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DANIE;L GUE;RIN
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,. FASCISMO
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GRAN CAPITAL
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.l!\,,;lt, ~
Título original: Fascisme & Grand Capital.
Traducción: Daniel de la lglesia.
Indice
Páginas
Advertencia . . . . .. 9 t
Prólogo a la primera edición (1936) 13
Prólogo de marzo de_l945_ ~·· .,, ... _.,. 15
1. Los financieros dei fascismo . . . . . . . . . . .. 29
2. Las tropas ............. .. 61
3. P.rimero, la mística .. . 95
4. La demagogia fascista 117
t
5. La táctica fascista . .. . .. .. . . .. .. . -... 155 j
6. Grandeza y decadencia de los plebeyos 197
7. La verdadera «doe trina» .fascista ... 237
8. El fascismo contra la clase obrera 255
© Libraire François Maspero. 9. Política económica del fascismo 299
© Editorial Fundamentos.
Caracas, E. ~fadrid-4. 10. Política agr~cola del fascismo ... 369
ISBN: 84 - 245 - 0082 - 2. Conclusión. Algunas peligro~as alusiones 403
Depósito legal: M - 34.322- t973.
Notas bibliográfiêas 423
Printed in Spain. Impreso en Espafia.
Industrias FÉLMAR. Magnolias, 49. Madrid-29.
Disefio gráfico: Diego Lara.
,..
.: ·-
El Estado, desde que existe, es el órgano que utiliza
una clase social para mantener su domínio sobre las de-
más. Cuando un Estado cambia de fisonomía, cuando un
r égimen político deja sitio a otro, el primer pensamiento ~
que nos viene a la mente es: <:qué ocurre en este momen-
to entre bastidores? lEs una nueva clase la que sube al
poder?
Pero cuando hay sefiales inequívocas de que es la mis-
ma clase la que gobierna, la pregunta que nos hacemos es:
<: qué interés tiene la clase dirigente en organizar todo este
revuelo?
El régimen moderno de la mayoría de los Estados mo-
der_nos adelantados era, hasta ahora, la «democracia».
O mejor dicho, la seudodemocracia, la democr acia parfa-
mentaria, la democracia falsificada y no la auténtica. Cuan-
do se la miraba de cerca, en esta «democracia» se distin-
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~
- --- - -- - - -- - - - - - ~- - - -- - - -- - - -- -
te i_taliano. Por esto la palabra italiana ha terminado por de la guerra de 1914-1918, que fue a la vez el producto y la
designar un fenómeno universal. primeramãiirrestaêiónpública de sus dificultades internas,
Hasta estos últimos afíos se creía que la; «democracia» el capitalismo en su conjunto ha entrado en una fase d~s-
era el mejor régimen político para Ia clase dominante. ce;;_aente. A las crlsis'êêõiiõrriiêãscfêirêa;=;e7iãs l l p ~-
iPor qué, en dos países europeos, que no s'on de los me- t~ ~ ,i.i~a "c~isis crónica, una crisis permanente dei sistema.
nos importantes precisamente, Ia burguesía' ha cambiado La misma fuente del beneficio capitalista está amenazada.
de opinión? ·
Durante el período precedente, la «democracia» era muy
L2,_~.,E t!'.2lucionarios tienen una tendencia bien natural ventajosa para el capitálismo. Todo el mundo ha oído argu·
~,,!229~de -sü:p,Ünto - ~ .vi"stã'.""'Põr'ê'sÕti~~;"í;· 'I~- mentos como: la democracia es el gobierno menos caro;
r~sión de que el capitalism·o rec~~'i=ê~~T·- ·-rnêTCsil-t;~;ta el espíritu de empresa necesita la libertad; los derecholf.
ª
ú:1~.ca y exc usivament~ para vencer.. la molución J21Vle~ políticos concedidos a las masas son como una válvula de
t~.!Ji!-9:-~~~- E~ cie~to que .hfilr.~!1,~g,Q_g.e seguridad que evita los choques violentos; la <<democra-
ve_~ ad, g_1:1e los p__cy._e2~~-~-~-~ --_!1_e~12..~ i ~ W~,r~xQh!ç.iqn cia» desarrolla el mercado capitalista al crear nuevas ne-
Y..,:>ubvenc10nan a -b!_~~as _9~~!_one~-E.~~.!.!~E1ºr~.iLl.QS ces'idades en las roasas y darles al mismo tiempo la posibi-
od_9,~ed.U>.~.::f.--e.r.Q."Jl..~.~s .R?! mie4o _"!-,_la_,{~Y,QJuc;jó~1iO.r:J.9. 9.!-1-e se lidad de satisfacerlas, etc. Cuando el festín es abundante,
!:El.._,~ - a confiar el poder al f!lsc.i smo . Ni en Italià-' ~i e se puede dejar al pueblo que recoja las migajas.
~J~mania""'ex'@!ã'''ü n·~Eeffii;;~~;~r~cJ52n~riõ-e1i e1 iii~~ Pero en el período actual, en la fase de decadencia del
êliqrufeITascismo fOr.nó "JfosesTõnct~l,.,Ê~t~do . En realidad capitalismo, la ela.se dominante se encuentra ante los pla-
~.9.uéllos .rec~~ a l~~.9Jµc!QlLͪ-~flltª. no tanto para. pro: tillos de la balanza en que mide las ventajas y los incon- _
tegerse contra Ios disturbios callejeros, como contra los venientes de la «democracia» tan perpleja como el asno de
~~~or~~- º.~ª~~~~~g_Q2 _P()!: ,s1! prop~~L §i$JyID.ª .,<;t Ônó~i~Z~~ Buridán. En algunos países y circunstancias le parece que
~1.w~ _.Çl!le tr~t<!JL 9.t .evi!_~r. est~_ri1.ás bien dentro qÚe- f~er~ los inconvenientes pesan más que las ventajas. Cuando la
d§l sistema. ·· .. -·- · ···-----
crisis económica (cíclica y crónica a la vez) es muy aguda,
~ ~":lj~A~~~~~rp.J,1__,_ç.apitall_~J.ã..s,~~~- Durante cuando el beneficio tiende a cero, no ve otra salida, no ve
un largo penodo, que podríamos 1Iamar la fase ascenden- otro remedio para restablecer el mecailismo dei b eneficio
te del capitalismo, el desarrollo continuo de la producción q u e vaciar los bolsillos -ya bien vacíos- de la pobre gen-
la ampliación -incesante de fos mercados, han permitido t<?..~_ç;i,~e constituye :las «masas ». E sto es io quel'J~s-~p}(~~_i-
,, la burg:uesía, pese a ciertas crisis períódicas de crecimien- Uaux,\ees _gran burgués de_yerb o fü?.1Jg_9l ha Ilamado entre
to, un progreso ininterrumpido de sus be1ieficios. Después ·n osoti~os ·1a'-<7grãn·~p'eiiTtellcia»: ia brutal refi~c..i.ml de. Jos
~~ :tic.x"~.:::n.....-..a.t".';\.-~ .,~ ~ ~ ----~ •
-s u poder una varas de abedul atadas, formando ~n haz e~ torno salarios, de _12.§..á~fill.!'.9-§...,~,Qfll\l~.ê,.J~Lm:i,w,.~.E.!.SL2~J2§,Jr!!E,}!<;,s-
a un haC:ha. En el vocabul~rio P?lítico moderno· italiano, se llama- _ "__
tõsI .. soBre todo de los impuestos sobre el consumo). Con
ron. fascw (plural. de fascz) a drversas ligas de acción política y
socrnl, de tend~-~cias avanz~;-Ias en la mayoría de los casos. Fu~ el producto de esta operación, el Estado saca a flote a las
cuando Mussohm se aprop10 de la palabra. empresas al borde de la quiebra, las sostiene artificialmen-
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2
te a fuerza de subvenciones y de ventajas fiscales, a fuerza
de contratas de obras públicas y encargos de armamentos.
c~~rn~ê_ cle __!11ª.!.~!"i~L,P . il~2~ f.~ro gracias a l~s rLqy.ez~-~.r-~c-~ 1
En una palabra, el Estado sustituye de este moqo a la clien-
IU!Jla~fai]5
dad
.:n§;]~f
de vaciar
~~~"~;};~!~!;~!,,~Pn:ce de~~-<::~-~ _?l~_Jl~~i}~~§,l-
.."-:?1~\.+~·.··~-,µ;.~con fanfa õrutaJ1q~çl los b0Is11los de los
tela privada, al ahorro insuficiente. ·
Pero el régimen democrático se presta mal a la reali-
..,~.w.r~~--·~., .~ ~-;tr-'!,,~.!°eff"i!',dJ~'r..l""':;f.~~~h- t,'-r.•,.-.~'
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Para que se comprenda mejor, hemos descompuesto este
dictatorial, y la --..,,,,,,_,.,.,.,.,_,,,
'põaer~ industria ligera __ teme semejante exceso
__,._~,~=-~-----,.;,,-:,-.,_..,,.,,,.,...,._,.,..,.de análisis en dos fases sue:esivas:
_...... em·
1) Al principio, el gran capital no piensa en empujar
~ro los gf:12ºs-~pit~!i~~j_e J::l . ~!!~~~}. son al fascismo para que conquiste el poder. Se sirve de sus
incapaces ête resistir al fascismo y, aunque 1!,_~,.;_~ 2....~ bandas uniformadas como milícia antiobrem.
