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Indicadores:
Clasifica los elementos estructuralesl del drama El cartero del rey, con base en las fases
natural, de ubicación, analítica e interpretativa.
1. Me preparo para hacer la guía
Pautas que debo verificar antes de iniciar mi trabajo.
Tiempo en que se
espera que realice la 4 horas
guía
Actividad Puedo observar el siguiente video y repasar los anexos para recordar la clase
anterior.
https://www.youtube.com/watch?v=tXWk5TcEAAc
Además puedo investigar todo lo que quiera sobre el autor de El cartero del
rey, Rabindranath Tagore.
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Indicaciones 1. A partir de mis conocimientos previos y con ayuda de los anexos, voy a anotar
la característica del género literario drama que corresponde con el ejemplo
que se me da.
Acto primero
Escena primera (Madav y el médico)
Madav.- ...¡Yo no sé qué es esto!
Madav.- ¡Claro que sí! Hay mucha jente que busca trabajo por ahí...
Amal.- ¡Qué gusto! Pues yo me voy a ir también por ahí a buscar cosas que
hacer..
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2. A continuación se me presentan dos columnas: la columna A corresponde a
información y ejemplos de distintos tipos de espacios presentes en la obra El
cartero del rey, la columna B tiene el nombre que corresponde a cada
espacio. Voy a relacionar el nombre de los espacios de la columna B con los
ejemplos e información de la columna A.
Columna A Columna B
La historia se desarrolla en
una aldea de Bengala, India, ( ) a. Psicológico
ahí vive Amal y desde su
ventana ve el mundo.
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3. Reconozco la estructura interna de la obra. (introducción (1), nudo (2),
desenlace (3))Anoto un 1, 2 o 3 al lado del cuadro que corresponda.
Autoevaluación de mi desempeño
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Indicador Inicial Intermedio Avanzado
Clasifico elementos del drama Ordeno algunas veces diversos Caracterizo casi siempre Asocio siempre diversos
elementos del drama como diversos elementos del drama elementos del drama como lo
en El cartero del rey, con base
como lo son características y como lo son características y son características y espacios,
en las fases natural, de espacios, en El cartero del rey, espacios, en El cartero del rey, en El cartero del rey, de
de acuerdo con las fases de acuerdo con las fases acuerdo con las fases natural,
ubicación, analítica e
natural, de ubicación, analítica natural, de ubicación, analítica de ubicación, analítica e
interpretativa. e interpretativa, en forma e interpretativa, en forma interpretativa, en forma oral o
escrita. ( ) escrita. ( ) escrita. ( )
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Anexo 2. En género literario drama: que representa episodios de conflicto de la vida humana
a través del diálogo de los personajes.
Características:
1) Texto escrito para ser actuado.
2) Necesita de escenografía: maquillaje, vestuario, música luces entre otros
3) Expuesto en forma de diálogo.
4) Se trata una temática variada.
5) No existe la figura del narrador ya que es a través del diálogo y las acciones de los personajes
que se va construyendo la narración de la obra, es decir, hablamos de dramaturgo que es el
autor de la obra, quien la escribió.
Acto segundo
7) Tiene anotaciones llamadas acotaciones que son las que indican cuando entra y sale cada
personaje así como indicaciones ( esta información van entre paréntesis)
El viejo.- ¡Bendito Dios! ¿Conque tan malo como el viento y el sol del otoño, eh? ¡Pues también sé
hacer que se estén los niños quietecitos en casa, amigo!... Esta tarde, cuando acabe el trabajo, me
vendré por aquí a jugar con tu niño..(Sale).
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Espacios:
Amal.- No, tío, no saldré pero El lechero.- Mi pueblo está junto Amal.- ¿Y me vas a enseñar a
déjame estar en este cuarto que al río Shamli, al pie de los montes pregonar quesitos, y a ponerme el
da al camino... (Sale Madav). de Panchmura. balancín en los hombros, como
tú, y a andar por ese camino tan
Escena cuarta (Amal y el Amal.- ¿Los montes de largo, tan largo...?
lechero) Panchmura has dicho? ¿El río
Shamli? Sí, sí; yo creo que he visto El lechero.- Calla, calla... ¡Pues estaría
El lechero (fuera).- ...¡Quesitos, una vez tu pueblo; pero no sé bueno! ¿Y para qué ibas tú a vender
quesitos, a los ricos quesitos! cuándo ha sido... quesitos? No, hombre; tú leerás unos
libros muy grandes, y serás sabio...
Amal.- ¡El de los quesitos, oye, el El lechero.- ¿Que has visto tú mi
de los quesitos! Amal.- ¡No, no; yo no quiero ser
pueblo? ¿Tú has ido hasta los
sabio nunca! Yo quiero ser como
montes de Panchmura?
El lechero (entrando).- ¿Me has tú... Vendré con mis quesitos de
llamado, niño? ¿Quieres un pueblo que está en un camino
Amal.- No, yo no he ido; pero me
comprarme quesitos? colorado, junto a un viejo
parece que me acuerdo de haber
baniano, y los iré vendiendo de
visto tu pueblo... Tu pueblo está
Amal.- ¿Cómo quieres que te los choza en choza...
debajo de unos árboles muy
compre, si no tengo dinero? grandes, muy viejos que hay allí,
Qué bien pregonas tú:
¿no?; junto a un camino colorado,
El lechero.- Entonces, niño, ¿para “!Quesitos, quesitos, a los ricos
¿no?
qué me llamas? ¡Uf! ¡Vaya una quesitos!” ¿Me quieres enseñar a
manera de perder el tiempo, echar tu pregón?
El lechero.- Sí, sí, allí está...
hombre!
