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Bibliografía general:
- ANDRÉS, M.: Historia de la teología española en el Siglo de Oro, BAC maior.
- POZO, C.: “La tarea del teólogo” (Comentario al discurso del Papa a los teólogos en
la Universidad de Salamanca) en AA.VV.: Juan Pablo II y la fe de los españoles.
La teología del siglo XVI está configurada por tres movimientos heterogéneos pero
que empujan en la misma dirección, buscando que la teología sea más positiva (es decir, dar
más importancia al estudio de la Sagrada Escritura y a los Santos Padres). Gracias a estos
movimientos, la teología va a tener un planteamiento muy positivo. Los movimientos que
estudiaremos son: el nominalismo posterior, el humanismo renacentista y el luteranismo.
I. EL NOMINALISMO POSTERIOR
1
Se discutían temas tan absurdos como el de si Dios podría encarnarse en una piedra.
2
“Tanto positiva como escolásticamente”.
1
Vitoria y los primeros jesuitas en París. De los planteamientos de Mair surgirán las corrientes
teológicas de Salamanca y de la Compañía de Jesús, de ahí su importancia.
En los primeros años del siglo XVI, entre los alumnos de Juan Mair se encontraba el
belga PETRUS CROCKAERT (Bruxellensis), que en 1503 ingresa en el convento dominico de
Sant Jacques3, donde llega a ser profesor. Desde España llegará a estudiar a Sant Jacques el
dominico Francisco de Vitoria, que será alumno y amigo íntimo de Crockaert.
La preocupación común a Mair, Crockaert y Vitoria será hacer una teología al mismo
tiempo positiva y especulativa. Pero hemos de añadir que Crockaert tuvo que verter los
ideales de Mair en la teología tomista. El problema que se plantea entonces es que la noción
de teología que tenía Tomás de Aquino se extraía de aplicar a la teología el concepto de
ciencia aristotélico, absolutamente deductivo (extrayendo deducciones de los principios), pero
había un axioma problemático: “La ciencia no trata de los principios”. Según Tomás, los
principios en teología son los artículos de la fe. El teólogo podría sacar consecuencias de ellos
pero no estudiarlos. Es un concepto de teología meramente especulativo. ¿Cómo conciliar
entonces esta noción de ciencia teológica con el ideal de teología positiva y especulativa?
La solución de Crockaert es afirmar que en la teología hay que dar dos pasos:
1º Poner los principios
2º Deducir las conclusiones.
Poner los principios no es sólo tomarlos materialmente de la Biblia, sino hacer un estudio
cuidadoso de cuál es su sentido, en definitiva, hacer exégesis. En este primer paso va a estar
el trabajo positivo. Al poner los principios se estudiará también a los Padres. Sobre esta base
se deducen las conclusiones, pero siempre como segundo paso. Esta es la teología escolástica
y especulativa. Crockaert deja caer el axioma aristotélico y abre así el paso a la teología
moderna. Discípulos de Crockaert serán Francisco de Vitoria e Ignacio de Loyola, defensores,
junto a sus escuelas, de una teología de doble paso.
2
Escritura, la Autoridad eclesial, el Concilio general, etc.
- Dice expresamente que el objetivo primero de la teología es “entender la Biblia”.
- Atribuye a santo Tomás que para él también el modo más importante de
interpretación había sido el bíblico.
El “golpe de mano” de Vitoria en Salamanca permitió que Santo Tomás ocupará una
de las cátedras fundamentales. El tomismo deja de convertirse en una de las tres vías para
convertirse en la teología fundamental, ya que pronto otro dominico, Domingo de Soto,
ocupará la cátedra de vísperas e impondrá el estudio de la Summa de Santo Tomás. Las
oposiciones para ganar las cátedras de la Facultad de Teología se hacían ante los alumnos que
votaban quién merecía la designación. Por este procedimiento fueron teólogos dominicos los
5
Clases solemnes que un profesor impartía una vez al año para toda la Facultad.
3
que, desde 1526, se mantuvieron en las cátedras fundamentales.
A. Propios Son aquellas fuentes donde encontramos los artículos de la fe (lo que en
teología tomismo llamábamos “principios de la teología”). Se dividen a
su vez en:
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que, mirando su mensaje, declara lo contenido. Estas fuentes, por
tanto, me declaran el sentido del mensaje de Dios.
3. El Consentimiento universal de la Iglesia: lo que hoy llamaríamos,
la fe del Pueblo de Dios7. Gran novedad en el s.XVI, al
anteceder este punto al del magisterio.
4. Los Concilios: distinguiéndose entre ecuménicos (inefables) y no
ecuménicos; entre decretos definitorios y los que no lo son.
5. La autoridad del Papa: en la que defiende su infalibilidad,
explicando qué documentos papales son merecedores de este
título y cuales no.
6. El consentimiento patrístico: es interesante la fórmula que utiliza,
en cuanto distingue que: a) cada Santo Padre tomado
individualmente no es infalible, puede equivocarse; y b) lo
vinculante viene de la convergencia de los Padres en una
doctrina, testimonio irrefragrable de la fe de la Iglesia. Esta
distinción de Cano pasa a toda la teología.
7. El consentimiento de los teólogos: distinguiendo entre teólogos
concretos. Habla de la importancia de Santo Tomás y relata
la interpretación de Vitoria sobre el juramento de seguir su
doctrina, lo que hemos llamado “tomismo abierto”: cualquier
teólogo puede equivocarse, incluido el Aquinate, pero hay
que ser extremadamente prudente cuando se encuentra una
convergencia teológica.
B. Ajenos Cano quiere enseñarnos en qué fuentes puede el teólogo encontrar esas
“premisas de razón” vistas anteriormente.8.
* LA RAZÓN. Enseña a proceder lógicamente en la búsqueda de los lugares
teológicos, haciendo un pequeño tratado de lógica.
* AUTORIDAD DE LOS FILÓSOFOS. Crítico y reticente a esta autoridad,
especialmente hacia Aristóteles, por eso busca siempre las grandes
convergencias entre los filósofos y sus ideas.
* LA HISTORIA. Es importante el sentido de lo histórico como elemento del
método teológico, al añadir la necesidad de contar con el dato
histórico.
Cano muere sin concluir su obra metodológica, publicada tras su muerte. Al leer los
primeros capítulos se advierte que falta por tratar la última parte, en la que pensaba
desarrollar cómo hay que hacer teología especulativa. Cano ha desarrollado la teología
positiva, la tarea previa según el esquema de Mair, Crockaert y Vitoria. Esto tiene su
importancia, en cuanto Cano busca la realización de la teología en dos pasos de sus
predecesores.
7
Cf. Lumen Gentium 12
8
Santo Tomás había introducido una noción de teología como “ciencia de la fe”, desde un planteamiento
aristotélico, partiendo de los artículos de la fe. En todo silogismo, para extraer una conclusión hay que
apoyarse en la premisa menor. En el caso de la teología, la premisa menor son las verdades racionales. Un
ejemplo muy utilizado por los teólogos del XVI es: Cristo tiene dos naturalezas, toda naturaleza tiene
voluntad, luego Cristo tiene dos voluntades. Los principios ajenos serán esta premisa menor.
5
Pocos años después de llegar Vitoria a Salamanca, en 1532, gana la cátedra de
vísperas el dominico Domingo de Soto, que introduce en la misma el estudio de la Summa de
Tomás de Aquino. Ya que esta acción, como la de Vitoria, iba contra los estatutos de la
Universidad de Salamanca, hubo intervenciones de los órganos de gobierno, obligando a
decir a Soto la situación concreta de los puntos de Santo Tomás en el Maestro de las
Sentencias. La Junta de la Facultad exigió más en este punto a Soto que a Vitoria.
Domingo de Soto estudió teología en el convento parisino de Saint Jacques, donde fue
discípulo de Mair y, probablemente, de Vitoria.
Mentalidad teológica
a. Insiste menos que Vitoria en la dimensión positiva de la teología, pero representa una
posición paralela en la “libertad de espíritu”, el suyo es también un tomismo abierto que se
permite discrepar de Santo Tomás.
b. Su personalidad es sensible a la problemática de su tiempo. Fue teólogo imperial en
Trento, al servicio de los obispos españoles y alemanes. Estuvo en la primera convocatoria
del Concilio, en las grandes temáticas de la justificación, en la preparación de cuyo decreto
intervino.