tri,un~~,su.~_p~ ~~~.!!~...~S~._Í!1P·. e~or A raíz de la guerra dei 14, los patronos tuvieron que
qué? En primer lugar porqUe~il:f~E-~1:11?.;~ U,P,.11}.QY,!.,JJll\!U::... hacer, en ambos países, para evitar una revolución social,
to «nacional» ,gs decir, al servido de las cfases poseedoras, importantes concesiones a la clase obrera. Decididos a re·
\'qllei;~o merece su simpatía o, al menos, su indul- cuperar el terreno perdido, tienen la idea, verdaderamente
gencia. Además, i~uame~te, creen_ q';1~~~W:;.,~!:I1.J:8~ }):° nueva, de confiar a ciertas bandas armadas y militarizadast
llggarª ·ª instau;:,ar ~ r y ~ ; » , que el fas- especializadas en la lucha antiobrem, el hostilizar al pro-
cismo es un mov1m1en1'0 po1it1co mas, y que, como tal, le letariado y debilitar su r esistencia. Los grandes terratenien-
podrán maI!_ej_~.r--y-utgizar de acuerdo con sus convenien- tes se suman a este proyecto . Beneficiarias de la explota-
cias. Por eso los políticos «liberales», que tienen estrechas ción iíimitada dei proletariado rural, habían tenido también
relaciones con los medios de la industria ligera, tratan con que arrojar lastre y quieren recuperar lo perdido.
gran tolerancia al fascismo. Fieles a sus tácticas habitua- Sus financieros asignan también otro objetivo a las ban-
les de «paz social», se imaginan que -~L.fasÇ:~2!.-1::.1~.:Y..~~ das armadas de Mussolini y de Hitler. Italia y Alemania
d~~do, .LEarlamentamãcrü,-l~.?.-@irá__~fQ~g:~E~.§~~ de se encuentran, después de la guerra, en la posición de paí-
las fuerzas pro!etarias. · ses vencidos y humillados frente a las grandes potencias
- ... . -------~j,'., ___
«ricas». Los grandes industriales, ávidos de encargos de ar-
Pero el día que .el fascismo, con gran asombro suyo, se
haya convertido en ;na-r~:t~iza
'política considerable que per-
mamento, subvencionan la lucha contra la «injusticia de
los tratados ». Lucha que emprenden, pasando por encima
si~e,,,_s.us_p..r.2,:pl~-~.Jj~§,,,,J;V:L QJ-.Q~(w-.t~nt?, de roasas que 110 del gobierno legal, por medio de las bandas fascistas.
pueden contener sm en;EJ~2:E...~9il!E!:,_~1.._!.~--· fuerza arn:ia- 2) Pero e1 día en que una crisis más o menos aguda
da.,..*ellfonêes Ia mdustrta ligera y los político_s _<<Hberales»
éõ-Í7;~;-;rr;_-~~- ~ífcf~Iêi'ããctecTãsê·"pôr-dêfá-rite de ·su .div~r- -.1 amenaza con secar la fuente de sus beneficias, cuando sólo
un «Estado fuerte» les parece susceptible de asegurar una
-~ nc_ia cte . il~:es~.:,..se~orróriZ.an ant~ la persp~ctiva de rentabilidad creciente» a sus empresas, se arriesgan a dar
verter Ia sangrecte «patriotas» y se res1gnan al triunfo del
un nuevo p.:.,so. Lanzan a las bandas fascistas a la conquis-
fascismo. Entontes, el capitalismo en su conjunto se une
ta del poder político e ínstauran, con su ayuda, una dieta-
para instalar al fascismo en el poder.
dura de nuevo tipo. ·
Veâmos ahora de un modo más detallado, en Italia pri-
mero, y en Alemania después, según el método que hemos
adoptado, cuál ha sido la actitud de los diversos grupos
capitalistas hacia el fascismo.
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cistas, Giolitti trata de reconciliarlos, y su lugarteniente oct ubr e, cuenta Rossi, en Milán, «hay activos conciliábulos:
Bonomi les hace firmar, el 3 de agosto, un «pacto de paci- ent re Mussolini ( ... ) y los j efes de la Confederación Gen e-
ficación». ral de la Industria, los diputados A. Stefano Benni y Gino,
Pero el plan de Giolitti produce un resultado opuesto Olivetti. Los dirigentes de la Asociación Bancaria, que ha--
al que su autor esperaba, pues en lugar de doipesticar al bían dado 20 millones para financiar la «Marcha sobre Ro--
fascismo, apoyando a sus candidatos en las elecciones, no ma», los dirigentes de la ·c onfederación de la Indnstria y
ha hecho sino proporcionarle el trampolín que necesitaba. de la Confederación de Agricultura, telegrafían a Roma parai.
En vez de terminar con la guerra civil, el «pacto de paci- advertir a Salandr a que la situación no tiene, a su parecer,
ficación» permite a Mussolini tranquilizar a la opinión pú- otra salida que la formación de un gobierno Mussolini>~
blica, que no veía bien las violencias de los fascistas, y, El senador Ettore Conti, gran magnate de la electricidad,.
por otra parte, coordinar y disciplinar un movimiento que envía un telegram a análogo al presidente del consejo Fac-.
había crecido demasiado aprisa. Cuando consigue ese doble ta. «Mussolini, sigue diciendo Rossi, es el candidato de lai.
resultado, Mussolini denuncia el pacto (noviembre de 1921). p lutocracia y de las congregaciones económicas.»
«Le había sido útil y necesario firmarle, dice el historiador i·
Volpe, y ahora le era útil y necesario romperle>i (9). La -6-
guerra civil se r eanuda, aún más implacable.
A principias de 1922, los hombres de la industria lige- En Alemania
ra, así como la Carona, íntimamente ligada a la Banca Com-
merciale, comprenden que el fascismo es una fuerza autó- También en Alemania se produce, a raíz del armísticio;,
noma que no podrán contener, a menos de emplear contra un r esurgir revolucionaria de las m asas de obreros y cam--
ella la fuerza armada. Ahora bien, los intereses generales pesinos . Cuando se hunde, en noviemb r e de 1918, el milita--
de las dases poseedoras exigen que 1as fuerzas <<naciona- rismo prusiano, aparecen espontâneamente en unas h or as;
les» no Iuchen ~ntre sí. Desde el punto de vista económi- los :consejos de ob r eros y soldados, versión alemana de los.