Amal.- Y en la ladera está el ganado
El lechero.- ¿Para qué quieres tú
Amal.- Si yo pudiera, me iría comiendo... saber mi pregón? ¡Qué cosas
contigo... tienes!
El lechero.- ¡Qué maravilloso! El
El lechero.- ¡Conmigo!... ¿Qué ganado comiendo... Pues es Amal.- ¡Sí, enséñamelo! Me gusta
estás diciendo? verdad... tanto oírte... Yo no te puedo
explicar lo que me pasa cuando te
Amal.- Sí; ¡me entra una tristeza Amal.- Y las mujeres, con sus saris oigo en la vuelta de ese camino,
cuando te oigo pregonar allá granas, van y llenan los cántaros entre esa hilerita de árboles...
lejos, por el camino!... en el río, y luego vuelven con ellos
en la cabeza... ¿Sabes? Lo mismo que siento
El lechero (dejando en el suelo su cuando oigo los gritos de los
balancín).- Y tú, ¿qué es lo que El lechero.- Así mismo. Las milanos, tan altos, allá en el fin
haces aquí, hijo? mujeres de mi pueblo lechero del Cielo...
todas van por agua al río; pero no
Amal.- El médico me ha mandado creas tú que tienen todas un sari El lechero.- Bueno, bueno; anda,
que no salga, y aquí donde tú me grana que ponerse... Pues sí, no ten unos quesitos; ten, cójelos...
ves estoy sentado todo el día... cabe duda; tú has estado alguna
vez de paseo en el pueblo de los Amal.- Pero si no tengo dinero...
El lechero.- ¡Pobre! ¿Qué tienes? lecheros...
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El lechero.- ¡Deja el dinero! ¡Me El guarda.- Me parece que a quien El guarda.- ¡Eso sí que no lo sabe
iría tan alegre si quisieras tomar voy a llevarte es al Rey. nadie!
esos quesitos!
Amal.- ¡El Rey! Sí, sí, llévame, Amal.- Entonces será que nadie
Amal.- ...Lechero, ¿te he ¿quieres? Pero el médico no me ha estado allí nunca... ¡cómo me
entretenido mucho? deja salir... ¡Nunca puede nadie gustaría a mí irme con el tiempo a
llevarme!... ¡Todo el santo día ese país que nadie ha visto!
El lechero.- No, hombre, nada. No tengo que estar aquí sentado!
sabes tú lo contento que me El guarda.- Todos tenemos que ir
voy... El guarda.- ¿No te deja el médico, allí algún día, hijo.
verdad? ¡Pobrecillo! Sí que estás
Ya ves; me has enseñado a ser descolorido; y ¡qué ojeras tan Amal.- ¿Y yo también?
feliz vendiendo quesitos (Sale). negras tienes, hijo mío! ¡Cómo te
resaltan las venas en las manos El guarda.- Sí; tú también...
Escena quinta (Amal solo) tan delgaditas!
Amal.- Pero como el médico no
Amal (pregonando).- ...¡Quesitos, Amal.- ¿Quieres tocar el gongo, me deja salir...
quesitos, a los ricos quesitos del guarda?
pueblo de los lecheros, en el El guarda.- Quizás él mismo te
campo de los montes de El guarda.- Después, que todavía lleve de la mano algún día...
Panchmura, junto al río Shamil! no es tiempo.
¡Quesitos, a los buenos quesitos! Amal.- ¡No, no lo hará, estoy
¡Al amanecer, las mujeres ponen Amal.- ¡Qué raro! Unos dicen que seguro! ¡Tú no lo conoces! ¡Si tú
en fila las vacas, debajo de los el tiempo no ha venido y otros vieras; no quiere más que
árboles, y las ordeñan; por la que el tiempo ha pasado. Pero yo tenerme aquí encerrado!
tarde, hacen quesitos con la estoy seguro que si tocas el gongo
leche! ¡Quesitos, quesitos, a los será el tiempo. El guarda.- Pero hay uno más
ricos quesitos!... grande que él, y viene, y nos abre
El guarda.- No, hombre; eso no la puerta...
Ya está ahí el Guarda... Ahora puede ser; yo no puedo tocar el
viene para abajo (Al Guarda). gongo sino cuando es el tiempo. Amal.- Pues que venga ya por mí
ese gran médico, y me saque de
¡Guarda, oye, ven a hablar un Amal.- Sí; y ¡cómo me gusta oír el aquí, ¡que ya no puedo más!
ratito conmigo! gongo! Al mediodía, cuando
acabamos de comer, mi tío se va El guarda.- No debías decir eso,
Escena sexta (Amal y el al trabajo, y mi tita se duerme hijo...
guarda) leyendo su Ramayana; y el perro,
con el hocico metido en su rabo Amal.- Bueno, no lo digo, Aquí me
El guarda (entrando).- Pero, ¿qué enroscado, se echa a la sombra de estaré, donde me han puesto, y
escándalo es éste? ¿No me tienes la pared... Entonces tu gongo no me moveré ni un poquito.
miedo a mí? suena: ¡Don, don, don!... Pero cuando tocas tu gongo: Don,
don, don. ¡me da una cosa!... Di,
Amal.- ¿Yo? ¿Por qué voy a Di, ¿por qué tocas tu gongo? guarda...
tenerte miedo?
El guarda.- Pues lo toco para El guarda.- ¿Qué quieres?
El guarda.- ¡A que te llevo preso! decirles a todos que el tiempo no
se espera, sino que está siempre Amal.- ¿Qué hay en esa casa
Amal.- ¿Adónde me llevarías, di? andando... grande del otro lado del camino,
que tiene arriba, volando, una
¿Muy lejos? ¿Más allá de esos Amal.- ¿Y adónde, a qué pueblo bandera? Entra y sale más jente,
montes? va el tiempo, di? más jente...
