esta segunda línea. El problema viene
ahora de quién ha de ser el que determine qué es lo puro y qué lo contaminado: en
el fondo es el teólogo el que lo hace, que se convierte entonces en juez de la Palabra
de Dios. Esta teoría tiene un antecedente en Lutero, que declaró no canónica la carta
de Santiago, en cuanto afirma la gratificación por las obras. En Lutero hay un
principio que favorece esta teoría: el de supremacía de Pablo, incluso sobre los
Evangelios, en cuanto parte de la idea de que dentro del canon hay que estimar los
libros en cuanto afirmen más claramente la justificación por la fe.

Ya hemos dicho que el punto delicado de esta teoría es quién ha de determinar lo


que pertenece a lo puro. La historia ha demostrado que el teólogo está sujeto a los
“bandazos”: Bultmann afirmaba que lo más puro es Juan; hoy la teología protestante
considera a Juan protocatólico. Käsemann expresa la línea general de los teólogos
protestantes. Según él son protocatólicas:
a. Lucas. Tiene una eclesiología en contradicción a la de Pablo por lo que no
puede ser su discípulo. Hay que señalar que en la vuelta de Pablo en Hechos,
pasa por los mismos sitios que en el viaje de ida para poder establecer
presbíteros, extendiendo la mano. Es la Iglesia institucional la que envía a
Pablo tras imponerle las manos. Plantean dificultad los pasajes de “nosotros”
que dan idea de alguien cercano a Pablo. Käsemann no ve problema en ello,
puede ser una fuente de Lucas.
b. Cartas Pastorales, a que reflejan una eclesiología jerárquicamente constituida.
c. Efesios, con una eclesiología muy desarrollada.
d. Juan, tanto el Evangelio como las cartas, que introducen en el NT el

23
pensamiento griego, en la base del desarrollo dogmático posterior.
e. Santiago.
f. Segunda de Pedro. Considerado el más protocatólico con du afirmación de
que la escritura se puede interpretar cada uno por su cuenta (2Pe 1,20); algunos
teólogos protestantes ven en ello resonancias del decreto de la sesión IV de
Trento.

24
SEGUNDA PARTE: EL SIGLO DE ORO FRANCÉS

A partir de la paz de Westfalia que pone fin a la guerra de los 30 años, y de la Paz de
los Pirineos, que concluye la guerra entre Francia y España, se pone fin al Siglo de Oro
español y comienza el francés. Es el siglo del Rey Sol, Luis XIV y supone un dominio en lo
político y militar, pero también una preeminencia de lo literario y la teología.
El tipo de teología que se va a dar en esta etapa se conocerá como Teología Histórica,
y su figura más importante es DIONISIO PETAVIO. Hemos de centrarnos en el colegio
internacional de Clairmont, en París, donde enseñaba Petavio. Allí fue una gran figura de
finales del XVI el jesuita Juan de Maldonado, especialmente por sus discursos inaugurales
sobre el método teológico. El tipo de teología que se hace en Clairmont es el mismo que en
Salamanca. Tras la muerte de Maldonado se hace una reforma del plan de estudios, con la
singularidad de que las clases fundamentales dejan de ser como en Salamanca: se separan las
cátedras principales como Cátedra de Positivos (los Santos Padres) y Cátedra de
escolástica (especulativa), con exclusividad en sus enseñanzas. Se crea una tercera Cátedra
de Biblia. El tipo de teología que se desarrolla en la cátedra de positivos se conoce como
teología histórica: no desarrolla el tema bíblico ni hace especulación, sino que sólo
desarrolla el pensamiento de los Padres, con gran precisión y erudición, eso sí.
¿Podemos considerar a Petavio continuador del espíritu de Salamanca y de Ruiz de
Montoya? No. Petavio hace un tipo nuevo de teología en el que no se estudia la escritura ni
hay rastro de especulación.

1. PETAVIO Y LA TEOLOGÍA HISTÓRICA.

Petavio será catedrático de la cátedra de positivos. El alumnado se orientará hacia esa


cátedra, con lo que surge una predilección por la teología positiva patrística. La gran obra de
Petavio es “De theologicis dogmatibus”, en la que pretende exponer la historia de los
dogmas. Vamos a analizar sólo uno de sus volúmenes; en el tomo I, su tratado sobre la
Trinidad, en 8 libros.
Libro I: En los dos primeros capítulos estudia la filosofía griega, especialmente el
neoplatonismo, preguntándose si en los eones neoplatónicos hay una especie de
Trinidad, si hay un presentimiento de lo que será la Trinidad cristiana en la
revelación. En los capítulos 3-5 estudia el problema del prenicenismo, cómo los
teólogos anteriores a Nicea tienen fe en la Trinidad sin tener la terminología nicena.
En los capítulos 6-14 hace una historia de las herejías antitrinitarias. En la historia
del dogma no parte de la Biblia, sino de la filosofía y del pensamiento de la
época.
Libro II: Confronta las herejías reseñadas con testimonios patrísticos, sin apelar a la Biblia.
Libro III: Expone las herejías trinitarias “modernas” y las refuta con testimonios patrísticos.
En ambientes protestantes del XVI se negaba la Trinidad, el más famoso es el
médico aragonés Miguel Servet, condenado en Ginebra por Calvino.
Libro IV: Es un estudio de la terminología trinitaria acuñada en Nicea.  significa
“sustancia” y no persona; va exponiendo cómo los Padres que prepararon Nicea
llegaron al sentido de sustancia distinto del de persona. , muestra la
evolución hasta darle el sentido de persona. , explica que significa “de la
misma sustancia numérica y no sólo específica”.