co, ha habido además un importante cambio: después del soviets r usos. Dur ante 2.lgunos días, estas «consejos » son la
hundimiento de los grandes consorcios metalúrgicos y de única autoridad legal del Reich. En las ciudades, la asam--
la Banca di Sconto, la Banca Commerciale ha adquirido b lea de los «consejos» d e obreros y soldados delega s us·
algunas de las participaciones industriales de su rival, y poderes en u n consej o ejecutivo. En Ber lín, el gobierno·. !I
estas nuevos intereses l a identifican con la industría pesa- central de los «com isarios del pueblo » no es sino la emana- ,11
!·
da. Ya no es sólo Ia industria pesada, sino también la Ban- ción del comité ejecutivo de los «consejos » ber lineses. t,
ca Commerciale la qtie empuja a Mussolini ai poder. Por L a traíción de la socialdemocracia, por un lado; 1'a falta,
eso en octubre de 1922, los magnates de la «Confeder ación de educación y t radición d emocráticas de las masas, por
de la Industria » y Toeplitz proporéionan los millones ne- otro , ab reviaron la experiencia y, r ápidamente, la repúbli-
cesarios para organizar la «Marcha sobre Roma». Ei 28 de ca de l os «consejos » tuvo que dejar paso a una :i:e.pública
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1
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Esto les permite conseguir mejores conqiçiones de trabajo, desquite. Las concesiones que habían tenido que hacer a la
~ ~ ~ ~ ~tol l Nl!f ' '-d!ill'P'f t ~ ~ ~ ~ . . : . < , , i : """' ' ~ •.-i,
clase obrera para evitar una verdadera revolución social,
~on~ato~..•~~~!~V-0,§,,_...§~~lirO . ~~mt.~·':..:;~_P!:~:2-.:.. ~~~~-~l
à~,!,f~ ~ ~ ~ J . ~ ~.,ll,~_,.!!P~[~;.NSm embargo, las les dolían en el alma y estaban decididos a anuladas. En
ventajas conquistadas por los obreros agrícolas fueron mu- una entrevista, en febrero de 1919, Stinnes decía: «Los
cho más restringidas que las obtenidas por los obreros de la grandes industriales y todos los jefes de la vida económica
industria. Por ejemplo, para poder elegir un <cconsejo de recobrarán su influencia y su poder. Será el pueblo desen-
empresa», debe haber al menos 20 obreros trabajando para ganado el que volverá a llamarles, cuando media muerto
un mismo patrono ( en lugar de sólo 1O en la industria); de hambre se dé cuenta de que lo que necesita es pan y no
la jornada de trabajo de un obrero agrícola es de 10 ho- frases » (13 ). Fritz Thyssen declara en 1924: <cEn nuestro
ras, en vez de las 8 diarias de la industria; una parte de país la democracia no representa nada» (14). El ex minis-
los jornaleros quedan excluidos en la práctica del seguro tro Dernburg, uno de los hombres políticos del gran capi-
contra el paro, y los criados, por ejemplo, no pucden hace~· tal, dramatiza: «Las ocho horas, son los clavas dei féretro-
contratos colectivos (10). en que han encerrado a Alemania. » Los magnates detestan
a los «consejos de empresa»., que, sin embargo, no son más
Pero tojas estas__ç.9ngu,i~ sas....12on~IL:;n ~~lis!:~.l~~e-
reses y la autoridad de los grandes industriales y los terra- que la pálida caricatura de los de 1918. Saboteando las lla·
t'ênientes, 1;s -dos·éiases'gã6ernari1es·éleÃ1em'âriiã._-~- madas leyes de «socialización», no «colaboran » con su perso-
1 l
~ ..-.~~ ~......~:.:.'f;..:,·-;,-~
Los primeros habían alcanzado en este país un desarro- nal, sino esperando imponer de nuevo su poder absoluto
en ' Ia empresa.
,1
'llo mucho mayor que en Haiia y desde mucho antes. Los
Krup.12.t _lo~ 'I!}y,.3~enhl9,.L!.(Jrdorf, los Borsig, etc., trataban Pero la mentalidad de los terratenientes, ·p ropietarios
de los grandes domínios al Este del Êlba, ·es aún peõr. En
-5: 's us explÔíados como a sie~yQs_:~~Ê.!]',:~àd~ :mmtar_z_.~~
~~.l~!s?~~9ri~-~ t:l P.:.ofesor\ Bonn) no negociaba con sus ~le:m_ªg~~( como -~n It~lia, ~~...!~__antigua aristocracia la que
-s.,ftbditos, les mandaba. Del mismo modo, cuando el capi- posee t odavía 1a tíerra, y guardau na- iâeã~iiié"dfevâCJe.~sü-
tális'inó· âi~inân' 1leg6 'al poder t1:~t~ . ~~ . .gobernar a sus ~u:
~rl~2:_<l: ~stá acost umbradá ,~-..t;;-ta; ---a 1~; "º;~;;;;1;;:;-s.
-wt;;i,
! - - ~ r ~..,.,._,,.,,7...,~.·..,::...,,_,,,•...,......... . -......,, ·~ ....
-..,. J • " ~"-
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:agrícolas casi como a siervos, privados de todo derecho. lonias. Alemania, desarmada, ha sido además condenada a
Les llevan a votar, al mismo tiempo que su amo y sefior,
por el partido conservador si no quieren «ha:cer el hati- ~~~~1:~~~iiif~~
sadã;-à- lavêz'"pararêconqui~-rô's-m ~rcados perdidos,
Ho » (15). Un autor alemán ha descrito de modo impresio-
·nante estas regiones al Este del Elba, esta terra incognita burlar las cláusulas del desarme, que les privãcteüiiã-;.
,donde reinan costumbres feudales, como el <<derecho de me fuente de benefícios, y d esembarazarse del peso de las
pernada» (16). Es necesario conocer ese ambiente para «reparaciones» que pesan sobre sus costas, ~ren que ~
.comprender el furor de los aristocráticos terratenientes Alemani~C:.....l:~~golític~~grs1!Y~...X.....1l~!.1.!l~!~:-i>õr~én:~
,cuando, a raíz del armísticio, se ven obligados a hacer cier- cima del gÕoierno êfêrReich, subvencionan a las band~
·,t as concesiones, aunque sean mínimas, a sus explotados. armadas, compuestas de desmovilizados y aventureros. Asi,
Pero ni los grandes industriale~ ni los agrarios pueden en 1919, envían el «Baltikum», cuerpo de 50.000 mercena-
1uchãrpõrsí"sõTôs ron'tr~~·~;r p';~~Clõ,'"'lj;_- rios a guerrear en Letonia contra los ejércitos bolcheviques.
y...
<l'ús't'ri~r ~rãí. ~~ê7;~fíân~st"â"'1 â6õrã1ã'sb~~ada'i En 1923, utilizan los innumerables «cuerpos francos» y «li-
-namadas <~~nt<?l:Iw.mo ··«h'g'i"s~éõmBãr~es- gas de combate» para resistir en el Ruhr a la ocupación
-pecializa<las en el «antibolchevismo». Los «cuerpos fran- francesa. La «Reichswehr negra » -exp resión bajo la que
.cos » se convierten, •segÜít'Jãêxprêsi'óÍi del profesor Gum- se conoce todo este conjuro de formaciones- tiene la mi-
bel ( 17), en el «cuerpo de guardia del capitah. Están ·adies- sión de transformar en «resistencia activa» la «resistencia
trados para luchar contra el proletariado organizado de la pasiva» oficial. El 25 de septiembre de 1923, todas estas
dudad y del campo, para debilitarle y dominarle. Una de « ligas de combate» se unen en una organización única, àl
,esas bandas ha tomado en Munich el nombre de «pã'rt,Iifo. . . frente de la que está Adolf Hitler (18).
ri acionáisocíàHs'iã',t 'y'Tf~·~ -~-Í ;;; ·"fa;:~dés'êíê .. f9'20; ' à"""Ãéíolf A la política de los magnates de la industria pesada se
. , _ . , , - - -- - - -- -- ~
.. ,, ' ,_ ... , .......... - .......- •• · - - · - ·- - - -~, .....-.+....- - -- - .. - - _ ..__ _ _ _ _..._ _ 1
Hitler. opone, como en Italia, la de los dirigentes de la Fertigin-
dustrie .(industria de productos terminados): electrotécnica
-7- -1
-~ 1
y química, especialmente).
A .taíz de la gu erra, el antagonismo ent~·e ~mRQ~ __grupps
Hay otra razón que empuja a los magnates alemanes, 1
.e ~~~~ffsr~~. §I:ffiu§"'víõteiif PT.:~s.n.Y)ri~-~.~-IhY..~i~.!1-19.§~.mªgnª-
-inmedi-atamente después de la segunda guerra mundial, a 1
l :t~~- _d~_J,?.k_~::~:15. t:i.~-" .l?.-~§ ~d~ ,...cQ.:g.trn....Eathenaur--Pr~s~d,ente..,.de
:Subvencionar a las bandas armadas. El imperialismo ·ale- .,., 1~.~:122.~..rn.§ ~ ~ o c i edad General de Electnc1dad). La
li
mán, que llegó ·dern:asiado tar_de, había 1':raéãsactó 'en su--r; Fg,_rfiginç!.,l-!,_strie se alza contra la hegemonía de fa industria
tefüõ éfê piõvõ'~filpõr )âs ai-mãs'un'nü§E?.""rê][t.f9:~G~i ees~.<!~1 qu; ·-t rafã·~cre-·Eãcerfep.ãgãr'.'iis- ~àt~dis ·15r1mas~qli~
dõ:-Peór auu,···e rí:ratâdõ de V iffi!!_fs_(~..l?Eivó de_f~~!.l!~~..sle necesita a precios de monopolio. Rathenau denuncia públí-
m~terias pr!~?J,....:l.Ji~-...!~~!.~~.12-~~~,~.:~~-~~~ ...}P--~~!~l~Jfs camente la dictadura de 'la gran in dustria metalúrgíca y
,(Lorena, Alt-a Silesia, Sarre, etc.), as_í como de todas sus co- minera: fo mismo que los feudaies de la Edad Media se
11
.52 53
burlaban del Emperador del Sacro Imperio y dividían Ale-
subvencionan muy parcamente a las bandas armadas: lo
li
mania en grandes-ducados, los magnates de la industria
justo para que no desaparezcan. En efecto, por entonces,
pesada despedazan el Reich en sefioríos económicos, «no
han dejado de necesitarlas con urgencia y les basta conser-
pensando más que en el carbón y el acero y descuidando,
vadas en reserva. Durante estas afios, con la ayuda del ca-
o incluso devorando, a las demás industrias» ('19).