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El guarda.- ¡Ah! Es el Correo que haga sol, al rico y al pobre, de Escena séptima (Amal solo)
nuevo... puerta en puerta, cartas y más
cartas, siempre, siempre, Amal.- ¡Si yo recibiera todos los
Amal.- ¿El Correo nuevo? ¿Y de siempre... ¡Vamos! ¡Que creerás días una carta del Rey!... Las
quién es? tú que eso no es trabajo! leería aquí en la ventana... Pero si
no sé leer todavía... ¿Quién
El guarda.- ¿Pues de quién ha de Amal.- ¡Ya lo creo que es! ¡Cómo querría leérmelas? Quizás tita
ser? Del Rey... me gustaría! ¿Por qué te ríes? ¡Si entienda la letra del Rey... Como
ya sé yo que tú también trabajas lee su Ramayana... Y si no sabe
Amal.- Y entonces, ¿vienen cartas mucho!... Cuando, al mediodía, nadie, entonces las tendré que
del Rey aquí, a su Correo nuevo? hace tanto calor, y no se oye guardar con mucho cuidadito y las
nada, tu gongo suena: Don, don, leeré cuando sea mayor... Y ahora
El guarda.- Claro está. El día don... Y algunas veces que me que me acuerdo, ¿y si el cartero
menos pensado hay una carta despierto de pronto, por la noche, no sabe quién soy? (Al jefe).
para ti. y que se ha apagado la mariposa, ¡Señor jefe, señor jefe!, ¿puedo
oigo en la oscuridad tu gongo, decirte una cosa?
Amal.- ¿Para mí? Si yo soy un niño muy despacito:
chico... Escena octava
Don, don, don... (Amal y el jefe)
El guarda.- Sí; pero es que el Rey
también escribe cartitas a los El guarda.- ¡Ahí viene el jefe! Me El jefe (entrando).- ¿Qué gritos
niños chicos. voy, que si llega a cojerme son éstos? ¡Y en el camino! ¡Vaya
hablando contigo, para qué con el monigote!
Amal.- ¡Qué bien! Y ¿cuándo quiero más...
recibiré yo mi carta, di? ¿Quién te Amal.- ¿Tú eres el jefe, verdad?
lo dijo a ti, guarda? Amal.- ¿El jefe? ¿Dónde?
Todo el mundo hace lo que tú
El guarda.- Si no, ¿para qué iría a El guarda.- Ya está aquí, míralo. dices, ¿no?
poner el Rey su Correo frente a tu
ventana abierta, con su bandera ¿No ves ese quitasol grande de El jefe (con satisfacción).- ¡Pues
amarilla volando? palma, que parece que viene no faltaría más que no lo hicieran!
saltando?
Amal.- Pero, ¿quién va a traerme Ése. Amal.- ¿Y también mandas tú en
la carta de mi Rey, cuando me los carteros del Rey?
escriba? Amal.- Será que el Rey le ha dicho
que sea jefe de aquí, ¿no? El jefe.- ¡También! ¡Tendría que
El guarda.- El Rey tiene muchos ver!
carteros... ¿Tú no los ves cómo El guarda.- El Rey... ¡No!... ¡Es un
corren por ahí? Unos que llevan tío fastidioso! ¡No le gusta más Amal.- ¿Querrías decirle al
un redondel dorado en el pecho... que molestar! Si vieras... Hace cartero, que Amal es el niño que
todo lo que puede por ser está sentado aquí en la ventana?
Amal.- ¿Y adónde van, di? desagradable, y no hay quien lo
pueda ver. El jefe.- ¿Y para qué?
El guarda.- Pues a todas partes...
Eso es lo que les gusta a los que Amal.- Porque si viniera una carta
Amal.- ¡Ay, qué bien! ¡Yo voy a son como él, jeringar a todo el para mí...
ser cartero del Rey cuando sea mundo... Bueno, me voy. ¡Fuera
grande! pereza! Ya me dejaré caer por El jefe.- ¡Para ti! ¿Quién va a
aquí mañana temprano y te escribirte una carta a ti?
El guarda (riéndose).- ¡Qué contaré todo lo que pase por el
ocurrencia! ¡Cartero! ¿Pero tú pueblo... (Sale). Amal.- Quizás me la escriba el
sabes lo que dices? Que llueva o Rey...
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Amal.- Ya lo sé. Pero, ¿no quieres Amal.- Sí, tanto como tú. Sé todo
El jefe (a risotadas).- ¡El Rey! esperarte? ¡Tampoco a mí me lo de Champaca, el del cuento de
¡Vamos, tú estás soñando! ¡Pues gusta quedarme aquí! hadas, y sus siete hermanos. Y si
no digo nada, lo que quiere el me dejaran un momentito
niño! Niña.- ¿Qué tienes, que pareces siquiera, me iría corriendo al
una estrella tardía de la mañana? bosque aquel tan grande, y me
¡Claro, como que tú eres su perdería; y en aquel sitio en
mejor amigo, y no os habéis visto Amal.- No sé; el médico no quiere donde el colibrí que chupa la miel
en tanto tiempo, el Rey no puede que salga... se mece en la punta de su ramita,
con el disguto, y...¡ ¡Sí, espera ahí me abriría yo como una flor de
sentado, que mañana tendrás la Niña.- ¡Ay, pues no salgas! Debes champaca... ¿Quieres tú ser mi
carta! hacer caso de lo que te diga el hermana Parul?
médico, porque si eres malo, se
Amal.- Señor jefe, ¿por qué me va a enfadar contigo. Ya sé yo que Sada.- ¡Qué tontísimo eres!
hablas así? ¿Estás enfadado te cansará mucho estar siempre ¿Cómo voy yo a ser tu hermana
conmigo? mirando por esa ventana... Deja Parul, si yo soy Sada, y mi madre
que te la cierre un poquito... es Sasi, la que vende flores? ¡Si
El jefe.- Contigo, ¿eh? ¡Conque el supieras tú las biznagas que tengo
Rey!... ¡Pues no se da tono Amal.- No, no la cierres. Ésta es la que hacer todos los días!... ¡Ay!