En esa época publica dos grandes obras obre la cuestión de división cristiana:
* “De natura et gratia”: Según Lutero, la naturaleza está corrompida a causa del
Pecado Original, por eso la justificación ha de ser meramente extrínseca en cuanto
Dios no quiere mirarla y ve sólo los méritos de Cristo. Escrita durante el Concilio.
* “De certitudine gratiae”: Lutero opinaba que cuando se tiene la fe fiducial, tenemos
certeza absoluta de la justificación. Soto trata sobre el grado de certeza que tenemos
de nuestro estado de gracia.
c. En una obra de posterior publicación, muestra su preocupación por la temática protestante.
Ya que Lutero había extraído sus ideas de la lectura de la Carta a los Romanos (especialmente
Rom 1, 17 y 3, 28), Soto se preocupa de su perfecto entendimiento y escribe un gran
comentario a la referida epístola. Demuestra en ella que es un gran escriturista y
especialmente sensible a la auténtica exégesis de la Escritura.
d. Soto se preocupa también de escribir una gran obra de moral. En 1556 publica el tratado
“De iustitia et iure”, que aporta una nueva sensibilidad a su teología. Esta apertura es una
nota renacentista en su personalidad, que denota un influjo de las ideas del Renacimiento en
su sistema, en su pensamiento e incluso en su mismo latín.
En Salamanca había, una vez al año, una lección solemne impartida por un
profesor destacado: “Relectiones”. Ya vimos la importancia de las impartidas por
Vitoria, en cuanto afrontó la problemática moral del descubrimiento de América.
Vitoria ha pasado a la historia por ser, en esas lecciones, fundador del Derecho
Internacional.
Nos interesamos especialmente por dos Relectiones de Victoria: “De Indis”,
sobre el derecho indígena a las tierras que ocupan; y “De iure belli”, sobre el derecho a
la guerra con los indios. Las dos tienen gran importancia: Había en la Península cierto
convencimiento de que el Tratado de Tordesillas había repartido el mundo por descubrir
entre los dos reinos ibéricos. Bajo esta persuasión hay una teoría de lo que se entiende
por ser “Vicario de Cristo”. Ante esto, Vitoria:
Refuta la idea de un dominio del Papa sobre el mundo, y del derecho de
España sobre las tierras por “donación del Papa”;
Rechaza la “teoría de la Proclamación”, consistente en intimidar a los indios
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para que aceptaran el dominio, de no cumplirse se legitimaba la guerra
contra ellos;
Defiende el derecho eclesial a predicar el Evangelio en todas partes. Los
reyes cristianos tendrían el deber de apoyar militarmente ese derecho. Por
tanto, se puede intervenir militarmente para garantizar esa predicación
(siempre que no se obligue a la conversión).
El último punto no cierra la problemática, porque el auténtico problema
consistía en justificar el sentido por el que el rey de España habría de ser considerado
rey de aquellos territorios. Vitoria plantea unos motivos legítimos para la conquista: 1º
Si hay grave lesión de los derechos de los indios por parte de sus propios reyes, siendo
entonces medio para acabar con esa tiranía; 2º Si los indios libremente quieren ser
súbditos del rey de España.
Las Relectiones de Domingo de Soto son todavía hoy poco conocidas: “Sobre
el concepto de herejía”, “Sobre las Indulgencias”, “Sobre los dichos de dominio”,
“Sobre los sentidos de la Escritura”, “Sobre el Catálogo de los Libros de la
Escritura”, “Sobre el mérito de Cristo”. En esta última, aparece un Soto muy
preocupado por el problema del descubrimiento de América. Los teólogos medievales
aparecen poco sensibilizados hacia los infieles, eran meramente “moros guerreros” o
“judíos usureros”, preocupándose poco de su salvación. En América aparecen miles de
infieles que no han hecho daño y hacen cambiar la sensibilidad. Soto trata el problema
teológico de la salvación de aquellos hombres que no han conocido a Cristo: ¿Cómo se
han podido salvar? Su solución es extraordinariamente abierta: suficiencia de
fidelidad a la ley natural para salvarse. El jesuita Acosta temió que tal solución
hiciera perder el entusiasmo misional y escribió una obra contra Soto: “De procurando
indorum salutem”. Es interesante que se haya planteado el problema y dado una
solución no rígida, a pesar de carecer de matices (que no se darán hasta la encíclica
Mystici Corporis de Pío XII). Apreciamos que Domingo de Soto es más sensible al
problema teológico que al jurídico (Vitoria).9
La escuela de Vitoria
Pedro de Sotomayor
7
que se realizaría. Intervino también en los asuntos de política religiosa de Alemania.
8
b. Pero las frases, en aquel momento histórico, eran imprudentes, ya que sonaban a
afirmaciones de Lutero.
c. Esta imprudencia se debe al momento: Carlos I estaba cansado de las dificultades
de Alemania por la división de los príncipes alemanes, cansado de que le negaran
siempre la colaboración los príncipes protestantes, cansado de las guerras de
religión. Por el contrario estaba contento con la paz religiosa de que gozaba
España. Sin embargo, coincidiendo con la publicación del Catecismo de Carranza,
se producen en España los primeros brotes de protestantismo, que terminaron
reprimidos por la autoridad religioso-civil. Carranza era amigo personal de varios
de los implicados en estas refriegas. Ya que la política imperial era evitar perder en
España la paz religiosa, se leyó y estudió de forma sumamente dura el riesgo que el
Catecismo de Carranza pudiera implicar.
Crockaert
Vitoria Ignacio
Francisco de Toledo
Hay dos tipos de influencia en la escuela jesuita: la vertical viene directamente de Crockaert,
la horizontal, a través de Vitoria y de Francisco de Toledo. Es precisamente Francisco de
Toledo la persona clave para comprender la expansión de las ideas de Crockaert. Fue
estudiante en Salamanca, discípulo de Vitoria y de Soto, amigo íntimo de este último. Joven
aún gana una de las cátedras menores de Salamanca. Cuando era profesor entra en la
Compañía de Jesús y San Ignacio lo llama a Roma para que organice el Colegio Romano
(actual Universidad Gregoriana), gran centro de estudios que Ignacio creó en Roma “al modo
de París”. No es una expresión vaga del mismo Ignacio, ya que está pensando en un plan de
estudios al modo del colegio parisino de Saint Jacques. El estilo de Crockaert se perpetúa en
la naciente Compañía por dos caminos diferentes.
12
POZO, C.: “San Ignacio de Loyola y la teología! ARCHIVO T. GRANADINO (1990).
9
Este influjo, en un segundo momento, se acentuó todavía más, y todo el grupo de los
primeros teólogos jesuitas procederán de las aulas de Salamanca: Juan de Maldonado
(discípulo de Soto), Francisco Suárez y Gregorio de Valencia (discípulo de Mancio de
Corpore Christi, de la tercera generación de Vitoria). Es interesante apreciar que los teólogos
jesuitas no sólo continúan el espíritu de Vitoria, sino que lo extendieron por toda Europa 13:
- Francisco de Toledo, será el organizador del Colegio Romano según el modo de
Vitoria.
- Francisco Suárez, será profesor durante años en el Colegio Romano, es considerado
como el mayor teólogo de la Compañía de Jesús.
- Juan de Maldonado, será el que, cuando en España muere el espíritu de Vitoria,
implanta en el Colegio parisino de Clermont el estilo y el modo de su escuela.
- Gregorio de Valencia lleva el estilo de Salamanca a los centros académicos que los
jesuitas crean en Alemania, como intento de contención al avance protestante. Allí
también se desarrolla una teología como la que en Salamanca impuso Vitoria.
13
Así lo recuerda el papa Juan Pablo II en su discurso a los teólogos en Salamanca, aunque no cita a los
jesuitas.
14
Utiliza el neologismo “positiva”. Hasta que Villoslada repuso a Mair en la historia de la teología, se
pensaba generalmente que era Ignacio quien había acuñado este término para su uso teológico específico.
10
Tomás, San Buenaventura y el Maestro de las Sentencias).
B. Las Constituciones de la Compañía. “Estudien humanidades y las lenguas
necesarias para la teología, filosofía y teología escolástica y positiva, y Sagrada Escritura”
(Parte IV, cap.5)15.