pital extranjero, emprenden una gigantesca reorganización
Desde el punto de vista social, la Fertigindµ.strie, debi-
do a la composición orgánica menos elevada de su capital, de la industria alemana. Esta necesita -provisionalmen-
es partidaria de la conciliación. Mientras los Stinnes y los te- una política de colaboración, tanto en el exterior con
rhyssen suefian con arrebatar al proletariado las concesio- la Entente -con la finanza anglosajona- como en el inte-
nes que han tenido que hacerle y subvencionan a las mili- rior, con las organizaciones obreras. Cuando el marco qu(t-
cias antiobreras, Rathenau desarrolla sus planes de «cor- da definitivamente estabilizado y entra en vigor el plan
poratismo», de colaboración entre patronos y asalaria· Dawes, los capitales norteamericanos empiezan a llegar a
dos· {20). Mientras lo_s primeros sólo a la fuerza aceptan la Alemania. Hasta 1931 prosigue «la inversión más enorme
república de Weimar y suefian con una dictadura, Rathe- de la historia financiera» (22), que alcanzará la cifra total
nau es ministro del gobierno «democrático» dei Reich. En de 30.000 millones de marcos oro.
1
política exterior, la industri.a pesada, aunque viva en gran Pero esta operación tan audaz termina en una catástro-
·i parte de la exportación, manifiesta tendencias nacionalis- fe económica sin precedentes. Con los dólares que ha to-
tas y proteccionistas. La Fertigindustrie, orientada sobre mado a prsétamo, a intereses muy altos, la industria ale-
t ~_hac~::..:LC<?2.::.~:~i<?..,ª.!~!iori.r~fü..ctoµ~~ii, ~~~redí~- mana ha aumentado en un tercio su capacidad productiva.
te con Ta poderosa General Electric norteamericana, que
pÕsee~U:ôâlnipo'ria-;;:1e·pàrücipâéTón-êii ra ·ÃEG, es' p~rtida-
ria del librecambio y de la cooperación internacfo11al. R~-
thénaufirma los acue:rclos de Wie"sOaaen - con &a"'il""'cia, el
Por su variedad de productos puede satisfacer las necesi-
dades de todos los mercados del mundo, pero s6lo le falta
una cosa, eso sí, muy esencial: los clientes. En el interior,
el poder de compra de los asalariados ha aumentado en
l
tratado de Rapailo con la URSS, acepta el principio de las una proporción mucho menor que la capacidad de produc-
reparaciones. Con esto se convierte en el enemigo número ción industrial. Además, una fracción importante de Ia
uno de la fracción más reaccionaria del capitalismo alemán. mano de obra, eliminada por la «racionalización», ha que-
Cuando es asesinado en 1922 por un grupo de jóvenes na- dado en paro. Este paro «tecnológico» se manifiesta desde
cionalistas, los asesinos utilizan un automóvil prestado por 1927, y dos anos m ás tarde h 8.y ya en Alemania dos millo-
un gran industrial sajón (21). nes de traba jadores sin empleo, La cartelización, cada vez
mayor, ha permitido a los grandes industriaks elevar sus
-9- precios de venta y reducir la capacidad de compra de los
consumidores. Los magnates cuentan, sobre todo, con él
De 1924 a 1929, los magnates de la industria pesada m ercado exterior, y reduciendo al máximo los precios de
54 55
7n
t-·r-o·smagnâtes-·cté 'IãTnaustriâ...pêsa1lãsõn1os que más claman y que e1 gobierno de von Papen (junio a noviembre
han peroícfõ-ene íãesãstre~:·~·1ãmãgnif4cl- ãesucàp1'fãrm- de 1932) les había prometido. Pero las industrias electro-
rbovilízàao. les impoilê"'" üiiõs- gâstos de amortización muy técnica y química, que temen que sus mercados exteriores
elevados cuya carga han de soportar, aunque sus máquinas
57
56
li
puedan verse comprometidos por las represalias contra es- para felicitarle por haber cu~plido lo_s 90 a:õ.o~, condeco-
tas medidas proteccionistas, atacan los proyectos de von rándole con la orden dei Agmla dei Re1ch, la mas alta ~on-
Papen y le obligan a dejar el poder. Schleicher _ha irritado decoración dei régimen. El 16 de julio de 1938, el canc1ller
aún más a los terratenientes al sacar a Ia luz el escándalo en persona asistirá a los funerales de Kirdorf en Gelsen-
dei Osthilfe («socorros de crisis» en el Este), de los que se
kirchen.
ha beneficiado sobre todo la aristocracia de Jos junker, A partir dei verano de 1930, la mayoría de los m~gna-
gracias a la intervención personal del presidente Hinden- tes de la industria pesada -y de los banqueros relaciona-
burg, que pertenece a ella. dos con ellos- subvencionan al partido nacionalsocialista.
Brüning, sin embargo, ha promulgado ciertos decretos- Gradas a los medias materiales a su disposición, éste cont
leyes que reducen los salarios obreros y comprimen las seguirá la victoria electoral dei septiembre de 1930, ganan"
«cargas sociales». Pero estas medidas son insuficientes. Pa- do 107 escafíos en el Reichstag. Mucho más tarde, cuando
pen ha tratado de reanimar la actividad económica con Hitler evoque en uno de sus discursos esta «campana asom-
subvenciones y exenciones fiscales a la industria; pero tam- brosa » enumerará entre los factores que contribuyeron al
poco esto basta. Además, los dirigentes êle la sôcialdemo- triunf;, «lo que se puede hacer cuando mil oradores tienen
cracia y de los sindicatos, que se han visto obligados a un automóvil cada uno a su disposición y pueden celebrar
aceptar los decretos-leyes, no pueden hacer ya más conce- en un afio cien mil reuniones públicas» (24). En 1931 Y 1932,
siones. Si siguen cediendo, corren peligro de que las masas las subvenciones siguen lloviendo, cada vez más abundan-
les desborden. tes, en las cajas dei NSDAP.
La única solución es que los magnates de la industria
pesada y los terratenientes pongan el Estado a su servicio, -io-
entregando Ias riendas a un gobierno «fuerte». Por eso sa-
can al nacionalsocialismo de la oscuridad en que había ve- La Fertingindustrie no desea el triunfo de los nacional-
getado durante los últimos afios y se lanzan a la conquista socíalistas, pues teme la hegemonía de la indust ri~ pesa~a,
dei poder. Fritz Thyssen, que no ha dejado de apoyar nun- pero sus hombres políticos tratan con toda c_ons1de~~c~on
ca a su amigo Hitler; el viejo Emil Kirdorf, jefe dei pode- al partido nazi, movimíento «nacional». El can~11ler Brunu~g
roso consorcio metalúrgico Gelsenkirchen, que es un «ad- cree que tras de haber domesticado a_ la soc1~ld~mocracia
-mirador» de Hitler desde 1927 y otros, elevan la cuantía
de sps subvenciones. Más tarde, el 1 de mayo de 1936, Emi]
., podrá repetir la operación con los nac1onal~ocrnhstas. Una
vez «parlamentarizados}) éstos, pueden -serv1r para contra-
Kirdorf hará esta declaración: «Cuando pienso en lo que rrestar el peso de las fo_erzas proletarias. En la primavera
ha sido mi vida, doy gracias a Dios por haberme permitido de 1930 disuelve el Reichstag. Pero de este modo no hace
vivir tantos afíos ( ... ) y cón ello h·a ber podido ayudar en el sino procurar a Hitler su gran triunfo el~ctoral. Sin e1:1bar-
momento oportuno a nuestro bien amado Führer ( ... )»{23). go, persiste en su error. Se vanagloria de ~aber cog1do a
EI 8 de abril de 1937, Hitler visita a Kirdorf en Duisbourg, Hitler en sus redes, de hacerle entrar en razon Y de {<poder
58 59
li
colocar a los pies del presidente del Reich, como el mejor
r ii
trofeo, esta obra maestra de su política» (25). En enero de
1932 se entrevista con el Führer y trata de atr;aérsele. Pero
1
cialismo se ha convertido en una fuerza autónoma que no 1. Las clases medias urbanas.-Clases medias an~
podrá contener más que la fuerza de las armas. Lo que tiguas y nuevas .-Las clases medias subsistr!n,.
--,naturalmente- iría en contra de los intereses generales pero se «pauperizan» o «proletarizan».
de las dases poseedoras que exigen que las fuerzas «nacio- 2. Su calvaria a raíz de terminar la guerra.
nales » no luchen entre sí. 3. Por qué las clases medias en rebeldía no van at
El 4 de enero de 1933, en una entrevista entre Papen y socialismo.-Puntos de desacuerdo entre el pro~
Hitler, celebrada en la casa de un banquero de Colonia, fotariado y las clases medias. Carencia de un
von Schroeder, muy ligado a la industria pesada renana, proletariado organizado.
se decide la subida de Hitler al poder (26). 4. Los campesinos.