Madav, que digamos! ¡Claro, única ventana que hay abierta... ¡Que no me iba a divertir yo si
como ha ganado ese fortunón, ya pudiera estarme aquí sin hacer
no se habla más que de reyes y Todas las demás están nada, como tú!
padishas en su casa! ¡Que yo lo cerradas...
vea y no va a ser Rey lo que le voy Amal.- ¿Y qué ibas a hacer en
a dar...! Y tú, mequetrefe, ¡ya diré ¿Quieres decirme quién eres tú? todo el día, tan largo?
yo que te traigan la carta del Rey; Me parece que no te conozco...
ten la seguridad! Sada.- ¡Pues poco que iba yo a
Niña.- Yo soy Sada. jugar con mi muñeca Beney, la
Amal.- No, no; si te molesta, que novia, y con la gata Meni, y con...!
no me la traigan. Amal.- ¿Sada? ¿Qué Sada? Pero mira, es muy tarde, y no
puedo quedarme más; que si no,
El jefe.- ¡Sí, hombre!, ¿por qué Sada.- Yo soy la hija de la me voy a volver sin una flor.
no?; ¡si se lo voy a decir ahora vendedora de flores del pueblo.
mismo al Rey! ¡No te apures, que ¿No lo sabías? Amal.- ¡Espérate otro poquito,
no tardará la carta! ¡En cuanto el anda, que estoy tan bien contigo!
Rey lo sepa, te mandará un criado Amal.- Y tú, ¿qué haces, di?
suyo a saber de ti! ¡No faltaba Sada.- ¡No seas así! Si eres bueno
otra cosa!... ¡Valiente Sada.- ¿Yo? Yo cojo flores en mi y te estás aquí quietecito, cuando
impertinencia! ¡Lo que es como el canasto. vuelva yo con las flores, me
Rey se entere, ya le dará a Madav pararé a hablar contigo.
tono, ya!... (Sale). Amal.- ¡Cojes flores! ¡Por eso
tienes tan alegres los pies, y tus Amal.- ¿Y me vas a traer una flor?
Escena novena (Amal y Sada) ajorcas cantan tan contentas
cuando vas andando! ¡Quién Sada.- ¡No puedo!... Tienen que
Amal.- ¿Quién eres tú, niña? pudiera irse por ahí, como tú!... comprarse...
¡Cómo repican tus ajorcas! Yo te cojería flores de las ramas
¡Espérate un poquito!, ¿quieres? más altas, que ya no se ven... Amal.- Yo te la pagaré cuando sea
(Entra una niña). grande, antes de irme a buscar
Sada.- ¿De veras? ¿A que no trabajo más allá de aquel arroyo
Niña.- ¡No puedo, no tengo sabes tú tantas cosas de las flores que está allí...
tiempo, es muy tarde! como yo?
Sada.- Bueno.
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Amal.- Di, ¿vas a volver, cuando Chiquillos.- ...¡Anda, vente a jugar ¡Poned en fila estos cipayos!
hayas cojido las flores? con nosotros, vente!
¿Dónde habrá un fusil? Esta caña
Sada.- Sí, volveré. Amal.- ¡Si no me deja salir el sirve... Pero, ¿ya te estás
médico! durmiendo?
Amal.- ¿De veras volverás?
Chiquillos.- ¿El médico? ¿Y tú Amal.- Me parece que me está
Sada.- Sí, de veras. haces caso del médico? ¡Anda, dando sueño... ¡Qué sé yo!
vámonos, que es ya muy tarde; Muchas veces me pasa. Como
Amal.- ¿Te acordarás bien de mí? anda, vente! estoy siempre sentado, me canso;
Yo soy Amal, acuérdate bien... y luego, me duele tanto la
Amal.- No, no. ¿Por qué no jugáis espalda...
Sada.- ¡Ya tú verás cómo me aquí en el camino, delante de mi
acuerdo! ventana, para que yo os vea? Chiquillos.- ¡Pero si no es más que
(Sale). mediodía!... ¡No te duermas,
Chiquillos.- ¿Y a qué vamos a hombre! Oye el gongo; ahora está
Escena décima (Amal y unos jugar aquí? dando la primera vela...
chiquillos)
Amal.- ¡Yo os daré todos mis Amal.- Sí... Don, don, don... ¡Qué
Amal.- ¿Adónde vais, hermanos? juguetes! ¡Sí, ya está; tened mis sueño tengo!
¡No os vayáis todos; estaos juguetes! Yo no puedo jugar solo,
conmigo un poquito! y se están empolvando; ¿para qué Chiquillos.- Pues entonces, mejor
los quiero yo? será que nos vayamos, y mañana
Chiquillos (entrando).- Si vamos a por la mañana volveremos.
jugar... Chiquillos.- ¡Ay, qué juguetes tan
bonitos! ¡Un barco! ¡Aquí está la Amal.- ¡Esperad un momento!