C. El Colegio Romano. Al organizarlo en 1566 da unas normas para su
funcionamiento: dos cátedras (mañana y tarde) más un tercer maestro que enseña Nuevo y
Antiguo Testamento
D. Libro de texto. Ignacio mandó que el libro de texto fuera la Summa Teológica de
Tomás de Aquino, “hasta que algún jesuita escribiera textos más acomodados a nuestro
tiempo”. Diego Laynez escribe el primer tratado de teología en la Compañía, De Trinitate,
nunca publicado debido a su mala letra. Se conoce, sin embargo, la censura que del mismo
tratado hizo Salmerón, y en la que pide “que se modere en las alegaciones de los Padres y
doctores pues son muchas y muy largas”. Salmerón era escriturista y le llama la atención el
excesivo aparato patrístico y “positivo” de la obra, por lo que pide mayor base bíblica.
E. Obras de autores jesuitas con talante positivo. Si tomamos por positivo a
documentación patrística, encontramos que todos los autores jesuitas lo tienen en cuenta. Pero
destaca entre todos ellos DIEGO RUIZ DE MONTOYA : con él se hace la teología “a lo
grande”16. En el Colegio parisino de Clairmont, desde 1565 a 1574, encargan el discurso
inaugural a JUAN DE MALDONADO . En las cuatro ocasiones habla del método teológico
pidiendo que la teología especulativa (sistemática) conozca la escritura, los concilios y los
padres. Añade también las lenguas necesarias para leer a los Padres y la Biblia: latín, griego y
hebreo.
Es curioso el gran número de jesuitas de las primeras generaciones que enseñaban en
las Cátedras de Prima y Vísperas y a su vez publicaban comentarios bíblicos. Francisco de
Toledo nos ha dejado un comentario a la Summa de Santo Tomás, un comentario a la Carta a
los Romanos, otro al Evangelio de Lucas y un importante comentario a San Juan. Juan de
Maldonado, profesor de sistemática, publica comentarios a los cuatro evangelios (29
ediciones hasta hoy, los comentarios a Mateo y Lucas se tradujeron en el siglo XVII al etíope,
en el XIX al inglés y en el XX al castellano). Hay otros comentarios hechos por profesores de
Escritura, pero aquí nos interesan aquello realizados por patrólogos. A. Lapide (van Steen)
hace un gran comentario a toda la Biblia, excepto los libros de Job y Salmos. La
preocupación por la exégesis comienza ya entre los primeros compañeros de Ignacio. Laynez
y Salmerón escriben al final de sus vidas comentarios al Nuevo Testamento.
F. Tomismo abierto. En las Constituciones de la Compañía, parte IV capítulo 14,
determina Ignacio que el libro de texto de la nueva congregación ha de ser la Summa
Theologica. Hasta entonces sólo lo era en conventos dominicos. El tomismo que se manda
tener en la Compañía es de hecho un tomismo abierto. Era de esperar si se tiene en cuenta
que los primeros jesuitas se habían formado en la escuela de Crockaert. Se manifiesta en:
- El mandato de que el libro de texto se la Summa no es absoluto, ya que se deja la
puerta abierta al Maestro de las Sentencias.
- Se manda que sea libro de texto hasta que un jesuita escriba un texto más acomodado
a nuestros tiempos (Laynez).
- Tras la muerte de Ignacio, en la primera Congregación General, se aprueban las
15
Cuando dice “teología positiva” se refiere al estudio de los Padres, y no al de la Biblia. La razón es que en
Salamanca la Sagrada Escritura se explicaba en una cátedra diferente a la teología “positiva”, que se
explicaba en las cátedras fundamentales de prima y vísperas.
16
El Padre Pozo no está de acuerdo con el Padre Aldama que afirmaba el nacimiento de la teología histórica
con Ruiz de Montoya.
11
Constituciones, y en materia de doctrina se pide que se explique Santo Tomás “o al
menos una doctrina no contraria a la suya”. En la cuarta Congregación General, el
Prepósito Claudio Acquaviva manda hacer normas sobre estudios en las que se dice
que hay que seguir a Tomas, pero no en todo. Intervino en esas normas el ya anciano
Salmerón, que mantiene el principio de que “no hay que jurar en la palabra del
maestro” (no jurar el seguimiento de un maestro) y “no reducir la libertad del teólogo
jesuita más allá de lo que pide la autoridad de la Iglesia”.
I.3.1.2. Notas propias de escuela jesuita.
Hoy está demostrado que se debe a los primeros jesuitas el nacimiento de la moral
como asignatura independiente. En la Edad Media y en Salamanca se explicaba moral
incluida en la explicación de la Summa y de la teología Sistemática. La Summa de Tomás de
Aquino sigue el esquema de la via exitus (via de salida) y via reditus (vía de vuelta): Dios
crea. Pecado como ruptura. Vuelta a Dios. De este modo aparece en la segunda parte de la
obra del Aquinate. Cuando Ignacio organiza los estudios de la Compañía, creó una Cátedra de
la que procede la separación de la asignatura de moral: “Casos de conciencia”. Es muy
curioso que cuando Ignacio fue perseguido por la Inquisición en Alcalá de Henares, quiso
estudiar en Salamanca. Tras el examen con jueces eclesiásticos le hicieron salir de
Salamanca, ya que le prohibieron poder determinar él mismo en su pastoral si algo era pecado
mortal o venial, al menos hasta que no hubiera concluido cuatro años de Sistemática. Ignacio
de defendió diciendo que entonces no podría ayudar a las almas. Esta mentalidad le llevó a
opciones legislativas en línea de preparar buenas confesiones, de ahí la nueva cátedra de casos
de conciencia (Constituciones, parte IV, caps. 5-7.8). Sugiere, además, que haya algún libro
de texto para la cátedra, lo que conllevó la aparición de libros de texto que trataban
exclusivamente de moral. El primero que se editó fue el del eficaz secretario de Ignacio,
JUAN DE POLANCO: “Breve directorio para cumplir bien el oficio de confesor y de
penitente”, se tradujo pronto al portugués, checo, francés, italiano y alguna lengua eslava, fue
publicado el Roma en 1554.
El modo en que se tenían las clases dio lugar a un género literario: los libros de casos
de conciencia, que pretendía clarificar qué es pecado mortal y qué pecado venial. En la
producción jesuítica de moral, omitimos a aquellos que trataron la moral desde la istemática:
Luis de Molina, Juan de Lugo y otros. Nos interesan los que escribieron obras exclusivamente
de moral: TOMÁS SÁNCHEZ, jesuita, publicó dos tomos: “Explicación de los preceptos del
decálogo” y un tratado en tres tomos: “De matrimonii sacramento”.
Los tratados de moral como género literario habían comenzado con JUAN AZOR que
publica en el siglo XVII tres tomos. LAYMANN publicará cinco tomos en München el año
1625. Posterior a él, en 1650, publica su tratado de moral el jesuita BUSANBAUM, que fue la
base sobre la que comenzó a escribir Alfonso María de Liguori.
12
b. Cuando ya existe la Compañía, la preocupación se refleja en algunas iniciativas de
su vida. La creación del Colegio Romano pretende formar jóvenes de naciones
septentrionales de Europa para que vuelvan después a sus países y reconstruyan la
fe católica: Alemania, Austria, Bohemia, Moravia, Silesia, Prusia, Dania, Bernia e
Inglaterra. Ignacio se preocupa de crear un seminario en el que residan los
estudiantes del Imperio.
c. La idea de escribir un compendio de teología donde se reúnan los grandes temas
teológicos que separan a Católicos y Protestantes, es de Ignacio, pero se da la orden
de que se ejecute poco después de su muerte. El primero que realizará el gran
proyecto es GREGORIO DE VALENCIA. Estudió en Salamanca y fue enviado a
Alemania para enseñar teología en los centros teológicos de Dillingen y
Ingoldstadt. Su volumen se llama: “Sobre las cosas de la fe controvertidas en este
tiempo”.
d. En las normas que se dan el año 1566 para la Facultad de Teología del Colegio
Romano, se crea una cátedra en la que hay clases dos veces a la semana “sobre las
controversias de nuestro tiempo contra los luteranos”. Tras la muerte de Ignacio, se
fundó el Colegio Inglés, a imitación del Germánico. La cátedra de Controversias
ayudó a su formación. El comienzo de la cátedra fue modesto, hasta que llega a ella
el jesuita ROBERTO BELARMINO, que la ocupa entre 1576 y 1587. El resultado de
sus clases “De Controversiis”, se publica en Inglodstadt en 1586 (primer tomo),
1588 (2º tomo) y 1593 (3º tomo). La cantidad de obras protestantes contra ella es un
claro indicio de su importancia. En el ámbito interior de la Iglesia Católica,
Belarmino fue creado cardenal y luego canonizado y proclamado doctor de la
Iglesia17.