El 30 de enero, el canciller von Schleicher deja su pues- 5. Los ex combatientes.
I!
to y el capitalismo alemán en bloque celebra el nacimient_o 6. La juventud. 1
60 6]
(
1
Í-
1
<'.~ qué ofrece el fascismo, en primer lug~ una !9:Í~- 1
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... 1
c~nt~.::~~] AJ~~.~~ .t ..l .~ re~~ -~ ::__~e-~~~-~~ / -~?~~_g~q~el idea científica, sino un fanatismo dinámico y un histeris-
S\l~~~E2~J11.leyj'lÇ!~1P.9.:_.Mas alla cte un c1er- mo auténtico que se apoderaban de la multitud» (3).
to grado de miseria, el hombre no razona, no busca reme-
dias racionales para su desgracia, no tiene el valor necesa- -1-
rio para tratar de salvarse por sí solo. ~Êra el .,!Ilqa~o.
E~~~!:.;,!11!!~!.!,..L~!! di.spuesto a sacrifi~_toq9 Eªr~ Así, pues, elJascismo se n9s _pre~enta., ~n..mmerJ.lli~.ª1",
segmne. antes incluso de intentar definirse, como una religión.
-,..1'.i'i"áfi.ente, el fascismo, al contrario que el socialismo,
desprecia a las masas y no siente ningún _escrúpulo en ex- "Lã:i'cli&~f.~JmEii,J~!do~5.?Êl~ .. <?i3&ên,iI~J9T.h9.W.:
plotar sus debilidades. Mussolini, se vanagloriaba pública- b~~.,11r.tmüiv9,.~L.-~!.mi§_c;!_~ -~!..~E.YJ1.i~!:1~~-de de~ª~J?.~E.?-~1l!~
lg_~~f4~!ill~ê naturalez~ qu_e n? s~?ía:.:, d~~inar P-~R!O-
mente de que su experiencia con el pueblo le «había ser- vechar. Más adelante7 fá' en u na sociedactdiferenciada, la
vido de mucho»; le había «permitido conocer la psicología c;;;~Ia- ên lo sobrenatural se mantiene debido a la .W!.§.~-
de las multitudes y dado una especie de sensibilidad táctil
y visual de lô que quieren y ·pueden» (2). Pero aparte de r~ ~ ? i i f l ~ ~ X.Wi~
de Ia pobladón: JA..~~P.epnza ~n una vida .cele~tial es la
su experiencia personal, solía recitar las sentencias de la
superficial Psychologie des Foules, de Gustave Le Bon: «Las ~Q.miiêíi~if.ifüj~--~-.!3l--5...J2E.i~~~,9~-1~1~: :yI~~-!§:f~iLEn
los tiempos modernos, a medida que el hombre ha ido
masas son siempre femeninas ( ... ). Son incapaces de tener aprendiendo a dominar la naturaleza y logrando aliviar sus
otras opiniones que las que se les han impuesto ( ... ). No pesadumbres cotidianas, la reli_gión, ha experimentado un
se les puede guiar con reglas basadas en la igualdad teó-· retroceso. Pero la crisis del capitalismo hunde a las masas
rica pura, sino buscando todo aquello que las impresione
_y seduzca ( ... ). Lé_ts roasas no conocen más que los senti-· ·
en una co~sternâêI6ii;-ên"unâ·coiifÜsión, análogas las. q{i:e ·a
ckbiêrctn-·aê-süfi.'fr· i;;:i-;;;·trôs' Iêfãüo~ antepasados ante Ias
mientos simples y extremados ( ... ), sólo se impresionan fuerzas incomprensibles de la naturaleza. Y como la reli-
con las imágenes.»
Hitler se expresa de modo parecido: «En su gran ma-
. gLón tradicional ha ido p erdiendo prestigio 'y'sus· vín-~j:ífo"'s~
i \ cgn~fâs'"dãses .pÕs;êê:lõrii'."ssón"'êlemasia'do··-visibJes, se Jrat~
yoría, el pueblo se encuentra en una disposición y un es- · i de fabi-iéarüiYêfsãYz dit·reT1gión, una· religión modernizada,
tado de espíritu tan femeninos, que sus opiniones y sus
actos se determinan más bien por las impresiones senso-
puesta al día. Pero si la fo~di~ es nueva, el fondo es -·~l
mismo.
. riales que por la pura reflexión. La masa ( ... ) es poco ac-
cesible a las ideas abstractas. Por el contrario, es fácil ga-
.5·-
,«·'Ji.! fa~cis~-~ :~ i._i_n_';,_~~~C~P.(?Jgn r~ligiosa », afirmá·1.
.ê_Olini i 4 ). « Si el fascismo no fuese una fe, i cómo dana a
nárs~la en el terreno de los sentimientos ( ... ). El que quie- sÜs fi~les el \iàlor -y. -el'"'esfõTéísn,fg_ -qij~~:de~úij}ri~?>'"[S).
ra influír eri las mas·a:s debe conocer la llave que abre la «~o se puede· realizar·nàda verdaderam ~nte gran_çl.~,.~ino en
puerta de su corazón. En todos los tiempos, la fuerza que Un estado de- pasión 3ffi01'0§_a..,,.~~-J1ÚiüçÍsmo religiO.~Q;> ·.(6).
ha impulsado las más violentas revoluciones no ha sido una En Milá-;: '.ãf inaugÜ~à--;_:-;;~na escuela de mística fascista,
98
99
escribía un diario: «El fascismo es una reacción de lo di- comprender jamás al q_ue prefiere sacrificar: _su pan p_ai:a
vino» (7). «Creo, dice el Credo dei balilla, en nuestro Santo s; ci; r -·la -se-d de su alma y el hambre de su espíritu»· (11).
"'"":-=-.__ _ __ ,_.....,.....,_,~..:- ,,_._......,;· ~-..,_-....,e-•._..-...•......,...).. •.-..~-- . ~,,, · · - -~ .. '
Padre el fascismo.»
Creer es también el alfa y omega de la «religión» na- -2-
cionalsocialista. Después de tomar el poder, Hitler decía
así a sus tropas: «Vosotros habéis sido la guardia que des- Pero el ascetismo no basta. La gran astucia del fascismo
de mucho tiempo atrás me siguió con un corazón creyente. 11, ha sido exhumar. la forma má?r 'ãfüi:gtfã'Aêle"'s ê'ntimie:ôtõ'"re-
Vosotros fuisteis los primeros que creyeron en mí... No ha J ligJ2§§;.·,m:~
;ru:t2~.:ªt:h.~ Pi~~E~1.füt~1lãJõe r 5arlliz"'àe
sido la inteligencia que todo lo analiza, la que ha sacado la civiHzación, los hombres siguen siendo idólatras. Anta-
a Alemania dei abismo en el que estaba, sino vuestra fe ( ... ). fio imaginaban divinidades que no eran sino el «reflejo fa'h-
iPor qué estamos aquí? i.Por una orden de fuera? No, por-
que vuestro corazón lo ha ordenado; porque os lo ha dic-
tástico de su mismo ser» ().l);..,.ak.,tua.lm~
.t.e s_ienten nece-
sidad de crear, como dice ~arcel Mart~: ; J <~ :mitÕsalvá:_
fa
tado una voz de -dentro, porque creéis en nuestro movimien-
to y en sus dirigentes. Sólo la fuerza del idealismo ha po-
c1~r3l~11g:~§:[f!i?.~~·2.~~~~~~~11-üJ!~'iifü2;~
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de sus réncores,
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de sus neces1d~des,
~,,,.~,-i'.\"Mi,...,~ ~ ~-c -'11:". ... ... ;-:--_,..i,,i -l""-""""!-:.~7~ ~-..~ " ''b,."G,..._
dido realizar esto ( ... ). La razón os decía que no vinierais ~pensam1entos )' hasta de su misma vida>> \.13). Abdi-
conmigo, pero la fe os ordenó seguirme» (8). can delã'ntê( Ie1âaiv1ri1aãct1íêc1i"'á"~ Tm~n y semejan-
Como todas las religiones, el fascismo exige de sus fie- za, esperando la salvación de su Führer o su Duce.