Amal.- ¿A qué vais a jugar, abuela Yatai! ¡Qué cipayo tan Vosotros que estáis siempre por
hermanos? precioso! Y ¿nos los vas a dar el camino, ¿no conocéis a los
todos? carteros del Rey?
Chiquillos.- Vamos a jugar a los
aradores. ¿No te importa dárnoslos? Chiquillos.- ¡Sí, ya lo creo!
Primer chiquillo (con un palo).- Amal.- No, no, tenedlos; yo, ¿para Amal.- ¿Cómo se llaman?
¡Aquí está el arado! qué los quiero? ¿Quiénes son?
Segundo chiquillo.- Y éste y yo Chiquillos.- ¿No los querrás ya Chiquillos.- Uno, Badal. Otro,
somos la yunta de bueyes. nunca más? Sarat. Otro... ¡Hay muchos!
Amal.- ¿Y os vais a pasar jugando Amal.- No, no; para vosotros. A mí Amal.- ¿Y me conocerían si
todo el día? no me sirven para nada. viniese una carta para mí?
Chiquillos.- ¡Todo el día! Chiquillos.- ¡Mira que van a Chiquillos.- Claro que sí. Si pone
reñirte! tu nombre...
Amal.- Y cuando oscurezca,
volveréis a casa por el camino de Amal.- No, no me riñe nadie. Amal.- Cuando vengáis mañana
la ribera, ¿no? Pero, ¿vais a venir a jugar con por la mañana, ¿queréis traerme
ellos delante de mi puerta, todas a uno para que sepa quién soy?
Chiquillos.- Por la mismita orilla... las mañanas?... Cuando se
rompan, yo os daré otros... Chiquillos.- Bueno, si tú quieres...
Amal.- ¿Y pasaréis por aquí
delante? Chiquillos.- Pues ¿no hemos de
venir? ¡Vamos a jugar a la guerra!
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Acto segundo Madav.- Me das pena, hijo,
Escena primera (Amal - El viejo (guiñándole un ojo a siempre pensando en irte...
”en la cama”- y Madav) Madav).- ¡Yo soy el faquir!
Amal.- Oye, faquir, ¿cómo es la
Amal.- ¿Y tampoco me deja ya el Madav (al viejo).- ¡El diablo eres! Isla de los Loros?
médico sentarme en la ventana? ¡Si no lo viera, no lo creería!
El viejo.- Pues es la tierra de las
Madav.- Ya ves que te has puesto Amal.- ¿Dónde has estado hoy, maravillas. Allí viven todos los
peor de estar siempre echado en faquir? pájaros del mundo, y no hay un
ella... hombre siquiera; y no creas tú
El viejo.- Pues ahora mismo vengo que se habla allí ni se anda; sólo
Amal.- Puede que me haya puesto de la Isla de los Loros. cantar y volar.
peor; pero mientras estoy en la
ventana, ¡me encuentro tan Madav.- ¿La Isla de los Loros? Amal.- ¡Qué hermosura! ¿Y hay
bien!... algún mar allí junto?
El viejo (a Madav).- ¡Sí, la Isla de
Madav.- Eso te parece a ti; pero los Loros! ¡Qué! ¿Te crees, El viejo.- ¡Claro!, la Isla está en
no, hijo. Luego, sacas la cabeza y hombre, que yo soy como tú?... medio del mar...
te pones a hablar con todo el que No tengo más que cojer mis pies,
pasa, como si fuera esto una feria; y me voy adonde quiero; ¡y sin Amal.- ¡Y habrá unos montes muy
y tú, hijo, estás malo y no puedes costarme nada!... verdes!...
hacer eso. ¡Mira qué carita tienes!
Amal (palmoteando).- ¡Qué bien! El viejo.- Toda la Isla está llena de
Amal.- ...Y mi faquir, como no me ¡Qué gusto debe dar eso! ¿No montes verdes. Y cuando va a
verá en la ventana, se irá. olvidarás que me has prometido ponerse el sol, y las laderas, rojas,
llevarme en tu comitiva cuando resplandecen, los pájaros vuelven
Madav.- ¿Tu faquir? ¿Quién es tu esté bueno? en bandadas, volando con sus
faquir? alas verdes, a sus nidos.
El viejo.- Sí. ¡Y te voy a enseñar
Amal.- Pues mi faquir... Viene, y unas mantras de caminantes, que Amal.- ¿Y hay cascadas?
me cuenta cosas de todos los nada, por mares, bosques ni
sitios donde él ha estado. ¡Unas montañas, podrá cerrarte el paso! El viejo.- ¡Pues no ha de haberlas!
cosas más bonitas!
Madav.- Pero ¿qué enredo es Todos los montes tienen su
Madav.- Pero, ¿qué es lo que éste? cascada; y parecen de diamantes
dices? derretidos.
El viejo.- Amal, hijo; nada, en
Yo no conozco a ningún faquir... mares ni montañas, puede ¡Si tú vieras lo que juega el agua,
hacerme retroceder... Ahora, que y cómo cantan las piedras con ella
Amal.- Pues ya no tardará... si el médico y este tío que tienes cuando se echa al mar, saltando!
¡Anda, por tus queridos pies; dile se conjuran contra mí, no hay
que entre aquí un ratito a hablar majia que me valga... ¡Al agua sí que no la para ningún
conmigo! diantre de médico!... Sigo; los
Amal.- No; tío no se lo dirá al pájaros me miraban como miran a
Escena segunda médico, y yo te prometo no los hombres. Ya tú ves, ¡como
(Amal, Madav y el viejo -”que viene moverme de la cama. Pero el nosotros no tenemos alas!... Y no
vestido de faquir”-) primer día que me ponga bueno, querían nada conmigo... Si no
me iré contigo; ¡y nada, en mares, fuera por eso, yo te aseguro que
Amal.- ¡Míralo, ahí está! ¡Faquir,
ni montañas ni torrentes, podrá me haría una choza entre los
faquir, vente conmigo! ¡Siéntate
cerrarme el paso! nidos y me pasaría allí mi vida
aquí en mi cama!
contando las olas del mar.