17
N.B. En la Compañía de Jesús, además de Belarmino, ha habido otro doctor de la Iglesia en este tiempo,
San Pedro Canisio, oriundo de los Países Bajos y considerado el segundo apóstol de Alemania. También él
tiene una importante producción teológica, en línea de las controversias. Lo veremos más adelante, al tratar
de los “Centuriadores de Magdeburgo”.
13
los primeros jesuitas: FRANCISCO JAVIER escribe en Goa un catecismo en
portugués, en Ternate un catecismo con declaración rimada del Credo en portugués;
prepara un catecismo en Japonés con ayuda de Anjiro (su traductor). Este intento de
traducir a lenguas indígenas se prolonga a una serie de misioneros jesuitas de
América y Filipinas.
f. Un hecho curioso es que los dos doctores de la Iglesia de la Compañía son autores
de catecismos. El más famoso es PEDRO CANISIO, que publica un catecismo mayor
(para sacerdotes y catequistas) en 1555, llamado por la fecha “Summa
Pretridentina”. Al concluir el Concilio de Trento lo rehace y en 1566 lo edita,
conocido como “Summa Postridentina”. Está escrito en latín. Intentará hacer una
obra de síntesis de la doctrina católica, al modo de los loci comunes de Melanchton
para los protestantes. El año 1556 escribe, también el latín, un “Catecismo
Mínimo”, como apéndice a la gramática latina que aprenden los niños (Gramática
de Codietto). Ese mismo año publica un “Catecismo Mínimo” en alemán. Entre el
Catecismo Mínimo y el Maior, se coloca el “Catecismo Menor”, que se desea que
aprendan los fieles de memoria. Se publica a finales de 1558, en latín, y a
comienzos de 1560 en alemán. Teológicamente, su catecismo más importante es el
mayor, pero el menor tuvo un gran influjo ya que fue el que aprendieron los
católicos alemanes hasta comienzos de nuestro siglo.
ROBERTO BELARMINO publicó un catecismo breve en Roma en 1597 y otro Maior
en 1598, ambos en italiano. Ha tenido cuatrocientas ediciones en Italia, traducido a
56 lenguas y dialectos, y ha tenido gran difusión en misiones. La última edición se
realizó en Milán en 1941.
g. En esta época, dos jesuitas españoles escriben sus respectivos catecismos: GASPAR
ASTETE Y JERÓNIMO RIPALDA . Han estado en uso en España hasta el Concilio
Vaticano II. Astete en la zona norte y Ripalda en el sur. Pero su influjo llegó a
América y a los estratos hispanos de Filipinas.
14
comienza a enseñar en ellas un “tomismo rígido”. Ya en el siglo XVII, con Felipe III, los
dominicos consiguen que el Duque de Lerma les instituya cátedras de Prima y Vísperas
nuevas en el convento de San Esteban de Salamanca. Esta creación de nuevas cátedras
propias supone el comienzo de un movimiento de crear cátedras internas en cada Orden
religiosa. Los jesuitas crean la suya en la que enseñan suarismo; los franciscanos enseñarán a
Scotto; los benedictinos la teología de Anselmo. Se desmorona y desmembra de este modo la
Universidad como gran centro docente. Esto implica: a) Es inimaginable que hubiera
profesores de altura para tantas cátedras; y b) Tampoco debía haber alumnado suficiente para
todos.
18
“Conjunto de normas a favor de la gracia divina”.
15
pontificia, si condena el libro como herético estoy persuadido que morirá antes de hacerlo”.
Esto le costó que le enviaran fuera de Roma como arzobispo de Capua.
El hecho de que Dios conozca toda la historia no coarta para nada mi libertad. Pero
Dios conoce lo que yo haría, mis opciones libres. Un futurible es aquello que yo haría
libremente si Dios me pusiera en circunstancias distintas de las actuales. El mérito de esta
solución es que el mero conocer no toca la libertad, y, sin embargo, Dios puede regir la
historia eligiendo el orden de circunstancias, no de modo ciego, sino sabiendo lo que yo haría
en cada orden diverso. La predestinación y reprobación se explican es esta época sólo por el
orden de circunstancias que Dios ha elegido. La elección de Dios tiene como objeto el orden
en su conjunto, en ese conjunto, cada elemento (cada hombre) responde de un modo
determinado. La Concordia de Molina pregunta finalmente por qué Dios ha escogido el orden
actual en que unos responden y otros no. Molina responde con la “razón equis”, no sabemos
por qué Dios lo ha hecho así.
Francisco Suárez quiso suprimir la “Razón X”, diciendo que Dios ha elegido este orden
por amor a los hombres que en él van a decir “Sí”. El inconveniente de esta solución es qué
pasa con los que responden negativamente.
16
dónde está el problema”.
Los jesuitas se habían preocupado fuertemente del tema protestante, su formación
estaba orientada al enfrentamiento antiprotestante, por eso conocían perfectamente el
pensamiento de la Reforma y eran sensibles a un sistema que les parecía que no respetaba
suficientemente la libertad, de ahí que miraran negativamente la solución de Bañez,
acusándole de luterano. Si la gracia es eficaz en sí misma, sucumbe la libertad. En la solución
de Bañez, Dios hace la predestinación escogiendo la gracia que desea para llegar a unos
méritos ¿cómo subsiste la libertad bajo esos impulsos físicos?. Pero Bañez hubiera podido ser
también acusado sobre el tema de la predestinación. Sin caer en la dureza calvinista, la coloca
ante praevisa merita, y ahí Dios prevé las gracias que en sí mismas son eficaces.
Molina explicaba que la gracia es eficaz en cuanto Dios prevé los futuribles. A Molina,
sin embargo, se le acusó de cercano al pelagianismo. Contra Pelagio, la Iglesia mantuvo que
Dios es la causa de la salvación de los que se salvan (el hombre es la causa de su
condenación). La acusación de Bañez es que Molina hace que con sus sistema Dios vaya a
remolque de lo que el hombre hace, no manteniendo el principio anterior: Dios ve en la
ciencia media lo que el hombre haría y según eso elige, por lo que va detrás de la acción
futura del hombre. Esta objeción no es fundada. En los infinitos órdenes que Dios ve como
futuribles, hay órdenes en los que cualquiera de nosotros dice sí, y órdenes en los que
cualquiera dice no. Dios tiene la iniciativa eligiendo un orden y no otro, razón que no
podemos explicar (razón X). Pero hay que reconocer que al comienzo de las Controversias,
los jesuitas usaron fórmulas muy malas. En la primera fase es frecuente la tesis: “con la
misma gracia Pedro se salva y Judas se condena”. Tesis mal formulada porque: a) se entiende
que con la misma cantidad de gracia Pedro libremente diga sí y Judas no. El que elige su
destino es el hombre; b) Cuando Dios da la misma cantidad de gracia a Pedro y a Judas, prevé
lo que libremente van a hacer. A Pedro le da esa gracia sabiendo que va a decir sí con ella.
No hay que ver lo entitativo sino a quién le hace mayor beneficio de modo consciente. La
tesis hubo de ser matizada y luego abandonada, ya que hay que ver que desde el beneficio, las
gracias son distintas.
Al final de las controversias se van afinando las fórmulas, de tal modo que subsistía, no
el molinismo puro, sino el sistema de Suárez (congruismo), que busca salvar la acusación de
pelagianismo: Dios elige este orden por amor a los que se salvan. Hay que reconocer que las
controversias tuvieron efectos muy negativos, que incidieron en algo que se anunciaba ya, la
muerte del espíritu de Vitoria:
a. Aparece el espíritu de “escuela”, formar bloque para defender un sistema teológico
especulativo, no para defender dogmas sino una teoría. Vuelve el espíritu de escuela
cerrada.
b. Muere de nuevo el interés por la teología positiva. Tantos años de discusiones
especulativas desplazaron la atención de lo dogmático a las teologías escolásticas.