Pero ese personaje mítico no se forma espontáneamen-
1 l~~.. ~e!_.;1,;,~
. ~ ~.J.?JR!~.'"~~P::es i2 ,_p ],~mâfêr1ã;''illcita ~al t e; el fascismo le fabrica pieza por pieza, con un largo y
J11 h.,9-IU.W,_i ~~ -igna: _~e_ s<?..~Ja .~!~::!~,.-~:1~~1~Y~1!~~? _yor aJi~ paciente trabajo de sugestión. En un principio vemos a una
i 1:1~~ <e~E..i ll!~~~-J 9J .9.g_e,__ Yc:1U aJ.. est?m~~º· El fascismo serie de h ábiles charlatanes --y en primer lugar el futuro
plagia a la lglesia Católica: «iDe qué le servía (al hombre)
haber encontrado ( ... ) la abundancia material, pregunta el ídolo mismo- que se dedican a hacer brotar en el alma
Papa Leon XIII, si la escasez de alimentos espirituales po- del p ueblo .esa necesidad oscura de un Mesías. / Muss'"díQ
ne en pdigro la salvación de su alma•? (9). escribe en 1921 que, en los próximos decenios, <doi'nõ mõ~~s
.',;,! • • -~ - ' • .. • ~ ., ~- ... ....~__,...,-_,__.,...
100 101
1
hay que divinizarle de modo gradual. Esto no podría ha- da esta consigna; «Acuérdate de amar a Dios, pero no ol-
cerlo él solo, afortunadamente ahí están los que le rodean vides que el Dios de Italia es el Duce» (22). Gentizon, co-
para ayudarle. Mafiana y tarde, los aduladores le presentan rresponsal de Le Temps en Roma, relata: «Los campesinos
al pueblo como el Elegido. AI principio ~o les hacen mucho y sus mujeres se arrodillaron al descubrir sobre una colina ·
caso; sus tentativas de canonización son realmente grose- lejana el torreón donde el Duce pasaba unos días ( ... ). Hay /
ras y hacen reír más que otra cosa. Perd son paciP,ntes y el un aura de ideal y de poesía que le envuelve. Para muchos, ,
tiempo trabaja para ellos. Diez veces han propuesto sin se ha convertido en una persona fabulosa. Cuando aparece i
éxito su Mesías. Pero la onceava vez, el pequeno burgués en una manifestación, la fisonomía de muchos espectado-
empieza a preguntarse si después de todo no será aquel res se ilumina» (23).
hombre el esperado Salvador. En Italia, Farinacci y algu- 1Góêbb~E)e convierte en Alemania en el sum& sacerdo-
nos más, incansables, «tejen un mito» (conde Sforza) (18), !~
te~·h m~vo culto: «~a .~.1;._.<:L,!"~~Et~.fl i ~ ~ ~os ,
en torno a Mussolini. En Alemania, Esser, desde febrero
~~-~ .,J.,';~_J~P;{~~._.,!b§~-9~.....~~~ l1~A..!!1~;Í:.,~.:!!:!::!.~!-"J
de 1921, consagra Führer a -su amigo Hitler. Rosenberg y e~W.~.llSªl~ {k<t J. Ha la de Hitler en un estuo p_~agiauo ae .
Goebbels prosiguen, -d urante anos, el trabajo iniciado por Ios Padres de la Iglesia: «En nuestra profunda desespera-
Esser. ción hemos encontrado en vos al que muestra el camino
El hombre providencial, como dice el conde Sforza, apa- de la verdadera fe ( ... ). Habéis sido para nosotros la rea-
rece «elevado al rango de semidiós». Es omnísciente e in- lización de un misterioso deseo. Habéis curado nuestra an-
falible. «Mussolini siempre tiene razón», se Ice en el Decá- gustia con palabras de liberación. Habéis forjado nuestra
logo del miliciano. Y en el Credo .del balilla: «Creo en el confianza en el milagro que vendrá» (25). Cuando «su »
genio de Mussolini». «Adolf Hitler es una personalidad ge- Führer se convierte en el duefío de Alemania, se dirige a él
nial y universal, dice Wilhelm Kube. No existe parcela de como si fuera Dias en persona. El 20 de abril de 1933, ani-
las actividades humanas que el Führer no domine sobera- versario dei nacimiento de Hitler, lee por la radio esta ora-
namente» (19). Goering declara a un enviado especial del ción: «Debes saber hoy que detrás de Ti, y si hace falta
Morning Post: «Lo mismo que los católicos consideran in- delante de Ti, hay un ejército compacto de combatientes. 1
talible al Papa en todo lo concerniente a la religión y a la que, en cada momento, están dispuestos a sacrificarse por
moral, creemos nosot_ros, con una convicción idéntica, que Ti y por Tu idea ( ... ). Nosotros te prometemos solemne-
el Führer es infalible en todo lo que concierne a los inte- mente que serás siempre para nosotros lo que eres hoy:
reses morales y sociales dei pueblo» (20). «Hay una sola Nuestro Hider» (26). Roehm le llama «nuevo redentor» (27).
persona por encima de to.da crítica, dice Rudolf Hess, y es Hess asegura que «este hombre guiará al pueblo alemán,
el Führer. Todos sabemos que siempre tiene razón y que sin preocuparse de las influencias terrestres-» (28). «Su vo•
siempre la tendrá» (21). luntad es efectivamente la voluntad de Dios», escribe un
De aquí a la devoción no hay más que un paso, y este panegirista (29).
·se dará pronto. En Italia, la revista oficial Milizia .fascista
102 103
·,1
1
í
-3-
En Alemania
Todavía falta a esta religión algo para completar su po-
der de atracción sobre las masas: al ~!~2_...5,;1,h2.AsL.49.l.112I! La palabra Deutschland se convierte en un fetiche ante
el que se arrodilla todo un pueblo. Cuando Hitler la pro-
//~~vi~rN~l: ~e:~i;.~~1a~~eWâ~s-&~h:~;~~~~i~~i~et
1
nuncia, se arrebata y recita verdaderos sermones: «Yo no
me puedo separar de la fe de mi pueblo, de la convicción
' ;~dónimo de la misma masa, en la que la muchedumbre
adora su propia potencia multitudinaria» (30). Es f~cil ~e_r que esta nación resucitará, no me puedo alejar dei amor
todo el partido que el fascismo puede sacar _de la 1dentifi- de este pueblo que es mi pueblo, de la convicción de que
cación de estas dos cultos: el jefe aparece ahora como la Ilegará la hora en que los millones de hombres que están
encarnación de la nación, y 'âa'Oral'' ãl4íl)'m,~e p rO~~~-~!~l detrás de nosotros verán el nuevo Reich alemán. Reich de
f ~ªªf.€.~:lit:e.~~í.1-?...~êr~~ :S:-s~~~2!_
la P.~~tr.~a · -~l
esplendor, de honor, de fuerza y de justicia. jAmén!» (34).
«La realidad divina, dice el profesor Hauer, es el pueblo y
i jse.· ~~rad2-1;,9~ ~~náti9_~ ~~jere ~e . eonv1~rt~n auto~a~
½ ticainente en fanatlcos de la 1dea nacional~ y rec1procamen la historia nacional» (35). Y Baldur von Schirach, jefe de
\ teTõs."tãri.áticos 'êle 'Iãictéà iiãê1ollaI ei-í~~fânáticos del jefe. las Juventudes hitlerianas, celebrando la fiesta pagana dei
f; Cuan,do conquisten el .E.9.~~rl J,<:1-..S...kY...~.•L2~L.~~êg0 se son- Solsticio, hace este juramento: <cAnte la llama ardiente, ju-
r. v~'rá-;;~·-o-rctei:iê';~rsonales. <!~.t.!l.1:1.~~,,Q....,.c!,~t.J:ührer. ramos todos consagrarnos s.l servido de la patria, por la
~-~..,.......,,,,,,,,..,,-._ .,._. . ,.,,_ .,,_,.,. ....,~. ,, ~... ..
, ~-
grandeza y la pureza dei imperio alemán eterno» (36).
En Italia Las dos místicas se funden en una: c<Adolf Hitler es
Alemania y Alemania es Adolf Hitler», esta será la consig-
«EI fascismo practica la religión de la patria», escribe na del nadonalsocialismo una vez en el poder (37).