25
Libro V: Dedicado a la persona del Padre, en el que se expone qué dice la tradición patrística
sobre Él.
Libro VI: Lo mismo sobre el Hijo.
Libro VII: Lo mismo sobre el Espíritu Santo.
Libro VIII: Dedicado a las misiones trinitarias: el Padre envía al Hijo, y el Padre y el Hijo al
Espíritu Santo. A continuación pone en conexión el tema de las misiones con las
procesiones: del hecho de que el Padre envíe al Hijo se sigue que el Hijo procede del
Padre, y el Espíritu del Padre y del Hijo. Hay un estudio sobre el Filioque. Y varios
capítulos sobre el modo de hablar de la Trinidad, locuciones correctas e incorrectas.

El espíritu de la teología de Petavio puede resumirse en una inmensa recogida de datos


patrísticos. Llama la atención, no sólo el silencio bíblico, sino la ausencia total de
planteamientos especulativos. La gran obra patrística sobre la Trinidad es el tratado de
Agustín “De Trinitate”, en el que hay toda una primera parte de libros que recogen los datos
bíblicos, los conciliares y patrísticos, y tras ello Agustín intenta, en cuanto le es posible,
entender el misterio usando el método de las analogías. El tipo de teología de Petavio es
diferente, y por eso se le conoce como teología histórica. Tiene un claro sentido de progreso
dogmático pero se limita a los Padres sin estudiar el progreso dogmático posterior a los
Padres. Este hecho tendrá una serie de consecuencias problemáticas. Su limitación aparecerá
en su controversia con el jansenista Arnauld, ante el que mostrará la debilidad de su sistema.

2. ARNAULD Y EL JANSENISMO.

Arnauld es uno de los jefes del movimiento jansenista. Hemos de distinguir dos partes
en el jansenismo: la herejía teórica, que nace con el libro “Augustinus” de CORNELIUS
JANSENIUS, obra póstuma que Jansenio somete al juicio de la Iglesia, con ciertos resabios
luteranos: el hombre como naturaleza corrompida es siempre pecador. Y el jansenismo
práctico, todo un tipo de espiritualidad que subraya la indignidad del hombre, por eso carga
contra el atrevimiento de acercarse a comulgar. Esta espiritualidad se extendió fuertemente,
incluso en ambientes no jansenistas teóricos, difundiéndose la idea de separar a los fieles del
contacto frecuente con la Eucaristía.
Es en este ambiente en el que Arnauld publica su obra sobre la comunión frecuente:
“De la comunión frecuente o los sentimientos de los Padres, de los papas y de los concilios
con respecto al uso de los sacramentos de la Penitencia y la Eucaristía”. Está considerado
como un manifiesto contra la práctica cristiana de comunión. En el fondo es un intento
ingenuo de restaurar la disciplina penitencial canónica de la Iglesia primitiva.

1º De los siglos I al III se va formando un sistema penitencial:


a. Manifestación del pecado – imposición penitencia – aceptación de penitencia.
b. Envío al ordo penitentium.
c. Absolución y comunión eucarística.
2º Siglos VI-VII. Penitencia “celta” se impone en Europa:
a. Confesión – Absolución – Comunión sacramental.
b. Penitencia.
3º Propuesta de Arnauld: Volver a 1º con modificaciones.

26
a. Confesión – Absolución.
b. Penitencia larga.
c. Comunión sacramental.

Su obra se publica en 1643. Al año siguiente Petavio publica su obra “Sobre la


Penitencia pública y la preparación para la comunión”. Es evidente que si alguien se
confiesa visiblemente y está un largo tiempo sin comulgar, la penitencia se hace claramente
pública. El título muestra que Petavio se dio cuenta de que el libro de Arnauld no trata de la
comunión frecuente, sino de separar comunión de confesión, colocando entre ambas una
penitencia larga. Mientras que el libro de Arnauld tuvo un gran éxito, el de Petavio fue
ineficaz.

