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PERIODOS SENSIBLES 0-1 AÑOS

 Lenguaje (0-6 años)


Este periodo comprende desde el nacimiento hasta los 6 años. Durante
este tiempo el niño tiene una gran sensibilidad a la percepción vocal y a
los movimientos de la boca. Por eso los niños tiene una gran facilidad
para aprender varios idiomas de forma simultánea. La falta de estímulos
en este periodo podría traer graves consecuencias en el área del cerebro
encargada del desarrollo del lenguaje.

 Refinamiento de los sentidos (0-4.5 años. Puede


prolongarse hasta los 6 años)
El cerebro percibe la información que llega del mundo a través de los
sentidos. A medida que el niño evoluciona el cerebro aprende a
diferenciar los estímulos relevantes e irrelevantes. Esta diferenciación la
hace por el número de veces que se repite el estímulo. Los estímulos
que se repiten a menudo son considerados como importantes por el
cerebro. Trabajar sobre los estímulos sensoriales ayudará al cerebro a
tomar decisiones y le facilitará también la tarea de poner orden en el
mundo.

1-3 años

Autonomía: ¿Qué necesita la niña o el niño para lograr una mayor


autonomía a esta edad?
- Cuidadores atentos a sus señales
- Responsivos cuando hay solicitud de apoyo
- Ambientes preparados, seguros para que pueda explorar con libertad
- Retos de acuerdo a su nivel de desarrollo que lo ayuden a llegar al
siguiente con un nivel adecuado de exigencia
- Promover actividades que realmente le interesan al niño o niña
Lenguaje y señales:
Capacidad de tomar la palabra ¿Qué necesita para lograrlo?
- Adultos atentos y respetuosos
- Respuestas sensibles
- Valor a las palabras del niño o niña
- Escucha activa
Función y uso de objetos:
A través de su dominio sensorial y perceptivo, las niñas y los niños exploran con su cuerpo y, en la
medida que adquieren mayor autonomía en sus movimientos, se desplazan por diferentes
espacios, ampliando sus posibilidades de exploración. Así, en la interacción con los objetos,
comienzan el reconocimiento de sus propiedades: los tocan, los huelen, los prueban, los oyen, los
mueven, es decir, actúan sobre estos. Posteriormente, los comparan y encuentran semejanzas y
diferencias; los clasifican, los ordenan, los cuentan, etc. De este modo, después de una
manipulación primaria, se llega al conocimiento experiencial. Esto constituye la base de la
representación, de la conceptualización y de las operaciones mentales más complejas.
(Domínguez, 1997). Este reconocimiento del mundo le permite a las niñas y a los niños ir
comprendiendo que los objetos están en un espacio no solo físico sino social y cultural.

SÍMBOLO: IMITACIÓN DIFERIDA


Hay dos problemas clave en esta etapa: el deseo y la habilidad para explorar
que ha aumentado, y que puede implicar un riesgo que todavía no son
capaces de predecir, y la habilidad de los niños para expresar su afecto
negativo para conseguirlo.
Las preguntas centrales son: ¿Puede el adulto establecer una relación
jerárquica con el niño donde pueda explorar de forma segura y buscar
consuelo o cuidado si fuera necesario?
¿El adulto es capaz de regular las emociones negativas de forma que le
comunique lo que sucede?

Coordinación de las manos


Nombrar objetos
Nombrarse a sí mismo
Uso del NO

PENSAMIENTO SIMBÓLICO
El desarrollo del lenguaje está estrechamente relacionado a esta habilidad cognitiva, ya que
los niños empiezan a usar palabras para representar a personas y objetos significantes en
sus vidas; por ejemplo, “bibi” para biberón o “peho” para el perro de la familia.

El verdadero pensamiento simbólico emerge alrededor de los 18 meses de edad con la


capacidad de los niños de pensar con imágenes y símbolos.  Los niños representan objetos
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concretos usando imágenes, palabras, gestos o el juego. Por ejemplo, los niños pueden usar
un bloque de madera como un teléfono durante el juego, o pueden hacer de cuenta que
cocinan una comida en la cocina de juego. Se incorporan más y más acciones simbólicas en
el juego a medida que los niños usan el juego de fantasía para captar el sentido del mundo.
Para los 36 meses, los niños pueden usar el juego simbólico para resolver problemas, tratar
sentimientos y explorar papeles y relaciones.

1-6 AÑOS

HIPÓTESIS: La hipótesis, la experimentación y la inferencia


constituyen expresiones de razonamiento científico del niño,
herramientas complejas que son clave para la comprensión
temprana y el desarrollo de más recursos cognitivos que le
permitan la resolución de problemas cada vez más complejos.

PERIODOS SENSIBLES

 Orden (1-3.5 años. Puede prolongarse hasta los 6 años)


Durante este periodo el niño está organizando un esquema mental sobre
el funcionamiento del mundo. Se está construyendo su mente
razonadora y lógica. Reproducir un orden en su ambiente le ayudará a
organizar su mente para extrapolar ese orden hacia el macrocosmos.
Para poder extraer unas conclusiones firmes sobre cómo funciona el
mundo el niño debe ser capaz de asignarle un orden. Esta mente
matemática, lógica y razonadora se consigue reproduciendo un orden (a
todos los niveles) a su alrededor. Si desaprovechamos esta etapa su
capacidad de razonar y aprender será más precaria pues no tiene una
base sólida confiable.

 Movimiento (18 meses-4 años)


Durante este periodo el niño tiene una sensibilidad especial para refinar
sus habilidades motoras finas. Al comienzo de este periodo las
habilidades motoras gruesas del niño están prácticamente desarrolladas.
Poco a poco irán evolucionando sus habilidades motoras finas (ensartar,
escribir con el lápiz, manipular pequeños objetos con destreza, verter,
manejar una pinza...). Después de este periodo el desarrollo de estas
habilidades requerirá un gran esfuerzo debido a la evolución del control
neuronal de los músculos.

 Objetos pequeños (18 meses-2.5 años)


Como consecuencia de la superposición del periodo sensible hacia el
refinamiento del movimiento y el periodo sensible hacia los estímulos
sensoriales el niño desarrolla un interés especial por manipular objetos
pequeños. Objetos que requieren la intervención de la motricidad fina, y
sus sentidos. Es muy frecuente que el niño detecte un miga de pan que
para el adulto pasa desapercibida o que se pare a observar una pequeña
hormiga, el vuelo de una mariposa...

3-6 AÑOS

 Socialización (3-6 años)


Cuando el niño tiene un autoconcepto de sí mismo, se conoce y tiene un
entorno emocional estable que le permite comprender cómo funcionan
las relaciones sociales comienza a querer abrirse al mundo, ya no le
interesa sólo conocerse y conocer el funcionamiento del mundo. Ahora
también está interesado en construir relaciones. El niño que es privado
en esta etapa de la interacción social podría tener más desconfianza
social.

 escritura (3-4 años), lectura (3-5 años),

Otras sensibilidades
Si seguimos superponiendo periodos sensibles y desgranando cada
etapa vamos a encontrar sensibilidades más concretas; música (2-6
años), matemáticas (4-6 años), control de esfínteres (2.5-3
años), gracia y cortesía (2-6 años),  también podemos hablar de un
periodo sensible hacia la naturaleza que se prolongaría durante toda
su infancia.

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