Gorgolini (31). En vísperas de Ia marcha sobre Roma, el
mismo Mussolini declara: «Nuestro mito es la nación. Nues- -4-
tro mito es la grandeza de Ia nación» (32). c<En ltalia,__e~-
cribe Gentizon, ha nacido una nueva religión ( ... ). Su d1v1- En torno a esta mísica central, d fascismo mantiene
nidad es la patria ( ... ). La veneración que se siente por ella cierto número de .!}É2~ica? , s ~ . Por ejemplo, d
Ileva consigo toda una terminología sagrada. En los diarios culto de los muer tos. Los fascistas caídos en la guerra ci-
fascistas se encuenfran en cada págin·a las expresiones: lta- i -~~;ft~.~-ô~E!i~~.'!~~j ma__ v~nera_~~?~ ---~~Il.-~!~:i!em~nte
~ I{··
man-
lia santa, Italia divina» (33). La oración diaria del miliciano
dice: ,qSefior, tú que enciendes toda llama y paras todo En ltalia
corazón renueva en· ~í diariamente mi pasíón por I talia ! »
y a~bos cultos se funden en uno: ,qSefior, salva Italia
en la persona del Duce! » «Una tradición, escribe el historiador Volpe, existe ya
fundada y r eforzada por los muertos» (38). Gentizon dice
104
105
en uno de sus artículos: «Los muertos por la · patria o la
revolución de los camisas negras son los mártires de un
ra con gran habilidad la herencia del futurismo en Italia
d~ 1a 1uge~~wegung, en Ãie-manià:]i~I1~:i]i:It~!ud e~
1
ideal del que fueron los apóstoles. Se elevan altares en su s1, reconoc1endola como «un factor propio en la coniün.illad
memoria, se encienden lámparas votivas, se celebran ri- ~ social». Le promete su ~.Y.9...,.: ~)a. lucha contra los. adul-
tos» (39). «Creo, dice el Credo del balilla, en la c;>munión 1/ ~ ~()~tra , «lo~.. ~~~1!!~!'~~-~ 1-ll¾~~L~Jil~
f VleJO.
de los :mártires del fascismo». Estes tienen consagta::la una ..•··-
~.,;,_-
106 107
nuestros jóvenes alemanes ( .. . ). Un día serán los arquitec- uno de los m ás altos dignatarios dei r égimen: el yemo dei
tos de un nuevo Estado racista» ( 45 ). Más tarde dirá Goeb- Duce en Italia, Goebbels en Alemania.
bels: «La revolución que hemos realizado ( ... ) ha sido casi En e!'!!'ff~~rrz~} asombroso manual dei agitador políti-
por completo la obra de la juventud alemana» (46). «En co que podna }~r como subtítulo EJ _,f!:[.t.f!:. _cJ.1;__S?1!9-1!-;.~~!G:.~,
Alemania es la juventud quien gobierna» ( 47). , a~ ~,.W..9i ,qs,i Hitlef explica: «Siempre . me interesó ..sobre-
i ' manera el ar te--tte"'1a propaganctã, qu e parã1õspârtfct0s'..T11lr~
\ ~ ê sfüê'êâsl""'lêtr á .· 'Ilüí'êrtâ. La propaganda debe pre-
i
El~último
~~
.~ternª"-'d~·"'
I del «excombatiente~.
.< =1
-6-
108 109
j
tor o la cruz gamada. Vocales: «Eia Eia Elala» o «Heil les en un estado emotivo( ... ). Evocaba visiones» (59). «Mé-
Hitler». Plásticos: el saludo a la romana, etc. dium de las multitudes alemanaS>>, llama a Hitler un pe-
La reipetición.-EI fascismo mete sus consignas en la riodista: «Levanta los antebrazos, crispa las manos, su
cab;zà dê'"lâgeÍÍt~ repi!iéndolas sin ~«;~canso: «La facultad mechón de pelo termina por deshacerse sobre la frente,
de ~similació~....~~~~.J~ª.:!,.~1-dice~}~es-s-m1:r rest:r,w- donde resaltan las venas hinchadas, su voz se ahoga y en-
gida, su i inteiígencia pequena, su falta ãe me.morni grande. tra en una especie de trance que se comunica a la multi-
A"'si puês";""ima propaganda eficaz debe limitarse a unos po- tud» (60).
cos puntos importantes, destacados por medio de fórmulas ~ .!:.:!:!,1:J?_1;.3:,~..,,.~13:!?:!!!:!~~~1!3!!..S½!4JJ-...1:JJlX!H1..J,E••fil.EfJ!J:g~r.~!<:
estereotipadas que se repetirán todo lo que, haga falta, has- de gran espectáculo.-Cuando se reúnen ,..,,_,._H,.,-&..,._..,._l"~
~ --~ • . .
grandes·"''~-,.,,,,_-T~·•
masas
,;,,-1>_,_,_...___.. · • tt ·••.,,...
ta que el último de los oyentes pueda captar la idea» (54). d~.. ~~r-~.s..'lt.tírtf?,nóS- · efl"u n lugar y un decorado apropiadd'
Por grosero que parezca este procedimiento, lo cierto es realza su valor, los--õ.rããõ'res no. necesitan hacer grandes
que ha dado resultado. Cuando se oyen varias veces estas esfuerzos. Ebria desu""propTiti,ôteriêiã,ête'"IâwmuÍiliucÍ~- .
«rollos» se acaba por tomarles por la expresión de nuestro rifãsiirgeêr~ffüíêlo ~ae-·ra-fogesti6n.'""Êf"'tâ'sdsmõ=Cõnsi~Uê" !
propio pensamiento, celebrando volver a encontrarles en al~';;as· '01Jràs~mãêsTrasêfe'·-;ste· género de espectáculos. í
labios del orador (55). En Alemania se dice que el «gran jefe mismo se ocupa de
EJ_ES!..cffL..de Ja 2{f~~!&..E:.?,P~~nd<:,. E}~.?l.~~~.,~~)E.ll" ello. Se interesa por los ensayos y no es extrafío a la dis-
cho más eficaz gue la escrita. Hitler ãtâba constantemen-
- - .t.i"T,"J;,.~°",;fiff;~:'.Jl"~~'ift, ......:=,M•..;,;,.";'r...i,~"C;S~...,~·,._1,w~ ~
tribución de las roasas , de las líneas y los colores, al ritmo
te el «mágico poder de la palabra», ese misterioso :'.Í_!!.~!:,1].9 de los movimien tos » ( 61 ).
que se establece en una reunión pública entre oyentes y ora- Hitler utiliza una especie de pupitre micr ófono en sus
dor. Tiene una predilección por el «gra~rriftin-;>-:--<Ítie ~~n- discursos. Por medio de una serie de botones, puede au-
sidm el único medio de ejercer una influencia real, por mentar o reducir la luz de los proyector es , y dar la sefíal
ser personal y directa, sobre muchedumbres importantes, a los operadores de cine para que pongan sus cámaras en
y conquistadas (56). Gradas a 1~ radio, la palabra humana acción ( 62 ).
se transmite hasta las más apa;ti ê:l.âs~ aldeas. E..L::.d.§2.fiL~--..i!!-Y!.!ºs" Y. e!_!!.:!.iJ!:..1:..:..11!..1!-Jkblt.~-Esta es la
La sugéstión.-Mussolini toma de Gustave Le Bon la idea misma impresión que consiguen los desfiles de las tropas
de •;que-·1amuchedumbre es sumamente «sugestionable» y fascistas: zusamme1imarschieren~-~ ~- j]m,t_<;>_â_, Tamb ién
que sus agitadores ejercen sobre ella una «fascinaoión ver- en este caso ~~_ata espontán~~Ir!~P.:ft~3J__fluiAo .. fJ_~J ê..~~!P-
~deranl§ i ~ ~ ~ ~ ; '"('5'1J~'ffíiler -~exâífâ"-esâ"'• ~T"rifllien- ~a G-= hombres que el u niforme i,d.e,n_tiJ!ça h~s!a que no for-
cia riiTlãgrosa que ll~mamos la sugestión de 1a masa» (58). man sino un sólo cuer po. Y este fiuido le comunican a to-
Todo el arte de la propaganda fascista consiste en poner .da la muchedumbre que les contempla ·p asar. ~ -~PJ~'?.:.
en circulación el mi~tel;i.9_~0 fluido. «~l.,.,~ -~ ~9.~.3 .ab~:..,de ta_1..9res .~l?lauden a los que desfilan, identificándose con
M:1~.~ ~cuenta ~Volpe -~-~- ~c;..:~Ila, -(;l,Çfil.91:1,. de tafmanera <:"llos, aplat{diéndóse à sí misrri"ós~ 1ifoalizàdos, ·; .;srrm.ad'õs,
consegma nacerse cnn-el alma de sus oyentes poniéndo- transformàêfos "en'un êjêrcifo-'éít mârêha. .
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-8- Iglesia o el fascismo, predicar el desprecio de l os b ienes;
terrenales en el nombre de una supu esta «r eligión».
1. eQué antídoto ha encontrado el movimiep.to obrero a Pero a todas estas razon es, que se deducen de la esen--
la «mística» fascista? En Italia como en Alemania, el so- cia misma dei socialismo, se han mi.adido otras que proce-.
cialismo se ha encontrado en inferioridad de condiciones den de su degeneración : ·
en este terreno. Veamos por qué : V) El socialismo es un movimiento viejo, que ha per~
Algunas de las razones de esta inferioridad son legíti- dido su llama primitiva. Si en sus comienzos ponía ya en
mas y están en la naturaleza del socialismo. primer lugar las mejoras materiales inmediatas de los tra-
Este no es una religión, sino una concepción científica. bajadores, si prometía, a más largo plazo, la «dicha e~ lá.