a. Se ha dicho que la diferencia entre ambos es que el estilo de Arnauld es muy bueno, y
malo el de Petavio. Nos parece más bien que el método de Petavio lo condenaba de
principio.
b. Un teólogo como Petavio, que no hace más que teología patrística, como si el progreso
dogmático no fuera más allá de los Padres, se cierra la puerta para discutir con Arnauld.
Su libro está lleno de erudición, pero el problema es que la penitencia de los Padres era
como la definía Arnauld. Hubiera sido más eficaz explicar que la penitencia celta fue un
progreso dogmático. Petavio necesitaba haber tenido sensibilidad para la teología
posterior a los Padres (importante).
c. La teología de Petavio era meramente positiva y nada especulativa. Hubiera hecho falta
un mínimo de especulativa sobre pecado como separación de Dios y absolución como
recuperación de la gracia, aunque haya reatos de los que hay que purificarse. En el
esquema canónico se busca la purificación total semejante a la del Bautismo.

3. VUELTA A LA IGLESIA PRIMITIVA O A LOS ORÍGENES DE LA PROPIA


IGLESIA NACIONAL.
El jansenismo muestra un esquema que reaparece en varios movimientos de este
tiempo: el ideal de la vuelta a la Iglesia primitiva. De nuevo insiste en la idea de que la
Iglesia se para en los Padres, como si todo lo pospatrístico careciera de valor. Arnauld
concibe la historia de la Iglesia como un gran desarrollo que concluye con los Santos Padres y
que es inicio de una progresiva decadencia. Hay una gran idealización nostálgica de la Iglesia
primitiva.
De esta misma época datan los movimientos que teorizan la vuelta al comienzo de la
Iglesia en el propio país. Así, el galicanismo pretende volver a una situación que fue la
inicial de la Iglesia en Francia: 1. Se piensa que era una situación dotada de gran esplendor; 2.
En cuyo momento disfrutaba de autonomía frente a Roma, que constituía una serie de
derechos adquiridos a los que se pretende volver. El regalismo español de los Austrias no
puede compararse, pues los reyes quieren sólo volver y mantener la práctica, mientras que el
galicanismo es una teoría para justificar los derechos. Cuando este movimiento pasa al
Imperio, culmina en tiempos de José II de Austria con el llamado josefinismo. De modo
tardío formuló para España la misma teoría Masdeu, defendiendo la vuelta a los privilegios
de la Iglesia visigótica. Es de destacar que cuando estos movimientos postulan una reforma
eclesial no introducen nunca elementos creativos por su propia teoría, ya que el ideal es
volver a los comienzos.

27
3.1. EL GALICANISMO.
Se define como “la defensa de los derechos de la Iglesia de Francia”. Tiene su primer
brote a finales del siglo XVI. El año 1594, PITHOU publica una obra con el título: “Les
libertés de l’Eglise Galicane”. Hace una lista de 83 derechos que la Iglesia galicana tendría
en sus orígenes, adquiridos entonces, que “abusivamente” han sido limitados por Roma y que
deberían ser restituidos. Es el primer intento de fundamentación histórico-teológica del
galicanismo. Pero es curioso, que el gran desarrollo del galicanismo corresponde con el
reinado de Luis XIV, con el auge del Siglo de Oro francés.
En algunas obras progalicanas se mezclan dos problemáticas:
a. La nostalgia jansenista de la Iglesia primitiva.
b. El tema de los derechos y la fisonomía autónoma que habría tenido la Iglesia
galicana naciente.
Aunque ambos movimientos miran hacia atrás, los puntos de referencia son distintos.
Curiosamente uno de los productos más prosaicos de la Iglesia galicana fue su reforma
litúrgica, en cuanto constituyó una “poda” de los elementos considerados posteriores al
nacimiento de la Iglesia galicana, “decadentes”.

3.2. EL JOSEFINISMO.
Se suele considerar un fenómeno austríaco. Tras la guerra de los 30 años, el poder
imperial se acentúa en los territorios “hereditarios” y se difumina en los llamados “no
hereditarios”21. El nombre de este movimiento viene del emperador José II de Austria, hijo de
la emperatriz María Teresa, al que se conoció en todo el imperio como “el rey sacristán”,
debido a su intromisión excesiva en asuntos eclesiásticos22. Pero él no es más que la
acentuación conducida hasta la extravagancia de algo que había comenzado ya con su madre,
en nombre de un determinado tipo de teología conocido como FEVRONIANISMO.