Entre dominicos y jesuitas se dan grandes figuras después de las controversias. Juan
de Santo Tomás para los primeros y Juan de Lugo para los jesuitas.
El último gran autor que hace teología con el espíritu de Vitoria es el jesuita DIEGO
RUIZ DE MENDOZA , que tiene una enorme erudición patrística. Se puede decir que es el que
desarrolla y aplica el método de Salamanca más a lo grande, esto es, desarrolla la parte
positiva con gran erudición patrística y añade a ella la especulación. Aunque Aldama asegure
en la Enciclopedia Lusobrasileña que hace teología histórica, no podemos considerarlo como
tal, ya que la teología histórica es la propia del siglo de oro francés (historia patrística del
dogma), mientras que Montoya une positivo a especulativo. La teología histórica sólo hace
historia, dejando caer lo especulativo, como ya veremos.
17
II. EL HUMANISMO RENACENTISTA
Traducción latina del NT. Realizada por Erasmo en 1515, directamente del griego. Le
ayudó para su cometido el estudio de Valla sobre la filología griega del NT. A la traducción
añade notas filológicas (no exegéticas) justificativas, por lo que tuvo un gran influjo, para
bien y para mal. Parece ser que incluso Lutero, aunque afirma que tradujo el NT del griego,
se ayudó de la traducción de Erasmo. Las notas filológicas erasmianas son numerosas y
características, así como abundantes cuando se separa de la Vulgata (v.gr. el kejaritomene lo
traduce por “graciosa”, igual que Lutero). El latín que usa Erasmo es clásico, ni eclesiástico,
ni escolástico, ni popular.
18
c. En bastantes ocasiones hay un desprecio de la escolástica en cuanto teología
especulativa. Esta actitud viene de lejos. Ya en 1509 Erasmo había publicado el
Elogio de la locura, obra sarcástica en la que se ríe de la teología escolástica y
especulativa.
d. En esta obra propone hacer una Summa Theologica, que nunca realizó, pero
exclusivamente con tesis tomadas de frases del NT.
e. Hace un fuerte ataque a la Vulgata, a la que atribuye la culpa de no pocos defectos
que él cree ver en la teología occidental. El decreto de Trento sobre la Vulgata
obedeció en gran parte a reaccionar frente a los ataques de Erasmo.
Reforma de la Iglesia. La figura de Erasmo es rica y compleja. Hay ciertos aspectos de
la misma que serían interesantes, pero que no podemos tratar. En concreto sus escritos sobre
la reforma de la Iglesia. En este campo fue un reformista muy eficaz; una vez que sucede la
Reforma protestante, la llamada “contrareforma” la llevaron adelante los grandes santos del
período: Ignacio de Loyola, Teresa de Jesús, Juan de la Cruz, Carlos Borromeo, Felipe Neri;
mientras que la Reforma de Erasmo adolece d ser no vivida, de “gabinete”. Debido a su
preocupación reformista, el nacimiento del luteranismo vio con simpatía la figura de Erasmo,
hasta el incidente señalado más arriba. Erasmo se da cuenta de que no puede marchar tras un
reformador que se salía de la Iglesia. La ineficacia de sus tratados sobre la reforma eclesial se
manifiesta en los “bandazos”: tan pronto escribe opúsculos con críticas feroces a la
religiosidad popular (especialmente la mariana), que un oficio lleno de devoción a la Virgen
de Loreto. Dos líneas que se entremezclan cronológicamente.
19
la teología según las tres vías. La Universidad de Valencia se crea tomando como modelo la
de Alcalá, y no ya la de Salamanca. En una obra de Celaya en que hace un comentario del
Maestro de las Sentencias, delata una tendencia neutral. El conocimiento de las tres vías
pertenece ya a la cultura sin que exista necesidad de tener que identificarse con alguna de
ellas. Lo especulativo se da como información de lo que ha sido la escolástica, más que como
intento de formar la mente en ese sistema determinado.
II.2.3. LOS HEBRAÍSTAS DE SALAMANCA.
Aunque con algo de retraso sobre Alcalá, también en Salamanca se crea un trilingüe,
gracias al cual gana singular relieve la cátedra de Biblia (jurídicamente considerada menor).
Mientras que Erasmo se volcó en el NT, en Salamanca se volcarán especialmente en exigir el
conocimiento del hebreo para estudiar el AT. De ahí el apelativo con que se les conoce: los
hebraístas. Los nombres más conocidos son: Grajal, Martínez Cantalapiedra y,
especialmente, el agustino fray Luis de León. Este último es el considerado más importante:
una de las figuras más complejas de la teología española del XVI, catedrático de Biblia y
después de la cátedra menor de Durando.
El grupo tuvo dificultades con la Inquisición, no sólo por distanciarse de la Vulgata,
sino por los ataques a la misma (recordemos a Erasmo). Expusieron, además, teorías que
entonces resultaban muy avanzadas y que fueron presentadas sin matizaciones. Fray Luis de
León afirmaba, por ejemplo, que en el Cantar de los Cantares sólo se trata del cantar de bodas
de Salomón con una reina, restando sentido religioso al texto bíblico. La es que estas teorías
se exponen en libros escritos en castellano, por lo que se consideraba para ambientes no
teológicos.
Fray Luis de León:
a. Comenta las Sentencias a través de Durando durante su etapa como catedrático de
nominalismo. Con cierta frecuencia expone sus propias teorías.
b. En su edad madura llega a vivir la primera parte de las Controversias de Auxiliis, y
toma posición a favor de Molina.
c. Como escriturista es un excelente traductor al castellano del Cantar de los Cantares,
en un momento histórico en que, por motivos antiprotestantes se ponían muchas
trabas a las traducciones vernáculas de la Biblia.
d. “De los nombres de Cristo” es una de sus obras geniales, en un castellano clásico
colosal. Fingiendo un diálogo en la finca de reposo de los agustinos de Salamanca,
hace una cristología partiendo de los nombres que se dan a Cristo en las profecías
del AT.
e. En sus poesías tiene estupendas traducciones de los salmos en verso.
f. “La perfecta casada” es una exposición y comentario del canto a la mujer fuerte del
capítulo 31 de Proverbios.
Estas cualidades nos dan un retrato de lo que es el ideal renacentista “no dejarse
encasillar en una especialidad”, ser un hombre de cultura general, con la preocupación de
escribir bien, tanto en latín como en su propia lengua. De los teólogos de la escuela de
Salamanca que ya hemos visto, Domingo de Soto es el que tiene más talante humanista: es
sistemático moralista, escribe comentarios bíblicos y en un latín clásico
20
III.1. MARTÍN LUTERO
Martín Lutero es fraile agustino que en cierto momento de su vida forma parte de un
movimiento que busca una mayor austeridad en la Orden. Posteriormente entra en crisis, con
tres características:
1. Se formó en nominalismo. Esta escuela jugaba con el tema de la potencia absoluta
de Dios (Ockam se preguntaba si puede Dios llevar al cielo a un pecador no
arrepentido, a lo que respondía afirmativamente, lo que implica una concepción
localista del cielo). De ahí aprenden Lutero la fórmula, simul iustus et pecator.
Además, el nominalismo en espiritualidad es pelagiano, enseñaba que el hombre,
por sí mismo, podía llegar a las metas más altas. Esta espiritualidad lleva al
desaliento pues el hombre advierte pronto que no puede alcanzar todo lo que quiera,
por lo que pasa del idealismo a la gran caída.
2. Lutero vivió de manera aguda una tesis de moda en el agustinismo exagerado
medieval: considerar pecado cualquier impulso de la concupiscencia, aunque sea
involuntario.
3. La psicología de Lutero es hipersensible.
Lutero vive años muy tensos de angustia espiritual, crisis que se resuelve en la
experiencia que tuvo en la torre de su monasterio mientras leía Rom 1, 17. Afirma tener una
iluminación instantánea en la “turm erlebniz”. Es discutible que la iluminación haya sido
repentina, ya que en sus escritos anteriores ya va anunciando su teoría. Esta iluminación
consiste en darse cuenta de que la justicia de Dios no es positiva, sino justicia con que nos
hace justos, pero es, además, una justicia que se manifiesta en el creyente, “Si creo, Dios me
hace justo”: “De fe en fe, ... el justo vivirá por la fe”. Es lo que Lutero llama “Doctrina
consolatoria”, no he de angustiarme, si creo, Dios me comunicará su justicia. Más adelante
encuentra confirmada su teoría en Rom 3,28, donde se dice que el hombre se justifica por la
fe, sin las obras de la ley, y afirmará Lutero: “puedo estar empecatado, pero la fe me justifica,
aunque no tenga buenas obras”. Si el texto lo interpretamos como entrega condicional a
Cristo, la tesis de Lutero pierde fuerza, pero él interpreta fe como confianza en Dios que no
me va a tener en cuenta mis pecados. Lutero se da cuenta de que su interpretación está en
contra de la tradicional eclesial, la que la Iglesia había tenido desde los orígenes hasta el siglo
XVI.