Por eso se dirige con preferencia a la inteligencia, a la ra- tierra», nunca ocultá que la conquista de estas mejoras ª·
zón más que a los sentidos o a la imaginación. El socia- corto plazo o dei «paraíso terrena!» en el futuro exigía una.
lismo no .impone una fe que haya que admitir sin discu- lucha diaria, penosa, llena de sufrimiemos y de sacrifícios.
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'' siones, sino que presenta una crítica racional del sistema Y de hecho, el primitivo socialismo exigia a sus p ioneros y ·
capitalista y pide a cada individuo, antes de su adhesión ,, sus militantes mucho más que cualquier otro movimien-. 1
un esfuerzo personal de razonamiento y de enjuiciamien- to, un enorme desinterés. Tuvo sus héroes y sus mártires ... ·1
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to . Apela más al cerebro que al ojo o a los nervios. Tra- Por muy «materialistas» que fueran en un sentido, los re·-
ta de convencer a su lector o a su oyente sin hacerle per- volucionarios proletarios fueron, como dice Marcel Marti-
der la sangre fría, no trata de sorprenderle, de confundirle, net, «los únicos idealistas del mundo moderno» (63). ,
de -hipnotizarle. Pero poco a poco, el socialismo fue degenerando. Fue -
No cabe duda, de todos modos, que sus métodos de dejando creer que tanto las ventajas inmediatas, como el
propaganda necesitan un rejuvenecimiento. Tiene que acer- «paraíso terrena!», se podían conseguir sin lucha, sin sa-.
carse más a las masas, hablarles un lenguaje claro y direc- nificios, por la práctica rutinada de la colaboración de
to que puedan comprender, recurrir a las modernas téc- clases. Para poder seguir la curva de esta decadencia habría
nicas de comunicación, utilizando también consignas y que narrar toda 1a historia dei movimient o obrero, en Ita-
símbolos. Pero so pena de traicionarse, no puede utilizar, lia Y en Alemania, desde sus orígenes hasta la guerra mun-
como el fascismo, ios bajos instintos de las multitudes. Al dial,_lo que rebasa con mucho nuestro obj etivo. Habría que
contrario que éste,. no desprecia a las roasas, las respeta e~ocar la edad de oro del socialismo italiano, aque1los .
y trata de hacerlas mejores de lo que son, a irn,agen del anos 1890-1900 de lucha heroica contra Ja burgllesía. «En
proletariado consciente del que emana. Se esfueria por ele- 1~ ~dad de oro del socialismo, reconoce el fascista Gorgo-
var su nível intelectual y moral, no por r ebajarle. hm, es cierto que los jóvenes iban a él, movidos por un ge- .
neroso impulso» (64). Luego habría que mostrar cómo el so-
EI socialismo que pretende, en prímer lugar, mejorar la
cialismo fue hundiéndose lentamente en el pantana de 1a
condición material de los trabajadores, no puede, como la
1 «paz social» y dei parlamentarismo, seguir el desarrollo .
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de la burocracia sindical y de las cooperativas, cada vez v\Qll..J i1.\W.~Lc911fllcjp_nLe.n..geA•!ê!!! .el prnceso de la vida
mejor retribuída cada vez, más conservadora, cuya única s_oçjªLp..Q],tica ~ i!il.é;kst ~~l >W 67_L, ~i.õ@'f~:,!~[::i?e~-
ambición es hacer buenos negocios, recoger nuevas sub- hstas » para qmenes el motõr'i:Ie Ia historia es una idea
venciones, e incluso, en tiempos de guerra, encargos gu- P,Eevia de ·1a justicia .y .del de~~a...iiii'illfilli~~U;;a,
bernamentales. , ~n. SÍ 1?-J~ll!.!,,)'_3,_l;:,_, V~. . ! ! : , ~ ~!_~!!_L!.,~.-,~_,,!rnx.~cje
También en Alemania, habría que empezar por los anos los .§igl9~.§- (§.S). Para los socialistas, el papel pr eponderante,
de 1880-1890 anos de encarnizadas batallas de dases, evo- ~~ l:t,..~~s~~~i-~ ts·~i ~ re~~i:iz'~~2!ió-~
car como h~ce Gregor Strasser «aquella fe, aquella aspi- m ~~~li9,.mTJi:~~~~,@I!~12,_..:~~"'sí. Pero, a pesar
ración violenta, aquel entusiasmo de millones de ~om- de esta atenc1on preferente por la «infraestructura» mate-•
bres ( ... ) aquel partido al que un temperamento ard1ente rial, demasiado desdenada antes de ellos, no despreciaban!·
como el de Bebel hizo grande, aquellos miles de corazones de ningún modo la «superestructura» jurídica, política, re-
ardorosos y sacrificados, que se sacrificaron por el parti- ligiosa, artística y filosófica . Si pensaban que a ést~ la
do» (65), luego ver cómo la socialdemocracia iba dege:ieran- -condicionaba aquélla, no negaban qut: tuviera un valor
do poco a poco, transformándose en un vulgar partido de propio ni que for mara también parte integrante de la his-
«reformas democráticas». «La Alemania ( ... ) marxista -es- toria y de la vida (69).
cribe el nacionalsocialista Rosenberg- estaba privada de Pé..['2.~.12§..-1.:mi~tas decadentes . creen que es «mar xista »-
mitos, no tenía un ideal en el que creer, por el que estuvie- y _«materialista»; d~ ~ ~- ~Tõ;e;-:fi'ti~n;;-~~~
ra dispuesta a combatir. El ejército militante de los tra~ 1~ ia~ cifr~s, 1;;·~-e;tãdístk~s-·y~p~rCê~f~J'~~~"Estudian
bajadores no tenía héroes» ( 66 ). Habr!a que descri~ir aque- 'i,·. con _todo detall~ !~,~=~~.E~~~- P,[Ç>f1;_11çl~s d_e los t~ómê~ps.
,!')~
- lla burocracia obrera rutinaria y conservadora, mstalada soêiâles:=pêrõ' éõ-rrío- no estudian del mismo'"'iríõdõ"' fã1ô~roa
................ ~; ...,:,, ,..·V- ·-< _ __,_,.., .... . p " - ~ , , . . ., . . . . ' :>~ -_ ..... - ~, .. ~ ..... _ .• ,- .... ,~ ~-- •
cómodamente en el orden vigente, aquellos «bonzos» sa- : como dichas causas se refléJan en là conéiencia de los hom:--
tisfechos, reinando, gracias ai óbolo de los trabajadores ,, " b;;;--110 perdbenº là realidaci' vrv·i~rúé.' .,_ ....., . ... ·-. ~·---
.... CQ._m o sô1ãs'êtifã~n''e n' f0stactôí:ê~... ;;-,-~t<>ri,;i lp.;: nunca Cí11TI - q
en suntuosos edifícios llamados «casas del pueblo». Con- d. -~ ,.,. ';, -,,.,., ... ,e>"['' , . .. . .. ..,~ - ~ ~ ~ l1
quistar un escafío en el Parlamento, incrostarse en una Í /p..m,,n ~-'i':n¾,Um.~..kllQ......gJ.,§..,;P.nYªÇJ..Qnes s u n as ,.por,-las.$,,J,llaSas.,.s e
oficina sindical era la mayor ambición de aquellos dirigen- · / t3:e;1s.~ -~!1 _en una aspiración-religiosa.-~~°J!z1ca comprende- li
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tes de un socialismo degenerado. Sin creer en nada, ':ivien- 1 :~!LR9J:. 5l1f,~--~§.9~.P,~8:t;!~Í}Q.S. PJJrgu~s~.s,.--'e.s.o.s_cámi:i.~§Jri~ ~~~9s~·
do al día, reclutaban unas tropas a su imagen y semejan- l mt~~st u~.es jóvenes, esos _parados no han ido a buscarles
za: sin ningún ideal, atraídas solamente por las ventajas j ~lg~,-~q~~~ Üenen " -vêrd~d 'dé(m'a rxi~~o, a la ~~ü-;~·qt~e-~~~ li
materiales. _ tanta claridad senalan las taras del régimen capitalista, a
- 2.ª) Paralelamente, en el aspecto teórico, ·e1 socialismo ellos que han analizado con tanta bríllantez las causas ecÔ-·
ha desfigurado una de sus concepciones esenciales, el «ma- nómicas del fascismo.
terialismo histórico». Los primeros socialistas eran rnáte- Es cierto que el socialismo no se propone mantener ni
rialistas porque para eliõs" ":<eT""mõdo~deprõâtrc1::rôi1·- m~- 1'll ·explotar las tendencias místicas de las masas, sino, por el 1
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