A. Con el seudónimo de JUSTINUS FEVRONIUS, un obispo auxiliar de Treveris llamado VON


HONTHEIN, publicó una obra con el título: “Sobre el estado de la Iglesia” y el subtítulo:
“libro escrito para unir de nuevo a los disidentes de la religión cristiana”. Pronto se conoció
con el nombre de “el fevronius”. La obra plantea:
1. Una honda preocupación ecuménica. Pretende conseguir la unión de los
protestantes. Piensa que la unión es impensable en la situación actual de la Iglesia,
que se describe como “centralismo papal”. Propone reformar tal situación en línea
de un menor centralismo y volviendo a un tiempo anterior en que no existiera ese
centralismo, facilitando así la unidad.
2. En este planteamiento acusa de ser origen del centralismo a la reforma gregoriana.
En este contexto son frecuentes en el libro los párrafos que idealizan la Iglesia
primitiva, llamada siempre “Iglesia pre-hildebrandiana”.
3. Hay toda una interpretación de la reforma gregoriana, considerándola como un
intento de homogeneizar a la Iglesia Universal, quitando privilegios,
singularidades y los rasgos característicos de la Iglesia alemana pre-
hildebrandiana.
4. Aunque el planteamiento sea general, la temática se polariza en torno a los
privilegios de la Iglesia alemana, que es la necesitada de autonomía para afrontar
21
Con la Paz de Westfalia hay una debilitación del poder del Emperador en todos los territorios alemanes
que no son hereditarios de la dinastía Habsburgo.
22
Llegó incluso a legislar sobre el número de cirios y la duración de los sermones según las solemnidades y
las fiestas.

28
la división23.

B. La capital del imperio es Viena. María Teresa gobierna apoyada por un Consejo Imperial
llamado “Consejo de los Cuatro Grandes”, que tienden a inmiscuirse notablemente en los
asuntos eclesiásticos desde su conocimiento del fevronianismo. Deducen que la emperatriz
tiene derechos de constante intervención en la Iglesia Alemana. Del fevronius sacan que así
no hacen daño a la Iglesia sino que la conducen a una situación pre-hildebreandiana, pre-
medieval, volviendo así a la añorada Iglesia de los Santos Padres. El más decisivo en asuntos
eclesiásticos es VAN SWIETEN, de procedencia flamenca. Cuando José II suceda a su madre
en el trono, Van Swieten será su gran consejero para asuntos eclesiásticos, gran realizador del
sueño josefinista.

C. El planteamiento consiste en llevar a la Iglesia alemana a la situación pre-hildebrandiana,


organizando en todo el Imperio (territorios heredados):
1. Una red de seminarios imperiales, estrictamente controlados por Van Sweiten,
formando así al clero con mentalidad josefinista.
2. Realizar una reforma litúrgica con criterios paralelos a los de la reforma
galicana: una “poda” de elementos romanos y un tomar como modelo la liturgia
galicana.
3. Sufrió mucho la devoción mariana: se persiguieron determinadas fiestas marianas
y la devoción popular, con pretexto de no ser primitivas. La anti-devoción obedece
seguramente a un ingenuo planteamiento ecuménico.

3.3. MASDEU: EL MOVIMIENTO DEL NACIONALISMO ECLESIÁSTICO EN ESPAÑA.


Se trata de un fenómeno poco conocido, datado a finales del siglo XVIII, y paralelo al
galicanismo y al josefinismo. La razón de su poca transcendencia es que su autor no
consiguió interesa en sus ideas a los reyes hispanos, por lo que quedó reducido a una obra
escrita, pero sin consecuencias políticas. JUAN FRANCISCO MASDEU es jesuita desde 1759
hasta que Clemente XIV extingue la Compañía, pero que vivió lo suficiente (muere en 1817)
para conocer la restauración de Pío VII y unirse de nuevo a la Compañía de Jesús. Durante el
período de suspensión, los jesuitas fueron sacerdotes diocesanos en Italia y otros países.
Estando fuera de España y sin trabajos pastorales, se dedican fuertemente al estudio y
producen importantes obras. Masdeu publicó una “Historia crítica de España y de la cultura
española”, en 20 tomos, con las siguientes características:
a. Una exaltación de la cultura española, concebida como “cultura católica”,
b. Crítica de la situación actual de esa cultura.
c. La crítica fundamental es que ha perdido personalidad porque se ha dejado
homogeneizar en una política unitaria eclesiástica, ha perdido autonomía.
d. Masdeu coloca el punto culminante de la cultura española en la época visigótica.
e. Propone que lo visigótico sea punto de referencia para saber qué hay que conservar
o abandonar en las estructuras eclesiásticas españolas. Un no a la liturgia romana.
La autonomía eclesial española se apoyaría en la sede primada de Toledo.
f. Introduce su reivindicación de derechos canónicos para la Iglesia de España. Sueña
con una autonomía que cree manifestada en los Concilios de Toledo. Dando de
nuevo leyes a la Iglesia española por medio de concilios semejantes.
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Lo que se pretende es atacar un centralismo papal para dar ese poder al emperador, se evita un
centralismo religioso pero se cae en un centralismo político. Así ocurre también con el galicanismo.

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El papel de los reyes visigodos aparece como de protectores de esa autonomía,
Recaredo como rey que convoca concilios e interviene en la Iglesia. Una vez más, la
autonomía frente a Roma se paga con la concesión de poderes al rey para que intervenga en la
Iglesia. La obra se publica en Italia pero llega a España en castellano. Su difusión preocupó al
nuncio Justiniani. Es una obra de grandes valores culturales e históricos, pero el nuncio se
dio cuenta del paralelismo con el galicanismo y el josefinismo. Acusa la obra ante Roma y se
coloca en el Índice de libros prohibidos. Con ello se considera clausurado el fenómeno
“Masdeu”.