En la edición crítica de sus obras (Weimar) se clasifica: a. Obras estrictamente dichas;
b. Escritos de la Biblia y epistolarios; c. “Tichreden” (conversaciones de sobremesa). En
varias de estas conversaciones de sobremesa, Lutero afirma que empalma directamente con
Pablo, al que se había entendido más durante dieciséis siglos. Polman aporta datos sobre el
protestantismo en su obra “Les elements historiques dans les controverses religieuses du
siecle XVIeme”, acusando a Lutero de carecer de sentido histórico, el punto débil de su
planteamiento es su pretensión de restar importancia a la historia anterior a él. Lutero desecha
el valor de la tradición, poniendo de moda hablar de “tradiciones humanas”, terminología que
pretende emparentar con la usada por Jesús contra los fariseos. El método teológico luterano
se comprende en los siguientes pasos:
1. Una teología positiva exclusivamente bíblica.
2. El estudio de los Padres carece de interés, porque pertenecen a la tradición, por lo
que no son argumento normativo.
3. No a una teología especulativa en cosas de Dios: “nullus silogismo valet in divinis”.
Lutero tiende a hacer una teología de perspectiva histórica: da importancia al
21
hecho histórico del pecado en el paraíso; la teología protestante moderna hace la
teología con perspectiva metafísica: el hombre por ser hombre es incapaz de lo
divino (Barth). Lutero interpreta la humanidad de Cristo como pasiva, incluso
defendiendo la Inmaculada Concepción la considera pasiva. Esto le da una
perspectiva metafísica en la que pone un abismo entre Dios y la criatura. Si ningún
silogismo vale cuando se trata de Dios y lo divino, no puede haber una teología
especulativa; sólo positiva, SOLA SCRIPTURA.
III.2.2. EL PROTOCATOLICISMO.
Los centuriadores plantean un problema que se ha hecho clásico: si la Iglesia primitiva
fue protestante, hay que explicar cómo, cuándo y por qué surgió el catolicismo. Hans Küng,
en su obra “Estructura de la Iglesia” dedica unas páginas a explicar la evolución de este
problema, resumiéndolo perfectamente, los protestantes han tenido que reconocer que el
20
En la controversia entre católicos y luteranos se escriben varias obras con el título “ Loci communes”.
“Loci” no significa aquí las fuentes teológicas, sino pasajes concretos de la Escritura para justificar el
propio sistema. Las más importantes son las de Melanchton y Eck, este último, católico, incluye los
pasajes de los Santos Padres que el otro excluye.
22
catolicismo es más antiguo de lo que ellos suponen:
a. Los centuriadores creían que el catolicismo había nacido en la Edad Media, con las
controversias entre el Imperio y el papado en torno a las investiduras. Los
papas lucharon para que los obispos no fueran creados por el emperador, sino que
recibieran la investidura por el papa; esto llevó a una centralización en la que el
pontífice romano fue asumiendo un papel decisivo en la elección de obispos. Se
formula entonces un proyecto de reforma eclesial capitaneado por Gregorio VII,
que fortalece el papel central del papa.
b. La teología protestante que se hace después de los centuriadores, tuvo que reconocer
la antigüedad del catolicismo, y a finales del XVII se piensa ya en ambientes
protestantes que nace con la conversión de Constantino y la oficialidad del
cristianismo, lo que significó su “estructuración”.
c. En el siglo XIX, se dan cuenta de que el problema de fondo es otro, que la teología
de los Padres no es protestante sino católica. Se piensa entonces que el
protocatolicismo había aparecido con la teología de los Padres griegos del siglo
IV.
d. Küng señala que, en nuestro siglo, con Bultmann, se atraviesa un umbral
fundamental, un salto cualitativo, ya que es el primero en reconocer que ciertos
libros neotestamentarios tienen elementos protocatólicos. Se reconoce entonces que
lo protocatólico está presente en el NT, lo que llevará a una opción muy seria: o se
reconoce que lo católico tiene fundamento en el NT, o se introduce la teoría del
“canon dentro del canon”. Esta teoría hace trazar una línea dentro el canon que
separa los libros “auténticamente evangélicos y no contaminados de los
contaminados”. Los primeros son los fundamentales, mientras que los contaminados
no son normativos ni regla de fe. Küng hace notar que, por desgracia, la teología
protestante se lanzó masivamente en pos de esta segunda línea. El problema viene
ahora de quién ha de ser el que determine qué es lo puro y qué lo contaminado: en
el fondo es el teólogo el que lo hace, que se convierte entonces en juez de la Palabra
de Dios. Esta teoría tiene un antecedente en Lutero, que declaró no canónica la carta
de Santiago, en cuanto afirma la gratificación por las obras. En Lutero hay un
principio que favorece esta teoría: el de supremacía de Pablo, incluso sobre los
Evangelios, en cuanto parte de la idea de que dentro del canon hay que estimar los
libros en cuanto afirmen más claramente la justificación por la fe.
23
pensamiento griego, en la base del desarrollo dogmático posterior.
e. Santiago.
f. Segunda de Pedro. Considerado el más protocatólico con du afirmación de
que la escritura se puede interpretar cada uno por su cuenta (2Pe 1,20); algunos
teólogos protestantes ven en ello resonancias del decreto de la sesión IV de
Trento.
24
SEGUNDA PARTE: EL SIGLO DE ORO FRANCÉS
A partir de la paz de Westfalia que pone fin a la guerra de los 30 años, y de la Paz de
los Pirineos, que concluye la guerra entre Francia y España, se pone fin al Siglo de Oro
español y comienza el francés. Es el siglo del Rey Sol, Luis XIV y supone un dominio en lo
político y militar, pero también una preeminencia de lo literario y la teología.
El tipo de teología que se va a dar en esta etapa se conocerá como Teología Histórica,
y su figura más importante es DIONISIO PETAVIO. Hemos de centrarnos en el colegio
internacional de Clairmont, en París, donde enseñaba Petavio. Allí fue una gran figura de
finales del XVI el jesuita Juan de Maldonado, especialmente por sus discursos inaugurales
sobre el método teológico. El tipo de teología que se hace en Clairmont es el mismo que en
Salamanca. Tras la muerte de Maldonado se hace una reforma del plan de estudios, con la
singularidad de que las clases fundamentales dejan de ser como en Salamanca: se separan las
cátedras principales como Cátedra de Positivos (los Santos Padres) y Cátedra de
escolástica (especulativa), con exclusividad en sus enseñanzas. Se crea una tercera Cátedra
de Biblia. El tipo de teología que se desarrolla en la cátedra de positivos se conoce como
teología histórica: no desarrolla el tema bíblico ni hace especulación, sino que sólo
desarrolla el pensamiento de los Padres, con gran precisión y erudición, eso sí.
¿Podemos considerar a Petavio continuador del espíritu de Salamanca y de Ruiz de
Montoya? No. Petavio hace un tipo nuevo de teología en el que no se estudia la escritura ni
hay rastro de especulación.
25
Libro V: Dedicado a la persona del Padre, en el que se expone qué dice la tradición patrística
sobre Él.
Libro VI: Lo mismo sobre el Hijo.
Libro VII: Lo mismo sobre el Espíritu Santo.
Libro VIII: Dedicado a las misiones trinitarias: el Padre envía al Hijo, y el Padre y el Hijo al
Espíritu Santo. A continuación pone en conexión el tema de las misiones con las
procesiones: del hecho de que el Padre envíe al Hijo se sigue que el Hijo procede del
Padre, y el Espíritu del Padre y del Hijo. Hay un estudio sobre el Filioque. Y varios
capítulos sobre el modo de hablar de la Trinidad, locuciones correctas e incorrectas.