Madav.- ¡Tonto!, pero si es...
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Amal.- ¡Ay, si yo fuese pájaro! El viejo.- ¡Qué bien! La verdad es espalda... Viene bajando,
Entonces... que, aunque soy un faquir, ¡me bajando, ¡hace ya mucho tiempo!,
están dando unas tentaciones!... sin descansar, ¡muchos días,
El viejo.- Pero eso ya no podría ¡Pero no te importe a ti que se muchas noches!, y cuando va
ser, Amal. A mí me han dicho que case la sobrina del lechero! llegando a aquel sitio de la
tú le has hablado al lechero para ¡Déjalo! ¡Lo que te sobrarán serán montaña donde la cascada es ya
vender quesitos con él, cuando sobrinas del lechero cuando tú el arroyo, coje por la orilla y sigue,
seas mayor; y como a los pájaros vayas a casarte! sigue andando entre el centeno...
no les gustan los quesitos, me Luego, entra en el cañaveral, por
parece que te saldría mal tu Madav.- ¡Cállate de una vez! ¡No ese callejón estrecho que hay
negocio... puedo oírte con calma! (Sale). entre las cañas de azúcar, esas
tan altas;... y no se ve...
Madav.- ¡Vamos, me vais a volver Escena tercera (Amal y el
loco entre los dos! ¡No puedo con viejo) Luego, sale a la pradera grande,
vosotros! ¡Me voy! donde cantan los grillos... Mira,
Amal.- Oye, faquir, ahora que se no hay nadie más que él; sólo las
Amal.- ...Tío, ¿vino el lechero? ha ido mi tío; ¿no habrá venido al perdices, picoteando en el barro y
Correo nuevo una carta del Rey meneando la cola... Lo siento
Madav.- ¿Pues querías que no para mí? venir más cerca, más cerca cada
viniera? Él no se romperá la vez...
cabeza entre los nidos de la Isla El viejo.- La carta sé yo que ha
de los Loros, llevando recados a salido ya del palacio; pero todavía ¡Estoy más contento!
tu faquir favorito; pero ha dejado viene de camino.
una lata de quesitos para ti, y me El viejo.- Mis ojos, hijo ven ya
ha dicho que te diga que no ha Amal.- ¿De camino? ¿Y por dónde poco; pero me cuentas de una
podido detenerse más porque vendrá? ¿Vendrá por esa veredita manera las cosas, que lo veo todo
como se casa su sobrina, tenía que viene dando vueltas entre los como cuando era niño...
que ir a Kamlipara por la banda de árboles?; la veredita esa que se ve
música. hasta lo último del campo, Amal.- Di, faquir, ¿conoces tú al
cuando sale el sol después de Rey que ha puesto aquí este
Amal.- ¡Si me iba a casar a mí con llover... Correo?
su sobrinita!
El viejo.- Por ahí, por ahí viene. El viejo.- Sí, mucho; todos los días
El viejo.- ¡Dios del cielo! ¡Pues voy a pedirle mi limosna.
buena la hemos hecho! ¿Cómo lo sabías tú?
Amal.- ¿Sí? Cuando yo me ponga
Amal.- ...Me dijo a mí que ella iba Amal.- Sí; todo lo sé. bueno, iré también a pedirle mi
a ser mi novia chiquitita, y que iba limosna, ¿no?
a estar tan linda con sus zarcillos El viejo.- Ya lo estoy viendo; pero,
de perlas en las orejas y vestida ¿cómo lo has sabido? El viejo.- Tú no tendrás que
con un preciosísimo sari grana... Y pedírsela, hombre; él te la dará
al amanecer, ella ordeñaría con Amal.- Pues no sé cómo; pero lo por su gusto...
sus propias manos la vaca negra, veo tan clarito... Me parece que lo
y me traería la leche calentita, he visto muchas veces en unos Amal.- No, no; yo iré a su portal y
toda llena de espuma, en un días que pasaron hace ya mucho gritaré: ¡Viva mi Rey! Y bailando al
cantarillo nuevo, para que yo me tiempo... No sé cuánto... ¿Sabes son del tamboril, le pediré mi
la bebiera. Y cuando oscureciese, tú cuánto?, di... ¡Si vieras qué limosna. ¿No crees tú que estaría
iría ella al establo con la lámpara, bien lo veo todo! El cartero del bien así?, di...
a dar una vuelta... Y luego vendría Rey viene bajando la cuesta del
y se sentaría a mi lado a contarme monte, solo, con un farol en la El viejo.- ¡Ya lo creo; estaría
el cuento de Champaca y sus siete mano izquierda y un saco muy magnífico! Y si fuéramos juntos,
hermanos... grande, lleno de cartas, en la
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me tocaría a mí buena parte; Madav.- Entonces ¿por qué no
pero, ¿qué le vas a pedir? tienes más cuidado? ¡No debieras Madav.- No, pues el niño no ha
nombrar en vano al Rey! ¡Me vas salido; eso te lo digo yo. Hasta las
Amal.- Le diré: “!Hazme cartero a arruinar con tus cosas! ventanas han estado cerradas.