MITIFICACIÓN DE LA IGLESIA PRIMITIVA.

Arnauld vive fascinado por una ideologización de la Iglesia Primitiva a la que


considera que hemos de volver. Los movimientos posteriores se fascinan por una vuelta a
la Iglesia nacional, con Clovis en Francia, antes de Hildebrando en Alemania o con los
visigodos en España. El movimiento que ha dejado más huella es la idealización de la
Iglesia primitiva. En tiempos posteriores de la historia eclesial, esta idealización
reaparece en el Romanticismo y con motivo del Vaticano II se dieron una serie de
eslóganes sobre la Iglesia pre-Constantiniana.
Esta idealización constituye un verdadero mito. Von Hertling (Manuel de historia
eclesiástica) publicó un amplio artículo sobre la mitificación titulado “Romanticismo
sobre la Iglesia primitiva” y las mitificaciones que de ella se han hecho:
1. Ya en los siglos VI-VII, al escribir las “Actas de los mártires” se mitifica la Iglesia
primitiva al describir ciertos martirios. Esa tendencia aparece también en la primera parte
del “Liber Pontificalis”, se aumenta de modo increíble tanto el número de los mártires
como lo terrible de sus torturas o los milagros que tienen lugar durante los martirios.
2. En el Renacimiento, con el descubrimiento de las catacumbas se sueña que eran lugares
de reunión y celebración cristiana, cuando no son más que cementerios.
3. En los siglos XVII-XVIII encontramos una idealización doctrinal, que concibe la
historia eclesial como un resplandor inicial que se apagará poco a poco en una gran
decadencia. ¿Responde esta imagen a la realidad? A) La Iglesia primitiva tuvo
grandísimos problemas doctrinales, v.gr. el peligro gnóstico atestiguado e 2Jn 1,7. En el
siglo II hizo estragos en el interior de la Iglesia. Se caracteriza por dar gran importancia a
la filosofía griega y subordina la revelación a ella. En el siglo II la línea divisoria que
separa la tradición de las herejías no fue siempre clara. B) Cuando se idealiza la Iglesia
primitiva es frecuente presentarla como la Iglesia del amor frente a la Iglesia jurídica
posterior. En 1Cor 5,5 se lanza una excomunión que entrega al incestuoso de Corinto a
Satanás. A finales del siglo I, el papa Víctor I, por una cuestión disciplinar como la fecha
de la Pascua excomulgó a todos los obispos de la Provincia asiática. 60 años después, el
papa Esteban excomulgó a 100 obispos por la cuestión de la validez del Bautismo de
herejes, entre ellos san Cipriano. El lenguaje que se usa en las controversias es
especialmente duro. C) la cura pastoral. ¿Con qué frecuencia tenían los cristianos
contacto con la Eucaristía? Teniendo en cuenta los datos de que se disponen sobre la
capacidad de ciertos templos “grandes” del norte de África, y de que había ciudades en
que sólo había una iglesia y una Misa los domingos, la asistencia no podía ser muy
numerosa. El contacto con la Eucaristía y la Palabra de Dios era muy escaso. San
Jerónimo presenta a San Pablo Eremita viviendo 100 años en el desierto, por lo que no
tenía contacto alguno con la Eucaristía, pero nadie se extraña de ello en aquella época.
4. Una Iglesia ideal ha de ser aquella en la que no se peca. Sin entrar en el tema teológico
de la Iglesia Santa compuesta de pecadores, podemos decir que la descripción que hace
Hipólito en los Philosopumena, de lo que llama la secta de los calixtianos es muy dura.
Es “secta” no es otra que los seguidores del papa Calixto, porque el verdadero cismático

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es Hipólito que escribe esta sátira, y las sátiras sólo son eficaces cuando contienen un
elemento de verdad. La obra de san Cipriano “De Lapsis” demuestra que la debilidad en
los que eran perseguidos era acuciante y real. Cipriano afirma que los fallos de los lapsos
tuvieron una notable magnitud en algunos casos. Gregorio Taumaturgo, al describir la
situación de su comunidad cristiana la presenta en un estado lamentable. Pablo mismo en
1Cor 3,6 describe una comunidad de Corinto con fuertes y graves enfrentamientos.