2. ARNAULD Y EL JANSENISMO.
Arnauld es uno de los jefes del movimiento jansenista. Hemos de distinguir dos partes
en el jansenismo: la herejía teórica, que nace con el libro “Augustinus” de CORNELIUS
JANSENIUS, obra póstuma que Jansenio somete al juicio de la Iglesia, con ciertos resabios
luteranos: el hombre como naturaleza corrompida es siempre pecador. Y el jansenismo
práctico, todo un tipo de espiritualidad que subraya la indignidad del hombre, por eso carga
contra el atrevimiento de acercarse a comulgar. Esta espiritualidad se extendió fuertemente,
incluso en ambientes no jansenistas teóricos, difundiéndose la idea de separar a los fieles del
contacto frecuente con la Eucaristía.
Es en este ambiente en el que Arnauld publica su obra sobre la comunión frecuente:
“De la comunión frecuente o los sentimientos de los Padres, de los papas y de los concilios
con respecto al uso de los sacramentos de la Penitencia y la Eucaristía”. Está considerado
como un manifiesto contra la práctica cristiana de comunión. En el fondo es un intento
ingenuo de restaurar la disciplina penitencial canónica de la Iglesia primitiva.
26
a. Confesión – Absolución.
b. Penitencia larga.
c. Comunión sacramental.
a. Se ha dicho que la diferencia entre ambos es que el estilo de Arnauld es muy bueno, y
malo el de Petavio. Nos parece más bien que el método de Petavio lo condenaba de
principio.
b. Un teólogo como Petavio, que no hace más que teología patrística, como si el progreso
dogmático no fuera más allá de los Padres, se cierra la puerta para discutir con Arnauld.
Su libro está lleno de erudición, pero el problema es que la penitencia de los Padres era
como la definía Arnauld. Hubiera sido más eficaz explicar que la penitencia celta fue un
progreso dogmático. Petavio necesitaba haber tenido sensibilidad para la teología
posterior a los Padres (importante).
c. La teología de Petavio era meramente positiva y nada especulativa. Hubiera hecho falta
un mínimo de especulativa sobre pecado como separación de Dios y absolución como
recuperación de la gracia, aunque haya reatos de los que hay que purificarse. En el
esquema canónico se busca la purificación total semejante a la del Bautismo.
27
3.1. EL GALICANISMO.
Se define como “la defensa de los derechos de la Iglesia de Francia”. Tiene su primer
brote a finales del siglo XVI. El año 1594, PITHOU publica una obra con el título: “Les
libertés de l’Eglise Galicane”. Hace una lista de 83 derechos que la Iglesia galicana tendría
en sus orígenes, adquiridos entonces, que “abusivamente” han sido limitados por Roma y que
deberían ser restituidos. Es el primer intento de fundamentación histórico-teológica del
galicanismo. Pero es curioso, que el gran desarrollo del galicanismo corresponde con el
reinado de Luis XIV, con el auge del Siglo de Oro francés.
En algunas obras progalicanas se mezclan dos problemáticas:
a. La nostalgia jansenista de la Iglesia primitiva.
b. El tema de los derechos y la fisonomía autónoma que habría tenido la Iglesia
galicana naciente.
Aunque ambos movimientos miran hacia atrás, los puntos de referencia son distintos.
Curiosamente uno de los productos más prosaicos de la Iglesia galicana fue su reforma
litúrgica, en cuanto constituyó una “poda” de los elementos considerados posteriores al
nacimiento de la Iglesia galicana, “decadentes”.
3.2. EL JOSEFINISMO.
Se suele considerar un fenómeno austríaco. Tras la guerra de los 30 años, el poder
imperial se acentúa en los territorios “hereditarios” y se difumina en los llamados “no
hereditarios”21. El nombre de este movimiento viene del emperador José II de Austria, hijo de
la emperatriz María Teresa, al que se conoció en todo el imperio como “el rey sacristán”,
debido a su intromisión excesiva en asuntos eclesiásticos22. Pero él no es más que la
acentuación conducida hasta la extravagancia de algo que había comenzado ya con su madre,
en nombre de un determinado tipo de teología conocido como FEVRONIANISMO.
28
la división23.
B. La capital del imperio es Viena. María Teresa gobierna apoyada por un Consejo Imperial
llamado “Consejo de los Cuatro Grandes”, que tienden a inmiscuirse notablemente en los
asuntos eclesiásticos desde su conocimiento del fevronianismo. Deducen que la emperatriz
tiene derechos de constante intervención en la Iglesia Alemana. Del fevronius sacan que así
no hacen daño a la Iglesia sino que la conducen a una situación pre-hildebreandiana, pre-
medieval, volviendo así a la añorada Iglesia de los Santos Padres. El más decisivo en asuntos
eclesiásticos es VAN SWIETEN, de procedencia flamenca. Cuando José II suceda a su madre
en el trono, Van Swieten será su gran consejero para asuntos eclesiásticos, gran realizador del
sueño josefinista.
29
El papel de los reyes visigodos aparece como de protectores de esa autonomía,
Recaredo como rey que convoca concilios e interviene en la Iglesia. Una vez más, la
autonomía frente a Roma se paga con la concesión de poderes al rey para que intervenga en la
Iglesia. La obra se publica en Italia pero llega a España en castellano. Su difusión preocupó al
nuncio Justiniani. Es una obra de grandes valores culturales e históricos, pero el nuncio se
dio cuenta del paralelismo con el galicanismo y el josefinismo. Acusa la obra ante Roma y se
coloca en el Índice de libros prohibidos. Con ello se considera clausurado el fenómeno
“Masdeu”.
30
es Hipólito que escribe esta sátira, y las sátiras sólo son eficaces cuando contienen un
elemento de verdad. La obra de san Cipriano “De Lapsis” demuestra que la debilidad en
los que eran perseguidos era acuciante y real. Cipriano afirma que los fallos de los lapsos
tuvieron una notable magnitud en algunos casos. Gregorio Taumaturgo, al describir la
situación de su comunidad cristiana la presenta en un estado lamentable. Pablo mismo en
1Cor 3,6 describe una comunidad de Corinto con fuertes y graves enfrentamientos.
31
Mauro. El número de monasterios federados se sitúa en torno a los 40. Es después de este
cambio cuando el presidente de la congregación traslada su residencia a París, a la Abadía de
Sant Germain de-Prés. En las constituciones es importante la interpretación que se hace del
ideal benedictino, “ora et labora”. El trabajo al que se hace referencia se interpreta como el
meramente intelectual. Esto posibilitará que la congregación de san Mauro produzca una
impresionante serie de publicaciones y de trabajo. El tema intelectual entra en dos niveles en
las constituciones: a. Por un lado se hace un plan serio de formación del monje; y b. El
profeso tiene que dedicarse al estudio, la investigación y la producción científica. Dado el
ambiente del Siglo de Oro francés, tal producción científica tiene un acentuado carácter
histórico.
1. Lo primero que realizan es una gran historia de Francia, pero no profana, sino
religiosa: “Gallia Christiana”. El título nos hace sospechar el galicanismo
profundo de la obra, que glorifica el nacimiento y los primeros tiempos de la Iglesia
nacional francesa. Los maurinos dan así una base histórica al libro de Pithou. La
obra cae también en la mitificación de la Iglesia primitiva. Tenemos que hacer notar
que en el ambiente maurino hubo mucha simpatía por los jansenistas.
2. Para poder escribir la “Gallia Christiana”, publicaron previamente un catálogo de
fuentes para la historia cristiana de Francia. Mabillón (monje maurino) escribe un
tratado de Diplomática, entendiendo por tal término “cómo usar los documentos”,
es decir, una metodología de la historia.
3. En la misma línea que la Gallia va la obra “Monasticum Gallicanum”, historia del
monacato en Francia.