tuyo, para ir con mi farol
repartiendo cartas de puerta en Amal.- Faquir, faquir, ¿de veras se El médico.- ¡No sé qué tiene hoy
puerta! enfadará el Rey? el aire! ¡Había una corriente por
la puerta principal cuando
¡No me tengas en casa todo el El viejo.- ¡Qué se ha de enfadar, entré...!
día!” hombre! ¡Con un niño como tú y
El viejo.- Pero, vamos a ver, ¿por un faquir como yo!... ¡A ver si Lo mejor sería cerrar la puerta
qué estás tú tan triste en tu casa? tengo que ir a decirle cuatro con llave... Creo que no te
frescas! importará no recibir visitas en dos
Amal.- ¡No, si no estoy triste! Al o tres días; y si alguien tiene
principio, cuando me encerraron Amal.- ...Faquir; desde esta necesidad de verte, ahí está la
aquí, ¡me parecían más largos los mañana estoy sintiendo como un puerta falsa... Y esas maderas
días!; pero desde que han puesto velo por delante de los ojos... ¡Me también debieran cerrarse... Los
enfrente el Correo del Rey, cada parecen más raras las cosas!... No rayos del sol poniente no sirven
vez estoy más contento en mi tengo ganas de hablar... Si me más que para desvelar al
cuarto...; y luego, como sé que un pudiera estar quieto... ¿Cuándo enfermo.
día voy a tener una carta... ¡Sí, no va a venir la carta del Rey?... Si
me importa nada estarme aquí este cuarto se deshiciera de Madav.- ...Ha cerrado los ojos.
quieto, aunque esté solo!... Oye, pronto y...
¿y sabré yo leer la carta del Rey? Si... Debe haberse dormido. ¡Qué
carita tiene! ¡Ay, médico, yo me lo
El viejo.- ¡Qué más te da! ¿No El viejo (abanicando a Amal).- traje como si fuera mío, y después
tienes bastante con que ponga tu Seguramente vendrá hoy la carta, de haberle tomado este cariño,
nombre? hijo mío... perderlo para siempre!...
Escena cuarta (Dichos y
Madav) Escena quinta (Dichos y el El médico.- ¿Quién, quién es?
médico) ¡Este jefe, que tiene que meterse
Madav (entrando).- ¡Buena la en todo!
habéis hecho entre los dos! El médico (entrando) (a Amal).-
¿Cómo estás hoy? ¡Valiente hombre!... Bueno,
El viejo.- ¿Qué te pasa? ¿Qué tengo que irme. (A Madav). Mejor
ocurre? Amal.- Muy bien, señor médico; será que vengas conmigo a ver si
hoy no me duele nada. está todo bien cerrado... En
Madav.- ¡Pues que, por culpa cuanto llegue a casa, mandaré
vuestra, todo el mundo anda El médico (a Madav, aparte).- No una buena dosis de esa medicina,
diciendo que el Rey ha puesto ahí me gusta esa sonrisa. Mala señal a ver si así conseguimos algo...
enfrente su Correo para estaros que se sienta tan bien. Chakradan Aunque me parece...
escribiendo siempre a los dos! dice...
(Salen Madav y el Médico).
El viejo.- Bueno, ¿y qué? Madav.- ¡Bueno, por amor de
Dios, déjame de Chakradan!; lo Escena sexta (Amal, el viejo
Madav.- Que Panchanan, el jefe, que quiero saber es cómo está y el jefe)
se lo ha hecho decir al Rey en hoy mi niño...
secreto... El jefe (entrando).- ¡Hola,
El médico.- Me parece que mequetrefe!
El viejo.- ¿Y no sabemos todos tenemos para poco tiempo... Ya
que el Rey se entera de cuanto te lo dije... Aseguro que se ha El viejo (levantándose aprisa).-
pasa? vuelto a enfriar... ¡Calla!
17
Amal.- No importa, faquir; ¡si no El viejo.- Sí, hijo mío. ¡Yo que soy Amal.- Creo que ya es la cuarta
estaba dormido! Todo lo estoy faquir, te digo que ésa es la carta vela. Escucha el gongo: Don, don,
oyendo... Y también unas voces del Rey! din... Don, don, din... ¿Ha salido
muy lejanas... Mira, mi padre y mi ya la estrella de la tarde? No sé
madre... están sentados aquí a mi Amal.- ¡Pero si no veo nada! ¡Me qué tengo, que no veo...
cabecera, y me están hablando... parece que está todo tan en
blanco! El viejo.- Es que está todo
Escena séptima cerrado, hijo. Voy a abrir...
(Dichos y Madav -”que entra”-) Señor jefe, ¿qué dice la carta? (Llaman fuera).
El jefe.- Oye, Madav; me han El jefe.- Dice el Rey: “Voy Madav.- ¡Llaman! ¿Quién será?
dicho que te tuteas ya con corriendo a verte. Prepárame ¡Qué fastidio! Llamar a estas
personajes... arroz dorado, que la comida de horas...
palacio empieza a fastidiarme...”
Madav.- ¡No andes con bromas, (A carcajadas). (Una voz afuera).- ¡Abrid la
jefe! puerta!
Madav (suplicando con las
Ya sabes que somos unos manos).- ¡Jefe, te ruego que no Madav.- ¿Lo has oído, jefe? ¡A ver
infelices... bromees más con esto! si son ladrones!
El jefe.- Pero tu niño está El viejo.- ¿Eh? ¡Que se atreva! El jefe.- ¿Quién llama? ¡Lo
esperando una carta del Rey... pregunta Panchanan, el jefe!