RESUMEN DEL SIGLO DE ORO FRANCÉS


1. El método teológico de Petavio consiste en hacer historia de los dogmas.
2. Esa historia de los dogmas tiene un defecto grave en cuanto NO se estudia su punto de
partida bíblico.
3. Una segunda carencia es que da la impresión de que el proceso dogmático se cierra con
los Santos Padres, sin hacer, por tanto, una historia pospatrística del dogma.
4. Con esta dedicación exclusiva a lo patrístico se tuvo la floración de estudios sobre la
historia de la Iglesia primitiva en lo doctrinal. Esta dedicación exclusivista se deslizó a
una mitificación de ella.
5. Esta mitificación de la Iglesia primitiva es muy perceptible en el jansenismo de Arnauld.
6. Hay un fenómeno, relativamente paralelo, que consiste en glorificar los comienzos de la
propia Iglesia nacional (galicanismo, josefinismo, Masdeu). Se busca una autonomía
frente a Roma, pero no se advierte la subordinación de la Iglesia al poder político: se
concede al rey atribuciones en el interior de la Iglesia.
7. En un juicio de conjunto de la teología histórica, reconocemos que hacen lo positivo con
más técnica que los teólogos del Siglo de Oro español, pero omiten el esfuerzo
especulativo. La historia no puede escribirse con futuribles, sino con hechos reales.
Hubiera sido deseable que se continuara la línea que en España comenzó Diego Ruiz de
Montoya, que en la línea positiva de Petavio no olvidaba lo especulativo.

4. TRES MOVIMIENTOS RELIGIOSO-TEOLÓGICOS

4.1. LOS MAURINOS.


Se conoce por este nombre a los monjes benedictinos de la Congregación de San
Mauro. La Orden de San Benito no es unitaria, sino que los monasterios son autónomos y su
autoridad suprema es el Abad de cada uno de ellos, pero tienen mucha importancia las
congregaciones: monasterios que se asocian para ayudarse. En las congregaciones surge una
legislación complementaria a modo de constituciones, que dan fisonomía propia a cada
congregación, con notas propias sobre otras.
A finales del siglo XVI, el monasterio de Verdun, comienza a ser cabeza de una
congregación. En plena contrarreforma quiere ser una congregación reformada a un mayor
fervor. Se unirán posteriormente otros monasterios con afán de reforma, y en 1604, Clemente
VIII aprobará la existencia de la congregación y las constituciones más estrictas que se han
dado a así mismos. A partir de esa bulla papal de aprobación, la congregación de Verdun se
convierte en la más fuerte de Francia, y cabeza de la mayor parte de los monasterios franceses
benedictinos.
Verdun está muy cerca de la Alsacia y la Lorena, el gran territorio de disputa secular
entre Francia y Alemania. Cuando comience la guerra de los 30 años, Verdun se convertirá en
un lugar inseguro lo que obligará a trasladar el centro de la congregación a la abadía de San

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Mauro. El número de monasterios federados se sitúa en torno a los 40. Es después de este
cambio cuando el presidente de la congregación traslada su residencia a París, a la Abadía de
Sant Germain de-Prés. En las constituciones es importante la interpretación que se hace del
ideal benedictino, “ora et labora”. El trabajo al que se hace referencia se interpreta como el
meramente intelectual. Esto posibilitará que la congregación de san Mauro produzca una
impresionante serie de publicaciones y de trabajo. El tema intelectual entra en dos niveles en
las constituciones: a. Por un lado se hace un plan serio de formación del monje; y b. El
profeso tiene que dedicarse al estudio, la investigación y la producción científica. Dado el
ambiente del Siglo de Oro francés, tal producción científica tiene un acentuado carácter
histórico.
1. Lo primero que realizan es una gran historia de Francia, pero no profana, sino
religiosa: “Gallia Christiana”. El título nos hace sospechar el galicanismo
profundo de la obra, que glorifica el nacimiento y los primeros tiempos de la Iglesia
nacional francesa. Los maurinos dan así una base histórica al libro de Pithou. La
obra cae también en la mitificación de la Iglesia primitiva. Tenemos que hacer notar
que en el ambiente maurino hubo mucha simpatía por los jansenistas.
2. Para poder escribir la “Gallia Christiana”, publicaron previamente un catálogo de
fuentes para la historia cristiana de Francia. Mabillón (monje maurino) escribe un
tratado de Diplomática, entendiendo por tal término “cómo usar los documentos”,
es decir, una metodología de la historia.
3. En la misma línea que la Gallia va la obra “Monasticum Gallicanum”, historia del
monacato en Francia.
4. Frente a un defecto de Petavio, y a diferencia suya, en San Mauro hay preocupación
por estudiar la Biblia, tema que no queda ausente por influjo de ciertos elementos
propios de los benedictinos: importancia de la liturgia y de la Palabra de Dios,
importancia de la lectio divina. Por eso es interesante que hagan obras de filología
para facilitar el estudio de la Biblia, en concreto una grámatica y diccionario de
hebreo. Tienen estudios y tradiciones de cómo hay que conseguir que el texto latino
o francés coincida con el original hebreo (nos recuerda el interés erasmiano por
traducir y de los hebraístas de Salamanca)
5. A pesar de no olvidar la Biblia, coinciden con Petavio en haber puesto el centro de
gravedad en lo patrístico. La mayor importancia de los maurinos hay que colocarla
en este campo, y en esto son hijos de su época y de la teología de su país. En Alcalá
ya se hicieron ediciones de los Santos Padres latinos y griegos en su lengua. Para
ello utilizaron un único manuscrito. Los maurinos, sin embargo, recogen todos los
manuscritos encontrados y, comparándolos entre sí, hacen una edición crítica. Las
primeras ediciones críticas no son exactamente de Santos Padres, ya que glosan
obras de Lianfranco de Canterbury (maestro de Anselmo) y otros. Pero lo que ha
hecho famosa la obra de los maurinos es la edición crítica de la obra completa de
San Agustín: 11 tomos publicados entre 1681 y 1700. Es la edición que aparece en
el Migne y sigue siendo de referencia obligada para su estudio. Dirige la edición
Mabillón, que incluye una importante introducción teológica.