4. Frente a un defecto de Petavio, y a diferencia suya, en San Mauro hay preocupación
por estudiar la Biblia, tema que no queda ausente por influjo de ciertos elementos
propios de los benedictinos: importancia de la liturgia y de la Palabra de Dios,
importancia de la lectio divina. Por eso es interesante que hagan obras de filología
para facilitar el estudio de la Biblia, en concreto una grámatica y diccionario de
hebreo. Tienen estudios y tradiciones de cómo hay que conseguir que el texto latino
o francés coincida con el original hebreo (nos recuerda el interés erasmiano por
traducir y de los hebraístas de Salamanca)
5. A pesar de no olvidar la Biblia, coinciden con Petavio en haber puesto el centro de
gravedad en lo patrístico. La mayor importancia de los maurinos hay que colocarla
en este campo, y en esto son hijos de su época y de la teología de su país. En Alcalá
ya se hicieron ediciones de los Santos Padres latinos y griegos en su lengua. Para
ello utilizaron un único manuscrito. Los maurinos, sin embargo, recogen todos los
manuscritos encontrados y, comparándolos entre sí, hacen una edición crítica. Las
primeras ediciones críticas no son exactamente de Santos Padres, ya que glosan
obras de Lianfranco de Canterbury (maestro de Anselmo) y otros. Pero lo que ha
hecho famosa la obra de los maurinos es la edición crítica de la obra completa de
San Agustín: 11 tomos publicados entre 1681 y 1700. Es la edición que aparece en
el Migne y sigue siendo de referencia obligada para su estudio. Dirige la edición
Mabillón, que incluye una importante introducción teológica.
4.2. BOLLANDISTAS.
32
Son un equipo de jesuitas, aún existente, de la Provincia de Bélgica Meridional,
conocidos por el nombre de su fundador: JEAN BOLLAND, jesuita nacido en Lieja a finales
del XVI que muere en Amberes en 1665.
Durante la Edad Media se escriben vidas de los santos conocidas con el nombre de
legenda, ya que estaban destinadas a ser leídas en el coro y en el refectorio. El término ha
degenerado para significar lo no histórico. Estas legenda estaban escritas sin sentido crítico
alguno y especialmente recargadas de maravillosismo, ofreciendo una imagen de los santos
totalmente separada de la realidad. Ante esta situación, el jesuita flamenco Rosweyde se
planteó hacer una hagiografía crítica, a lo que dedica toda su vida, recogiendo documentación
y publicando algunas vidas concretas de santos con espíritu crítico. Al morir Rosweyde, los
superiores entregan la documentación a Bolland, que aprecia rápido la necesidad de hacer un
trabajo de conjunto y sistemático, revisando a fondo el proyecto. Como se da cuenta de que
supera su trabajo personal, pide un equipo para que colabore con él y dé continuidad a la tarea
tras su muerte. La idea se lleva a la práctica y sus colaboradores son pronto conocidos como
bollandistas.
El proyecto de Bolland consistió en proponer tomar el calendario, según el martirologio
romano, reunir las celebraciones de cada día en la Iglesia Universal y Diocesana, y dedicarse
a recoger toda la información, actas y demás documentos sobre la vida de cada santo para
posteriormente publicarlo, en el empeño incluye la eliminación de todo lo considerado
“legendario” sobre su figura, lo que en ocasiones hará negar la existencia. Al aceptarla los
superiores se le dio el nombre de Acta Sanctorum. El año 1643 se publica el primer tomo,
correspondiente al mes de enero, el año 1648 el segundo, del mes de febrero. Podemos
destacar como interesante el hecho de que no publican los documentos en su lengua original
sino en latín.
Poco después de su muerte, son tantos los documentos que se publican sobre cada santo
que es difícil mantener la rigidez inicial de un tomo por mes, multiplicándose los tomos que
se publican sobre cada mes, lo que hace más difícil su tarea. Ante la dificultad, y para ir
publicando nuevos documentos sobre santos ya glosados, comienzan a editar la revista
Analecta Bollandiana. A principios del siglo XX, cuando su tarea se encuentra a finales del
mes de noviembre, ante el aumento considerable de trabajo y documentación, deciden
interrumpir el proyecto comenzado por Bolland en el siglo XVI. Se dedican de lleno a la
revista Analecta. Es el año 1925 e iban ya por el tomo 50.
4.3. HARDOUIN.
Señalábamos más arriba la diferencia entre la edición de los Padres griegos hecha en
Alcalá en el siglo XVI y la obra de los maurino, ya que en Alcalá parten de un único
manuscrito t con los maurinos nace la técnica de la edición crítica. Esa técnica existía ya antes
de los monjes maurinos, pero sólo se aplicaba para la Biblia. En el siglo XVI tenemos la
primera Summa Concilorum, editada por Carranza. Con el Siglo de Oro francés nacerá una
idea nueva, publicar no sólo los documentos sino también las actas de los concilios.
Hardouin es un jesuita francés nacido a mediados del siglo XVII, profesor de teología
positiva en la misma cátedra de Petavio. Su obra de mayor importancia es la gran colección
de Actas de Concilios, publicada en 12 tomos en folio. Hay varias diferencias con la obra de
Carranza, ya que éste pensó en una obra manual que reuniera en un solo tomo los documentos
decretales y Hardouin quiere incluir también las actas de las discusiones previas a las
decretales. En segundo lugar, Carranza publica sólo los concilios ecuménicos, mientras que
Hardouin publica las actas de concilios ecuménicos y particulares.
Hardouin tuvo dos predecesores jesuitas, aunque en un proyecto mucho más modesto:
33
Labbe-Cossart. Tras la muerte de Hardouin, su obra es continuada por el italiano Doménico
MANSI y prolongada después por varios estudiosos. La técnica es entonces mucho más
depurada, pero se continúa su espíritu: no basta sólo con leer los textos definitorios de los
concilios, el sentido de lo definido es el que los padres conciliares quisieron dar a cada
palabra, pero sólo puedo conocer ese sentido estudiando las discusiones, viendo los cambios
redaccionales de los diferentes esbozos. Gracias al esfuerzo de Hardouin conocemos las actas
del concilio de Elvira, así como la teología de los concilios toledanos, los credos y las
discusiones previas de los concilios de Toledo.
Aunque se han hecho otras ediciones importantes de documentos conciliares completos,
con las actas, ninguna ha conseguido la amplitud ni la importancia crítica del Hardouin-
Mansi.
34
VALORACIÓN FINAL DESDE EL SIGLO XX
1. Pío XII. Humani Generis. Al concluir la Segunda Guerra Mundial, surgió en Francia un
movimiento conocido como La Nouvelle Teologie. Pío XII en la encíclica Humani generis
condena ciertos errores que se enseñaban en esos ambientes. Piensa el papa que los errores se
deben al uso de un método teológico malo, por lo que propone el adecuado (cf. D 2317-
2318 /2313-2314):
a. Persuadido de que la teología es una tarea eclesial, pone como punto de partida el
magisterio de la Iglesia (D 2313).
b. Una vez escuchado el magisterio, el teólogo ha de ponerse en contacto con las
fuentes de la Revelación, la Escritura y la Tradición. Da por supuesto que lo hoy
dice el magisterio se podrá encontrar explícita o implícitamente en esas fuentes
(conciencia de progreso dogmático) (D 2314).
c. En el mismo número se dice que si se hace esto, la parte especulativa será
vivificada (ideal de unir especulativo con positivo). Recoge el ideal que viene
desde el siglo XVI, que formulara Mair y desarrollaran los teólogos de Salamanca.
2. Vaticano II. Optatam totius. El planteamiento del Concilio es diferente al de Pío XII.
Propone su método en el contexto de la mejor formación de los nuevos sacerdotes en el
decreto Optatam Totius, 16, haciendo suyo el ideal de teología de doble paso. HG es
regresiva, OT es genético: HG pide escuchar el magisterio e ir a las fuentes; OT pide ir de o
general a lo desarrollado acompañando el desarrollo del dogma en el estudio.
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seguir es su talante.
2.3. Señala que en conexión con la teología especulativa hay que hacer tres cosas más:
a. Reconocer los misterios presentes y operantes en las acciones litúrgicas.
Intentando recuperar el viejo ideal monástico de conectar teología y vida
espiritual.
b. Aprender a buscar, a la luz de la revelación, la solución a los problemas del
mundo, que no se haga una teología intemporal.
c. El Concilio desea que se enseñe a comunicarlas a nuestros
contemporáneos. Antes del Aquinate, el canciller de la Universidad de
París Petrus Cantor, expuso el ideal de la Facultad de Teología en tres
verbos: Legere, Disputare, Predicare. Legere supone entender la Biblia,
disputare es entender de tal manera la teología especulativa que uno pueda
especulativamente defender esas verdades, predicare supone saber enseñar
y predicar esas verdades, porque no todo consiste en entenderlas.
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