Madav.- ¿También tú te has ¡Atreveos!... Ya lo estáis viendo;
Madav.- Déjalo en paz al pobre, vuelto loco?... se acabó el ruido... ¡Que no
que es un tontaina... puede nada la voz de
El viejo.- ¿Loco? ¡Pues bueno, Panchanan!... ¡A ver, venga ese
El jefe.- No, no; ¿por qué no había estoy loco! Y aquí dice bien claro ladrón valiente!
de recibirla? ¿Pues dónde va a que el Rey en persona viene a ver
encontrar el Rey familia mejor? a Amal, con el médico de la Madav (mirando receloso por la
corte... ventana).- Sí, sí; ¿no habían de
¡Por algo ha puesto su Correo callar? ¡Como que han echado
nuevo frente a tu casa!... (A Amal.- ¡Faquir, faquir, oye!... ¡La abajo la puerta!
Amal). ¡Tú, monigote!; aquí traigo trompeta del Rey!... ¡Oye!...
una carta del Rey para ti... Escena octava (Dichos y
El jefe (a carcajadas).- Me parece el Heraldo del Rey)
Amal (incorporándose con que tendrás que perder otro
sobresalto).- ¿Dónde? ¿Es poquito más la cabeza para El Heraldo del Rey (entrando).-
verdad? oírla!... ¡Nuestro Rey soberano llega esta
noche!
El jefe.- ¡Pues va a ser mentira! Amal.- Señor jefe, yo creía que tú
estabas enfadado conmigo y que El jefe.- ¡Dios santo!
¡Si eres su mejor amigo! ¡Mírala! no me querías... ¿Cómo me había
de figurar que fueras tú quien me Amal.- ¡Heraldo, Heraldo!, ¿a qué
(Mostrando un papel en blanco). trajera la carta del Rey? ¡Déjame hora llegará?
que te quite el polvo de los pies!
¡Tenla! (A carcajadas). El Heraldo del Rey.- En la segunda
El jefe.- ...La verdad es que esta vela.
Amal.- ¡No te burles de mí!... criatura tiene instinto de
veneración. Es un poco simple, Amal.- ¿Cuando mi amigo el
Faquir, di tú, ¿es verdad? pero su corazón no es malo... guarda toque el gongo en las
puertas del pueblo: Din, don,
din... Din, don, din?...
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El Heraldo del Rey.- Sí, entonces. Amal.- ¡No, déjalo, señor médico, cabecera... Se está quedando
que es amigo mío! Él fue quien dormido... Apagad la lámpara...
Y el Rey manda delante a su me trajo la carta del Rey... Que sólo entre el resplandor de
médico más sabio, para que cuide las estrellas... Callad, que se ha
a su amiguito. El Médico Real.- Muy bien, hijo dormido...
mío; si es tu amigo, que se quede.
Escena novena (Dichos y Madav (al viejo).- ¿Qué haces ahí,
el Médico Real) Madav (hablando al oído a como una estatua, con esas
Amal).- Amal, hijo, ya ves cuánto manos juntas?... ¡Estoy más
El Médico Real (entrando).- ¿Qué te quiere el Rey, que él mismo nervioso!
es esto? ¿Por qué está todo tan viene a verte... Pídele algo, que ya
cerrado? Abrid de par en par... tú sabes lo desgraciados que ...?Tú crees que es bueno todo
somos... esto? ¡Este cuarto tan oscuro!
(Toca a Amal). ¿Cómo estás tú,
hijo mío? Amal.- Sí, sí, tío; no te apures tú; ...Yo no creo que le haga ningún
ya lo tengo pensado. beneficio al niño la luz de las
Amal.- Muy bien, señor médico estrellas...
del Rey; estoy muy bien. Ya no me Madav.- ¿Y qué le vas a pedir?
duele nada. ...¡Ay, qué gusto da El viejo.- ¡Descreído, calla!
esto tan abierto y tan fresco! Amal.- Le voy a pedir que me
haga cartero suyo, para ir de Escena décima (Dichos y
¡Ahora sí que veo temblar las puerta en puerta, por todas Sada)
estrellas en la oscuridad! partes, repartiendo sus cartas...
Sada (entrando).- ¡Amal!
El Médico Real.- ¿Crees que Madav (golpeándose la frente).-
podrás levantarte esta noche, a ¡Pobres de nosotros! ¿Eso le vas a El Médico Real.- Está dormido.
las velas medias, cuando llegue el pedir?
Rey? Sada.- Es que le traía unas flores...
Amal.- ...Tío, ¿y qué le daremos al ¿Me dejas que se las ponga en sus
Amal.- ¡Ya lo creo que sí! ¡Tengo Rey, cuando venga? manos?
unas ganas de levantarme hace
tanto tiempo! Le voy a decir al El Heraldo del Rey.- Ha dicho que El Médico Real.- Sí, pónselas.
Rey que me enseñe la estrella se le prepare arroz dorado...
polar... Debo haberla visto Sada.- ¿Cuándo se despertará?
muchas veces, pero no sé bien Amal.- ¡Arroz dorado! ¡Señor jefe,
cuál es... tú tenías razón! ¡Sí, tú fuiste el El Médico Real.- Cuando el Rey
primero que lo dijo! ¡Tú lo sabías venga y lo llame.
El Médico Real.- Él te lo dirá todo. todo, todo!...
(A Madav). Adornad de flores el Sada.- ¿Quieres decirle bajito una
cuarto, para el Rey. El jefe (al Heraldo).- Si avisan a mi cosa de mi parte?
casa, podría el Rey...
(Señalando al Jefe). Y ése, que se El Médico Real.- ¿Qué quieres que
vaya de aquí... El Médico Real.- No es necesario... le diga?
Y ahora, callad todos, que se está
durmiendo... yo me sentaré a su Sada.- Dile que Sada no lo ha
olvidado...
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