A pesar de que la Gallia Christianorum tenga ciertos resabios galicanos, y de las


simpatías jansenistas, con la revolución francesa y el juramento obligatorio de fidelidad que
implicaba la ruptura con Roma, los monjes maurinos prefirieron el martirio y la consecuente
destrucción de la congregación a traicionar a la Iglesia.

4.2. BOLLANDISTAS.

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Son un equipo de jesuitas, aún existente, de la Provincia de Bélgica Meridional,
conocidos por el nombre de su fundador: JEAN BOLLAND, jesuita nacido en Lieja a finales
del XVI que muere en Amberes en 1665.
Durante la Edad Media se escriben vidas de los santos conocidas con el nombre de
legenda, ya que estaban destinadas a ser leídas en el coro y en el refectorio. El término ha
degenerado para significar lo no histórico. Estas legenda estaban escritas sin sentido crítico
alguno y especialmente recargadas de maravillosismo, ofreciendo una imagen de los santos
totalmente separada de la realidad. Ante esta situación, el jesuita flamenco Rosweyde se
planteó hacer una hagiografía crítica, a lo que dedica toda su vida, recogiendo documentación
y publicando algunas vidas concretas de santos con espíritu crítico. Al morir Rosweyde, los
superiores entregan la documentación a Bolland, que aprecia rápido la necesidad de hacer un
trabajo de conjunto y sistemático, revisando a fondo el proyecto. Como se da cuenta de que
supera su trabajo personal, pide un equipo para que colabore con él y dé continuidad a la tarea
tras su muerte. La idea se lleva a la práctica y sus colaboradores son pronto conocidos como
bollandistas.
El proyecto de Bolland consistió en proponer tomar el calendario, según el martirologio
romano, reunir las celebraciones de cada día en la Iglesia Universal y Diocesana, y dedicarse
a recoger toda la información, actas y demás documentos sobre la vida de cada santo para
posteriormente publicarlo, en el empeño incluye la eliminación de todo lo considerado
“legendario” sobre su figura, lo que en ocasiones hará negar la existencia. Al aceptarla los
superiores se le dio el nombre de Acta Sanctorum. El año 1643 se publica el primer tomo,
correspondiente al mes de enero, el año 1648 el segundo, del mes de febrero. Podemos
destacar como interesante el hecho de que no publican los documentos en su lengua original
sino en latín.
Poco después de su muerte, son tantos los documentos que se publican sobre cada santo
que es difícil mantener la rigidez inicial de un tomo por mes, multiplicándose los tomos que
se publican sobre cada mes, lo que hace más difícil su tarea. Ante la dificultad, y para ir
publicando nuevos documentos sobre santos ya glosados, comienzan a editar la revista
Analecta Bollandiana. A principios del siglo XX, cuando su tarea se encuentra a finales del
mes de noviembre, ante el aumento considerable de trabajo y documentación, deciden
interrumpir el proyecto comenzado por Bolland en el siglo XVI. Se dedican de lleno a la
revista Analecta. Es el año 1925 e iban ya por el tomo 50.

4.3. HARDOUIN.
Señalábamos más arriba la diferencia entre la edición de los Padres griegos hecha en
Alcalá en el siglo XVI y la obra de los maurino, ya que en Alcalá parten de un único
manuscrito t con los maurinos nace la técnica de la edición crítica. Esa técnica existía ya antes
de los monjes maurinos, pero sólo se aplicaba para la Biblia. En el siglo XVI tenemos la
primera Summa Concilorum, editada por Carranza. Con el Siglo de Oro francés nacerá una
idea nueva, publicar no sólo los documentos sino también las actas de los concilios.
Hardouin es un jesuita francés nacido a mediados del siglo XVII, profesor de teología
positiva en la misma cátedra de Petavio. Su obra de mayor importancia es la gran colección
de Actas de Concilios, publicada en 12 tomos en folio. Hay varias diferencias con la obra de
Carranza, ya que éste pensó en una obra manual que reuniera en un solo tomo los documentos
decretales y Hardouin quiere incluir también las actas de las discusiones previas a las
decretales. En segundo lugar, Carranza publica sólo los concilios ecuménicos, mientras que
Hardouin publica las actas de concilios ecuménicos y particulares.
Hardouin tuvo dos predecesores jesuitas, aunque en un proyecto mucho más modesto:

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Labbe-Cossart. Tras la muerte de Hardouin, su obra es continuada por el italiano Doménico
MANSI y prolongada después por varios estudiosos. La técnica es entonces mucho más
depurada, pero se continúa su espíritu: no basta sólo con leer los textos definitorios de los
concilios, el sentido de lo definido es el que los padres conciliares quisieron dar a cada
palabra, pero sólo puedo conocer ese sentido estudiando las discusiones, viendo los cambios
redaccionales de los diferentes esbozos. Gracias al esfuerzo de Hardouin conocemos las actas
del concilio de Elvira, así como la teología de los concilios toledanos, los credos y las
discusiones previas de los concilios de Toledo.
Aunque se han hecho otras ediciones importantes de documentos conciliares completos,
con las actas, ninguna ha conseguido la amplitud ni la importancia crítica del Hardouin-
Mansi.

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VALORACIÓN FINAL DESDE EL SIGLO XX

En el siglo XX se da un fenómeno nuevo en la historia de la teología, el magisterio, en


dos ocasiones, expone cómo ha de ser el método teológico: Pío XII en 1950 y el Concilio
Vaticano II en 1965.

1. Pío XII. Humani Generis. Al concluir la Segunda Guerra Mundial, surgió en Francia un
movimiento conocido como La Nouvelle Teologie. Pío XII en la encíclica Humani generis
condena ciertos errores que se enseñaban en esos ambientes. Piensa el papa que los errores se
deben al uso de un método teológico malo, por lo que propone el adecuado (cf. D 2317-
2318 /2313-2314):
a. Persuadido de que la teología es una tarea eclesial, pone como punto de partida el
magisterio de la Iglesia (D 2313).
b. Una vez escuchado el magisterio, el teólogo ha de ponerse en contacto con las
fuentes de la Revelación, la Escritura y la Tradición. Da por supuesto que lo hoy
dice el magisterio se podrá encontrar explícita o implícitamente en esas fuentes
(conciencia de progreso dogmático) (D 2314).
c. En el mismo número se dice que si se hace esto, la parte especulativa será
vivificada (ideal de unir especulativo con positivo). Recoge el ideal que viene
desde el siglo XVI, que formulara Mair y desarrollaran los teólogos de Salamanca.

2. Vaticano II. Optatam totius. El planteamiento del Concilio es diferente al de Pío XII.
Propone su método en el contexto de la mejor formación de los nuevos sacerdotes en el
decreto Optatam Totius, 16, haciendo suyo el ideal de teología de doble paso. HG es
regresiva, OT es genético: HG pide escuchar el magisterio e ir a las fuentes; OT pide ir de o
general a lo desarrollado acompañando el desarrollo del dogma en el estudio.

2.1. Teología Positiva.


a. Primer paso: Estudiar la Biblia “alma de toda la teología”(OT 16).
b. Segundo paso: “Explíquese a los alumnos la contribución de los Santos
Padres ... a la transformación final y al desarrollo de cada una de las
verdades de la revelación” Se da por supuesto el desarrollo del dogma.
c. Tercer paso: Explicar la historia posterior al dogma en relación con la
historia general de la Iglesia.

2.2. Tarea especulativa de la teología. (OT 16)


a. Profundizando, intentando comprender el misterio.
b. Hacer una conexión de los misterios entre sí sistematizándolos. Ya
Orígenes habló de la (la coherencia de los
dogmas). El dogma es un edificio coherente, por lo que ha de estudiarse en
una síntesis total para poder percibir su contenido.
c. La especulación hay que hacerla bajo el magisterio de Santo Tomás. Se
evitó decir que había que seguir su doctrina, resaltando que lo que se ha de

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seguir es su talante.

2.3. Señala que en conexión con la teología especulativa hay que hacer tres cosas más:
a. Reconocer los misterios presentes y operantes en las acciones litúrgicas.
Intentando recuperar el viejo ideal monástico de conectar teología y vida
espiritual.
b. Aprender a buscar, a la luz de la revelación, la solución a los problemas del
mundo, que no se haga una teología intemporal.
c. El Concilio desea que se enseñe a comunicarlas a nuestros
contemporáneos. Antes del Aquinate, el canciller de la Universidad de
París Petrus Cantor, expuso el ideal de la Facultad de Teología en tres
verbos: Legere, Disputare, Predicare. Legere supone entender la Biblia,
disputare es entender de tal manera la teología especulativa que uno pueda
especulativamente defender esas verdades, predicare supone saber enseñar
y predicar esas verdades, porque no todo consiste en entenderlas.

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